1. Innovación y Emprendimiento en las PYME
Habitualmente hablamos de emprendimiento cuando nos referimos a una
persona que decide acometer un nuevo proyecto de empresa o de autoempleo, pero
no podemos dejar de lado que el empresario o el trabajador autónomo que ya cuenta
con su negocio en marcha también puede (y, de hecho, debe) emprender a lo largo de
la vida de su negocio, ya que esto significará que se trata de personas que detectan
oportunidades en el mercado y planifican los recursos necesarios para poder
aprovecharlas.
El carácter emprendedor de una persona va de la mano de la innovación. No
tenemos por qué pensar que innovar es sólo introducir un nuevo producto o servicio
en el mercado (o un cambio cualitativo sobre los mismos), un nuevo proceso no
conocido, apertura de un nuevo mercado, desarrollo de nuevas formas de distribución,
etc. Innovar es cambiar, introducir cambios en la gestión, en la ordenación, en la
estrategia, etc. de la empresa y hacerlo con objetivos de mejora.
En la actualidad, las innovaciones en la empresa vienen muchas veces
impuestas por el desarrollo tecnológico en el que nos vemos inmersos cada día:
software específico para la gestión de cada área de la empresa, nuevos modelos de
gestión de obligada implantación en determinadas áreas de gestión… Muchas de estas
innovaciones tecnológicas que someten a los mercados empresariales a cambios
vertiginosos, suponen una fuente importante de oportunidades. Oportunidades de
crecimiento económico, de expansión por productos/servicios, de internacionalizar el
producto/servicio sin realizar grandes inversiones…, en definitiva: Oportunidades de
crecimiento y desarrollo.
Un empresario emprendedor e innovador ve en el desarrollo tecnológico que
se produce en los mercados la oportunidad de seguir emprendiendo e innovando para
adaptarse a las nuevas condiciones de los mercados. Pero para ello, los empresarios
tienen que mantenerse informados de los cambios que se producen, y para
conseguirlo pueden aprovechar tanto la información que les llega de sus propios
2. clientes como de la competencia; es necesario tener una gran capacidad de reacción
ante las novedades y de cambio para aplicar dichas novedades a la empresa.
“Emprender es iniciar un viaje. Tu destino es la meta que quieres
alcanzar. El mapa es la hoja de ruta, tu plan de negocio. En la
maleta o mochila tienes que llevar el equipaje adecuado: cuando
viajas llevas ropa, comida para el camino, productos de aseo, etc.;
cuando emprendes llevas los recursos materiales, humanos,
tecnológicos, económicos que necesitas y has de hacer uso de
ellos. Al viajar pueden acompañarte amigos, familiares, conocidos;
al emprender pueden hacerlo socios.
Si cuando viajas, preparas la ruta, te ocupas de la logística y haces
acopio de las herramientas necesarias para disfrutar de una buena
experiencia, cuando emprendes has de hacer lo mismo, pero de
forma más profesional. Emprender no es un viaje cualquiera.”
[Santiago Sousa Carreira. Hazlo distinto. Emprender e Innovar.
Netbiblo, 2010, Pág. 25].
Como nos dice Santiago Sousa Carreira en su libro Hazlo distinto. Emprender e
Innovar, emprender es un viaje, con un punto de partida (la situación actual de la
empresa, ya sea mejor o peor), con un destino (el objetivo que busca la empresa, ya
sea más o menos ambicioso), con el equipaje (personas, que son las que van a andar el
camino hasta llegar a la meta y que van a tener que buscar rutas alternativas cuando el
trayecto diseñado inicialmente presente demasiados obstáculos improductivos;
recursos materiales, si son necesarios; recursos tecnológicos que allanen el camino;
recursos económicos, en mayor o menor cuantía según sea de largo el camino; etc.). El
viaje se puede acometer como ya sabemos que lo han hecho otros antes que nosotros,
conociendo los problemas que encontraremos de antemano, conociendo cómo
esquivar o eliminar esos problemas…, es decir, haciendo lo que otros ya han hecho
antes que nosotros (“circuitos vacacionales” que antes que nosotros ya han hecho
3. otras muchas empresas y en el que nos encontraremos con otras tantas a nuestro
lado); o podemos acometer el viaje innovando, fijando nuestras propias metas
volantes en función de nuestras necesidades y de nuestros recursos, eligiendo la ruta
sin necesidad de que esté marcada por otros en el plano.
Para emprender e innovar es necesario que las personas que participen en el
viaje tengan claro hacia dónde se va, qué recursos hay disponibles, qué se quiere
lograr, de cuánto tiempo se dispone… Es más difícil llegar al destino final del viaje si en
el equipaje llevamos cualquier tipo de lastre innecesario.
Pasando a un plano más teórico sobre la innovación, apoyándonos en el
manual Gestión del Cambio y la Innovación en la Empresa. Un Modelo para la
Innovación Empresarial (IdeasPropias Editorial, 2006, Págs. 9‐11), identificamos los
tipos de innovación que con mayor frecuencia se tratan:
Innovación técnica frente a innovación administrativa:
o Innovación técnica. Está relacionada tanto con productos y servicios
como con el proceso productivo tecnológico y las operaciones de
servicio.
o Innovación administrativa. La idea está relacionada con la estructura y
dirección de la organización, con los procesos administrativos y con los
recursos humanos.
Innovación en producto frente a innovación en proceso:
o Innovación en producto. Nueva tecnología o combinación de
tecnologías que lleva a desarrollar nuevos productos o servicios
introducidos para responder a un uso externo o a una necesidad de
mercado, y por tanto, pueden incrementar o expandir el dominio de la
empresa.
4. o Innovación en proceso. Nuevos elementos, equipo o métodos
introducidos en el sistema productivo de la empresa o en las
operaciones de servicios, para producir un producto o prestar un
servicio.
Innovación radical frente a innovación gradual:
o Innovación radical. Obliga a plantear nuevas cuestiones, desarrollar
nuevas habilidades técnicas y comerciales y nuevas formas de
solucionar problemas. La adoptan empresas con una política
tecnológica más agresiva.
o Innovación gradual. Refuerza las capacidades existentes en la
organización. Es adoptada con mayor frecuencia por empresas más
descentralizadas y formalizadas.
En un entorno cada vez más globalizado, donde la competencia puede llegar
desde cualquier lugar del mundo gracias al desarrollo de las tecnologías de la
información y la comunicación, las PYME no pueden pretender competir siguiendo una
estrategia de liderazgo en costes, sino que debe ser la innovación, especialmente en
tecnología, el elemento diferenciador de estas empresas. En este sentido hay que
destacar la importancia de las TIC como elemento impulsor de las PYME. No hay que
dejar de lado la importancia de la innovación en el producto o en el servicio de las
PYME para consolidar una estrategia empresarial que se centre cada vez más en la
diferenciación, la calidad y los servicios complementarios del producto, o en la
segmentación, según las características del mercado de actuación de las PYME.
No debemos olvidar que innovar no es invertir exclusivamente en I+D, sino
también desarrollar nuevas ideas en el modo de hacer empresa, buscar nuevos
mercados, fomentar el asociacionismo empresarial, encontrar nuevas vías de
comercialización de los productos, potenciar la diferenciación del producto y mejorar
las formas de producción.
5. El viaje no es fácil, pero no es tan difícil como muchas personas adversas al
cambio quieren hacer creer. Emprender e innovar es una aventura, y como tal tendrá
sus momentos de recompensa inmediata y sus momentos de lucha para alcanzar una
pequeña e importante recompensa, pero si no se inicia el camino, poco a poco se
perderán puestos en el ranking del mercado.
Irene Muñoz Serrulla
Coordinadora de Proyectos
Red Experta para el Desarrollo Económico y Social, S.A.