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INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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INTIMÍSSIMO
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Todos los derechos reservados
Título: INTIMÍSSIMO
Autor: Antonio García Vargas
Depósito Legal: PM 1145-2008
ISBN: 978-84-92500-40-6
Portada: Spilker katja balance akt
Editorial: Bubok Publishing S.L.
Impreso en: Publicaciones digitales, S.A.
Calle San Florencio, 2
41018 Sevilla
Spain
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Intimísimo
(Primera parte de la obra A flor de piel)
de
Antonio García Vargas
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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A mis hijas
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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“NADA es VERDAD, todo está PERMITIDO”
F. Nietzsche
“Párate ahí, de lo contrario no verás más que una caricatura”
J. G. Herder
“Un mundo creado es necesariamente imperfecto,
pero es a la vez el mejor de los mundos pues
entre todos los que aspiraban a la realidad,
éste sólo ha podido tenerla”
G. Leibniz
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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INTRODUCCIÓN
Nunca entró en mis cálculos editar en letra impresa. Con la
llegada del ciberespacio y sus opciones, toda obra puede
expandirse hasta el infinito por lo que si lo que se pretende es
dar a conocer lo que haces hay mil sitios diferentes donde
situarla a la vista de los demás.
Llega un momento, no obstante, en se repite a menudo la
imagen del invitado que llega sin su libro bajo el brazo a las
distintas veladas literarias y te das cuenta de que un escritor
que no edita es poco menos que nada en este loco gremio.
Luego aparecen mil trabas a la hora de mostrar tu currículo y
llega un momento en que sopesas si no será oportuno publicar
algo aunque sólo sea por no desentonar.
La cuestión es que he decidido no ir contracorriente así que he
desempolvado mis trabajos en poesía y muestro aquí mis
primeras obras desde el presente siglo. Las demás las dejaré
dormir el sueño de los justos o las remodelaré algún día.
Inicio este primer libro en solitario con la primera parte de un
extenso poemario al que llamé Flor de piel y que ha sido
publicado en fragmentos en distintas antologías en todo el
mundo.
Debo agradecer a mis primeros maestros el haber llegado a
apreciar el sabor de lo bello a través de hermosos poemas que
han ido configurando mi forma de ver la poesía. De la mano del
gran Bécquer llegué al mundo de la letra dorada. Huidobro me
mostró el universo onírico. José Ángel Buesa me trasladó a una
nube donde el amor aún existe incluso cuando expira. Octavio
Paz me aupó al Olimpo de la Musa.
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A todos ellos debo lo aprendido, así como la paz que con sus
lecturas han llevado a mi alma en momentos en que todo se
tambaleaba ante mí. Mi agradecimiento a tantos y tantos
escritores que no cito pero que guardo en lo más profundo.
Ellos son en esencia lo que escribo.
AGV
La poesía
La poesía, toda, habita entre la materia y la antimateria.
Conforma ese minúsculo grupo de átomos de color, en la zona
media del big bang, que amortigua la materialización total del
Universo, impidiendo con sus defensas de Caos romántico, el
bloqueo permanente de las piezas del puzzle.
Luz viajera,
larga sombra cubriendo
sueños en la búsqueda.
La primera lengua fue una colección de elementos poéticos.
Imitación de una naturaleza que sonaba, que soñaba, que
obraba, que se conmovía. Una lengua tomada de todos los
seres y vivificada por intersecciones de la sensibilidad
humana.
¡El primer diccionario del alma fue una epopeya viviente!
Se abrieron polvos
en la noche-semilla
dejando libre albedrío
al hombre y al grito.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
9
La poesía nació con el hombre. Sus primeros sonidos, antes que
lenguaje, fueron poesía. Al querer transmitir la belleza
circundante por medio de sonidos, imitó la naturaleza de la que
formaba parte y su primer arrullo fue imitando el canto de los
pájaros, el sonido del viento al acariciar la copa de los árboles,
el rugir de la amenazante fiera, la cambiante melodía de las
formas en movimiento y el ronroneo con que en la noche le
acunaba la madre tierra, cantándole en suspiros su verdad
eterna.
Poesía no es sino la expresión suprema de la imaginación.
Ir pasando por diversos estados,
humano-planta-animal
y, finalmente, reducirse,
condensarse, explotar
creando nuevos universos
de palabras hambrientas.
Hay que remontarse a manifestaciones poéticas anteriores a
Homero, en que las formas épicas eran de transmisión oral.
La aparición y difusión de la escritura permitió la fijación escrita
de lo que hasta entonces había sido trabajo casi exclusivo de
aedos y rapsodas.
¡Dime, maestro!, ¿qué otras maravillas
escribes ahora en la nueva orilla?
Las poesía es la forma más subjetiva del lenguaje y se hace
difícil imaginar que pueda ser analizada matemáticamente.
Es, quizás, una forma distinta de ver el mundo, en la que se
establece un nexo entre las cosas y las palabras, renovando
existencial y poéticamente la imagen del entorno. La poesía
viaja por la nebulosa de ese lapso infinitesimal que media
entre dos instantes, transformando la nada del no-instante
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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donde lo visible se hace invisible y dando lugar a formas
donde el tiempo no es una degradación de la eternidad sino la
eternidad misma dividida en pequeños intervalos. Formas que
reemplazan a formas, fases a fases, en las que se aprecian
inmovilidades y desaparece el tiempo mismo,
¿será ése el tiempo real?,
¿un flujo distinto?,
¿la movilidad-inmovilidad misma del ser?,
¿el misterio codificado por los dioses del verso primero?
La poesía es cambio, renovación, transformación constante que
evoluciona para no caer del todo en la inercia y quedar
estancada, petrificada, en la cosa que pretende cambiar.
Viene a ser como la luz que no cesa de brillar al final del
camino inalcanzable e infinito.
Se hace largo el lecho;
creo llegado el momento
de penetrar la memoria del río.
La representación de las realidades de la vida es como la estética
de lo familiar y lo consumado. No expresa para nada la
verdad porque se limita a mostrar las cosas velando su
sentido. El conocimiento no consiste en buscar refugio a la
sombra de las imágenes sino en desgarrarlas. La belleza no es
reflejo sino nacimiento.
Ligar el espacio recorrido por una mano que se acerca al tiempo
ocupado en el movimiento precisaría de una ley dinámica
que permitiera conocer el estado material en cualquier sistema
de acercamiento.
La poesía es la imagen de la vida dentro de su verdad
eterna pero vista desde la mente del creador, del poeta, que es a
su vez la mente del resto de las mentes en las que perdurará
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la presencia del hecho aun cuando el hecho mismo
desaparezca. Todo lo contrario que ocurre con la historia, que
es simple catálogo de hechos acaecidos en determinada fecha
y lugar, causa y efecto.
Triángulos inversos sobre el camino
y las márgenes atadas a otros puertos.
Dado que la verdad no se puede concebir de un modo
completo y final, su secreto reside en el viaje poético y en su
movimiento perpetuo. Sólo la poesía muestra que el hombre es
un ser viajero habitado por un destello de verdad en los ojos.
Escribir es como lanzar flechas al vacío
buscando el misterio interno de la palabra
El viaje de lo poético es un profundo viaje hacia el hombre, el
conocimiento, la verdad y la belleza. El conocimiento y la
verdad no pueden divorciarse de la estética.
Todo flujo poético
detenido en el tiempo
se balancea en su articulación.
La poesía es el arte del desvelamiento de lo infinito. Es, en
esencia, una forma errante, vagabunda. Ver el mundo a través
del ojo poético exige salir de todos los lenguajes y actitudes que
aspiran a convertirse en verdades absolutas.
El estado del alma,
avanzando sobre la ruta del tiempo,
se dilata con la duración que recoge.
La poesía ha de ser continuamente redefinida, nunca vista como
si hubiera alcanzado un fin sino, al contrario, casi siempre
abierta en su caminar sin camino, sin principio y sin final en una
no-senda cubierta de versos que se abren en flor, preñando la
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pudorosa rima con el misterio insondable del primer espasmo
telúrico.
Nada gira antes del giro
ni muere antes de estar vivo.
Para entender realidades complejas, el hombre necesita servirse
de la poesía, ya que las palabras y moldes del pensamiento
analítico son impotentes e insuficientes para abarcar este mundo
de relaciones, salvo quizás para las analogías, que jamás son
satisfechas.
En un lejano tiempo
los magos inventaron
el laberinto del lenguaje
y negaron la entrada
al resto de los mortales
Dar rienda suelta al sentimiento poético es observarlo sin
interferencias; considerarlo sin nombrarlo expresamente. Es
reconocer que su movilidad prohíbe comprenderlo en términos
estáticos, lo que excluye igualmente juzgarlo desde la óptica del
bien o el mal.
¿Habrá que redefinir las odas compuestas
al vocablo fluvial lince-mariposa?
¡Situemos la tercera orilla de Joao
junto al volcán insomne de Neruda!
¿O parimos, mejor, la piedra de sol de Paz
en el resbaladizo borde del acantilado?
Aunque,
creo que será mejor equilibrar el haiku
que beberá del amarillo estanque y evitar
que nos apliquen el test Voight-Kampf
para identificar a replicantes.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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La poesía, observada de esta forma, se convierte en una danza
de la Naturaleza, sin otro objetivo que las figuras ejecutadas.
Una vez reconocido el no sentido de la danza, el espíritu se
calma y percibe el ritmo del Cosmos; descubre que la
aparente fragilidad del proceso poético alcanza su fin,
sirviéndose de la magnificencia del instante reflejado.
Usemos todo el protóxido de plomo
de las boticas de Sedán,
tal vez no consigamos fabricar oro
pero encontraremos la fórmula
que permitirá alcanzar de lleno
la mágica esencia de la poesía.
Y cuando el espíritu se extasía en su retiro receptivo, llega a ser
gratificado de una percepción imperecedera del mundo,
expandido hasta el infinito imaginable. Se llega entonces a la
unidad fundamental del Universo y de la materia, de la mano de
la metáfora de los continentes.
(Fragmento de la trilogía Pájaro de la Poesía, que nació a
petición del Departamento de Español de la Universidad de
Texas, en Austin, USA, en 2004)
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INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Ese fuego
(a la memoria de Juan Rulfo)
— ¿Lo sientes? –le dije.
— ¿El qué? –respondió.
— Ese fuego que araña el silencio.
— ¡Sí, lo siento! ¿Qué es?
— Es amor.
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Tao de tu boca
Mi boca se hace beso
sólo cuando se besa
en el Tao de tu boca.
Ese labio que beso
néctar puro jugoso
es dulce boca beso
no porque yo lo beso
sino porque me besa.
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Perro flaco
Regresar del exilio es imposible, pienso.
Quiero defenestrar seres incompletos
mediante el verso magia del deseo
y hacerles regresar regios en mi fantasía.
Todas las dictaduras son iguales,
te liman las aristas, te recortan,
construyen una casa sin cimientos,
sin puertas ni ventanas, sin perfiles
y te cantan al sol hasta secarte.
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Los ojos sensibles de Ariel
se irritan ante el Todopoderoso,
después, vacíos, lamentan su osadía.
Bebe, hermano, el vino de la consagración,
penetra la puerta dorada,
sé hambre para no ser devorado.
Toda herida profunda, una vez cicatriza,
sólo es leve surco en tu paisaje, poeta,
queda al fondo la noche oscura,
un perro flaco sombra de tu sombra
y una página en blanco.
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Tú estrella, yo cometa
Todo verbo recrea lo que nombro,
hay un ritmo sonoro en cada esquina,
cada vez que te digo se ilumina
la luz del nuevo día en puro asombro.
Si nombro la mañana tú apareces,
si digo tu hermosura te iluminas,
modelo tus dos pechos, me alucinas,
declamo tu cintura y te estremeces.
Dibujaré mi casa en una estrella,
en la estrella un jardín donde plantarte,
en el jardín un lecho para amarte
y seré jardinero, astro, amante.
Y si nos fusionamos junto a Marte
tú serás mi agujero negro amado
y yo seré un cometa enamorado
con gas, rocas y un polvo al acostarte.
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Llegó la primavera
Llegaste primorosa
como brisa que toca,
susurrante, barroca,
desnuda, tú, mi diosa.
Martillo fue tu rosa,
mi carne débil roca
y me pisó la boca
tu boca montañosa.
Viajamos en el sexo
a la sangre y al alba
hasta encontrar el nexo,
después fuimos fluido;
tú bella rosa malva,
yo fui jazmín florido.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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En la tela de asfalto con Bill Gates
Tú y yo somos antiguos, verdaderos.
No los hombres del Génesis u Homero.
Así, citas a Macbeth, a Bradbury,
a Ortega, a la Zambrano,
al Sartre y la Simone allá en París,
le das a la pachanga,
al tinto de verano y al Gardel,
o al solitario Lewis en Main Street.
Ni Postman ni Bill Gates impedirán
que crezcan viejos sexos en conserva
a expensas de un maromo plañidero,
ni que el Benedictine a granel
corra mientras se corre, chachi él,
bajo la alcantarilla azul silvestre
de Minerva.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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La camada de nuevos parricidas
—oráculos del novo establisment—
gozarán de la teta marinera,
del canuto, cannabis y chistera
y de esa niña pija tan fetén.
Los tiernos amapolos surgidos de la nada
regarán los lirios de coca y cafeína
con sus penes de tierna mozarella
y en la letra de un cántico de esperma
fragmentarán la savia de las mentes
en mínimas partículas de arena.
Toda tontología se contiene
en sombra que es verbo de otro verbo,
resabio de algún labio; 69 en un burdel.
Es en esencia humo que trasciende
caducas estructuras envasadas
en pequeños black holle entre las nalgas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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¡Ah, recuerdas, pequeña flor, el polvo aquél?
Dormida en el florero estabas tú,
hechicera de amor embrujo noche,
lánguida buganvilla ¡qué derroche!
aquella suite de hotel en Tombuctú.
Cada punto y seguido, vida mía,
es en esencia flor soneto duda.
Es fragmento de línea que titila
en todo coito anal, punto G y mescalina:
un nuevo ser, querida,
ansioso por salir
de su escritura.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Ensayo
1
No sé si fue la brisa o tu cuerpo
—tal vez mi cuerpo y tu brisa—
o el mar doblegado a lo lejos
¿un mar de brisas y cuerpos?
Hay sombras a ambos lados del espejo
—fondos de mares, cuerpos, brumas—
el arco inquieto de tus labios de ave,
la frágil garza descorriendo velos
¿hay garzas velando espejos marinos?
Túneles que llevan a espacios labiales
dormidos en esferas anilladas
galaxias reprimidas, abismos, limos,
—playas que concilian sueños de agua—
¿aguas conciliando anhelos de playas?
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
25
Y en el silencio caprichoso de las rocas
se escuchan lamentos de olas y vidrios,
gritan, cantan, giran, inventan azogues
de espejos cóncavos, líquenes copulando
—el Creador en su esfera apenas se inmuta—
arrecifes de mórbidos brazos coralinos
cobijando imágenes de labios secretos,
abismos bordeando ríos de barro y salivas
¿cómo penetrar tu roca con mis besos?
—busco a tientas respuesta a tus distancias—
¿tal vez rasgando la fría lámina de tus pechos?
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
26
Me siento perdido en la inmensidad de tu olvido
¿pueden los hielos conjugarse con las vísceras?
Miro a dios
pero él desvía la mirada
hacia la espuma que abraza las rocas.
Debe haber algún centro donde florezca la prímula.
Cierro los ojos,
me lanzo al vacío,
¿hay vacíos?
Ya soy eco.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
27
2
Nada sabemos del sueño
inquieto de las cigarras
ni entendemos su cri cri
desesperado,
tal vez anuncian dones,
tal vez amores,
o quizás desencanto.
¿Tal vez nos hablan?
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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3
En el cielo la nube descalza
abre caminos a la estrella
donde contienes tu cuerpo.
Cabalga el agua por el mar ebrio de tu pelo,
anillos de espuma pintan surcos en tus mejillas
y en el cielo, la luna, seca la humedad de tu vientre.
Refleja la esfera una gota de vidrio,
pupila que contrae el mineral ardiente
retomando el sexo acuoso de Circe.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
29
4
Las hojas van cayendo,
lleva guijarros la espuma,
recuerdos de entonces
y ahora,
mis ojos odian su mano
prendida en tu cintura;
tu mirada detenida
en el azul del pasado
y al otro lado mi isla,
el temblor de juncos
que no cesa.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
30
5
Me duelen tus silencios,
hasta tú me dueles
mientras dibujo lirios
erráticos en tu coraza.
Hay otras líneas
pero no convergen
con tu mirada.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
31
6
Sofoco el interior de la fiera
mientras cubro con mis ojos
la guirnalda de tus pechos
arrebolados.
Cesa el viento sobre la tierra de nadie,
se han ido los fantasmas.
Es el puñal dorado de tu voz
lo que anhelo.
Otros espejos comparten la desnudez de tu cuerpo
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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7
El primer ideograma rompió la suave nota
extraída del arpa con tus dedos de arcilla.
Cuando tus besos imitaron la caricia de la pluma
se deslizaron dagas amenazantes en el alma.
Tendremos que inventar nuevos caminos
para contar las vidas, lluvias y tropiezos.
No basta la esquela de letras incoloras
para aliviar la soledad del beso primero,
Junto al miedo del último destello reposa
el perfil de una mano rozando tu mano.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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8
Aunque digas haber nacido de la piedra
tu origen delata sombras de amapolas
cobijando el néctar de estambres de trapo.
En la cima de la montaña prohibida
encuentro esqueletos de viejas poesías,
el viento silba, pesa el sol sobre las flores,
recorro versos ajados que hablan de penas,
de arrullos de un tiempo dormido en la niebla,
caricias lejanas, celebrando sueños descalzos,
aspirando fragancias de frutos prohibidos
que escriben mi nombre en tu bajo vientre.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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9
Rocé con mi dedo tu boca encarnada
intentado llegar a tu verbo de fuego,
solo encontré entre rescoldos lejanos
huellas de labios que no eran mis labios.
Tu cuerpo es el jardín donde florece en primavera
un río de fragancias que desemboca en mis dedos;
en mis dedos y en otros dedos ajenos a mis dedos.
¿Puede la lluvia alisar el repliegue de los ecos?
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Transparente,
como el agua del río
es la caricia del día en tu pelo.
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Capto en la calle desierta
—hay destellos ocultos
en paredes y ventanas—
demonios deambulando
por el asfalto de tus muslos.
Párpado quieto, reteniendo
lágrimas aprisionadas,
ojos que no ven,
¿o no quieren ver?
luz negra atormentando
mi sepulcro interno.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Esta noche no saldrás, luna,
la tarde se lo ha dicho al búho,
el búho a la fuente cercana
y ésta a los enamorados
que te esperan en el lago.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Cada atardecer
una lágrima de doncella
llega a los bordes del río.
En el mar, los peces esperan
reflejos azules contenidos
en el pico del ave que vuela,
pintando alegrías infantiles
en el cristal donde habitan los niños.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Es bella la casa donde te desnudo,
la piedra, el cielo, la montaña,
la flor, el libro que adormece tu párpado,
el aire que respiras, la piel imaginada,
hasta mis ojos son bellos
al ser tocados por tus ojos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Gime la arena al notar tus latidos,
no es lujuria lo que penetra el alma
sino la algaraza rugiente de la espuma
ansiando evaporarse en el hueco desnudo
que media entre tu pecho y mis labios.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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16
Bajo la sombra de mi tranquila calle
oigo tus pasos adornando el aire,
tienes el porte de una brizna de hierba
libando el magma secreto de otros labios.
Me quedan solo tus piernas carnívoras
agitando el enigma planetario de mi eclipse.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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17
Hueles a hoja muerta
violentando barros
bajo la lluvia de otoño.
Nunca debimos agitar las brasas
ni remontar ríos de aguas quietas.
Se contemplan las memorias
atravesando lagos de lava seca,
extrañas paredes primitivas,
pupilas dibujadas en el fuego
de danzas peregrinas piel a piel
—aquel pliegue de tus ojeras—
labio a labio en el borde inmóvil
de delfines y archipiélagos
redondeando dunas de ensueño.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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18
Un arco iris
aureoló tu cabello
y murió el día
mientras la noche
hecha mariposa
aleteaba en tu sueño
dormida en tu regazo.
19
La mirada lejana de un niño se pregunta
por qué yace a sus pies, tronchada,
la frágil peonía.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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20
Nuestra paleta de amor se ha vuelto gris.
Tras la ventana dolida.
la brisa trae sonidos,
los sonidos besos
y los besos ecos
de caricias animales
que ya no son.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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21
Al no poder recrear firmamentos
en los difusos recodos de tu mirada
uno tras otro llegaron los inviernos
segando poesías.
La casa quedó vacía,
pálidas paredes de olvido,
pero aún conservo en mi boca
el sabor del beso postrero
enredado en la madreselva
de tu pelo.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
45
Inmovilidad
El movimiento
es una sucesión
de inmovilidades;
siempre hay
un instante infinitesimal
que ya no es.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Finjo total inmovilidad y paralizo el instante presente. Busco en
la memoria dormida el último nexo y conecto tu presencia a mi
anhelo. Mi corazón bombea una onda violeta que se expande
lentamente hacia el túnel que lleva a tu espejo; eclipses
hermafroditas roban brillos lunares mientras cuerpos opacos de
incierta procedencia lloran lágrimas de cuarzo.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Nuestro amor se alimenta,
no de una relación recíproca
de presencias,
sino de la comunión interna
de dos seres en los cuales
el presente es siempre presente
en la memoria del tiempo.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Sombra negra, te abates sobre mí; descarnada forma que
ensombrece mi ánimo desgajando notas, desencadenando
errores.
En postrer intento por ver tu imagen, alzo el brazo intentando
apartar la muerte de la cicatriz que oculta tu nombre tras la
otra soledad del desengaño y la ceniza; mi yerto brazo rebota
blandamente sobre la fría losa de mármol, fragmentando el
lamento del lobo herido.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
49
Perdido en la disyuntiva
del fui, soy o seré,
dejo constancia de mi queja
trascendiendo estados fosforescentes
de la conciencia interna del Tiempo.
La dimensión presente
del amor universal,
—de la muerte del cuerpo—
no sería posible
si no se vislumbrara en el horizonte
la posibilidad de ruptura.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Esbozo
La muerte nace con la ambigüedad
incaptable del instante, lo que hace
que florezca la duda de si es o no es.
Surgen lenguas de agua que bajan jugando con tus párpados,
formando pequeños ríos que copulan con el nácar de tus pechos
antes de convertirse en poesía. El infierno se hace cada vez más
envolvente y una extraña sensación me obliga a dejar de
teclear.
Miro en derredor,
no veo más que sombras,
acechando, mas...
percibo tus efluvios.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Lanzo el cigarrillo por la ventana, aparto mis manos del
ordenador interrumpiendo mi creación; dejo que la negra
lágrima se deslice por tu pálido rostro mientras se columpia un
mohín en tus labios entreabiertos buscando el sutil tacto del
equilibrio perdido.
Proyecto mi alma
para que indague
traspasando tu cuerpo,
y observe
la posible afinidad
con mi ser, y si hay
en ti algo más
que un cuerpo fingido.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Acerco mis labios a la pantalla y beso en tus labios mis últimas
palabras escritas, sé que el tramo final de la noche será
intenso, estéril como el inicio del nuevo amanecer que ya no
veré. Se nos rebeló el instante que construí entre el llano y la
colina, aquel que asesinó el puente levadizo de nuestros versos
en el ángulo obscuro.
Modificaré el término ideal
de una ecuación apasionada
llevada al infinito de tu lágrima,
buscando episodios y baladas,
músicas, vientos y naufragios.
Hay que determinar si la Nada
es cómplice, llanto o astilla
de minúsculas partículas
que resisten el análisis
de la razón subjetiva.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Letargo
Huyendo de fantasmas
pasados, exorcizo jirones
de mujeres sombrías,
enarbolando dagas.
Ánimas danzando al calor
de una brasa apagada.
Olor a celda vacía,
libertad rota,
letargo del sentimiento, amor
entre sábanas de olvido,
suspiro
cercenado por la mañana antigua.
Brazos que exprimen el barro sagrado.
Hombre sin alma apenas sería
redoble incoloro de campana hueca;
dejadme,
dejadme al menos
rescatar del humo la letra violada
de mi primera poesía.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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Otros brillos
Hay un soplo de luz en cada esquina
protegiendo la transparencia del agua.
2
Vuelan cuerpos pintando signos en el aire,
manos detenidas, blancas, como de papel,
memorias de cenizas, color en los pinceles,
floración de risas, cantos, ritmos en la piel.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
55
3
Crecen suspiros desde la espiral en fuga,
el tiempo se fragmenta, salta, otea, escarba
la desnuda interrogante de un destello de aire
y, entre signos, olores, músicas y tu cabello,
descifra la asimétrica sinfonía de la escarcha.
4
Suspiros hechos de momentos y rizos,
músicas que nacen del todo y de la nada,
palabras, gestos, voces, algunos rebeldes
latidos, que emergen de partituras albas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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5
La lágrima encuentra eco en la palabra
herida, sombras y sonidos del cercano
reloj, voces de nombres perdidos en viejas
melodías, —mansas corrientes del alma—
estrangulando la vibración de tu nombre.
6
El recodo de un aliento empañando la ventana,
—o el abrazo antiguo del cristal que la protege—
apenas consiguen neutralizar los fríos capiteles
de formas, símbolos y estigmas heredados.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
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7
La mirada roza el cuerpo y lo sacude
agitando la piel, huesos, rimas y un clavel.
8
Los espacios son sustancias que desafían
la abierta geometría de la línea solitaria,
sólo la poética rescatará las formas
del verso a la deriva, envolviéndolo
en el maternal abrazo de la palabra.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
58
9
Flotas, cantas, te ciernes, te deslizas;
gozo de cuerpos iniciando la carrera,
trinos de luna inundando viejos cielos,
gen oculto, poema, prosa, verso, oda.
10
Torres de palacios, estancias y músicas;
luciérnaga intacta cubierta de rocíos,
valles aéreos, fulgores y desmayos,
brisa deshojada, pétalos en los ojos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
59
11
Ladrones de aromáticos chubascos,
¡dime ave, espíritu, dulce pensamiento!
¿de qué color es el amor, el vino, el arrobo
de la música oculta en la ignota fuente?,
y el feliz gorjeo, el arrullo, la nota ígnea
¿en qué lugar del infinito languidece?,
¿Di, dónde, aquel acorde de la canción pionera
adormeció el cristalino espasmo de las olas?
12
Cuando la séptima puerta ata los destinos
la roja araña, la nieve y el agua te espían
y en la aurora cubierta de sones y arrullos
deletrean cortezas secas en órbitas y alas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
60
13
¿Dónde, dime, las hadas tejen capullos
de glicinas enamoradas en capas de tuna?
14
Otoño manso, abismos, árboles en fuga
alterando infancias, exilios, soledades,
¿puede la efímera posesión del sueño
hacer de la primera ansiedad un puente
que sepulte la lenta noche de las bocas?
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
61
15
¿Puede acaso el exiguo fuego de los regazos
sembrar vuelos de palomas en mares ajenos?
16
La criatura nocturna con sus manos de hielo
¿pretende copular con armónicas formas?
17
Mueven los pájaros nidos de hojas secas
junto a mares enterrados en sal antigua,
olas cansadas entre remos de lamentos
con ritmos heredados de lechuzas y perros.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
62
18
No crecen lirios bajo las sombras de los tilos
ni descifran inercias en huracanes de marzo,
¿tal vez añoran el movimiento de las algas?
¿pueden las muertes, con sus negros chales
devolver al océano la imagen de sus aguas?
19
Tiene el anagrama luces, metálicas almas,
enjambres púrpura y conchas de caracolas,
pezones de coral y musgo en las sombras,
plata el arcén y brillos en flor las corolas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
63
20
¡Oh, tú, que oyes de noche el mar de arena!
¿puedes cantarle al dulce pájaro de la torre
la canción soñada por los elfos de la noche?
21
Sobre tibios lechos de lágrimas diminutas,
entre sales, lavas y ritmos de músicas azules,
el párpado penetra, se asombra y multiplica
la imposible trayectoria de un claro de luna.
22
Murmullo líquido en sonidos de piedra,
superficie inmóvil, camino que regresa,
el cuerpo se hace mármol, alejado de tu cuerpo,
el agua se hace aire en el galope de otros besos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
64
23
La mano en el papel condena los veranos;
en cúpulas de carne agonizan los teoremas
y en el escorzo de un plano bañado por la arena
vislumbro la caricia cristalina de tus manos.
24
En el tacto de un silencio la máscara se ofusca;
somnolientos resplandores cubriendo las figuras
y en la pétrea, helada, misteriosa esfinge-sombra,
se aman entre sales, conchas, líquenes, las espumas.
25
La caricia junto al muslo, mano,
media de fina malla,
un tigre por el talle, víbora audaz, furiosa la cadera,
arpegios de aguafuerte entre vello en bello pubis
y aquel brillo de antaño en la mirada hambrienta.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
65
Vientre de Anubis
La palabra exuda lavas primitivas con tacto de rimas y versos;
esconde pasadas zozobras en la comisura de malicias ácidas,
rescata besos desdibujados en lo profundo de lejanos atolones
y libera lágrimas de silencios mojados en húmedas ventiscas.
En ese paisaje en que la memoria siente celos de la fría lluvia,
cuando el reflejo del vidrio alcanza la edad del lobo amarillo,
es preciso hilar muy fino el cristal de la imaginería, para evitar
que amputen la mano inocente que detraerá ingrávidos ecos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
66
¿Será posible abolir noches oscuras?. Si apuñalamos el reloj
¿enigmáticos tropos en bisagra abrirán nuevos-viejos caminos?
Nuestros huesos en declive ¿encontrarán mansas esquirlas
al retomar la senda que lleva al océano de versos de arena?
La frontera donde el ojo se hiela, sellará la cámara solitaria,
aflorará el oculto racimo de estrofas convertido en poesía
y la gélida ubre del alvéolo sintetizará el vientre de Anubis
postrando a sus pies la conjunción errónea de almas de tiza.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
67
La semiótica dilucidará sobre el sexo amorfo de los signos
y el poeta, cual geómetra que aspira a dulcificar la línea,
hará copular viejos matices desde nuevas perspectivas,
¿contentaremos con ello la mirada de nube del empedrado?
Tras dibujar abrazos-raíces en lo profundo de hiatos y tropos
apenas quedará rastro de la víspera de espacios comunes,
ni se moverá más el viento, ni el árbol, ni nuestras mentes,
¿protestarán acaso los timbres, pautas y fábulas truncadas?
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
68
¡Basta!
Un grito rompe la estructura de la cercana duna esparciendo
angustias acumuladas.
El mundo se debate entre espasmos de siglas e indiferencia
ética. Mientras, pueblos opresores, mancillan la línea del
horizonte.
La distancia que separa el hilo del ojo de la aguja se burla del
sonrojo del ocaso.
Allá, tras las piedras que protegen el iris de la bestia, nacen
momentos que agonizan de inmediato, sepultados por el manto
contemplativo de conciencias deshilachadas.
Se curva la mirada morena, arropada por suspiros de turbante,
mientras estrellas crucificadas posan la dolorida mirada en los
clavos de otras cruces.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
69
Amargura-paisaje,
restos de pieles añejas
y tactos imperiales
masticando zocos
y ubres de cabras.
Despojos de otras lluvias bajo el sol de otros amores de
compromiso en lo profundo de las minas. Sonrisas que se
borran, abrazos que no hubo y hombres derretidos en el
desamparo sahariano.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
70
Perdidos en el vacío
de otros vacíos y otros y otros,
sin memoria.
Cae la noche, se alza el telón.
De espectadora la luna,
y la indiferencia humana.
Silencio. Muchos silencios.
Ni una voz sobre la duna obscura.
Con las luces del alba
se rompe el esperpéntico escenario.
Los actores no se mueven,
siguen ahí, esperando
el guión que les prometió la ONU
decenas, cientos, miles de años atrás.
Barro sobre barro en los rostros de los rostros enmascarados
que miran hacia otro lado.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
71
Doble, triple olvido, al calor de satisfechas posaderas. Lejanía.
Viejas mañanas tirando a tarde, declinando verbos teñidos en
carbones de rojo ausente.
Dominación del hombre por el hambre;
primitivos totalitarismos disfrazados
en el inhóspito límite de otros espacios
fuera de
y de qué.
Forclusión a la carta en cocinas poderosas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
72
Indefinible paradoja entre el aire y la tibieza del espíritu
que jamás reposará en lechos de músicas y asombros.
Las palabras caen, se rompen,
despedazando verbos corrompidos;
asomadas al vértigo
de un espejo sin imágenes.
Ojos secos,
posados en la armadura antigua
y el estómago embotado por el hambre,
—la llama de la esperanza habita un remoto lugar
donde los vientos no existen—,
lamentos enquistados
buscando sílabas en el arco de un naufragio psicológico,
tejiendo lágrimas circulares-espirales
mientras la vanidad del metal rechaza el beso de la brisa
y el trazo sufre la contracción muscular de las formas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
73
Ondea el distintivo dorsal del escualo agazapado
tras la procesión de esferas.
Me desnudo en la noche
para sentir el calor del hermano
y noto erizarse,
—crecer y multiplicarse—
el vello de mi cuerpo.
Mis ojos cobran nueva vida y mi aliento
anuda el último grano de arena.
Huelo el viento y mi rugido
disgrega fragmentos de dunas danzantes.
Mis uñas desgarran las sombras
y en mis endurecidas piernas sudorosas
nace el aullido que hermana noches de otros tiempos
en una cópula permanente con mis ancestros
Cuando el horizonte se hiela invitando al desaliento
descubro que la metáfora que habitamos no tiene pulso.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
74
Salivas bajo llave
Implosiona el tejido de la realidad, dañando la suma de los
cuadrados invisibles del alma.
Observo la huella expansiva en la superficie del agua,
hipnotizando el instante en que sumerjo tu cuerpo en el verbo
virgen del primer hechizo.
Bajo velos, azules y sombras,
entre aves, cantos y nardos
aguarda el animal de la espesura.
Frío como una pared sin sangre,
urgido de la sed, imitando
la perfecta comunión de los gatos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
75
2
La melancolía nos empuja a buscar el centro
donde florece la hortensia
mientras la rota esfera de Pomodoro simboliza
los horrores de la guerra.
¿Dibujamos imaginativamente hasta encontrar
la lógica de los magmas?
Nuestras manos no hicieron lo suficiente
cuando llegaron las primeras lluvias,
ni regamos la tierra heredada con nuestras lágrimas,
ni aramos los campos,
ni adoramos la nube que se posó sobre el río redondo
escuchando voces.
¿Puede que la bestia que busco se esconda entre cántaros
y cuerpos amados?
¿debo tomarte por la punta de las alas
y lavarte en el espejo de los nombres?
Lo que me rebela no procede del mar
sino de esta daga que me ata a tu arena,
mientras olas escarlata susurran versos
sembrados en el vacío de otros corazones.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
76
3
Bajo el rumor de ácidos climas buscaré corales desteñidos
y plumas amarillas
y estudiaré el principio de la convección para entender
la viscosidad de tu sangre,
después apoyaré en tus ojos mis manos y me acostaré
sobre el mar que besaste,
hasta descubrir semejanzas entre el embarazo del círculo
y la curva de tus senos.
El cielo vertical juega en la lejanía
con horizontes inquietos que descifran
la convulsión electroquímica de un latido
en obscuros pasajes tallados en la piedra.
Me recreo en el chasquido, saboreando
la naturaleza del tacto de todos los tactos.
Me impregna la desordenada respiración
del agua, del aire, del verde exuberante.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
77
4
La melancolía con su cola de plomo, impide profundizar en la
relación homosocial verso-poeta, aun empleando la secreta
ceremonia de la disección de los números.
Tomaré la alta montaña de mis ocasos
y la situaré junto al mar de tus dudas
para que recupere el cielo y el aliento.
Y cabalgaré sobre campanas mojadas;
pesados sepulcros imitando silencios.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
78
5
Los mundos poéticos se van muriendo a pedazos. ¿Qué es la
poesía sino el vuelo de una bandada de palabras, rompiendo
con sus versos el silencio de las almas?
¡Ah, Parménides y su mundo inmutable, homogéneo, único y
esférico!
¿Está acaso prohibido explorar las posibilidades de la simetría
de un fulgúreo acento prosódico?
A veces es conveniente mirar desde el ángulo para evitar una
indeseada anamorfosis.
O perderse en la incontinencia de un fractal surgido de una
dimensión no entera, recreada por un diagrama de Lyapunov.
Hay que encontrar en el espejo la imagen asesinada
para proteger del sonrojo poético el furor de la sangre;
no basta con forzar el silbido del enigma de los muros,
¡aquellos trenes vacíos regresando de Auschwitz!
los valores se bifurcan y la ecuación oscila en el aire
con unos gramos de licopondrio en la densa mirada
de esas caras desacostumbradas a mirar otras caras.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
79
6
Todo cuanto veo, toco y siento, es parte del poema de la vida.
Cada minuto se detiene en un tiempo sin memoria donde es fácil
morir en fase contemplativa.
No hacer un solo movimiento.
No decir una palabra.
Fijar la vista en un punto;
cerca, lejos...
¿Pueden mis miedos simular el complejo desplazamiento de la
atmósfera?
Quisiera hacer estallar mi palabra; habitar el espacio donde
reposa
la húmeda caligrafía de tu cuerpo y diluirme en la nieve de tu
sueño.
Miro hacia atrás para ver si el verso me sigue
y le encuentro en el arco catenario de Gaudí,
decapitado por el monstruo de la angustia,
¡todo ruido interno nace de silencios ajenos!
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
80
7
La oscura nieve del desamparo rompiendo la quietud del
hombre-árbol
me recuerda el recodo verbal donde yacen las sombras y el
desencanto.
¿puede la profunda cicatriz de la mentira delatar el dulce
gemido del alba?
¿acaso podría la brevedad de nuestras vidas sostener páramos
emergentes?
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
81
8
Si el mundo tiene un sentido y éste es inteligible, pasado y futuro
estarán abiertos ante nosotros como un libro. No más matices
espiando laberintos de ideas.
Podría viajar en el hueco de tu espalda y copular con una de las
secciones áureas de tu segmento amoroso, armonizar la
arquitectura de Vitrubio con la divina proporción de Paciolo y
el dibujo incomparable de Leonardo.
¿Conseguiría descifrar el imposible cuadrado de la hipotenusa
de tu cuerpo?
¡Ah, aquellas salivas guardadas bajo llave, acordonando citas
pasadas!, ¡arañando espantos en la docilidad del azogue!
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
82
9
Hubo un tiempo en que visitaba a diario las tapias del antiguo
convento y conversaba en silencio con los viejos fusilados.
Caminaba por calles encendidas; sombras doblegadas, sin
rayos de sol en lucha; sin reflejos de sangre, sin ojos
agazapados tras la cornisa marchita, allá en el centro de la
nada.
Veo, oigo, atrapo el eco lejano,
mastico dos o tres formas labiales,
me estiro, tiento, pulso, despierto
y aun así soy mudo, tierno, frágil.
¿Puede la arquitectura del mal hacerme opaco?
¿romperme el filo?
¿ablandar rincones?
¿dilatar miradas?
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
83
10
La humanidad perdió su oportunidad el día que silenció
el espontáneo arrullo de un endecasílabo anaranjado.
Extenderé mi brazo y cantaré las consignas marcha atrás, con
mi voz repetida en sentido inverso, como Bach y el Canon del
Cangrejo. Con la palma de mi mano horizontal, mostrando el
mundo terrenal de las formas y la experiencia sensible.
Después, escribiré acerca de las armonías musicales entre
teorema y conjetura.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
84
Instante
Un verso de luz borró tu nombre;
no sé más quién eres...
Cuando me conformo con nada,
es cuando me conformo con todo...
Y en ese repetirme eternamente
en todo, de mí mismo a mí mismo,
a cada instante, todo duraría
apenas un instante...
Hasta la misma eternidad
duraríame un instante...
La poesía, cuando sólo es
lo que parece ser poesía,
apenas si es nada; el verso,
más que verso, se hace abismo.
Las alturas guían, pero en las alturas...
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
85
El universo poético no constituye
un orden total si no cuenta
con la adhesión del poeta a la poesía.
En poesía, los no vacíos,
puntos de apoyo de los vacíos,
no tienen puntos de apoyo
y vagan... en los vacíos.
Pensamos a veces
que no existe todo
lo que vemos,
porque todo lo que vemos
es todo lo que vimos
y todo lo que vimos
solo existe en la nada
y la nada...
es el reino de la poesía.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
86
Cóndor
Trazo signos en el aire
que algún día serán descifrados por el viento
o dormirán para siempre en el mantel de las flores
hechizadas.
Escribo versos en la piel de tu espalda desnuda
y le hablo a mi casa,
tu casa,
nuestra casa,
nuestra...
Esa casa nuestra, fue nuestra, sí,
envuelta en la despedazada alfombra
donde bebíamos nuestros cuerpos
a golpe de cadera;
los lunes y martes con el corazón,
desayuno con sexo los miércoles,
jueves y viernes rescatábamos los socorros y los cepos
y el sábado confeccionábamos en silencio los tablones
donde dibujábamos domingos grises
entre el trapo y la sortija.
Hoy solo queda el esqueleto seco de una gaviota
que sumó poliedros al paisaje del cóndor azul.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
87
Aullido
Todo está lleno de muros;
dioses opacos trazando signos en el agua
y el verbo de una doncella apagando llamas
que brotan del vientre de la pantera dormida.
Ala rota, ojos en flor, piel imaginada,
encendiendo furias en la sangre,
diluyendo en la pupila de azogue
la desnudez de una memoria anclada
en un beso titubeante labio a labio.
Apuro el vino, eco de otro vino
amargo, que recuerda al sol inerte
bajo el abedul, protegiendo almas confusas
del ladrido de la noche de mármol
a la sombra de la arcilla, del polvo, del guijarro.
Un soplo cristalino trae música de pájaros
y el viento del otoño agita los metales
consiguiendo que tus muslos se abran a la vida
y afloren a tus pechos secretos abisales
que anudan nuestros cuerpos en un aullido de barro.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
88
A veces te invento
A veces llegan recuerdos
que rozan la hortensia,
besan murmullos
y coquetean con los dedos
que acarician el arpa
de tus caderas.
Entre flores escucho ritmos
de olas cabalgadas por la niebla,
piernas apretadas,
vientre alborotado,
boca bebiendo el aliento
y luz en la cima de tus pechos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
89
Y gritas que me amas
y te inventas vientos
en el plano ombligo de la aurora,
recorres con tu lengua peregrina
la geometría de mi cuerpo
trazando bailes de mariposas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
90
Después miro mis ojos,
sin espejos
y tropieza mi mirada con la arena
donde mi sombra recoge caracolas
que respiran la sangre adormecida
y tiembla el párpado
y el pecho gime,
el sueño se diluye
y el alma se extravía
entre metales celestes,
mientras labios arrasados
besan efímeros destellos
de poemas inacabados.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
91
Estrella errante
Melodía triste de la oscuridad,
pálida nota adormecida
que esconde su amargura
en el lamento inacabado
de un violín en la distancia.
Mensajera de la estepa,
larga noche de un tiempo
pasado; del horizonte,
eco que envuelve el sentimiento
pero no dice mi nombre.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
92
Melodía a flor de piel,
frío concepto de amor no logrado,
manantial de abril mustio,
tormenta de color rosa y oro
de una primavera tardía.
Mujer desnuda que danza,
ofrenda de sabor acre
a la divinidad obscura,
pálido hedor de sangre vieja,
eterno estribillo agónico
de la canción de la vida.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
93
Punto indeterminado, negra noche
que me devuelve a tu estancia vacía,
mutilando la triste existencia
de una aventura llamada amor
cual peregrina nube vengadora.
Busco a tientas el refugio
de la ribera florida del corazón,
a orillas del rio de amores pasados;
contemplo en silencio la oscuridad
y caigo al abismo cual fugaz estrella
combatiendo la realidad con sueños,
aun cuando el sueño de la realidad
es como mujer desnuda caminando
entre nubes que perturban mi equilibrio.
Poso mi mano en tu vello púbico,
aspiro tu esencia, percibo tu ansia
y suena de nuevo la nota dormida
de aquel violín en la distancia.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
94
Nieblas
Es necesario que devolvamos los sueños
al niño y a las ortigas,
inventar lluvias que lleven a los andenes,
baladas navegantes, susurros de aurora,
y trenes intactos.
Cerca de la ciudad perdida
hay farolillos iluminando el verde rostro
de apasionadas madreselvas;
perfiles de truenos acariciando presagios
y amores deletreados,
ausencias que llevan a curvas sin senos,
y gritos, y llanto, y nieblas mordiendo
nuestras islas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
95
Hagamos nuestra la noche, la risa y el destello;
la calle en que conocimos
el cansancio y la locura,
aquel tocar el cielo
que en la infancia conseguimos
precisa ser rescatado
de la hoguera y del abismo.
Y con los sones dispersos en nuestro quejido
compongamos el himno que morderá las bocas
de la espiral intolerante que nos robó la luna.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
96
Brotes
Quiero
dibujar de nuevo
el brote tierno
de tu primera risa,
iluminar el llanto de los altares
con un beso
de páginas abiertas.
Quiero cabalgar contigo
en la hora fresca
de las mariposas,
formar parte
de tu sonrisa
de diademas y pañales
saboreando
la textura del jaguar y de la seda.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
97
Quiero emprender el éxodo de las tormentas.
Abrir para ti,
las sábanas del alma
y cincelar tu porte
de sombras y delfines
en un tupido bosque de amapolas lunares.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
98
Ecos
Emprendo la huida del tiempo presente,
libero mi alma para comenzar de nuevo,
quiero estar aquí, allí,
en todos lados y,
sin embargo, no estoy,
estoy ausente.
Mudas palabras sin contenido alguno,
espacio unívoco forzado por la razón,
irrazonable, incolora secuencia,
fragmentos de un sol que no brilla;
desencuentro.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
99
Transgresión de las formas,
subversión generacional,
extraña fuerza biológica
que induce a la razón de la fuerza
y no a la fuerza de la razón,
blasfemia silenciosa
de sonoridad interna
que conduce al daño por el daño,
al mal en su proyección más abyecta,
trascendencia mística que se acuna
en la poderosa entraña del buitre,
grandilocuencia que nace del complejo
de un mal heredado de siglos
de silencio
que aun no ha superado su apariencia fragmentaria.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
100
Sueño una mano extendida junto a otra mano,
dos manos,
dos manos unidas,
unidas a otras manos,
manos que se enlazan,
manos protectoras,
protegidas de la bestia rutinaria
cual intento poético de articular la realidad
de una cascada interrumpida
a mitad de su salto,
concepción estética plena de simbolismo
que devuelve a la tierra lo que le es propio,
despojado del artificioso discurso metafísico.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
101
Quiero encontrar de nuevo
la perdida prosodia honesta,
sutil aporte a una nueva creación de las formas,
trascendencia de lo místico,
ente revolucionario
que repare la intuición emocional
perdida tras la batalla de lo inocuo
y nos haga sentir de nuevo jóvenes
en virtud de nuestros paisajes.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
102
Quiero ver caer la hoja en otoño
y ver solo una hoja que cae,
ver el águila surcar los cielos
cual relámpago de presente compartido
con otras formas de vida, sin rencores,
oler la fresca brisa que me hermana
con la materia de que es materia mi espíritu.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
103
quiero sentir mi sangre recorriendo
mi cuerpo y no los campos de batalla,
comprender lo incomprensible,
ver la belleza de las formas
en formas aparentemente no bellas,
quiero ser la juventud perdida
en el ajado rostro de una anciana,
el brote tierno que renace
en la planta hollada por el tirano,
el beso desconocido
que despierta tus mañanas,
el ramillete de flores
en la tumba del no nacido,
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
104
Nazco de nuevo. Soy
la estrella refulgente
que se duerme en tus cabellos,
el rincón de la arboleda
que reverdece tu ansia,
la última frase de amor
en el lecho del moribundo,
la caricia que en tu sueño
endurece tus pezones,
la sonoridad de un verso
que habla de amor eterno,
el rasguear de guitarra
en noches de luna llena,
las gotas de fina lluvia
que escriben tu dulce nombre
en el cristal de tu ventana,
el alimento que borra
la pena acumulada
en esa carita hambrienta,
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
105
quiero..., ¡ah, tantas cosas quiero!...
quiero desmaterializarme,
comenzar de nuevo,
transferir mis partículas
a toda forma de vida,
inundar de calor
los rincones más fríos,
elevar a lo alto
el canto de la esperanza
y depositar mi amor en un proyecto de futuro
que aleje las sombras que perturban mi alma.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
106
Transparencias
Debo recoger los besos esparcidos por tu cuerpo,
cantarle al silencio en palabras que huyen
una sinfonía lunar de círculos concéntricos
en el dócil lenguaje de las ramas rotas.
Aun conservo intacto el paisaje de tus pechos,
compañero inseparable de mis lluvias otoñales.
Busca refugio en mi tímpano
el eco de tu reflejo, tus ojos,
despojados de la espuma del sueño,
descargan el plomo de la indiferencia;
cuchillada fugaz que rasga el sentimiento.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
107
Necesito cantarte lo insólito
del llanto de una guitarra
trenzada en tu talle sin intersticios,
vestir mi memoria de trastienda
con un sutil manto de transparencias
policromas, de minutos pálidos,
recrear la luz de la dormida estrella
en la memoria inerme de una corza esquiva,
trocándolo en un poema resuelto en violetas,
y ver nacer de nuevo tras la espesa arboleda
de tu archipiélago sombrío, diluido en la almohada,
el recuerdo lejano de haber besado tu boca.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
108
La hora ciega
Mis años no entienden de órbitas ni narcisos,
sólo de sombras
esculpidas
en silencio,
mentira paisajística para acallar las sílabas
que pugnan en vano por escalar tu espejo.
Embeleso
que trasciende,
aleteo extasiado
de mariposa hambrienta
de suspiros,
rugir de lágrima enamorada del ocaso,
prímula marchita soñando la tristeza
de la primordial caricia de un beso amurallado.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
109
Soplo de aire fresco sobre arpa polvorienta,
transición que lleva a la obscura fusión
de la memoria compartida con los astros,
más allá del dolor,
del gemido,
del jadeo.
Miro el mapa núbil de tu cuerpo en llamas
enlazado a la palabra del tacto, éxtasis
interpretado por amante en la hora ciega
que me roba el sabor de tu desnudo trópico.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
110
La tenue línea que separa la angustia del piano
tras los fuegos fatuos de mis córneas celestes.
En mis cuencas vacías hay alacranes rosa
que pugnan por llegar al chirrido frágil
del animal que duerme en tu pezón de jade,
resguardado del gélido aire de mi invierno.
Vientre abandonado a la sombra del horizonte,
preámbulo de caricia enmohecida, llanura
explorada por la memoria del destino ciego.
Nos separa la barrera de un manojo de flores
manipulando el tenue trazo deshilachado.
Noche fría, gris, lóbrega, asexuada,
pululando incansable, contando pezuñas
bajo la ventisca de ceniza y profecías.
Doméstica mezcolanza de abejas coronadas,
dibujando la ruleta donde patinan los búhos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
111
Penetro el mármol
con las yemas de mis dedos ateridos,
me fundo en el estupor de la estatua ignota
y añado, bajo la mirada ardiente del espejo
un nuevo capítulo amargo a mi personal infierno.
En un rellano de tu almohada de flores,
Sedas y ausencias,
yace tronchado un primer beso
desnudo de malicias.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
112
El final del amor
Comenzó en un aleteo de palmeras y visillos...
Brisa transparente
de inocuo reflejo.
Miradas sesgadas
de ensoñación anclada en paisajes y golondrinas
Nieve negra
helando eternidades azules
Ojos rehuyendo
el lenguaje de mis ojos primordiales
Un mar distinto bañando costas coralinas
en tu pico de paloma naufragada.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
113
Leí entonces
en el libro abierto de tu tacto sin geografía
la sentencia inapelable
el ocaso de las mariposas
la negrura de un Olimpo
que negaba mi presencia en un mundo de humedales
desbordado
rompiendo diques
astillando vidrieras
fragmentando arco iris...
Y sutil
tenue
quedamente...
cesó la música en la bóveda celeste
y mi párpado penetró la tumba de los dinosaurios.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
114
Voces
Me llamas con el pétalo azulino de tu mirada,
coqueta,
mientras miro el sendero que lleva a tu cuerpo
de lilas;
busco fuerzas espantando el deseo que emana
sibilino
del bosquecillo que habita tu triángulo bordeado
de encajes,
penetro al fin la clave que conduce a tu morada
y la lágrima
se confunde con la lágrima que abraza en tu sexo
mi sexo
y rompo en tu rayuela de signos y evocaciones
la tregua
que me impuse cuando escuché por vez primera
la voz de Calíope.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
115
Copia falsa
Escucha callada el sonido del lirio
sobresaltado
patinando por la fotocopia furtiva
de tu garganta.
Él conoce historias de almas rescatadas;
fingidas aventuras en playas infinitas
de espliego,
amores vividos en el hielo invernal
de paisajes inexistentes que agonizan
en tu cuerpo,
arañando en el espejo una mirada
a medias reflejada,
que arrastra negros odios oxidados
caminando junto a postradas columnas
de otras decepciones.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
116
Tangos guerreros danzando
descalzos,
cráneos de humo declamando
versos rebeldes,
caracolas moteadas susurrando
en la noche
obscura, palabras de paz.
Vuela después junto a la golondrina
restando ataduras a la razón,
buscando la sombra del pecho frío
oculto tras la metáfora maligna
del viejo pubis deshojado por un suspiro,
propiciando,
el acceso al subconsciente de tu primavera
de cuarto obscuro.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
117
El amante
Me sumerjo en la nube de un ensueño profundo,
evoco tu cuerpo, inhalo tu esencia. Lluvia gris.
La espera golpea mi alma doliente, istmo frío,
¿vendrás, amor?, tengo para ti una canción de luz
que nace del multicolor lenguaje de mi amor sediento,
jadeo incontrolable, naufragio de mis sentidos
perdidos en la vorágine de un cúmulo de sensaciones.
Juglar soy de un tiempo remoto, vivencia neutra,
lujurioso pálpito que se rebela en la noche eterna,
deseo soterrado, trazo tembloroso de amor carnal
que camina por el angosto suspiro de tu sexo mío
cual tránsito obligado que converge en tu mirada.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
118
Antagonismo sesgado que difumina mi espíritu,
contradictoria esencia que embarga mi alma errante,
violento repliegue de mi sentir más puro, reverso
voraz, relámpago que fulmina la elemental sintaxis
fragmentando la lírica que envuelve tu hermosura.
Siento que la angustia se apodera de mi cuerpo,
lucho por salir del trance de este deseo que emerge
anulando la tibieza de un susurro amoroso,
lucha encarnizada de facciones enfrentadas
desde la cavernaria concepción del sentimiento.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
119
Nado en la profundidad inexplorada de mi esencia
y busco en los rincones de mi mente confundida,
hurgo en la diferencia de conceptos y separo
el manto hipócrita que encubre las palabras
descubriendo que el origen de la desazón que siento
nace del aura que recubre mi corazón enamorado.
Ya nada importa, solo tú, yo y nuestro instinto,
en la numerología del amor solo tiene cabida
la verdad subjetiva que aprisiona nuestros cuerpos;
en la suma de factores que componen el conjunto
el sexo no es sino una conjugación del verbo amar.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
120
Ah, el deseo
Sentado sobre el eje móvil del tiempo pasado
cual árbol caído, enfermo de soledad,
siento nacer la noche en tu mirada vacía
y en mi pecho se agolpan mil recuerdos,
recuerdos de amores pasados, ya marchitos
que marcaron la monotonía de mi presente.
Rechazo sentimientos de seda y rosas,
ya no habla el corazón por mi mirada,
habla el gesto torpe de mi cuerpo
con voz tenue de paloma maltratada
y el sollozo mordiendo mis entrañas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
121
Siento al pensar tu cuerpo abandonado
mil sensaciones que analizar no puedo,
resonancia vaga de una estrella lejana,
sutil contacto de mi mirada hambrienta,
deseo exacerbado que me embrutece
acallando brotes que gritan rebeldes.
Ah, el deseo, relámpago hueco,
puerta invisible que me lleva a la nada,
temblor convulso en mi negra noche,
obscuro repicar de alma atormentada
surcada por el viento gris de mi tristeza,
prolija selva solo habitada por la fiera
que pugna por liberarse de mi consciencia.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
122
Ando a ciegas por el corredor vacío de tu mirada
y me oculto en el suave declive de tus pechos,
busco febril el oasis perfumado de tu instinto
y cruzo la frontera que me enlaza a mis ancestros
dando rienda suelta a mi sentir salvaje.
Ah, el deseo...
pasión incubada en la noche de los tiempos,
rota a intervalos por los gritos de mi yo dormido,
no caben palabras, los hechos se desatan,
te tomo y te muerdo, te humillo, te degrado,
penetro tu cuerpo y desgarro tu alma
y me hundo en el fango de mi desprecio.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
123
Amor fractal
El beso, apenas rozando el labio, no sé,
tal vez fuera el tacto tibio de su pecho erguido,
me hicieron comprender que ella lo sabía;
miré sus ojos, entornados, esquivos,
tratando de leer; descifrando el insondable
enigma de su sangre descalza.
Ella lo sabía, sí, sabía que sabía que me amaba,
de igual modo yo sabía que ella sabía, que sabía
que luchaba por no amarme.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
124
Escuché el suspiro interno, acongojado,
perdido en sí mismo, errante perla desgajada
del ordenamiento cósmico del sentimiento,
mostrando el brillo de otros amores abrazados
en la refulgente perla originaria.
Sentí en cada partícula, en cada prisma, reflejado,
la esencia de otros amores presentes,
en un único latido
sin nombre, sin fronteras, emanando de un mundo
que no lo es en sí mismo y lo es en la melena gris
de su mirada.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
125
En el cielo de Indyra,
habitaremos un jardín de brotes tiernos, olorosos,
con un estanque dorado donde se aman peces
misteriosos;
en ramas de árboles tribales anidarán aves saladas
que cantan enamoradas estrofas a sus retoños,
y cada brote, pez o ave, olor, mirada, susurro,
crujir de pasos espirales...,
cada átomo de la memoria,
será parte indisoluble del jardín del universo,
porque ellos son, en suma, universos contenidos
en otros universos anudados.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
126
El amor, amada mía, es una grandiosa urbe,
de amenazantes edificios, largas calles danzantes
y farolas encapuchadas;
cualquier camino visible conduce a la vía principal,
a la distante meta;
al término de un comienzo no iniciado;
a nuevas calles danzantes, con farolas y gentes
que caminan en círculos, buscando... buscando...
b
u
s
c
a
n
d
o.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
127
Comuniquémonos en silencio;
sintamos la magia de la brisa que acaricia,
el grano de arena perdido en la remota playa
de un mundo siempre igual
pero diferente, distinto de otros,
igualmente diferentes,
pero iguales, abramos puertas
al misterio de la metáfora
y el símbolo, modificando versos
bañados en esencia de azucenas lilas,
volvamos al jardín florido que espera en el paraíso
cosmológico del amor, a nuestra casa colgante,
espaciosa morada, ancha,
como el cielo circundante,
con suelo pavimentado
de esféricas piedras preciosas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
128
Dentro de nuestra casa habrá incontables palacios
con alas de metal crujiente,
llenos de gentes que aman,
con ventanas, escaleras, pasadizos y poemas,
donde cascadas de novias agitarán claves dormidas
de amores ávidos como ríos,
todo ello construido con bellas piedras,
todas preciosas; preciosas como tú, preciosa.
En nuestra casa habrá casas,
cientos, miles de casas,
todas ellas adornadas con palacios holográficos,
espaciosas como un cielo contenido
en cielos plagados de cielos
danzando al atardecer.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
129
Y en el comienzo del tiempo aún no transcurrido,
reuniremos los pasos dormidos
en el frío cristal de la memoria dispersa,
golpeando corazones de madera
con las notas de nocturnos violines.
Sólo así despertaremos la fe sepultada en las desnudas estepas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
130
Rostro cerrado
Acerco mi índice
con exquisito cuidado...
Aparto la hojarasca
que recubre la palabra,
alejo el Nietzsche
que interpretó Adolfo
y emprendo la eterna
persecución perseguida
que me hará recuperar
el instante perpetuo
escondido en el rostro
de la habitación cerrada.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
131
Nunca lo sabrás
Pasé por tu calle y miré tu ventana
sabía que tras ella estabas sufriendo
y aceleré el paso camino de la nada
temiendo encontrar tus ojos de nuevo.
No se donde voy, a ciegas camino,
mis pasos llevan siempre a tu recuerdo,
mas debo evitarte, ese es mi destino,
guardaré silencio y te amaré en secreto.
Tal vez algún día me veas con otra
andando el camino que ambos recorrimos
y besando en su boca el dulce de tu boca.
No sabrás que vivo en aquella mañana
mirando tus ojos fijos en los míos
diciendo te amo bajo tu ventana.
Y si hasta mí llega tu lágrima furtiva
no mostraré signo de emoción alguna
pero esa lágrima tuya se unirá a la mía.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
132
Amor dulce, amor amargo
Pétalo adormecido de orquídea acongojada,
secreción continua de un corazón sangrante,
profunda herida expuesta al ardor de tu mirada,
traslación ininterrumpida de universo en universo
en la equívoca noche de un mundo sin matices.
Incolora secuencia de un pálpito lejano,
estrella fugaz que ilumina mis miedos,
canción repetida de un tiempo pasado
que no pasa de ser un simple recuerdo.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
133
Ansia contenida de un suspiro prolongado
que me lleva a la paz que perdí hace años,
opacidad salobre que reseca mis labios,
recreación de un instante compartido
en el nido amoroso de tu blanco cuerpo.
Orgasmo breve de un sentimiento alado
que golpea en el ojo del huracán dormido
cruzando el infierno que enlaza mi vida
mostrando al desnudo amores perdidos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
134
Gaviota dormida que sueña en su vuelo
otro horizonte donde descansar segura
lejos de la agreste soledad de un cielo
plagado de voces que gritan tu nombre.
Susurro que nace de la entraña profunda,
del intimo anhelo de un alma que sueña,
lluvia incandescente de abrasadora llama
que esparce los restos de la razón maltrecha.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
135
Metáfora sin luz, pensamiento simple,
cauce seco de caudal otrora pleno,
tierra estéril donde el brote muere
aún antes de saber qué es la vida.
Siento estremecerse una fibra dañada,
cobra nuevo color mi entorno incierto,
me ilumina una luz antes apagada
que me lleva a soñar en salir del destierro.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
136
Mas... debo resistir, mirar a otro lado,
rechazar la mano que me brinda un camino
que conduce al amor tan solo un instante
y al dolor después, cuando se haya ido.
Ay, amor, principio y fin de la vida,
envuelto en un frasco de cierta medida
de dulce presente, incierto futuro,
gozamos de ti un lapso calculado;
cuanto más te usamos antes te perdemos
y aspirarte a medias... parece pecado.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
137
Sed
Abres la boca e introduzco
el torpe rayo de mi ansia;
espasmos entre tinieblas
de pezones erectos
y caricias de agua;
después la quietud,
un silencio transparente
y la sed que, presurosa,
se repliega.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
138
Amor furtivo
Mis ojos inquietos rasgan el silencio
buscando el destello que anuncie tu llegada,
vivimos tan solo el fugaz momento
de un beso furtivo en la noche callada.
Una rama seca cruje en el camino,
mi corazón me dice que al fin has llegado,
amarte a escondidas, ese es mi destino
y el resto del día soñarte a mi lado.
Amor que has llegado a mi estancia vacía
repartiendo dones que creí extinguidos
e inundando mi alma de felicidad.
Cobro nuevos bríos al saberte mía
en el breve lapso en que estamos unidos
bajo el manto cómplice de la oscuridad.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
139
Bisex
A veces me rebelo y grito
grito al viento, al sol, te grito
a ti, hombre veloz,
hombre dual,
que me rehuyes al alba
y al atardecer también
pero me quieres de noche,
solo de noche,
en tus noches,
esas noches en que los fantasmas
de tu yo femenino tocan
a tu puerta y me quieres
con mi pene postizo,
no ante ti sino detrás,
como escudo ante tu cobardía.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
140
Nefertiti
Descubrí la belleza una noche en tus brazos;
poseíste mis labios crepusculares en tanto
mi carne fugaz aguardaba el efímero
deseo resguardado en su metáfora de piedra.
Traspasaste el arcano de frío alabastro, yaciente
durante siglos, al amparo de lunas jónicas
en la oquedad obscura de la pirámide angosta
donde aguardaba el tiempo aún no vivido.
Ahora mi deseo esparcido en mil pedazos
refleja los ecos del engañoso abrazo, odiando
tu rostro, tu cuerpo, tu abrazo tormentoso
que fragmentó mi alma en amargos presagios.
Me voy hacia Osiris, refugiada de nuevo
en la oscuridad suicida de una oda en el cosmos
cubierta con el invisible canto de la amargura
de saberte atrapado por los posos del ayer herido.
Te esperaré cristalizada en el mar del silencio
perfumada de nuevo en la voz de la memoria.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
141
Orgasmo
No puedes rebelarte, amor. No, no puedes...
Soy el deseo que rompe
aristas
sobre tu pecho desnudo
de caricias,
el fulgor que abarca tu nombre
todo
creciendo en el vello de tu bajo vientre,
poniendo barreras de estrellas entre tu piel
y la mía,
sembrando canciones salvajes
en tus muslos que oprimen
mis muslos
prolongando tu cuerpo
a mi cuerpo desnudo.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
142
Soy para ti algo que crece,
susurro que recorre el sendero
del otro lado del espejo
controlando la savia que une
tu ansia a mi ansia
mi boca a tu boca
tu sexo a mi sexo
brotando al unísono
hasta explotar en la bruma
de un incontenible orgasmo.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
143
Soy esa
No soy sólo la esfinge que enamora
primaveras en los versos del poeta,
soy la imagen del lado oscuro de la luna
que desnuda juegos a la sombra fría
del silencio en que protejo tus alas.
Soy tus miedos,
tus deseos,
tus ansias y tus anhelos,
la que canta, la que ríe,
la que enamora tus ojos
floreciendo en tus mañanas,
anudándome en tus piernas,
sintiéndote en mis entrañas.
Esa soy yo
no sólo un nombre
que no dice nada al alma
sino todo un universo
que te mece
en la cuna de la esperanza,
yo soy en suma,
amor,
esa,
la que te ama.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
144
Cáncer
No me invade la tristeza de otros tiempos...
Germina en mí la semilla del amor,
de una gratitud sin límites,
de serena aceptación
ante el hecho irremediable.
He vuelto a mis orígenes
a mi Itaca añorada,
a mis seres más queridos,
a mi poesía olvidada,
al punto de la ruptura
con mi yo equilibrado,
y siento correr la sangre
por mis venas saturadas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
145
No es más que un bultito,
en mi pecho anquilosado,
una microscópica semilla
instalada en mis mañanas
cual indeseado amante
que la vida me arrebata.
Tomaré con mis manos la luz,
hijos, amigos y hermanos
y emprenderemos la senda
que lleva al Infierno de Dante
veré mares, ríos crepusculares,
islas habitadas por mis dioses,
inseparables amigos de antaño,
a Poseidón, Hermes, Afrodita,
Rómulo, Remo y el rey Fauno,
la luminosidad de Miguel Ángel,
asistiré al nacimiento de la flor
que brote del fondo del jardín
en mi rosal preferido...
Durante dos largos meses
yo también seré inmortal.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
146
Quisiera
Quisiera mirar, oler, tocar,
tu alma, mi alma, con un poema,
leer con tus ojos, besar
la sonrisa que brota en verso
de tus labios, mis labios
multiplicados.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
147
Parto cósmico
Solos
tú y yo
sin principio,
sin final,
llanto,
contorsión,
catarsis.
no existió vida antes de ti...
El Universo emergió del interior de mi vagina.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
148
El otro
Ese hombre...
Ahí está él, durmiendo junto a ti,
al otro lado de la cama,
mirada llena de palabras
mudas, escuchadas al viento,
lengua cosida, punto sin cielos,
imaginando líneas, adosadas,
nadando a la sombra de tus besos
en un puerto donde los barcos no llegan.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
149
Percibo inquietud en el silencio
rodeado de voces, oigo tu nombre,
labios sin cuerpo, voces sin eco,
pájaros dormidos bajo cerrojos,
cuerpos calcinados en la nada
tras ventanas cerradas por dentro,
aleteo fugaz de un roce sin rasgos,
diálogo obsceno sombra a sombra
entre pliegues de sábanas oxidadas
y encajes, encajes...
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
150
Ese hombre...
corriendo entre multitudes,
buscando nexos,
palpando danzas de ensalmos
en torno a pezones inmaduros,
piel profanada por mis dedos
en un tiempo sin edad,
color ni aromas, perdido
entre glicinas, salitres y pétalos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
151
Él te tiene, posee tu piel sin materia,
borra lágrimas, mutila recuerdos,
enhebra en tu cuello caricias y collares
mientras tus ojos ruedan en el charco
en que mi nombre quebranta tu nombre
y tu cuerpo lejano calma la sed insaciable
que distorsiona la noche plena de sabores,
ceñidos los flancos, gemidos y orgasmos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
152
¡Y quién soy yo?
apenas la sombra de un amante incongruente,
perdido entre estertores, hierro y amarguras,
dueño de llaves inciertas que abren girasoles
con el idioma ausente del engaño cotidiano,
naciendo y muriendo cada noche, en tus brazos,
ebrio entre estruendos de mar y golondrinas.
Soy el que forjó fantasías en tus paredes mías
y dibujó incógnitas en la maraña de tus huesos
grabando en los orígenes de tu alma enamorada
requiebros cabalgados por soles turbulentos
deshojados por los gritos al ladrillo y los entierros.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
153
Discurso monótono de burbujas que no bullen
existencia sin luces, oculta bajo el párpado
ofuscado por la lágrima del ojo complaciente
que no aguanta la mirada de tu mirada encinta
de amores naufragados, apenas entrevistos,
que treparon otras tumbas derivando tu vuelo
candoroso, hacia una primavera amordazada.
...Y aquí me quedo,
existo,
pero no.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
154
Líneas paralelas
Tu amor y mi amor; sueño imposible,
líneas paralelas cabalgando geometrías sin alma
cerradas puertas sin más edad que sabores y paladares
jamás podrán tocarse a impulsos de soles y azaleas
mas, extendidas hasta rebasar relieves
y almohadillas
rebasarán los límites que marcan tu nuca
y mi gemido
y del horizonte humano en que descansan los mitos
proyectaré lágrimas hasta el infinito
de los torbellinos
y terminarán fundiéndose en abanicos,
sedas y ternura.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
155
Toda distancia habrá desaparecido
en la textura cósmica
y no habrá espacio ni perfiles disgregados
en laberintos
ni tiempo entre una y otra filigrana
que me lleva a tu cintura
y entonces, en ese punto en que convergen
las incógnitas
concluirán al fin los cuchicheos de líquenes
y calaveras
haciendo eternidad la flor esculpida
en el primer ideograma.
Y dejaremos de ser extranjeros en nuestros cuerpos,
uno sobre otro,
dentro y fuera de,
y de qué.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
156
Duele
Nos duelen los labios que ayer se sonreían...
Duele, si
duele el rumor inquietante
de los caminos obscuros,
noche,
viento,
gemidos que besan tu cintura,
duele la tristeza que abraza la lejana nube,
las lágrimas que bordan el dorado perfil de tu sangre.
Duele el espejo en el que escribí: te amo,
tomando del bosque herido por el crujir de aceros,
migajas ignoradas por las manos de nadie.
La ola, ascendiendo por el abanico de tu vientre,
imita labios de ayer, besando tu piel sin sombras,
viendo morir la mariposa bajo rosadas luces
de un celeste ojo de águila que nunca será esfinge.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
157
¿Qué es?
—¿Qué es poesía? –dijiste
y al hacerlo rehuiste mi mirada.
¡Ah, las palabras!
ciegas manos frías
apoyándose en la luz
de la vertiente cristalina
del rocío.
Tus manos...
Manos que alargan distancias
entre tus ojos sellados
y el sentir del Yo poeta.
Tu cuerpo...
Tu cuerpo es la palabra
donde yace la historia del mundo.
Necesito cruzar los puentes
donde cabalga el violento
perfume de tus nalgas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
158
La poesía...
Versos en declive
sorteando entre espartos
el sortilegio de tus pechos.
¿Debo llenar de ritmo este vacío?
Apenas tres gotas
descifrando códigos poéticos
que persiguen en la noche
la huella del viejo eclipse.
Vulva enfurecida...
Me llega el gemido de tu sexo
bajo el silencio indiferente de la luna.
Mis ojos,
queriendo ser lluvia
son de barro.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
159
Fiera
Recuerdo tu cuerpo
de pantera, destrozado
por mis dientes, degustadores
insaciables de tu salvaje belleza,
mis garras prendidas de tu pecho
ensangrentado
y mis ojos contemplando las cenizas
que empañaban el verdor de tus ojos.
Sin poderlo evitar grité al viento
tu nombre,
como si fuera propio de un hombre
aullar
mientras una lágrima rompía los bordes
de mi voz.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
160
Teoría de la verdadera civilización
En el amor,
como en casi todos
los negocios humanos,
el acuerdo es el resultado
de un malentendido.
Este malentendido
es el placer.
El hombre grita:
«Oh, ángel mío».
La mujer ronronea:
«Mamá, mamá»
Y estos dos imbéciles
están persuadidos
de que piensan
de mutuo acuerdo.
El abismo infranqueable
que produce en general
la incomunicabilidad,
sigue infranqueado.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
161
Por eso, cuando dijo
Jesucristo: "Bienaventurados
los que aman",
se limitaba a efectuar
un simple cálculo
de posibilidades.
Tenían razón los cubistas
cuando consideraban la manzana,
más literaria y frugal
que las tetas de la ortodoxia.
¡Sin tetas no hay poesía!
gritaban los "entendidos”,
¡No seáis supersticiosos!
... y el cubismo les jodía
poniendo un pie en el ojo
de la hostia marinera.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
162
Tú
Mi sueño recurrente...
... tu ferocidad aplacada
por la música de los sentidos.
Mi agudo violín entre tus piernas,
tensando cuerdas
hasta acariciar tu pubis...
imitando sonidos de sexo,
surcando cielos pródigos
que llevan al canal ambiguo
de tus níveos pechos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
163
Y al fondo tú,
tu helada mirada
de mantis casquivana
dolorida y eterna.
Sinfonía floral
de garras afiladas
y lamentos a dúo;
copo de nieve que observa
desde la alta cumbre
el temblor convulso de mi canto
antes de despedazarse
en la nebulosa oscuridad
de un beso negro...
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
164
Ah, el amor
Amor, palabra mágica y maldita,
sentimiento rebelde que me apuñala,
sensación multiforme que me sacude
cual torbellino de colores dulces,
sorda resonancia cuyo eco
retumba en mi cuerpo roto.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
165
¿Cómo vestir de palabras
esa sensación que te eleva,
que te agita, te sacude, rompe
el dique impuesto por la norma
y penetra en tu entraña adormecida
inundando de luz lo que era sombra?
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
166
Amor, gaviota liberada,
tigre de acariciante zarpa,
piedra quieta en el camino
al acecho de tus pasos;
promesa de arco iris
coronando la montaña
de tu deseo mutilado,
espacio fértil soñado
desde el inicio obscuro.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
167
Ah, el amor,
sublime contacto
apenas logrado,
ascua indolora
que abrasa mi pecho;
sollozo en la mañana
al sentirme lejos
de tu cuerpo grácil,
sonrisa estremecida
al notar tu presencia
tras de mi cuerpo
en la cálida noche
de pasión compartida.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
168
Amor...
profundo misterio
resuelto en palabras
que no dicen nada
al sentir del alma;
fulgor de miradas,
estremecimiento mutuo,
manos entrelazadas
y latidos a dúo,
remanso de paz
o temible infierno,
fulgor primaveral,
imprevisible invierno.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
169
Tormenta imprecisa
que sacude mi pecho
convirtiendo en cenizas
mi voluntad quebrada,
poema de un solo verso
si no es correspondido,
pareado electrizante
cuando se es querido.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
170
Ah, el amor...
Deseo intangible,
émbolo avasallador
que despierta venturas
o nos lleva al dolor,
cascada incontenible
de efecto demoledor
cual mortal caída libre,
o ascensión al infinito
de un fragmento de luz
neutra, cual lecho nupcial
en trapecio cristalino
que nos cobije a los dos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
171
Hoy quiero decirte
Hoy quiero decirte que ya no te amo,
que mis sentimientos volaron al viento,
que hasta mí llegó el calor de otra mano
que enfrió en la noche la luz del recuerdo.
Hoy quiero decirte que apenas consigo
encontrar destellos del fulgor que un día
iluminaba mis noches estando contigo
mientras me arrullabas con mil melodías.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
172
Hoy quiero decirte que ya he olvidado
aquel primer beso en el ángulo oscuro
de aquella buhardilla en que nos amamos
al ardor de la llama del amor más puro.
Hoy quiero decirte que aquellas mañanas
en que tu cuerpo despertaba mi instinto
llevando a mi alma la paz deseada
ya nada significan, pero...no insisto
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
173
Hoy quería decirte... no sé, amor,
qué quería decirte,
¿que ya no te amo?
¿cómo podría decirlo?.
Estoy condenado
a querer decirte
lo que decir no puedo
porque aún te amo.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
174
Lamentos
Miro el mundo desde mi altura; amanece,
entre la hendidura de las nubes veo la tierra
marrón, firme y frágil a la vez, te veo a ti
bajo el goce de la entrega, embriagada
por el sentimiento, fulgor resplandeciente
tras la noche calenturienta de estío, dimensión
oculta de lo real y lo aparente, túnel sin fondo
que me aleja del automatismo cotidiano,
construcción simbólica de mis sentidos, amor,
principio teórico que comienza y termina
en mi interior, segmento convencional,
fecundación de la memoria compartida.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
175
Presente continuo de sufrimiento creciente,
nueva dimensión dentro de la verdad antigua,
necesito salir de la experiencia personal,
adentrarme en el eco de un lamento lejano,
ver, sentir y tocar el otro lado de las cosas,
penetrar la oscuridad del tiempo pasado,
rechazar la agresión discursiva del necio,
ver la muerte del cuerpo, del alma, la ceniza
esparcida en los campos de Auschwitz, dolor
paradigmático junto a la indiferencia ética,
humanidad despoblada en constante tránsito,
cuerpos vacíos a los que se ha hurtado
la capacidad de sufrir humanamente, cuencas
de ojos que no ven, lamento inarticulado
que gravitará eternamente sobre la conciencia.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
176
Preciso sacar la filosofía de la abstracción
en que nace, darle vida, acompañarla
a la morada en que habita el testimonio
de un poema envuelto en la cara del amor,
necesito espacio para mostrar el dolor
a través de la dimensión poética, ejercicio
que permite vivir lo que permanece oculto
en la impenetrable tiniebla del silencio,
curar la fractura en la escala de lo real,
punto de enlace entre la poesía y el hombre,
practicar el arte de lo imposible, uniéndolo
a la prometedora provincia de lo posible.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
177
Quiero ejercer de enlace, construyendo
un mundo revolucionario que germine
el sosegado núcleo de la palabra poética,
liberadora práctica del espíritu, basada
en la olvidada virtud de la tolerancia,
entrar en el universo concentracionario
que asesina impunemente la palabra,
inundar de colores el conflicto radical
que embrutece la maquinaria humana,
hermanar la ética al simple conocimiento
hurgando en la adormecida entraña humana
que encierra en estadísticas el sentimiento,
tribu áspera e inculta de raza indescifrable
sumida en el coma de la muerte emocional.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
178
Quiero seguir amando y, si he de morir,
hacerlo en brazos de la mujer amada,
tras un orgasmo de vida, escuchando
recitar en mi oído unos versos de amor.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
179
Una lágrima
Y la lágrima
rodó
por su mejilla
y bajó
por su cuello
y ascendió
en su pecho
al rosado pezón.
Descendió a su vientre
y en un óvulo
germinó;
después....
con trémulo canto
sus piernas se abrieron
y parió mi llanto.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
180
Masturbación
El aire cálido del deseo dormido
asciende raudo entre mis piernas
provocando la ruptura de mi carne.
Arrebato episódico.
El cielo, tras la ventana, se ha tornado gris,
doy vía libre al último sollozo
y acepto la pujante furia
de mi eclosión biológica.
Identidad errante.
Relego al fondo del olvido
la realidad humilde
del encuentro amoroso.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
181
Aderezo sociológico.
Hurgo en la entraña de mi instinto,
busco la sexualidad emparentada
con el acontecimiento cíclico
del existir vegetativo.
Tumba solitaria.
Esparzo el esperma en el umbral de mi alma
reptando en la simple connotación zoológica
y contemplo el fragmentado espejo
que muestra el hedor de mi cinegeo.
Me sumo de nuevo en el sopor de la tiniebla
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
182
Hypatía
(Ceremonial de las sombras)
Hypatía de Alejandría, presa
de la ceguera irrazonable de la bestia
Apoyado en los viejos muros de la catedral gótica
deletreo tu paso felino por la obscura callejuela
del destino. Mi sangre te huele y altera el ritmo,
mi alma fragmenta la escarcha de su encierro.
Gritan mis fibras paladeando tu dulce nombre...
Tú aún lo ignoras, amada mía, mas intuyes
que estoy cerca; captas mi esencia porque ella
es la esencia de que forma parte tu esencia toda.
La roja araña del olvido nunca hiló bien la seda
con que quiso proteger la poesía de tu crepúsculo.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
183
Hypatía, Hypatía...
Tu nombre escala el doloroso muro del recuerdo...
Aquella niña que devoraba el saber de los libros
almacenados en la gran Biblioteca de Alejandría.
Aquel cuello adormecido por el ansia de mi boca,
mientras la espesa pestaña velaba el amanecer
de un futuro entre sábanas y sueños sensuales.
Hypatía, hija de Theón, guardián de tu saber profundo,
recreador de los secretos de tus ancestros y los míos
en las largas tardes de color azul lapislázuli del mar,
mientras observábamos la torre de luz enclavada
en la isla de Pharos, guía de naves peregrinas,
refugio de inmortales eclipses y tenues metáforas,
protegidos de un sol que por entonces dañaba
mi despertar a un mundo cargado de malos auspicios.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
184
No basta la evocación; preciso el tacto volátil
de tu talle entre mis manos, de tu cuello entre mis labios,
de tu pecho electrizando la soledad de mi pecho.
Envío hacia ti una onda de aproximación y detienes el paso...
Miras las sombras buscando; me proyecto,
enlazo tu cintura mientras beso
el nacarado exterior de tu lóbulo derecho.
Vuelves el rostro sin sorpresa
y poso mis labios en el rescoldo
de la hoguera inextinguida de tus labios.
¿Quien eres? —preguntas— ¿Por qué te conozco si jamás te he
visto?
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
185
2
Abro la puerta de mi abismo personal,
te dejo indagar libremente en mi interior...
tus ojos recorren la superficie del tiempo
llevándote de nuevo a la gran Biblioteca,
tu hogar de antaño, nuestro lecho de amor,
el maravilloso templo del saber, fundado por Alejandro.
Noto el reconocimiento
en el estremecedor lenguaje de tu carne,
asimilando la olvidada geometría,
la aridez matemática que tú convertías en verso,
la incipiente astronomía que te hacía danzar
al son de las lejanas estrellas mientras acariciabas el astrolabio...
y recibías la caricia de mis dientes en tu blanco cuello,
a solas, con la única compañía de mi amigo y compañero,
del filósofo Isidoro, el de los ojos tiernos; tu esposo.
Él bebía de tu intelecto y moldeaba tu genio,
yo bebía tu joven sangre y dibujaba tu cuerpo
con mis manos, con mis ojos, dientes, poemas y besos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
186
Eras, amor mío, la poesía de una melodía de Röschtrich
anudada al último estertor de mi eterna noche.
No hay mayor pasión, mi amado, ni más profunda,
que la que une a la odalisca con su licántropo vampiro.
Murió tu padre y también tu esposo, quedamos solos,
yo como escudo protector de tus astros,
tú como abanderada del saber de los tiempos,
guardiana de la imagen solar de Aristarco,
de los mapas manuales de Eratóstenes,
la precesión de los equinoccios de Hiparco
y la avanzada astrología de Ptolomeo.
Estás muerto, Anthony, y yo también estoy muerta,
No, amada, murieron otros cuerpos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
187
3
Alejandría estaba gobernada por Roma,
la ola del cristianismo invadió costas y mentes
estrangulando creencias y antiguas filosofías,
tachando a Platón de pagano y convulsionando
en su tumba, el descanso eterno de Aristóteles.
Yo era muy joven, aún no poseía el poder frío
de la lágrima negra, no conocia los Arkanos,
pedí ayuda al Ángel negro y fui rechazado,
grité con todas las fuerzas de mi lado obscuro:
¡La amo!
Y ellos imperturbables, contestaron:
¡Déjala morir si la amas!
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
188
El prefecto Orestes, tu discípulo querido,
apenas podía frenar la furia homicida de Cirilo,
el malvado líder cristiano que perseguía tu saber
con sus hordas de monjes descerebrados.
En las sombras de la noche penetré en la morada
de Cirilo, paralicé su corazón y le privé del aliento,
probé su amarga sangre, era negra y espesa;
pidió por su vida e hice un pacto con el diablo,
su vida por tu vida, su corazón por tu alma...
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
189
Aquel año aciago de 415 las bestias llegaron a ti,
pero estabas conmigo, a salvo, encontraron un cuerpo
que no era tu cuerpo sino solo un cuerpo proyectado.
Un mes de marzo, en plena cuaresma cristiana,
en el año cuatro del pontificado de Cirilo, el malvado,
bajo el décimo consulado de Honorio y el sexto de Teodosio...
Te ultrajaron obligándote a descender del carruaje,
desgarraron tus ropas y usando sin piedad el filo
de conchas marinas, descarnaron tu cuerpo hasta los huesos.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
190
4
Tu cuerpo era el cuerpo de todas las mujeres
mas no era el cuerpo que habitaba la carne de tu cuerpo...
Fuiste descuartizada y tus restos llevados a Cinaron,
allí quemaron tus huesos mientras sentaban las bases
de la canonización del demonio hoy llamado San Cirilo.
Al año de tu muerte quemaron la biblioteca,
el gran centro pagano, el lecho en que nos amamos.
A lo lejos, maldecido por los míos, vigilaba tu alma.
Reencarnaste en cuerpos a lo largo de mi cautiverio;
he sido testigo mudo de tus vidas y hazañas pasadas,
obligado a contemplarte, sin poder rozar tus labios,
ni anudar a mi cintura la sensualidad de tu abrazo...
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
191
Mas... ya soy fuerte, completé el ciclo de los Megas,
no temo a mis iguales, soy dueño de mi Lágrima,
del secreto de la Esfinge, del Arcano y de la Talia,
Amo y señor de los Bosques de la Tiniebla Fría,
donde la Luz se apaga al contacto de mis símbolos.
Entablé negociaciones con el gran Ángel Negro,
no atacaré si no atacan, mas... si te dañan, destruiré
las consignas del Oyente y todas las ramas de Anzio,
desde la orilla del Daemos hasta la superficie de Álais.
Juego con ventaja, amor mío, conozco sus armas,
ellos sólo saben de mi esencia de Nosferatu ángel,
no de la estela heredada de mi madre loba, ignoran
que domino la técnica del Rugido que lleva a la Puerta
de la Nube, donde reside el Ceremonial de las Sombras.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
192
Capto tenues vibraciones, amor, ellos están al acecho,
no respetarán la tregua, lo presiento, vienen por ti,
te saben mi parte débil y necesito tiempo para amurallarte
y proteger tu cuerpo físico de sus ataques, vayámonos,
viviremos un lapso en la naturaleza cristalina de la forma,
hasta completar el ciclo que ionice el espejo neutro.
No hay prisas, Hypatía, donde vamos no existe el tiempo.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
193
Aurora
Me refugio en tus pechos y allí me pierdo,
siento el entrecortado fluir de tu sangre,
formato impreciso de tenaz presencia,
abanico contradictorio que se repliega
saturando mi arteria seca, golpeando
con su nota tenue la aridez de mi alma.
Cual corcel desbocado, mi mano busca
el calor que emana de tu rincón oscuro,
angosto desfiladero donde yace tu deseo
a la espera del polen de suave esencia,
crepúsculo difuminado, afinidad palpable,
conjunción astral que evoca tu carne fresca.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
194
Ensayo telepático, trémula conspiración
de cerebración inconsciente, desierto pálido
mecido en la mecánica exposición de un pálpito,
atisbo de lucidez, desgajado de su origen puro
cual pléyade de estrellas de antártico reflejo
que conquistan el impenetrable aquelarre cósmico.
Naufrago en la marmórea rigidez de la noche,
reclino mi deseo en el suspiro de tu sexo,
sobria trasposición del placer, algaraza interna
de ritmo incierto, afrodisíaco de mi cansancio,
góndola llameante que recorre a oscuras
las islas bañadas por la marea de un anhelo.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
195
Emprendo la ascensión hasta la cima de tu alma
depositando una guirnalda en tu delirio rosa,
buscando la paz de tu mirada ambarina
sumergida en el bucle del inacabado romance,
me ubico en la frondosa madreselva de tu pelo
y me recuesto en la universalidad de un sentimiento.
Proceso físico de resonancia psíquica,
inseminación consciente de misticismo acre,
mutación ondulante de mi penumbra lisa,
inhalación etérea que aleja la melancolía
ascendiendo a la cumbre de la divergencia
de un concepto indefinido de la aurora.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
196
Atrás quedan los inviernos, la llaga se cierra,
la constante de mis versos galopa cual jinete
que vuela tras la ensoñación perdida, cometa
mutilado que arremete contra la negra nube
que ensombrece con su anquilosada esencia
el reflejo amoroso de la virginal partícula.
Mi cuerpo se repliega en la turgente curvatura
del benefactor olvido de tiempos pasados,
rehuyo el vahído amenazador de antaño,
asumo la primavera cual sentencia inapelable
sometiéndome al recalcitrante impulso que lleva
al frontispicio mismo del misterio de la vida.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
197
Guiño a Nietzsche
I (Vanidad)
Mi cuerpo acusa el cansancio circular,
subiendo la pendiente solitaria de tu yermo
impenetrable.
Sé de una vía secreta, sin espalda,
que me llevará donde mi rostro perece,
allá en el confín de la primera sombra.
No busco amorosas lisonjas,
ni codicio relatos de mazmorras femeninas;
preciso conocer el origen de mi primera poesía,
aquella que surgió de un tibio escorzo, doblegada
por el acuoso reflejo de lo ilícito de tu talle.
Veo a lo lejos mi alma, mordiendo la arena,
buscando términos medios entre componendas
y sutiles enredaderas de gente sucia, y crustáceos,
enturbiando las aguas para que parezcan profundas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
198
Es inútil, la piedra resiste al pavo real
y al ataque furioso del légamo salado.
Tomaré del mar su vanidad manifiesta
y la desnudaré de encajes, sedas y engaños,
a fin de cuentas, pese al abanico de su cola
los poetas proceden del mar, como la poesía,
podré saber, al fin, el origen del sol y la serpiente.
Hay dioses entre el cielo y la tierra, ocultos a la mirada,
que sólo los poetas se permiten soñar pues los dioses,
sin excepción, son símbolos; sólo peleles amañados
por los poetas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
199
II (Versos)
Buscan la trayectoria correcta, anudan vértices
que llevan a lo profundo de tu pupila;
antiguos gestos, latidos y ternuras, todos
enlazando con la lágrima que amenaza
desequilibrar el orden cósmico de los vientos.
Aguzan el oído, oyen la nube dibujando
el perfil sinuoso de tus labios, y el misterio
se presenta de improviso, cristal difuso,
vistiendo de emociones tiernas la cúspide
de un crepúsculo de notas encantadas.
Después apoyan la cara en tierra, hablan
con la entraña misma de la perspectiva,
trazan la exótica circunferencia del reflejo
e imaginan arpegios solo descifrados
por el enamorado arrullo de un poema
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
200
III (Hastío)
Pertenezco al hoy y al ayer pero hay en mí
algo que me habla del mañana, del pasado mañana,
y de ese futuro que sortea el ciego bramido
de la línea que antecede a la cópula del eclipse.
Hastiado estoy de mediocridades y molinos de viento,
de la poesía que surge de la entraña del sistema,
de la altiva oda, de la rotundidad del disparo acre
que desmenuza la célula de mares poco profundos.
Quise olvidar los búfalos y la inaccesible escalera,
recreé la voluptuosidad de un arpegio distante,
y apuntando al epicentro del ceño del dictador
me sumergí en la agonía de mi rugido predilecto:
¡la libertad!...
Sólo conseguí perderme entre aullidos y humaredas.
INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas
201
IV (A veces...)
A veces se hace preciso
cruzar puentes y palpar
las sombras vegetales
donde juegan las ardillas...
Allá; allá a lo lejos, muy cerca
de donde anudan sus alas
las diminutas luciérnagas...
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  • 2. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 2 INTIMÍSSIMO
  • 3. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 3 Todos los derechos reservados Título: INTIMÍSSIMO Autor: Antonio García Vargas Depósito Legal: PM 1145-2008 ISBN: 978-84-92500-40-6 Portada: Spilker katja balance akt Editorial: Bubok Publishing S.L. Impreso en: Publicaciones digitales, S.A. Calle San Florencio, 2 41018 Sevilla Spain
  • 4. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 4 Intimísimo (Primera parte de la obra A flor de piel) de Antonio García Vargas
  • 5. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 5 A mis hijas
  • 6. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 6 “NADA es VERDAD, todo está PERMITIDO” F. Nietzsche “Párate ahí, de lo contrario no verás más que una caricatura” J. G. Herder “Un mundo creado es necesariamente imperfecto, pero es a la vez el mejor de los mundos pues entre todos los que aspiraban a la realidad, éste sólo ha podido tenerla” G. Leibniz
  • 7. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 7 INTRODUCCIÓN Nunca entró en mis cálculos editar en letra impresa. Con la llegada del ciberespacio y sus opciones, toda obra puede expandirse hasta el infinito por lo que si lo que se pretende es dar a conocer lo que haces hay mil sitios diferentes donde situarla a la vista de los demás. Llega un momento, no obstante, en se repite a menudo la imagen del invitado que llega sin su libro bajo el brazo a las distintas veladas literarias y te das cuenta de que un escritor que no edita es poco menos que nada en este loco gremio. Luego aparecen mil trabas a la hora de mostrar tu currículo y llega un momento en que sopesas si no será oportuno publicar algo aunque sólo sea por no desentonar. La cuestión es que he decidido no ir contracorriente así que he desempolvado mis trabajos en poesía y muestro aquí mis primeras obras desde el presente siglo. Las demás las dejaré dormir el sueño de los justos o las remodelaré algún día. Inicio este primer libro en solitario con la primera parte de un extenso poemario al que llamé Flor de piel y que ha sido publicado en fragmentos en distintas antologías en todo el mundo. Debo agradecer a mis primeros maestros el haber llegado a apreciar el sabor de lo bello a través de hermosos poemas que han ido configurando mi forma de ver la poesía. De la mano del gran Bécquer llegué al mundo de la letra dorada. Huidobro me mostró el universo onírico. José Ángel Buesa me trasladó a una nube donde el amor aún existe incluso cuando expira. Octavio Paz me aupó al Olimpo de la Musa.
  • 8. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 8 A todos ellos debo lo aprendido, así como la paz que con sus lecturas han llevado a mi alma en momentos en que todo se tambaleaba ante mí. Mi agradecimiento a tantos y tantos escritores que no cito pero que guardo en lo más profundo. Ellos son en esencia lo que escribo. AGV La poesía La poesía, toda, habita entre la materia y la antimateria. Conforma ese minúsculo grupo de átomos de color, en la zona media del big bang, que amortigua la materialización total del Universo, impidiendo con sus defensas de Caos romántico, el bloqueo permanente de las piezas del puzzle. Luz viajera, larga sombra cubriendo sueños en la búsqueda. La primera lengua fue una colección de elementos poéticos. Imitación de una naturaleza que sonaba, que soñaba, que obraba, que se conmovía. Una lengua tomada de todos los seres y vivificada por intersecciones de la sensibilidad humana. ¡El primer diccionario del alma fue una epopeya viviente! Se abrieron polvos en la noche-semilla dejando libre albedrío al hombre y al grito.
  • 9. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 9 La poesía nació con el hombre. Sus primeros sonidos, antes que lenguaje, fueron poesía. Al querer transmitir la belleza circundante por medio de sonidos, imitó la naturaleza de la que formaba parte y su primer arrullo fue imitando el canto de los pájaros, el sonido del viento al acariciar la copa de los árboles, el rugir de la amenazante fiera, la cambiante melodía de las formas en movimiento y el ronroneo con que en la noche le acunaba la madre tierra, cantándole en suspiros su verdad eterna. Poesía no es sino la expresión suprema de la imaginación. Ir pasando por diversos estados, humano-planta-animal y, finalmente, reducirse, condensarse, explotar creando nuevos universos de palabras hambrientas. Hay que remontarse a manifestaciones poéticas anteriores a Homero, en que las formas épicas eran de transmisión oral. La aparición y difusión de la escritura permitió la fijación escrita de lo que hasta entonces había sido trabajo casi exclusivo de aedos y rapsodas. ¡Dime, maestro!, ¿qué otras maravillas escribes ahora en la nueva orilla? Las poesía es la forma más subjetiva del lenguaje y se hace difícil imaginar que pueda ser analizada matemáticamente. Es, quizás, una forma distinta de ver el mundo, en la que se establece un nexo entre las cosas y las palabras, renovando existencial y poéticamente la imagen del entorno. La poesía viaja por la nebulosa de ese lapso infinitesimal que media entre dos instantes, transformando la nada del no-instante
  • 10. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 10 donde lo visible se hace invisible y dando lugar a formas donde el tiempo no es una degradación de la eternidad sino la eternidad misma dividida en pequeños intervalos. Formas que reemplazan a formas, fases a fases, en las que se aprecian inmovilidades y desaparece el tiempo mismo, ¿será ése el tiempo real?, ¿un flujo distinto?, ¿la movilidad-inmovilidad misma del ser?, ¿el misterio codificado por los dioses del verso primero? La poesía es cambio, renovación, transformación constante que evoluciona para no caer del todo en la inercia y quedar estancada, petrificada, en la cosa que pretende cambiar. Viene a ser como la luz que no cesa de brillar al final del camino inalcanzable e infinito. Se hace largo el lecho; creo llegado el momento de penetrar la memoria del río. La representación de las realidades de la vida es como la estética de lo familiar y lo consumado. No expresa para nada la verdad porque se limita a mostrar las cosas velando su sentido. El conocimiento no consiste en buscar refugio a la sombra de las imágenes sino en desgarrarlas. La belleza no es reflejo sino nacimiento. Ligar el espacio recorrido por una mano que se acerca al tiempo ocupado en el movimiento precisaría de una ley dinámica que permitiera conocer el estado material en cualquier sistema de acercamiento. La poesía es la imagen de la vida dentro de su verdad eterna pero vista desde la mente del creador, del poeta, que es a su vez la mente del resto de las mentes en las que perdurará
  • 11. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 11 la presencia del hecho aun cuando el hecho mismo desaparezca. Todo lo contrario que ocurre con la historia, que es simple catálogo de hechos acaecidos en determinada fecha y lugar, causa y efecto. Triángulos inversos sobre el camino y las márgenes atadas a otros puertos. Dado que la verdad no se puede concebir de un modo completo y final, su secreto reside en el viaje poético y en su movimiento perpetuo. Sólo la poesía muestra que el hombre es un ser viajero habitado por un destello de verdad en los ojos. Escribir es como lanzar flechas al vacío buscando el misterio interno de la palabra El viaje de lo poético es un profundo viaje hacia el hombre, el conocimiento, la verdad y la belleza. El conocimiento y la verdad no pueden divorciarse de la estética. Todo flujo poético detenido en el tiempo se balancea en su articulación. La poesía es el arte del desvelamiento de lo infinito. Es, en esencia, una forma errante, vagabunda. Ver el mundo a través del ojo poético exige salir de todos los lenguajes y actitudes que aspiran a convertirse en verdades absolutas. El estado del alma, avanzando sobre la ruta del tiempo, se dilata con la duración que recoge. La poesía ha de ser continuamente redefinida, nunca vista como si hubiera alcanzado un fin sino, al contrario, casi siempre abierta en su caminar sin camino, sin principio y sin final en una no-senda cubierta de versos que se abren en flor, preñando la
  • 12. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 12 pudorosa rima con el misterio insondable del primer espasmo telúrico. Nada gira antes del giro ni muere antes de estar vivo. Para entender realidades complejas, el hombre necesita servirse de la poesía, ya que las palabras y moldes del pensamiento analítico son impotentes e insuficientes para abarcar este mundo de relaciones, salvo quizás para las analogías, que jamás son satisfechas. En un lejano tiempo los magos inventaron el laberinto del lenguaje y negaron la entrada al resto de los mortales Dar rienda suelta al sentimiento poético es observarlo sin interferencias; considerarlo sin nombrarlo expresamente. Es reconocer que su movilidad prohíbe comprenderlo en términos estáticos, lo que excluye igualmente juzgarlo desde la óptica del bien o el mal. ¿Habrá que redefinir las odas compuestas al vocablo fluvial lince-mariposa? ¡Situemos la tercera orilla de Joao junto al volcán insomne de Neruda! ¿O parimos, mejor, la piedra de sol de Paz en el resbaladizo borde del acantilado? Aunque, creo que será mejor equilibrar el haiku que beberá del amarillo estanque y evitar que nos apliquen el test Voight-Kampf para identificar a replicantes.
  • 13. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 13 La poesía, observada de esta forma, se convierte en una danza de la Naturaleza, sin otro objetivo que las figuras ejecutadas. Una vez reconocido el no sentido de la danza, el espíritu se calma y percibe el ritmo del Cosmos; descubre que la aparente fragilidad del proceso poético alcanza su fin, sirviéndose de la magnificencia del instante reflejado. Usemos todo el protóxido de plomo de las boticas de Sedán, tal vez no consigamos fabricar oro pero encontraremos la fórmula que permitirá alcanzar de lleno la mágica esencia de la poesía. Y cuando el espíritu se extasía en su retiro receptivo, llega a ser gratificado de una percepción imperecedera del mundo, expandido hasta el infinito imaginable. Se llega entonces a la unidad fundamental del Universo y de la materia, de la mano de la metáfora de los continentes. (Fragmento de la trilogía Pájaro de la Poesía, que nació a petición del Departamento de Español de la Universidad de Texas, en Austin, USA, en 2004)
  • 15. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 15 Ese fuego (a la memoria de Juan Rulfo) — ¿Lo sientes? –le dije. — ¿El qué? –respondió. — Ese fuego que araña el silencio. — ¡Sí, lo siento! ¿Qué es? — Es amor.
  • 16. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 16 Tao de tu boca Mi boca se hace beso sólo cuando se besa en el Tao de tu boca. Ese labio que beso néctar puro jugoso es dulce boca beso no porque yo lo beso sino porque me besa.
  • 17. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 17 Perro flaco Regresar del exilio es imposible, pienso. Quiero defenestrar seres incompletos mediante el verso magia del deseo y hacerles regresar regios en mi fantasía. Todas las dictaduras son iguales, te liman las aristas, te recortan, construyen una casa sin cimientos, sin puertas ni ventanas, sin perfiles y te cantan al sol hasta secarte.
  • 18. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 18 Los ojos sensibles de Ariel se irritan ante el Todopoderoso, después, vacíos, lamentan su osadía. Bebe, hermano, el vino de la consagración, penetra la puerta dorada, sé hambre para no ser devorado. Toda herida profunda, una vez cicatriza, sólo es leve surco en tu paisaje, poeta, queda al fondo la noche oscura, un perro flaco sombra de tu sombra y una página en blanco.
  • 19. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 19 Tú estrella, yo cometa Todo verbo recrea lo que nombro, hay un ritmo sonoro en cada esquina, cada vez que te digo se ilumina la luz del nuevo día en puro asombro. Si nombro la mañana tú apareces, si digo tu hermosura te iluminas, modelo tus dos pechos, me alucinas, declamo tu cintura y te estremeces. Dibujaré mi casa en una estrella, en la estrella un jardín donde plantarte, en el jardín un lecho para amarte y seré jardinero, astro, amante. Y si nos fusionamos junto a Marte tú serás mi agujero negro amado y yo seré un cometa enamorado con gas, rocas y un polvo al acostarte.
  • 20. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 20 Llegó la primavera Llegaste primorosa como brisa que toca, susurrante, barroca, desnuda, tú, mi diosa. Martillo fue tu rosa, mi carne débil roca y me pisó la boca tu boca montañosa. Viajamos en el sexo a la sangre y al alba hasta encontrar el nexo, después fuimos fluido; tú bella rosa malva, yo fui jazmín florido.
  • 21. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 21 En la tela de asfalto con Bill Gates Tú y yo somos antiguos, verdaderos. No los hombres del Génesis u Homero. Así, citas a Macbeth, a Bradbury, a Ortega, a la Zambrano, al Sartre y la Simone allá en París, le das a la pachanga, al tinto de verano y al Gardel, o al solitario Lewis en Main Street. Ni Postman ni Bill Gates impedirán que crezcan viejos sexos en conserva a expensas de un maromo plañidero, ni que el Benedictine a granel corra mientras se corre, chachi él, bajo la alcantarilla azul silvestre de Minerva.
  • 22. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 22 La camada de nuevos parricidas —oráculos del novo establisment— gozarán de la teta marinera, del canuto, cannabis y chistera y de esa niña pija tan fetén. Los tiernos amapolos surgidos de la nada regarán los lirios de coca y cafeína con sus penes de tierna mozarella y en la letra de un cántico de esperma fragmentarán la savia de las mentes en mínimas partículas de arena. Toda tontología se contiene en sombra que es verbo de otro verbo, resabio de algún labio; 69 en un burdel. Es en esencia humo que trasciende caducas estructuras envasadas en pequeños black holle entre las nalgas.
  • 23. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 23 ¡Ah, recuerdas, pequeña flor, el polvo aquél? Dormida en el florero estabas tú, hechicera de amor embrujo noche, lánguida buganvilla ¡qué derroche! aquella suite de hotel en Tombuctú. Cada punto y seguido, vida mía, es en esencia flor soneto duda. Es fragmento de línea que titila en todo coito anal, punto G y mescalina: un nuevo ser, querida, ansioso por salir de su escritura.
  • 24. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 24 Ensayo 1 No sé si fue la brisa o tu cuerpo —tal vez mi cuerpo y tu brisa— o el mar doblegado a lo lejos ¿un mar de brisas y cuerpos? Hay sombras a ambos lados del espejo —fondos de mares, cuerpos, brumas— el arco inquieto de tus labios de ave, la frágil garza descorriendo velos ¿hay garzas velando espejos marinos? Túneles que llevan a espacios labiales dormidos en esferas anilladas galaxias reprimidas, abismos, limos, —playas que concilian sueños de agua— ¿aguas conciliando anhelos de playas?
  • 25. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 25 Y en el silencio caprichoso de las rocas se escuchan lamentos de olas y vidrios, gritan, cantan, giran, inventan azogues de espejos cóncavos, líquenes copulando —el Creador en su esfera apenas se inmuta— arrecifes de mórbidos brazos coralinos cobijando imágenes de labios secretos, abismos bordeando ríos de barro y salivas ¿cómo penetrar tu roca con mis besos? —busco a tientas respuesta a tus distancias— ¿tal vez rasgando la fría lámina de tus pechos?
  • 26. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 26 Me siento perdido en la inmensidad de tu olvido ¿pueden los hielos conjugarse con las vísceras? Miro a dios pero él desvía la mirada hacia la espuma que abraza las rocas. Debe haber algún centro donde florezca la prímula. Cierro los ojos, me lanzo al vacío, ¿hay vacíos? Ya soy eco.
  • 27. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 27 2 Nada sabemos del sueño inquieto de las cigarras ni entendemos su cri cri desesperado, tal vez anuncian dones, tal vez amores, o quizás desencanto. ¿Tal vez nos hablan?
  • 28. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 28 3 En el cielo la nube descalza abre caminos a la estrella donde contienes tu cuerpo. Cabalga el agua por el mar ebrio de tu pelo, anillos de espuma pintan surcos en tus mejillas y en el cielo, la luna, seca la humedad de tu vientre. Refleja la esfera una gota de vidrio, pupila que contrae el mineral ardiente retomando el sexo acuoso de Circe.
  • 29. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 29 4 Las hojas van cayendo, lleva guijarros la espuma, recuerdos de entonces y ahora, mis ojos odian su mano prendida en tu cintura; tu mirada detenida en el azul del pasado y al otro lado mi isla, el temblor de juncos que no cesa.
  • 30. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 30 5 Me duelen tus silencios, hasta tú me dueles mientras dibujo lirios erráticos en tu coraza. Hay otras líneas pero no convergen con tu mirada.
  • 31. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 31 6 Sofoco el interior de la fiera mientras cubro con mis ojos la guirnalda de tus pechos arrebolados. Cesa el viento sobre la tierra de nadie, se han ido los fantasmas. Es el puñal dorado de tu voz lo que anhelo. Otros espejos comparten la desnudez de tu cuerpo
  • 32. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 32 7 El primer ideograma rompió la suave nota extraída del arpa con tus dedos de arcilla. Cuando tus besos imitaron la caricia de la pluma se deslizaron dagas amenazantes en el alma. Tendremos que inventar nuevos caminos para contar las vidas, lluvias y tropiezos. No basta la esquela de letras incoloras para aliviar la soledad del beso primero, Junto al miedo del último destello reposa el perfil de una mano rozando tu mano.
  • 33. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 33 8 Aunque digas haber nacido de la piedra tu origen delata sombras de amapolas cobijando el néctar de estambres de trapo. En la cima de la montaña prohibida encuentro esqueletos de viejas poesías, el viento silba, pesa el sol sobre las flores, recorro versos ajados que hablan de penas, de arrullos de un tiempo dormido en la niebla, caricias lejanas, celebrando sueños descalzos, aspirando fragancias de frutos prohibidos que escriben mi nombre en tu bajo vientre.
  • 34. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 34 9 Rocé con mi dedo tu boca encarnada intentado llegar a tu verbo de fuego, solo encontré entre rescoldos lejanos huellas de labios que no eran mis labios. Tu cuerpo es el jardín donde florece en primavera un río de fragancias que desemboca en mis dedos; en mis dedos y en otros dedos ajenos a mis dedos. ¿Puede la lluvia alisar el repliegue de los ecos? 10 Transparente, como el agua del río es la caricia del día en tu pelo.
  • 35. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 35 11 Capto en la calle desierta —hay destellos ocultos en paredes y ventanas— demonios deambulando por el asfalto de tus muslos. Párpado quieto, reteniendo lágrimas aprisionadas, ojos que no ven, ¿o no quieren ver? luz negra atormentando mi sepulcro interno.
  • 36. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 36 12 Esta noche no saldrás, luna, la tarde se lo ha dicho al búho, el búho a la fuente cercana y ésta a los enamorados que te esperan en el lago.
  • 37. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 37 13 Cada atardecer una lágrima de doncella llega a los bordes del río. En el mar, los peces esperan reflejos azules contenidos en el pico del ave que vuela, pintando alegrías infantiles en el cristal donde habitan los niños.
  • 38. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 38 14 Es bella la casa donde te desnudo, la piedra, el cielo, la montaña, la flor, el libro que adormece tu párpado, el aire que respiras, la piel imaginada, hasta mis ojos son bellos al ser tocados por tus ojos.
  • 39. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 39 15 Gime la arena al notar tus latidos, no es lujuria lo que penetra el alma sino la algaraza rugiente de la espuma ansiando evaporarse en el hueco desnudo que media entre tu pecho y mis labios.
  • 40. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 40 16 Bajo la sombra de mi tranquila calle oigo tus pasos adornando el aire, tienes el porte de una brizna de hierba libando el magma secreto de otros labios. Me quedan solo tus piernas carnívoras agitando el enigma planetario de mi eclipse.
  • 41. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 41 17 Hueles a hoja muerta violentando barros bajo la lluvia de otoño. Nunca debimos agitar las brasas ni remontar ríos de aguas quietas. Se contemplan las memorias atravesando lagos de lava seca, extrañas paredes primitivas, pupilas dibujadas en el fuego de danzas peregrinas piel a piel —aquel pliegue de tus ojeras— labio a labio en el borde inmóvil de delfines y archipiélagos redondeando dunas de ensueño.
  • 42. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 42 18 Un arco iris aureoló tu cabello y murió el día mientras la noche hecha mariposa aleteaba en tu sueño dormida en tu regazo. 19 La mirada lejana de un niño se pregunta por qué yace a sus pies, tronchada, la frágil peonía.
  • 43. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 43 20 Nuestra paleta de amor se ha vuelto gris. Tras la ventana dolida. la brisa trae sonidos, los sonidos besos y los besos ecos de caricias animales que ya no son.
  • 44. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 44 21 Al no poder recrear firmamentos en los difusos recodos de tu mirada uno tras otro llegaron los inviernos segando poesías. La casa quedó vacía, pálidas paredes de olvido, pero aún conservo en mi boca el sabor del beso postrero enredado en la madreselva de tu pelo.
  • 45. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 45 Inmovilidad El movimiento es una sucesión de inmovilidades; siempre hay un instante infinitesimal que ya no es.
  • 46. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 46 Finjo total inmovilidad y paralizo el instante presente. Busco en la memoria dormida el último nexo y conecto tu presencia a mi anhelo. Mi corazón bombea una onda violeta que se expande lentamente hacia el túnel que lleva a tu espejo; eclipses hermafroditas roban brillos lunares mientras cuerpos opacos de incierta procedencia lloran lágrimas de cuarzo.
  • 47. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 47 Nuestro amor se alimenta, no de una relación recíproca de presencias, sino de la comunión interna de dos seres en los cuales el presente es siempre presente en la memoria del tiempo.
  • 48. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 48 Sombra negra, te abates sobre mí; descarnada forma que ensombrece mi ánimo desgajando notas, desencadenando errores. En postrer intento por ver tu imagen, alzo el brazo intentando apartar la muerte de la cicatriz que oculta tu nombre tras la otra soledad del desengaño y la ceniza; mi yerto brazo rebota blandamente sobre la fría losa de mármol, fragmentando el lamento del lobo herido.
  • 49. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 49 Perdido en la disyuntiva del fui, soy o seré, dejo constancia de mi queja trascendiendo estados fosforescentes de la conciencia interna del Tiempo. La dimensión presente del amor universal, —de la muerte del cuerpo— no sería posible si no se vislumbrara en el horizonte la posibilidad de ruptura.
  • 50. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 50 Esbozo La muerte nace con la ambigüedad incaptable del instante, lo que hace que florezca la duda de si es o no es. Surgen lenguas de agua que bajan jugando con tus párpados, formando pequeños ríos que copulan con el nácar de tus pechos antes de convertirse en poesía. El infierno se hace cada vez más envolvente y una extraña sensación me obliga a dejar de teclear. Miro en derredor, no veo más que sombras, acechando, mas... percibo tus efluvios.
  • 51. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 51 Lanzo el cigarrillo por la ventana, aparto mis manos del ordenador interrumpiendo mi creación; dejo que la negra lágrima se deslice por tu pálido rostro mientras se columpia un mohín en tus labios entreabiertos buscando el sutil tacto del equilibrio perdido. Proyecto mi alma para que indague traspasando tu cuerpo, y observe la posible afinidad con mi ser, y si hay en ti algo más que un cuerpo fingido.
  • 52. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 52 Acerco mis labios a la pantalla y beso en tus labios mis últimas palabras escritas, sé que el tramo final de la noche será intenso, estéril como el inicio del nuevo amanecer que ya no veré. Se nos rebeló el instante que construí entre el llano y la colina, aquel que asesinó el puente levadizo de nuestros versos en el ángulo obscuro. Modificaré el término ideal de una ecuación apasionada llevada al infinito de tu lágrima, buscando episodios y baladas, músicas, vientos y naufragios. Hay que determinar si la Nada es cómplice, llanto o astilla de minúsculas partículas que resisten el análisis de la razón subjetiva.
  • 53. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 53 Letargo Huyendo de fantasmas pasados, exorcizo jirones de mujeres sombrías, enarbolando dagas. Ánimas danzando al calor de una brasa apagada. Olor a celda vacía, libertad rota, letargo del sentimiento, amor entre sábanas de olvido, suspiro cercenado por la mañana antigua. Brazos que exprimen el barro sagrado. Hombre sin alma apenas sería redoble incoloro de campana hueca; dejadme, dejadme al menos rescatar del humo la letra violada de mi primera poesía.
  • 54. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 54 Otros brillos Hay un soplo de luz en cada esquina protegiendo la transparencia del agua. 2 Vuelan cuerpos pintando signos en el aire, manos detenidas, blancas, como de papel, memorias de cenizas, color en los pinceles, floración de risas, cantos, ritmos en la piel.
  • 55. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 55 3 Crecen suspiros desde la espiral en fuga, el tiempo se fragmenta, salta, otea, escarba la desnuda interrogante de un destello de aire y, entre signos, olores, músicas y tu cabello, descifra la asimétrica sinfonía de la escarcha. 4 Suspiros hechos de momentos y rizos, músicas que nacen del todo y de la nada, palabras, gestos, voces, algunos rebeldes latidos, que emergen de partituras albas.
  • 56. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 56 5 La lágrima encuentra eco en la palabra herida, sombras y sonidos del cercano reloj, voces de nombres perdidos en viejas melodías, —mansas corrientes del alma— estrangulando la vibración de tu nombre. 6 El recodo de un aliento empañando la ventana, —o el abrazo antiguo del cristal que la protege— apenas consiguen neutralizar los fríos capiteles de formas, símbolos y estigmas heredados.
  • 57. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 57 7 La mirada roza el cuerpo y lo sacude agitando la piel, huesos, rimas y un clavel. 8 Los espacios son sustancias que desafían la abierta geometría de la línea solitaria, sólo la poética rescatará las formas del verso a la deriva, envolviéndolo en el maternal abrazo de la palabra.
  • 58. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 58 9 Flotas, cantas, te ciernes, te deslizas; gozo de cuerpos iniciando la carrera, trinos de luna inundando viejos cielos, gen oculto, poema, prosa, verso, oda. 10 Torres de palacios, estancias y músicas; luciérnaga intacta cubierta de rocíos, valles aéreos, fulgores y desmayos, brisa deshojada, pétalos en los ojos.
  • 59. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 59 11 Ladrones de aromáticos chubascos, ¡dime ave, espíritu, dulce pensamiento! ¿de qué color es el amor, el vino, el arrobo de la música oculta en la ignota fuente?, y el feliz gorjeo, el arrullo, la nota ígnea ¿en qué lugar del infinito languidece?, ¿Di, dónde, aquel acorde de la canción pionera adormeció el cristalino espasmo de las olas? 12 Cuando la séptima puerta ata los destinos la roja araña, la nieve y el agua te espían y en la aurora cubierta de sones y arrullos deletrean cortezas secas en órbitas y alas.
  • 60. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 60 13 ¿Dónde, dime, las hadas tejen capullos de glicinas enamoradas en capas de tuna? 14 Otoño manso, abismos, árboles en fuga alterando infancias, exilios, soledades, ¿puede la efímera posesión del sueño hacer de la primera ansiedad un puente que sepulte la lenta noche de las bocas?
  • 61. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 61 15 ¿Puede acaso el exiguo fuego de los regazos sembrar vuelos de palomas en mares ajenos? 16 La criatura nocturna con sus manos de hielo ¿pretende copular con armónicas formas? 17 Mueven los pájaros nidos de hojas secas junto a mares enterrados en sal antigua, olas cansadas entre remos de lamentos con ritmos heredados de lechuzas y perros.
  • 62. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 62 18 No crecen lirios bajo las sombras de los tilos ni descifran inercias en huracanes de marzo, ¿tal vez añoran el movimiento de las algas? ¿pueden las muertes, con sus negros chales devolver al océano la imagen de sus aguas? 19 Tiene el anagrama luces, metálicas almas, enjambres púrpura y conchas de caracolas, pezones de coral y musgo en las sombras, plata el arcén y brillos en flor las corolas.
  • 63. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 63 20 ¡Oh, tú, que oyes de noche el mar de arena! ¿puedes cantarle al dulce pájaro de la torre la canción soñada por los elfos de la noche? 21 Sobre tibios lechos de lágrimas diminutas, entre sales, lavas y ritmos de músicas azules, el párpado penetra, se asombra y multiplica la imposible trayectoria de un claro de luna. 22 Murmullo líquido en sonidos de piedra, superficie inmóvil, camino que regresa, el cuerpo se hace mármol, alejado de tu cuerpo, el agua se hace aire en el galope de otros besos.
  • 64. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 64 23 La mano en el papel condena los veranos; en cúpulas de carne agonizan los teoremas y en el escorzo de un plano bañado por la arena vislumbro la caricia cristalina de tus manos. 24 En el tacto de un silencio la máscara se ofusca; somnolientos resplandores cubriendo las figuras y en la pétrea, helada, misteriosa esfinge-sombra, se aman entre sales, conchas, líquenes, las espumas. 25 La caricia junto al muslo, mano, media de fina malla, un tigre por el talle, víbora audaz, furiosa la cadera, arpegios de aguafuerte entre vello en bello pubis y aquel brillo de antaño en la mirada hambrienta.
  • 65. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 65 Vientre de Anubis La palabra exuda lavas primitivas con tacto de rimas y versos; esconde pasadas zozobras en la comisura de malicias ácidas, rescata besos desdibujados en lo profundo de lejanos atolones y libera lágrimas de silencios mojados en húmedas ventiscas. En ese paisaje en que la memoria siente celos de la fría lluvia, cuando el reflejo del vidrio alcanza la edad del lobo amarillo, es preciso hilar muy fino el cristal de la imaginería, para evitar que amputen la mano inocente que detraerá ingrávidos ecos.
  • 66. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 66 ¿Será posible abolir noches oscuras?. Si apuñalamos el reloj ¿enigmáticos tropos en bisagra abrirán nuevos-viejos caminos? Nuestros huesos en declive ¿encontrarán mansas esquirlas al retomar la senda que lleva al océano de versos de arena? La frontera donde el ojo se hiela, sellará la cámara solitaria, aflorará el oculto racimo de estrofas convertido en poesía y la gélida ubre del alvéolo sintetizará el vientre de Anubis postrando a sus pies la conjunción errónea de almas de tiza.
  • 67. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 67 La semiótica dilucidará sobre el sexo amorfo de los signos y el poeta, cual geómetra que aspira a dulcificar la línea, hará copular viejos matices desde nuevas perspectivas, ¿contentaremos con ello la mirada de nube del empedrado? Tras dibujar abrazos-raíces en lo profundo de hiatos y tropos apenas quedará rastro de la víspera de espacios comunes, ni se moverá más el viento, ni el árbol, ni nuestras mentes, ¿protestarán acaso los timbres, pautas y fábulas truncadas?
  • 68. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 68 ¡Basta! Un grito rompe la estructura de la cercana duna esparciendo angustias acumuladas. El mundo se debate entre espasmos de siglas e indiferencia ética. Mientras, pueblos opresores, mancillan la línea del horizonte. La distancia que separa el hilo del ojo de la aguja se burla del sonrojo del ocaso. Allá, tras las piedras que protegen el iris de la bestia, nacen momentos que agonizan de inmediato, sepultados por el manto contemplativo de conciencias deshilachadas. Se curva la mirada morena, arropada por suspiros de turbante, mientras estrellas crucificadas posan la dolorida mirada en los clavos de otras cruces.
  • 69. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 69 Amargura-paisaje, restos de pieles añejas y tactos imperiales masticando zocos y ubres de cabras. Despojos de otras lluvias bajo el sol de otros amores de compromiso en lo profundo de las minas. Sonrisas que se borran, abrazos que no hubo y hombres derretidos en el desamparo sahariano.
  • 70. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 70 Perdidos en el vacío de otros vacíos y otros y otros, sin memoria. Cae la noche, se alza el telón. De espectadora la luna, y la indiferencia humana. Silencio. Muchos silencios. Ni una voz sobre la duna obscura. Con las luces del alba se rompe el esperpéntico escenario. Los actores no se mueven, siguen ahí, esperando el guión que les prometió la ONU decenas, cientos, miles de años atrás. Barro sobre barro en los rostros de los rostros enmascarados que miran hacia otro lado.
  • 71. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 71 Doble, triple olvido, al calor de satisfechas posaderas. Lejanía. Viejas mañanas tirando a tarde, declinando verbos teñidos en carbones de rojo ausente. Dominación del hombre por el hambre; primitivos totalitarismos disfrazados en el inhóspito límite de otros espacios fuera de y de qué. Forclusión a la carta en cocinas poderosas.
  • 72. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 72 Indefinible paradoja entre el aire y la tibieza del espíritu que jamás reposará en lechos de músicas y asombros. Las palabras caen, se rompen, despedazando verbos corrompidos; asomadas al vértigo de un espejo sin imágenes. Ojos secos, posados en la armadura antigua y el estómago embotado por el hambre, —la llama de la esperanza habita un remoto lugar donde los vientos no existen—, lamentos enquistados buscando sílabas en el arco de un naufragio psicológico, tejiendo lágrimas circulares-espirales mientras la vanidad del metal rechaza el beso de la brisa y el trazo sufre la contracción muscular de las formas.
  • 73. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 73 Ondea el distintivo dorsal del escualo agazapado tras la procesión de esferas. Me desnudo en la noche para sentir el calor del hermano y noto erizarse, —crecer y multiplicarse— el vello de mi cuerpo. Mis ojos cobran nueva vida y mi aliento anuda el último grano de arena. Huelo el viento y mi rugido disgrega fragmentos de dunas danzantes. Mis uñas desgarran las sombras y en mis endurecidas piernas sudorosas nace el aullido que hermana noches de otros tiempos en una cópula permanente con mis ancestros Cuando el horizonte se hiela invitando al desaliento descubro que la metáfora que habitamos no tiene pulso.
  • 74. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 74 Salivas bajo llave Implosiona el tejido de la realidad, dañando la suma de los cuadrados invisibles del alma. Observo la huella expansiva en la superficie del agua, hipnotizando el instante en que sumerjo tu cuerpo en el verbo virgen del primer hechizo. Bajo velos, azules y sombras, entre aves, cantos y nardos aguarda el animal de la espesura. Frío como una pared sin sangre, urgido de la sed, imitando la perfecta comunión de los gatos.
  • 75. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 75 2 La melancolía nos empuja a buscar el centro donde florece la hortensia mientras la rota esfera de Pomodoro simboliza los horrores de la guerra. ¿Dibujamos imaginativamente hasta encontrar la lógica de los magmas? Nuestras manos no hicieron lo suficiente cuando llegaron las primeras lluvias, ni regamos la tierra heredada con nuestras lágrimas, ni aramos los campos, ni adoramos la nube que se posó sobre el río redondo escuchando voces. ¿Puede que la bestia que busco se esconda entre cántaros y cuerpos amados? ¿debo tomarte por la punta de las alas y lavarte en el espejo de los nombres? Lo que me rebela no procede del mar sino de esta daga que me ata a tu arena, mientras olas escarlata susurran versos sembrados en el vacío de otros corazones.
  • 76. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 76 3 Bajo el rumor de ácidos climas buscaré corales desteñidos y plumas amarillas y estudiaré el principio de la convección para entender la viscosidad de tu sangre, después apoyaré en tus ojos mis manos y me acostaré sobre el mar que besaste, hasta descubrir semejanzas entre el embarazo del círculo y la curva de tus senos. El cielo vertical juega en la lejanía con horizontes inquietos que descifran la convulsión electroquímica de un latido en obscuros pasajes tallados en la piedra. Me recreo en el chasquido, saboreando la naturaleza del tacto de todos los tactos. Me impregna la desordenada respiración del agua, del aire, del verde exuberante.
  • 77. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 77 4 La melancolía con su cola de plomo, impide profundizar en la relación homosocial verso-poeta, aun empleando la secreta ceremonia de la disección de los números. Tomaré la alta montaña de mis ocasos y la situaré junto al mar de tus dudas para que recupere el cielo y el aliento. Y cabalgaré sobre campanas mojadas; pesados sepulcros imitando silencios.
  • 78. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 78 5 Los mundos poéticos se van muriendo a pedazos. ¿Qué es la poesía sino el vuelo de una bandada de palabras, rompiendo con sus versos el silencio de las almas? ¡Ah, Parménides y su mundo inmutable, homogéneo, único y esférico! ¿Está acaso prohibido explorar las posibilidades de la simetría de un fulgúreo acento prosódico? A veces es conveniente mirar desde el ángulo para evitar una indeseada anamorfosis. O perderse en la incontinencia de un fractal surgido de una dimensión no entera, recreada por un diagrama de Lyapunov. Hay que encontrar en el espejo la imagen asesinada para proteger del sonrojo poético el furor de la sangre; no basta con forzar el silbido del enigma de los muros, ¡aquellos trenes vacíos regresando de Auschwitz! los valores se bifurcan y la ecuación oscila en el aire con unos gramos de licopondrio en la densa mirada de esas caras desacostumbradas a mirar otras caras.
  • 79. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 79 6 Todo cuanto veo, toco y siento, es parte del poema de la vida. Cada minuto se detiene en un tiempo sin memoria donde es fácil morir en fase contemplativa. No hacer un solo movimiento. No decir una palabra. Fijar la vista en un punto; cerca, lejos... ¿Pueden mis miedos simular el complejo desplazamiento de la atmósfera? Quisiera hacer estallar mi palabra; habitar el espacio donde reposa la húmeda caligrafía de tu cuerpo y diluirme en la nieve de tu sueño. Miro hacia atrás para ver si el verso me sigue y le encuentro en el arco catenario de Gaudí, decapitado por el monstruo de la angustia, ¡todo ruido interno nace de silencios ajenos!
  • 80. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 80 7 La oscura nieve del desamparo rompiendo la quietud del hombre-árbol me recuerda el recodo verbal donde yacen las sombras y el desencanto. ¿puede la profunda cicatriz de la mentira delatar el dulce gemido del alba? ¿acaso podría la brevedad de nuestras vidas sostener páramos emergentes?
  • 81. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 81 8 Si el mundo tiene un sentido y éste es inteligible, pasado y futuro estarán abiertos ante nosotros como un libro. No más matices espiando laberintos de ideas. Podría viajar en el hueco de tu espalda y copular con una de las secciones áureas de tu segmento amoroso, armonizar la arquitectura de Vitrubio con la divina proporción de Paciolo y el dibujo incomparable de Leonardo. ¿Conseguiría descifrar el imposible cuadrado de la hipotenusa de tu cuerpo? ¡Ah, aquellas salivas guardadas bajo llave, acordonando citas pasadas!, ¡arañando espantos en la docilidad del azogue!
  • 82. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 82 9 Hubo un tiempo en que visitaba a diario las tapias del antiguo convento y conversaba en silencio con los viejos fusilados. Caminaba por calles encendidas; sombras doblegadas, sin rayos de sol en lucha; sin reflejos de sangre, sin ojos agazapados tras la cornisa marchita, allá en el centro de la nada. Veo, oigo, atrapo el eco lejano, mastico dos o tres formas labiales, me estiro, tiento, pulso, despierto y aun así soy mudo, tierno, frágil. ¿Puede la arquitectura del mal hacerme opaco? ¿romperme el filo? ¿ablandar rincones? ¿dilatar miradas?
  • 83. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 83 10 La humanidad perdió su oportunidad el día que silenció el espontáneo arrullo de un endecasílabo anaranjado. Extenderé mi brazo y cantaré las consignas marcha atrás, con mi voz repetida en sentido inverso, como Bach y el Canon del Cangrejo. Con la palma de mi mano horizontal, mostrando el mundo terrenal de las formas y la experiencia sensible. Después, escribiré acerca de las armonías musicales entre teorema y conjetura.
  • 84. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 84 Instante Un verso de luz borró tu nombre; no sé más quién eres... Cuando me conformo con nada, es cuando me conformo con todo... Y en ese repetirme eternamente en todo, de mí mismo a mí mismo, a cada instante, todo duraría apenas un instante... Hasta la misma eternidad duraríame un instante... La poesía, cuando sólo es lo que parece ser poesía, apenas si es nada; el verso, más que verso, se hace abismo. Las alturas guían, pero en las alturas...
  • 85. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 85 El universo poético no constituye un orden total si no cuenta con la adhesión del poeta a la poesía. En poesía, los no vacíos, puntos de apoyo de los vacíos, no tienen puntos de apoyo y vagan... en los vacíos. Pensamos a veces que no existe todo lo que vemos, porque todo lo que vemos es todo lo que vimos y todo lo que vimos solo existe en la nada y la nada... es el reino de la poesía.
  • 86. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 86 Cóndor Trazo signos en el aire que algún día serán descifrados por el viento o dormirán para siempre en el mantel de las flores hechizadas. Escribo versos en la piel de tu espalda desnuda y le hablo a mi casa, tu casa, nuestra casa, nuestra... Esa casa nuestra, fue nuestra, sí, envuelta en la despedazada alfombra donde bebíamos nuestros cuerpos a golpe de cadera; los lunes y martes con el corazón, desayuno con sexo los miércoles, jueves y viernes rescatábamos los socorros y los cepos y el sábado confeccionábamos en silencio los tablones donde dibujábamos domingos grises entre el trapo y la sortija. Hoy solo queda el esqueleto seco de una gaviota que sumó poliedros al paisaje del cóndor azul.
  • 87. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 87 Aullido Todo está lleno de muros; dioses opacos trazando signos en el agua y el verbo de una doncella apagando llamas que brotan del vientre de la pantera dormida. Ala rota, ojos en flor, piel imaginada, encendiendo furias en la sangre, diluyendo en la pupila de azogue la desnudez de una memoria anclada en un beso titubeante labio a labio. Apuro el vino, eco de otro vino amargo, que recuerda al sol inerte bajo el abedul, protegiendo almas confusas del ladrido de la noche de mármol a la sombra de la arcilla, del polvo, del guijarro. Un soplo cristalino trae música de pájaros y el viento del otoño agita los metales consiguiendo que tus muslos se abran a la vida y afloren a tus pechos secretos abisales que anudan nuestros cuerpos en un aullido de barro.
  • 88. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 88 A veces te invento A veces llegan recuerdos que rozan la hortensia, besan murmullos y coquetean con los dedos que acarician el arpa de tus caderas. Entre flores escucho ritmos de olas cabalgadas por la niebla, piernas apretadas, vientre alborotado, boca bebiendo el aliento y luz en la cima de tus pechos.
  • 89. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 89 Y gritas que me amas y te inventas vientos en el plano ombligo de la aurora, recorres con tu lengua peregrina la geometría de mi cuerpo trazando bailes de mariposas.
  • 90. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 90 Después miro mis ojos, sin espejos y tropieza mi mirada con la arena donde mi sombra recoge caracolas que respiran la sangre adormecida y tiembla el párpado y el pecho gime, el sueño se diluye y el alma se extravía entre metales celestes, mientras labios arrasados besan efímeros destellos de poemas inacabados.
  • 91. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 91 Estrella errante Melodía triste de la oscuridad, pálida nota adormecida que esconde su amargura en el lamento inacabado de un violín en la distancia. Mensajera de la estepa, larga noche de un tiempo pasado; del horizonte, eco que envuelve el sentimiento pero no dice mi nombre.
  • 92. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 92 Melodía a flor de piel, frío concepto de amor no logrado, manantial de abril mustio, tormenta de color rosa y oro de una primavera tardía. Mujer desnuda que danza, ofrenda de sabor acre a la divinidad obscura, pálido hedor de sangre vieja, eterno estribillo agónico de la canción de la vida.
  • 93. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 93 Punto indeterminado, negra noche que me devuelve a tu estancia vacía, mutilando la triste existencia de una aventura llamada amor cual peregrina nube vengadora. Busco a tientas el refugio de la ribera florida del corazón, a orillas del rio de amores pasados; contemplo en silencio la oscuridad y caigo al abismo cual fugaz estrella combatiendo la realidad con sueños, aun cuando el sueño de la realidad es como mujer desnuda caminando entre nubes que perturban mi equilibrio. Poso mi mano en tu vello púbico, aspiro tu esencia, percibo tu ansia y suena de nuevo la nota dormida de aquel violín en la distancia.
  • 94. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 94 Nieblas Es necesario que devolvamos los sueños al niño y a las ortigas, inventar lluvias que lleven a los andenes, baladas navegantes, susurros de aurora, y trenes intactos. Cerca de la ciudad perdida hay farolillos iluminando el verde rostro de apasionadas madreselvas; perfiles de truenos acariciando presagios y amores deletreados, ausencias que llevan a curvas sin senos, y gritos, y llanto, y nieblas mordiendo nuestras islas.
  • 95. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 95 Hagamos nuestra la noche, la risa y el destello; la calle en que conocimos el cansancio y la locura, aquel tocar el cielo que en la infancia conseguimos precisa ser rescatado de la hoguera y del abismo. Y con los sones dispersos en nuestro quejido compongamos el himno que morderá las bocas de la espiral intolerante que nos robó la luna.
  • 96. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 96 Brotes Quiero dibujar de nuevo el brote tierno de tu primera risa, iluminar el llanto de los altares con un beso de páginas abiertas. Quiero cabalgar contigo en la hora fresca de las mariposas, formar parte de tu sonrisa de diademas y pañales saboreando la textura del jaguar y de la seda.
  • 97. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 97 Quiero emprender el éxodo de las tormentas. Abrir para ti, las sábanas del alma y cincelar tu porte de sombras y delfines en un tupido bosque de amapolas lunares.
  • 98. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 98 Ecos Emprendo la huida del tiempo presente, libero mi alma para comenzar de nuevo, quiero estar aquí, allí, en todos lados y, sin embargo, no estoy, estoy ausente. Mudas palabras sin contenido alguno, espacio unívoco forzado por la razón, irrazonable, incolora secuencia, fragmentos de un sol que no brilla; desencuentro.
  • 99. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 99 Transgresión de las formas, subversión generacional, extraña fuerza biológica que induce a la razón de la fuerza y no a la fuerza de la razón, blasfemia silenciosa de sonoridad interna que conduce al daño por el daño, al mal en su proyección más abyecta, trascendencia mística que se acuna en la poderosa entraña del buitre, grandilocuencia que nace del complejo de un mal heredado de siglos de silencio que aun no ha superado su apariencia fragmentaria.
  • 100. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 100 Sueño una mano extendida junto a otra mano, dos manos, dos manos unidas, unidas a otras manos, manos que se enlazan, manos protectoras, protegidas de la bestia rutinaria cual intento poético de articular la realidad de una cascada interrumpida a mitad de su salto, concepción estética plena de simbolismo que devuelve a la tierra lo que le es propio, despojado del artificioso discurso metafísico.
  • 101. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 101 Quiero encontrar de nuevo la perdida prosodia honesta, sutil aporte a una nueva creación de las formas, trascendencia de lo místico, ente revolucionario que repare la intuición emocional perdida tras la batalla de lo inocuo y nos haga sentir de nuevo jóvenes en virtud de nuestros paisajes.
  • 102. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 102 Quiero ver caer la hoja en otoño y ver solo una hoja que cae, ver el águila surcar los cielos cual relámpago de presente compartido con otras formas de vida, sin rencores, oler la fresca brisa que me hermana con la materia de que es materia mi espíritu.
  • 103. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 103 quiero sentir mi sangre recorriendo mi cuerpo y no los campos de batalla, comprender lo incomprensible, ver la belleza de las formas en formas aparentemente no bellas, quiero ser la juventud perdida en el ajado rostro de una anciana, el brote tierno que renace en la planta hollada por el tirano, el beso desconocido que despierta tus mañanas, el ramillete de flores en la tumba del no nacido,
  • 104. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 104 Nazco de nuevo. Soy la estrella refulgente que se duerme en tus cabellos, el rincón de la arboleda que reverdece tu ansia, la última frase de amor en el lecho del moribundo, la caricia que en tu sueño endurece tus pezones, la sonoridad de un verso que habla de amor eterno, el rasguear de guitarra en noches de luna llena, las gotas de fina lluvia que escriben tu dulce nombre en el cristal de tu ventana, el alimento que borra la pena acumulada en esa carita hambrienta,
  • 105. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 105 quiero..., ¡ah, tantas cosas quiero!... quiero desmaterializarme, comenzar de nuevo, transferir mis partículas a toda forma de vida, inundar de calor los rincones más fríos, elevar a lo alto el canto de la esperanza y depositar mi amor en un proyecto de futuro que aleje las sombras que perturban mi alma.
  • 106. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 106 Transparencias Debo recoger los besos esparcidos por tu cuerpo, cantarle al silencio en palabras que huyen una sinfonía lunar de círculos concéntricos en el dócil lenguaje de las ramas rotas. Aun conservo intacto el paisaje de tus pechos, compañero inseparable de mis lluvias otoñales. Busca refugio en mi tímpano el eco de tu reflejo, tus ojos, despojados de la espuma del sueño, descargan el plomo de la indiferencia; cuchillada fugaz que rasga el sentimiento.
  • 107. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 107 Necesito cantarte lo insólito del llanto de una guitarra trenzada en tu talle sin intersticios, vestir mi memoria de trastienda con un sutil manto de transparencias policromas, de minutos pálidos, recrear la luz de la dormida estrella en la memoria inerme de una corza esquiva, trocándolo en un poema resuelto en violetas, y ver nacer de nuevo tras la espesa arboleda de tu archipiélago sombrío, diluido en la almohada, el recuerdo lejano de haber besado tu boca.
  • 108. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 108 La hora ciega Mis años no entienden de órbitas ni narcisos, sólo de sombras esculpidas en silencio, mentira paisajística para acallar las sílabas que pugnan en vano por escalar tu espejo. Embeleso que trasciende, aleteo extasiado de mariposa hambrienta de suspiros, rugir de lágrima enamorada del ocaso, prímula marchita soñando la tristeza de la primordial caricia de un beso amurallado.
  • 109. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 109 Soplo de aire fresco sobre arpa polvorienta, transición que lleva a la obscura fusión de la memoria compartida con los astros, más allá del dolor, del gemido, del jadeo. Miro el mapa núbil de tu cuerpo en llamas enlazado a la palabra del tacto, éxtasis interpretado por amante en la hora ciega que me roba el sabor de tu desnudo trópico.
  • 110. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 110 La tenue línea que separa la angustia del piano tras los fuegos fatuos de mis córneas celestes. En mis cuencas vacías hay alacranes rosa que pugnan por llegar al chirrido frágil del animal que duerme en tu pezón de jade, resguardado del gélido aire de mi invierno. Vientre abandonado a la sombra del horizonte, preámbulo de caricia enmohecida, llanura explorada por la memoria del destino ciego. Nos separa la barrera de un manojo de flores manipulando el tenue trazo deshilachado. Noche fría, gris, lóbrega, asexuada, pululando incansable, contando pezuñas bajo la ventisca de ceniza y profecías. Doméstica mezcolanza de abejas coronadas, dibujando la ruleta donde patinan los búhos.
  • 111. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 111 Penetro el mármol con las yemas de mis dedos ateridos, me fundo en el estupor de la estatua ignota y añado, bajo la mirada ardiente del espejo un nuevo capítulo amargo a mi personal infierno. En un rellano de tu almohada de flores, Sedas y ausencias, yace tronchado un primer beso desnudo de malicias.
  • 112. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 112 El final del amor Comenzó en un aleteo de palmeras y visillos... Brisa transparente de inocuo reflejo. Miradas sesgadas de ensoñación anclada en paisajes y golondrinas Nieve negra helando eternidades azules Ojos rehuyendo el lenguaje de mis ojos primordiales Un mar distinto bañando costas coralinas en tu pico de paloma naufragada.
  • 113. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 113 Leí entonces en el libro abierto de tu tacto sin geografía la sentencia inapelable el ocaso de las mariposas la negrura de un Olimpo que negaba mi presencia en un mundo de humedales desbordado rompiendo diques astillando vidrieras fragmentando arco iris... Y sutil tenue quedamente... cesó la música en la bóveda celeste y mi párpado penetró la tumba de los dinosaurios.
  • 114. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 114 Voces Me llamas con el pétalo azulino de tu mirada, coqueta, mientras miro el sendero que lleva a tu cuerpo de lilas; busco fuerzas espantando el deseo que emana sibilino del bosquecillo que habita tu triángulo bordeado de encajes, penetro al fin la clave que conduce a tu morada y la lágrima se confunde con la lágrima que abraza en tu sexo mi sexo y rompo en tu rayuela de signos y evocaciones la tregua que me impuse cuando escuché por vez primera la voz de Calíope.
  • 115. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 115 Copia falsa Escucha callada el sonido del lirio sobresaltado patinando por la fotocopia furtiva de tu garganta. Él conoce historias de almas rescatadas; fingidas aventuras en playas infinitas de espliego, amores vividos en el hielo invernal de paisajes inexistentes que agonizan en tu cuerpo, arañando en el espejo una mirada a medias reflejada, que arrastra negros odios oxidados caminando junto a postradas columnas de otras decepciones.
  • 116. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 116 Tangos guerreros danzando descalzos, cráneos de humo declamando versos rebeldes, caracolas moteadas susurrando en la noche obscura, palabras de paz. Vuela después junto a la golondrina restando ataduras a la razón, buscando la sombra del pecho frío oculto tras la metáfora maligna del viejo pubis deshojado por un suspiro, propiciando, el acceso al subconsciente de tu primavera de cuarto obscuro.
  • 117. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 117 El amante Me sumerjo en la nube de un ensueño profundo, evoco tu cuerpo, inhalo tu esencia. Lluvia gris. La espera golpea mi alma doliente, istmo frío, ¿vendrás, amor?, tengo para ti una canción de luz que nace del multicolor lenguaje de mi amor sediento, jadeo incontrolable, naufragio de mis sentidos perdidos en la vorágine de un cúmulo de sensaciones. Juglar soy de un tiempo remoto, vivencia neutra, lujurioso pálpito que se rebela en la noche eterna, deseo soterrado, trazo tembloroso de amor carnal que camina por el angosto suspiro de tu sexo mío cual tránsito obligado que converge en tu mirada.
  • 118. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 118 Antagonismo sesgado que difumina mi espíritu, contradictoria esencia que embarga mi alma errante, violento repliegue de mi sentir más puro, reverso voraz, relámpago que fulmina la elemental sintaxis fragmentando la lírica que envuelve tu hermosura. Siento que la angustia se apodera de mi cuerpo, lucho por salir del trance de este deseo que emerge anulando la tibieza de un susurro amoroso, lucha encarnizada de facciones enfrentadas desde la cavernaria concepción del sentimiento.
  • 119. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 119 Nado en la profundidad inexplorada de mi esencia y busco en los rincones de mi mente confundida, hurgo en la diferencia de conceptos y separo el manto hipócrita que encubre las palabras descubriendo que el origen de la desazón que siento nace del aura que recubre mi corazón enamorado. Ya nada importa, solo tú, yo y nuestro instinto, en la numerología del amor solo tiene cabida la verdad subjetiva que aprisiona nuestros cuerpos; en la suma de factores que componen el conjunto el sexo no es sino una conjugación del verbo amar.
  • 120. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 120 Ah, el deseo Sentado sobre el eje móvil del tiempo pasado cual árbol caído, enfermo de soledad, siento nacer la noche en tu mirada vacía y en mi pecho se agolpan mil recuerdos, recuerdos de amores pasados, ya marchitos que marcaron la monotonía de mi presente. Rechazo sentimientos de seda y rosas, ya no habla el corazón por mi mirada, habla el gesto torpe de mi cuerpo con voz tenue de paloma maltratada y el sollozo mordiendo mis entrañas.
  • 121. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 121 Siento al pensar tu cuerpo abandonado mil sensaciones que analizar no puedo, resonancia vaga de una estrella lejana, sutil contacto de mi mirada hambrienta, deseo exacerbado que me embrutece acallando brotes que gritan rebeldes. Ah, el deseo, relámpago hueco, puerta invisible que me lleva a la nada, temblor convulso en mi negra noche, obscuro repicar de alma atormentada surcada por el viento gris de mi tristeza, prolija selva solo habitada por la fiera que pugna por liberarse de mi consciencia.
  • 122. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 122 Ando a ciegas por el corredor vacío de tu mirada y me oculto en el suave declive de tus pechos, busco febril el oasis perfumado de tu instinto y cruzo la frontera que me enlaza a mis ancestros dando rienda suelta a mi sentir salvaje. Ah, el deseo... pasión incubada en la noche de los tiempos, rota a intervalos por los gritos de mi yo dormido, no caben palabras, los hechos se desatan, te tomo y te muerdo, te humillo, te degrado, penetro tu cuerpo y desgarro tu alma y me hundo en el fango de mi desprecio.
  • 123. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 123 Amor fractal El beso, apenas rozando el labio, no sé, tal vez fuera el tacto tibio de su pecho erguido, me hicieron comprender que ella lo sabía; miré sus ojos, entornados, esquivos, tratando de leer; descifrando el insondable enigma de su sangre descalza. Ella lo sabía, sí, sabía que sabía que me amaba, de igual modo yo sabía que ella sabía, que sabía que luchaba por no amarme.
  • 124. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 124 Escuché el suspiro interno, acongojado, perdido en sí mismo, errante perla desgajada del ordenamiento cósmico del sentimiento, mostrando el brillo de otros amores abrazados en la refulgente perla originaria. Sentí en cada partícula, en cada prisma, reflejado, la esencia de otros amores presentes, en un único latido sin nombre, sin fronteras, emanando de un mundo que no lo es en sí mismo y lo es en la melena gris de su mirada.
  • 125. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 125 En el cielo de Indyra, habitaremos un jardín de brotes tiernos, olorosos, con un estanque dorado donde se aman peces misteriosos; en ramas de árboles tribales anidarán aves saladas que cantan enamoradas estrofas a sus retoños, y cada brote, pez o ave, olor, mirada, susurro, crujir de pasos espirales..., cada átomo de la memoria, será parte indisoluble del jardín del universo, porque ellos son, en suma, universos contenidos en otros universos anudados.
  • 126. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 126 El amor, amada mía, es una grandiosa urbe, de amenazantes edificios, largas calles danzantes y farolas encapuchadas; cualquier camino visible conduce a la vía principal, a la distante meta; al término de un comienzo no iniciado; a nuevas calles danzantes, con farolas y gentes que caminan en círculos, buscando... buscando... b u s c a n d o.
  • 127. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 127 Comuniquémonos en silencio; sintamos la magia de la brisa que acaricia, el grano de arena perdido en la remota playa de un mundo siempre igual pero diferente, distinto de otros, igualmente diferentes, pero iguales, abramos puertas al misterio de la metáfora y el símbolo, modificando versos bañados en esencia de azucenas lilas, volvamos al jardín florido que espera en el paraíso cosmológico del amor, a nuestra casa colgante, espaciosa morada, ancha, como el cielo circundante, con suelo pavimentado de esféricas piedras preciosas.
  • 128. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 128 Dentro de nuestra casa habrá incontables palacios con alas de metal crujiente, llenos de gentes que aman, con ventanas, escaleras, pasadizos y poemas, donde cascadas de novias agitarán claves dormidas de amores ávidos como ríos, todo ello construido con bellas piedras, todas preciosas; preciosas como tú, preciosa. En nuestra casa habrá casas, cientos, miles de casas, todas ellas adornadas con palacios holográficos, espaciosas como un cielo contenido en cielos plagados de cielos danzando al atardecer.
  • 129. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 129 Y en el comienzo del tiempo aún no transcurrido, reuniremos los pasos dormidos en el frío cristal de la memoria dispersa, golpeando corazones de madera con las notas de nocturnos violines. Sólo así despertaremos la fe sepultada en las desnudas estepas.
  • 130. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 130 Rostro cerrado Acerco mi índice con exquisito cuidado... Aparto la hojarasca que recubre la palabra, alejo el Nietzsche que interpretó Adolfo y emprendo la eterna persecución perseguida que me hará recuperar el instante perpetuo escondido en el rostro de la habitación cerrada.
  • 131. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 131 Nunca lo sabrás Pasé por tu calle y miré tu ventana sabía que tras ella estabas sufriendo y aceleré el paso camino de la nada temiendo encontrar tus ojos de nuevo. No se donde voy, a ciegas camino, mis pasos llevan siempre a tu recuerdo, mas debo evitarte, ese es mi destino, guardaré silencio y te amaré en secreto. Tal vez algún día me veas con otra andando el camino que ambos recorrimos y besando en su boca el dulce de tu boca. No sabrás que vivo en aquella mañana mirando tus ojos fijos en los míos diciendo te amo bajo tu ventana. Y si hasta mí llega tu lágrima furtiva no mostraré signo de emoción alguna pero esa lágrima tuya se unirá a la mía.
  • 132. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 132 Amor dulce, amor amargo Pétalo adormecido de orquídea acongojada, secreción continua de un corazón sangrante, profunda herida expuesta al ardor de tu mirada, traslación ininterrumpida de universo en universo en la equívoca noche de un mundo sin matices. Incolora secuencia de un pálpito lejano, estrella fugaz que ilumina mis miedos, canción repetida de un tiempo pasado que no pasa de ser un simple recuerdo.
  • 133. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 133 Ansia contenida de un suspiro prolongado que me lleva a la paz que perdí hace años, opacidad salobre que reseca mis labios, recreación de un instante compartido en el nido amoroso de tu blanco cuerpo. Orgasmo breve de un sentimiento alado que golpea en el ojo del huracán dormido cruzando el infierno que enlaza mi vida mostrando al desnudo amores perdidos.
  • 134. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 134 Gaviota dormida que sueña en su vuelo otro horizonte donde descansar segura lejos de la agreste soledad de un cielo plagado de voces que gritan tu nombre. Susurro que nace de la entraña profunda, del intimo anhelo de un alma que sueña, lluvia incandescente de abrasadora llama que esparce los restos de la razón maltrecha.
  • 135. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 135 Metáfora sin luz, pensamiento simple, cauce seco de caudal otrora pleno, tierra estéril donde el brote muere aún antes de saber qué es la vida. Siento estremecerse una fibra dañada, cobra nuevo color mi entorno incierto, me ilumina una luz antes apagada que me lleva a soñar en salir del destierro.
  • 136. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 136 Mas... debo resistir, mirar a otro lado, rechazar la mano que me brinda un camino que conduce al amor tan solo un instante y al dolor después, cuando se haya ido. Ay, amor, principio y fin de la vida, envuelto en un frasco de cierta medida de dulce presente, incierto futuro, gozamos de ti un lapso calculado; cuanto más te usamos antes te perdemos y aspirarte a medias... parece pecado.
  • 137. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 137 Sed Abres la boca e introduzco el torpe rayo de mi ansia; espasmos entre tinieblas de pezones erectos y caricias de agua; después la quietud, un silencio transparente y la sed que, presurosa, se repliega.
  • 138. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 138 Amor furtivo Mis ojos inquietos rasgan el silencio buscando el destello que anuncie tu llegada, vivimos tan solo el fugaz momento de un beso furtivo en la noche callada. Una rama seca cruje en el camino, mi corazón me dice que al fin has llegado, amarte a escondidas, ese es mi destino y el resto del día soñarte a mi lado. Amor que has llegado a mi estancia vacía repartiendo dones que creí extinguidos e inundando mi alma de felicidad. Cobro nuevos bríos al saberte mía en el breve lapso en que estamos unidos bajo el manto cómplice de la oscuridad.
  • 139. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 139 Bisex A veces me rebelo y grito grito al viento, al sol, te grito a ti, hombre veloz, hombre dual, que me rehuyes al alba y al atardecer también pero me quieres de noche, solo de noche, en tus noches, esas noches en que los fantasmas de tu yo femenino tocan a tu puerta y me quieres con mi pene postizo, no ante ti sino detrás, como escudo ante tu cobardía.
  • 140. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 140 Nefertiti Descubrí la belleza una noche en tus brazos; poseíste mis labios crepusculares en tanto mi carne fugaz aguardaba el efímero deseo resguardado en su metáfora de piedra. Traspasaste el arcano de frío alabastro, yaciente durante siglos, al amparo de lunas jónicas en la oquedad obscura de la pirámide angosta donde aguardaba el tiempo aún no vivido. Ahora mi deseo esparcido en mil pedazos refleja los ecos del engañoso abrazo, odiando tu rostro, tu cuerpo, tu abrazo tormentoso que fragmentó mi alma en amargos presagios. Me voy hacia Osiris, refugiada de nuevo en la oscuridad suicida de una oda en el cosmos cubierta con el invisible canto de la amargura de saberte atrapado por los posos del ayer herido. Te esperaré cristalizada en el mar del silencio perfumada de nuevo en la voz de la memoria.
  • 141. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 141 Orgasmo No puedes rebelarte, amor. No, no puedes... Soy el deseo que rompe aristas sobre tu pecho desnudo de caricias, el fulgor que abarca tu nombre todo creciendo en el vello de tu bajo vientre, poniendo barreras de estrellas entre tu piel y la mía, sembrando canciones salvajes en tus muslos que oprimen mis muslos prolongando tu cuerpo a mi cuerpo desnudo.
  • 142. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 142 Soy para ti algo que crece, susurro que recorre el sendero del otro lado del espejo controlando la savia que une tu ansia a mi ansia mi boca a tu boca tu sexo a mi sexo brotando al unísono hasta explotar en la bruma de un incontenible orgasmo.
  • 143. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 143 Soy esa No soy sólo la esfinge que enamora primaveras en los versos del poeta, soy la imagen del lado oscuro de la luna que desnuda juegos a la sombra fría del silencio en que protejo tus alas. Soy tus miedos, tus deseos, tus ansias y tus anhelos, la que canta, la que ríe, la que enamora tus ojos floreciendo en tus mañanas, anudándome en tus piernas, sintiéndote en mis entrañas. Esa soy yo no sólo un nombre que no dice nada al alma sino todo un universo que te mece en la cuna de la esperanza, yo soy en suma, amor, esa, la que te ama.
  • 144. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 144 Cáncer No me invade la tristeza de otros tiempos... Germina en mí la semilla del amor, de una gratitud sin límites, de serena aceptación ante el hecho irremediable. He vuelto a mis orígenes a mi Itaca añorada, a mis seres más queridos, a mi poesía olvidada, al punto de la ruptura con mi yo equilibrado, y siento correr la sangre por mis venas saturadas.
  • 145. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 145 No es más que un bultito, en mi pecho anquilosado, una microscópica semilla instalada en mis mañanas cual indeseado amante que la vida me arrebata. Tomaré con mis manos la luz, hijos, amigos y hermanos y emprenderemos la senda que lleva al Infierno de Dante veré mares, ríos crepusculares, islas habitadas por mis dioses, inseparables amigos de antaño, a Poseidón, Hermes, Afrodita, Rómulo, Remo y el rey Fauno, la luminosidad de Miguel Ángel, asistiré al nacimiento de la flor que brote del fondo del jardín en mi rosal preferido... Durante dos largos meses yo también seré inmortal.
  • 146. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 146 Quisiera Quisiera mirar, oler, tocar, tu alma, mi alma, con un poema, leer con tus ojos, besar la sonrisa que brota en verso de tus labios, mis labios multiplicados.
  • 147. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 147 Parto cósmico Solos tú y yo sin principio, sin final, llanto, contorsión, catarsis. no existió vida antes de ti... El Universo emergió del interior de mi vagina.
  • 148. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 148 El otro Ese hombre... Ahí está él, durmiendo junto a ti, al otro lado de la cama, mirada llena de palabras mudas, escuchadas al viento, lengua cosida, punto sin cielos, imaginando líneas, adosadas, nadando a la sombra de tus besos en un puerto donde los barcos no llegan.
  • 149. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 149 Percibo inquietud en el silencio rodeado de voces, oigo tu nombre, labios sin cuerpo, voces sin eco, pájaros dormidos bajo cerrojos, cuerpos calcinados en la nada tras ventanas cerradas por dentro, aleteo fugaz de un roce sin rasgos, diálogo obsceno sombra a sombra entre pliegues de sábanas oxidadas y encajes, encajes...
  • 150. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 150 Ese hombre... corriendo entre multitudes, buscando nexos, palpando danzas de ensalmos en torno a pezones inmaduros, piel profanada por mis dedos en un tiempo sin edad, color ni aromas, perdido entre glicinas, salitres y pétalos.
  • 151. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 151 Él te tiene, posee tu piel sin materia, borra lágrimas, mutila recuerdos, enhebra en tu cuello caricias y collares mientras tus ojos ruedan en el charco en que mi nombre quebranta tu nombre y tu cuerpo lejano calma la sed insaciable que distorsiona la noche plena de sabores, ceñidos los flancos, gemidos y orgasmos.
  • 152. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 152 ¡Y quién soy yo? apenas la sombra de un amante incongruente, perdido entre estertores, hierro y amarguras, dueño de llaves inciertas que abren girasoles con el idioma ausente del engaño cotidiano, naciendo y muriendo cada noche, en tus brazos, ebrio entre estruendos de mar y golondrinas. Soy el que forjó fantasías en tus paredes mías y dibujó incógnitas en la maraña de tus huesos grabando en los orígenes de tu alma enamorada requiebros cabalgados por soles turbulentos deshojados por los gritos al ladrillo y los entierros.
  • 153. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 153 Discurso monótono de burbujas que no bullen existencia sin luces, oculta bajo el párpado ofuscado por la lágrima del ojo complaciente que no aguanta la mirada de tu mirada encinta de amores naufragados, apenas entrevistos, que treparon otras tumbas derivando tu vuelo candoroso, hacia una primavera amordazada. ...Y aquí me quedo, existo, pero no.
  • 154. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 154 Líneas paralelas Tu amor y mi amor; sueño imposible, líneas paralelas cabalgando geometrías sin alma cerradas puertas sin más edad que sabores y paladares jamás podrán tocarse a impulsos de soles y azaleas mas, extendidas hasta rebasar relieves y almohadillas rebasarán los límites que marcan tu nuca y mi gemido y del horizonte humano en que descansan los mitos proyectaré lágrimas hasta el infinito de los torbellinos y terminarán fundiéndose en abanicos, sedas y ternura.
  • 155. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 155 Toda distancia habrá desaparecido en la textura cósmica y no habrá espacio ni perfiles disgregados en laberintos ni tiempo entre una y otra filigrana que me lleva a tu cintura y entonces, en ese punto en que convergen las incógnitas concluirán al fin los cuchicheos de líquenes y calaveras haciendo eternidad la flor esculpida en el primer ideograma. Y dejaremos de ser extranjeros en nuestros cuerpos, uno sobre otro, dentro y fuera de, y de qué.
  • 156. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 156 Duele Nos duelen los labios que ayer se sonreían... Duele, si duele el rumor inquietante de los caminos obscuros, noche, viento, gemidos que besan tu cintura, duele la tristeza que abraza la lejana nube, las lágrimas que bordan el dorado perfil de tu sangre. Duele el espejo en el que escribí: te amo, tomando del bosque herido por el crujir de aceros, migajas ignoradas por las manos de nadie. La ola, ascendiendo por el abanico de tu vientre, imita labios de ayer, besando tu piel sin sombras, viendo morir la mariposa bajo rosadas luces de un celeste ojo de águila que nunca será esfinge.
  • 157. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 157 ¿Qué es? —¿Qué es poesía? –dijiste y al hacerlo rehuiste mi mirada. ¡Ah, las palabras! ciegas manos frías apoyándose en la luz de la vertiente cristalina del rocío. Tus manos... Manos que alargan distancias entre tus ojos sellados y el sentir del Yo poeta. Tu cuerpo... Tu cuerpo es la palabra donde yace la historia del mundo. Necesito cruzar los puentes donde cabalga el violento perfume de tus nalgas.
  • 158. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 158 La poesía... Versos en declive sorteando entre espartos el sortilegio de tus pechos. ¿Debo llenar de ritmo este vacío? Apenas tres gotas descifrando códigos poéticos que persiguen en la noche la huella del viejo eclipse. Vulva enfurecida... Me llega el gemido de tu sexo bajo el silencio indiferente de la luna. Mis ojos, queriendo ser lluvia son de barro.
  • 159. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 159 Fiera Recuerdo tu cuerpo de pantera, destrozado por mis dientes, degustadores insaciables de tu salvaje belleza, mis garras prendidas de tu pecho ensangrentado y mis ojos contemplando las cenizas que empañaban el verdor de tus ojos. Sin poderlo evitar grité al viento tu nombre, como si fuera propio de un hombre aullar mientras una lágrima rompía los bordes de mi voz.
  • 160. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 160 Teoría de la verdadera civilización En el amor, como en casi todos los negocios humanos, el acuerdo es el resultado de un malentendido. Este malentendido es el placer. El hombre grita: «Oh, ángel mío». La mujer ronronea: «Mamá, mamá» Y estos dos imbéciles están persuadidos de que piensan de mutuo acuerdo. El abismo infranqueable que produce en general la incomunicabilidad, sigue infranqueado.
  • 161. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 161 Por eso, cuando dijo Jesucristo: "Bienaventurados los que aman", se limitaba a efectuar un simple cálculo de posibilidades. Tenían razón los cubistas cuando consideraban la manzana, más literaria y frugal que las tetas de la ortodoxia. ¡Sin tetas no hay poesía! gritaban los "entendidos”, ¡No seáis supersticiosos! ... y el cubismo les jodía poniendo un pie en el ojo de la hostia marinera.
  • 162. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 162 Tú Mi sueño recurrente... ... tu ferocidad aplacada por la música de los sentidos. Mi agudo violín entre tus piernas, tensando cuerdas hasta acariciar tu pubis... imitando sonidos de sexo, surcando cielos pródigos que llevan al canal ambiguo de tus níveos pechos.
  • 163. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 163 Y al fondo tú, tu helada mirada de mantis casquivana dolorida y eterna. Sinfonía floral de garras afiladas y lamentos a dúo; copo de nieve que observa desde la alta cumbre el temblor convulso de mi canto antes de despedazarse en la nebulosa oscuridad de un beso negro...
  • 164. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 164 Ah, el amor Amor, palabra mágica y maldita, sentimiento rebelde que me apuñala, sensación multiforme que me sacude cual torbellino de colores dulces, sorda resonancia cuyo eco retumba en mi cuerpo roto.
  • 165. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 165 ¿Cómo vestir de palabras esa sensación que te eleva, que te agita, te sacude, rompe el dique impuesto por la norma y penetra en tu entraña adormecida inundando de luz lo que era sombra?
  • 166. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 166 Amor, gaviota liberada, tigre de acariciante zarpa, piedra quieta en el camino al acecho de tus pasos; promesa de arco iris coronando la montaña de tu deseo mutilado, espacio fértil soñado desde el inicio obscuro.
  • 167. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 167 Ah, el amor, sublime contacto apenas logrado, ascua indolora que abrasa mi pecho; sollozo en la mañana al sentirme lejos de tu cuerpo grácil, sonrisa estremecida al notar tu presencia tras de mi cuerpo en la cálida noche de pasión compartida.
  • 168. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 168 Amor... profundo misterio resuelto en palabras que no dicen nada al sentir del alma; fulgor de miradas, estremecimiento mutuo, manos entrelazadas y latidos a dúo, remanso de paz o temible infierno, fulgor primaveral, imprevisible invierno.
  • 169. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 169 Tormenta imprecisa que sacude mi pecho convirtiendo en cenizas mi voluntad quebrada, poema de un solo verso si no es correspondido, pareado electrizante cuando se es querido.
  • 170. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 170 Ah, el amor... Deseo intangible, émbolo avasallador que despierta venturas o nos lleva al dolor, cascada incontenible de efecto demoledor cual mortal caída libre, o ascensión al infinito de un fragmento de luz neutra, cual lecho nupcial en trapecio cristalino que nos cobije a los dos.
  • 171. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 171 Hoy quiero decirte Hoy quiero decirte que ya no te amo, que mis sentimientos volaron al viento, que hasta mí llegó el calor de otra mano que enfrió en la noche la luz del recuerdo. Hoy quiero decirte que apenas consigo encontrar destellos del fulgor que un día iluminaba mis noches estando contigo mientras me arrullabas con mil melodías.
  • 172. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 172 Hoy quiero decirte que ya he olvidado aquel primer beso en el ángulo oscuro de aquella buhardilla en que nos amamos al ardor de la llama del amor más puro. Hoy quiero decirte que aquellas mañanas en que tu cuerpo despertaba mi instinto llevando a mi alma la paz deseada ya nada significan, pero...no insisto
  • 173. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 173 Hoy quería decirte... no sé, amor, qué quería decirte, ¿que ya no te amo? ¿cómo podría decirlo?. Estoy condenado a querer decirte lo que decir no puedo porque aún te amo.
  • 174. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 174 Lamentos Miro el mundo desde mi altura; amanece, entre la hendidura de las nubes veo la tierra marrón, firme y frágil a la vez, te veo a ti bajo el goce de la entrega, embriagada por el sentimiento, fulgor resplandeciente tras la noche calenturienta de estío, dimensión oculta de lo real y lo aparente, túnel sin fondo que me aleja del automatismo cotidiano, construcción simbólica de mis sentidos, amor, principio teórico que comienza y termina en mi interior, segmento convencional, fecundación de la memoria compartida.
  • 175. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 175 Presente continuo de sufrimiento creciente, nueva dimensión dentro de la verdad antigua, necesito salir de la experiencia personal, adentrarme en el eco de un lamento lejano, ver, sentir y tocar el otro lado de las cosas, penetrar la oscuridad del tiempo pasado, rechazar la agresión discursiva del necio, ver la muerte del cuerpo, del alma, la ceniza esparcida en los campos de Auschwitz, dolor paradigmático junto a la indiferencia ética, humanidad despoblada en constante tránsito, cuerpos vacíos a los que se ha hurtado la capacidad de sufrir humanamente, cuencas de ojos que no ven, lamento inarticulado que gravitará eternamente sobre la conciencia.
  • 176. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 176 Preciso sacar la filosofía de la abstracción en que nace, darle vida, acompañarla a la morada en que habita el testimonio de un poema envuelto en la cara del amor, necesito espacio para mostrar el dolor a través de la dimensión poética, ejercicio que permite vivir lo que permanece oculto en la impenetrable tiniebla del silencio, curar la fractura en la escala de lo real, punto de enlace entre la poesía y el hombre, practicar el arte de lo imposible, uniéndolo a la prometedora provincia de lo posible.
  • 177. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 177 Quiero ejercer de enlace, construyendo un mundo revolucionario que germine el sosegado núcleo de la palabra poética, liberadora práctica del espíritu, basada en la olvidada virtud de la tolerancia, entrar en el universo concentracionario que asesina impunemente la palabra, inundar de colores el conflicto radical que embrutece la maquinaria humana, hermanar la ética al simple conocimiento hurgando en la adormecida entraña humana que encierra en estadísticas el sentimiento, tribu áspera e inculta de raza indescifrable sumida en el coma de la muerte emocional.
  • 178. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 178 Quiero seguir amando y, si he de morir, hacerlo en brazos de la mujer amada, tras un orgasmo de vida, escuchando recitar en mi oído unos versos de amor.
  • 179. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 179 Una lágrima Y la lágrima rodó por su mejilla y bajó por su cuello y ascendió en su pecho al rosado pezón. Descendió a su vientre y en un óvulo germinó; después.... con trémulo canto sus piernas se abrieron y parió mi llanto.
  • 180. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 180 Masturbación El aire cálido del deseo dormido asciende raudo entre mis piernas provocando la ruptura de mi carne. Arrebato episódico. El cielo, tras la ventana, se ha tornado gris, doy vía libre al último sollozo y acepto la pujante furia de mi eclosión biológica. Identidad errante. Relego al fondo del olvido la realidad humilde del encuentro amoroso.
  • 181. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 181 Aderezo sociológico. Hurgo en la entraña de mi instinto, busco la sexualidad emparentada con el acontecimiento cíclico del existir vegetativo. Tumba solitaria. Esparzo el esperma en el umbral de mi alma reptando en la simple connotación zoológica y contemplo el fragmentado espejo que muestra el hedor de mi cinegeo. Me sumo de nuevo en el sopor de la tiniebla
  • 182. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 182 Hypatía (Ceremonial de las sombras) Hypatía de Alejandría, presa de la ceguera irrazonable de la bestia Apoyado en los viejos muros de la catedral gótica deletreo tu paso felino por la obscura callejuela del destino. Mi sangre te huele y altera el ritmo, mi alma fragmenta la escarcha de su encierro. Gritan mis fibras paladeando tu dulce nombre... Tú aún lo ignoras, amada mía, mas intuyes que estoy cerca; captas mi esencia porque ella es la esencia de que forma parte tu esencia toda. La roja araña del olvido nunca hiló bien la seda con que quiso proteger la poesía de tu crepúsculo.
  • 183. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 183 Hypatía, Hypatía... Tu nombre escala el doloroso muro del recuerdo... Aquella niña que devoraba el saber de los libros almacenados en la gran Biblioteca de Alejandría. Aquel cuello adormecido por el ansia de mi boca, mientras la espesa pestaña velaba el amanecer de un futuro entre sábanas y sueños sensuales. Hypatía, hija de Theón, guardián de tu saber profundo, recreador de los secretos de tus ancestros y los míos en las largas tardes de color azul lapislázuli del mar, mientras observábamos la torre de luz enclavada en la isla de Pharos, guía de naves peregrinas, refugio de inmortales eclipses y tenues metáforas, protegidos de un sol que por entonces dañaba mi despertar a un mundo cargado de malos auspicios.
  • 184. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 184 No basta la evocación; preciso el tacto volátil de tu talle entre mis manos, de tu cuello entre mis labios, de tu pecho electrizando la soledad de mi pecho. Envío hacia ti una onda de aproximación y detienes el paso... Miras las sombras buscando; me proyecto, enlazo tu cintura mientras beso el nacarado exterior de tu lóbulo derecho. Vuelves el rostro sin sorpresa y poso mis labios en el rescoldo de la hoguera inextinguida de tus labios. ¿Quien eres? —preguntas— ¿Por qué te conozco si jamás te he visto?
  • 185. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 185 2 Abro la puerta de mi abismo personal, te dejo indagar libremente en mi interior... tus ojos recorren la superficie del tiempo llevándote de nuevo a la gran Biblioteca, tu hogar de antaño, nuestro lecho de amor, el maravilloso templo del saber, fundado por Alejandro. Noto el reconocimiento en el estremecedor lenguaje de tu carne, asimilando la olvidada geometría, la aridez matemática que tú convertías en verso, la incipiente astronomía que te hacía danzar al son de las lejanas estrellas mientras acariciabas el astrolabio... y recibías la caricia de mis dientes en tu blanco cuello, a solas, con la única compañía de mi amigo y compañero, del filósofo Isidoro, el de los ojos tiernos; tu esposo. Él bebía de tu intelecto y moldeaba tu genio, yo bebía tu joven sangre y dibujaba tu cuerpo con mis manos, con mis ojos, dientes, poemas y besos.
  • 186. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 186 Eras, amor mío, la poesía de una melodía de Röschtrich anudada al último estertor de mi eterna noche. No hay mayor pasión, mi amado, ni más profunda, que la que une a la odalisca con su licántropo vampiro. Murió tu padre y también tu esposo, quedamos solos, yo como escudo protector de tus astros, tú como abanderada del saber de los tiempos, guardiana de la imagen solar de Aristarco, de los mapas manuales de Eratóstenes, la precesión de los equinoccios de Hiparco y la avanzada astrología de Ptolomeo. Estás muerto, Anthony, y yo también estoy muerta, No, amada, murieron otros cuerpos.
  • 187. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 187 3 Alejandría estaba gobernada por Roma, la ola del cristianismo invadió costas y mentes estrangulando creencias y antiguas filosofías, tachando a Platón de pagano y convulsionando en su tumba, el descanso eterno de Aristóteles. Yo era muy joven, aún no poseía el poder frío de la lágrima negra, no conocia los Arkanos, pedí ayuda al Ángel negro y fui rechazado, grité con todas las fuerzas de mi lado obscuro: ¡La amo! Y ellos imperturbables, contestaron: ¡Déjala morir si la amas!
  • 188. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 188 El prefecto Orestes, tu discípulo querido, apenas podía frenar la furia homicida de Cirilo, el malvado líder cristiano que perseguía tu saber con sus hordas de monjes descerebrados. En las sombras de la noche penetré en la morada de Cirilo, paralicé su corazón y le privé del aliento, probé su amarga sangre, era negra y espesa; pidió por su vida e hice un pacto con el diablo, su vida por tu vida, su corazón por tu alma...
  • 189. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 189 Aquel año aciago de 415 las bestias llegaron a ti, pero estabas conmigo, a salvo, encontraron un cuerpo que no era tu cuerpo sino solo un cuerpo proyectado. Un mes de marzo, en plena cuaresma cristiana, en el año cuatro del pontificado de Cirilo, el malvado, bajo el décimo consulado de Honorio y el sexto de Teodosio... Te ultrajaron obligándote a descender del carruaje, desgarraron tus ropas y usando sin piedad el filo de conchas marinas, descarnaron tu cuerpo hasta los huesos.
  • 190. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 190 4 Tu cuerpo era el cuerpo de todas las mujeres mas no era el cuerpo que habitaba la carne de tu cuerpo... Fuiste descuartizada y tus restos llevados a Cinaron, allí quemaron tus huesos mientras sentaban las bases de la canonización del demonio hoy llamado San Cirilo. Al año de tu muerte quemaron la biblioteca, el gran centro pagano, el lecho en que nos amamos. A lo lejos, maldecido por los míos, vigilaba tu alma. Reencarnaste en cuerpos a lo largo de mi cautiverio; he sido testigo mudo de tus vidas y hazañas pasadas, obligado a contemplarte, sin poder rozar tus labios, ni anudar a mi cintura la sensualidad de tu abrazo...
  • 191. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 191 Mas... ya soy fuerte, completé el ciclo de los Megas, no temo a mis iguales, soy dueño de mi Lágrima, del secreto de la Esfinge, del Arcano y de la Talia, Amo y señor de los Bosques de la Tiniebla Fría, donde la Luz se apaga al contacto de mis símbolos. Entablé negociaciones con el gran Ángel Negro, no atacaré si no atacan, mas... si te dañan, destruiré las consignas del Oyente y todas las ramas de Anzio, desde la orilla del Daemos hasta la superficie de Álais. Juego con ventaja, amor mío, conozco sus armas, ellos sólo saben de mi esencia de Nosferatu ángel, no de la estela heredada de mi madre loba, ignoran que domino la técnica del Rugido que lleva a la Puerta de la Nube, donde reside el Ceremonial de las Sombras.
  • 192. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 192 Capto tenues vibraciones, amor, ellos están al acecho, no respetarán la tregua, lo presiento, vienen por ti, te saben mi parte débil y necesito tiempo para amurallarte y proteger tu cuerpo físico de sus ataques, vayámonos, viviremos un lapso en la naturaleza cristalina de la forma, hasta completar el ciclo que ionice el espejo neutro. No hay prisas, Hypatía, donde vamos no existe el tiempo.
  • 193. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 193 Aurora Me refugio en tus pechos y allí me pierdo, siento el entrecortado fluir de tu sangre, formato impreciso de tenaz presencia, abanico contradictorio que se repliega saturando mi arteria seca, golpeando con su nota tenue la aridez de mi alma. Cual corcel desbocado, mi mano busca el calor que emana de tu rincón oscuro, angosto desfiladero donde yace tu deseo a la espera del polen de suave esencia, crepúsculo difuminado, afinidad palpable, conjunción astral que evoca tu carne fresca.
  • 194. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 194 Ensayo telepático, trémula conspiración de cerebración inconsciente, desierto pálido mecido en la mecánica exposición de un pálpito, atisbo de lucidez, desgajado de su origen puro cual pléyade de estrellas de antártico reflejo que conquistan el impenetrable aquelarre cósmico. Naufrago en la marmórea rigidez de la noche, reclino mi deseo en el suspiro de tu sexo, sobria trasposición del placer, algaraza interna de ritmo incierto, afrodisíaco de mi cansancio, góndola llameante que recorre a oscuras las islas bañadas por la marea de un anhelo.
  • 195. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 195 Emprendo la ascensión hasta la cima de tu alma depositando una guirnalda en tu delirio rosa, buscando la paz de tu mirada ambarina sumergida en el bucle del inacabado romance, me ubico en la frondosa madreselva de tu pelo y me recuesto en la universalidad de un sentimiento. Proceso físico de resonancia psíquica, inseminación consciente de misticismo acre, mutación ondulante de mi penumbra lisa, inhalación etérea que aleja la melancolía ascendiendo a la cumbre de la divergencia de un concepto indefinido de la aurora.
  • 196. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 196 Atrás quedan los inviernos, la llaga se cierra, la constante de mis versos galopa cual jinete que vuela tras la ensoñación perdida, cometa mutilado que arremete contra la negra nube que ensombrece con su anquilosada esencia el reflejo amoroso de la virginal partícula. Mi cuerpo se repliega en la turgente curvatura del benefactor olvido de tiempos pasados, rehuyo el vahído amenazador de antaño, asumo la primavera cual sentencia inapelable sometiéndome al recalcitrante impulso que lleva al frontispicio mismo del misterio de la vida.
  • 197. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 197 Guiño a Nietzsche I (Vanidad) Mi cuerpo acusa el cansancio circular, subiendo la pendiente solitaria de tu yermo impenetrable. Sé de una vía secreta, sin espalda, que me llevará donde mi rostro perece, allá en el confín de la primera sombra. No busco amorosas lisonjas, ni codicio relatos de mazmorras femeninas; preciso conocer el origen de mi primera poesía, aquella que surgió de un tibio escorzo, doblegada por el acuoso reflejo de lo ilícito de tu talle. Veo a lo lejos mi alma, mordiendo la arena, buscando términos medios entre componendas y sutiles enredaderas de gente sucia, y crustáceos, enturbiando las aguas para que parezcan profundas.
  • 198. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 198 Es inútil, la piedra resiste al pavo real y al ataque furioso del légamo salado. Tomaré del mar su vanidad manifiesta y la desnudaré de encajes, sedas y engaños, a fin de cuentas, pese al abanico de su cola los poetas proceden del mar, como la poesía, podré saber, al fin, el origen del sol y la serpiente. Hay dioses entre el cielo y la tierra, ocultos a la mirada, que sólo los poetas se permiten soñar pues los dioses, sin excepción, son símbolos; sólo peleles amañados por los poetas.
  • 199. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 199 II (Versos) Buscan la trayectoria correcta, anudan vértices que llevan a lo profundo de tu pupila; antiguos gestos, latidos y ternuras, todos enlazando con la lágrima que amenaza desequilibrar el orden cósmico de los vientos. Aguzan el oído, oyen la nube dibujando el perfil sinuoso de tus labios, y el misterio se presenta de improviso, cristal difuso, vistiendo de emociones tiernas la cúspide de un crepúsculo de notas encantadas. Después apoyan la cara en tierra, hablan con la entraña misma de la perspectiva, trazan la exótica circunferencia del reflejo e imaginan arpegios solo descifrados por el enamorado arrullo de un poema
  • 200. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 200 III (Hastío) Pertenezco al hoy y al ayer pero hay en mí algo que me habla del mañana, del pasado mañana, y de ese futuro que sortea el ciego bramido de la línea que antecede a la cópula del eclipse. Hastiado estoy de mediocridades y molinos de viento, de la poesía que surge de la entraña del sistema, de la altiva oda, de la rotundidad del disparo acre que desmenuza la célula de mares poco profundos. Quise olvidar los búfalos y la inaccesible escalera, recreé la voluptuosidad de un arpegio distante, y apuntando al epicentro del ceño del dictador me sumergí en la agonía de mi rugido predilecto: ¡la libertad!... Sólo conseguí perderme entre aullidos y humaredas.
  • 201. INTIMÍSSIMO Antonio García Vargas 201 IV (A veces...) A veces se hace preciso cruzar puentes y palpar las sombras vegetales donde juegan las ardillas... Allá; allá a lo lejos, muy cerca de donde anudan sus alas las diminutas luciérnagas...