Este documento trata sobre la enseñanza del lenguaje en la escuela. Argumenta que la escuela debe reflejar la sociedad plural y preparar a los estudiantes para comunicarse en diferentes contextos. También discute que el aprendizaje del lenguaje es un proceso lento y progresivo que requiere esfuerzos de los maestros para adaptarse al nivel de los estudiantes. Concluye que todos los maestros, independientemente de la asignatura, deben desarrollar competencias lingüísticas para comunicarse efectivamente.