María Montessori desarrolló un nuevo método de enseñanza basado en la observación científica de los niños. Ella creía que los niños aprenden mejor en un ambiente preparado que les permite explorar libremente usando materiales didácticos. Su método se centra en el desarrollo del potencial de cada niño y ha demostrado tener éxito universal independientemente de la raza, cultura o estatus socioeconómico.
John Dewey propone el aprendizaje como el resultado de las acciones del sujeto. Diametralmente opuesto a la enseñanza tradicionalista verbal, memorística y pasiva, introdujo la propuesta de "Aprender haciendo". Esta teoría pedagógica consiste en involucrar activamente al educando en la creación de vivencias que le permitan tener experiencias propias, de modo que pueda desarrollar sus talentos y habilidades. El propósito es entrenarlos en las diferentes competencias de resolución de problemas para llegar a convertirlos en investigadores y creadores activos.
El método de enseñanza se establece desde el análisis de las fases del método experimental-único método racional y fiable-. Dewey lo llamaba método de problemas, y consta de cinco fases o momentos:
1. La experiencia del niño.
2. Interrupción de la experiencia para definir el problema.
3. Inspección de los datos disponibles, búsqueda de la posible solución.
4. Formulación de hipótesis: con visitas a reanudar la continuidad de la experiencia.
5. Sometimiento de la hipótesis a la corroboración de la experiencia.
Los contenidos de la enseñanza se deciden en la práctica, según los resultados del método de problemas. La práctica sustenta el aprendizaje, y no consiste en la fijación de conocimientos mediante la repetición de los mismos. Una vez explicado; el aprendizaje se realiza por descubrimiento con la guía del maestro.
Modelo del pragmatismo educativo, propuesta por John Dewey:
“Todo alumno debe tener ocasión de mostrar lo que él es verdaderamente, de modo que el maestro pueda descubrir lo que necesita para hacer de él un ser humano completo. Sólo cuando un maestro se ha informado lo que cada uno de sus alumnos puede esperar, comprende, y sólo cuando comprenda, puede esperar devolver un sistema de educación que se aproxime al tipo científico o artístico. En tanto que los educadores no conozcan los hechos individuales, nunca podrán conocer si sus hipótesis tienen valor. ¿Pero cómo han de conocer su material si ellos mismos se imponen a él en una medida tal, que a cada parte se la hace actuar igual que cualquiera otra parte? Si los alumnos avanzan al mismo tiempo, si la información que se les da la han de reproducir de una manera uniforme, nada se descubrirá nunca acerca de ninguno de ellos. Pero si cada alumno tiene ocasión para expresarse, de mostrar cuáles son sus cualidades particulares, el maestro tendrá material sobre que basar sus planes de instrucción”.
John Dewey propone el aprendizaje como el resultado de las acciones del sujeto. Diametralmente opuesto a la enseñanza tradicionalista verbal, memorística y pasiva, introdujo la propuesta de "Aprender haciendo". Esta teoría pedagógica consiste en involucrar activamente al educando en la creación de vivencias que le permitan tener experiencias propias, de modo que pueda desarrollar sus talentos y habilidades. El propósito es entrenarlos en las diferentes competencias de resolución de problemas para llegar a convertirlos en investigadores y creadores activos.
El método de enseñanza se establece desde el análisis de las fases del método experimental-único método racional y fiable-. Dewey lo llamaba método de problemas, y consta de cinco fases o momentos:
1. La experiencia del niño.
2. Interrupción de la experiencia para definir el problema.
3. Inspección de los datos disponibles, búsqueda de la posible solución.
4. Formulación de hipótesis: con visitas a reanudar la continuidad de la experiencia.
5. Sometimiento de la hipótesis a la corroboración de la experiencia.
Los contenidos de la enseñanza se deciden en la práctica, según los resultados del método de problemas. La práctica sustenta el aprendizaje, y no consiste en la fijación de conocimientos mediante la repetición de los mismos. Una vez explicado; el aprendizaje se realiza por descubrimiento con la guía del maestro.
Modelo del pragmatismo educativo, propuesta por John Dewey:
“Todo alumno debe tener ocasión de mostrar lo que él es verdaderamente, de modo que el maestro pueda descubrir lo que necesita para hacer de él un ser humano completo. Sólo cuando un maestro se ha informado lo que cada uno de sus alumnos puede esperar, comprende, y sólo cuando comprenda, puede esperar devolver un sistema de educación que se aproxime al tipo científico o artístico. En tanto que los educadores no conozcan los hechos individuales, nunca podrán conocer si sus hipótesis tienen valor. ¿Pero cómo han de conocer su material si ellos mismos se imponen a él en una medida tal, que a cada parte se la hace actuar igual que cualquiera otra parte? Si los alumnos avanzan al mismo tiempo, si la información que se les da la han de reproducir de una manera uniforme, nada se descubrirá nunca acerca de ninguno de ellos. Pero si cada alumno tiene ocasión para expresarse, de mostrar cuáles son sus cualidades particulares, el maestro tendrá material sobre que basar sus planes de instrucción”.
16. LOS DOCE PUNTOS DEL MÉTODO MONTESSORI 1.- Está basado en años de paciente observación de la naturaleza del niño por parte del mayor genio de la educación desde Froebel. 2.- Ha demostrado tener una aplicación universal. Dentro de una sola generación se ha comprobado con satisfacción total en los niños de casi cualquier país civilizado. Raza, color, clima, nacionalidad, rango social, tipo de civilización, ninguno impide su aplicación exitosa.
17. 3.- Ha revelado al niño pequeño como un amante del trabajo, del trabajo intelectual, escogido espontáneamente y llevado a cabo con una profunda alegría. 4.- Esta basado en la necesidad imperiosa del niño de aprender haciendo. En cada etapa del crecimiento mental del niño se proporcionan ocupaciones correspondientes gracias a las cuales desarrolla sus facultades. 5.- Si bien ofrece al niño un máximo de espontaneidad, lo capacita para que alcance el mismo nivel o incluso uno superior de logro escolar que bajo los sistemas antiguos.
18. 6.- Aunque prescinde de la necesidad de coacción mediante recompensas y castigos, logra una disciplina más alta que anteriormente. Se trata de una disciplina que tiene su origen dentro del niño y no está impuesta desde afuera. 7.- Está basado en un profundo respeto por la personalidad del niño y le quita la influencia preponderante del adulto, dejándole espacio para crecer en una independencia biológica. De aquí que se le permite al niño un amplio margen de libertad ( no licencia que constituye la base de la disciplina real. )
19. 8.- Permite al maestro tratar con cada niño individualmente en cada materia, y así lo guía de acuerdo con sus necesidades individuales. 9.- Cada niño trabaja a su propio ritmo. De aquí que el niño rápido no se vea retenido por el lento, ni éste, al tratar de alcanzar al primero; se vea obligado a dar tumbos sin esperanza para salir de su profundidad. Cada piedra del edificio mental está “bien colocada y con exactitud” antes de que se coloque la siguiente.
20. 10.- Prescinde del espíritu de competencia y de su tren de resultados perniciosos. Es más, a cada momento les ofrece a los niños infinitas oportunidades para una ayuda mutua que es dada con alegría y recibida gustosamente. 11.- Siendo que el niño trabaja partiendo de su libre elección, sin competencia ni coerción, está libre del daño de un e exceso de tensión, de sentimientos de inferioridad y de o tras experiencias que son capaces de ser la causa i nconsciente de desórdenes mentales profundos más adelante en la vida.
21. 12.- Finalmente, el Método Montessori desarrolla la totalidad de la personalidad del niño, no sólo sus facultades intelectuales sino también sus poderes de deliberación, iniciativa y elección independiente, junto con sus complementos emocionales. Al vivir como miembro libre de una comunidad social real, el niño se adiestra en esas cualidades sociales fundamentales que constituyen la base para la buena ciudadanía.