El documento contrasta dos modelos de docentes: el docente tradicional pasivo frente al modelo ideal innovador y profesional. El autor Díaz Barriga describe que el docente tradicional cumple con los cursos obligatorios sin planear sus clases, mientras que el docente profesional se actualiza, organiza y planea responsablemente sus actividades. El autor argumenta que ante la reforma educativa, los docentes deben adoptar la postura del docente comprometido e involucrado como ideal, en lugar de actuar con pasividad o desdén.