Resolver un problema implica varios procesos cognitivos como la abstracción, el razonamiento numérico y la problematización. La resolución de problemas en los niños se desarrolla a través de la interacción social y la práctica en actividades cotidianas. Al observar cómo los niños resuelven problemas de manera acertada o errónea, podemos formar teorías sobre su desarrollo en esta competencia.