El documento describe el contexto filosófico y religioso del mundo helenístico y romano en el que surgieron las primeras comunidades cristianas. La filosofía se había convertido en una religión para muchos y ofrecía guía ética y espiritual a través de escuelas como el estoicismo, el epicureísmo y el cinismo. Aunque proclamaban un dios incognoscible, creían que se lo podía conocer a través de sus obras y la virtud. El cristianismo se diferenció por enseñar sobre un Dios
LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
Filosofía y religión helenística y su influencia en el NT
1. EL MUNDO HELÉNICO Y
ROMANO: FILOSOFÍA Y
RELIGIÓN.
El HELENISMO Y SU LEGADO
2. INTRODUCCION
El mundo principal de los autores del Nuevo
Testamento es ciertamente el de Israel. Pero el Nuevo
Testamento no nace en un universo asépticamente
judío, sino en uno profundamente helenizado, un
universo que había absorbido lentamente con el paso
de más de tres siglos una serie de nociones del mundo
griego: de la religión, de la filosofía y de la cultura en
general. Los autores del Nuevo Testamento conocían
bien esa atmósfera religiosa pagana, y en algunos
casos utilizaron parte de su lenguaje para atacar las
ideas de fondo de esa religiosidad o para mostrar que
su mensaje y su oferta espiritual eran superiores.
3. I. LA IDEA DE DIOS Y LA POSIBILIDAD
DE SU CONOCIMIENTO
4. La mayoría de los que cultivaban la filosofía en la
época de nacimiento del Nuevo Testamento había
llegado a formular y aceptar un monoteísmo
práctico. El monoteísmo de Israel se diferenciaba
del pagano en que los judíos no admitían bajo
ningún concepto competencia alguna de otros
dioses respecto a Yahvé. El monoteísmo pagano
sí admitía el culto a otros dioses, pero o bien los
consideraba formas o representaciones del Dios
único, o bien los relegaba a la función de meros
«demonios» o «démones», entidades o espíritus
secundarios entre el hombre y un único ser
verdaderamente divino.
5. Aunque los filósofos proclamaran que Dios
era en sí incognoscible, era también teoría
general que el ser humano podía conocerlo
por sus obras (Rm 1,18-23), e incluso que
existía alguna vía intelectual para
«comprender» en algo su impenetrable
esencia: su inmutabilidad, su eternidad, su
bondad y su implicación en el mundo. Se
añadía también la idea de que con la práctica
de las virtudes la mente quedaba purificada y
podía conseguir de forma natural un mejor
conocimiento de la divinidad.
7. La práctica de la filosofía fue en verdad la
religión de muchas personas educadas desde la
época helenística. La filosofía no era la disciplina
crítica de hoy día, sino sobre todo un modo de
vida. La filosofía ofrecía a sus adeptos incluso una
dirección espiritual y moral que les ayudaba a vivir
más plenamente. Cada escuela filosófica tenía su
manera de enfocar la vida con creencias y
prácticas distintivas.
8. Varias de ellas formaron una especie de
comunidad de «creyentes» en esa filosofía (por
ejemplo, los estoicos, los cínicos y los que se
congregaron en torno a Epicuro y su jardín). Existía
un afán de proselitismo filosófico y se producían
rivalidades entre las escuelas con historias de
«conversión» de unas a otras.
9. Como la religión oficial politeísta no
proporcionaba apenas una guía ética, las
escuelas filosóficas fueron las formadoras de
las conciencias interesadas de la época.
Algunos vieron en la filosofía el único medio de
conversión desde una vida libertina a la virtud y
un modo de limpieza del alma. La filosofía del
Imperio en general hablaba muy directamente
a los individuos e intentaba colmar las
necesidades no satisfechas por la religión
oficial, fría y distante.
10. A partir de Sócrates, que influyó
profundamente en todas las escuelas
filosóficas posteriores, los adeptos de la
filosofía aprendieron que el alma es la
personalidad moral e intelectual del individuo y
que el primer deber de este individuo es
cultivarla. De ahí el gran desarrollo de las
doctrinas éticas.
11. La filosofía es el motor del pensamiento, de las
ideas; la religión de las creencias, los ritos,... Ambos
son imprescindibles para comprender el mundo y el
tiempo en el que crecieron las primeras
comunidades cristianas. Dentro de la historia de la
filosofía, se califica el helenismo como un momento
de decadencia frente a autores clásicos de siglos
anteriores como Sócrates, Platón y Aristóteles. Los
grandes problemas de la filosofía se van a centrar en
las cuestiones de la lógica, la ética y la metafísica;
desarrollos ya incorporados por los filósofos
mencionados. De todas ellas tendrá una categoría
superior la ética.
12. La ética está recogiendo mucho del mito religioso
antiguo, el filósofo es un sabio, y ser sabio es saber
vivir, vivir equilibradamente consiguiendo la máxima
de la felicidad. El pensamiento está más constreñido
a las ideas de Platón o Aristóteles. En este periodo
abunda una amalgama de
corrientes, escuelas, pensamientos, ideas muy
diferentes. Los cristianos, inmersos en esta
cultura, podrían haber sido confundidos fácilmente
con predicadores ambulantes de alguno de estos
movimientos.
13. Las corrientes influyentes del momento serán el
estoicismo, el epicureísmo y los cínicos. De los tres
acaban teniendo una repercusión fuerte en el
Imperio Romano los estoicistas. De hecho podemos
considerar el estoicismo como formado y
evolucionado, con sus características, en el mundo y
la cultura romana. Con el seguir de los siglos, el
cristianismo se va extendiendo como religión y como
pensamiento frente a las demás escuelas filosóficas
que van languideciendo hasta su ocaso. Sólo un
repunte de neoplatonismo, llevado por la figura de
Plotino, se podría destacar de esta filosofía clásica;
junto, con los interesantes estoicistas romanos.
14. El estoicismo
El pensamiento estoico se ha dividido en tres periodos.
Para nosotros el más interesante es el último, la tercera
etapa, llamada estoa posterior. En ella destacaron varios
filósofos: Séneca, que se quitó la vida en el 65 d. C., fue
maestro de Nerón y gran escritor de obras sobre la
decadencia y las costumbres Romanas, cuestiones morales.
Epícteto, que fue esclavo en Hierápolis y luego liberto en
Roma, murió en el 138 d. C. Es interesante también la vida
de Marco Aurelio, el emperador filósofo, con buenas
reflexiones y pensamientos. Murió en el 180 d. C.
15. La ética estoica en especial gozó de una enorme
difusión entre las gentes del siglo I d.C. Las
prescripciones morales, que los predicadores
callejeros impartían al pueblo en forma de máximas
y sentencias o de historias edificantes, calaban
hondo en la población del Imperio; los cuadros de
deberes morales de las distintas clases de personas
(obligaciones domésticas; deberes de los
gobernantes; de los ciudadanos; de los
servidores, etc.) alcanzaron una enorme
difusión, incluso entre los judíos. El Nuevo
Testamento será heredero directo de estas normas
éticas, tanto que en muchos aspectos será difícil
diferenciarlo sobre todo del estoicismo.
16. Lo más célebre de la estoa era su ética, sus
criterios morales influyeron en la forma de
desenvolverse el mundo romano. Entienden que el
hombre es cuerpo y alma, y que esa alma puede ser
vegetativa, sensitiva o racional, igual que
Aristóteles. Para ellos la clave será dominar los
instintos del alma sensitiva, que no conducen más
que al padecimiento. Un instinto desorbitado es un
afecto, por eso la salida es controlar las
pasiones, no dejarse llevar por los instintos que nos
conducen a la infelicidad. La virtud para el estoico
está en los afectos nobles, la voluntad, la alegría
frente al placer.
17. La felicidad se pone y se busca en la virtud, que es
conciencia del deber, la abnegación es dureza contra
sí mismo. El hombre estoico ama el trabajo y el
esfuerzo: "aguanta y abstente" podría ser su lema.
La voluntad es la herramienta de la fortaleza
humana, por eso el estoico es hombre de
carácter, no se arrepiente de sus acciones, ser
hombre es una tarea difícil, no conviene añadirle
más dificultad. Por eso el ideal del sabio es el
hombre imperturbable frente a los apetitos y el
placer. Esa imperturbabilidad es llamada la
"apatheia", el estoico no es insensible, pero no se
deja impresionar por nada.
18. El sabio estoico es libre, perfectamente libre, pero
está gobernado finalmente por el destino, este
destino es omnipotente, ante eso nada podemos
hacer. Los conflictos que se dan entre la libertad y el
destino, quedan resueltos en el sabio, que con su
imperturbabilidad no sufre esperando la desgracia.
De ahí que el suicidio no estuviera mal visto entre
los romanos, era la salida digna y hermosa ante un
destino trágico impuesto.
19. Esto choca con el cristianismo, donde la vida se
convierte en pasión por Jesús, seguramente al
mundo romano le impresionaba la muerte en el
martirio de tantos seguidores por Cristo. La
libertad cristiana se entendía como esclavitud por
Cristo. El tiempo de los primeros cristianos parece
que se agotaba ante la segunda venida. Coincide
no obstante en la necesidad de dominar las
pasiones, que el helenismo y el mundo
romano, llevaban a gala. El mismo judaísmo aceptó
estas posiciones en sus libros sapienciales
contenidos en la Biblia.
20. Los Cínicos
Otra filosofía que podía asemejarse algo al
cristianismo eran los cínicos. Algunos de sus
miembros renunciaron a los bienes y se lanzaron a
la predicación ambulante. Llevaban una vida
austera y rígida, lo cual parecía semejante a los
cristianos apóstoles ambulantes, predicadores de
una nueva filosofía, para nosotros una nueva
religión. Es curioso pensar como San Pablo en el
areópago de Atenas, donde lanzó un discurso con
21. poco éxito, Hch 17, 16 sus interlocutores eran
estoicos y epicúreos, que no vieron nada extraño, ni
digno de escándalo, salvo en la cuestión de la
resurrección de Cristo, con un Dios muerto en la
cruz. Esta concepción contravenía toda la metafísica
filosófica tradicional, era un error de la
naturaleza, tal y como la concebían los clásicos. En
palabras de S. Pablo: "escándalo para judíos y
necedad para los gentiles".
22. Igualmente, el sistema ético de la filosofía
platónica fue bien acogido. Éste relacionó la teoría
de las Ideas del maestro Platón con la división en
tres partes del alma humana, asignando a cada una
de ellas las virtudes correspondientes.
La parte superior, o intelectiva, debía aspirar a la
adquisición de todas las virtudes
intelectuales, especialmente la sabiduría; a la parte
irascible, o media, del alma le correspondía sobre
todo el valor; y a la inferior o apetitiva, el
autocontrol o dominio de sí mismo. El conjunto de
todas las virtudes era el
23. soporte para alcanzar el compendio de ellas: la
justicia. La filosofía platónica popularizada
contribuyó también poderosamente al
establecimiento de un marcado dualismo entre el
mundo de las ideas, del espíritu, de la sabiduría —el
de arriba, el cielo, esencialmente bueno— y el
mundo inferior de la materia y la «carne», malo en
sí mismo o al menos, inferior.
24. Los Epicúreos
Epicuro (341-270 a.C.) fue el creador de una
comunidad denominada “los filósofos del
jardín”, puesto que era en el jardín de una casa que
Epicuro adquirió en Atenas donde un grupo no sólo
de hombres sino también mujeres se reunía para
cultivar la amistad y la Filosofía. Éstas dos eran para
Epicuro las claves para conseguir la felicidad y, por
consiguiente, a ellas dedicó su vida. Y puesto que la
Filosofía permitía alcanzar la felicidad, toda persona
debía dedicarse a ella.
25. Pero, ¿qué era la felicidad para Epicuro? La felicidad
estaba dada por la conjunción de dos factores: la ausencia
de preocupaciones o, en el término griego, “ataraxia”, y
por el placer o “hedoné”, en griego, razón por la cual se
considera a Epicuro uno de los principales representantes
del hedonismo.
Analicemos entonces estos dos factores:
En primer lugar, ¿cuáles son las preocupaciones que el
filósofo proponía evitar? Son fundamentalmente tres: el
temor a los dioses, el temor a la muerte y el temor al
futuro.
26. Contrariamente a lo que muchos detractores del
epicureísmo afirmaban, Epicuro no era ateo. Sin embargo,
los dioses eran, para él, seres demasiado alejados de
nosotros los humanos, y no se preocupaban por nuestras
vicisitudes, por lo que carecía de sentido temerles.
En cuanto al temor a la muerte, Epicuro lo consideraba
un sinsentido, puesto que “todo bien y todo mal residen
en la sensibilidad, y la muerte no es otra cosa que la
pérdida de la sensibilidad misma”.
27. Por último, carece también de sentido temerle al futuro,
puesto que:
“el futuro ni depende enteramente de nosotros ni
tampoco nos es totalmente ajeno, de modo que no
debemos esperarlo como si hubiera de venir
infaliblemente ni tampoco desesperarnos como si no
hubiera de venir nunca.”
Y ya que el destino no existe, poseemos algunas cosas
por el azar, y otras por obra nuestra, y son estas últimas las
que debemos atender.
28. En el terreno de la Ética, sostenían que lo
moralmente bueno es el placer, concepción
heredada de Aristipo. El sentido original de la
palabra "bueno" es placentero. Nada tiene que ver
con la conformidad a un orden de ideas o a un
orden natural de las cosas. Del mismo modo, se
denomina "malo" a lo que nos acarrea dolor. “El
placer es el principio y el fin de la vida feliz.” Los
epicúreos entendían el placer de un modo
sutil, alejado del sensualismo y el desenfreno. Y
siendo el placer la ausencia de dolor y la paz del
espíritu, el mismo debe buscarse en el reposo.
29. Para los epicúreos los placeres espirituales están
por sobre los sensibles. El hombre no debe
entregarse ciegamente a los placeres que se le
ofrecen, sino que debe utilizar la razón para evaluar
si ese placer momentáneo no le acarreará luego un
dolor mayor. Sin razón y prudencia no se puede
tener una vida feliz.
En suma, una vida en privacía, rodeada de
amistades y de placeres moderados, con el
mínimo de dolores posibles y tranquilidad en el
alma, es lo que nos brindará la felicidad, y
hacia eso debe encaminarse el hombre.
31. Lo mejor de la religiosidad helenística se sentía inclinada
hacia el monoteísmo: tanto el universo como el ser
humano se veían en verdad dependientes de un Dios
único.
Pero, a la vez, el hombre religioso de la época se sentía
preso de un destino ciego e inflexible, sujeto al hado, lo
inevitable, a un sino férreo y cruel representado para la
mayoría de las gentes en la tiranía inexorable de los astros.
Otros se abrumaban al creer en el poder agobiante de
múltiples demonios o espíritus que habitaban los aires, o
en la mala influencia de fuerzas semidivinas perversas, a
veces controladas por la magia.
32. El mundo helenista y romano creía en las
divinidades que impregnan la naturaleza, los astros
eran seres divinos, los animales, el sol y la luna. El
sincretismo mezcla la religión griega tradicional
clásica, con su mitología, junto con los nuevos
mitos y creencias orientales, babilónicos, asirios,...
Dominados por fuerzas ocultas, la magia, los
esoterismos se habían extendido en estas
sociedades, donde el "Destino y su fatalidad", ya lo
hemos visto, estaba presente en todas las facetas
de la vida. La fatalidad ante la vida, era contestada
por amplios sectores de la sociedad por un nuevo
orden oculto y mágico.
33. Entre los nuevos mitos destacó la religión y los mitos
Órficos, identificados a la larga con Dionisos. Estas
creencias afirmaban la transmigración de las almas, tras la
muerte se abre un mundo de sombras errantes, de infierno
y castigo, los ritos sobre los muertos y sus prácticas
mágicas se multiplicaban. Había casos de nigromancia, y las
predicaciones sobre los males del infierno eran habituales.
Los rituales se mezclaban con los antiguos cultos a Dionisos
o Baco, son dioses de fecundidad, de exaltación de las
fuerza de la naturaleza, de muerte y resurrección. En sus
ritos se comían animales vivos y crudos, se bebía y se
ensalzaba el vino, las orgías nocturnas y, rituales de vino y
excesos. Estas fiestas dionisíacas se fueron haciendo
populares en el Imperio romano. Fueron fiestas de la vida
ante la tragedia del averno, de la muerte.
34. El sincretismo dominante intercambiaba divinidades
Orientales con Occidentales. El busto al dios desconocido
que se encontraba en Atenas y en Roma, reflejan la
mentalidad de aquella cultura. Lo importante era estar a
bien con las divinidades, y con su status quo, dado que la
sociedad romana era muy supersticiosa. Dentro de esas
divinidades cobró fuerza la divinización del Imperio Romano
y especialmente de su Emperador. Será adorado y se le
deberá rendir culto como un Dios más. Los cristianos fueron
acusados precisamente de "ateos", al no rendir culto al
Emperador o al Imperio. Es verdad que los cultos a las
divinidades clásicas se resitúan, pero en general hay una
crisis en las creencias occidentales: romanas y griegas, se
van imponiendo nuevos cultos, nuevos dioses más a la
moda.
35. También tuvieron especial fuerza los oráculos, las
adivinaciones, los charlatanes y los magos y brujos.
Cobraron relieve los oráculos sibilinos, y en general
con Roma un florecimiento de estas predicciones de
futuro. Flavio Josefo obtuvo una buena posición y el
favor del futuro emperador Vespasiano, porque le
predijo que sería el Cesar. Lo cual demuestra que no
estaban muy lejos de estas prácticas los judíos, aún
rechazándolo la Torá. Junto con estos adivinos y sus
santuarios florece todo aquello que representan las
divinidades, en una nueva oferta religiosa, de ahí el
auge y defensa de los cínicos, epicúreos o
estoicos, ambulantes algunos y cercanos a las
necesidades de los hombres en general.