La resiliencia se refiere a la capacidad de las personas y comunidades para adaptarse de manera positiva a situaciones adversas. Existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de daño, pero también factores protectores internos y externos que pueden reducir los efectos negativos y favorecer el desarrollo. La resiliencia se adquiere brindando afecto, estableciendo expectativas elevadas y dando oportunidades de participación significativa. Cada persona desarrolla la resiliencia de manera única.