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Bacteriología de la bilis vesicular de pacientes
sometidos a colecistectomía convencional electiva
por litiasis vesicular sintomática
Introducción
La litiasis vesicular es una enfermedad frecuente en
la población general, sobre todo en pacientes adultos,
y de predominio en el sexo femenino1
, está tiene una
incidencia de 10% en la población de países occidentales
y de 17% en la población de los países asiáticos1
.
Los factores de riesgo asociados a la colelitiasis son:
raza, obesidad, género femenino, edad, dieta baja en
fibra, pérdida rápida de peso, multiparidad, cáncer,
medicamentos, nutrición parenteral, estrógenos, entre
otros1,2
. La prevalencia de litiasis vesicular es muy alta,
en Estados Unidos la padecen 20.5 millones de personas,
es decir 6.3 millones de hombres y 14.2 millones de
mujeres. El 20% de las personas mayores de 65 años son
portadores de litos vesiculares, y un millón de nuevos
casos son diagnosticados cada año1,2,3
.
La presencia de infección bacteriana en la vesícula biliar
de pacientes colecistectomizados, ya sea por inflamación
aguda, crónica o litiasis. Aun cuando existen marcadas
diferencias en la positividad de los cultivos, los que
fluctúan entre el 10 al 78%, esto va a depender de una
serie factores como lo son:
(a)barrerasmecánicasqueprotegenlavíabiliardeinfecciones:
como el esfínter bilio-pancreatico (de Oddi), que impide el
reflujo de contenido intestinal hacia la vía biliar;
(b)unionesentreloshepatocitosqueseparanloscanalículos
biliares de los sinusoides hepáticos, protegiendo de una
eventual bacteriemia. Adicionalmente, las células de
Küpfferenelsinusoidehepáticoayudanamantenerestéril
el sistema biliar, fagocitando a los microorganismos;
(c) La misma bilis posee propiedades antibacterianas que
incluyen IgA y sales biliares, y
Resumen
Elobjetivodelainvestigaciónesidentificarlaflorabacteriana
en cultivos de bilis, de pacientes sometidos a colecistectomía
convencional electiva que ingresaron con cuadro de litiasis
vesicular asintomática. Se realizó una investigación de tipo
prospectivo, transversal y observacional, en una muestra de
54 pacientes que acudieron a la consulta de Cirugía General
delHospital“Dr.AdolfoPons“delInstitutoVenezolanodelos
Seguros Sociales (IVSS) Maracaibo-Venezuela. Resultados:
Se incluyeron 54 pacientes, con edad promedio de 40.2 años.
Laincidenciadebactibiliafuede11.1%.Lasbacteriasaisladas
en la bilis fueron: Escherichia coli (5.5%), Pseudomona
spp. (3.7%), Enterobacter cloacae (1.8%). Conclusión: Los
hallazgo de bacterias en los cultivos de bilis vesicular en
pacientes sintomáticos, no son sinónimo de cuadros graves,
ni de lesiones severas, ni de infección de la vía biliar, como la
evolución de una colelitiasis biliar no es predecible.
Palabras claves: Litiasis vesicular, bactibilia, colecistectomía
convencional.
Abstract
The objective of the research is to identify the bacterial
flora in cultures of bile, patients undergoing elective
cholecystectomy conventional admitted with asymptomatic
gallstones box. Research prospective, observational and
cross was conducted in a sample of 54 patients who were
seen at the General Surgery “Dr. Adolfo Pons” Hospital
of Maracaibo-Venezuela Venezuelan Institute of Social
Security (IVSS). Results: 54 patients were included, with
mean age of 40.2 years. The incidence was 11.1% Bactibilia.
Bacteria isolated in bile were Escherichia coli (5.5%),
Pseudomonas spp. (3.7%), Enterobacter cloacae (1.8%).
Conclusions: The finding of bacteria in gallbladder bile
cultures in symptomatic patients, are not synonymous with
severeillnessorsevereinjury,orinfectionofthebiliarytract,
as the evolution of biliary cholelithiasis is not predictable.
Keywords:Cholelithiasis,bactibilia,opencholecystectomy.
Distribución por suscripción
ISBN: PPI201402DC4571 WWW.BOTICA.COM.VE ISSN: 2443-4388
Edición número 36 / Año 2015
2 N° 36, Año 2015
(d) finalmente, el flujo unidireccional de la bilis al
intestino actúa como medio mecánico físico de arrastre,
lo que la mantiene libre de microorganismos.3
Por lo se ha aceptado a través del tiempo que la bilis en
condiciones normales es estéril4
. Pero, qué sucede en
una vesícula biliar con litos en su interior. La bactibilia
es la presencia de bacterias en bilis vesicular; para su
confirmación se requiere un resultado positivo del cultivo
de bilis o mucosa de la vesícula biliar. Se ha informado
que ante colecistitis litiásica se encuentran bacterias
en la bilis, en las paredes de la vesícula y dentro de los
cálculos biliares, mientras que en las vesículas normales
la presencia de bacterias es nula o escasa. Los factores
que favorecen la colonización de la superficie de los litos
son la b-glucoronidasa y la fosfolipasa. Las bacterias de
los cálculos proporcionan un reservorio para infecciones
biliares, facilitan la bacteriemia y están relacionadas con
infecciones severas del tracto biliar3, 4
.
Casi invariablemente la mayoría de los estudios
han demostrado5
, que la flora intestinal aeróbica,
específicamente Enterobacteriaceas, dan cuenta de
alrededor del 80 al 100% de las infecciones de la vesícula
biliar6,7
. En orden de frecuencia la mayoría de los
estudios coinciden en que la E coli representa a lo menos
el 50% del total de gérmenes aeróbicos aislados, le siguen
los Streptococcus-Enteroccocus y Enterobacter spp. El
Staphylococcus aureus aparece en porcentajes < 10%8
.
La colecistectomía por vía convencional o laparoscópica
constituye el método de elección para el manejo de la litiasis
vesicular sintomática. Teniendo en cuenta que en nuestro
medio las enfermedades hepato-biliares cada vez adquieren
másimportancia,consideramosesencialestudiarlarelación
de la colelitiasis asintomática con la identificación de flora
bacteriana en cultivos de bilis vesicular, A pesar de la alta
tasa de colecistectomía y la frecuencia de complicaciones
infecciosas, no son numerosos los estudios bacteriológicos
que se han publicado en nuestro medio. El objeto de este
trabajo es determinar la presencia y frecuencia de bacterias
en cultivos de bilis de la vesícula biliar en pacientes
sintomáticos sometido a colecistectomía abierta.
Materiales y métodos
Este trabajo se realizó en 54 pacientes sometidos a
colecistectomía convencional electiva que ingresaron
con cuadro de litiasis vesicular sintomática al Servicio
de Cirugía del Hospital “Dr. Adolfo Pons “ del Instituto
Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) Maracaibo-
Venezuela, entre enero a noviembre de 2014. Asimismo
se excluyeron los pacientes que presentaron episodios de
pancreatitis aguda de origen biliar, con síndrome ictérico
obstructivo y los que recibieron terapia con antibióticos
antes de su ingreso.
La investigación se realizó a través de un estudio
prospectivo, transversal y observacional (serie de
casos), en pacientes de cualquier género, con edad entre
18 y 70 años, para el estudio bacteriológico de la bilis
vesicular, está se recabo mediante punción directa de
vesícula biliar en el transoperatorio, mediante jeringa
y aguja estéril, obteniendo una muestra de 10cc para
cultivo de bilis, llevándose de inmediato al laboratorio
para su cultivo y antibiograma (aproximadamente
5 minutos), una vez obtenida la muestra se realizó la
colecistectomía habitual. Las muestras de bilis vesicular
en el laboratorio se sembraron en medio de gelosa
sangre, sal y manitol, MacConkey y Chocolate (Gram
positivos/ negativos y anaerobios).
La sensibilidad in vitro a los antibióticos se realiza por
método cualitativo con sensidiscos para cada tipo de
antibiótico, reportándolos con antibioticograma. Se
realizó una ficha en donde se recolectaron los datos
aportados por la anamnesis detallada y la exploración
física, durante la realización de la historia clínica de
hospitalización, así mismo los estudios de imágenes
y los resultados de los cultivos de bilis reportados por
el laboratorio. Los valores obtenidos fueron tratados
mediante un análisis centrado en número y porcentaje,
haciendo distribución de frecuencia de los valores
obtenidos a través de tablas.
Tabla No. I
Resultado de cultivo bacteriológico de bilis vesicular según resultado bacteriológico
Cultivos de bilis No %
Negativos 48 88.8
Positivos 6 11.1
Total 54 100%
Fuente: Servicio de Cirugía General Hospital Dr. Adolfo Pons IVSS.
3N° 36, Año 2015
Resultados
Se estudiaron 54 pacientes, en donde la incidencia
de bactibilia fue de seis (11.1%) casos (Tabla. I).
Con edad promedio de 40.2 de los cuales 44 (81.4%)
casos fueron del sexo femenino y 10 (15.1%) del sexo
masculino (Tabla. II).
En cuanto a la variable genero el predominio prevaleció en el
sexo femenino con 44 (81.4%) en donde los cultivo de bilis
fueron positivo en 6 (11.1%) de los casos pacientes, mientras
que en el sexo masculino fueron 10 pacientes para un 18.5 %,
de los cuales los todo los cultivos de bilis fueron negativos.
Del total de las muestras para cultivos bacteriológicos
de bilis vesicular, 48 de ellas (88.8%) no presentaron
desarrollo bacteriano (cultivos negativos), solo en seis
(11.1%) muestras, si hubo desarrollo bacteriano con
colelitiasis sintomático. La bacteria más frecuente aislada
en el cultivo de bilis de vesícula biliar de los pacientes
con cirugía programada, fue la Escherichia coli en tres
muestras (5.5%), Pseudomona spp. en dos casos (3.7%) y
Enterobacter cloacae en una muestra (1.8%).
Tabla No. II
Resultado de cultivo bacteriológico de bilis vesicular en pacientes sintomáticos según edad
Edad (años) Cultivos Positivo Cultivos Negativo
No
% No
% No
%
18 - 29 10 18.5 0 0.0 10 18.5
30 - 39 9 16.6 0 0.0 9 16.6
40 - 49 17 31.4 1 1.8 16 29.6
50 - 59 10 18.5 3 5.5 7 12.9
60 - 69 8 14.8 2 3.7 6 11.1
Total 54 100 6 11.0 48 88.8
Fuente: Servicio de Cirugía General Hospital Dr. Adolfo Pons IVSS.
Tabla No. III
Resultado de cultivo bacteriológico de bilis vesicular en pacientes sintomáticos según genero
Género (sexo) Cultivos Positivo Cultivos Negativo
No
% No
% No
%
Femenino 44 81.4 6 11.1 38 70.3
Masculino 10 18.5 0 0.0 10 18.5
Total 54 100 6 11.1 48 88.8
Fuente: Servicio de Cirugía General Hospital Dr. Adolfo Pons IVSS.
4 N° 36, Año 2015
Los microorganismos Gram negativos se informaron
con sensibilidad a antimicrobianos como
carbapenémicos (imipenem), aminoglucósidos
(amikacina), cefalosporinas de tercera generación,
también a quinolonas fluoradas (ciprofloxacina), y para
Enterococos y Estreptococos, sensibilidad a la penicilina,
cefalosporinas, vancomicina y clindamicina.
Discusión
La colonización bacteriana de la bilis parece ser frecuente
en pacientes con obstrucción de la vía biliar ya sea con o
sin signos de sepsis; sin embargo respecto a la carga de
bacterias en la vía biliar, no se encuentra bien establecido
el rol que desempeña en la fisiopatología o evolución de
los pacientes con colelitiasis vesicular9
. Lo que indica
que la infección no constituye un elemento prioritario
ni indispensable para desencadenar el cuadro de
colecistitis. Esta afirmación apoya lo que sostienen varios
autores respecto10
, a que el proceso inflamatorio vesicular
puede iniciarse por causas químicas (bilis sobresaturada
irritante o mezclada con jugo pancreático), mecánicas
(cálculo impactado en el bacinete) o ambas y que la
participación bacteriana es un hecho circunstancial
que, en caso de producirse, puede contribuir a agravar
el padecimiento agregando un ingrediente infeccioso
con todas sus implicancias. La bactibilia en paciente con
cuadro de litiasis vesicular sintomática generalmente
se asocia a la edad avanzada. Pero Existen algunas
series de investigaciones nacionales y extranjeras que
muestran un alto porcentaje de positividad de cultivos
de bilis vesicular (45%), cuando existe colecistitis aguda,
crónica, cáncer de vesícula entre otras11,12,13,14
. En cambio
cuando no ha comorbilidades asociadas, este porcentaje
es significativamente menor, ya siempre se ha manejado
y aceptado el concepto a través del tiempo de que la bilis
en condiciones normales es estéril.
EnlainvestigacióndesarrolladaporHernándezycol5
,que
muestran un alto porcentaje de positividad de cultivos
(35%), el germen aisló fue la E. Coli. en el 28.5% de las
muestras. Gutiérrez-Banda et al, 20137
, Se incluyeron 72
pacientes, con edad promedio de 40.4 años. La incidencia
de bactibilia fue de 13.9%. Las bacterias desarrolladas en
la bilis fueron: Escherichia coli (60%), Streptococcus spp.
(20%), Enterobacter cloacae (10%) y Citrobacter freundii
(10%). En la serie de Espinoza y col10
, en 52 pacientes,
sometidosacolecistectomíaabierta,losgérmenesaislados
Tabla No. IV
Resultado de cultivo bacteriológico de bilis vesicular según resultado bacteriológico
Cultivos de bilis No %
Negativos 48 88.8
Positivos 6 11.1
Total 54 100%
Fuente: Servicio de Cirugía General Hospital Dr. Adolfo Pons IVSS.
Tabla No. V
Resultado de cultivo bacteriológico de bilis vesicular según los gérmenes aislados
Gérmenes Aislados No %
E. Coli 3 5.5
Enterobacter cloacae 1 1.8
Pseudomona spp. 2 3.7
Fuente: Servicio de Cirugía General Hospital Dr. Adolfo Pons IVSS.
5N° 36, Año 2015
en los cuadros agudos son los bacilos Gram positivos y
de los cuadros crónicos, los estreptococos. El sexo más
susceptible es el femenino con la edad comprendida
entre 30-50 años.
Asimismo D´Angelo y col11
, en pacientes con
colecistitis agudas con posterior estudio bacteriológico
y anatomopatológico del material obtenido. La punción
fue positiva en el 62,7%, con predominio de Gram
negativos, más frecuente en presencia de litiasis y a
mayor tiempo de evolución; sin embargo, no existió
relación estricta entre la participación bacteriana, la
gravedad anatomopatológico, ni la severidad evolutiva de
la colecistitis. Torres y col12
, en 49 pacientes consecutivos
sometidos a cirugía por enfermedad litiásica de vesícula,
los cultivos fueron positivos en 21 pacientes (43%), la
bacteria predominante fue Escherichia coli en 48%. La
frecuencia de colonización biliar en pacientes del grupo
de alto riesgo fue de 67%, y de 35% en aquellos pacientes
sin factores de riesgo. El recuento de colonias fue menor
de 100.000 en 86% de los pacientes. Los resultados
sugieren que la colonización bacteriana de la bilis podría
ser mayor cuando existen factores de riesgo.
Sylvestre y col13
, en la bilis fue recolectada por punción
de la vesícula, luego de su remoción. No se realizaron
cultivos para anaerobios. En 100 muestras cultivadas
resultaron positivas 14%, en las cuales el 57% de ellas
desarrollaron gérmenes Gram negativos y 42% Gram
positivos. Los microorganismos aislados fueron,
por orden de frecuencia: E. Coli (28%) y Klebsiella
Pneumoniae (28%), Estafilococo Coagulasa Negativo
(21%), Enterococcus Faecalis (14%), Enterobacter Cloacae
(7.1%) y Estreptococo spp. (7.1%). Asociación E. Coli-
Klebsiella Pneumoniae en una de esas muestras.
Nuestros resultados no difieren significativamente de
los comunicados tanto en la literatura nacional como
extranjera, respecto de la positividad del cultivo en bilis
vesicular, observándose marcadas variaciones en cada
uno de los estudios5,7,10,11,12,13
. Estas variaciones pueden ser
explicadas a través de una serie de consideraciones como el
momento de la indicación quirúrgica, uso de antibióticos
preoperatorios, frecuencia de litiasis, edad de los pacientes,
entre otras. Cabe señalar que los trabajos con respecto de
este tema tienen a lo menos más de una década.
En nuestra serie el mayor número de casos se reportó
en los pacientes mayores de 40 años y del sexo femenino
sin embargo este no se relaciona estadísticamente
con el resultado del cultivo. La incidencia de cultivos
positivos del total de las muestras, en 11.1% de los casos.
Los gérmenes bacteriano aislado en las seis muestra
fueron más frecuente fue la Escherichia coli en tres
muestras (5.5%), Pseudomona spp. en un caso (1.8%) y
Enterobacter cloacae en dos muestra (3.7%).
En relación a la edad, no observamos un predominio en
décadas determinadas, sin embargo, los sujetos jóvenes
especialmente mujeres muestran una significativa
menor frecuencia de cultivos positivos. Respecto de
los gérmenes aislados, no se observan diferencias con
otras series nacionales o extranjeras. La E coli y el
Streptococcus-Enterococcus representan el 75% de los
gérmenes presentes en la bilis vesicular.
Sin embargo hay que dejar bien claro que los pacientes
estudiados tenían una litiasis vesicular sintomática, pero
ninguno presento colecistitis aguda ni cronica ni otra
patologíadelárbolbiliar,yaqueeraunrequisitoprimordial
para el estudio por lo que estos fueron excluido.
Conclusiones
Los gérmenes no son imprescindibles para iniciar una
colecistitis en presencia de litiasis vesicular, sino que
aparecen circunstancialmente sobre todo a mayor
tiempo evolutivo de dicha patología, lo que indica que
la infección no constituye un elemento prioritario ni
indispensable para desencadenar el cuadro de colecistitis
agudas o crónicas.
Los hallazgo de bacterias en los cultivos de bilis vesicular
en pacientes sintomáticos, no son sinónimo de cuadros
graves, ni de lesiones severas, ni de infección de la vía biliar,
comolaevolucióndeunacolelitiasisbiliarnoespredecible,
es conveniente intervenir quirúrgicamente cuanto antes
posible con indicación con profilaxis antibiótica.
Sin embargo consideramos necesario realizar el mismo
estudio con una muestra mayor, y si es posible en un
mayor intervalo de tiempo para poder confirmar estos
primeros hallazgos, para poder seguir manejado y
aceptado el concepto a través del tiempo de que la bilis
en condiciones normales es estéril■
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6 N° 36, Año 2015
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Cir 1990; 29: 290-8.
Dr. Juan Carlos Araujo C.
Dra. Yajeris Rojas
jcaraujoc_65@hotmail.com
Autores
7N° 36, Año 2015N° 36, Año 2015
Los gastroenterólogos especializados podrían no necesi-
tar enviar a patología los pólipos extirpados del colon de
un paciente, según un gran estudio realizado por médi-
cos de Mayo Clinic en Jacksonville.
El estudio efectuado en 522 pacientes y publicado en la
edición de diciembre Gastrointestinal Endoscopy (En-
doscopia gastrointestinal) reveló que los médicos pudie-
ron evaluar correctamente si un pólipo era precanceroso
o benigno durante la colonoscopia, gracias a lentes ópti-
cos de alta definición. La evaluación tuvo una exactitud
de 96 o 97 por ciento, dependiendo de cuál de las dos ge-
neraciones de colonoscopio se utilizó, comparado frente
al examen de patología de los pólipos.
Los científicos de Mayo Clinic concluyen que el examen
de patología de los pólipos, actualmente requerido por las
pautas nacionales de la práctica médica, podría ya no ser
necesario y consideran que este avance puede derivar en
ahorros contundentes para el paciente y el sistema de aten-
ción médica, además de ofrecer información y recomen-
daciones más rápidas para el seguimiento del paciente.
“La colonoscopia es un procedimiento bastante caro y
gran parte del costo es debido al análisis de patología de
los pólipos extirpados para revisar si son precancerosos
o benignos, examen que determina cuándo necesita otra
colonoscopia el paciente”, comenta el investigador exper-
to del estudio y gastroenterólogo, Dr. Michael Wallace.
“Descubrimos que los gastroenterólogos que utilizan colo-
noscopios ópticos de alta definición pueden ofrecer exce-
lente atención médica y diagnóstico de los pólipos, sin ne-
cesidad del paso adicional del examen de patología”, añade
el Dr. Wallace. El equipo de la investigación examinó el
uso del colonoscopio Exera II de la serie 180 y del colonos-
copio Exera III de la serie 190 para evaluar 927 pólipos.
Ambos son colonoscopios de alta definición y la genera-
ción anterior, la serie 180, es ampliamente utilizada.
El diagnóstico óptico, a veces denominado “biopsia vir-
tual”, en manos de médicos especializados fue suficiente
para determinar que los pólipos benignos (hiperplásicos)
eran realmente benignos y que los pólipos potencialmen-
te precancerosos (adenomas) eran los que corrían riesgo
de convertirse en cáncer.
Los investigadores también descubrieron que los médicos
del estudio obtuvieron una tasa extremadamente alta de
detección de adenomas con el uso de los endoscopios: 50
por ciento con el modelo de las serie 180 y 52 por ciento
con el de la serie 190. “Una tasa alta de detección de adeno-
mas se considera una buena medida de la calidad del co-
lonoscopio. Los estudios demostraron que la obtención de
una tasa de 33 por ciento, o sea descubrir adenomas en 33
por ciento de cada 100 personas sometidas a una colonos-
copia” es excelente, señala el Dr. Wallace. “Actualmente, las
referencias nacionales recomiendan una tasa de detección
de adenomas de por lo menos 20 por ciento, pero nosotros
descubrimos muchos adenomas más”.
“Mientras más pólipos adenomatosos se detectan, me-
nor es el riesgo de contraer cáncer de colon. Por lo tanto,
este estudio revela que el empleo del colonoscopio óptico
permite realizar una colonoscopia sumamente exacta y
obviar el laboratorio de patología, lo que reduce costos”,
explica el médico. “Otra ventaja es poder informar al pa-
ciente inmediatamente después del procedimiento cuáles
fueron los hallazgos y cuándo debe realizarse el siguiente
examen, en lugar de esperar uno o dos días por los resul-
tados del examen de patología”.
La Sociedad Americana de Endoscopia Gastrointesti-
nal utiliza ahora el estudio de Mayo para revisar las
pautas actuales de la colonoscopia a fin de evaluar la
necesidad o momento de realizar el análisis de patolo-
gía del pólipo, añade.
El estudio fue financiado por Olympus Corporation of
America, fabricante de colonoscopios■
Colonoscopios de alta definición
evalúan pólipos con exactitud
Información
Clínica Mayo
Jacksonville, Florida, USA
intl.mcj@mayo.edu
8 N° 36, Año 2015
Análisis funcional de casos psiquiátricos
su utilidad en la comprensión de la patología
Resumen
El análisis funcional es un conjunto de hipótesis y juicios
clínicos de las conductas problema del paciente sus
relaciones y las variables que les afectan. Este análisis se
ha utilizado principalmente como un instrumento de
planificación del tratamiento. El objetivo del trabajo fue
examinar si este análisis es también útil para ayudar a la
persona en la comprensión de su patología. Se realizó el
análisis de dos casos, ambas participantes manifestaron
unamejorcomprensióndesupatologíatraspresentarlesun
análisis funcional de sus principales conductas problema.
En conclusión, un análisis funcional individualizado,
presentado esquemáticamente y de fácil comprensión
puede ser útil para complementar la psicoeducación que
recibe el paciente durante el tratamiento.
Palabras clave: Análisis funcional, psicoeducación,
psicopatología, estudio de casos.
Introducción
El análisis funcional, o formulación clínica de casos,
podría describirse como un conjunto de hipótesis y
juicios clínicos de los problemas de comportamiento (o
conductas problema) del paciente y sobre las relaciones
funcionales que existen entre estos problemas, las
variables que afectan a dichos problemas y a los objetivos
de tratamiento (1, 2). De una forma resumida, los
principales componentes que debe tener un análisis
funcional son (3): a) las conductas problema del paciente
(que sería las conductas objetivo de tratamiento); b) las
relaciones existentes entre estas conductas problema;
c) los antecedentes o causas de las conductas problema
y la relación con estas y d) los consecuentes de estas
conductas problema y la relación con estas.
En el análisis funcional se integra información del
paciente que se obtiene mediante diferentes medios de
evaluaciónclínica(entrevista,observación,autoinformes,
etc.) con la información científica existente sobre la
patología y tratamientos para una problemática similar
a la que presenta la persona (1-3). En el contexto de la
terapia de conducta el análisis funcional se utiliza como
un instrumento de planificación del tratamiento que
permite (3): a) determinar la necesidad de tratamiento,
b) planificar y diseñar un tratamiento centrado en la
persona, y c) obtener datos para evaluar la eficacia del
tratamiento aplicado.
Ya que este análisis se utiliza como una guía de
orientación del tratamiento a llevar a cabo de una manera
individualizada, por la información que recoge podría ser
útil como una herramienta de tratamiento en si misma
ya que puede ayudar al paciente a obtener un mejor
conocimiento de su problema. Teniendo en cuenta esto,
el objetivo del trabajo fue examinar, mediante el estudio
de casos, si la presentación de un análisis funcional de la
psicopatología es una herramienta útil en la comprensión
de esta por parte de la persona que la sufre.
Casos clínicos
En este trabajo se midió el grado de comprensión de
los problemas psicopatológicos que presentaban dos
personas en el momento de acudir a consulta de salud
mental para iniciar la valoración y posterior tratamiento
de los mismos. Estas personas habían pedido ser
atendidas en un centro médico privado. A ambas se les
pidió voluntariamente su participación y se les informó
del posible uso científico de una breve anamnesis de su
patología, del análisis funcional de esta y de la valoración
que hacían sobre la comprensión de la misma. En relación
a la valoración de la comprensión de la patología mental,
a cada uno de los participantes se le administro una escala
analógico-visual donde tenían que valorar, en una escala
de 0-10, la comprensión de su problema o patología. En
esta el representaba no tener ningún tipo de comprensión
del problema (según la percepción del paciente), y
el 10 una comprensión total del problema (según la
percepción del paciente). Previamente, se le especificaba
la información que debía conocer del problema para
poder valorar si tenía mayor o menor comprensión del
mismo, en concreto se le indicó que debía conocer los
antecedentes de la patología, las conductas problema
(comportamientos, cogniciones, estados somáticos,
etc.) y los consecuentes funcionales de estas conductas
problema (evitar situaciones desagradables, obtener
atención, etc.).
La primera participante es una mujer de unos 45 años,
casada y con un hijo de 16 años. El motivo que la lleva
a solicitar ayuda es que en los últimos 2-3 meses se
encuentra frecuentemente preocupada y triste, con llanto
frecuente y con dificultad para conciliar el sueño. En la
evaluación realizada se halló un nivel grave en relación
a la presencia de obsesiones y compulsiones, donde
se constató que invierte de 3-8 horas al día en ellas, le
producen interferencia y malestar grave en su vida diaria,
siempre cede ante estas, tiene poco control sobre ellas.
Las obsesiones más problemáticas son las de contenido
de contaminación, contenido agresivo, mientras que las
compulsiones que más interfieren en su actividad son de
lavado/limpieza, de comprobación/seguridad, los rituales
de repetición, arreglo y orden. Todo ello fue evaluado
mediante la Escala Yale-Brown de síntomas obsesivos-
compulsivos (4). También se detectaron, mediante el
Inventario de Ansiedad (BAI) (5) y de Depresión de Beck
(6), unos niveles de ansiedad y depresión moderados,
presencia de ideación suicida leve-moderada (evaluada
mediante la Escala de Ideación Suicida) (7), baja
autoestima (evaluada mediante el Cuestionario de
9N° 36, Año 2015
Autoestima de Rosenberg) (8) y un nivel de preocupación
grave (valorada mediante el Inventario de Preocupación
de Pensilvania) (9). En cuanto a sus relaciones familiares,
ella las cataloga como buenas aunque pone de manifiesto
que existen problemas de comunicación con su marido y
su hijo y algunas discusiones debido a que no entienden
el problema que tiene. En cuanto a relaciones sociales
la participante manifiesta que no tiene amigos, ni otras
relaciones sociales fuera de la familia y que no realiza
actividades de ocio debido a su constante tristeza y falta
de ganas para hacer cualquier cosa.
Cuando se evalúa la comprensión del problema
(antecedentes, conductas problemas y consecuentes) la
participante manifiesta tener muy poca comprensión del
mismo (valorando subjetivamente su comprensión del
mismo con un 1), considerándolo también como algo
poco modificable. Tras presentarle el análisis funcional
representado en la figura y explicar los diferentes
antecedentes y consecuentes (que pueden actuar como
comportamientos que mantienen las conductas problema
la participante manifestó tener un mejor conocimiento
y comprensión del mismo valorando su comprensión
subjetiva del mismo con un 7 y percibiéndolo como algo
susceptible de cambio.
Por su parte, el segundo participante es una mujer de 29
años, soltera y de nivel socioeconómico medio. El motivo
de consulta son los “ataques” que dice presentar desde
hace varios meses y el miedo que manifiesta a estar sola
en su casa, a acercarse a ventanas en lugares altos y a
viajar si no está acompañada. En la evaluación realizada
se encontró un episodio de ansiedad grave (en especial
los aspectos físicos de la respuesta de ansiedad, ya que
se evaluó mediante el BAI) (5) donde la sintomatología
motora y psicofisiológica de la ansiedad en mayor
medida es la que le genera mayor dificultad en su vida
diaria (evaluado mediante el Inventario de Agorafobia)
(10) y un nivel elevado de agorafobia (evaluado mediante
el Cuestionario de Miedos) (11).
También en este caso, al evaluar la comprensión del
problema la participante manifiesta tener una pobre
comprensión del mismo (valora subjetivamente su
comprensión con una puntuación de 2) y remarca su
desconcierto por lo repentino de los “ataques” que
experimenta. En este caso se realizó un análisis funcional
utilizando como base el Modelo de Clark y Salkovskis
(12), el mismo puede observarse en la Figura 2. Tras la
presentación del mismo la participante muestra interés
en el modelo explicativo presentado, ya que según
manifiesta se “siente reflejada” en la explicación de su
problema. Al pedirle la valoración subjetiva del nivel de
comprensión del problema, tras presentarle este análisis
la participante informa de un 8.
10 N° 36, Año 2015
Conclusiones
En relación al objetivo del trabajo, los resultados
obtenidos en ambos casos parecen indicar la utilidad del
análisis funcional de la psicopatología como instrumento
para conseguir que la persona que la padece tenga una
mejor comprensión de la misma, de sus antecedentes y
consecuentes conductuales que actúan como variables de
mantenimiento del problema.
En cuanto a la metodología de presentación del análisis
parece que una presentación sencilla y esquemática
del mismo parece ser la adecuada. Esto unido al que el
análisis refleja el caso de manera individualizada ayuda
al paciente a entender y comprender el problema. Así,
además de para planificar y evaluar el efecto de un
posible tratamiento este análisis parece ser un método
útil para percibir las diferentes conductas problema como
modificables (ya que se le informa del aspecto funcional
de estas) y pueden motivar de cara al tratamiento.
En relación a lo anteriormente comentado, un análisis
funcional individualizado, que se presente de una manera
esquemática y que sea fácil de comprender por el paciente
puede resultar una técnica que complemente sesiones de
psicoeducación que se le ofrecen al paciente durante su
tratamiento. Por ejemplo, ya que los casos estudiados
en este trabajo son casos de trastornos de ansiedad este
análisis individualizado sería un buen complemento a la
información general que se les da a las participantes sobre
la respuesta de ansiedad (componentes, mecanismos
que la desencadenan, etc.). Así mediante este análisis
las pacientes pueden identificar de una forma más
sencilla los diferentes componentes de la ansiedad en su
problemática concreta■
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Juan Antonio Becerra García. Psicólogo.
Norte de salud mental, 2012, vol. VIII, nº 44
Se publica con autorización de su director
Dr. Iñaki Markez
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12 N° 36, Año 2015
Investigación científica en medicina
¿Una necesidad o una etiqueta?
La investigación científica constituye uno de los pilares
esenciales y fundamentales en el área médica, dentro de
esta concepción el médico es considerado un científico
que desarrolla permanentemente investigación, es decir
se plantea interrogantes y busca la solución, creando, ha-
ciendo ciencia, y desarrollando la práctica de la misma.
En este sentido, estudio de casos clínicos, es herramienta
fundamental de aprendizaje en los estudiantes de pre-
grado y postgrado; a través de estos casos, el estudiante,
recoge información y la procesa, usando la historia clíni-
ca, la semiología, la interpretación de exámenes paraclí-
nicos e imagenológicos y casos inter-consultantes. Que
le permiten establecer el diagnóstico y terapéutica más
adecuada para el caso específico, trayendo consigo un
enriquecimiento en el estudiante, como en los distintos
especialistas del área médica.
La medicina clínica tiene años respondiendo a las deman-
das de atención de salud de la población. Pero el éxito, no
significa que exista relación causal alguna entre las medi-
das adaptadas y el resultado obtenido, ni mucho menos
que el episodio se registre como investigación médica.
Ahora bien, se ha identificado. ¿Cuáles son las caracte-
rísticas que convierten una relación médico-paciente en
una investigación clínica?. Estas se pueden resumir en las
siguientes cinco(1)
:
1.	 El objetivo, que en la medicina clínica es resolver el
problema de salud del paciente y en la investigación
médica es generar un nuevo conocimiento.
2.	 El planteamiento, que en la medicina clínica es indi-
vidual y se refiere a un caso concreto mientras que en
la investigación médica es una hipótesis general que
requiere una población más o menos numerosa de
sujetos experimentales y de control.
3.	 La ejecución, que en la medicina clínica se atien-
de exclusivamente a las circunstancias del paciente
mientras en la investigación además cumple con in-
dicaciones del protocolo.
4.	 El resultado, que en la medicina clínica es la respues-
ta del paciente al tratamiento, mientras en la investi-
gación es la respuesta a un nuevo conocimiento a la
pregunta planteada por la hipótesis.
5.	 La divulgación de la experiencia, que en el caso de la
medicina clínica puede no existir o darse en forma
anecdótica, mientras que en la investigación médica
resulta de trabajos presentados en congresos y publi-
caciones en revistas especializadas.
La medicina nunca deja de sorprendernos; a través de
la investigación se puede contribuir de manera prácti-
ca, a una situación única y privilegiada, para desarrollar
aportes, reestructurar y generar avances significativos
en el área médico – terapéutica, siendo el primer bene-
ficiario el paciente.
Debe subrayarse, que el método de aprendizaje médico
(casos clínicos), sigue las pautas de la investigación cien-
tífica y es susceptible de optimizarse, e implica crear en el
estudiante, una permanente actitud inquisidora en busca
de la verdad basada en la literatura,que explique los he-
chos, y sobre esta base podrá ejercitar, ya en su prácti-
ca profesional, no sólo su responsabilidad clínica y ética
sino liberar su capacidad creativa en la proposición de
nuevas vías o estrategias de solución a los problemas de
salud que enfrente(2)
.
Para ello, es necesario realizar amplias revisiones cien-
tíficas que sustenten la patología en el paciente, sin em-
bargo, para esto no se nos enseña durante la carrera de
medicina, razón que lleva a culpar de forma directa al
sistema, y buscar otros vacíos y fracasos, pero los respon-
sables somos nosotros; de allí la importancia y necesidad
en identificar los factores desencadenantes de este com-
portamiento para superarlo, y entre los cuales se pudo
identificar, el factor tiempo y el desconocimiento(3)
.
Lacarenciadedocentesqueencaminenyacompañenelarte
de investigar, la falta de valoración o postergación de algu-
nas investigaciones, la falta de motivación, la falta de apoyo
o de incentivación, o el desconocimiento de la importancia
de la aplicación del método científico en medicina, quizás
sean el reflejo de algunos galenos para realizar investigación
científicaenmedicina.Unestudiorealizadoaestudiantesde
medicina de primer año concluyo, un interés significativo
de los estudiantes por dedicarse a la investigación, constitu-
yendo una fuente potencial de recursos humanos(4)
.
La investigación como estrategia educativa (tesis), puede
ser interpretada desde varios puntos de vista, para algu-
nos es cumplir con el requisito universitario para acceder
al grado, para otros con mayor proyección y compromiso
con la tradición de la profesión médica, asumen el hecho
de que el estudiante de pregrado y postgrado, debe saber
no solo de metodología de la investigación, sino también
formas de enfrentar el conocimiento, con capacidad de
analizar, reflexionar, adquiriendo una actitud de cuestio-
namiento cuando se presente en un caso clínico algo no
esperado, así como también otras competencias que nos
ayuden a la excelencia profesional y personal.
Ahora bien, es necesaria la relación docencia-investi-
gación, expresión muy frecuente en el lenguaje univer-
sitario, pero es susceptible a múltiples interpretaciones,
13N° 36, Año 2015
enseñar desde la investigación, enseñar e investigar si-
multáneamente, investigar a través de la enseñanza, in-
vestigar en el aula, investigar y enseñar como dos activi-
dades independientes.
Al retomar estas consideraciones, se puede considerar
que la relación docencia – investigación, no es tarea fácil,
ya que al no haber secuencia temporal en estas dos ac-
tividades, se hace necesario buscar formas de investigar
desde el aula, de manera que ésta se convierta en campo
de trabajo investigativo y a la vez en trabajo docente(3)
.
Pero, según varios estudios, el sistema de prejuicios li-
mita, creyendo que investigar es asunto de algunos y
que es realizada solamente por un selecto grupo de ex-
pertos en el área; no se trata de que el médico abandone
la práctica de la medicina para convertirse en un inves-
tigador de tiempo completo, pero sí, es la inquietud a
los hechos en determinadas situaciones clínicas, lo que
daría origen a las diferentes interrogantes en el área mé-
dica, y a la generación de nuevos conocimientos, es así
como la ciencia avanza(3,5,6)
.
Por todo lo anteriormente expuesto, es importante fo-
mentar, impulsar y apoyar la investigación científica
como instrumento de formación en estudiantes de me-
dicina y profesionales médicos, ya que la motivación
constituye un condicionante del aprendizaje, por lo que
profundizar su estudio es importante(7)
.
En definitiva, se puede afirmar que el médico tiene la
obligaciónmoralyelcompromisoéticodecontribuirenla
medida de sus posibilidades a aumentar el conocimiento
científico de acuerdo al desempeño profesional, los
conocimientosdelacienciayelcompromisodelestado(8)
■
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tigación y postgrado. 2002. vol.17 (1):1-9.
Dra. Karen Moreno Cedeño
karens.moreno@gmail.com
Autora
14 N° 36, Año 2015
Pautas y guías para el diagnóstico y el tratamiento
de tuberculosis en pacientes con artritis
reumatoide a ser tratados con agentes
biológicos (anti-TNF)
Introducción
A pesar de grandes esfuerzos a nivel mundial, el núme-
ro de casos de tuberculosis (TB) está aumentando. En
tal sentido, diferentes factores pueden estar involucra-
dos, pero uno de los que debe considerarse es el uso
de medicamentos, que potencialmente pueden interfe-
rir con los mecanismos inmunológicos envueltos en la
defensa del hospedero. En el caso de las enfermedades
reumáticas, por ejemplo, debe considerarse el uso de
agentes tales como los esteroides, los inmunosupresores
y, presumiblemente, en el marco de los denominados
terapia biológica, los inhibidores del factor de necrosis
tumoral (TNF).
La OMS estima que en el año 2001 hubo alrededor de
8,46 millones de nuevos casos, mientras que para Vene-
zuela la estimación fue de 10.337 pacientes.1,2
Sin em-
bargo, de acuerdo a datos oficiales venezolanos3
, la cifra
de casos notificados de TB en todas sus formas clínicas
para el mismo año fue de 6.110, lo que corresponde a
una tasa de 24,8 por 100.000 habitantes, situando al país
entre aquellos de “mediana incidencia” de acuerdo a la
categorización hecha por la Organización Panamerica-
na de Salud (OPS/OMS). Aunque el 58,3% de todas las
formas de TB corresponde a personas menores de 44
años, el grupo de mayor riesgo está representado por
aquel de mayores de 64 años, con una tasa de 91,7 por
100.000 habitantes. A su vez, el 84,8% del total de casos,
está constituido por la forma pulmonar de la enferme-
dad, con 67,1 % de éstos siendo bacilíferos.
Este mismo Informé recalca el hecho de que ”...si bien la
tendencia de la incidencia notificada se mantiene lineal en
los últimos años... esto no implica un verdadero descenso
en las fuentes de infección, sino más bien una declinación
en el nivel de detección con la consecuente demora en el
diagnóstico” por lo que se considera a Venezuela en “...
una situación de riesgo que impone limitaciones al opti-
mismo” reflejado en las cifras de incidencia general3.
Se considera que aproximadamente 1,9 millardos de per-
sonas a escala mundial (1/3 de la población global) están
infectadas por el Mycobacterium tuberculosis2
; así mis-
mo, la OMS estima en aproximadamente 3 millones el
número de muertes anuales atribuibles a esta enferme-
dad. Para Venezuela la tasa de mortalidad para el año
2000 fue de 2,7 por 100.000 habitantes, ocupando el 19no
lugar entre las primeras 25 causas de muerte registradas
en el país, siendo el grupo etario más afectado el de más
de 74 años con una tasa de 46,4 por 100.000 habitantes.3
En la mayoría de las personas, la infección por M.
tuberculosisescontroladainicialmenteporlasdefensasdel
hospedero,ylainfecciónpermanecelatente;sinembargo,la
infección tuberculosa latente (también conocida como TB
latente) tiene el potencial de transformarse en enfermedad
TB activa en cualquier momento, pudiendo representar
una fuente de contagio para individuos susceptibles.
De acuerdo a estas premisas surge la necesidad de evaluar
la presencia de infección tuberculosa latente en personas
que, debido a su mayor riesgo para el desarrollo de la en-
fermedad activa, se beneficien del tratamiento de dicha in-
fección ; existen dos amplias categorías de candidatos para
ser sometidos a pruebas de tamizaje para infección tuber-
culosa latente: Personas con probabilidad de haber sido in-
fectadas recientemente y personas con riesgo aumentado
para TB activa por la coexistencia de ciertas condiciones
clínicas y/o epidemiológicas (Tabla 1, modificado de Jas-
mer RM et al).
En nuestro país, al igual que en gran parte del mundo,
la única prueba disponible para identificar infección
tuberculosa latente es la prueba de la Tuberculina o PPD.
El PPD es un derivado proteínico purificado de bacilos de
la tuberculosis, el cual administrado por vía intradérmica
determina una reacción local que indica infección por
micobacterias. La “prueba” del PPD o Tuberculina es
un examen para detectar infección por tuberculosis; no
indica enfermedad activa. Se administra mediante la
Técnica de Mantoux con jeringa de Tuberculina a una
dosis de 0,1 mL, ó 2 unidades tuberculínicas del PPD-
RT23 (correspondientes a 5 U.T. del PPDS), usualmente
en la superficie anterior del antebrazo izquierdo.
Esta reacción puede ser leída a las 48 horas, aunque existen
controversias sobre su conveniencia con relación a lecturas
realizadas a las 72 horas5
. El criterio para interpretar la re-
acción como positiva, indicando la presencia de infección
tuberculosa, varía dependiendo de ciertas características
de la persona evaluada (Tabla 2, modificado de Jasmer
RM et al4
) Según ello, una lectura de 5 mm puede ser po-
sitiva o negativa, de acuerdo a las características y factores
de riesgo del paciente.
Como se observa, cuando se considera que la probabilidad
pre estudio para obtener una prueba de PPD “positiva
verdadera” y el riesgo de reactivación de la TB son altos,
se debe considerar indicativa de infección tuberculosa
latente una induración ≥ 5mm . Como ha sido descrito para
otros agentes biológicos para el tratamiento de la artritis
reumatoide6
, aún no ha sido establecido el riesgo específico
asociado al uso de los fármacos anti-TNF pero debido a los
informes publicados y su farmacodinamia, sería una actitud
prudente asumir que los pacientes a ser tratados con ellos
pertenecerán a este grupo de alto riesgo, por lo que igualmente
15N° 36, Año 2015
será válido establecer el punto de corte para interpretar
como positiva una reacción de PPD ≥ 5mm. Asumir
responsablemente esta conducta luce razonable, más aún
si consideramos que la TB es medianamente prevalente en
nuestro país, en especial en pacientes de mayor edad, y que
algunos de los fármacos usados para el tratamiento de los
pacientes con artritis reumatoide (como los corticosteroides
y el metotrexate) tienen efecto inmunosupresor conocido.
Por otra parte, la sensibilización al PPD también puede
ser inducida por infección con microbacterias no tuber-
culosas, incluyendo el BCG, el cual forma parte del es-
quema de inmunizaciones obligatorio en nuestro país Si
bien no es posible distinguir entre una reacción al PPD
causada por una infección verdadera y una reacción cau-
sada por el BCG, estudios han demostrado que sólo al-
rededor del 8% de las personas que recibieron la vacuna
BCG al nacer mostraban positividad al PPD 15 años des-
pués7
. En el caso particular del paciente con diagnóstico de
artritis reumatoide, si se considera su edad promedio, es
válido asumir que los resultados de la intradermoreacción
con el PPD no estarán afectados por la inmunización pre-
via con BCG y, por lo tanto, una prueba ≥ 5mm puede ser
atribuida a infección TB.
Una vez hechas estas consideraciones, se plantea el siguiente
algoritmo como sugerencia inicial para el manejo del tami-
zaje, diagnóstico y conducta terapéutica de la tuberculosis
en pacientes con diagnóstico de artritis reumatoide que re-
cibirán agentes biológicos del tipo anti-TNF, ya sea para su
participación en protocolos clínicos o en su plan de trata-
miento: (Figura 1).
De acuerdo al algoritmo mostrado se proponen las si-
guientes guías preliminares:
1. Historia médica completa de cada paciente, incluyen-
do anamnesis detallada sobre posibles contactos de alto
riesgo con pacientes con TB activa (ver TABLA 1 para su
definición), especialmente en los últimos 3 meses, exa-
men funcional y examen físico detallados por sistemas.
Si luego de esta evaluación se hallan síntomas y/o sig-
nos sugestivos de TB activa (tos con esputo por más de
2 semanas, fiebre al comienzo de la noche, sudoración
nocturna, hemoptisis, pérdida de apetito y/o pérdida de
peso ≥ 10% del peso corporal ideal), el paciente debe ser
referido prontamente a la Coordinación de Tuberculo-
sis correspondiente al Distrito o Municipio Sanitario
participante en el Programa Nacional de Tuberculosis
del MSDS, del área geográfica respectiva, para ser eva-
luado por el médico especialista, quien deberá descartar
el diagnóstico de TB antes del inicio de la terapia con el
agente anti-TNF.
Si el paciente no refiere síntomas, o al examen físico deta-
llado no hay signos, sugestivos de TB activa, será referido
al ambulatorio o establecimiento asignado por la Coor-
dinación de Tuberculosis correspondiente al Distrito o
Municipio Sanitario del Programa Nacional de Tubercu-
losis del MSDS del área geográfica respectiva, para ser
incluido en estas Guías y sometido a intradermoreacción
con PPD, de acuerdo a las normas del Programa.
2. Prueba de PPD: El PPD a ser utilizado será exclusi-
vamente aquel suplido por el MSDS, estandarizado en
2 U. T. (PPD RT23, Statens Serum lnstitut, Dinamarca;
página web: http://www.ssi.dk/sw794.asp) en 0,1mL,
quedando descartado el uso de PPD de otras fuentes co-
merciales, y será aplicado por personal entrenado y con
suficiente experticia en la colocación de la prueba Esta
TABLA 1 . Riesgo para TB activa según la coexistencia de condiciones clínicas y/o epidemiológicas
Riesgo Ejemplos de Personas con Riesgo
Riesgo aumentado de exposición a casos infecciosos •	 Personas con contacto cercano reciente con personas con TB
activa comprobada*; contactos intradomiciliarios
•	 Trabajadores de la Salud que laboran en instituciones
donde son tratados pacientes con TB
Riesgo aumentado de infección por TB •	 Personas provenientes de países con alta prevalencia de TB
•	 Personas sin hogar
•	 Personas que viven o trabajan en asilos
Riesgo aumentado de TB activa una vez la infección
ha ocurrido
•	 Personas infectadas con el VIH
•	 Personas con infección TB reciente +
•	 Usuarios de drogas inyectadas
•	 Pacientes con enfermedad renal terminal
•	 Pacientes con silicosis
•	 Pacientes con diabetes mellitus
•	 Pacientes recibiendo terapia inmunosupresora
•	 Pacientes con cáncer hematológico
•	 Personas mal nutridas o aquellos con pérdida de peso
reciente de más de 10% de su peso corporal ideal
•	 Personas sometidas a gastrectomía o bypass yeyunoineal
* Contacto cercano es definido como al menos 12 horas de contacto con una persona con TB bacilífera, pero no hay criterios bien
establecidos para estos contactos.
+ Personas con infección reciente incluyen niños menores de 4 años de edad y personas con conversión de la prueba de la tuberculina,
definida como un aumento en la induración de al menos 10 mm en una prueba de tuberculina dentro de los últimos dos años.
16 N° 36, Año 2015
prueba será interpretada a las 72 horas luego de coloca-
da, por personal de dicha Coordinación de Tuberculosis
igual mente entrenado y con suficiente y comprobada
experticia; por tal motivo se deberá evitar la colocación
del PPD los días miércoles y jueves de cada semana, así
como 72 horas antes de cualquier otra fecha no laborable.
Como parte de la atención de rutina de estos pacientes en
la Coordinación de Tuberculosis del Distrito o Munici-
pio Sanitario correspondiente, se indicará y realizará una
radiografía de tórax en proyección PA para la evaluación
de las imágenes pulmonares La interpretación será hecha
por el médico especialista del Programa Nacional de Tu-
berculosis asignado a dicha Coordinación.
3. Conducta ante una prueba positiva de PPD: El punto
de corte para la intradermoreacción por PPD, como ya
fue definido arriba, será de ≥ 5mm de induración para
la interpretación de la prueba como positiva, sin impor-
tar el estatus de inmunización con BCG del paciente. En
aquellos casos en que el resultado del PPD sea positivo l a
conducta variará dependiendo de la interpretación de las
imágenes radiológicas del tórax, así:
3.1. Radiografía de tórax normal: En estos casos se
considerará al paciente asintomático como portador de
infección tuberculosa latente y por lo tanto el médico
especialista del Pro grama Nacional de Tuberculosis de la
Coordinación de Tuberculosis correspondiente indicará
tratamiento quimioprofiláctico con una droga. Para todos
los casos, la quimioprofilaxis (denominada igualmente
“Tratamiento de la Infección Tuberculosa Latente”, o
“TITL” por sus siglas) se efectúa con isoniazida (INH), a
menos que exista contraindicación absoluta para su uso,
en cuyo caso indicará un esquema terapéutico diferente,
de acuerdo a lo establecido en el Programa. La duración
de la quimioprofilaxis con INH será de un año, según lo
establecen las pautas señaladas por el Programa Nacional
de Tuberculosis, a dosis de 5 mg/kg de peso corporal/día
(máximo: 300mg diarios), autoadministrada, con entrega
quincenal del medicamento, pudiendo comenzar la terapia
anti-TNF luego de como mínimo 1 mes de tratamiento con
INH o la droga indicada, de común acuerdo entre el médico
especialista del Programa y el médico reumatólogo tratante.
3.2. Radiografía de tórax anormal: El médico especia-
lista del Programa Nacional de Tuberculosis adscrito a la
Coordinación de Tuberculosis del Distrito o Municipio
Sanitario respectivo determinará la presencia de lesio-
nes radiológicas torácicas, al mismo tiempo definiendo
su compatibilidad con infección latente o con enferme-
dad activa. En el primero de estos casos (infección tu-
berculosa latente) indicará quimioprofilaxis (TITL), tal y
Tabla 2. Interpretación de los resultados del PPD positivo de acuerdo a las características del paciente
Reacción ≥ 5 mm de induración Reacción ≥ 10 mm de induración Reacción ≥ 15 mm de induración
Personas infectadas por el VIH
Contactos recientes con pacientes
con TB bacilífera
Cambios fibróticos en la radiografía
de tórax consistentes con TB
Pacientes con transplante(s)
de órgano(s) y otros pacientes
inmunosuprimidos (recibiendo
el equivalente a 15 mg/día de
prednisona por 1 mes o más)*
Inmigrantesrecientes(dentrodelosPersonas
sinfactoresderiesgoúltimos5años)desde
paísesconaltaprevalenciadeTB
Usuarios de drogas inyectadas
Residentes y empleados* de las siguientes
instituciones de alto riesgo: Prisiones y
cárceles, ancianatos y otros hogares de
cuidado para ancianos, hospitales y otras
instituciones prestatarias de servicios
de salud, instituciones residenciales
para pacientes con SIDA, refugios para
personas sin hogar
Personal de laboratorios de
micobacteriología
Personas con las siguientes condiciones:
Silicosis, diabetes mellitus, insuficiencia
renal crónica, algunos desórdenes
hematológicos (como leucemia, linfoma).
otras enfermedades malignas (como
carcinoma de cabeza o cuello y pulmón).
pérdida de peso ≥ 10% del peso ideal.
gastrectomía y bypass yeyunoileal
Niñosmenoresde4añosdeedadoniñosy
adolescentesexpuestosaadultosdealtoriesgo
Personas sin factores de riesgo para TB
* El riesgo de TB en pacientes tratados con corticosteroides aumenta a medida que aumentan la dosis y la duración del tratamiento.
+ Para personas que por el resto de los criterios son de bajo riesgo y son evaluadas al inicio del empleo, una reacción ≥ 15mm de induración
es considerada positiva.
17N° 36, Año 2015
Paciente con síntomas
presentes*
Evaluación Clínica
PPD
PPD Positivo (≥ 5 mm) PPD Negativo (≥ 5 mm)**
Radiografía de tórax:
Cualquier alteración
Radiografía de tórax:
Normal
TUBERCULOSIS
ACTIVA
Radiografía de tórax:
Normal
Radiografía de tórax:
Compatible con lesiones residuales de TB
TUBERCULOSIS
ACTIVA
TRATAMIENTO
TOTALMENTE
SUPERVISADO
QUIMIOPROFILAXIS
TRATAMIENTO DE LA
TUBERCULOSALATENTE
QUIMIOPROFILAXIS
TRATAMIENTO DE LA
INFECCIÓN
TUBERCULOSALATENTE
INFECCIÓN
TUBERCULOSA
LATENTE
TRATAMIENTO
TOTALMENTE
SUPERVISADO
TB
DESCARTADA
Anti-TNF
puede ser usada
con seguimiento
de rutina
TB
DESCARTADA
Anti-TNF
puede ser usada
con seguimiento
de rutina
INFECCIÓN
TUBERCULOSA
LATENTE
Descarte de TB activa
por especialista antes
de iniciar uso de anti-TNF
Descarte de TB activa
por especialista antes
de iniciar uso de anti-TNF
Paciente asintomático
como está descrito en la sección 3.1. En caso de lesiones
sugestivas de TB activa el médico especialista procede-
rá a realizar la rutina diagnóstica respectiva, incluyen-
do demostración microbiológica del BK, para una vez
confirmada su presencia iniciar el esquema terapéutico
adecuado y recomendado por el Programa Nacional de
Tuberculosis del MSDS, que para casos nuevos y recaídas
contempla el uso del régimen de tratamiento totalmente
supervisado con cuatro fármacos (isoniazida, rifampici-
na, pirazinamida y etambutol o estreptomicina), en 48
tomas, seguida por un régimen de dos drogas (isoniazida
y rifampicina) por 54 tomas adicionales para un total de
26 semanas de acuerdo a los criterios de frecuencia se-
manal y dosificación establecidos en el Programa. Para
los casos de re-tratamiento por fracaso del tratamiento
previo (persistencia de bacteriología positiva durante el
tratamiento de acuerdo a los criterios del Programa Na-
cional de Tuberculosis) o de TB en situaciones especiales
(insuficiencia renal, insuficiencia hepática) el médico es-
pecialista usará las drogas antituberculosas de acuerdo a
los esquemas de dosificación específicos establecidos en
el Programa Nacional de Tuberculosis. Igualmente, en
todo caso se recomienda realizar el cálculo de dosis de
las drogas antituberculosas de acuerdo al peso corporal
del paciente, respetando las dosis máximas permitidas
para cada una.
En casos de enfermedad TB activa se podrá iniciar trata-
miento con el agente anti-TNF sólo una vez final izado el
período de tratamiento indicado, de común acuerdo en-
tre el médico especialista del Programa de Tuberculosis
correspondiente, quien deberá corroborar los criterios de
curación de TB activa de acuerdo al Programa Nacional
de Tuberculosis, y el médico reumatólogo tratante, siem-
pre y cuando la relación riesgo: beneficio así lo indique.
NOTA: En aquel los casos de pacientes que manifiesten
haber recibido terapia completa para enfermedad TB ac-
tiva, se solicitará la Ficha de Tratamiento oficial expedida
por el Programa Nacional de Tuberculosis a través de la
Coordinación de Tuberculosis correspondiente al Dis-
trito o Municipio Sanitario en donde haya sido suplido
y supervisado este tratamiento, o en su defecto se rea-
lizará la revisión de la Ficha Epidemiológica que reside
en los archivos del Programa. En cualquier caso, una vez
evaluado por el médico especialista de la Coordinación
de Tuberculosis y corroborada la validez del tratamiento
recibido y/o la curación clínica de la TB, podrá ser inicia-
da inmediatamente la terapia con el agente anti-TNF de
acuerdo al criterio del médico reumatólogo tratante. En
caso de tratamiento previo inadecuado y/o sospecha o
confirmación clínica y/o paraclínica de infección TB la-
tente o enfermedad TB activa, el médico especialista del
Programa indicará tratamiento pertinente según el caso,
difiriendo el médico reumatólogo el inicio de la terapia
anti-TNF según se trate de quimioprofilaxis (TITL) o te-
rapia curativa contra el M. tuberculosis de acuerdo a los
criterios establecidos en las secciones 3.1 y 3.2.
4. Conducta ante una prueba negativa de PPD: En
aquellos casos en que el resultado del PPD sea negativo
Figura 1 . Algoritmo para tamizaje, diagnóstico y manejo terapéutico de la TB en pacientes con artritis reumatoide, candidatos a
tratamiento con agentes anti-TNF.
18 N° 36, Año 2015
(PPD < 5mm de induración a las 72 horas luego de
aplicada) la conducta igualmente variará dependiendo
de la interpretación de las imágenes radiológicas del
tórax, así:
4.1. Radiografía de tórax normal: En estos pacientes
se podrá iniciar inmediatamente, de acuerdo al cri-
terio del médico reumatólogo tratante, la terapia an-
ti-TNF, previo acuerdo con el médico especialista del
Programa Nacional de Tuberculosis evaluador Será
responsabilidad del médico reumatólogo tratante rea-
lizar el seguimiento clínico y paraclínico estándar del
paciente, con especial énfasis en signos y/o síntomas
sugestivos de tuberculosis emergentes durante la tera-
pia anti-TNF, incluyendo pero no limitados a aquellos
relacionados con el sistema respiratorio y/o gastroin-
testinal (como dispepsia y/o dolor abdominal).
NOTA: Aquellos pacientes con PPD negativo pero con
contacto cercano (definido de acuerdo a los criterios
establecidos en la Tabla 1 ) con pacientes con enferme-
dad TB activa dentro de los últimos 3 meses, antes de
iniciar la terapia anti-TNF, deberán ser evaluados por el
médico especialista del Programa Nacional de Tuber-
culosis de la Coordinación de Tuberculosis respectiva,
quien de acuerdo a su criterio realizará las recomenda-
ciones con relación a la pertinencia o no del inicio de
la terapia anti-TNF, una vez determinado el estatus del
paciente con respecto a la posibilidad de infección TB y
la conducta médica a seguir.
4.2. Radiografía de tórax anormal: Independiente-
mente del hecho de que la intradermoreacción haya
sido negativa, si el médico especialista del Programa
Nacional de Tuberculosis determina la presencia de le-
siones torácicas sugestivas de TB, definirá si el paciente
es portador de infección latente o de enfermedad acti-
va. En el primero de estos casos (infección tuberculosa
latente) indicará quimioprofilaxis (TITL), tal como está
descrito en la sección 3.1. Pudiendo iniciar la terapia
con el agente anti-TNF después de un mínimo de 1 mes
de iniciada dicha terapia, previo acuerdo con el médi-
co especialista del Programa. En caso de lesiones su-
gestivas de TB activa el médico especialista procederá
igual mente a realizar la rutina diagnóstica respectiva,
incluyendo demostración microbiológica del BK para,
una vez confirmada su presencia, iniciar el esquema de
tratamiento que corresponda según el caso, de acuerdo
a los criterios establecidos en el Programa Nacional de
Tuberculosis del MSDS como ya fue especificado en la
sección 3.2. Así mismo, y como también fue descrito en
la sección 3.2., en casos de enfermedad TB activa se re-
comendará iniciar tratamiento con el agente anti-TNF
una vez finalizado el período de tratamiento con dro-
gas antituberculosas y corroborados los criterios de cu-
ración de la TB, siempre y cuando la relación riesgo:
beneficio así lo indique y de común acuerdo entre el
médico especialista de la Coordinación de Tuberculo-
sis correspondiente y el médico reumatólogo tratante.
En aquellos casos en que durante el seguimiento del pa-
ciente en tratamiento con un agente anti-TNF se sos-
peche o confirme enfermedad TB activa, se suspenderá
en el menor lapso posible dicha terapia y si es perti-
nente, luego de la evaluación por el médico especialista
de la Coordinación de Tuberculosis, se iniciará el es-
quema de tratamiento combinado con drogas anti-TB
de acuerdo a lo establecido en las secciones 3.2. y 4.2.,
siguiendo las pautas y recomendaciones del Programa
Nacional de Tuberculosis del MSDS. Así mismo, la de-
cisión sobre el reinicio de la terapia anti-TNF se basará
en lo especificado en las secciones mencionadas.
Observaciones Finales
En aquellos casos en que se inicie quimioprofilaxis
(TITL) con INH, especialmente cuando el paciente esté
recibiendo metotrexate como parte de su esquema d e
tratamiento para la artritis reumatoide, deberán ser reali-
zadas pruebas de función hepática, incluyendo transami-
nasas (SGOT y SGPT), basal y al menos cada 4 semanas.
Se considerará criterio de toxicidad hepática en pacientes
en tratamiento con INH y metotrexate una elevación de
al menos 2 veces por encima de los valores normales de
referencia de una o ambas transaminasas.
Igual mente, deberán ser evaluados posibles síntomas y/o
signos de toxicidad hepática como: Anorexia, náuseas,
vómitos, orina, mocura, ictericia, erupción cutánea,
fatiga persistente, debilidad, fiebre de más de 3 días de
duración, sensibilidad abdominal (especial mente en
el hipocondrio derecho), tendencia al sangramiento
en mucosas o aparición de petequias y/o hematomas
cutáneos y/o mucosos o parestesias persistentes en
manos y pies4
. En cualquiera de estos casos el paciente
deberá ser evaluado por un equipo multidisciplinario
incluyendo al médico especialista del Programa
Nacional de Tuberculosis adscrito a la Coordinación de
Tuberculosis respectiva, al médico reumatólogo tratante
y a un gastroenterólogo especializado en enfermedades
hepáticas con suficiente y reconocida experiencia, dentro
del menor lapso posible. Este equipo multidisciplinario
será el responsable, luego de una completa evaluación
del caso, de decidir el (los) cambio(s) pertinente(s) en
el esquema de tratamiento con drogas anti-TB, el (los)
cambio(s) que considere pertinente(s) en el esquema
de tratamiento para la artritis reumatoide, así como
cualquier otra indicación que considere necesaria.
Como parte importante de las responsabilidades de las
Sociedades Médicas, Instituciones y Programas de Salud
participantes en la elaboración de estas Guías y Reco-
mendaciones, y de acuerdo a sus políticas y procedimien-
tos particulares, se estimulará la educación médica con-
tinua con relación al potencial de toxicidad hepática y de
otro tipo, particularmente en pacientes en riesgo (como
aquellos recibiendo tratamiento con droga(s) con poten-
cial hepatotóxico conocido), especialmente en cuanto a
la monitorización, conducta terapéutica y reporte ade-
cuados de este tipo de eventos adversos.
Estas recomendaciones aplican específicamente para pa-
cientes que recibirán tratamiento con agentes biológicos
19N° 36, Año 2015
(anti-TNF) y serán revisadas anualmente, o antes si es
considerado pertinente por el grupo asesor encargado de
su elaboración y publicación■
Bibliografía
1.	 Global TB Control, WHO report 2003, WHO/CDS/
TB/2003.316, www.who.int/gtb/publications/globre-
plindex.html, accesado el 16/05/03.
2.	 Dolin PJ. et al. Bull World Health Organ 1994; 72: 2
13-20.
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ma Nacional de Control de la Tuberculosis año 2002
- Año Evaluado 2001. MSDS. de la República Boliva-
riana de Venezuela, Dirección General de Salud Po-
blacional, Programa Nacional integrado de Control
de la Tuberculosis, 13 y 14 de Junio de 2002.
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1153-6.
7.	 Menzies R, Vissandjee B. Am Rev Respir Dis 1992: 145 :
621-5
Revista Archivos de Reumatología Vol 12-N°1-2004
Se publica con autorización de la
Sociedad Venezolana de Reumatología
venreuma@gmail.com
Autores
Alexis J Guilarte R
José R García R
Gur Levy
Luisa M Franco
José A Herrera
Francisco Marín
Alberto Millán
Hernando Paúl Moya
Napoleón Peña
Martín Rodríguez

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Bacteriología de la bilis en colecistectomía

  • 1. Bacteriología de la bilis vesicular de pacientes sometidos a colecistectomía convencional electiva por litiasis vesicular sintomática Introducción La litiasis vesicular es una enfermedad frecuente en la población general, sobre todo en pacientes adultos, y de predominio en el sexo femenino1 , está tiene una incidencia de 10% en la población de países occidentales y de 17% en la población de los países asiáticos1 . Los factores de riesgo asociados a la colelitiasis son: raza, obesidad, género femenino, edad, dieta baja en fibra, pérdida rápida de peso, multiparidad, cáncer, medicamentos, nutrición parenteral, estrógenos, entre otros1,2 . La prevalencia de litiasis vesicular es muy alta, en Estados Unidos la padecen 20.5 millones de personas, es decir 6.3 millones de hombres y 14.2 millones de mujeres. El 20% de las personas mayores de 65 años son portadores de litos vesiculares, y un millón de nuevos casos son diagnosticados cada año1,2,3 . La presencia de infección bacteriana en la vesícula biliar de pacientes colecistectomizados, ya sea por inflamación aguda, crónica o litiasis. Aun cuando existen marcadas diferencias en la positividad de los cultivos, los que fluctúan entre el 10 al 78%, esto va a depender de una serie factores como lo son: (a)barrerasmecánicasqueprotegenlavíabiliardeinfecciones: como el esfínter bilio-pancreatico (de Oddi), que impide el reflujo de contenido intestinal hacia la vía biliar; (b)unionesentreloshepatocitosqueseparanloscanalículos biliares de los sinusoides hepáticos, protegiendo de una eventual bacteriemia. Adicionalmente, las células de Küpfferenelsinusoidehepáticoayudanamantenerestéril el sistema biliar, fagocitando a los microorganismos; (c) La misma bilis posee propiedades antibacterianas que incluyen IgA y sales biliares, y Resumen Elobjetivodelainvestigaciónesidentificarlaflorabacteriana en cultivos de bilis, de pacientes sometidos a colecistectomía convencional electiva que ingresaron con cuadro de litiasis vesicular asintomática. Se realizó una investigación de tipo prospectivo, transversal y observacional, en una muestra de 54 pacientes que acudieron a la consulta de Cirugía General delHospital“Dr.AdolfoPons“delInstitutoVenezolanodelos Seguros Sociales (IVSS) Maracaibo-Venezuela. Resultados: Se incluyeron 54 pacientes, con edad promedio de 40.2 años. Laincidenciadebactibiliafuede11.1%.Lasbacteriasaisladas en la bilis fueron: Escherichia coli (5.5%), Pseudomona spp. (3.7%), Enterobacter cloacae (1.8%). Conclusión: Los hallazgo de bacterias en los cultivos de bilis vesicular en pacientes sintomáticos, no son sinónimo de cuadros graves, ni de lesiones severas, ni de infección de la vía biliar, como la evolución de una colelitiasis biliar no es predecible. Palabras claves: Litiasis vesicular, bactibilia, colecistectomía convencional. Abstract The objective of the research is to identify the bacterial flora in cultures of bile, patients undergoing elective cholecystectomy conventional admitted with asymptomatic gallstones box. Research prospective, observational and cross was conducted in a sample of 54 patients who were seen at the General Surgery “Dr. Adolfo Pons” Hospital of Maracaibo-Venezuela Venezuelan Institute of Social Security (IVSS). Results: 54 patients were included, with mean age of 40.2 years. The incidence was 11.1% Bactibilia. Bacteria isolated in bile were Escherichia coli (5.5%), Pseudomonas spp. (3.7%), Enterobacter cloacae (1.8%). Conclusions: The finding of bacteria in gallbladder bile cultures in symptomatic patients, are not synonymous with severeillnessorsevereinjury,orinfectionofthebiliarytract, as the evolution of biliary cholelithiasis is not predictable. Keywords:Cholelithiasis,bactibilia,opencholecystectomy. Distribución por suscripción ISBN: PPI201402DC4571 WWW.BOTICA.COM.VE ISSN: 2443-4388 Edición número 36 / Año 2015
  • 2. 2 N° 36, Año 2015 (d) finalmente, el flujo unidireccional de la bilis al intestino actúa como medio mecánico físico de arrastre, lo que la mantiene libre de microorganismos.3 Por lo se ha aceptado a través del tiempo que la bilis en condiciones normales es estéril4 . Pero, qué sucede en una vesícula biliar con litos en su interior. La bactibilia es la presencia de bacterias en bilis vesicular; para su confirmación se requiere un resultado positivo del cultivo de bilis o mucosa de la vesícula biliar. Se ha informado que ante colecistitis litiásica se encuentran bacterias en la bilis, en las paredes de la vesícula y dentro de los cálculos biliares, mientras que en las vesículas normales la presencia de bacterias es nula o escasa. Los factores que favorecen la colonización de la superficie de los litos son la b-glucoronidasa y la fosfolipasa. Las bacterias de los cálculos proporcionan un reservorio para infecciones biliares, facilitan la bacteriemia y están relacionadas con infecciones severas del tracto biliar3, 4 . Casi invariablemente la mayoría de los estudios han demostrado5 , que la flora intestinal aeróbica, específicamente Enterobacteriaceas, dan cuenta de alrededor del 80 al 100% de las infecciones de la vesícula biliar6,7 . En orden de frecuencia la mayoría de los estudios coinciden en que la E coli representa a lo menos el 50% del total de gérmenes aeróbicos aislados, le siguen los Streptococcus-Enteroccocus y Enterobacter spp. El Staphylococcus aureus aparece en porcentajes < 10%8 . La colecistectomía por vía convencional o laparoscópica constituye el método de elección para el manejo de la litiasis vesicular sintomática. Teniendo en cuenta que en nuestro medio las enfermedades hepato-biliares cada vez adquieren másimportancia,consideramosesencialestudiarlarelación de la colelitiasis asintomática con la identificación de flora bacteriana en cultivos de bilis vesicular, A pesar de la alta tasa de colecistectomía y la frecuencia de complicaciones infecciosas, no son numerosos los estudios bacteriológicos que se han publicado en nuestro medio. El objeto de este trabajo es determinar la presencia y frecuencia de bacterias en cultivos de bilis de la vesícula biliar en pacientes sintomáticos sometido a colecistectomía abierta. Materiales y métodos Este trabajo se realizó en 54 pacientes sometidos a colecistectomía convencional electiva que ingresaron con cuadro de litiasis vesicular sintomática al Servicio de Cirugía del Hospital “Dr. Adolfo Pons “ del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) Maracaibo- Venezuela, entre enero a noviembre de 2014. Asimismo se excluyeron los pacientes que presentaron episodios de pancreatitis aguda de origen biliar, con síndrome ictérico obstructivo y los que recibieron terapia con antibióticos antes de su ingreso. La investigación se realizó a través de un estudio prospectivo, transversal y observacional (serie de casos), en pacientes de cualquier género, con edad entre 18 y 70 años, para el estudio bacteriológico de la bilis vesicular, está se recabo mediante punción directa de vesícula biliar en el transoperatorio, mediante jeringa y aguja estéril, obteniendo una muestra de 10cc para cultivo de bilis, llevándose de inmediato al laboratorio para su cultivo y antibiograma (aproximadamente 5 minutos), una vez obtenida la muestra se realizó la colecistectomía habitual. Las muestras de bilis vesicular en el laboratorio se sembraron en medio de gelosa sangre, sal y manitol, MacConkey y Chocolate (Gram positivos/ negativos y anaerobios). La sensibilidad in vitro a los antibióticos se realiza por método cualitativo con sensidiscos para cada tipo de antibiótico, reportándolos con antibioticograma. Se realizó una ficha en donde se recolectaron los datos aportados por la anamnesis detallada y la exploración física, durante la realización de la historia clínica de hospitalización, así mismo los estudios de imágenes y los resultados de los cultivos de bilis reportados por el laboratorio. Los valores obtenidos fueron tratados mediante un análisis centrado en número y porcentaje, haciendo distribución de frecuencia de los valores obtenidos a través de tablas. Tabla No. I Resultado de cultivo bacteriológico de bilis vesicular según resultado bacteriológico Cultivos de bilis No % Negativos 48 88.8 Positivos 6 11.1 Total 54 100% Fuente: Servicio de Cirugía General Hospital Dr. Adolfo Pons IVSS.
  • 3. 3N° 36, Año 2015 Resultados Se estudiaron 54 pacientes, en donde la incidencia de bactibilia fue de seis (11.1%) casos (Tabla. I). Con edad promedio de 40.2 de los cuales 44 (81.4%) casos fueron del sexo femenino y 10 (15.1%) del sexo masculino (Tabla. II). En cuanto a la variable genero el predominio prevaleció en el sexo femenino con 44 (81.4%) en donde los cultivo de bilis fueron positivo en 6 (11.1%) de los casos pacientes, mientras que en el sexo masculino fueron 10 pacientes para un 18.5 %, de los cuales los todo los cultivos de bilis fueron negativos. Del total de las muestras para cultivos bacteriológicos de bilis vesicular, 48 de ellas (88.8%) no presentaron desarrollo bacteriano (cultivos negativos), solo en seis (11.1%) muestras, si hubo desarrollo bacteriano con colelitiasis sintomático. La bacteria más frecuente aislada en el cultivo de bilis de vesícula biliar de los pacientes con cirugía programada, fue la Escherichia coli en tres muestras (5.5%), Pseudomona spp. en dos casos (3.7%) y Enterobacter cloacae en una muestra (1.8%). Tabla No. II Resultado de cultivo bacteriológico de bilis vesicular en pacientes sintomáticos según edad Edad (años) Cultivos Positivo Cultivos Negativo No % No % No % 18 - 29 10 18.5 0 0.0 10 18.5 30 - 39 9 16.6 0 0.0 9 16.6 40 - 49 17 31.4 1 1.8 16 29.6 50 - 59 10 18.5 3 5.5 7 12.9 60 - 69 8 14.8 2 3.7 6 11.1 Total 54 100 6 11.0 48 88.8 Fuente: Servicio de Cirugía General Hospital Dr. Adolfo Pons IVSS. Tabla No. III Resultado de cultivo bacteriológico de bilis vesicular en pacientes sintomáticos según genero Género (sexo) Cultivos Positivo Cultivos Negativo No % No % No % Femenino 44 81.4 6 11.1 38 70.3 Masculino 10 18.5 0 0.0 10 18.5 Total 54 100 6 11.1 48 88.8 Fuente: Servicio de Cirugía General Hospital Dr. Adolfo Pons IVSS.
  • 4. 4 N° 36, Año 2015 Los microorganismos Gram negativos se informaron con sensibilidad a antimicrobianos como carbapenémicos (imipenem), aminoglucósidos (amikacina), cefalosporinas de tercera generación, también a quinolonas fluoradas (ciprofloxacina), y para Enterococos y Estreptococos, sensibilidad a la penicilina, cefalosporinas, vancomicina y clindamicina. Discusión La colonización bacteriana de la bilis parece ser frecuente en pacientes con obstrucción de la vía biliar ya sea con o sin signos de sepsis; sin embargo respecto a la carga de bacterias en la vía biliar, no se encuentra bien establecido el rol que desempeña en la fisiopatología o evolución de los pacientes con colelitiasis vesicular9 . Lo que indica que la infección no constituye un elemento prioritario ni indispensable para desencadenar el cuadro de colecistitis. Esta afirmación apoya lo que sostienen varios autores respecto10 , a que el proceso inflamatorio vesicular puede iniciarse por causas químicas (bilis sobresaturada irritante o mezclada con jugo pancreático), mecánicas (cálculo impactado en el bacinete) o ambas y que la participación bacteriana es un hecho circunstancial que, en caso de producirse, puede contribuir a agravar el padecimiento agregando un ingrediente infeccioso con todas sus implicancias. La bactibilia en paciente con cuadro de litiasis vesicular sintomática generalmente se asocia a la edad avanzada. Pero Existen algunas series de investigaciones nacionales y extranjeras que muestran un alto porcentaje de positividad de cultivos de bilis vesicular (45%), cuando existe colecistitis aguda, crónica, cáncer de vesícula entre otras11,12,13,14 . En cambio cuando no ha comorbilidades asociadas, este porcentaje es significativamente menor, ya siempre se ha manejado y aceptado el concepto a través del tiempo de que la bilis en condiciones normales es estéril. EnlainvestigacióndesarrolladaporHernándezycol5 ,que muestran un alto porcentaje de positividad de cultivos (35%), el germen aisló fue la E. Coli. en el 28.5% de las muestras. Gutiérrez-Banda et al, 20137 , Se incluyeron 72 pacientes, con edad promedio de 40.4 años. La incidencia de bactibilia fue de 13.9%. Las bacterias desarrolladas en la bilis fueron: Escherichia coli (60%), Streptococcus spp. (20%), Enterobacter cloacae (10%) y Citrobacter freundii (10%). En la serie de Espinoza y col10 , en 52 pacientes, sometidosacolecistectomíaabierta,losgérmenesaislados Tabla No. IV Resultado de cultivo bacteriológico de bilis vesicular según resultado bacteriológico Cultivos de bilis No % Negativos 48 88.8 Positivos 6 11.1 Total 54 100% Fuente: Servicio de Cirugía General Hospital Dr. Adolfo Pons IVSS. Tabla No. V Resultado de cultivo bacteriológico de bilis vesicular según los gérmenes aislados Gérmenes Aislados No % E. Coli 3 5.5 Enterobacter cloacae 1 1.8 Pseudomona spp. 2 3.7 Fuente: Servicio de Cirugía General Hospital Dr. Adolfo Pons IVSS.
  • 5. 5N° 36, Año 2015 en los cuadros agudos son los bacilos Gram positivos y de los cuadros crónicos, los estreptococos. El sexo más susceptible es el femenino con la edad comprendida entre 30-50 años. Asimismo D´Angelo y col11 , en pacientes con colecistitis agudas con posterior estudio bacteriológico y anatomopatológico del material obtenido. La punción fue positiva en el 62,7%, con predominio de Gram negativos, más frecuente en presencia de litiasis y a mayor tiempo de evolución; sin embargo, no existió relación estricta entre la participación bacteriana, la gravedad anatomopatológico, ni la severidad evolutiva de la colecistitis. Torres y col12 , en 49 pacientes consecutivos sometidos a cirugía por enfermedad litiásica de vesícula, los cultivos fueron positivos en 21 pacientes (43%), la bacteria predominante fue Escherichia coli en 48%. La frecuencia de colonización biliar en pacientes del grupo de alto riesgo fue de 67%, y de 35% en aquellos pacientes sin factores de riesgo. El recuento de colonias fue menor de 100.000 en 86% de los pacientes. Los resultados sugieren que la colonización bacteriana de la bilis podría ser mayor cuando existen factores de riesgo. Sylvestre y col13 , en la bilis fue recolectada por punción de la vesícula, luego de su remoción. No se realizaron cultivos para anaerobios. En 100 muestras cultivadas resultaron positivas 14%, en las cuales el 57% de ellas desarrollaron gérmenes Gram negativos y 42% Gram positivos. Los microorganismos aislados fueron, por orden de frecuencia: E. Coli (28%) y Klebsiella Pneumoniae (28%), Estafilococo Coagulasa Negativo (21%), Enterococcus Faecalis (14%), Enterobacter Cloacae (7.1%) y Estreptococo spp. (7.1%). Asociación E. Coli- Klebsiella Pneumoniae en una de esas muestras. Nuestros resultados no difieren significativamente de los comunicados tanto en la literatura nacional como extranjera, respecto de la positividad del cultivo en bilis vesicular, observándose marcadas variaciones en cada uno de los estudios5,7,10,11,12,13 . Estas variaciones pueden ser explicadas a través de una serie de consideraciones como el momento de la indicación quirúrgica, uso de antibióticos preoperatorios, frecuencia de litiasis, edad de los pacientes, entre otras. Cabe señalar que los trabajos con respecto de este tema tienen a lo menos más de una década. En nuestra serie el mayor número de casos se reportó en los pacientes mayores de 40 años y del sexo femenino sin embargo este no se relaciona estadísticamente con el resultado del cultivo. La incidencia de cultivos positivos del total de las muestras, en 11.1% de los casos. Los gérmenes bacteriano aislado en las seis muestra fueron más frecuente fue la Escherichia coli en tres muestras (5.5%), Pseudomona spp. en un caso (1.8%) y Enterobacter cloacae en dos muestra (3.7%). En relación a la edad, no observamos un predominio en décadas determinadas, sin embargo, los sujetos jóvenes especialmente mujeres muestran una significativa menor frecuencia de cultivos positivos. Respecto de los gérmenes aislados, no se observan diferencias con otras series nacionales o extranjeras. La E coli y el Streptococcus-Enterococcus representan el 75% de los gérmenes presentes en la bilis vesicular. Sin embargo hay que dejar bien claro que los pacientes estudiados tenían una litiasis vesicular sintomática, pero ninguno presento colecistitis aguda ni cronica ni otra patologíadelárbolbiliar,yaqueeraunrequisitoprimordial para el estudio por lo que estos fueron excluido. Conclusiones Los gérmenes no son imprescindibles para iniciar una colecistitis en presencia de litiasis vesicular, sino que aparecen circunstancialmente sobre todo a mayor tiempo evolutivo de dicha patología, lo que indica que la infección no constituye un elemento prioritario ni indispensable para desencadenar el cuadro de colecistitis agudas o crónicas. Los hallazgo de bacterias en los cultivos de bilis vesicular en pacientes sintomáticos, no son sinónimo de cuadros graves, ni de lesiones severas, ni de infección de la vía biliar, comolaevolucióndeunacolelitiasisbiliarnoespredecible, es conveniente intervenir quirúrgicamente cuanto antes posible con indicación con profilaxis antibiótica. Sin embargo consideramos necesario realizar el mismo estudio con una muestra mayor, y si es posible en un mayor intervalo de tiempo para poder confirmar estos primeros hallazgos, para poder seguir manejado y aceptado el concepto a través del tiempo de que la bilis en condiciones normales es estéril■ Referencias 1. Egea. J y Valdez. M. Enfermedades inflamatorias e infecciosas de las vías biliares. Medicine. 2008; 10(8); pp: 518-24 2. Núñez. L, Chalaveaz. M, Olvera. R, Rodríguez. U y García. J. Flora bacteriana en bilis de pacientes con colangitis aguda del servicio de Cirugía General del Hospital de Juárez México. Revista del Hospital Juárez Mexico.2007 Vol.74 pp: 167-173. 3. Velásquez. J, Álvarez. M, Velásquez. C y Prado. R. Bactibilia e infección del sitio quirúrgico posterior a colecistectomía abierta. Revista Cirugía y Cirujanos.2010. Vol. 78 pp: 239-243. 4. Losada. H; Manterola. C; Olvera. R; Rodríguez; García. J. Recuento bacteriano en bilis de pacientes concolangitisaguda.RevistaChilenadeCirugia.2006. Vol. 58 pp:35-39. 5. Hernández. J, Díaz. F y Osorio. S. Identificación de flora bacteriana en cultivos de pacientes sometidos a cirugía biliar. Rev. Kasmera. Vol. 30 No 1. Junio .2002 pp: 63-73.
  • 6. 6 N° 36, Año 2015 6. Sáenz, V. Melgoza, R. Razo, E. García, M y Cruz A. Cultivo de bilis vesicular de pacientes sometidos a colecistectomía. Rev Gastroenterol Méx 1987. Vol. 52 pp: 161-99. 7. Gutiérrez-Banda, Carlos Alfredo. Zaldívar-Ramírez, Felipe Rafael. Reyes-García, Nallely. Hurtado-López, LuisMauricioyAthié-Gutiérrez,César.Identificación de flora bacteriana en cultivos de bilis de pacientes sometidos a colecistectomía laparoscópica en el Hospital General de México. Rev Med Hosp Gen Méx. 2013: Vol. 76, Núm. 2, pp: 60-64. 8. Riofrío P, Tejero A, Pérez J, Murúa A, Schurch C, Wilson M. Estudio de muestras aerobias y anaerobias de muestras de bilis de pacientes operados por patología biliar en el Hospital de Valdivia, 1991. Cuad Cir Chil 1993; 7: 21-3. 9. Nercelles P, Sepúlveda M, Pinto M, Giglio M, Campos E. Estudio bacteriológico de la bilis y/o mucosa vesicular en pacientes operados por patología biliar. Rev Méd Chile 1983; 111: 397-403. 10. Espinoza, D. Fernández, M. Ferrufino, P. Burgoa. W y Sejas. M. Especies y concentración bacteriana en bilis de colecistectomías realizadas en la Clínica “Cobija”, segundo semestre 2009. Rev Cient Cienc Méd Vol.14 No.2 Cochabamba. dic. 2011 11. D´Angelo. W, Herfarth. A y Árnica.G Colecistitis aguda. Correlación bacteriológica, clínica y patológica. Revista Médica del Nordeste – No. 4. Abril 2003. 12. Torres. G; Grajeda.O, Morgenstern.R. Zapata, E y Vasquez, M. Bacterias, numero de colonias y factores de alto riesgo en bilis; experiencia en 49 pacientes. Gac. Méd. Boliv. Vol. 17. No.1. pp:1-4, jun. 1993. 13. Sylvestre.J,Naida.E.Rodriguez,CyBaetti,D. Estudio bacteriológico de bilis vesicular en colecistectomía videolaparoscópica electiva por litiasis vesicular sintomática. Poster presentado 81 Congreso Argentino de Cirugía. [Online] http://www.aac.org. ar/congreso81/TL/cg/hepato/22.htm. 14. RodríguezR,CaiñasJ,SatorreJ,AcostaR.Bacteriología de vesícula biliar en 120 colecistectomías. Rev Cuba Cir 1990; 29: 290-8. Dr. Juan Carlos Araujo C. Dra. Yajeris Rojas jcaraujoc_65@hotmail.com Autores
  • 7. 7N° 36, Año 2015N° 36, Año 2015 Los gastroenterólogos especializados podrían no necesi- tar enviar a patología los pólipos extirpados del colon de un paciente, según un gran estudio realizado por médi- cos de Mayo Clinic en Jacksonville. El estudio efectuado en 522 pacientes y publicado en la edición de diciembre Gastrointestinal Endoscopy (En- doscopia gastrointestinal) reveló que los médicos pudie- ron evaluar correctamente si un pólipo era precanceroso o benigno durante la colonoscopia, gracias a lentes ópti- cos de alta definición. La evaluación tuvo una exactitud de 96 o 97 por ciento, dependiendo de cuál de las dos ge- neraciones de colonoscopio se utilizó, comparado frente al examen de patología de los pólipos. Los científicos de Mayo Clinic concluyen que el examen de patología de los pólipos, actualmente requerido por las pautas nacionales de la práctica médica, podría ya no ser necesario y consideran que este avance puede derivar en ahorros contundentes para el paciente y el sistema de aten- ción médica, además de ofrecer información y recomen- daciones más rápidas para el seguimiento del paciente. “La colonoscopia es un procedimiento bastante caro y gran parte del costo es debido al análisis de patología de los pólipos extirpados para revisar si son precancerosos o benignos, examen que determina cuándo necesita otra colonoscopia el paciente”, comenta el investigador exper- to del estudio y gastroenterólogo, Dr. Michael Wallace. “Descubrimos que los gastroenterólogos que utilizan colo- noscopios ópticos de alta definición pueden ofrecer exce- lente atención médica y diagnóstico de los pólipos, sin ne- cesidad del paso adicional del examen de patología”, añade el Dr. Wallace. El equipo de la investigación examinó el uso del colonoscopio Exera II de la serie 180 y del colonos- copio Exera III de la serie 190 para evaluar 927 pólipos. Ambos son colonoscopios de alta definición y la genera- ción anterior, la serie 180, es ampliamente utilizada. El diagnóstico óptico, a veces denominado “biopsia vir- tual”, en manos de médicos especializados fue suficiente para determinar que los pólipos benignos (hiperplásicos) eran realmente benignos y que los pólipos potencialmen- te precancerosos (adenomas) eran los que corrían riesgo de convertirse en cáncer. Los investigadores también descubrieron que los médicos del estudio obtuvieron una tasa extremadamente alta de detección de adenomas con el uso de los endoscopios: 50 por ciento con el modelo de las serie 180 y 52 por ciento con el de la serie 190. “Una tasa alta de detección de adeno- mas se considera una buena medida de la calidad del co- lonoscopio. Los estudios demostraron que la obtención de una tasa de 33 por ciento, o sea descubrir adenomas en 33 por ciento de cada 100 personas sometidas a una colonos- copia” es excelente, señala el Dr. Wallace. “Actualmente, las referencias nacionales recomiendan una tasa de detección de adenomas de por lo menos 20 por ciento, pero nosotros descubrimos muchos adenomas más”. “Mientras más pólipos adenomatosos se detectan, me- nor es el riesgo de contraer cáncer de colon. Por lo tanto, este estudio revela que el empleo del colonoscopio óptico permite realizar una colonoscopia sumamente exacta y obviar el laboratorio de patología, lo que reduce costos”, explica el médico. “Otra ventaja es poder informar al pa- ciente inmediatamente después del procedimiento cuáles fueron los hallazgos y cuándo debe realizarse el siguiente examen, en lugar de esperar uno o dos días por los resul- tados del examen de patología”. La Sociedad Americana de Endoscopia Gastrointesti- nal utiliza ahora el estudio de Mayo para revisar las pautas actuales de la colonoscopia a fin de evaluar la necesidad o momento de realizar el análisis de patolo- gía del pólipo, añade. El estudio fue financiado por Olympus Corporation of America, fabricante de colonoscopios■ Colonoscopios de alta definición evalúan pólipos con exactitud Información Clínica Mayo Jacksonville, Florida, USA intl.mcj@mayo.edu
  • 8. 8 N° 36, Año 2015 Análisis funcional de casos psiquiátricos su utilidad en la comprensión de la patología Resumen El análisis funcional es un conjunto de hipótesis y juicios clínicos de las conductas problema del paciente sus relaciones y las variables que les afectan. Este análisis se ha utilizado principalmente como un instrumento de planificación del tratamiento. El objetivo del trabajo fue examinar si este análisis es también útil para ayudar a la persona en la comprensión de su patología. Se realizó el análisis de dos casos, ambas participantes manifestaron unamejorcomprensióndesupatologíatraspresentarlesun análisis funcional de sus principales conductas problema. En conclusión, un análisis funcional individualizado, presentado esquemáticamente y de fácil comprensión puede ser útil para complementar la psicoeducación que recibe el paciente durante el tratamiento. Palabras clave: Análisis funcional, psicoeducación, psicopatología, estudio de casos. Introducción El análisis funcional, o formulación clínica de casos, podría describirse como un conjunto de hipótesis y juicios clínicos de los problemas de comportamiento (o conductas problema) del paciente y sobre las relaciones funcionales que existen entre estos problemas, las variables que afectan a dichos problemas y a los objetivos de tratamiento (1, 2). De una forma resumida, los principales componentes que debe tener un análisis funcional son (3): a) las conductas problema del paciente (que sería las conductas objetivo de tratamiento); b) las relaciones existentes entre estas conductas problema; c) los antecedentes o causas de las conductas problema y la relación con estas y d) los consecuentes de estas conductas problema y la relación con estas. En el análisis funcional se integra información del paciente que se obtiene mediante diferentes medios de evaluaciónclínica(entrevista,observación,autoinformes, etc.) con la información científica existente sobre la patología y tratamientos para una problemática similar a la que presenta la persona (1-3). En el contexto de la terapia de conducta el análisis funcional se utiliza como un instrumento de planificación del tratamiento que permite (3): a) determinar la necesidad de tratamiento, b) planificar y diseñar un tratamiento centrado en la persona, y c) obtener datos para evaluar la eficacia del tratamiento aplicado. Ya que este análisis se utiliza como una guía de orientación del tratamiento a llevar a cabo de una manera individualizada, por la información que recoge podría ser útil como una herramienta de tratamiento en si misma ya que puede ayudar al paciente a obtener un mejor conocimiento de su problema. Teniendo en cuenta esto, el objetivo del trabajo fue examinar, mediante el estudio de casos, si la presentación de un análisis funcional de la psicopatología es una herramienta útil en la comprensión de esta por parte de la persona que la sufre. Casos clínicos En este trabajo se midió el grado de comprensión de los problemas psicopatológicos que presentaban dos personas en el momento de acudir a consulta de salud mental para iniciar la valoración y posterior tratamiento de los mismos. Estas personas habían pedido ser atendidas en un centro médico privado. A ambas se les pidió voluntariamente su participación y se les informó del posible uso científico de una breve anamnesis de su patología, del análisis funcional de esta y de la valoración que hacían sobre la comprensión de la misma. En relación a la valoración de la comprensión de la patología mental, a cada uno de los participantes se le administro una escala analógico-visual donde tenían que valorar, en una escala de 0-10, la comprensión de su problema o patología. En esta el representaba no tener ningún tipo de comprensión del problema (según la percepción del paciente), y el 10 una comprensión total del problema (según la percepción del paciente). Previamente, se le especificaba la información que debía conocer del problema para poder valorar si tenía mayor o menor comprensión del mismo, en concreto se le indicó que debía conocer los antecedentes de la patología, las conductas problema (comportamientos, cogniciones, estados somáticos, etc.) y los consecuentes funcionales de estas conductas problema (evitar situaciones desagradables, obtener atención, etc.). La primera participante es una mujer de unos 45 años, casada y con un hijo de 16 años. El motivo que la lleva a solicitar ayuda es que en los últimos 2-3 meses se encuentra frecuentemente preocupada y triste, con llanto frecuente y con dificultad para conciliar el sueño. En la evaluación realizada se halló un nivel grave en relación a la presencia de obsesiones y compulsiones, donde se constató que invierte de 3-8 horas al día en ellas, le producen interferencia y malestar grave en su vida diaria, siempre cede ante estas, tiene poco control sobre ellas. Las obsesiones más problemáticas son las de contenido de contaminación, contenido agresivo, mientras que las compulsiones que más interfieren en su actividad son de lavado/limpieza, de comprobación/seguridad, los rituales de repetición, arreglo y orden. Todo ello fue evaluado mediante la Escala Yale-Brown de síntomas obsesivos- compulsivos (4). También se detectaron, mediante el Inventario de Ansiedad (BAI) (5) y de Depresión de Beck (6), unos niveles de ansiedad y depresión moderados, presencia de ideación suicida leve-moderada (evaluada mediante la Escala de Ideación Suicida) (7), baja autoestima (evaluada mediante el Cuestionario de
  • 9. 9N° 36, Año 2015 Autoestima de Rosenberg) (8) y un nivel de preocupación grave (valorada mediante el Inventario de Preocupación de Pensilvania) (9). En cuanto a sus relaciones familiares, ella las cataloga como buenas aunque pone de manifiesto que existen problemas de comunicación con su marido y su hijo y algunas discusiones debido a que no entienden el problema que tiene. En cuanto a relaciones sociales la participante manifiesta que no tiene amigos, ni otras relaciones sociales fuera de la familia y que no realiza actividades de ocio debido a su constante tristeza y falta de ganas para hacer cualquier cosa. Cuando se evalúa la comprensión del problema (antecedentes, conductas problemas y consecuentes) la participante manifiesta tener muy poca comprensión del mismo (valorando subjetivamente su comprensión del mismo con un 1), considerándolo también como algo poco modificable. Tras presentarle el análisis funcional representado en la figura y explicar los diferentes antecedentes y consecuentes (que pueden actuar como comportamientos que mantienen las conductas problema la participante manifestó tener un mejor conocimiento y comprensión del mismo valorando su comprensión subjetiva del mismo con un 7 y percibiéndolo como algo susceptible de cambio. Por su parte, el segundo participante es una mujer de 29 años, soltera y de nivel socioeconómico medio. El motivo de consulta son los “ataques” que dice presentar desde hace varios meses y el miedo que manifiesta a estar sola en su casa, a acercarse a ventanas en lugares altos y a viajar si no está acompañada. En la evaluación realizada se encontró un episodio de ansiedad grave (en especial los aspectos físicos de la respuesta de ansiedad, ya que se evaluó mediante el BAI) (5) donde la sintomatología motora y psicofisiológica de la ansiedad en mayor medida es la que le genera mayor dificultad en su vida diaria (evaluado mediante el Inventario de Agorafobia) (10) y un nivel elevado de agorafobia (evaluado mediante el Cuestionario de Miedos) (11). También en este caso, al evaluar la comprensión del problema la participante manifiesta tener una pobre comprensión del mismo (valora subjetivamente su comprensión con una puntuación de 2) y remarca su desconcierto por lo repentino de los “ataques” que experimenta. En este caso se realizó un análisis funcional utilizando como base el Modelo de Clark y Salkovskis (12), el mismo puede observarse en la Figura 2. Tras la presentación del mismo la participante muestra interés en el modelo explicativo presentado, ya que según manifiesta se “siente reflejada” en la explicación de su problema. Al pedirle la valoración subjetiva del nivel de comprensión del problema, tras presentarle este análisis la participante informa de un 8.
  • 10. 10 N° 36, Año 2015 Conclusiones En relación al objetivo del trabajo, los resultados obtenidos en ambos casos parecen indicar la utilidad del análisis funcional de la psicopatología como instrumento para conseguir que la persona que la padece tenga una mejor comprensión de la misma, de sus antecedentes y consecuentes conductuales que actúan como variables de mantenimiento del problema. En cuanto a la metodología de presentación del análisis parece que una presentación sencilla y esquemática del mismo parece ser la adecuada. Esto unido al que el análisis refleja el caso de manera individualizada ayuda al paciente a entender y comprender el problema. Así, además de para planificar y evaluar el efecto de un posible tratamiento este análisis parece ser un método útil para percibir las diferentes conductas problema como modificables (ya que se le informa del aspecto funcional de estas) y pueden motivar de cara al tratamiento. En relación a lo anteriormente comentado, un análisis funcional individualizado, que se presente de una manera esquemática y que sea fácil de comprender por el paciente puede resultar una técnica que complemente sesiones de psicoeducación que se le ofrecen al paciente durante su tratamiento. Por ejemplo, ya que los casos estudiados en este trabajo son casos de trastornos de ansiedad este análisis individualizado sería un buen complemento a la información general que se les da a las participantes sobre la respuesta de ansiedad (componentes, mecanismos que la desencadenan, etc.). Así mediante este análisis las pacientes pueden identificar de una forma más sencilla los diferentes componentes de la ansiedad en su problemática concreta■ Referencias bibliográficas 1. Nezu AM, Nezu CM, Peacock MA, Girdwood CO. Models of behavioral case formulation. En: Haynes S, Heiby E, editores. Behavioral assessment. Nueva York: Wiley, 2004; p. 402-26. 2. Haynes S, O´Brien WH. Principles and practice of behavioral assessment. Nueva York: Kluver Academic; 2000. 3. Haynes S. La formulación clínica conductual de caso: pasos para la elaboración del análisis funcional. En: Caballo V, director. Manual para la evaluación clínica de los trastornos psicológicos. Madrid: Pirámide, 2005; p. 76-98. 4. Goodman WK, Price LH. Assessment of severity and change in obsesive-compulsive disorder. Pychiatr Clin North Am 1992; 15: 861-9. 5. Beck AT, Brown G, Epstein N, Steer RA. An inventory for measuring clinical anxiety: psychometric properties. J Consult Clin Psychol 1988; 56: 893-7. 6. BeckAT,RushAJ,ShawBF,EmeryG.Cognitivetherapy of depression. Nueva York: Guilford Press; 1979.
  • 11. 11N° 36, Año 2015 7. Beck AT, Kovacs M, Weissman A. Assessment of Suicidal Intention: The Scale for Suicide Ideation. J Consult Clin Psychol 1979; 47: 343-52. 8. Rosenberg M. Society and the adolescent selfimage. Princeton: Princeton University Press; 1965. 9. Meyer TJ, Miller ML, Metzger RL, Borkovec TD. Development and validation of the Penn State Worry Questionnaire. Behav Res Ther 1990; 28: 487-95. 10. Echeburúa E, De Corral P, García E, Páez D, Borda M. Un nuevo inventario de agorafobia (IA). Análisis y Modificación de Conducta 1992; 18: 101-23. 11. Marks IM, Mathews AM. Brief standard selfrating scale for phobic patients. Behav Res Ther 1979; 17: 263-7. 12. Hawton K, Salkovskis PM, Kirk J, Clark DM. Cognitive behaviour therapy for psychiatric problems. A practical guide. Nueva York: Oxford University Press; 1989. Juan Antonio Becerra García. Psicólogo. Norte de salud mental, 2012, vol. VIII, nº 44 Se publica con autorización de su director Dr. Iñaki Markez imarkezalonso@gmail.com Autor Directora: Lic. Eva Godoy evagodoy@gmail.com Depósito legal: pp200702DC3285 Av. Andrés Bello con Av. Buenos Aires Edificio Kontiki PH, Los Caobos, Caracas, Venezuela 1050 Teléfono: 0212- 833 3770 godoyeditor@gmail.com Ediciones anteriores en: www.botica.com.ve Representante para Argentina: artereal19@gmail.com 0221 156211573 La Plata
  • 12. 12 N° 36, Año 2015 Investigación científica en medicina ¿Una necesidad o una etiqueta? La investigación científica constituye uno de los pilares esenciales y fundamentales en el área médica, dentro de esta concepción el médico es considerado un científico que desarrolla permanentemente investigación, es decir se plantea interrogantes y busca la solución, creando, ha- ciendo ciencia, y desarrollando la práctica de la misma. En este sentido, estudio de casos clínicos, es herramienta fundamental de aprendizaje en los estudiantes de pre- grado y postgrado; a través de estos casos, el estudiante, recoge información y la procesa, usando la historia clíni- ca, la semiología, la interpretación de exámenes paraclí- nicos e imagenológicos y casos inter-consultantes. Que le permiten establecer el diagnóstico y terapéutica más adecuada para el caso específico, trayendo consigo un enriquecimiento en el estudiante, como en los distintos especialistas del área médica. La medicina clínica tiene años respondiendo a las deman- das de atención de salud de la población. Pero el éxito, no significa que exista relación causal alguna entre las medi- das adaptadas y el resultado obtenido, ni mucho menos que el episodio se registre como investigación médica. Ahora bien, se ha identificado. ¿Cuáles son las caracte- rísticas que convierten una relación médico-paciente en una investigación clínica?. Estas se pueden resumir en las siguientes cinco(1) : 1. El objetivo, que en la medicina clínica es resolver el problema de salud del paciente y en la investigación médica es generar un nuevo conocimiento. 2. El planteamiento, que en la medicina clínica es indi- vidual y se refiere a un caso concreto mientras que en la investigación médica es una hipótesis general que requiere una población más o menos numerosa de sujetos experimentales y de control. 3. La ejecución, que en la medicina clínica se atien- de exclusivamente a las circunstancias del paciente mientras en la investigación además cumple con in- dicaciones del protocolo. 4. El resultado, que en la medicina clínica es la respues- ta del paciente al tratamiento, mientras en la investi- gación es la respuesta a un nuevo conocimiento a la pregunta planteada por la hipótesis. 5. La divulgación de la experiencia, que en el caso de la medicina clínica puede no existir o darse en forma anecdótica, mientras que en la investigación médica resulta de trabajos presentados en congresos y publi- caciones en revistas especializadas. La medicina nunca deja de sorprendernos; a través de la investigación se puede contribuir de manera prácti- ca, a una situación única y privilegiada, para desarrollar aportes, reestructurar y generar avances significativos en el área médico – terapéutica, siendo el primer bene- ficiario el paciente. Debe subrayarse, que el método de aprendizaje médico (casos clínicos), sigue las pautas de la investigación cien- tífica y es susceptible de optimizarse, e implica crear en el estudiante, una permanente actitud inquisidora en busca de la verdad basada en la literatura,que explique los he- chos, y sobre esta base podrá ejercitar, ya en su prácti- ca profesional, no sólo su responsabilidad clínica y ética sino liberar su capacidad creativa en la proposición de nuevas vías o estrategias de solución a los problemas de salud que enfrente(2) . Para ello, es necesario realizar amplias revisiones cien- tíficas que sustenten la patología en el paciente, sin em- bargo, para esto no se nos enseña durante la carrera de medicina, razón que lleva a culpar de forma directa al sistema, y buscar otros vacíos y fracasos, pero los respon- sables somos nosotros; de allí la importancia y necesidad en identificar los factores desencadenantes de este com- portamiento para superarlo, y entre los cuales se pudo identificar, el factor tiempo y el desconocimiento(3) . Lacarenciadedocentesqueencaminenyacompañenelarte de investigar, la falta de valoración o postergación de algu- nas investigaciones, la falta de motivación, la falta de apoyo o de incentivación, o el desconocimiento de la importancia de la aplicación del método científico en medicina, quizás sean el reflejo de algunos galenos para realizar investigación científicaenmedicina.Unestudiorealizadoaestudiantesde medicina de primer año concluyo, un interés significativo de los estudiantes por dedicarse a la investigación, constitu- yendo una fuente potencial de recursos humanos(4) . La investigación como estrategia educativa (tesis), puede ser interpretada desde varios puntos de vista, para algu- nos es cumplir con el requisito universitario para acceder al grado, para otros con mayor proyección y compromiso con la tradición de la profesión médica, asumen el hecho de que el estudiante de pregrado y postgrado, debe saber no solo de metodología de la investigación, sino también formas de enfrentar el conocimiento, con capacidad de analizar, reflexionar, adquiriendo una actitud de cuestio- namiento cuando se presente en un caso clínico algo no esperado, así como también otras competencias que nos ayuden a la excelencia profesional y personal. Ahora bien, es necesaria la relación docencia-investi- gación, expresión muy frecuente en el lenguaje univer- sitario, pero es susceptible a múltiples interpretaciones,
  • 13. 13N° 36, Año 2015 enseñar desde la investigación, enseñar e investigar si- multáneamente, investigar a través de la enseñanza, in- vestigar en el aula, investigar y enseñar como dos activi- dades independientes. Al retomar estas consideraciones, se puede considerar que la relación docencia – investigación, no es tarea fácil, ya que al no haber secuencia temporal en estas dos ac- tividades, se hace necesario buscar formas de investigar desde el aula, de manera que ésta se convierta en campo de trabajo investigativo y a la vez en trabajo docente(3) . Pero, según varios estudios, el sistema de prejuicios li- mita, creyendo que investigar es asunto de algunos y que es realizada solamente por un selecto grupo de ex- pertos en el área; no se trata de que el médico abandone la práctica de la medicina para convertirse en un inves- tigador de tiempo completo, pero sí, es la inquietud a los hechos en determinadas situaciones clínicas, lo que daría origen a las diferentes interrogantes en el área mé- dica, y a la generación de nuevos conocimientos, es así como la ciencia avanza(3,5,6) . Por todo lo anteriormente expuesto, es importante fo- mentar, impulsar y apoyar la investigación científica como instrumento de formación en estudiantes de me- dicina y profesionales médicos, ya que la motivación constituye un condicionante del aprendizaje, por lo que profundizar su estudio es importante(7) . En definitiva, se puede afirmar que el médico tiene la obligaciónmoralyelcompromisoéticodecontribuirenla medida de sus posibilidades a aumentar el conocimiento científico de acuerdo al desempeño profesional, los conocimientosdelacienciayelcompromisodelestado(8) ■ Bibliografía 1. Pérez TR. ¿Investigación básica o investigación clínica?. ArtículosdeDivulgaciónInvestigaciónBiomédicaTemas Médicos. El Colegio Nacional México. 1998; p 175-186. 2. Perales A. La investigación en la formación médica. Disponible en: http://sisbib.unmsm.edu.pe/bvrevis- tas/anales/v59_n3/form_medica.htm. Revisada en Abril 2015. 3. González A. Insuficiente conocimiento de la metodo- logía establecida para la elaboración y publicación de artículos científicos. REMIJ 2011; 12(2):1-10 4. Carrillo Larco M. Carnero A. Autoevaluación de Ha- bilidades Investigativas e Intención de dedicarse a la investigación en estudiantes de primer año de medi- cina de una universidad privada en Lima, Perú. Rev Med Hered. 2013; 24:17-25. 5. Steinmann A., Bosch B, Aiassa D. Motivación y ex- pectativas de los estudiantes por aprender ciencias en la universidad. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 2013; vol. 18(57):585-598. 6. Vázquez E. Importancia de la Investigación en la Formación de los Médicos Residentes. 2014. Rev Bol Clin Hosp Infant 2014; 31(2):63-65. 7. Abudinén G, Soto D, Rodríguez A. Importancia de fomentar la investigación científica en salud pública desde pregrado.Revista Mexicana de Salud Públi- ca.2012;Vol.54(5):1-2. 8. Mayz J, Pérez j. ¿Para qué hacer investigación cientí- fica en las universidades venezolanas?. Revista inves- tigación y postgrado. 2002. vol.17 (1):1-9. Dra. Karen Moreno Cedeño karens.moreno@gmail.com Autora
  • 14. 14 N° 36, Año 2015 Pautas y guías para el diagnóstico y el tratamiento de tuberculosis en pacientes con artritis reumatoide a ser tratados con agentes biológicos (anti-TNF) Introducción A pesar de grandes esfuerzos a nivel mundial, el núme- ro de casos de tuberculosis (TB) está aumentando. En tal sentido, diferentes factores pueden estar involucra- dos, pero uno de los que debe considerarse es el uso de medicamentos, que potencialmente pueden interfe- rir con los mecanismos inmunológicos envueltos en la defensa del hospedero. En el caso de las enfermedades reumáticas, por ejemplo, debe considerarse el uso de agentes tales como los esteroides, los inmunosupresores y, presumiblemente, en el marco de los denominados terapia biológica, los inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF). La OMS estima que en el año 2001 hubo alrededor de 8,46 millones de nuevos casos, mientras que para Vene- zuela la estimación fue de 10.337 pacientes.1,2 Sin em- bargo, de acuerdo a datos oficiales venezolanos3 , la cifra de casos notificados de TB en todas sus formas clínicas para el mismo año fue de 6.110, lo que corresponde a una tasa de 24,8 por 100.000 habitantes, situando al país entre aquellos de “mediana incidencia” de acuerdo a la categorización hecha por la Organización Panamerica- na de Salud (OPS/OMS). Aunque el 58,3% de todas las formas de TB corresponde a personas menores de 44 años, el grupo de mayor riesgo está representado por aquel de mayores de 64 años, con una tasa de 91,7 por 100.000 habitantes. A su vez, el 84,8% del total de casos, está constituido por la forma pulmonar de la enferme- dad, con 67,1 % de éstos siendo bacilíferos. Este mismo Informé recalca el hecho de que ”...si bien la tendencia de la incidencia notificada se mantiene lineal en los últimos años... esto no implica un verdadero descenso en las fuentes de infección, sino más bien una declinación en el nivel de detección con la consecuente demora en el diagnóstico” por lo que se considera a Venezuela en “... una situación de riesgo que impone limitaciones al opti- mismo” reflejado en las cifras de incidencia general3. Se considera que aproximadamente 1,9 millardos de per- sonas a escala mundial (1/3 de la población global) están infectadas por el Mycobacterium tuberculosis2 ; así mis- mo, la OMS estima en aproximadamente 3 millones el número de muertes anuales atribuibles a esta enferme- dad. Para Venezuela la tasa de mortalidad para el año 2000 fue de 2,7 por 100.000 habitantes, ocupando el 19no lugar entre las primeras 25 causas de muerte registradas en el país, siendo el grupo etario más afectado el de más de 74 años con una tasa de 46,4 por 100.000 habitantes.3 En la mayoría de las personas, la infección por M. tuberculosisescontroladainicialmenteporlasdefensasdel hospedero,ylainfecciónpermanecelatente;sinembargo,la infección tuberculosa latente (también conocida como TB latente) tiene el potencial de transformarse en enfermedad TB activa en cualquier momento, pudiendo representar una fuente de contagio para individuos susceptibles. De acuerdo a estas premisas surge la necesidad de evaluar la presencia de infección tuberculosa latente en personas que, debido a su mayor riesgo para el desarrollo de la en- fermedad activa, se beneficien del tratamiento de dicha in- fección ; existen dos amplias categorías de candidatos para ser sometidos a pruebas de tamizaje para infección tuber- culosa latente: Personas con probabilidad de haber sido in- fectadas recientemente y personas con riesgo aumentado para TB activa por la coexistencia de ciertas condiciones clínicas y/o epidemiológicas (Tabla 1, modificado de Jas- mer RM et al). En nuestro país, al igual que en gran parte del mundo, la única prueba disponible para identificar infección tuberculosa latente es la prueba de la Tuberculina o PPD. El PPD es un derivado proteínico purificado de bacilos de la tuberculosis, el cual administrado por vía intradérmica determina una reacción local que indica infección por micobacterias. La “prueba” del PPD o Tuberculina es un examen para detectar infección por tuberculosis; no indica enfermedad activa. Se administra mediante la Técnica de Mantoux con jeringa de Tuberculina a una dosis de 0,1 mL, ó 2 unidades tuberculínicas del PPD- RT23 (correspondientes a 5 U.T. del PPDS), usualmente en la superficie anterior del antebrazo izquierdo. Esta reacción puede ser leída a las 48 horas, aunque existen controversias sobre su conveniencia con relación a lecturas realizadas a las 72 horas5 . El criterio para interpretar la re- acción como positiva, indicando la presencia de infección tuberculosa, varía dependiendo de ciertas características de la persona evaluada (Tabla 2, modificado de Jasmer RM et al4 ) Según ello, una lectura de 5 mm puede ser po- sitiva o negativa, de acuerdo a las características y factores de riesgo del paciente. Como se observa, cuando se considera que la probabilidad pre estudio para obtener una prueba de PPD “positiva verdadera” y el riesgo de reactivación de la TB son altos, se debe considerar indicativa de infección tuberculosa latente una induración ≥ 5mm . Como ha sido descrito para otros agentes biológicos para el tratamiento de la artritis reumatoide6 , aún no ha sido establecido el riesgo específico asociado al uso de los fármacos anti-TNF pero debido a los informes publicados y su farmacodinamia, sería una actitud prudente asumir que los pacientes a ser tratados con ellos pertenecerán a este grupo de alto riesgo, por lo que igualmente
  • 15. 15N° 36, Año 2015 será válido establecer el punto de corte para interpretar como positiva una reacción de PPD ≥ 5mm. Asumir responsablemente esta conducta luce razonable, más aún si consideramos que la TB es medianamente prevalente en nuestro país, en especial en pacientes de mayor edad, y que algunos de los fármacos usados para el tratamiento de los pacientes con artritis reumatoide (como los corticosteroides y el metotrexate) tienen efecto inmunosupresor conocido. Por otra parte, la sensibilización al PPD también puede ser inducida por infección con microbacterias no tuber- culosas, incluyendo el BCG, el cual forma parte del es- quema de inmunizaciones obligatorio en nuestro país Si bien no es posible distinguir entre una reacción al PPD causada por una infección verdadera y una reacción cau- sada por el BCG, estudios han demostrado que sólo al- rededor del 8% de las personas que recibieron la vacuna BCG al nacer mostraban positividad al PPD 15 años des- pués7 . En el caso particular del paciente con diagnóstico de artritis reumatoide, si se considera su edad promedio, es válido asumir que los resultados de la intradermoreacción con el PPD no estarán afectados por la inmunización pre- via con BCG y, por lo tanto, una prueba ≥ 5mm puede ser atribuida a infección TB. Una vez hechas estas consideraciones, se plantea el siguiente algoritmo como sugerencia inicial para el manejo del tami- zaje, diagnóstico y conducta terapéutica de la tuberculosis en pacientes con diagnóstico de artritis reumatoide que re- cibirán agentes biológicos del tipo anti-TNF, ya sea para su participación en protocolos clínicos o en su plan de trata- miento: (Figura 1). De acuerdo al algoritmo mostrado se proponen las si- guientes guías preliminares: 1. Historia médica completa de cada paciente, incluyen- do anamnesis detallada sobre posibles contactos de alto riesgo con pacientes con TB activa (ver TABLA 1 para su definición), especialmente en los últimos 3 meses, exa- men funcional y examen físico detallados por sistemas. Si luego de esta evaluación se hallan síntomas y/o sig- nos sugestivos de TB activa (tos con esputo por más de 2 semanas, fiebre al comienzo de la noche, sudoración nocturna, hemoptisis, pérdida de apetito y/o pérdida de peso ≥ 10% del peso corporal ideal), el paciente debe ser referido prontamente a la Coordinación de Tuberculo- sis correspondiente al Distrito o Municipio Sanitario participante en el Programa Nacional de Tuberculosis del MSDS, del área geográfica respectiva, para ser eva- luado por el médico especialista, quien deberá descartar el diagnóstico de TB antes del inicio de la terapia con el agente anti-TNF. Si el paciente no refiere síntomas, o al examen físico deta- llado no hay signos, sugestivos de TB activa, será referido al ambulatorio o establecimiento asignado por la Coor- dinación de Tuberculosis correspondiente al Distrito o Municipio Sanitario del Programa Nacional de Tubercu- losis del MSDS del área geográfica respectiva, para ser incluido en estas Guías y sometido a intradermoreacción con PPD, de acuerdo a las normas del Programa. 2. Prueba de PPD: El PPD a ser utilizado será exclusi- vamente aquel suplido por el MSDS, estandarizado en 2 U. T. (PPD RT23, Statens Serum lnstitut, Dinamarca; página web: http://www.ssi.dk/sw794.asp) en 0,1mL, quedando descartado el uso de PPD de otras fuentes co- merciales, y será aplicado por personal entrenado y con suficiente experticia en la colocación de la prueba Esta TABLA 1 . Riesgo para TB activa según la coexistencia de condiciones clínicas y/o epidemiológicas Riesgo Ejemplos de Personas con Riesgo Riesgo aumentado de exposición a casos infecciosos • Personas con contacto cercano reciente con personas con TB activa comprobada*; contactos intradomiciliarios • Trabajadores de la Salud que laboran en instituciones donde son tratados pacientes con TB Riesgo aumentado de infección por TB • Personas provenientes de países con alta prevalencia de TB • Personas sin hogar • Personas que viven o trabajan en asilos Riesgo aumentado de TB activa una vez la infección ha ocurrido • Personas infectadas con el VIH • Personas con infección TB reciente + • Usuarios de drogas inyectadas • Pacientes con enfermedad renal terminal • Pacientes con silicosis • Pacientes con diabetes mellitus • Pacientes recibiendo terapia inmunosupresora • Pacientes con cáncer hematológico • Personas mal nutridas o aquellos con pérdida de peso reciente de más de 10% de su peso corporal ideal • Personas sometidas a gastrectomía o bypass yeyunoineal * Contacto cercano es definido como al menos 12 horas de contacto con una persona con TB bacilífera, pero no hay criterios bien establecidos para estos contactos. + Personas con infección reciente incluyen niños menores de 4 años de edad y personas con conversión de la prueba de la tuberculina, definida como un aumento en la induración de al menos 10 mm en una prueba de tuberculina dentro de los últimos dos años.
  • 16. 16 N° 36, Año 2015 prueba será interpretada a las 72 horas luego de coloca- da, por personal de dicha Coordinación de Tuberculosis igual mente entrenado y con suficiente y comprobada experticia; por tal motivo se deberá evitar la colocación del PPD los días miércoles y jueves de cada semana, así como 72 horas antes de cualquier otra fecha no laborable. Como parte de la atención de rutina de estos pacientes en la Coordinación de Tuberculosis del Distrito o Munici- pio Sanitario correspondiente, se indicará y realizará una radiografía de tórax en proyección PA para la evaluación de las imágenes pulmonares La interpretación será hecha por el médico especialista del Programa Nacional de Tu- berculosis asignado a dicha Coordinación. 3. Conducta ante una prueba positiva de PPD: El punto de corte para la intradermoreacción por PPD, como ya fue definido arriba, será de ≥ 5mm de induración para la interpretación de la prueba como positiva, sin impor- tar el estatus de inmunización con BCG del paciente. En aquellos casos en que el resultado del PPD sea positivo l a conducta variará dependiendo de la interpretación de las imágenes radiológicas del tórax, así: 3.1. Radiografía de tórax normal: En estos casos se considerará al paciente asintomático como portador de infección tuberculosa latente y por lo tanto el médico especialista del Pro grama Nacional de Tuberculosis de la Coordinación de Tuberculosis correspondiente indicará tratamiento quimioprofiláctico con una droga. Para todos los casos, la quimioprofilaxis (denominada igualmente “Tratamiento de la Infección Tuberculosa Latente”, o “TITL” por sus siglas) se efectúa con isoniazida (INH), a menos que exista contraindicación absoluta para su uso, en cuyo caso indicará un esquema terapéutico diferente, de acuerdo a lo establecido en el Programa. La duración de la quimioprofilaxis con INH será de un año, según lo establecen las pautas señaladas por el Programa Nacional de Tuberculosis, a dosis de 5 mg/kg de peso corporal/día (máximo: 300mg diarios), autoadministrada, con entrega quincenal del medicamento, pudiendo comenzar la terapia anti-TNF luego de como mínimo 1 mes de tratamiento con INH o la droga indicada, de común acuerdo entre el médico especialista del Programa y el médico reumatólogo tratante. 3.2. Radiografía de tórax anormal: El médico especia- lista del Programa Nacional de Tuberculosis adscrito a la Coordinación de Tuberculosis del Distrito o Municipio Sanitario respectivo determinará la presencia de lesio- nes radiológicas torácicas, al mismo tiempo definiendo su compatibilidad con infección latente o con enferme- dad activa. En el primero de estos casos (infección tu- berculosa latente) indicará quimioprofilaxis (TITL), tal y Tabla 2. Interpretación de los resultados del PPD positivo de acuerdo a las características del paciente Reacción ≥ 5 mm de induración Reacción ≥ 10 mm de induración Reacción ≥ 15 mm de induración Personas infectadas por el VIH Contactos recientes con pacientes con TB bacilífera Cambios fibróticos en la radiografía de tórax consistentes con TB Pacientes con transplante(s) de órgano(s) y otros pacientes inmunosuprimidos (recibiendo el equivalente a 15 mg/día de prednisona por 1 mes o más)* Inmigrantesrecientes(dentrodelosPersonas sinfactoresderiesgoúltimos5años)desde paísesconaltaprevalenciadeTB Usuarios de drogas inyectadas Residentes y empleados* de las siguientes instituciones de alto riesgo: Prisiones y cárceles, ancianatos y otros hogares de cuidado para ancianos, hospitales y otras instituciones prestatarias de servicios de salud, instituciones residenciales para pacientes con SIDA, refugios para personas sin hogar Personal de laboratorios de micobacteriología Personas con las siguientes condiciones: Silicosis, diabetes mellitus, insuficiencia renal crónica, algunos desórdenes hematológicos (como leucemia, linfoma). otras enfermedades malignas (como carcinoma de cabeza o cuello y pulmón). pérdida de peso ≥ 10% del peso ideal. gastrectomía y bypass yeyunoileal Niñosmenoresde4añosdeedadoniñosy adolescentesexpuestosaadultosdealtoriesgo Personas sin factores de riesgo para TB * El riesgo de TB en pacientes tratados con corticosteroides aumenta a medida que aumentan la dosis y la duración del tratamiento. + Para personas que por el resto de los criterios son de bajo riesgo y son evaluadas al inicio del empleo, una reacción ≥ 15mm de induración es considerada positiva.
  • 17. 17N° 36, Año 2015 Paciente con síntomas presentes* Evaluación Clínica PPD PPD Positivo (≥ 5 mm) PPD Negativo (≥ 5 mm)** Radiografía de tórax: Cualquier alteración Radiografía de tórax: Normal TUBERCULOSIS ACTIVA Radiografía de tórax: Normal Radiografía de tórax: Compatible con lesiones residuales de TB TUBERCULOSIS ACTIVA TRATAMIENTO TOTALMENTE SUPERVISADO QUIMIOPROFILAXIS TRATAMIENTO DE LA TUBERCULOSALATENTE QUIMIOPROFILAXIS TRATAMIENTO DE LA INFECCIÓN TUBERCULOSALATENTE INFECCIÓN TUBERCULOSA LATENTE TRATAMIENTO TOTALMENTE SUPERVISADO TB DESCARTADA Anti-TNF puede ser usada con seguimiento de rutina TB DESCARTADA Anti-TNF puede ser usada con seguimiento de rutina INFECCIÓN TUBERCULOSA LATENTE Descarte de TB activa por especialista antes de iniciar uso de anti-TNF Descarte de TB activa por especialista antes de iniciar uso de anti-TNF Paciente asintomático como está descrito en la sección 3.1. En caso de lesiones sugestivas de TB activa el médico especialista procede- rá a realizar la rutina diagnóstica respectiva, incluyen- do demostración microbiológica del BK, para una vez confirmada su presencia iniciar el esquema terapéutico adecuado y recomendado por el Programa Nacional de Tuberculosis del MSDS, que para casos nuevos y recaídas contempla el uso del régimen de tratamiento totalmente supervisado con cuatro fármacos (isoniazida, rifampici- na, pirazinamida y etambutol o estreptomicina), en 48 tomas, seguida por un régimen de dos drogas (isoniazida y rifampicina) por 54 tomas adicionales para un total de 26 semanas de acuerdo a los criterios de frecuencia se- manal y dosificación establecidos en el Programa. Para los casos de re-tratamiento por fracaso del tratamiento previo (persistencia de bacteriología positiva durante el tratamiento de acuerdo a los criterios del Programa Na- cional de Tuberculosis) o de TB en situaciones especiales (insuficiencia renal, insuficiencia hepática) el médico es- pecialista usará las drogas antituberculosas de acuerdo a los esquemas de dosificación específicos establecidos en el Programa Nacional de Tuberculosis. Igualmente, en todo caso se recomienda realizar el cálculo de dosis de las drogas antituberculosas de acuerdo al peso corporal del paciente, respetando las dosis máximas permitidas para cada una. En casos de enfermedad TB activa se podrá iniciar trata- miento con el agente anti-TNF sólo una vez final izado el período de tratamiento indicado, de común acuerdo en- tre el médico especialista del Programa de Tuberculosis correspondiente, quien deberá corroborar los criterios de curación de TB activa de acuerdo al Programa Nacional de Tuberculosis, y el médico reumatólogo tratante, siem- pre y cuando la relación riesgo: beneficio así lo indique. NOTA: En aquel los casos de pacientes que manifiesten haber recibido terapia completa para enfermedad TB ac- tiva, se solicitará la Ficha de Tratamiento oficial expedida por el Programa Nacional de Tuberculosis a través de la Coordinación de Tuberculosis correspondiente al Dis- trito o Municipio Sanitario en donde haya sido suplido y supervisado este tratamiento, o en su defecto se rea- lizará la revisión de la Ficha Epidemiológica que reside en los archivos del Programa. En cualquier caso, una vez evaluado por el médico especialista de la Coordinación de Tuberculosis y corroborada la validez del tratamiento recibido y/o la curación clínica de la TB, podrá ser inicia- da inmediatamente la terapia con el agente anti-TNF de acuerdo al criterio del médico reumatólogo tratante. En caso de tratamiento previo inadecuado y/o sospecha o confirmación clínica y/o paraclínica de infección TB la- tente o enfermedad TB activa, el médico especialista del Programa indicará tratamiento pertinente según el caso, difiriendo el médico reumatólogo el inicio de la terapia anti-TNF según se trate de quimioprofilaxis (TITL) o te- rapia curativa contra el M. tuberculosis de acuerdo a los criterios establecidos en las secciones 3.1 y 3.2. 4. Conducta ante una prueba negativa de PPD: En aquellos casos en que el resultado del PPD sea negativo Figura 1 . Algoritmo para tamizaje, diagnóstico y manejo terapéutico de la TB en pacientes con artritis reumatoide, candidatos a tratamiento con agentes anti-TNF.
  • 18. 18 N° 36, Año 2015 (PPD < 5mm de induración a las 72 horas luego de aplicada) la conducta igualmente variará dependiendo de la interpretación de las imágenes radiológicas del tórax, así: 4.1. Radiografía de tórax normal: En estos pacientes se podrá iniciar inmediatamente, de acuerdo al cri- terio del médico reumatólogo tratante, la terapia an- ti-TNF, previo acuerdo con el médico especialista del Programa Nacional de Tuberculosis evaluador Será responsabilidad del médico reumatólogo tratante rea- lizar el seguimiento clínico y paraclínico estándar del paciente, con especial énfasis en signos y/o síntomas sugestivos de tuberculosis emergentes durante la tera- pia anti-TNF, incluyendo pero no limitados a aquellos relacionados con el sistema respiratorio y/o gastroin- testinal (como dispepsia y/o dolor abdominal). NOTA: Aquellos pacientes con PPD negativo pero con contacto cercano (definido de acuerdo a los criterios establecidos en la Tabla 1 ) con pacientes con enferme- dad TB activa dentro de los últimos 3 meses, antes de iniciar la terapia anti-TNF, deberán ser evaluados por el médico especialista del Programa Nacional de Tuber- culosis de la Coordinación de Tuberculosis respectiva, quien de acuerdo a su criterio realizará las recomenda- ciones con relación a la pertinencia o no del inicio de la terapia anti-TNF, una vez determinado el estatus del paciente con respecto a la posibilidad de infección TB y la conducta médica a seguir. 4.2. Radiografía de tórax anormal: Independiente- mente del hecho de que la intradermoreacción haya sido negativa, si el médico especialista del Programa Nacional de Tuberculosis determina la presencia de le- siones torácicas sugestivas de TB, definirá si el paciente es portador de infección latente o de enfermedad acti- va. En el primero de estos casos (infección tuberculosa latente) indicará quimioprofilaxis (TITL), tal como está descrito en la sección 3.1. Pudiendo iniciar la terapia con el agente anti-TNF después de un mínimo de 1 mes de iniciada dicha terapia, previo acuerdo con el médi- co especialista del Programa. En caso de lesiones su- gestivas de TB activa el médico especialista procederá igual mente a realizar la rutina diagnóstica respectiva, incluyendo demostración microbiológica del BK para, una vez confirmada su presencia, iniciar el esquema de tratamiento que corresponda según el caso, de acuerdo a los criterios establecidos en el Programa Nacional de Tuberculosis del MSDS como ya fue especificado en la sección 3.2. Así mismo, y como también fue descrito en la sección 3.2., en casos de enfermedad TB activa se re- comendará iniciar tratamiento con el agente anti-TNF una vez finalizado el período de tratamiento con dro- gas antituberculosas y corroborados los criterios de cu- ración de la TB, siempre y cuando la relación riesgo: beneficio así lo indique y de común acuerdo entre el médico especialista de la Coordinación de Tuberculo- sis correspondiente y el médico reumatólogo tratante. En aquellos casos en que durante el seguimiento del pa- ciente en tratamiento con un agente anti-TNF se sos- peche o confirme enfermedad TB activa, se suspenderá en el menor lapso posible dicha terapia y si es perti- nente, luego de la evaluación por el médico especialista de la Coordinación de Tuberculosis, se iniciará el es- quema de tratamiento combinado con drogas anti-TB de acuerdo a lo establecido en las secciones 3.2. y 4.2., siguiendo las pautas y recomendaciones del Programa Nacional de Tuberculosis del MSDS. Así mismo, la de- cisión sobre el reinicio de la terapia anti-TNF se basará en lo especificado en las secciones mencionadas. Observaciones Finales En aquellos casos en que se inicie quimioprofilaxis (TITL) con INH, especialmente cuando el paciente esté recibiendo metotrexate como parte de su esquema d e tratamiento para la artritis reumatoide, deberán ser reali- zadas pruebas de función hepática, incluyendo transami- nasas (SGOT y SGPT), basal y al menos cada 4 semanas. Se considerará criterio de toxicidad hepática en pacientes en tratamiento con INH y metotrexate una elevación de al menos 2 veces por encima de los valores normales de referencia de una o ambas transaminasas. Igual mente, deberán ser evaluados posibles síntomas y/o signos de toxicidad hepática como: Anorexia, náuseas, vómitos, orina, mocura, ictericia, erupción cutánea, fatiga persistente, debilidad, fiebre de más de 3 días de duración, sensibilidad abdominal (especial mente en el hipocondrio derecho), tendencia al sangramiento en mucosas o aparición de petequias y/o hematomas cutáneos y/o mucosos o parestesias persistentes en manos y pies4 . En cualquiera de estos casos el paciente deberá ser evaluado por un equipo multidisciplinario incluyendo al médico especialista del Programa Nacional de Tuberculosis adscrito a la Coordinación de Tuberculosis respectiva, al médico reumatólogo tratante y a un gastroenterólogo especializado en enfermedades hepáticas con suficiente y reconocida experiencia, dentro del menor lapso posible. Este equipo multidisciplinario será el responsable, luego de una completa evaluación del caso, de decidir el (los) cambio(s) pertinente(s) en el esquema de tratamiento con drogas anti-TB, el (los) cambio(s) que considere pertinente(s) en el esquema de tratamiento para la artritis reumatoide, así como cualquier otra indicación que considere necesaria. Como parte importante de las responsabilidades de las Sociedades Médicas, Instituciones y Programas de Salud participantes en la elaboración de estas Guías y Reco- mendaciones, y de acuerdo a sus políticas y procedimien- tos particulares, se estimulará la educación médica con- tinua con relación al potencial de toxicidad hepática y de otro tipo, particularmente en pacientes en riesgo (como aquellos recibiendo tratamiento con droga(s) con poten- cial hepatotóxico conocido), especialmente en cuanto a la monitorización, conducta terapéutica y reporte ade- cuados de este tipo de eventos adversos. Estas recomendaciones aplican específicamente para pa- cientes que recibirán tratamiento con agentes biológicos
  • 19. 19N° 36, Año 2015 (anti-TNF) y serán revisadas anualmente, o antes si es considerado pertinente por el grupo asesor encargado de su elaboración y publicación■ Bibliografía 1. Global TB Control, WHO report 2003, WHO/CDS/ TB/2003.316, www.who.int/gtb/publications/globre- plindex.html, accesado el 16/05/03. 2. Dolin PJ. et al. Bull World Health Organ 1994; 72: 2 13-20. 3. Guilarte Al . España MF, et al; Evaluación del Progra- ma Nacional de Control de la Tuberculosis año 2002 - Año Evaluado 2001. MSDS. de la República Boliva- riana de Venezuela, Dirección General de Salud Po- blacional, Programa Nacional integrado de Control de la Tuberculosis, 13 y 14 de Junio de 2002. 4. Jasmer RM et al, N Engl J Med 347(23): 1860-66: CDC-MMWR, Recommendations and Reports, )une 09, 2000 149(RR06): 1-54. 5. Kendig EL, et al; CHEST 1998, 113: 1175-77. 6. Long R, Gardam M. CMAJ Apr 29, 2003; 168 (9): 1153-6. 7. Menzies R, Vissandjee B. Am Rev Respir Dis 1992: 145 : 621-5 Revista Archivos de Reumatología Vol 12-N°1-2004 Se publica con autorización de la Sociedad Venezolana de Reumatología venreuma@gmail.com Autores Alexis J Guilarte R José R García R Gur Levy Luisa M Franco José A Herrera Francisco Marín Alberto Millán Hernando Paúl Moya Napoleón Peña Martín Rodríguez