2. • Especificar los objetivos de la actividad, no sólo los objetivos académicos en su
significatividad lógica y psicológica, sino los objetivos que están relacionados con
las habilidades sociales. Es necesario que el estudiante sepa el qué y el cómo se
quiere lograr el aprendizaje.
3. • Tomar decisiones previas a la enseñanza respecto de la formación de los grupos en
lo referente al tamaño, el procedimiento para formarlos y los roles de los
estudiantes, la disposición del aula y de los materiales educativos de acuerdo a la
tarea.
4. • xplicar la tarea y la estructura de objetivos a los estudiante, en lo que se refiere a la
actividad académica, los criterios para el éxito y el sentido de cada uno de las
componentes del aprendizaje colaborativo; es decir, explica qué conductas quiere
ver en sus estudiantes.
5. • Poner en marcha la actividad colaborativa, teniendo en cuenta la necesidad de
proporcionar espacios en el aula para que los estudiantes trabajen
colaborativamente y él, como docente, pueda hacer observaciones e ir
sistematizando información para poder retroalimentar a todos los grupos.
6. • La sistematización se hace desde lo académico con las concepciones de los
estudiantes, los procedimientos en la solución de problemas y todas las estrategias
que se realizan para vivenciar los principios del aprendizaje colaborativo, lo cual se
transforma en conocimiento pedagógico del docente, acervo que le permite hacer
retroalimentación a los mismos grupos y a otros en futuros semestres académicos.
7. • Controlar la efectividad de los grupos de aprendizaje colaborativo e interviene
cuando es necesario. Algo que siempre debe hacerse es el seguimiento de la
actividad de los grupos de estudiantes a través de la evaluación formativa; parte del
arte de la enseñanza consiste en saber elegir cuándo intervenir y cuándo no hacerlo.
8. • Se interviene para: suministrar o corregir información que ningún integrante del
grupo ha proporcionado, hacer aportes metodológicos y técnicos, alentar
intervenciones que sean argumentativas, identificar argumentos de autoridad como
criterios de verdad para obviarlos, evitar generalizaciones inadecuadas y, por último,
el docente interviene para asegurar la convivencia, el respeto mutuo y la aceptación
de las características personales de cada uno de los integrantes de los grupos.
9. • Evaluar los logros de los alumnos, evalúa la cantidad y la calidad de lo aprendido
por los estudiantes, los ayuda a discutir cómo ha resultado la colaboración en el
grupo, qué limitaciones se dieron y de dónde provienen esas limitaciones. Estos
aportes pueden provenir del docente, de los estudiantes y de la institución.