El sarampión es causado por un mixovirus RNA que se cultiva en células humanas. Es más común en niños de 3 a 5 años y más grave en lactantes, con neumonía y otitis como principales complicaciones. Se transmite a través de gotas de flügge procedentes de las secreciones nasofaríngeas de personas infectadas. Sus síntomas incluyen fiebre, erupción cutánea y manchas características. Su prevención se logra mediante la inmunización activa con virus vivo atenuado.