1. 104 LOS LÍMITES DE LA PERCEPCIÓN.
Tercera técnica: Oh, Shakti, cada percepción particular es limitada, desapareciendo en la omnipotencia.
Todo lo que vemos es limitado, todo lo que sentimos es limitado, todas las percepciones son limitadas. Pero si
puedes ser consciente, entonces cada cosa limitada está desapareciendo en lo ilimitado. Mira el cielo.
Verás una parte limitada de él, no porque el cielo es limitado, sino porque tus ojos son limitados, tu
enfoque es limitado. Pero si puedes tomar consciencia de que esta limitación se debe al enfoque, se
debe alojo, de que no es el cielo lo que es limitado, entonces verás los límites fundiéndose en lo
ilimitado. Todo lo que vemos se vuelve limitado debido a nuestro ser. De otro modo, la existencia es ilimitada;
de otro modo, todo está fundiéndose en otra cosa. Todo está perdiendo su límite; a cada momento las olas
están desapareciendo en el océano; y nada tiene fin y nada tiene comienzo. Todo es también todo lo demás.
La limitación la imponemos nosotros. Es debido a nosotros, a que no podemos ver lo infinito, que la dividimos.
Lo hemos hecho con todo. Haces una cerca en torno a tu casa y dices: «Esta tierra me pertenece y más allá
de la cerca es la tierra de otro.» Pero en el fondo tu tierra y la de tus vecinos son una. La cerca existe
debido a ti. La tierra no está dividida; los vecinos y tú estáis divididos... debido a vuestra mente.
Las naciones están divididas debido a vuestra mente. En alguna parte, India acaba y empieza Pakistán,
pero hace sólo unos pocos años India estaba donde ahora está Pakistán. Entonces India continuaba hasta los
límites de Pakistán, hasta los límites actuales. Pero ahora Pakistán está dividido; hay una barrera. Pero la tierra
sigue siendo la misma.
He oído una historia que sucedió cuando India y Pakistán fueron divididos. Había un manicomio, un hospital
psiquiátrico, justo en la frontera entre India y Pakistán. A los políticos no les preocupaba dónde iría el
manicomio, a Pakistán o a India, pero el director estaba muy preocupado. Así que preguntó dónde iba a estar el
manicomio, si iba a estar en India o en Pakistán.
Alguien le informó desde Delhi que debía preguntar a los internos, a los locos, y que votaran adónde querían ir.
El director era el único que no estaba loco, y trató de explicarlo. Reunió a todos los locos y les dijo: «Ahora
depende de vosotros; podéis ir a donde queráis. Si queréis ir a India, podéis ir a India. Si queréis ir a Pakistán,
podéis ir a Pakistán.» Pero los locos dijeron: «Queremos quedamos aquí. No queremos ir a ninguna parte.» Él
intentó e intentó explicarlo. Dijo: «Os quedaréis aquí; no os preocupéis por eso. Os quedaréis aquí, pero
¿dónde queréis ir?».
Aquellos locos dijeron: «La gente dice que estamos locos, pero tú pareces más loco. Dices que te quedarás
aquí, y que nosotros nos quedaremos aquí, así que ¿por qué preocuparse por ir a ninguna parte?»
El director no tenía ni idea de cómo explicar todo el asunto. Sólo había una manera. Construyó un muro, y
dividió el manicomio en dos partes iguales. Una parte se volvió India; la otra parte se volvió Pakistán. Y se
cuenta que algunos locos del manicomio de Pakistán saltaron el muro, y los locos de India también saltaron el
muro, y todavía están confusos sobre lo que está sucediendo. «Estamos en el mismo sitio, y vosotros os habéis
ido a Pakistán y nosotros nos hemos ido a India, ¡y nadie ha ido a ninguna parte!».
Esos locos están abocados a permanecer muy confusos; nunca podrán comprender, porque en Delhi y en
Karachi hay gente más loca.
Seguimos dividiendo. La vida, la existencia, no está dividida. Todas las demarcaciones las ha hecho el
hombre. Son útiles si no te vuelves loca con ellas y si sabes que son simplemente artificiales, hechas
por el hombre, utilitarias, no reales, no verdaderas; que son sólo mitos, que pueden ayudar pero no
tienen más profundidad.
Oh, Shakti, cada percepción particular es limitada, desapareciendo en la omnipotencia. De modo que, cuando
veas algo limitado, recuerda siempre que, más allá, el límite está desaparecien do, la limitación está
desapareciendo. Mira siempre más y más allá.
Esto puedes convertirlo en una meditación. Simplemente siéntate bajo un árbol y mira, e independientemente
de lo que veas, verás allá, mira mas allá, y no pares en ninguna parte. Encuentra dónde se está fundiendo
este árbol. Este árbol, este pequeño árbol de tu jardín, tiene toda la existencia en él. Está fundiéndose a cada
2. momento. Si el Sol no sale mañana, este árbol morirá, porque la vida de este árbol está ligada a la vida del Sol.
La distancia entre ellos es muy grande; los rayos tardan un tiempo en llegar a la Tierra, tardan diez minutos.
Diez minutos es mucho tiempo, porque la luz viaja a una velocidad muy elevada, tremenda. La luz viaja a casi
trescientos mil kilómetros por segundo, y la luz tarda diez minutos en llegar desde el Sol a este árbol. La
distancia es tremenda, enorme. Pero si el Sol deja de existir, el árbol desaparecerá inmediatamente.
Existen juntos. El árbol está fundiéndose con el Sol a cada momento, y el Sol está fundiéndose con el árbol. A
cada momento el Sol está fundiéndose con el árbol haciendo que viva... La otra cosa aún le es desconocida a la
ciencia, pero la religión dice que también está sucediendo otra cosa..., porque la vida no puede existir sin
respuesta. Si el Sol le está dando vida al árbol, el árbol debe estar devolviéndole vida al Sol, porque en la
vida siempre hay una respuesta, y la energía se equilibra. El árbol debe de estar dándole vida al Sol. Son
uno. Entonces el árbol ha desaparecido, la limitación ha desaparecido.
Dondequiera que mires, mira más allá y no pares en ninguna parte. Sigue y sigue y sigue, hasta que pierdas tu
mente, hasta que pierdas todas tus pautas limitadas. De pronto estarás iluminado. Toda la existencia es
una. Esa unidad es la meta. Y de pronto la mente se cansa de la pauta, la limitación, el límite..., y según
insistes en ir más allá, según vas empujándola más y más allá, la mente va menguando, de pronto cesa, y
miras la existencia como una unidad inmensa, todo transformándose en lo otro.
Oh, Shakti cada percepción particular es limitada, desapareciendo en la omnipotencia. Puedes convertirlo en
una meditación. Siéntate durante una hora y trabaja con ello. No crees limitaciones en ninguna parte.
Independientemente de cuál sea la limitación, intenta encontrar el más allá, y sigue y sigue avanzando. La
mente se cansa pronto, porque la mente no puede hacer frente a lo ilimitado. Sólo puede relacionarse con lo
limitado. Con lo ilimitado no puede relacionarse, se aburre, se cansa, dice: «¡Ya basta!, ¡para!». Pero no pares,
sigue avanzando. Llegará un momento en que la mente quede atrás y sólo se mueva la consciencia. En ese
momento tendrás la iluminación de la unidad, de la no-dualidad. Esa es la meta. Esa es la cima más alta
de la consciencia. Y ese el mayor éxtasis posible para la mente humana, y la dicha más profunda.