El documento discute cómo la necesidad de adaptar los sistemas educativos a las demandas de la sociedad del conocimiento ha llevado a los países a implementar políticas para incorporar la tecnología en las escuelas. Después de décadas de inversión, los efectos de estas políticas aún se debaten. La tecnología se ha convertido en una herramienta indispensable en las instituciones educativas, pero también puede acentuar las desigualdades y generar dependencia tecnológica si no se usa de manera responsable.