Toda prueba de bienestar fetal anteparto tiene una denominación común, y es evitar un óbito en útero y evitar algunas complicaciones hipóxicas en el neonato por la asfixia intrauterina.1
Manning y otros en 1980 fueron los primeros en comunicar el uso de 5 variables biofísicas fetales para predecir la evolución prenatal. Introdujeron el uso del sistema de puntaje en el que se le asignaba a cada actividad biofísica una puntuación; la puntuación de 0, es cuando es anormal y 2 cuando es normal.
Las variables fetales fueron, movimientos respiratorios, movimientos corporales, tono, reactividad de la frecuencia cardíaca y la valoración del líquido amniótico, todas con una puntuación. La terminación de la prueba se realiza cuando todos los componentes biofísicos cumplen criterios normales o han transcurrido más de 30 min.
En 1983 otro grupo dirigido por Vintzileos utiliza en 150 gestantes un perfil biofísico semejante al de Manning, pero con 2 modificaciones: una la cuantificación de cada variable, donde introducía 1 punto cuando éste era dudosa; la segunda se basó en que incluyó el grado de madurez placentaria según la clasificación de Grannum.2
Los resultados encontrados por Vintzileos en su estudio fueron muy semejantes a los de Manning con su perfil original, confirmándose el alto valor predictivo de todas estas variables, cuando son normales, para detectar un resultado perinatal bueno y mejoraba la capacidad predictiva negativa de la reactividad de la frecuencia cardíaca fetal.3
Ya en 1987, Manning modifica su perfil biofísico original y separa la cardio-tocografía, lo que llevaba a reducir el tiempo empleado en la elaboración del perfil sin disminuir su exactitud diagnóstica, llegando a la conclusión de que cuando 2 o más variables ecográficas están alteradas, la posibilidad de encontrar una cardiotocografía no reactiva aumenta de forma tan considerable como para hacerse estadísticamente significativa esta relación.3 El estudio consistió en 12 712 embarazadas de alto riesgo. También en ese estudio llegaron a la conclusión de que en la cardiotocografía su máxima indicación era en aquellas situaciones en las que existen variables alteradas en el perfil biofísico.
No obstante, debido a lo antes expuesto, Eden y otros cuestionaron a Manning esta variante de omitir la cardiotocografía y observaron una incidencia más alta de desenlaces perinatales anormales en fetos con desaceleraciones variables durante la cardiotocografía, pese a los componentes biofísicos mostrados por ultrasonografía.4
La otra modificación del perfil biofísico original de Manning, la realizó en 1990 y es en relación con la valoración ecográfica de la cantidad de líquido amniótico, para la definición de oligohidramnios. A partir de este estudio define el bolsón de líquido amniótico cuando el eje vertical encuentra la mayor zona ecolúcida de más de 2 cm.5
Es importante señalar que desde el inicio de los estudios de Manning en 1980, que comenzó con 216 pacientes de alto riesgo,
3. Definición.
- Lesiones que afectan huesos y tejidos blandos
que incluyan las siguientes áreas anatómicas:
Tercio facial superior.
Tercio facial medio.
Tercio facial inferior.
Tejidos blandos.
edemas, hematomas, laceraciones,
abrasiones, heridas punzantes, heridas
asociadas con daño térmico, químico o
por explosión, así como mordeduras de
humanos y animales
4. Causas.
- Las lesiones faciales pueden afectar la mandíbula superior, el maxilar
inferior, la mejilla, la nariz, la cuenca del ojo o la frente.
Choques en automóviles y motocicletas
Heridas
Lesiones deportivas
Violencia
5. Clínica del paciente.
Signos y síntomas.
Cambios en la sensibilidad de la cara
Cara o huesos faciales deformes o desiguales
Dificultad para respirar a través de la nariz debido a la hinchazón y al sangrado
Visión doble
Pérdida de dientes
Hinchazón o hematomas alrededor de los ojos que pueden ocasionar problemas de visión.
6. Manejo.
Consideraciones iniciales en trauma facial.
Atención primaria:
Estabilizar el cuello.
A: Vía aérea.
B: Respiración – ventilación.
C: Control de hemorragia, canalización.
D: Déficit neurológico.
E: Examen físico, exposición.
Historia:
El mecanismo predice la gravedad de la lesión
facial y cerebral asociada, de la columna
cervical y pulmonar.
Detectar abuso, especialmente en mujeres,
niños y ancianos.
Encuesta secundaria.
¿Cómo es tu visión?
¿Alguna parte de tu cara se siente entumecida?
¿Tu mordida se siente normal?
Inspección:
Desviaciones o prominencias.
Exoftalmos – enoftalmos.
Equimosis orbitaria lateral (signo de mapache)
Equimosis mastoidea (signo de Battle)
Palpación.
Seno frontal.
Ojos.
Nariz.
Boca.
7. Tratamiento.
Estabilizar el cuello.
Aplicar A,B,C,D,E.
Manejo de heridas (Lavado mecánico con solución salina, jabón quirúrgico o
clorhexidina).
Suturas, cubrir herida.
Analgésicos, Antibióticos.
Paraclínicos (individualizar cada paciente), cuadro hemático.
Imágenes diagnosticas.
Incapacidad (Consultar especialista antes de los 15 días).
8. Diagnostico.
Indicado TC.
Radiografía cráneo: La proyección ideal para valoración del traumatismo craneal es la AP de cara,
mientras que en pacientes no traumatizados se prefiere PA de cara. Sin embargo, la elección se
relaciona con la estructura a valorar; el truco está en saber que en la AP de cara aparecen magnificadas
las órbitas y zona frontal, mientras que en la PA de cara la sutura sagital y lambdoidea son las
magnificadas.
AP de cráneo es útil para los siguientes estudios:
• El estudio de bóveda craneal
• Estudio del compartimiento basilar anterior
• Estudio del maxilar inferior
9. Radiografía Posteroanterior PA:
La radiografía Posteroanterior de Cráneo utilizada en el área Odontológica y
Maxilofacial, es una radiografía extraoral que se realiza utilizando un cefalostato, el
cual nos permite estandarizar el posicionamiento de la cabeza del paciente para
obtener radiografías comparables en el tiempo de nuestros pacientes.
Sus principales aplicaciones son:
• Valoración de asimetrías craneofacial.
• Valoración de traumatismos
• Evaluación de senos paranasales