El documento describe los cambios fisiológicos relacionados con el envejecimiento y la relación entre el envejecimiento y el ejercicio. Explica que el envejecimiento afecta los sistemas óseo, muscular y cardiovascular, debilitando los huesos, reduciendo la fuerza muscular y aumentando la resistencia vascular. También señala que el ejercicio prescrito puede ayudar a contrarrestar estos efectos si se programa adecuadamente y se ajusta al nivel individual.
2. Editorial
En el mes de marzo nuestro
tema principal es el bienestar,
un tema que cobra vital importancia a
lo largo de nuestras vidas, ya que a
partir de él se construyen nuestra
felicidad y tranquilidad.
Todas las acciones que realizan tanto
hombres como mujeres en su vida
diaria se encaminan precisamente a
vivir mejor, por eso la mejor
manera para alcanzar ese
ansiado bienestar es haciendo
todo aquello que más nos
gusta.
Piensen siempre en grande y nunca se
limiten para sentirse a gusto consigo
mismos, por eso en TENA siempre
buscamos acompañarlos para
que compartan una vida
confiada y plena.
Fabio Gómez Saldarriaga
Gerente de Negocio Adult Care
Sí es posible
vivir mejor
3. El envejecimiento es un proceso natural
que afecta a las personas en aspectos
anatómicos y fisiológicos e influye en la
globalidad de sus sistemas, pudiéndose
observar cambios en la estructura más
pequeña a nivel tisular y en otras más
complejas a nivel sistémico.
Existen muchas teorías acerca del proceso
de envejecimiento, sin embargo, una de
las de mayor validez y peso es la que
argumenta que el motivo puede ser la
disminución de la capacidad reproductora
de las diferentes células que conforman
los tejidos. (Hayflick, 2001 y Parsons,
2003).
Cambios en el sistema motriz
Este sistema está formado por músculos,
huesos, cartílagos, ligamentos, entre otras
estructuras menos conocidas pero vitales
para el proceso de articulación y
movilidad.
Con el envejecimiento, el tejido óseo
(huesos) se va volviendo más frágil debido
principalmente a alteraciones relacionadas
con el proceso de fijación del calcio en los
huesos. Este factor es principalmente
determinado por la dificultad que tienen
las personas mayores para sintetizar
vitamina D, la cual es indispensable para
fijar el calcio al hueso. Es por esta razón
que se recomienda la exposición
moderada a irradiación solar
(en horas de la mañana), ya que la luz solar
contribuye a la fijación de la vitamina D
en el hueso.
Este factor a su vez, afecta de manera directa la
densidad ósea, lo que conlleva un aumento de
la probabilidad de aparición de fracturas y una
disminución de la capacidad de regeneración
espontánea del tejido lesionado. La práctica
regular de actividad física, una alimentación
adecuada y la no utilización de productos
tóxicos como el tabaco, garantizan la buena
salud del tejido óseo en edades avanzadas,
previniendo complicaciones frecuentes como
las fracturas. (ACSM, 2005).
La fuerza muscular se va perdiendo
progresivamente a lo largo de los años
y a pesar de que hasta los 50 años es una
disminución suave y gradual, después de este
periodo se produce un deterioro agudo en el
que se registra hasta un 15% de disminución de
estas propiedades por cada década vivida,
hasta cumplir los 70 años. Estos cambios en
definitiva, son los responsables del aumento de
la dificultad para realizar tareas globales
del organismo como la marcha y otras
actividades propias de la vida diaria.
Características generales
del envejecimiento
y su relación con el ejercicio
Ana Isabel Monsalve – Fisioterapeuta, Universidad María Cano
De otro lado, los músculos comienzan a
cambiar su funcionalidad a partir de los 30
años. A partir de esta edad, es posible detectar
cambios importantes, como disminuciones de
las capacidades de la realización de fuerza y
potencia muscular.
4. Cambios en el sistema
cardiovascular
Este importante sistema está formado por
el corazón, el sistema sanguíneo y
linfático.
El cambio más importante que
experimentael corazón, como
consecuencia del envejecimiento, es el
aumento en el grosor del ventrículo
izquierdo, disminuyendo su capacidad de
distensibilidad. Adicionalmente, los
tiempos de contracción y relajación
cardíaca son mayores que en una persona
joven, sin dejar de ser efectivos.
De otro lado, refiriéndonos al sistema
vascular, se identifica un aumento del
grosor de las arterias y venas, poniendo
resistencia al flujo sanguíneo.
Ejercicio
Antes de describir cuáles son los ejercicios
adecuados para que las personas mayores
practiquen sin riesgo, es necesario aclarar
que el ejercicio en esta edad debe ser
prescrito, es decir, debe ser recomendado
por un profesional, después de haber
realizado algunas pruebas diagnósticas
para no pecarni por exceso ni por defecto.
Para que la actividad física sea efectiva y
tenga los resultados esperados, debe ser
bien programada, ajustada a las
necesidades de cada persona y realizada
de una manera sistemática y continua, de
esta manera, se logran los objetivos
planteados y se minimizan los riesgos
existentes.
Etapas del ejercicio
• Carga
Para que un entrenamiento sea efectivo es
necesario que sea de una carga tal que
pueda producir un estímulo en el
organismo. El cuerpo reaccionará frente a
Para que la actividad física
sea efectiva y tenga los
resultados esperados, debe
ser bien programada.
ese estímulo y verá la necesidad de adaptarse
frente a él. Esa adaptación es una mejora que
se produce en el organismo para poder ir
superando cada vez cargas de mayor
intensidad.
• Modo
El tipo de actividad recomendada para realizar
trabajo aeróbico en la tercera edad consiste en
ejercicios sencillos y dinámicos, donde haya
activación de los grupos musculares más
importantes. Actividades como la marcha, la
natación o el baile son una buena elección para
desarrollar la resistencia aeróbica en personas
de edad avanzada. El periodo de calentamiento
antes de realizar cualquiera de esas actividades
debe ser largo y progresivo en intensidad para
permitir una correcta activación y para prevenir
posibles lesiones músculo esqueléticas.
• Intensidad
En la actividad física de tipo aeróbico la
intensidad deberá ser moderada y dependerá
en gran medida del nivel de condición física
que tiene la persona. En cualquier caso, para
que una actividad tenga la capacidad de
generar los cambios esperados en el
organismo, debe ser lo adecuadamente intensa
como para que el cuerpo reaccione ante ella.
Sin embargo, es necesario ser prudentes y
capaces de controlar la intensidad a la que se
está desarrollando el ejercicio, ya que si por el
contrario, la intensidad de trabajo no estuviese
adecuada a las capacidades de quien lo realiza,
los efectos del ejercicio pueden generar
consecuencias no deseadas y ser incluso hasta
contraproducentes.