1. ESTUDIANTE: Valentina Cerna González
PRUEBA 1
1.- Explique a qué se puede llamar “mercantilización de la medicina”. De ejemplos.
Explique a qué se puede llamar “medicalización” de la medicina. Explique los
efectos de la mercantilización de la medicina sobre la relación entre medicina
curativa y preventiva. Explique los efectos de la mercantilización de la medicina
sobre la relación entre medicina curativa y paliativa.
Tal y como indica Carlos Pérez Soto, en su libro “Una nueva antipsiquiatría”, muchas
alteraciones y comportamientos comunes son caracterizados como enfermedades, y es
común que una amplia gama de profesionales de la medicina recete de manera habitual
fármacos que afectan al sistema nervioso. Esto ha determinado una progresiva
mercantilización de la medicina, puesto que el campo más extendido, y probablemente el
más rentable, de la industria médica hoy es la medicalización del sufrimiento subjetivo.
Según Carlos Pérez, la medicalización de la medicina consiste en que las preocupaciones
del afectado dependan de la opinión de expertos que reducen los aspectos del problema a
categorías médicas, diagnosticando males orgánicos y ofreciendo tratamientos
farmacológicos, con lo cual someten a los ciudadanos comunes a la omnipotencia del
saber médico incluso en los asuntos que conciernen a su pura interioridad subjetiva.
De esta forma, la resistencia a aceptar los patrones conductuales adecuados al consumo y
la sobre explotación, se convierten en “enfermedades” que requieren tratamientos
directos o preventivos de tipo médico. La generalización e invisibilización de esta
situación se evidencia en:
- La individualización, donde se señala que el problema de las personas es suyo e
independiente del sistema
- La psicologización, donde se dice que el problema de las personas es psicológico
y que radica en una percepción defectuosa
- La naturalización, donde se asume, ante la persistencia del problema, que es
endógeno.
Esta justificación política permite que la medicalización del sufrimiento se haya
convertido en un gigantesco negocio para la industria farmacéutica y para la industria
médica, puesto que se ha creado de manera artificial una demanda desde los propios
ciudadanos que se ven obligados a recurrir a la asistencia médica.
De esta forma, la medicalización de la subjetividad proporciona un gran mercado para la
industria farmacéutica y médica, en lo que es la “medicina” paliativa, dedicada al alivio
de los síntomas, dado que se contienen estos a través de una intervención en el sistema
nervioso con pastillas. Además, estas mismas industrias poseen un gran mercado ligado
a la “medicina” preventiva que pretende evitar una posible enfermedad con fármacos
preventivos, lo cual muchas veces no posee evidencia científica contundente, e incluso
puede resultar dañino.
2. 2.- Explique las diferencias entre problemas de salud, problemas médicos y
problemas de bienestar. Explique las diferencias entre medicina curativa,
“medicina” preventiva y “medicina” paliativa. Dé ejemplos que muestren la
posibilidad y conveniencia de reducir al máximo el ámbito de la medicina curativa.
Tal y como se explicó en la clase, existen diferencias importantes entre problemas de
bienestar, medicina y salud. Los problemas de bienestar refieren a estándares culturales
y sociales. Los problemas médicos refieren a estándares biológicos. Los problemas de
salud refieren a estándares de bienestar y de medicina, con preponderancia de bienestar.
Dentro de los tipos de medicina, encontramos la medicina curativa, la cual es la verdadera
medicina, puesto que procura curar la enfermedad. También está la “medicina” paliativa,
la cual se relaciona con la salud, puesto que busca aliviar el dolor, pero no procura curar
la enfermedad. Por último, está la “medicina” preventiva, la cual busca evitar la
enfermedad, evitar las consecuencias de la enfermedad y tratar las consecuencias de la
enfermedad (rehabilitación), pero tampoco procura curar la enfermedad.
A diferencia de otras especialidades médicas, los usos y procedimientos psiquiátricos no
pasan de los patrones de la medicina paliativa, dedicada al alivio de los síntomas, y se
muestran incapaces de alcanzar los estándares de la medicina preventiva, y menos aún de
la medicina curativa.
Es ante esta problemática particular que, como indica Carlos Pérez Soto en “Sobre la
mercantilización de la medicina”, se debe reservar en el ámbito médico sólo a aquel
subconjunto de estándares de salud que pueden ser definidos en términos biológicos, y
cuya medición, control y tratamiento resulte claramente mejor a través de ellos.
La medicina curativa es el ámbito propiamente médico. La intervención farmacológica y
la intervención quirúrgica son las herramientas propias del quehacer curativo. El oficio
médico consiste en un permanente y delicado cálculo entre los beneficios y los daños de
estas intervenciones.
Es ante esto que se hace necesario acotar lo que es una enfermedad, la cual se distingue
entre tres tipos de alteraciones; La enfermedad compromete la viabilidad biológica, tiene
una causa biológica, es tipificable y curable, por lo que se debe tratar a través de políticas
de curación; La condición no es curable, no es evitable, es una alteración de un estándar
y es permanente, por lo que se debe tratar a través de políticas de reconocimiento; La
opción es una decisión donde se pone en juego la libertad, por lo que se debe tratar a
través de políticas de reconocimiento y solidaridad.
Además, dentro de los estándares biológicos, es posible distinguir tres tipos; orgánico
funcional, que radica en el funcionamiento de los órganos; anatómico funcional, que
radica en que las proporciones del cuerpo permitan cumplir con sus funciones generales;
puramente anatómico, que radica en que las proporciones corporales se atengan a la
normalidad estándar.
A partir de todas estas distinciones se puede definir una enfermedad como una alteración
que compromete la viabilidad biológica del organismo, que tiene un origen biológico
inmediato y que es una alteración curable. De esta forma, el modelo médico de
3. enfermedad requiere que, para caracterizar una alteración de esa manera, se puedan
observar de manera directa e independiente tanto las causas que la producen como el
mecanismo a través del cual opera, y no sólo los efectos o síntomas que la delatan.
5.- Enumere y explique los argumentos que expone Richard Bentall para considerar
a la felicidad como un trastorno psiquiátrico. Explique en qué sentidos su
proposición implica una crítica al sistema de clasificación DSM y a la orientación
neurológica de la psiquiatría.
En su "Proposición para clasificar la felicidad como un trastorno psiquiátrico" (1992),
señala que, de acuerdo al DSM, la felicidad puede ser diagnosticada como un trastorno
psiquiátrico llamado "trastorno afectivo mayor de tipo agradable".
La felicidad cumple con todos los criterios razonables para ser considerada como un
trastorno psiquiátrico:
1. Consiste en un conjunto acotado de síntomas relacionados con sus componentes
afectivos, dado que se caracteriza como un ánimo positivo con diferentes niveles de
intensidad, cognitivos, dado que se describe en términos de una satisfacción general con
áreas específicas de la vida, y conductuales, dado que presenta expresiones faciales
particulares como el sonreír.
2. Hay algunas evidencias de que la felicidad está relacionada con perturbaciones
del sistema nervioso central. Existen normalidades neurofisiológicas, puesto que es un
estado afectivo anormal causado por un desequilibrio en los excitadores e inhibidores del
cerebro. Cumple con el criterio de enfermedad acotado por la medicina física.
3. La felicidad es estadísticamente anormal, ya sea por exceso o por déficit, que
acarree al que la sufre alguna forma de desventaja Biológica. Dado el bien establecido
lazo tanto del alcohol como de la obesidad con enfermedades que amenazan la vida,
parece razonable asumir que la felicidad conlleva un moderado riesgo para la vida. La
observación común de que la felicidad lleva a conductas impulsivas es una razón
adicional para esta preocupación.
4. Está asociada con variadas anormalidades cognitivas, en particular, con una
carencia de contacto con la realidad, puesto que las personas que reportan alta intensidad
de felicidad suelen reportar alta intensidad de otras emociones, por lo que la felicidad
puede estar relacionada con un estado neurofisiológico de desinhibición.
Tal y como lo explica Carlos Pérez Soto en los comentarios del texto, Bentall produce un
texto científico, siguiendo todas las reglas y convenciones de la corriente psiquiátrica
principal, pero cuestiona la razonabilidad de proposiciones del mismo estilo en torno a
otros pretendidos “trastornos psiquiátricos” tipificados en DSM. De esta forma, reproduce
las ambigüedades y la vaguedad general encubierta en mediciones y escalas, que son parte
de la escritura especializada en psiquiatría clínica.
Richard Bentall pone en duda la validez o la eficacia de los tratamientos e intervenciones
en salud mental, partiendo por que el modelo médico de diagnóstico es ambiguo y vago.
Por lo tanto, las correlaciones que se hacen entre los síntomas y las perturbaciones del
sistema nervioso central se ponen en duda también.
4. Es por esto que señala que el tratamiento psiquiátrico a través de drogas - que intervienen
en el sistema nervioso central - no brinda beneficios de largo término a los pacientes y
que los beneficios de corto término pueden ser comúnmente superados por efectos
secundarios, como ocurre con los antipsicóticos y los antidepresivos.
Como señala Carlos Pérez Soto en “Una nueva antipsiquiatría”, a los psiquiatras actuales
parece no preocuparles demasiado la diferencia entre medicina curativa y medicina
paliativa, a pesar de que siguen proclamando a sus procedimientos como acciones
médicas. Los psiquiatras de orientación neurológica proclaman que sí saben cómo ocurre
el desarrollo de tales enfermedades; pueden hacerlo porque han reducido la esfera del
desarrollo patológico sólo a los mecanismos que parecen observables en el sistema
nervioso.
Sostienen que la observación de los mecanismos puede considerarse como la observación
de las causas, y que intervenir sobre ellos puede ser considerado como una acción
curativa, si no en el sentido de una erradicación, al menos en el de una contención
permanente. De esta forma se han “saltado” el mecanismo y se han dedicado a buscar
correlaciones directas entre aspectos del sistema nervioso y aspectos del comportamiento.
La falta de conocimiento sobre el modo de desarrollo específico de una enfermedad
impide establecer claramente si las intervenciones que procuran aliviar los síntomas son
de manera real curativas, y las hace indistinguibles de simples paliativos.