El documento habla sobre la familia y las diferentes etapas del ciclo vital familiar. Define la familia y sus funciones principales como satisfacer las necesidades de los hijos, la socialización, el bienestar económico y la mediación con otras estructuras sociales. Describe las diferentes etapas del ciclo vital familiar incluyendo el comienzo de la familia, familias con hijos de diferentes edades, familias con adolescentes, y familias maduras y ancianas. También discute los retos y posibles crisis asociadas con la llegada de hijos, la etapa
2. Familia: Definición de Familia:
La OMS define familia como
"los miembros del hogar
emparentados entre sí, hasta
un grado determinado por
sangre, adopción y
matrimonio. El grado de
parentesco utilizado para
determinar los límites de la
familia dependerá de los usos
a los que se destinen los datos
y, por lo tanto, no puede
definirse con precisión en
escala mundial."
3. Funciones de la familia:
El funcionamiento familiar consiste en la capacidad del sistema
familiar para cumplir con sus funciones esenciales enfrentando y
superando cada una de las etapas del ciclo vital, las crisis por las
que atraviesa, dando lugar a patrones que permiten ver la
dinámica interna en función del medio en que ella se
desenvuelve.
Estas deben de cumplir con las siguientes demandas:
Satisfacción de necesidades biológicas y psicológicas de los
hijos
Socialización
Bienestar económico
Mediadora con otras estructuras sociales
4. Ciclo vital familiar
Cada fase del ciclo vital está precedida por una crisis de desarrollo,
manifiesta en aspectos desde pequeños hasta provocar cambios
permanentes (tolerados o no tolerados).
Etapas del ciclo vital: Ciclo vital familiar de Duvall:
1. Comienzo de la familia (“nido sin usar”)
2. Familias con hijos (el hijo mayor hasta 30 meses)
3. Familias con hijos pre escolares (el hijo mayor entre 30 meses y 6
años)
4. Familias con hijos escolares (hijo mayor entre 6 y 13 años)
5. Familias con adolescentes (hijo mayor entre 13 y 20 años)
6. Familias como “plataforma de colocación” (desde que se va el
primer hijo hace que lo hace el último)
7. Familias maduras (desde el “nido vacío” hasta la jubilación)
8. Familias ancianas (desde la jubilación hasta el fallecimiento de
ambos esposos)
5. La llegada de los hijos:
La llegada de un niño crea madres, padres, abuelos, tíos, y repercute
a través de todo el sistema familiar. La criatura puede ser bienvenida
o constituir una dificultad; puede consolidar un matrimonio o
disolverlo. Por lo común, el nacimiento de un hijo obliga a prestar
atención a todas las incertidumbres que pueda haber sobre la
permanencia del matrimonio. Las responsabilidades de crianza
exigen una nueva forma de compromiso.
El nacimiento de los primeros hijos plantea, al mismo tiempo, tareas
y conflictos potenciales a la pareja.
Esta debe acomodarse y crear espacio para el nuevo miembro.
El padre debe compartir el amor y atención de la madre con el
hijo, renegociando la adaptación sentimental y sexual recién
creada.
Las restricciones eróticas y la falta de privacidad en la actividad
sexual que puede representar la presencia de los hijos crea
tensiones nuevas en la pareja, y coloca al padre en actitud celosa.
La madre puede llegar ser la fuente de apoyo de todos los
miembros de la familia a expensas de sus propias necesidades.
6. Problemas frecuentes:
Alianza con la familia de origen de
uno o ambos miembros, esto
acarrea una dificultad para asumir
el rol de esposo/a, padre/madre.
Alianza fraternal entre los cónyuges
como forma de poder salir del
hogar de origen. Impide la inclusión
del hijo como tal.
Búsqueda de un hijo para consolidar
la unión de la pareja que todavía
no ha sido lograda.
Crisis del desarrollo.
7. Situaciones que pueden derivar en
crisis familiar en la etapa de
nacimiento del primer hijo:
Reacciones inesperadas ante el embarazo tales como la
indiferencia, el rechazo, el ausentismo, distanciamiento de uno
de los miembros de la pareja, el abandono.
Tensión por la salud, sexo y fenotipo del ser en gestación.
Implicaciones económicas y laborales que demanda la crianza
y cuidado del hijo.
Redistribución de tareas, oficios, espacios y tiempos con relación
al menor.
Diferencias en la forma de concebir las normas, estímulos y
sanciones relacionadas con la formación del hijo.
Influencia de las familias de origen en la crianza del niño.
Descuido de la pareja y atención exagerada al bebé o
viceversa.
Celos de un miembro de la pareja con respecto al hijo(a).
Dificultad para aceptar la maternidad o la paternidad
8. La etapa escolar:
La etapa está definida por:
La incorporación del niño o niña al sistema de educación.
Este hecho marca al niño y a sus padres.
Se amplían los límites, los compañeros de curso, del colegio y del
barrio se introducen a la familia.
En esta etapa tanto el desinterés de los padres, como su contrario, la
sobre-exigencia, son negativos para el niño o niña.
Los roles paternos también se ajustan y se pueden tornar
disfuncionales; puede suceder que la madre se torne sobreprotectora
y blanda, dando origen o generando a un padre marginado del
proceso y autoritario. También puede suceder que la madre reinicie su
actividad laboral, lo que ocasiona que el padre haga otras
actividades donde sienta que su figura es central e importante y no
necesariamente ayudar en las tareas del hijo (disgregándose la familia
y de no tener momentos de calidad para intercambiar, el tiempo en
que están juntos es efímero).
9. Fuentes de conflictos,
especialmente en la pareja, lo
constituyen en esta etapa
La dicotomía de roles. Es decir, actitudes o roles contrarios, que
pueden terminar agotando una relación. Ej.
Ordenado/desordenado, Tranquilo/exaltado(a).
Altos niveles de exigencia mutua, lo que lleva a sentirse como
ahogados; la admiración puede confundirse con amor, las
debilidades del compañero pueden ser interpretadas como
desamor.
Otra situación que lleva a conflictos es la configuración histórica;
esto consiste en predecir el funcionamiento o comportamiento del
otro. Ej. “Llegará atrasado...”, “Siempre fallando...”. Se piensa que el
otro(a) no puede cambiar y se le culpa de los problemas de cada
uno. No hay en la pareja una comunicación clara y directa de sus
aspiraciones mutuas, la relación de comunicación es “Yo estoy bien,
tú estás mal”.
10. Los conflictos pueden ser afrontados de
diferentes maneras:
Una puede ser eludiendo, no enfrentando la situación o persona
que causa problema.
Otra, y es el caso de algunas parejas, se busca una tercera
persona como confidente y apoyo (lo que muchas veces lleva a
la infidelidad, “La otra persona me comprende...”);
Una tercera forma para resolver conflictos en las parejas es el uso
de la persuasión, en vez de comprender porque el otro(a) piensa
así, se trata de convencerlo del propio punto de vista (o bien se
usa estrategia de poder).
11. Situaciones que pueden derivar en crisis
familiar en la etapa de escolaridad:
Desacuerdo de la pareja al definir la institución y modelo
educativo.
Temores del menor y de los padres ante la escolaridad
que inicia.
Desadaptación del subsistema conyugal ante la
dinámica que plantea la vida del escolar.
Falta de normas relacionadas con hábitos de estudio.
Carencias pedagógicas y didácticas de los padres para
apoyar las actividades académicas del menor.
Identificación de dificultades específicas del aprendizaje
en el niño.
Expectativas altas e incremento de la exigencia de los
padres frente al rendimiento académico del hijo.
Desacuerdos entre padres y /o entre estos y los
educadores.
Falta de compromiso de uno de los padres en la
escolaridad.
12. Con hijos adolescentes:
La familia con adolescentes incluye a la vez el final de la fase de
expansión y el comienzo de la fase de contracción del ciclo vital
familiar. La transición entre expansión y contracción
habitualmente ocurre a la mitad de esta etapa. Rara vez se da
de forma brusca, con un cambio radical; lo más probable, a
veces cuando el último hijo ha iniciado la adolescencia, es una
transición gradual de una familia cuyas fronteras han expandido
a una cuyos límites se está replegando.
El reto práctico para esta etapa es que los padres aprendan a
combinar las necesidades propias del adolescente, con deseos
de libertad, independencia y autoafirmación de su propio yo,
con la obediencia precisa para el adecuado funcionamiento de
la dinámica familiar.
13. El reto emocional durante esta etapa consiste en permanecer flexibles
durante un periodo de intensos cambios. Los padres habitualmente no
pueden ayudar con la sensación de haber perdido su autoridad y
como el mundo del adolescente está en expansión la influencia de los
padres es muy reducida. Pero, no obstante, deben encontrar el
adecuado equilibrio entre la esperanza de una participación familiar
del adolescente, un comportamiento responsable y el poder de
individualidad que proporciona realizar las cosas independientemente
mientras se aprende de los errores.
En cuanto a los retos relacionales se hace imprescindible el
mantenimiento de un significativo contacto comunicativo entre padres
y adolescentes pese a los rápidos cambios que acontezcan y las
diferentes situaciones emocionales. Los padres pueden tomar a mal
que el adolescente se despegue emocionalmente de la familia y
temen que se rompan los lazos de unión con ellos. Otras veces, son los
adolescentes los que reclaman de sus padres menos injerencia en el
control de sus vidas, despreciando las orientaciones de los padres,
porque pueden ser vistas como irrelevantes. Se debe procurar que el
adolescente pueda expresar y desarrollar su afán de autoafirmación
sin verse limitado por los consejos paternos, a la vez que los cónyuges
puedan expresar claramente sus puntos de vista.
14. Situaciones que pueden derivar en
crisis familiar en la adolescencia:
Temores de los padres frente a la adolescencia
en cuanto al círculo de amistades, vicios,
bandas delincuenciales, prostitución, ejercicio
de la sexualidad, embarazo temprano, bajo
rendimiento académico, entre otros.
Duelo de los padres por pérdida de la autoridad
ante un ser cada vez más autónomo e
independiente.
Duelo de los adolescentes por abandono de los
beneficios de la infancia y sus temores para
afrontar las exigencias familiares y sociales.
Inestabilidad del adolescente y la incoherencia
socio-familiar que le trata en ocasiones como
adulto y en otras como infante.
15. Situaciones que pueden derivar en
crisis familiar en la adolescencia:
Rigidez de los padres para ajustar las
normas a las necesidades del adolescente
con respecto a permisos, manejo de dinero,
horarios.
Flexibilidad exagerada de la autoridad por
parte de los padres en un intento de ser
vistos como “amigos'' y no como padres.
Actitud exigente del adolescente ante el
proveedor económico de la familia.
Invasión del espacio físico, psicológico y
socio-afectivo del adolescente por parte de
los padres y adultos o viceversa.
Dificultades de los padres en el manejo de
la comunicación, el afecto y/o la autoridad
con sus hijos adolescentes.
A lo largo de la vida, las familias atraviesan distintos tipos de crisis que según las características de las mismas las podemos clasificar en crisis evolutivas o inesperadas. Las crisis evolutivas a aquellos cambios esperables por los cuales atraviesan la mayoría de las personas. Dichos cambios requieren un tiempo de adaptación para enfrentar nuevas desafíos, que forman parte del desarrollo de la vida normal. Las crisis inesperadas a aquellas que sobrevienen bruscamente, que no están en la línea evolutiva habitual (muerte temprana de un padre, pérdida del empleo, exilio forzoso, etc.).
La familia genera dinámicas propias que cambian en su forma y función. Estos cambios están inmersos en la cultura y costumbres a la que pertenece la familia, por lo en base a este contexto no existen formas correctas o incorrectas de pasar por las diferentes etapas, sin embargo, se considera que el ciclo vital familiar es una secuencia ordenada y universal, predecible en dónde la solución de las tareas de una fase anterior, facilita la superación de una fase posterior.
Cada una de estas etapas se construye sobre la anterior y supone desafíos y conflictos específicos que aluden a una forma particular de organización de la vida familiar considerando las características y capacidades funcionales de sus miembros en un momento dado.
Parte de la aventura del matrimonio consiste en que justo cuando empiezan a resolverse los problemas de una etapa, la siguiente ha comenzado a proveer nuevas oportunidades.
En la etapa de cuidado de los hijos pequeños se plantea un problema especial a las mujeres. El ser madre es algo que ellas anticipan como una forma de auto-realización. Pero el cuidado de los niños puede ser una fuente de frustración personal. Su educación las preparó para el día en que fueran adultas y pudieran emplear sus aptitudes especiales, y ahora se encuentran aisladas de la vida adulta y habitando nuevamente un mundo infantil.
Por el contrario, el marido habitualmente puede participar con adultos en el mundo del trabajo y disfrutar de los niños como una dimensión adicional de su vida. El padre representa un factor de estabilidad y apoyo para la familia, tanto desde el punto de vista material como psicológico.
En este momento los problemas generalmente giran en torno al embarazo donde la pareja, principalmente la mujer, consulta en forma periódica por sus controles de embarazo.
En toda pareja hay zonas de desacuerdo y de conflicto y zonas de entendimiento. Cuando la zona positiva es mayor, mayor es la gratificación de la pareja. La salida del hijo del seno del hogar es un anticipo de la futura vida a solas como pareja.
Es importante señalar que cuando el niño sale, “se presenta en sociedad”, muestra las fallas que pueden haber cometido los padres en su educación. Si estas fallas no las han asumido, puede que reaccionen culpándose mutuamente.
Es muy importante saber mantener una "rutina" diaria y saber adaptarse a la improvisación que surja en cualquier momento o situación. Los adolescentes con gran necesidad de independencia y deseo de explora el mundo externo a la familia puede resultar muy perjudicial para la vida familiar. Frecuentemente, los adolescentes prefieren disfrutar de su propio mundo o el de sus amigos que atender a las tareas familiares. La rutina familiar está constantemente cambiando en esta etapa.
Todos estos factores producen una amalgama de sentimientos confusos durante este periodo de la vida familiar, que en ocasiones se complica aún más, porque los padres pueden ser necesarios también en una serie de responsabilidades con sus propios padres, de tal forma que aquellos en su posición responsable frente a ambos se perciben como emparedados entre dos situaciones: padres ancianos menesterosos de ayuda y adolescentes en busca de su independencia.