El Agua, determinante en el desarrolo del Área Metropolitana de la Ciudad de México
1. . &ff- (9,~-3
e
C Academia de Ingeniería
e Comisión de especialidad de Ingeniería Urbanística
e
e El Agua, determinante en el desarrollo del Área Metropolitana
e de la Ciudad de México.
.
.
e
e César Buenrostro Hernández
Ingeniero civil
e
el
México, D. F., abril del 2008
2. e
e
e
e
Academia de Ingeniería
Comisión de especialidad de Ingeniería Urbanística
C El Agua, determinante en el desarrollo del Área Metropolitana
e de la Ciudad de México.
El agua es vida y es calidad de vida.
Manejada racionalmente y con apego a
la ética, es un instrumento formidable
para orientar el desarrollo.
e
e A.- Introducción. Crecimiento urbano.
e México, ha crecido aceleradamente en su población urbana, producto
e tanto de su crecimiento natural, como de la migración de habitantes del medio
rural, hacia ciudades y otros centros de población, en busca de oportunidades
e de trabajo y de desarrollo, a la vez que para contar con los servicios básicos,
e de los que se carece en sus comunidades de origen.
Este fenómeno es explicable en función del modelo de desarrollo
concentrador establecido oficialmente y afirmado en su práctica por
OIL administraciones sucesivas, a lo largo de décadas. El campo aportó en forma
efectiva durante la primera mitad del siglo XX y sigue aportando, los alimentos
e suficientes para satisfacer la demanda nacional y generar abundante
producción para exportación que se tradujo en divisas de tal magnitud que
permitieron la importación de equipos, herramientas y otros insumos que
e apoyaron la industrialización del país, procesando materias primas nacionales,
• proveídas a precios convenientes para las empresas industriales, las que por
e muchas décadas trabajaron bajo un régimen que las protegió, tanto de las
importaciones de productos que les compitieran, como con subsidios e
e incentivos fiscales diversos, entre ellos, los costos de transportación
ferroviaria de insumos, así como de sus productos.
e Bajo ese régimen, en muchos casos no tuvo prioridad el tener mayor
• eficiencia en la producción industrial y con ello en el incremento de la
e
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3. .
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2
productividad; se propició además, la constitución de monopolios y de
oligopolios, con lo cual los consumidores nacionales tuvieron que pagar
C precios que en muchos productos eran varias veces mayores a los promedio
e internacionales, afectándose las economías familiares y lastrando el desarrollo
del país. Los beneficios de este tipo de operación se concentraron en
empresarios industriales, que en su conjunto desperdiciaron la oportunidad de
e modernizar sus plantas y procesos, dar mayor capacitación a su planta de
personal, aumentar su eficiencia en la producción y con ello tornarse
C
competitivos internacionalmente para agrandar y consolidar sus industrias,
e diversificándolas, con lo cual habrían requerido de mayor fuerza de trabajo,
e más calificada y con mejores remuneraciones económicas. Esto habría
ampliado además el mercado interno, al aumentarse el poder adquisitivo de
los trabajadores.
e
A partir del triunfo de la Revolución, se inició una política de apoyo al
e campo, en materia de los derechos agrarios de los campesinos, de las
e oportunidades para aumentar su nivel de escolaridad, de su capacitación
mediante amplios programas de asistencia y asesoría en técnicas y prácticas
para el manejo del suelo y del agua, de la introducción de semillas mejoradas,
• de la rotación de cultivos; esto último producto de las investigaciones de las
41
instituciones públicas en materias agrícola, frutícola, ganadera y forestal,
además de la ampliación de las áreas de riego, con la construcción de obras
e hidráulicas; así mismo con carreteras y otras obras de infraestructura. México
e llegó a ser uno de los seis países más importantes en el mundo, por el
número de grandes presas y de áreas abiertas al cultivo bajo riego. En aquella
e importante etapa se canalizaron recursos crediticios a campesinos y
e agricultores, para mejorar sus áreas de cultivo, la creación de agroindustrias,
la adquisición de maquinaría y otros implementos agrícolas; se crearon y
e fortalecieron organizaciones de productores y mecanismos para propiciar una
e comercialización más directa de sus productos, así como el establecimiento
de precios de garantía a los productos del campo, entre otras de las políticas y
acciones para apoyar al campo y a su población.
e
o
4. 3
Situaciones semejantes a las aquí referidas para el sector agropecuario
y forestal, se dieron en las otras áreas de la producción primaria, incluyendo al
sector minero y al sector pesquero.
Y es que al campo se le desatendió al haber desaparecido instituciones
como la Secretaria de Recursos Hidráulicos, a la que se sumó la equivocada e
irracional desincorporación de los Distritos de Riego, con más de seis millones
de hectáreas dominadas con obras hidráulicas, las cuales fueron severamente
afectadas en su operación, mantenimiento, productividad y producción; Las
Comisiones de desarrollo regional, como la del Papaloapan, del Balsas, del
Fuerte, del Grijalva, la Hidrológica de la Cuenca del Valle de México, la de la
Cuenca Lerma-Chapala-Santiago; el Programa de Desarrollo Integral del
Trópico Húmedo; organismos sectoriales de investigación, fomento y apoyo
sectorial mediante la asistencia a productores, como la Comisión Nacional de
Fruticultura, el Instituto Mexicano del Café, la Productora Nacional de
Semillas, los Institutos de Investigación Agrícola, Pecuaria y Forestal, la
Comisión Nacional Forestal, la Comisión Nacional de las Zonas Áridas, la
Comisión Nacional para el Aprovechamiento de las Aguas Salinas, Productos
Pesqueros Mexicanos, la Comisión Nacional de Fomento Minero, el Consejo
Nacional de Recursos no Renovables, el Fideicomiso Minerales no Metálicos
Mexicanos, la CEIMSA convertida en CONASUPO y luego extinguida y
muchos otros organismos y fideicomisos que cumplían funciones
trascendentes para el sector primario, con importantes resultados
constatables por sus logros y contrastables a partir de su irresponsable
extinción. Consecuentemente los cuadros técnico—administrativos
especializados, forjados por décadas en sus respectivas instituciones,
verdaderas escuelas de posgrado, sufrieron su desintegración, lo que significó
una perdida irreparable.
Entonces, la desatención del campo y en general de los habitantes del
medio rural, ha producido una masiva migración de población, que en una
parte importante se trasladó, legal o ilegalmente a los Estados Unidos de
América, con la aspiración de mejorar, muchos de ellos en condiciones
precarias, con graves riesgos, monolingües, sin horizontes seguros, pero con
determinación, valor y audacia. ¿Que tan intensa es su desesperación y su
5. e
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4
necesidad que los mueve a migrar a un medio desconocido, inhóspito,
represor, injusto?. Finalmente su permanencia y labor allá contribuyen al
desarrollo de otro país, que no es el suyo, al aplicar su ingenio y dedicado
esfuerzo en muy diversas actividades productivas. Esto produce remesas de
divisas cuantiosas y crecientes a México (en el año 2006 superaron los
veintiséis mil millones de dólares). Ingreso importante para contribuir a la
Balanza comercial, dirá el Gobierno; válvula de escape en relación con la
demanda y la tensión social, así como para mantener la gobernabilidad, dirán
muchos políticos y diversos economistas. Pero una buena parte de la
población, empezando por las familias que con esa migración se desintegran
y los estudiosos e intelectuales que poseen una actitud nacionalista, coinciden
en calificar negativamente ese fenómeno vergonzoso, por la incapacidad
gubernamental de fomentar y de crear empleos y otras oportunidades que
sean atractivas y que motiven a que esas capacidades, ingenios y fuerzas
productivas se apliquen y desarrollen en nuestro país. Cuanto talento y
potencial de energía se pierde; pareciera que no existe conciencia de esto, en
aquellos que tienen las posiciones y los elementos para promover e iniciar
efectivamente el cambio real.
El Banco Mundial registra que entre los años 2000 y 2005, se
introdujeron a aquel país dos millones de mexicanos en busca de trabajo;
datos censales norteamericanos presentados por Rodolfo Tuirán contrastan
la población nacida en México, residente en Estados Unidos, que pasó del
año 1997 al año 2007, de un millón ochocientos mil a once millones
ochocientos mil personas.
Volvamos a la delicada situación que presenta el campo; la que ahora
se agrava con la entrada en vigor del capítulo agropecuario del Tratado de
Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN) con lo cual ingresan a México libres
de impuestos, productos que compiten con los nuestros en condiciones
sustancialmente inequitativas por dispares, ya que así lo son la
infraestructura, las tecnologías para la producción y los apoyos a los
productores en sus países de origen, frente a la situación ya descrita de los
mexicanos. Lógicamente es de esperarse que la migración del campo
continuará y crecerá. Así, es factible pensar que en México seguiremos
e
e
6. e
e 5
e consumiendo alimentos producidos con el trabajo de mexicanos, pero en
tierras extranjeras.
e
e Este rápido y a mi juicio necesario recuento de hechos y de resultados
e
de la relación campo-ciudad, permite afirmar que al no existir un proyecto de
desarrollo nacional, que debiera establecer políticas y compromisos para
lo lograr el desarrollo sostenido, basado en la armonía, la justicia y la equidad,
41 entonces lo que ha prevalecido en la práctica, por muchas décadas, ha sido
ese modelo concentrador de desarrollo, en lo geográfico, en lo sectorial, en lo
lo social; el resultado es el de la concentración de la población en centros
lo urbanos y lo mismo en lo relativo a la concentración del ingreso. Crecimiento
desigual a lo largo del territorio, aumento de la pobreza, falta de oportunidades
lo para el acceso a la educación superior, a la capacitación y al trabajo (sólo 3
de cada 10 jóvenes en edad de realizar estudios superiores tiene esa
1
oportunidad). Aumenta la población en las áreas urbanas (sin que eso
signifique que haya empleos para todos los demandantes ni techo y servicios
e públicos básicos); del ingreso nacional se concentra el 74% en el 30% de la
población (el restante 26% se distribuye en el 70% de la población), pero unos
indicadores más contundentes del resultado concentrador, son que el 10%
más rico de la población recibe el 36% del ingreso, en tanto que el 10% más
pobre, sólo el 1.6%. La mayor parte de estos mexicanos vive en el medio rural
y áreas marginales de las ciudades.
El acelerado crecimiento de la población urbana a costa del
inconveniente despoblamiento de las áreas rurales y el debilitamiento del
sector productivo primario, se documenta en datos del INEGI del año 2005:
México tenía 100'453,000 habitantes, de los cuales el 76.5% era población
urbana. Esos nuevos habitantes que llegan continuamente a las ciudades, no
siempre ven satisfechas sus aspiraciones -al menos en el corto plazo-; se
subemplean, engrosan las filas de la economía informal, pero sobre todo
carecen de techo y muchas veces tienen servicios públicos deficientes o no
existen, en los lugares en que se asientan. En general nuestras ciudades, por
limitaciones presupuestales, registran déficits en la prestación de los servicios
básicos, situación que se agrava con esta incesante migración.
7. 6
B.- Agua potable para el Area Metropolitana de la Ciudad de México.
Enmarcado en este modelo concentrador del desarrollo se encuentra el
caso de la Ciudad de México y su Área Metropolitana. Desde siempre la
Capital de la República ha sido una urbe con grandes atractivos en términos
absolutos y en términos relativos, para vivir y para venir a vivir en ella. Podrían
sintetizarse las razones de esta migración social, en la expresión de que aquí
en la ciudad se encuentran mayores oportunidades de desarrollo y mejores
servicios. El destacado Ingeniero civil, Urbanista Luis Unikel, desaparecido
prematuramente hace ya muchos años, explicaba esto como un fenómeno
circular causa—efecto; esto es, los inmigrantes vienen a la ciudad porque en la
misma encuentran mejores servicios y porque aquí se incrementa la demanda
de servicios, es necesario construir nuevas obras para satisfacerla. Y así ha
sido por décadas, la población se desbordó, los asentamientos humanos se
metieron a fondos lacustres, a zonas bajas sujetas a inundación y a las
barrancas, se subieron a los cerros, rebasaron los limites del Distrito Federal
hacia áreas rurales, se conurbaron los asentamientos con numerosas
localidades y este proceso no se detiene; los limites racionales se rebasaron
desde hace mucho tiempo.
En este proceso le ha correspondido desde siempre un esfuerzo a la
ingeniería, para la construcción de la infraestructura a partir de la cual se dota
a la población de los servicios que requiere, para su actividad cotidiana.
Una visión general, un repaso sobre el importante aspecto de la
dotación de agua potable para el desarrollo de la Ciudad de México, lo
haremos a continuación.
El Distrito Federal, ubicado en el sureste del Valle de México, tiene una
superficie de 1,547 km2, de los cuales la mitad está cubierta por el área
urbanizada, la Ciudad de México. Se divide políticamente en 16 delegaciones
y tiene una población cercana a los 9 millones de habitantes; ha crecido
principalmente hacia el norte, el oriente y el poniente y está conurbada con 59
municipios del vecino Estado de México. Este conglomerado urbano
8. 7
denominado Área Metropolitana de la Ciudad de México, en forma conjunta
integra una población de más de 18 millones de habitantes.
Uno de los principales aspectos de los que depende la vida y el
desarrollo de toda urbe en el mundo, es el del abastecimiento de agua
potable. La Ciudad de México ha debido solucionar retos particulares como lo
representan la conformación misma de la Cuenca del Valle de México, donde
se asienta; una cuenca hidrográfica, en el pasado orohidrográficamente
cerrada. Y por otra parte, el enorme crecimiento de la población y de la
mancha urbana, que han incrementado consistentemente la demanda del
líquido.
Para el abastecimiento de agua potable a la Ciudad de México, se ha
recurrido a través del tiempo a diferentes fuentes y desde su fundación, en
1325, se inicia la obra hidráulica para tal fin. En la época Azteca, se
aprovecharon los manantiales de Chapultepec, desde donde se conducía el
agua a través de un acueducto de doble canal a cielo abierto, construido por
Nezahualcóyotl en el siglo XV. En la época de la Colonia Española, de 1520 a
1810, se continuaron aprovechando los manantiales de Chapultepec y
también se suministraba agua proveniente de Santa Fe, cuyos caudales se
conducían a través de acueductos abiertos. Cuando éstos resultaron
insuficientes, a mediados del siglo XIX se recurrió al aprovechamiento del
agua surgida de pozos artesianos, casi todos ubicados en casas particulares y
por distintos rumbos de la Ciudad. Al final de ese siglo y principio del siglo XX,
se procedió a la perforación de pozos en el sur de la Ciudad, en Xochimilco,
con el primer sistema de extracción de agua por bombeo, caudal que se
conducía a presión mediante un acueducto cerrado para distribuirse por una
nueva red de tuberías que se terminó en 1913, a las fuentes, mercados,
jardines y edificios de la Ciudad.
Durante la primera mitad del siglo XX continuó la perforación de pozos
profundos en el Valle de México, llegando a la sobreexplotación del acuífero
subterráneo por el incremento en la demanda de agua, debido al aumento
continuo de la población. En 1940 se hicieron mediciones que indicaron
hundimientos de 2.50 m en el centro de la Ciudad en esas cuatro primeras
9. .
.
e
e 8
décadas del siglo, los que se incrementaron a 4.50 m en 10 años, por lo que
se emitió un decreto de veda de perforación de nuevos pozos dentro del
e territorio del Distrito Federal.
e
Ante esa situación, se recurrió a fuentes externas, inicialmente a la
e Cuenca Alta del Río Lerma, a 60 km de la Ciudad de México. En 1942 se
e iniciaron las obras de captación de los manantiales que afloraban en las
márgenes sur y oriente de las Lagunas de Lerma y asimismo una primera
batería de pozos, cuyos caudales se conducen por gravedad a la Cuenca del
e Valle de México; aprovechando el desnivel de 273 m que existe entre la altitud
del Valle de Toluca y el desfogue en el Valle de México, se utilizaron cuatro
caídas de agua para la generación de energía eléctrica.
e
• En la década de los años 50 se construyó una segunda batería de pozos
en aquella parte alta de la Cuenca del Río Lerma, con lo que se incrementó el
• caudal hasta los 16 m3/s, el cual se ha ¡do reduciendo gradualmente al
e aumentar la demanda en su zona de origen, por el crecimiento demográfico y
el desarrollo ndustrial. En la segunda mitad del siglo XX, la Comisión de
e Aguas del Valle de México, creada en 1972, dependiente de la Secretaría de
• Recursos Hidráulicos, concluyó la elaboración y estableció el Plan de
Abastecimiento de Agua al Área Metropolitana de la Ciudad de México, para
el período 1973-2020, considerando una primera etapa con el Programa de
• Acción Inmediata 1973-1980, dependiendo fundamentalmente de fuentes
• internas -acuífero del subsuelo del Valle de México- y la segunda etapa con el
Programa de Acción Mediata, a su vez dividido en dos fases, 1981-2000 y
e 2001-2020.
El Programa de Acción Inmediata consistió en la perforación de líneas
de pozos profundos para aprovechar el acuífero del subsuelo, en zonas del
e Valle de México en donde existía menor sobreexplotación relativa,
e distinguiéndose principalmente el Sistema de Pozos Sur, a lo largo de las
estribaciones de la Serranía del Chichinautzin (San Jerónimo-Cuemanco-
ID Nacional), integrado por 35 pozos profundos que a través de tres
• acueductos y entregas locales, suministran un caudal de 3.3 m3/s, para
e
beneficio de más de un millón de habitantes; las líneas de pozos en la zona
o
10. 9
oriente, cercanas a las estribaciones de la Sierra Nevada, conocida como
Línea Nezahualcóyotl, la que consta de una batería de 18 pozos ubicados en
la margen derecha del Canal de Chalco, los cuales proporcionan 2 m3/s de
agua que mediante un acueducto de 24.5 km se conducen hasta el tanque La
Caldera inmediato al área urbana de Nezahualcóyotl; diversas líneas en la
zona norte, en el Valle de Cuautitlán, el Ramal Teoloyucan que incluye 31
pozos localizados en la margen izquierda del Interceptor del Poniente, los que
proporcionan un caudal de 2.3 m3/s, para una población de 690,000
habitantes y el Ramal Atlamica, constituido por una batería de 14 pozos
localizados en la margen izquierda del Río Cuautitlán, que producen 0.5 m3/s
de agua que por medio de un acueducto de 12.7 km se incorpora al Ramal
Teoloyucan, para satisfacer las necesidades de 150,000 habitantes; y eJ
sistema Tizayuca-Pachuca, con 33 pozos localizados a lo largo de la carretera
México-Pachuca, con un caudal de 3 m3/s que se conduce al centro de
distribución Barrientos, para 900,000 habitantes; lográndose con ello no sólo
satisfacer en un plazo corto, demandas pendientes, sino abastecer asimismo
nuevas áreas de crecimiento urbano.
Todas estas obras se plantearon originalmente para una operación
transitoria, hasta en tanto se contase con nuevos caudales provenientes de
fuentes externas; en la práctica estos aprovechamientos han seguido
realizándose para satisfacer las nuevas demandas originadas por la
desmedida e irracional expansión de las áreas urbanas.
La segunda etapa también se cumplió satisfactoriamente en sus
primeras fases, mediante el aprovechamiento de las aguas superficiales de la
parte alta del Río Cutzamala, que es uno de los principales afluentes del Río
Balsas, cuya cuenca es la más caudalosa de la vertiente Pacífico de la
República Mexicana. Se utilizan en lo fundamental las presas de
almacenamiento y conductos construidos y operados desde mediados del
siglo XX por la Comisión Federal de Electricidad para fines de generación
hidroeléctrica (Presas Tuxpan y El Bosque, en el estado de Michoacán;
Ixtapan del Oro, Villa Victoria, Valle de Bravo, Chilesdo y Colorines, en el
Estado de México); aprovechando así la capacidad reguladora de esas obras
hidráulicas y construyendo por etapas, líneas de conducción y plantas de
11. lo
bombeo, así como una gran planta potabilizadora en Los Berros, para
abastecer de agua de calidad a la Ciudad de México.
Las obras del Sistema Cutzamala se han realizado en tres fases: la
primera se inició en 1976 y se concluyó con la puesta en operación de las
obras a partir de la Presa Villa Victoria en 1982, con una aportación de 4
m3/seg; la segunda con la conclusión de las obras correspondientes a la
Presa Valle de Bravo, en 1985, con un caudal de 6 m3/s; la tercera etapa se
efectuó en dos periodos, el primero se concluyó en 1992, aportando un caudal
de 1 m3/s proveniente de la Presa Chilesdo y el segundo, en enero de 1995,
de la Presa Colorines, con un caudal de 8 m3/s. El caudal proveniente del
Sistema Cutzamala es de 14.5 m3/s, para su distribución a la gran Área
Metropolitana.
Actualmente, el Área Metropolitana de la Ciudad de México, con sus
más de 18 millones de habitantes, se abastece con un caudal de 64.5 m3/s,
del cual 47.5 m3/s (74%) provienen de fuentes subterráneas y 17 m3/s (26%)
de fuentes superficiales, como el Sistema Cutzamala y algunos manantiales.
A la fecha, el nivel de sobreexplotación del acuífero representa más del doble
de su recarga natural.
El crecimiento urbano de la Ciudad de México, frecuentemente alentado
con propósitos especulativos que concentran las plusvalías que se generan
con la obra pública, determina no sólo necesidades de construcción de nueva
infraestructura de servicios públicos municipales, sino que también hace
insuficientes los nuevos abastecimientos para lograr una distribución
equilibrada de los recursos. Esta magna infraestructura ha resultado siempre
insuficiente en relación con las demandas y lo que es más grave, los nuevos
asentamientos influyen en una más larga espera de quienes hoy carecen de
este servicio.
Debiera condicionarse el otorgamiento de las licencias de construcción
para nuevos desarrollos, a la garantía de la solución satisfactoria a la
ejecución de infraestructura para la dotación de servicios; de no hacerlo se
12. 11
continuará engañando a quienes de buena fe adquieren predios y casas sin
servicios, dejando la atención de esos problemas a cargo de las autoridades.
Para atender los requerimientos de agua potable de los habitantes del
Distrito Federal -8.7 millones-, se suministra un caudal medio de 35.5 m3/s;
el 98% de la población cuenta con el servicio a través de tomas domiciliarias y
el 2% restante es abastecido gratuitamente por medio de carros tanque. De
ese caudal suministrado, 24 m3/s (67%) provienen de las fuentes
subterráneas: 19 m3/s del acuífero subterráneo del Valle de México y 5 m3/s
del acuífero subterráneo del Valle de Lerma; en tanto que el caudal restante
se obtiene de fuentes superficiales: 1 m3/s (3%) del Río Magdalena y
manantiales ubicados en la región poniente y sur de la Ciudad y 10.5 m3/s
(30%) del Sistema Cutzamala, desde donde el agua tiene que bombearse a
una altura de 1,100 m y conducirse 127 km para llegar a la Ciudad.
La demanda de agua en la Ciudad continúa creciendo y la última
aportación de caudales se recibió en enero de 1995; además el proyecto de
Temascaltepec, como última fase de abastecimiento del Sistema Cutzamala,
ha quedado suspendido al presentarse aspectos aún no resueltos de carácter
social y político en aquella región. Ante esa situación, el Gobierno del Distrito
Federal trabajó en una estrategia para el abastecimiento de agua, basada en
el mejor aprovechamiento del recurso a nivel usuario, en el mantenimiento de
la infraestructura tanto para reducir fugas y desperdicios, como para recuperar
su eficiencia; asimismo emprendió la construcción de nuevas obras que
mejoran la captación y distribución de los volúmenes de agua. La
determinación es la de racionalizar el manejo y el uso del agua con la que ya
se cuenta.
El Distrito Federal tiene un déficit cercano a los 3 m3/s para satisfacer
plenamente a la población ya establecida; en el área conurbada de la Ciudad
de México hacen falta entre 6 y 8 m3/s adicionales.
Entre las acciones emprendidas en años recientes en la Ciudad de
México, para mejorar el servicio de abastecimiento de agua potable, están las
siguientes:
13. e
t 12
el
Detección y Supresión de Fugas
En 1997 las pérdidas de agua potable por fugas en las redes primaria y
e secundaria se estimaban en un 37% del caudal con el que se abastecía a la
e Ciudad; esto representaba más de 12 m3/s, equivalente a un desperdicio
anual cercano a los 380'000,000 m3 de agua potable; pérdidas provocadas
e tanto por la antigüedad de las tuberías como por fisuras y fracturas originadas
e por hundimientos diferenciales del terreno, defectos durante el proceso de
instalación, también por la mala calidad de algunos materiales o por
e conexiones defectuosas de tomas clandestinas.
e
Con la ejecución pionera en el País, del Programa de Detección y
Supresión de Fugas no visibles, se ha logrado disminuir las pérdidas de agua
• por fugas en las redes y rescatar del desperdicio caudales adicionales para
e ponerlos de inmediato al servicio de la población. Con equipo de avanzada
tecnología, se detectan -por sonido- fugas en la red de agua potable,
e suprimiéndolas con el procedimiento de introdeslizamiento, que sin necesidad
e de excavar a lo largo de toda la calle va desintegrando la vieja tubería dañada
y reponiéndola con tubería nueva, de polietileno altamente resistente y
e flexible. Con este Programa se ha recuperado un caudal de aproximadamente
• 3 m3/s desde su inicio, en julio de 1998.
e Rehabilitación de Pozos y Reparación de sus Equipos Electromecánicos
• Otro Programa, el de Rehabilitación de Pozos y Reparación de sus
•
Equipos Electromecánicos -motores, arrancadores, bombas, transformadores
y tableros de control-, que por el uso presentaban ya problemas en su
• funcionamiento, ha permitido incrementar el caudal en 2.8 m3/s en los últimos
e cinco años.
• Control de Presiones
e El Programa de Control de Presiones, consiste en la sectorización de la
red, mediante la formación de macrocircuitos y la instalación de válvulas
C reguladoras en las redes del poniente de la Ciudad, donde se presentan a
• ciertas horas presiones excesivamente altas, las que provocan rupturas en las
tuberías; permite regular los caudales de distribución sin demérito del servicio
40
11
lo
14. e
13
y destinar parte de ellos a la zona oriente de la Ciudad, particularmente a la
Delegación lztapalapa.
e
Recarga del Acuífero
La recarga del acuífero es una medida para contribuir a restablecer el
e equilibrio hidrológico y ha sido considerada en diversas épocas. En 1953 se
e construyeron 42 pozos de infiltración con una profundidad de 60 m. Uno de
It
ellos se ubicó en el Jardín de San Fernando, área de gran hundimiento, en
donde se demostró en poco tiempo la progresiva recuperación del nivel del
e agua subterránea y cómo la estructura del subsuelo no sufría más
afectaciones. En 1955 se perforaron pozos de recarga cerca de las presas
Mixcoac, Becerra, Tarango y San Joaquín en el poniente de la Ciudad.
e
c En el año 1992 se puso en operación la Planta Piloto de Tratamiento
Avanzado de Aguas Residuales Santa Catarina, para depurar .02 m3/s del
efluente de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Cerro de la
e Estrella, mediante un tren de tratamiento integrado por los procesos de
espumación, filtración, adsorción con carbón activado y desinfección, de tal
e manera que el efluente que se inyecta de manera directa y permanente al
e acuífero mediante la infraestructura del pozo Santa Catarina 6, tiene calidad
cercana a la potable.
• A partir del 2003 y hasta la actualidad, se han perforado más de 64
• pozos de absorción en las Delegaciones de Tlalpan y Xochimilco; donde se
- proyecta la construcción de otros, dependiendo del presupuesto.
• Se elaboró el proyecto y propuso la construcción de una gran instalación
para el tratamiento de aguas residuales, en los terrenos de la Planta de
e Asfalto del Gobierno del Distrito Federal -obras que estarán a cargo del
e Sistema de Aguas de la Ciudad de México-, con un programa permanente
e para hacer crecer modularmente el sistema de recarga de agua, que llevaría
en los próximos diez años a incrementar la capacidad de recarga hasta
e alcanzar los 8 a 10 m3/s, con un monitoreo no sólo para asegurar su calidad
e de inyección, prácticamente potable, sino también extenderlo a la zona de
influencia de la recarga, para llevar un control de las características del
e
lo
15. 14
acuífero -en términos de su mejoría- sujetándose a la Norma Oficial de
Recarga de Acuíferos y con un tiempo de residencia en el acuífero que
asegure que la extracción de agua en sitios periféricos alejados del punto de
recarga, le da una calidad tal que permita entregar, previa cloración, un agua
de la mejor calidad. Con esto se podrá compensar la sobreexplotación de los
acuíferos, así como el desbalance de agua potable para fines de
abastecimiento.
Se abre así la posibilidad del suministro de agua potable a partir de
aguas residuales tratadas con procesos avanzados. Será necesario trabajar
en la formación de una cultura y una conciencia en la población -mediante la
información amplia y puntual-, para la comprensión del ciclo hidrológico que la
naturaleza nos brinda y del hecho de que el líquido está sujeto a depuración y
reutílización mediante los procedimientos técnicos y científicos que aceleran el
ciclo y garantizan sus positivos resultados.
Prospección de nuevas fuentes de abastecimiento de agua
Dentro del Plan de Abastecimiento de Agua 1973-2020, establecido por
la Comisión de Aguas del Valle de México (SRH), se incluyó la alternativa de
la captación de caudales de la Cuenca Alta del Río Tecolutla, de la vertiente
Golfo de México, con gran potencial, en virtud de las altas precipitaciones que
en esa parte de la sierra se registran y a la vez porque reservando los
caudales necesarios para el desarrollo actual y potencial de todas las regiones
a lo largo de esa Cuenca, existen recursos hidráulicos susceptibles de ser
transferidos hacia el Valle de México.
Las inversiones, así como los costos de operación de las obras, tienen
un alto valor y repercutirían en su momento en los presupuestos de los
gobiernos tanto del Distrito Federal como del vecino Estado de México y
consecuentemente llevarían a la necesidad de revisar las tarifas por el servicio
a la población, conservando eso sí su carácter diferencial, tanto por tipo de
uso como por niveles de consumo.
Tomando en cuenta estos aspectos, así como el largo proceso que lleva
la elaboración del proyecto ejecutivo actualizado, las convocatorias para su
16. 15
ejecución, los procesos de construcción de la obra civil y de la
electromecánica y su puesta en operación, incluyendo las líneas principales y
secundarias dentro del Valle de México, por ahora se considera de mayor
viabilidad y prioritaria la alternativa del aprovechamiento de los acuíferos del
subsuelo de la región Tula-Teocalco, cercana a la Ciudad de México, en el
Estado de Hidalgo, en la Cuenca Alta del Río Pánuco, en la cual por virtud del
sobrerriego de superficies agrícolas del Distrito de Riego 03 Tula, con
abundantes caudales de aguas residuales provenientes del Valle de México,
propiciaron por más de cien años una recarga natural de los acuíferos del
subsuelo, al grado de que en algunas áreas han brotado pozos artesianos.
El Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de
México, ha realizado estudios en esa zona y determinó la existencia de
caudales disponibles, con suficiencia para satisfacer demandas locales y
regionales y contar con excedentes, sin llegar a la sobreexplotación, para
conducirlos al Área Metropolitana de la Ciudad de México. Los caudales así
disponibles serían de entre 4 m3/s a 6 m3/s, a compartir en partes
proporcionales entre el Distrito Federal y el Estado de México.
El Gobierno del Distrito Federal planteó en el año 2002 al Gobierno del
Estado de Hidalgo, con una concepción integral, que con la construcción de
las plantas de tratamiento de aguas residuales que se descargan del Área
Metropolitana de la Ciudad de México, se proponga que el Gobierno Federal
invierta en la modernización del Distrito de Riego 03 Tula, cuya extensión es
mayor a las 100 000 hectáreas; modernización que consiste en que con un
programa de 10 a 15 años, en esa superficie de riego se construyan obras
complementarias y se realice un programa de actividades que incluya la
nivelación de parcelas, el revestimiento de canales de riego, se mejoren las
técnicas del manejo del suelo y del agua, se modifique el patrón de cultivos
para establecer aquéllos de mayor rendimiento económico, teniendo el
mercado muy próximo de la propia Área Metropolitana de la Ciudad de México
y el mercado para la exportación de productos alimenticios, que pudieran en
alguna proporción ser procesados en la misma región. Asimismo, introducir
asesoría y asistencia técnica para fomentar y apoyar la organización y
capacitación de campesinos y agricultores, así como para la canalización de
17. 16
recursos crediticios en términos razonables, como se ha hecho en otras
épocas y en otras partes del país, con muy buenos resultados e introduciendo
equipos mecánicos para hacer más eficiente la producción.
Los estudios sobre la calidad del agua de aquel acuífero, determinan
que es un agua limpia debido al proceso de filtración natural que ha tenido y
que mediante su debida potabilización es apta para el consumo humano. Es
necesario darle continuidad a esta importante alternativa.
El aprovechamiento de nuevas fuentes requiere de fuertes inversiones y
de continuar el crecimiento urbano, habrá que realizarlas; sin embargo, es
prioritario continuar trabajando con la participación de todos los usuarios, en la
racionalización del aprovechamiento del agua, de la que la Metrópoli ya
dispone; aumentar la capacidad del tratamiento de aguas residuales para su
reutilización en la Ciudad en diversos fines en los que no se le necesite con la
calidad potable, lo que requiere de una revisión tarifaría, conservando,
insistimos, con un criterio social, marcados niveles diferenciales a favor de
sectores que tienen más bajos consumos; intensificar los programas de
recarga de acuíferos, el de sectorización de la red e instalación de válvulas
reguladoras de presión y el de detección y supresión de fugas en las redes de
distribución; así como continuar mejorando la operación y el mantenimiento de
los sistemas de abastecimiento de agua a la Ciudad.
C.- Drenaje Sanitario y Desagüe Pluvial del Valle de México.
Como se tiene presente, la Cuenca del Valle de México, originalmente
drenaba hacia la vertiente Pacífico, por la Cuenca del Río Balsas; cuando la
erupción volcánica que generó la Serranía del Chichinautzin se cerró esta
salida hidráulica, quedó la Cuenca del Valle de México con el carácter de
endorreica. Esto produjo la formación de un gran lago, que al reducir su
extensión, se convirtió en una cadena de lagos someros en el fondo del Valle
(Chalco, Xochimilco, Texcoco, Xaltocan y Zumpango).
Al fundar nuestros antepasados Aztecas la Gran Tenochtitlan en un
islote al centro del lago, estuvieron concientes de que iban a vivir y a convivir
18. .
.
e
e 17
el
con el agua; las generaciones siguientes han debido tener presente esta
circunstancia, aunque en algunas etapas no se ha actuado en consecuencia,
t sea por desconocimiento, falta de conciencia o francamente por
e irresponsabilidad.
Obras importantes de la ingeniería prehispánica se construyeron para el
e manejo del agua, especialmente para el abastecimiento a la ciudad y para su
ot
protección contra inundaciones, destacando el Albarradón de Texcoco para
separar las aguas dulces de las salobres, en el Lago de Texcoco; bordos,
• canales, drenes y otras estructuras, siendo notables las chinampas de
Xochimilco, como sistema de cultivo por subirrigación.
e Durante la época de la Colonia, la Ciudad de México, capital de la
Nueva España, continuó extendiéndose, conservando el antiguo centro,
ampliando y prolongando las calzadas y otra infraestructura preexistente y se
• le dio atención especial a las obras para la protección contra inundaciones, al
e registrarse cíclicamente la sobreelevación extraordinaria del nivel de las aguas
del Lago de Texcoco. Este fenómeno se producía en temporadas de lluvias
con intensas precipitaciones en la Cuenca del Río Cuautitlán, ubicada al
• noroeste de la Metrópoli, dentro del mismo Valle de México, provocando
escurrimientos muy caudalosos que al descargar a los lagos del norte, por el
efecto de vasos comunicantes en la cadena de lagos del fondo del Valle,
e provocaban el aumento en el nivel del propio Lago de Texcoco y con ello las
e inundaciones, algunas de las cuales duraban varios años.
e Determinada la causa principal de las inundaciones, el Gobierno
e encargó al Ingeniero Heinrich Martin, de origen alemán (aquí en México se le
conoció como Enrico Martínez), continuar los estudios y responsabilizarse de
e la construcción del Canal de Huehuetoca y de un socavón en la Serranía de
e Nochistongo en el norte del Valle, para canalizar por ese conducto las aguas
del Río Cuautitlán hacia la cuenca alta del Río Pánuco. Esta obra constituyó la
primera salida (artificial) de caudales hidráulicos fuera de la Cuenca del Valle
e de México y fue terminada en 1607, demostrando su eficacia, aunque al poco
e tiempo se colapsó. Ciento cincuenta años después se reabrió, previo retiro del
e
material producto del derrumbe; se le conoce como el Tajo de Nochistongo,
.
11
19. 18
mismo que con adecuaciones diversas sigue funcionando, como parte
fundamental del sistema para el desagüe de la zona poniente de la Ciudad, el
que consta de 36 presas reguladoras cuya función es la de controlar los Ríos
del Poniente, evitando que sus escurrimientos bajen al Valle, en donde se
asienta la Ciudad y que descarguen directamente al Lago de Texcoco. Los
caudales controlados son introducidos al denominado Interceptor del
Poniente, que es un túnel de 4.00 m de diámetro y una longitud de 12.4 km,
cuyo origen se encuentra al norte del Estadio Olímpico Universitario, en
Ciudad Universitaria y su descarga se realiza al Río Hondo, en el municipio de
Naucalpan, Estado de México, continuando el flujo hidráulico hasta el Vaso
regulador de El Cristo y por el Emisor del Poniente (canal de 19.2 km de
longitud) al Tajo de Nochistongo y al Estado de Hidalgo, en donde esos
caudales son utilizados para riego agrícola.
Al extenderse la Ciudad en el Valle se hizo necesario construir obras
para protegerla de las inundaciones, canalizando las aguas fuera de la
Cuenca del Valle de México. En la segunda parte del siglo XIX, el Presidente
Porfirio Díaz ordenó la construcción de dos obras fundamentales para la
protección de la Ciudad, de estos fenómenos; el Gran Canal del Desagüe, con
origen en Lecumberri y dirección hacia el norte y el túnel de Tequixquiac,
perforado en la serranía del norte de la Cuenca, para descargar las aguas
residuales de la Ciudad y los escurrimientos producidos por las
precipitaciones pluviales, a la Cuenca del Río Tula, correspondiente a la parte
alta de la Cuenca del Río Pánuco; caudales utilizados así mismo en riego
agrícola, previa regulación en presas de almacenamiento en aquella región.
Este sistema continúa en operación, con ampliaciones en la capacidad del
Gran Canal y desde el año 1952, con la puesta en operación de un segundo
Túnel en Tequixquiac.
Al continuar la expansión acelerada del área urbana, en forma notable a
partir de la década de los 40's, varios fenómenos se produjeron: se aumentó
la demanda de agua potable y con ello la extracción de caudales del acuífero
del subsuelo del propio Valle, lo que a su vez provocó un proceso de
intensificación del hundimiento del suelo (en algunas zonas hasta de más de
50 cm en un año), con negativas consecuencias para las construcciones y
20. 19
para las redes subterráneas de servicios públicos, al producirse de manera
diferencial. Pero aún de mayor gravedad resultó, que al acentuarse el
hundimiento de la Ciudad (en el Centro, casi 9 m en el siglo XX), los cauces
de los ríos que surcaban el Valle, como son el Mixcoac, Churubusco,
Tacubaya, de la Piedad, Consulado, San Joaquín, de los Remedios y otros, ya
entubados, que desde siempre descargaban sus aguas libremente por
gravedad al Lago de Texcoco, éste quedó en su nivel por arriba del de la
Ciudad, obligando a la construcción de bordos perimetrales y de plantas de
bombeo, como la Planta Churubusco-Lago, para introducir los caudales de
origen pluvial al Lago de Texcoco, cuya indispensable función reguladora se
ha venido perdiendo, conjuntamente con la del Lago de Chalco, con la
invasión con asentamientos, legales, ilegales, legalizados, pero que en todos
los casos son indebidos, al permitirlos por ignorancia, irresponsabilidad o por
corrupción, en las áreas de Nezahualcóyotl, Chimaihuacán, Chalco, el Caracol
y varias más en Ecatepec, con lo cual se ha aumentado el riesgo de
inundaciones, en relación directa con la disminución de esas áreas que como
fondos lacustres regulaban las aguas de las temporadas de lluvias.
Y lo más crítico, el principal conducto para el desalojo de aguas
residuales y de aguas pluviales con el que contaba el Área Metropolitana de la
Ciudad de México y la Cuenca del Valle de México durante los primeros 60
años del siglo XX, que es el Gran Canal del Desagüe, que tenía en el tramo,
desde su origen hasta el km 18.5, una capacidad de 90 m3/s, ésta se redujo al
inicio del siglo XXI, a menos de 7 m3/s, al perder pendiente y con ello
velocidad (O = y x A).
La Ingeniería mexicana tuvo una nueva oportunidad de actuar, al decidir
el Gobierno Federal, en 1959 estudiar, proyectar y a partir de 1967, construir
el Sistema de Drenaje Profundo, para resolver el problema del desalojo de las
aguas de lluvia y evitar inundaciones de la Ciudad "en forma definitiva" (no se
podía pensar en que al futuro hubiera tanta irracionalidad y anarquía en el
crecimiento urbano).
Este sistema que ha funcionado a partir de su inauguración en junio de
1975, con extraordinaria eficacia protegiendo a la Ciudad de las inundaciones
21. e
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20
(recordamos aquí la inundación de septiembre de 1948, que provocó en las
calles del Centro Histórico niveles de agua cercanos a los 50 cm), se sustenta
en el hecho de que los principales hundimientos del suelo se producen en las
capas superficiales, al ser éstas en las cuales tiene el mayor efecto la pérdida
de agua. Así los conductos se han perforado y construido a profundidades que
varían de entre 22 m hasta 250 m a partir de la superficie del suelo;
consecuentemente las lumbreras de acceso para la construcción, ventilación,
operación y mantenimiento tienen esas profundidades.
El Drenaje Profundo consta de un Emisor Central, con longitud de 50
km, consistente en un túnel revestido de concreto armado, con diámetro de
6.50 m, terminado y con una capacidad de conducción por gravedad, de 200
m3/s. La Lumbrera "0" se encuentra en el municipio de Tlalnepantla, Estado
de México, prácticamente en sus límites con el Distrito Federal; el Emisor
descarga en el Río de El Salto, en el Estado de Hidalgo. Una visión virtual
desde la misma lumbrera "0", hacia aguas arriba, mostraría una red de túneles
interceptores por el subsuelo de las zonas centro y oriente y hasta el
suroriente de la Metrópoli, con diámetros diversos, prevaleciendo como el más
usual, el de 3.50 m. Actualmente, al haberse puesto en operación por la
administración 1997-2000, del Gobierno del Distrito Federal, los últimos 12
kilómetros de interceptores construidos, el Sistema alcanzó ya los 166 km,
incluyendo al Emisor Central. Destaco que de éstos, el último kilómetro
construido corresponde al lnterceptor Gran Canal, que ha permitido desde el
año 2000, drenar por gravedad el Centro Histórico.
Son los aquí descritos los tres sistemas con los que cuenta el Valle de
México para el desalojo de las aguas residuales y de las aguas pluviales, los
que al inicio del año 1998 presentaban un estado físico y de operación
delicado, lo que motivó una serie de acciones para su atención, especialmente
para su rehabilitación y para mejorar su mantenimiento, destacando el
desazolve intensivo de las 18 presas de regulación del Poniente y de los
12,000 km de la red de drenaje, en un programa continuo, así como la mejora
de las plantas de bombeo. A partir del año 2001, como resultado de los
proyectos al efecto formulados, se realizó la construcción de dos grandes
plantas de bombeo. La primera, la del Gran Canal del Desagüe, construida
22. 21
sobre su mismo cauce, desecado por primera vez en 100 años, en el km
18.5 y con capacidad para 42 m3/s, que ha permitido el bombeo de las aguas
residuales que ya no fluían por la pérdida de pendiente, creando un gradiente
hidráulico hacia el cárcamo de esta planta y elevándolas hasta 8.20 m, con 14
bombas sumergibles y descargándolas al siguiente tramo del propio Gran
Canal, hacia los túneles de Tequixquiac y el Estado de Hidalgo, ya que a partir
de ese punto, por tratarse de terreno firme, ya no se presentan problemas de
hundimientos, como en el tramo que recorre en el fondo lacustre.
La otra planta de bombeo que se construyó con el inicio del siglo actual,
es la de Río Hondo, ubicada en el portal de salida del lnterceptor del Poniente,
en la margen derecha del Río Hondo. Esta planta corrige un defecto de
origen, consistente en que el desfogue del túnel no descargó libremente al
cauce de esa corriente, al topar parcialmente con el propio cauce, lo que
además de provocar sólo una descarga limitada, produjo año con año el
azolve del Interceptor, el que estuvo sujeto a desazolve en forma sistemática
durante varias décadas, en las que funcionó deficientemente. La nueva obra
consiste en una instalación que cuenta con una lumbrera cuya profundidad
permite la descarga libre de las aguas que conduce el Interceptor y de ahí
previo paso por rejillas que detienen los materiales sólidos, fluyen al cárcamo
de bombeo diseñado para operar con una carga máxima de 9.80 m y una
capacidad instalada de 24 m3/s, para incorporarlas al cauce del Río Hondo.
Del sitio de la descarga, en el municipio de Ecatepec, el Río Hondo, con
bordos reforzados en sus márgenes, desfoga en el vaso regulador de El
Cristo, con capacidad útil superior a los 3 millones de m3. De este punto y con
dirección hacia el norte sale de la Cuenca del Valle de México, por el ya
descrito Tajo de Nochistongo.
Con estas dos obras, con capacidad conjunta de 66 m3/s, han quedado
rehabilitadas dos de las tres vías de salida de agua con que cuenta el Valle de
México, incrementando en más del 30 % la capacidad de desalojo de aguas
negras y de aguas pluviales; consecuentemente, en la misma proporción se
aumentó el coeficiente de seguridad para el área urbana, contra inundaciones.
23. 171
e
22
Al entrar en operación estas dos plantas (2002 y 2003), se hizo
posible, salvado el retraso de instalación de compuertas en diversos sitios del
e Sistema, llevar a cabo la revisión del Emisor Central, después de 13 años de
e no poder realizarlo, al tener que utilizarlo inclusive en la temporada de estiaje.
Esta revisión se realizó en el 2005, en coordinación con la Comisión Nacional
e del Agua, primero utilizando cámaras para videograbación, montadas en
e lanchas manejadas a control remoto y posteriormente con técnicos
especializados. El resultado fue que el Emisor Central ha funcionando bien,
cumpliendo su función de desalojar los caudales de aguas de lluvia y los de
e aguas residuales, sin que existan obstáculos para el libre flujo; no hay
e desprendimientos ni caídos del concreto armado con el cual está construido.
Existe sí un desgaste del concreto, explicable por el tránsito del agua por más
de 30 años de funcionamiento; en algunos tramos el recubrimiento de 5 cm se
e ha desgastado y ha dejado áreas con el acero de refuerzo "expuesto". Se
or
formuló un programa de mantenimiento, el cual incluye las reparaciones
necesarias, a realizarse entre febrero y abril del presente año del 2008, en
e pleno estiaje, con lo cual se seguirá garantizando su eficaz funcionamiento.
Esta revisión directa y las reparaciones que se requieran se ha hecho
e posible con las acciones complementarias llevadas a cabo en los años más
e recientes, al instalar y operar las compuertas faltantes para evitar descargas
de aguas residuales en estiaje y con la puesta en operación en febrero de
este año, de las plantas de bombeo del Gran Canal (km 11+600), Casa
e Colorada y Canal de Sales, así como la del Vaso del Cristo, en el norponiente
e
del Área Metropolitana.
e Lo que sigue, dentro del contexto de la alta prioridad que esta materia
debe tener en forma permanente, es dar continuidad a la efectiva ejecución de
e las obras que integran el Programa del Fideicomiso 1928-Agua potable,
e Drenaje y Saneamiento del Valle de México; Programa tripartita (Gobierno
e federal y los Gobiernos del Distrito Federal y del Estado de México) formulado
en la última década del siglo XX y ajustado periódicamente, el que considera
C nuevas obras para el desalojo de aguas, como el Interceptor del Poniente II,
e en las estribaciones de la Serranía del Poniente, en el Estado de México, el
Túnel Emisor Oriente, con trayectoria cercana al Gran Canal del Desagüe y
c
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otros emisores que con los aquí enunciados dan una longitud consolidada
de 60 km y capacidad para 130 m3/s; siete plantas de tratamiento de aguas
residuales (Chiconautla, Nextialpan, Zumpango, Guadalupe, Berriozabal,
Vaso de El Cristo y El Salto), con capacidad total de 41 m3/s; plantas de
bombeo y la preservación y creación de vasos reguladores para el manejo de
escurrimientos por lluvias intensas.
La Metrópoli para su subsistencia requiere de todas las obras de
infraestructura hasta ahora construidas y de las que se han proyectado para
su próxima construcción; fundamental asimismo su responsable y oportuna
operación y mantenimiento. Pero todas estas acciones para atender la
problemática del crecimiento irracional, a la que ya hemos hecho referencia,
no pueden continuar realizándose indefinidamente, como reacciones tardías al
desorden del crecimiento de las áreas urbanas en el Valle de México,
alentadas por la especulación irresponsable.
D.- Propuesta de acción.
Procede un cambio de actitud; pasar de una posición pasiva, para luego
tratar de corregir las consecuencias negativas, a una actitud activa, en una
doble vía simultanea dentro del concepto de una cultura del manejo del agua:
los habitantes de la Ciudad, crear conciencia y actuar en consecuencia de que
es indispensable manejar racionalmente todos los recursos de que
actualmente disponemos, utilizar sólo el agua que necesitamos, pero ni una
gota más (a otros les hace falta); reciclar el agua utilizando las residuales en
aquellos usos en los cuales no se requiere potable; revisar y reparar las
instalaciones dentro de los domicilios; reportar fugas que se encuentren en vía
pública. Por su parte las Autoridades, intensificar el programa de detección y
supresión de fugas, que incluye la sustitución de tramos dañados, con tubería
de polietileno de alta densidad; asimismo el programa de rehabilitación de
pozos y reparación de equipos electromecánicos; aumentar la eficiencia de las
plantas de tratamiento de aguas residuales y dar prioridad a la construcción
de las nuevas plantas, incluyendo la instalación de nuevas redes de
distribución de aguas residuales, especialmente en zonas industriales, en
áreas residenciales y de instalaciones deportivas, para riego de jardines, en
25. fl
1
e
• 24
áreas verdes públicas y camellones, para el llenado de fuentes y lagos y
con mayor tratamiento, para la recarga de acuíferos del subsuelo con agua
• libre de patógenos. Para promover la utilización de agua residual, es
• necesario revisar la política tarifaría, de manera que al usuario le signifique un
beneficio económico dejar de utilizar agua potable. Dentro de los
• compromisos por cumplir, se encuentra la construcción de las plantas de
• tratamiento de las aguas residuales que actualmente y desde hace más de
cien años se utilizan crudas para riego en el Distrito de Riego 03 Tula, en el
cual también es necesario mejorar sustancialmente el manejo del agua.
e
41
En cualquier circunstancia, lo que precisa detener es el crecimiento
irracional de la gran Área Metropolitana de la Ciudad de México, fomentando
• el desarrollo de otras regiones del País, para lograr una Nación mas justa.
e
La Ingeniería mexicana ha tenido a lo largo de la historia, una activa y
• preponderante participación en el desarrollo de nuestro país: en el estudio y el
• diagnóstico de situaciones, identificando la problemática y las alternativas de
solución; en la planeación; en la concepción de proyectos; en la construcción
1 de obras y la operación de infraestructura para la dotación de servicios. Ha
• estado presente, tanto en el servicio público, como en el sector privado, en la
lo creación y en la dirección de entidades, organismos y empresas, en forma
exitosa.
e
e Indispensable la conducción responsable, capaz y honesta de la
autoridad, para dictar políticas, establecer lineamientos y aplicar regulaciones.
e Necesaria y conveniente asimismo, la empresa nacional con su visión,
e ingenio, capacidad y capital. Siempre necesaria la fuerza de trabajo, en todos
e
los niveles de escolaridad, especialidad y grado de capacitación.
e A mi parecer no estamos avanzando para el logro de las aspiraciones de
40
la mayoría de los mexicanos, las que consisten en el crecimiento con la
distribución más justa de sus beneficios, lo que caracteriza la sustentabilidad
• del verdadero desarrollo. Variadas son las razones de esto y de la misma
• manera son las interpretaciones y posiciones que cada quien tiene en el
ID
espectro socioeconómico, pero creo que puede haber amplia coincidencia al
•
•
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25
afirmar que la vieja práctica de la corrupción (incluye: corruptor y
corrompido), en algunos espacios y etapas extendida y agravada, es un gran
lastre. Lo mismo puede aplicar a otro aspecto presente en nuestra sociedad;
aclarando que es indiscutible el derecho a la libre asociación, por ser legítima
y conveniente para la defensa de los derechos de sus afiliados, pero que deja
de tener esta calidad cuando su proceder se aparta de Ja legalidad, con lo cual
sus acciones afectan a la sociedad en su conjunto, en beneficio de pequeños
grupos corporativos constituidos en directivas, dirigencias, consejos,
posiciones públicas y similares; esto sucede en medios políticos, de la función
pública, sindicales y laborales en general, empresariales, cámaras y todo tipo
de agrupaciones que se las ingenian para concentrar en su beneficio, la
mayor parte de los subsidios y prestaciones, de los incentivos y protecciones
oficiales, de la enajenación y desincorporación de bienes patrimoniales de la
Nación, además de desviar presupuestos a conveniencia.
A los tres Poderes de la Unión y a los Poderes de los Estados y de los
Municipios, se han sumado, cada vez con mayor fuerza, otros poderes más;
son de hecho, como los de la delincuencia criminal organizada, otros también
de delincuentes porque en sus operaciones con medios oficiales infringen la
ley, frecuentemente en coordinación con diversas autoridades, para beneficio
propio. Hay sectores y regiones del país en las cuales la atención de lo
urgente no deja tiempo para la atención de lo importante. Y aún peor, fuerzas
económicas y fuerzas políticas, muchas veces coaligadas, influyen
determinantemente en el rumbo del país, establecen su influencia en sectores
y en regiones, crean situaciones de hecho y luego se las arreglan para que se
les regularicen en su propio provecho, sin importar el cumplimiento de la
normatividad, la preservación del medio ambiente, el equilibrio en el desarrollo
regional, ni la racionalidad del desarrollo urbano; sólo el negocio, la
acumulación de la riqueza. Y así pasan los años, las administraciones
sexenales, las generaciones de mexicanos y subsiste anarquía y desorden en
múltiples actividades de la vida cotidiana.
En la Ciudad de México y su Área Metropolitana, los promotores de
nuevos asentamientos humanos, desde los "modestos" invasores de
pequeños predios en los suburbios, al oriente y norte de la Metrópoli, para
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luego entregarlos a migrantes que llegan de localidades rurales, hasta
grandes consorcios inmobiliarios que adquieren a bajos precios, grandes
extensiones de terreno al poniente y sur, incluyendo áreas de reserva
ecológica y zonas federales que cumplían función reguladora de
escurrimientos, así como barrancas y cauces de corrientes, arroyos y ríos, las
que urbanizan y venden, en muy productivos negocios, sin haber resuelto,
como debieran haberlo hecho antes de fraccionar, los aspectos de la dotación
de los servicios básicos, como son los del abastecimiento de agua potable y
los del tratamiento y la descarga de aguas residuales, el desagüe pluvial, las
vialidades de acceso, la acometida eléctrica y demás necesarias. Hacen su
negocio, dejan el problema a los nuevos colonos y para que lo resuelvan las
autoridades. Y la Ciudad ya establecida se extiende con cierta anarquía y sus
habitantes sufren las consecuencias, las que indudablemente se traducen con
gran impacto, en la afectación de la calidad de vida. Procede aclarar que
como en todos los medios, hay de todo en el de los desarrolladores
inmobiliarios -he tenido por varios años una relación en armonía y con
respeto, con un número importante de ellos y con la Directiva de su
Asociación (ADI)-; la mayoría está conciente de su responsabilidad ante la
sociedad y del necesario respeto a la sustentabilidad de la Ciudad.
Esta situación la vemos y en mayor o menor grado la padecemos.
Insistimos en que está claro que nuestra Ciudad Capital rebasé desde hace
muchos años los límites racionales en su dimensión y que mientras continúe
la inmigración habrá demanda de suelo y de vivienda y con ello actividad
inmobiliaria, pero no puede admitirse que la ley de la oferta y la demanda esté
por encima de los aspectos ambientales y de la normatividad
(institucionalmente actualizada), en materia del desarrollo urbano, como en la
práctica con frecuencia sucede.
Considerando que la Academia de Ingeniería es una entidad de
reconocido prestigio por sus principios y por sus objetivos, que cuenta con la
experiencia y trayectorias de sus destacados integrantes, quienes han
contribuido decididamente al desarrollo de México y considerando además
que existe un compromiso con la sociedad nacional, en particular con la
capitalina y que derivado de ello no es posible permanecer pasivos ante el
28. 27
estado de cosas aquí expuestas, simplemente como observadores, testigos
y que acaso alguien pueda calificarnos de convalidantes de esos hechos; por
esos motivos pongo a la consideración de la Presidencia de la Comisión de
Ingeniería Urbanística, que si está de acuerdo, proponga a la Directiva de la
Academia de Ingeniería, que convoque para que con la participación
coordinada de otras Comisiones, se lleve a cabo, en forma ágil, al contarse
con estudios y con la experiencia interdisciplinaria de sus profesionales, un
diagnóstico actualizado de la situación prevaleciente en la Ciudad, efectúe
proyecciones, estudie y elabore propuestas sobre directrices para orientar
racionalmente, con visión de mediano y largo plazo, el desarrollo del país y en
particular el desarrollo urbano en el Valle de México.
El resultado de este trabajo seguramente será de interés para las
autoridades y podría con ello obtenerse el ofrecimiento o el compromiso de la
aplicación de determinados contenidos, en los planes y programas oficiales
para el desarrollo urbano. En cualquier escenario de aceptación, la Ingeniería
mexicana habría cumplido en esta materia.
Muchas gracias.
César Buenrostro Hernández
Ingeniero civil
México, D. F., abril del 2008