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PRIMERO APRENDE Y SOLO DESPUÉS ENSEÑA.
El informe de Enrique Moradiellos trata acerca de la formación de los futuros
docentes/profesores dentro de una carrera universitaria. La primera idea que nos transmite es
que un profesor no puede enseñar si no aprende los conocimientos básicos que debe tener
cada ser humano. Declara que la formación universitaria recibida ha descuidado gravemente
los fundamentos disciplinares en beneficio del saber formal y procedimental de las “ciencias
de la educación”. El autor tiene una idea clara y es “Primero aprende y solo después enseña” y
nos lanza una pregunta: ¿Cómo hemos llegado a esta ridícula, pero grave, situación? La
respuesta se encontraría en la difusión de filosofías y antropologías psicopedagógicas de
perfiles muy pragmatistas y formalistas que han llegado a ser hegemónicas en el campo de la
pedagogía y la didáctica. Todo maestro/profesor y todo alumno/estudiante que aspire a ser
maestro-profesor debe conocer los fundamentos básicos de sus disciplinas. También debe
desconfiar, rebatir, ponerse en guardia y mantener a raya la verborrea pretenciosa y vacua de
una supuesta ciencia histórica de la educación formal, inmaterial e incontaminada de
contenidos efectivos conceptuales y empíricos. En conclusión, es importante que esta
evidencia penetre en las aulas de las Facultades de Formación del Profesorado.
La tesis principal de este autor se basa en los informes de los inspectores educativos
de la Comunidad de Madrid. En estos informes queda de manifiesto la gran falta de
conocimientos culturales por parte de los alumnos que están estudiando magisterio. Lo que
intenta demostrar el autor es que estos futuros maestros están siendo educados mediante una
“ciencia de la educación” que contiene corrientes filosóficas y antropológicas psicopedagógicas
de perfiles muy pragmatistas. Varias personas como Richard S. Peter y Margret Buchmann
dicen: “Primero aprende y solo después enseña”. No puedes enseñar nada que no conozcas
con anterioridad. Por lo tanto, para Enrique Moradiellos son necesarios estos conocimientos
culturales para poder enseñar en las clases de futuros niños.
En mi opinión creo que es importante saber ambas cosas, es decir, estoy de acuerdo
con la alumna que decía: “A mí no me tendrían que preguntar los ríos de España, es mucho
más importante que evalúen mi capacidad para enseñárselos a un niño ciego”. Esta actitud me
parece buena, ya que en nuestra carrera no sólo se nos enseñan conocimientos de valor
cultural, sino que debemos atender a las necesidades que se nos puedan presentar en
nuestras clases. Por otra parte, estoy de acuerdo con el autor del texto, ya que puede que se le
dé más importancia a la “ciencia de la educación” antes que a los conocimientos históricos y
culturales. Por lo tanto, concluyo diciendo que hay que hacer una balanza entre los dos
aspectos y a los futuros maestros nos tienen que enseñar tanto los aspectos culturales como
los pedagógicos. Cabe decir que, nosotros aprendemos según unas leyes establecidas en el
Ministerio de Educación, este Ministerio debería contar con la opinión de los docentes que
viven día a día en una clase, de esta manera, creo que la educación en España sería mejor.