El tratamiento exitoso de la compresión medular traumática involucra la inmovilización temprana para prevenir mayor daño, la resucitación médica agresiva para reducir la isquemia medular, y la estabilización espinal y descompresión medular para permitir la rehabilitación y facilitar la recuperación. El objetivo es establecer un diagnóstico temprano e iniciar el tratamiento para evitar más lesiones neurológicas.