1. junio 2011 7
Política educativa
De la calidad educativa y los debates
con Elba Esther Gordillo
L
a política educativa está en el debate público. Parte del debate está orientado a
discutir los supuestos obstáculos que el sindicato o su dirigencia significan para el
avance educativo.Los obstáculos,en todo caso,se derivan de un juego de poder.
Pero, ¿es este juego la causa del fracaso educativo? La respuesta no es fácil. Cierta-
mente no hay evidencia de que las relaciones de poder y la calidad educativa estén
relacionadas. De lo que sí hay evidencia es que dos actores sobresalen en la toma de
decisiones de la política educativa, esto es, sep y snte.Y si la sep y el snte han sido
los principales actores del juego educativo, pues ambos son al menos parcialmente
responsables de sus procesos y resultados.
Las causas mediatas del fracaso educativo deben buscarse en taras sociales:pobreza,
desigualdad y corrupción.
¿Por qué somos pobres, desiguales y corruptos? Bueno, son preguntas para los
grandes pensadores como Jared Diamond o James C. Scott. ¡Qué sé yo! Quizá sea la
distribución original de recursos naturales o la conflagración cultural de la conquista,
o el impresionante y explosivo crecimiento poblacional de la segunda década del siglo
pasado,o,más probablemente,una serie ininterrumpida de malos a pésimos gobiernos
y legisladores.Sin resolver estos temas difícilmente somos educables.Digamos que las
precondiciones de educación y aprendizaje,lo que yo denomino en mi nuevo libro Los
factores de educabilidad y aprendibilidad (Andere, 2011: 151), son sine qua non para
discernir las mejores características de la política educativa, por ejemplo currículos,
pedagogía, preparación profesional, evaluación; autonomía, descentralización, gasto,
rendición de cuentas.
Eduardo Andere M.*
* Analista y Consultor.
Escritor en política educativa.
Foto:www.asisucede.com
2. 8 Educación 2001
Pregunta: Respuesta:
1. ¿Cuál es el legado que usted quiere
dejar?
El que hicimos cambios; que contribuimos para elevar la calidad de la
educación. Mi única visión es la educación; mi compromiso.
2. Pero eso, ¿qué significa? Eso significa que podamos hacer de la escuela pública el espacio que recupere
la permeabilidad social.
3. Pero, ¿estás contenta con el estado
de la educación? ¿Dirías que ese legado
que quieres se ha logrado realmente?
En comparación con otros países, varias
pruebas demuestran que en México
hay una verdadera crisis de la calidad
de nuestra educación. ¿Qué hay que
corregirle?
(…) desde el gobierno del presidente Salinas hubo algunos planteamientos
para modernizar el sistema educativo. Entonces se solía decir en periódicos,
en televisión y en todos lados que el gran obstáculo era el snte. Firmamos
el Acuerdo Nacional por la Modernización de la Educación. El gobierno,
gracias a la contribución de sus asesores, decidió federalizar la educación,
no descentralizarla. Se realizó. Pero debemos detenernos en un asunto que
me parece medular: ¿En 100 años cuántos secretarios de Educación de gran
importancia, de trascendencia hemos tenido? Empezaría con Vasconcelos;
bueno, Justo Sierra y Torres Bodet..., fuera de ellos, no veo ningún otro.
¿La educación ha sido del interés o prioridad nacional de algún gobierno?
Nosotros, como sindicato, hemos estado impulsando, apoyando; pero no
somos la sep.
4. ¿Cuál es su legado? Si ahorita
terminara el asunto, su legado, en
materia de calidad educativa, sería muy
pobre.
No, porque esta mesa está debatiendo el tema. El mundo discute el tema
educativo. Pero en México quien empezó a impulsar un debate, quien ha
firmado los compromisos por la educación, quien ha buscado empresarios,
medios de comunicación, a intelectuales, a ustedes mismos. (…) Pero al
final la pregunta de fondo es: ¿dónde está el gobierno, qué ha hecho por la
educación?
5. Si tú dices que tu preocupación
fundamental como líder sindical es la
educación, la asignatura está reprobada.
Yo no lo comparto, perdón. Tú y yo siempre hemos tenido una diferencia en ese
tema. ¿Te acuerdas que en el tiempo de la crisis ustedes —Nexos— hicieron
encuestas? Revisaron algunos libros de texto y todo, pero teníamos posiciones
francamente no muy coincidentes. Gilberto Guevara Niebla fue subsecretario
de Educación, ¿qué hizo durante esa gestión? Podemos preguntar a toda
esa gente, esos grupos que han opinado que hay que mejorar la educación,
¿qué hicieron? Me parece muy lineal el juicio. Necesitamos un consenso,
convencer al gobierno, al Estado mexicano, a la sociedad en su conjunto,
de asumir un compromiso por elevar la calidad de la educación. Además
debemos aclarar: estamos hablando del sistema educativo; pero la educación
es un concepto mucho más amplio, que tiene que ver con la casa, con la calle,
con los medios. El sistema educativo le corresponde al gobierno en el que
nosotros participamos como organización. Yo puedo hablar de propuestas: el
federalismo educativo fue una propuesta de ustedes.
6. Cuando se descentralizó la educación
en los estados no se partió el sindicato.
Entonces hay una situación asimétrica en
donde los gobiernos de los estados, en
el supuesto que son los estados quienes
manejan la educación, tienen que
negociar con un sindicato nacional. Es
una situación asimétrica.
No, perdón, pero está usted en un error. Con todo respeto está usted en un
error. Cuando se firma el federalismo educativo se firman los convenios con
los estados y lo que conservamos fueron las condiciones generales de trabajo
en un contrato colectivo. No podíamos renunciar a él, francamente, y en esto
muchos sectores coincidieron. Lo que hicimos fue delegar en los estados la
facultad de negociar, a cambio de lograr un sueldo piso.
7. Y cuarto: que haya pluralidad sindical,
no pluralidad dentro del sindicato, que
eso sí existe. Es decir, distintos sindicatos,
uno comunista, uno demócrata y unos
que no están en ninguno, como es el
caso de la unam ahora.
¿Y todo eso para qué?
Cuadro 1. Fragmentos del debate con Elba Esther Gordillo, publicado en Educación 2001, abril 2001
3. junio 2011 9
Una vez superadas las pre-
condiciones de la educación y el
aprendizaje entramos de lleno a la
política educativa. En este terreno,
escuela, autoridades, maestros y
relaciones de poder se convierten
en las causas inmediatas del éxito
o fracaso educativo.Dentro de este
mundo, lo he dicho antes, debemos
distinguir entre dos niveles: la alta
política educativa y la baja política
educativa (Andere 2006, 77-79).
Este modelo teórico de factores
asociados al aprendizaje y de las
condiciones de la política educati-
va, aunque parezca irrelevante, nos
ayudará a entender los entretelones
de las entrevistas y debates con la lí-
der del magisterio organizado “con
titularidad de las relacionales labo-
rales colectivas”.El producto de las
relaciones de poder,es decir,la alta
política educativa, es lo que crea el
ambiente y marco institucional y
real o cotidiano, donde el resto de
la política educativa y pedagógica
se desenvuelve.
Si uno lee con cuidado las entre-
vistas o debates (véase por ejemplo
“Debate con Elba Esther Gordillo”,
Educación 2001, abril 2011, pp.
7-21), con la maestra Gordillo se
detecta una confusión de elementos
tanto de los entrevistadores como
de la entrevistada. Se mezclan con
mucha facilidad niveles de análisis,
precondiciones y condiciones,alta y
baja política.Al final, se queda uno
con lo mismo.Además, esto ocasio-
na que la entrevistada,con destreza,
lleve a sus entrevistadores, a un
terreno de confusiones y falacias.
De acuerdo con el cuadro de la
página anterior,analizamos las siete
preguntas que se muestran:
1. Nadie puede estar en contra
de elevar la calidad en nada, por lo
menos no en la retórica.
2. ¿Qué significa permeabilidad
social? ¿Cuándo se ha tenido en
México permeabilidad social como
para recuperarla?
3. Tres preguntas diferentes dan
oportunidad a un manejo retórico
excelente para dar la impresión de
que el snte está en la punta de lanza
del cambio educativo.Las múltiples
preguntas dan pie a que la maestra
Elba Esther hábilmente “voltee la
tortilla”: malos gobiernos, secreta-
rios sin importancia, ausencia de
prioridad nacional de la educación.
Todo esto cierto. Lo que la maestra
no contestó es que la descentra-
lización de 1992-1993 realmente
la firmó porque consolidó más el
poder de negociación del snte
al constituirlo legalmente y para
siempre en un poder monolítico de
negociación:alta política educativa.
Obsérvese la redacción atípica,para
una ley,del artículo sexto transitorio
(irónicamente el último) de la Ley
General de Educación de 1993:
Las autoridades competentes se
obligan a respetar íntegramente
los derechos de los trabajadores
de la educación y reconocer
la titularidad de las relaciones
laborales colectivas de su organi-
zación sindical en los términos de
su registro vigente y de acuerdo
con las disposiciones legales
correspondientes al expedirse
esta ley.
Conestoelsnte aseguróeliniciode
unaestrategianegociadoraporpisos.
Así,se arrancó con el piso nacional;
4. 10 Educación 2001
luegovinieronlosestatales(paralos
quepudierannegociarporencimade
lonacional);posteriormente,carrera
magisterial y,más recientemente,el
cuarto piso,derivado de los bonos o
recompensasporproductividad.Por
ello,elsnteapoyayseguiráapoyan-
do nuevos esquemas de evaluación
para maestros, para colocar más
pisos de retribución, por encima de
lospisosnegociadosanteriormente.
Porsupuestoquegobiernoyopinión
pública dicen:“¿El snte promueve
laevaluaciónuniversaldemaestros?
¡Újule! Eso es modernismo.” Sí, el
snte la promueve, pero siempre
que sea para arriba; no para atrás
(despidos, remociones por falta de
calidad o productividad) y nunca
pordebajodelologradoenlosotros
tresocuatropisosdenegociación.la
dirigencia del snte se ha mostrado
magistraleneljuegoestratégicocon
el gobierno y el Estado.
Nota: Justo Sierra es más bien
del siglo anterior al que se refiere
la maestra; pero bueno, murió en
1912, hace 99 años.
4.La misma pregunta que al prin-
cipio. La maestra vuelve “a voltear
la tortilla”; no contesta la pregun-
ta y le echa la culpa a la sep. En
parte tiene razón. Pero, si el snte
no cogobierna, ¿por qué entonces
firma los compromisos y acuerdos
por la calidad de la educación que
entrañan políticas e instrumentos
educativos, incluso gasto, como si
fueran autoridad?
Más adelante la maestra Gordi-
llo insiste con la misma línea: “Un
pueblo, un gobierno que no paga
bien a sus educadores, que no tiene
programas de capacitación y actua-
lización,que no da a los maestros la
información de las corrientes peda-
gógicas que hay en el mundo, que
no tiene como objetivo la calidad
de la educación en una era del co-
nocimiento no está cumpliendo su
función fundamental.”Una vez más
la maestra se adelanta a sus interlo-
cutores y les dice,momento jóvenes,
el problema es que el gobierno no
nos capacita y no nos actualiza, y
no da a los maestros la información
de las corrientes pedagógicas, y no
tiene como objetivo la calidad. Lo
que los entrevistadores no arguye-
ron es que primero: el gobierno no
es pedagogo y segundo, que antes
de los programas de capacitación se
requiere que los maestros busquen
por sí mismos adquirir los aprendi-
zajes necesarios. Podríamos atraer-
les la mejor escuela de educación
del mundo,el laboratorio de medios
del mit, si ellos no quieren, o no
están motivados intrínsecamente
para aprender, ningún programa
maravilloso lo hará. Pero, aceptan-
do que el gobierno no capacita bien,
bueno,el cambio de alta política,no
es proveer a las escuelas Normales,
sino permitir que todas las univer-
sidades del país puedan formar
maestros de educación básica sin
un currículo rígido, y que todas las
escuelas del país puedan contratar
a los maestros certificados sin el
requisito de ser egresados de una
Normal pública, y sin el permiso
previo de la sep o de la secretaría de
Educación en los estados.Habría en
todo caso que pensar en una institu-
ción autónoma para la graduación
y certificación de maestros al estilo
de los Instituts Universitaires de
Formation des Maitres en Francia
(http://www.iufm.education.fr/).Se-
ría una institución autónoma tanto
de la sep como del snte. Si esta
propuesta lo acepta la maestra y el
snte, bueno entonces sí, estamos
en un cambio profundo y no en un
despliegue retórico.
Y la maestra continúa con la
misma línea:“La designación de los
secretarios de educación ha obede-
cido más a una voluntad política,
que a un proyecto educativo”, lo
cual es cierto,pero que no tiene que
ver con la pregunta directa ni con la
responsabilidad del snte.
5.Una vez más ante una pregun-
ta de la calidad,la maestra Gordillo
arremete contra el gobierno y sus
funcionarios. Luego se ocupa de
una teoría estructuralista de la
educación, con la cual estoy de
acuerdo siempre y cuando,en lugar
de hablar de educación se hable de
aprendizaje, con aquello de que la
casa y la calle son importantes,pero
elude de manera visible la impre-
cación de Héctor Aguilar Camín
sobre la calidad de la educación.
Lo que les sucede a todos los
funcionarios educativos del país no
es que no quieran hacer reformas
o cambiar esto y aquello, sino que
cuando llegan a su oficina están
literalmente copados por tres tipos
de restricciones: una presupuestal
(la mayor parte del presupuesto
es asignado a gasto corriente; casi
todo en remuneraciones de per-
sonal); dos, las legales, trámites,
papeleo, programas preexistentes;
tres, las negociaciones, anuencias,
diplomacias, amenazas, faroleo
(“bluff”) de los líderes sindicales.
No sé qué sucede, cuando la maes-
tra Gordillo habla, siempre dice
que le comprueben, que le digan
y cuando los funcionarios, o más
bien, ex funcionarios hablan sobre
la relación con el snte, siempre
exponen el gran poder del snte y
los obstáculos para avanzar. Esto
último se encuentra documentado
en las entrevistas y opiniones de
Pablo Latapí en su libro La sep por
dentro. Existen también artículos
publicados en revistas especiali-
zadas y arbitradas de prestigiados
investigadores sobre la influencia
del snte en la política educativa.
En mis propias incursiones a través
de los sistemas educativos y pláticas
“off the record”con maestros,direc-
tivos y funcionarios, me comentan
de viva voz que las prácticas de co-
locación de maestros, supervisores,
jefes y directivos, venta y herencia
de plazas,asignación preferencial y
negociada de plazas, aun con el es-
quema del concurso nacional para
el otorgamiento de plazas docentes,
continúan,aunque quizá de manera
más sutil. Funcionarios aquí y allá
comentan que cualquier cambio
importante, una nueva política, un
nuevo instrumento,una reubicación
de personal,debe no sólo platicarse
sino negociarse con el sindicato.
5. junio 2011 11
Bueno, debemos trabajar juntos
para ayudar a la maestra y a la
dirigencia del snte y al gobierno
a documentar todo eso que todos
dicen que obstaculiza la acción de
gobierno y la política educativa
pero que nadie ve.Recopilemos esa
evidencia.Invito a la sociedad civil y
a sus organizaciones, así como a los
medios, a que en un esfuerzo con-
junto abramos un espacio para que
documentemos todos esos obstácu-
los de una manera ordenada que nos
ayuden a iluminar el debate con más
información y transparencia sobre
lo que ocurre en la realidad. Nadie
quiere eliminar a los sindicatos;son
esenciales en una democracia sana y
verdadera; pero no les caería nada
mal a los sindicatos una renovación
para mejorar imagen.
A pesar de que los maestros
gozan de la confianza de los mexi-
canos, los sindicatos, junto con las
policías y los partidos políticos, son
las instituciones en las que menos
confían los mexicanos (Segob, en-
cup 2008). Además, a juzgar por
el “titipuchal” de declaraciones,
columnas y reportajes que aparecen
en los medios, libros y revistas de
difusión y especializadas, el snte
no parece tener buena imagen
pública. La aparente mala imagen
pública no hace al sindicato en
general o a sus dirigentes culpables
del rezago educativo;pero tampoco
los exime.
6. La pregunta de Leo Zuc-
kermann es buena. La maestra es
contundente en su respuesta, pero
ella sabe que Leo tiene razón. Ese
artículo sexto transitorio al que
me referí antes es la demostración;
pero los pisos de negociación que
la maestra Gordillo obtuvo a través
de su magistral estrategia de 1992
ha asegurado al gremio sindicali-
zado crecimiento constante en las
remuneraciones por encima de lo
obtenido por otros gremios de ma-
nera masiva. La maestra Gordillo
dice que “en esto muchos sectores
coincidieron”. Pregunta: ¿Qué
sectores coincidieron en darle esta
impresionante ficha de negociación
a un solo sindicato?
Más adelante, la maestra Gor-
dillo aduce en una parte crucial
del debate: “En el gremio somos
muy corporativos y hasta yo estoy
muy comprometida, para qué en-
gañar. Pero sí hay una cosa cierta:
en mi discurso está la necesidad de
vigilar que eso [la federalización
sindical] no acontezca.Por otra par-
te está la rectoría de la Secretaría
de Educación; sucede que se des-
entiende totalmente y cada quien
hace lo que quiere”. Allí tenemos
la respuesta definitiva de la maes-
tra: corporativismo sindical, “para
qué engañar”. En lugar de varios
sindicatos uno solo. Este punto se
encuentra en el meollo del asunto
de las relaciones de poder.Aquí no
hay argumento académico o sincero
que pueda con las relaciones de
poder. No hay debilidad ni claudi-
cación: “somos muy corporativos”.
Hay dos formas de lograr un cambio
en esta posición: 1) un Gorbachov
que con visión y reformas internas
precipite un desmoronamiento
con su consecuente impopularidad
interna pero respeto externo;2) una
apertura democrática para que los
agremiados sin canonjías legales,
como las otorgadas por la legisla-
ción laboral a los sindicatos en la
historia del corporativismo sindical
mexicano de los gobiernos priístas,
decidan de manera temporal los
tamaños y tiempos de liderazgos.
Este sería un cambio de grandes
6. 12 Educación 2001
miras, pero difícil de lograr porque
se requiere mucho músculo político
para alcanzarlo por parte del Esta-
do y la sociedad.
Pronto,la maestra vuelve a tomar
su línea central y embate contra la
sep de nueva cuenta,esto es,“voltea
la tortilla” una vez más.
Respecto a los paros y las huel-
gas,en contra de los intereses de los
niños,la maestra Gordillo responde
con mucha agudeza al mencionar
que “No podemos decir que eso
pase en general”. Cierto, la lucha
de la dirigencia del comité nacional
no está en la calle sino en el tablero
de las negociaciones de oficina, de
cafecito, de comida o de mesa de
trabajo. Por cuanto a las calles, lo
que parece ocurrir, es la amenaza,
en general no realizada. Como es-
trategia, la amenaza es suficiente.
Una amenaza que se cumple deja de
ser amenaza y deja de ser útil desde
el punto de vista de negociación.
Los gobernantes mexicanos han
mostrado una ilimitada propensión
a creer la amenaza. Por tanto, la
estrategia funciona.
7.El comentario de Jorge Casta-
ñeda que se refiere a la pluralidad
sindical,que yo más bien la propon-
dría más que ideológica,subgremial
(esto es, sindicatos de maestros de
primaria, secundaria, preescolar,
directores, asesores, o diferentes
sindicatos por cada tipo o nivel) da
origen a una respuesta contundente
de la maestra: “¿y todo eso para
qué?” Independientemente de que
suena de manera análoga al “¿Y
yo por qué?, de Fox, yo responde-
ría con las mismas palabras de la
maestra Elba Esther: “el gremio
del snte es un gremio bastante di-
fícil de manejar”, y agregaría, más
difícil entre menos democrático.
Con democracia balanceamos todo;
intereses gremiales, burocráticos y
estudiantiles.
Como lo mencioné en un re-
ciente programa de cnn en espa-
ñol (Mexopina), si la prueba pisa
tuviera una sección para medir las
competencias o habilidades polí-
ticas y de negociación, la maestra
Gordillo obtendría el primer lugar,
sin ningún empate técnico.
En resumen, legisladores, sep y
snte se acompañan en comparsa en
el diseño y ejecución de la política
educativa: “tanto peca el que mata
a la vaca como el que le agarra la
pata”(Andere,2006:203-218).Sean
lo que son los sindicatos y el snte,lo
son por el producto de negociacio-
nes gubernamentales y legislativas
que les han concedido canonjías o
prebendas. Los sindicatos han res-
pondido con estricta racionalidad
de grupo. Los sindicatos han mos-
trado una capacidad negociadora
estratégica mayor que la de los go-
bernantes y legisladores.
Referencias
Andere M. Eduardo, La cultural del
aprendizaje:hogar y escuela del siglo
XXI, México, 2011.
Andere M. Eduardo, México sigue en
riesgo:el monumental reto de la edu-
cación, Planeta, México, 2006.
Latapí Sarre, Pablo, La sep por dentro:
Las políticas de la Secretaría de
Educación Pública comentadas por
cuatrodesussecretarios(1992-2004).
fce, México, 2004.
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El Estado se ha metido en camisa de 11 varas innecesariamente. Las cosas en educación no están
bien. Gran parte del problema actual es que el Estado trata de resolver un enredo que propició. El
Estado erigió una cultura de arreglos paralelos, de baja calidad y de rendición sin cuentas. Hacer y
deshacer culturas lleva tiempo. Cambiar las reglas del juego súbitamente, además de ser riesgoso, por
la confrontación, es injusto, por la unilateralidad. Para deshacer la madeja sin cuenda hay que negociar;
pero antes se debe crear un espacio de negociación.
Entender el problema es el primer paso.
¿Por qué luchan quienes ostentan el poder? Los gobernantes y mayoría de legisladores federales
perciben que la causa principal del rezago educativo ha sido la excesiva y "delegada" concentración del
poder en dirigentes sindicales, y que las canonjías y privilegios otorgados tanto para los "institucionales",
como para los "disidentes", fueron muy lejos. Además, de la letra de la reforma se colige una percepción
entre autoridades y legisladores de que gran parte de las causas del fracaso educativo está en los
maestros que por años han deambulado sin evaluación objetiva ni rendición de cuentas.
Acabar con arreglos corporativistas sería en sí un gran avance de moral política; pero un cambio en
reglas del juego debe hacerse con cuidado.
¿Por qué luchan los maestros o sus dirigentes? Los "institucionales", al menos al nivel de las
dirigencias, y quizá derivado del encarcelamiento de la ex líder del SNTE, han mostrado una actitud
complaciente. Los "disidentes" han sido vehementes en su oposición. Independientemente de tratar de
aumentar su presencia política, ellos perciben que las canonjías o privilegios son producto de décadas
de lucha y negociación; de posicionamiento de clase y movilidad social para un estrato históricamente
menos privilegiado. Ellos no ven la herencia o venta de plazas y los accesos o ascensos automáticos
como una práctica corrupta, sino como una especie de compensación de clase, un patrimonio familiar.
Después de todo, corre el argumento, empresarios y políticos han sido capaces, a través de distintas
concesiones, arreglos o protecciones, con frecuencia monopólicos, de acumular patrimonios numerarios
mucho más grandes para heredar. Además, los disidentes quieren dejar en las entidades federativas las
decisiones de evaluación porque su poder de negociación disminuye cuando la contraparte es de
magnitud federal.
Con estas posiciones, es decir, si una parte ve el objeto de negociación como una práctica corrupta, y la
otra como un patrimonio heredable, no existe espacio sino vacío de negociación.
Si las dos partes, pero sobre todo el gobierno, entienden los pormenores de la encrucijada, se puede
intentar una estrategia diferente. En lugar de confrontar, cambiar el esquema de atracción, selección,
certificación y colocación de los nuevos maestros. Esto tardará un par de décadas, pero más tardará
entre más tarde empecemos. Crear el enredo actual llevó siete décadas. Si la reforma de Salinas-Zedillo
de hace 20 años (1992-1993) se hubiera concentrado en estos puntos, hoy hablaríamos de un nuevo
México.
Por otro lado, la verdadera reforma debería descentralizar en lugar de centralizar la política educativa y
de evaluación. Las autoridades estatales conocen mejor los problemas locales que la Federación. Con
la centralización tan excesiva cualquier problema local es nacional.
Podemos aprender mucho de la estrategia utilizada por la UNAM para evitar la confrontación como la de
los primeros años del Zedillismo. Una transformación profunda, callada, gradual y consistente en la
calidad académica eliminó lo que parecía un nudo gordiano. Ahora la UNAM goza de una gloria
merecida.
Además, supongamos que el Estado concreta la Reforma. La decisión ahora es ¿cómo evaluar y con
qué consecuencias? Si el INEE decide una evaluación criterial (i.e., lo que debe saber y saber hacer un
maestro en el siglo XXI), el punto de corte debe ser muy alto: todos, o casi todos, reprueban. Si por el
contrario, se deciden por una normalizada (i.e., con base en lo que saben con los conocimientos y
competencias actuales), el punto de corte es muy bajo: todos, o casi todos, pasan. En ambos casos la
calidad sigue igual. Si la mayoría se despide, ¿dónde están los cientos de miles de maestros que los
sustituirán? Si la mayoría se queda, ¿dónde está la mejora en la calidad? Menuda encrucijada. En
cualquier caso la estrategia dominante es formar desde cero a una nueva generación de maestros para
el siglo XXI.
selecciona
8. Petróleo: reforma
insuficiente
(31 JUL. 13)
• Claudio X. González
Guajardo: ¿Ser o no ser?
(29 JUL. 13)
• Diego Valadés: La cuestión
petrolera
(19 JUL. 13)
• Claudio X. González
Guajardo: ¿Reforma a la
deriva?
(16 JUL. 13)
• César Camacho: De 'carro
completo' a carro nuevo
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• Ernesto Canales: Actos
violentos en el Distrito
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(10 JUL. 13)
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Gutiérrez: Más allá de
buenas intenciones
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• Zoé Robledo: Historia de
dos reformas
(26 JUN. 13)
• F. Bartolomé
TEMPLO MAYOR
• Armando Fuentes Aguirre
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• Catón
Efectos y riesgos
• Sergio Sarmiento
La extorsión
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¿Fomenta la ONU el trabajo
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Anarquía en el paraíso
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CIRCUITO INTERIOR
• El Lector Escribe
Falta Inteligencia
el siglo XXI.
El autor es analista e investigador del ITAM.
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