San Juan de Dios y la primera comunidad

PERFIL BIOGRÁFICO
DE SAN JUAN DE DIOS
PROVINCIA DE CASTILLA - SAN JUAN DE DIOS 1

Su primera biografía
fue escrita por Francisco
de Castro entre 1579 -1584.
Juan Ciudad Duarte nació
en 1495 en Portugal
en la villa de Montemor
o Novo, del arzobispado
de Évora.
“Un hombre en Granada
en 1538, pobre, baxo
(villano) y desechado
a los ojos de los hombres,
pero muy conocido
y estimado en los de Dios,
pues mereció llamarse
de su apellido Ioan de Dios”.

Nació siendo Papa Alejandro VI
y Emperador Maximiliano César,
y los Católicos Reyes
don Fernando, y doña Isabel,
reinando en Aragón y Castilla -
León, y don Juan II, el Perfecto,
en Portugal, que falleció en este
mismo año y le sucedió don
Manuel I, el Afortunado.

Y siendo de solo ocho años dejó a sus
padres y su tierra. El niño Juan en compañía
de un clérigo llegó a la villa de Oropesa
(Toledo), donde vivió con un Mayoral del
Conde de Oropesa, y servía como pastor.
Estuvo 18 años en Oropesa.
Judío ?
Hijo ilegítimo ?
Español ?

Fuenterrabia – Hondarribia
Batalla en el año 1522
Se enroló en la guerra entre el
Emperador y el Rey de Francia, se
inscribió en la guerra con otros
soldados, que llevó consigo
el II Conde de Oropesa Don Francisco
Álvarez de Toledo, en el año 1521.

Hungría año 1531
Nuevamente el Conde de
Oropesa don Francisco
Álvarez de Toledo reclutó a
gente para acudir al
Imperio en Hungría, en
servicio del emperador
Carlos V. Juan Ciudad
determinó marchar con el
ejército del Conde de
Oropesa. En el año de 1532
estuvo en Viena para
resistir la entrada del
Otomano Solimán.
Acabada la guerra por la retirada
del turco, se volvió con el Conde
por mar a España, y desembarcó
en La Coruña, allí pidió licencia.
Desde La Coruña fue a visitar
la tumba del apóstol Santiago
en Galicia.

Vuelve a Montemor o Novo
Juan tenía el deseo de saber
de sus padres, deudos y tierra,
volvió a la Villa de Montemor
su patria, y halló que sus padres eran
ya difuntos.
Salió de su tierra, y pasando por
Ayamonte, en donde estuvo algunos
días en su albergue pasó a Sevilla,
donde sirvió de cuidador de caballos
en la Casa de Dña. Leonor de Zuñiga.

Su ida a Ceuta
Juan de Dios determinó pasar a África. Llegó a la ciudad de Gibraltar
y se encontró con Don Luis de Almeida, con su familia que iba
desterrado de Portugal a Ceuta por mandato del Rey. Se embarcó
con ellos, y estando allí cayeron toda la familia enfermos, por donde
se vieron en extrema necesidad, Juan de Dios se ofreció dándoles
cada noche todo el jornal que de día ganaba en la construcción de
las murallas de Ceuta.
Dios le ayuda para poder sacar de la pobreza a la familia Almeida
hasta que se curaron y el Sr. Almeida fue perdonado del destierro
por el Rey de Portugal.

Crisis de Fe
Juan de Dios ante la situación que
vivían los trabajadores cristianos
frente a los musulmanes, su
inseguridad existencial y
vocacional no encuentra paz en si
mismo y se vuelve a la península.
Ante el Cristo de Gibraltar, relata
Francisco de Castro una oración
que manifiesta: …
“ y así os suplico cuanto puedo,
Señor mío, me deis la gracia y no
apartéis de mí los ojos de vuestra
clemencia, y tengáis por bien de
enseñarme el camino por donde
tengo que entrar a serviros y ser
para siempre vuestro esclavo, y
dad ya paz y quietud a esta
alma…”

Librero en Gibraltar
Dándose cuenta de que no
había encontrado lo que tenía
que dar sentido a su vida,
comienza en Gibraltar a la
venta ambulante de libros
devotos y profanos, cartillas,
grabados, mapas e imágenes de
santos en papel.
Decide seguir de librero
trasladándose a otra ciudad
más importante, en principio
Sevilla.

Camino de Sevilla
Yendo de camino a Sevilla, en Gaucín cambió
su destino a Granada.
“Granada
será
tu cruz”

Granada y su
Conversión
Se establece en Granada
cerca de la Puerta de Elvira.
En la Ermita de los Mártires
oye predicar a san Juan de Ávila,
el 20 de enero de 1538?, tiene tan
extraordinaria conmoción espiritual,
que deja su librería y va
por las calles dando voces y gritos,
lo que le llevaría a ser tenido
por loco y le recluyen en el Hospital
Real granadino.

En el Hospital Real de Granada, en
donde trataban a los enfermos de
mente, su principal cura consistía en
azotarlos y en baños de contraste.
Luego le desnudaron, le ataron de pies
y manos y le azotaron
encarnizadamente.
Juan de Dios reprendía a los que le
azotaban, diciendo:
“!oh enemigos de la virtud, no fuera
mejor, que tratarais de arreglar y de
curar con diligencia a los pobres de
Jesucristo, pues los Reyes Católicos
dejaron tanta renta para ellos, y no
tratarlos con tanta crueldad”.

Y cuando veía castigar a los
otros enfermos, lleno de
compasión decía:
“Jesucristo mi Dios, me
traiga a tiempo en que yo
pueda recoger los pobres
desamparados
y faltos de juicio, para
curarlos con caridad y amor”.
Pensando en esto muchas
veces, se determinó a realizar
su vocación dejando de
hacerse el loco. Empezó a
ayudar los enfermeros en la
atención a los enfermos
y se despidió de todos,
después de consultarlo a Juan
de Ávila.

Juan de Dios, se encontró con
un gran Hospital en el
Monasterio de Ntra. Sra.
de Guadalupe,
Monasterio de la Orden
Jerónima donde aprendió los
primeros conocimientos sobre
medicina, enfermería y gestión.
Así como se ejercitó en su gran
devoción a la Virgen María.
Peregrino al Monasterio de
Guadalupe en Extremadura

Luego de hacer
la peregrinación
y preparación
en Guadalupe, vuelve
a Granada y emprende
su obra de atender
a los enfermos, los pobres
y todos los necesitados
que se relacionan con él;
y al mismo tiempo practica
un intenso apostolado,
singularmente entre las
mujeres públicas.

Comienza Juan de Dios
a ejercitarse en la hospitalidad.
Con la venta de la leña empieza
a atender a los enfermos
que encuentra por la calle.
Por las noches los recoge
en el zaguán de la Casa
de los Tiros del Sr. Miguel Abid
Venegas.

Al principio se establece
en una pequeña casa
hospitalillo-albergue
en la zona
de la Pescadería.
El primer hospital
en la calle Lucena.
El segundo
En la cuesta
Los Gomeles.

Realizó varios viajes: Toledo, Valladolid
y Salamanca, para conseguir donativos
para el sostenimiento del Hospital de
Granada.
También para visitar a bienhechores y a
San Juan de Ávila.
Cobró gran fama el Hospital, por su organización y atención
y por los grandes signos que mostraba Juan de Dios y sus
compañeros; acudían tantos enfermos y peregrinos.
Es el hacedor y emprendedor del Hospital moderno.
No solo atendían a enfermos y peregrinos sino que ayudaban
mujeres jóvenes pobres, viudas y familias marginadas y
otros pobres honrados vergonzantes, que padecían
necesidades secretas.
Los viernes atención a los más marginados, sobre todo a las
mujeres dedicadas a la prostitución.

Conoció Juan de Dios a Antón Martín,
jefe de un prostíbulo, este pleiteaba con Pedro
Velasco, ya encerrado en la cárcel, sobre el
asesinato de su hermano. Quería Antón Martín
que le condenasen a muerte.
San Juan de Dios le dio a Antón Martín razones
tan enérgicas y cristianas para que perdonase a
aquel hombre, que le convenció.
Fueron a la cárcel, donde estaba Pedro Velasco, los
dos enemigos se perdonaron, y de allí en adelante
hicieron la misma vida que Juan de Dios como
hermanos.
En vida de San Juan de Dios llegaron a ser unos
siete u ocho compañeros.

El nuevo Hospital
en
Los Jerónimos

Aunque Juan de Dios no
dejó nada escrito ni
reglado para su fundación.
Se reflejará su
pensamiento inspirador en
las primeras
Constituciones
del hospital de Granada
(1585).
Son expresión de una
buena organización
hospitalaria, con
descripción de tareas y
puestos de trabajo. Existe
una división de salas por
sexos y enfermedades.

San Juan de Dios, inspirador y fundador de
la Orden Hospitalaria, lleva el apelativo de
Hospitalaria como indicación de cuál es el
carisma y dedicación específica y, desde que
fue aprobada por san Pío V (1572), lleva el
distintivo de llamarse de Juan de Dios ;
efectivamente la Orden fue formada por un
gran santo, cuyas obras de misericordia
tienen por escenario la ciudad de Granada en
el siglo XVI.

Unidos a los Hermanos desde el comienzo contó siempre con
Bienhechores, Voluntarios y Trabajadores.

El desarrollo de la Fraternidad Hospitalaria de San Juan de Dios

Los primeros Hermanos y discípulos realizan un papel fundamental en la naciente
fraternidad. Su modelo es un reflejo que ejercen, que lo han aprendido del ejemplo
del Fundador que es un referente carismático.
En Juan de Dios y sus primeros compañeros es visible también la fuerte atracción,
que ejercen pronto sobre otros compañeros y colaboradores.

- Todos provienen del círculo social en donde
se movía Juan de Dios.
- Son nuevos conversos.
- Sentido penitencial de su vida a través
del ejercicio de la hospitalidad.
- Seguir de un modo fidelísimo la vida y
formas de hacer de Juan de Dios.
- El hombre enfermo o marginado es el ser
al que compete ocupar el centro de sus vidas,
es lo primero y más valioso, pues es la
presencia de Cristo.
- Las nociones de «sujeto», «individuo»,
«persona» son primeras frente a cualquier
otro concepto, «sistema», «estructura»,
«especie»... El Hospital debe ser un lugar y
un medio abierto a toda clase de personas y
enfermedades, sin burocracia, sin
limitaciones... aunque organizado.
PROVINCIA DE CASTILLA - SAN JUAN DE DIOS
VALORES CARISMÁTICOS DE LOS PRIMEROS COMPAÑEROS

-Ante y junto al hombre que sufre sólo cabe proximidad,
encuentro y preocupación. El servicio es antes que la
palabra.
-Libertad y creatividad en la acción.
- Oración y contemplación que les lleva a saber
escuchar, observar a la sociedad y a las personas en
profundidad.
-Dar confianza para así poder sentir y comprender los
sentimientos de las personas.
-Preferencia por los marginados con los que se
identifican desde una vivencia fraterna e igualitaria.
-Implicar a la sociedad en su labor.
-Aceptación de cómo es el enfermo o necesitado, los
enfermos son los «señores», del Hospital.
-El no-juicio y la benevolencia.

-Dar respuestas adecuadas y adaptadas a las
necesidades que surgen.
-Cada hombre es único, cada situación no es igual,
por tanto se precisan respuestas distintas. El
necesitado debe ser tratado, no sólo como «un»
ser humano, sino como «ese» ser humano con
todas sus diferencias personales.
-Guardar el secreto y la reserva, no sólo por el
respeto y la dignidad a la persona, sino porque es
necesario para dar un servicio eficaz.
-Contemplar, descubrir y asistir al enfermo y
necesitado como a Jesucristo y ser ellos
otros «Jesucristos» para los demás.
-Devoción extraordinaria a la Virgen María, «la
siempre entera».

Los gastos precisos para la ampliación y
desenvolvimiento del nuevo hospital cerca de los
Jerónimos encaminan a Antón Martín, Hermano
Mayor desde la muerte de Juan, a pasar a Castilla y
llevar a cabo en ella una postulación extraordinaria.
En 1552 Antón Martín emprende su viaje y tras pasar
por Toledo llega a Madrid, donde no sólo recibe
cuantiosas limosnas, sino también el ofrecimiento
para fundar un hospital en Madrid, en donde el Hno.
Antón Martín entrega el alma en 1553, no sin antes
nominar en su testamento Hermanos Mayores para
los hospitales de Madrid y Granada.

Aprobación
La primera aprobación como Fraternidad
Hospitalaria fue el 17 de noviembre de 1568
“Lubricum vitae genus”, esta bula invitaba a las
numerosas comunidades que habían surgido en
la Iglesia a legalizarse, eligiendo una de las
Reglas aprobadas por la Iglesia, los primeros
hermanos aceptan esta norma bajo la autoridad
del Obispo de Granada.
Por estos motivos, el Hermano mayor de
Granada desde 1568, El Hno. Rodrigo de
Sigüenza, envía a Roma en 1571 a los Hnos.
Sebastián Arias y Pedro Soriano para que
expongan a san Pío V su deseo de una regular
legalización propia para la fraternidad
hospitalaria y se convierta en congragación.

Con su forma de vida San Juan de
Dios y sus primeros hermanos
pretende hacer presente y palpable
un proyecto de comunidad
universal, desde el perdón y la
reconciliación; mirando a los otros
como parte de la propia existencia,
todo su ser y hacer, con sus éxitos y
fracasos, eran compartidos, se
ponían en sintonía para una ayuda
mutua, recorriendo todos el camino
del sufrimiento de los necesitados
en un proyecto solidario.

FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS
CASTILLA
HNO. VÍCTOR MARTÍN

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