La teoría arqueológica histórico-cultural buscaba explicar los cambios en el tiempo a través de la monumentalidad y decoración de vasijas cerámicas. La arqueología procesual surgió en la década de 1960 y enfatizó el uso de teorías como la teoría de sistemas y la teoría ecológica, así como métodos cuantitativos. La teoría post-procesual surge como una crítica a la pasividad del ser humano en los estudios arqueológicos previos, defend
2. Arqueología Histórico-Cultural
• La teoría Histórica Cultural buscaba, en la monumentalidad y en la vistosidad
de las vasijas cerámicas completas y decoradas, la información por estos
elementos contenida para explicar los cambios en el tiempo, además, no solo se
preocupó por los fenómenos, sino que buscó su significado en relaciones
pautadas. Estos patrones se persiguieron mediante taxonomía descriptiva o
taxonomía combinada con estudios de distribución temporal y espacial. En su
mayor parte, la perspectiva era que, con un trabajo de campo sólido, un análisis
cuidadoso y una clasificación, el arqueólogo cumplía con sus deberes con la
ciencia y la sociedad. (Phillips & Willey, 1953)
3. Arqueología Procesual
• La arqueología procesual, también llamada nueva arqueología, es el nombre que
se le da a una aproximación al estudio científico del proceso cultural que surgió
a principios de la década de 1960. La arqueología procesual abarca una familia
de proyectos estrechamente aliados que incluyen gran variedad de enfoques
arqueológicos. Lo nuevo fue su ubicación en la construcción de teorías, en
particular la teoría de sistemas, la teoría ecológica y la teoría de la evolución, en
el centro de la investigación arqueológica, enfatizó los métodos cuantitativos y
analíticos tomados de muchas de otras ciencias, abrazó los principios del
positivismo y el modelo de explicación de la ley de cobertura. (Preucel, 2006)
4. Arqueología Postprocesual
• La teoría arqueológica post-procesual surge como una crítica a la pasividad que tiene el conductismo
del ser humano dentro los estudios arqueológicos. Una de las ideas básicas que defiende, es que la
cultura tiene significado y no solamente función, y que comprender cómo los seres humanos de cada
lugar y momento dan significado al mundo es sumamente importante. Esos significados se heredan
culturalmente, es decir que dependen de la historia de cada grupo social. Plantea que hay que
separar las dicotomías demasiado rígidas que imperaban en las investigaciones arqueológicas.
Dicotomías como: Individuo y estructura, afirmando que el individuo no es un simple peón de la
estructura, sino que interactúa con ella. El individuo le da sentido al mundo encajándolo en un
conjunto de sistemas llamados Habitus y tiene la capacidad de ir transformando su entorno social.
Función y significado, esta separación es imposible según este autor debido a que la cultura no se
puede comprender sin conocer lo que los actores culturales piensan. La cultura material está
implicada en el cambio social porque permite negociar el significado en la acción social. Proceso e
historia, planteando una visión particularista para analizar a las culturas. El cambio social es sujeto a
particularidades contextuales, culturales, históricas. Teoría y práctica, afirmando que el arqueólogo
no descubre el pasado, sino que lo interpreta desde una mirada más desde el interior de estas
sociedades. Se replantea la forma de interpretar el dato etnoarqueológico (Hodder, 1985).