2. Los centros de enseñanza superior están
destinados a desempeñar un papel
fundamental en las sociedades del
conocimiento, en las que los esquemas
clásicos de producción, difusión y aplicación
del saber habrán experimentado un cambio
profundo.
3. Las restricciones que limitan los presupuestos
de los Estados hacen que un número cada vez
mayor de centros docentes recurra a otras
modalidades de financiación, sobre todo de
origen privado.
4. Es importante garantizar que los sistemas de
enseñanza superior posean un nivel de calidad
y pertinencia y un grado de cooperación
internacional suficientes, a fin de que puedan
desempeñar su papel de pilares en la
edificación de las sociedades del conocimiento.
Sólo la UNESCO está en condiciones de realizar
esa misión y cumplir las tareas que permitan
garantizar la calidad y pertinencia de los
sistemas de enseñanza superior, fomentando al
mismo tiempo la cooperación internacional.
5. La diversificación de las fuentes de
financiación refleja el apoyo que la sociedad
presta a esta última y se debería seguir
reforzando a fin de garantizar el desarrollo
de enseñanza, de aumentar su eficacia y de
mantener su calidad y pertinencia. El apoyo
público a la educación superior y a la
investigación sigue siendo fundamental para
asegurar que las misiones educativas y
sociales se llevan a cabo de manera
equilibrada.
6. Los sistemas de financiación de la enseñanza
superior legados por la historia a cada país
abarcan desde la financiación pública directa
y descentralizada (por parte de los
estudiantes y sus familias) hasta la
financiación centralizada por el Estado o las
colectividades territoriales (por conducto de
los impuestos pagados por los ciudadanos).
7. La financiación directa garantiza la adecuación
de la demanda de conocimientos a la oferta
de éstos, lo cual permite responsabilizar a
los estudiantes y a quienes los financian.
La financiación pública debe garantizar en
teoría una determinada igualdad de
oportunidades.
8. La aparición de nuevos conocimientos, así
como su organización en disciplinas cada vez
más específicas y en “redes de
conocimientos” cada vez más complejos y
menos jerarquizados, pone en tela de juicio
la viabilidad del funcionamiento de las
“universidades”.
9. Un nuevo fenómeno está conmocionando la
enseñanza superior: la multiplicación y
diferenciación de las instituciones
académicas.
Aparecen las redes universitarias basadas en el
modelo de redes de investigación,
convirtiendo a las universidades tradicionales
en ‘’universidades del futuro’’.
10. Surgen nuevas posibilidades ofrecidas por la
creación de redes en la enseñanza superior:
redes de disciplinas y redes de docentes.
Esas redes de enseñanza permiten publicar y
difundir en línea catálogos de materias
especializadas correspondientes a cada nivel
de conocimientos.
11. Conviene señalar que esas redes de
enseñanza implican costos que pueden
parecer elevados, especialmente para los
países en desarrollo.
12. Esos costos son de dos tipos:
Económicos y financieros (financiación del
viaje y la estancia de los estudiantes, y
remuneración de los docentes).
Culturales e institucionales (evaluación y
sistemas de calificación que acreditan las
formaciones que los estudiantes han cursado
fuera de las instituciones en las que están
matriculados).
13. La enseñanza superior se distingue de la primaria y
secundaria no sólo por la edad y nivel de los
alumnos, sino también por la producción y
valorización de nuevos conocimientos en el
ámbito cultural, social y económico.
Si se ven privadas de la posibilidad de desempeñar
esa función de investigación, descubrimiento e
innovación, las instituciones de enseñanza
superior quedan reducidas a la condición de
centros de “enseñanza terciaria’’.
14. Las instituciones de enseñanza superior
tendrán que mostrarse más flexibles para
adaptarse a las necesidades de la sociedad
y preverlas.
La UNESCO tiene que seguir contribuyendo
a la creación de capacidades, fomentando la
cooperación internacional.
15. Por ultimo, cabe señalar que la libertad de
pensamiento y expresión es una condición
indispensable para la aparición y el
desarrollo de auténticas sociedades del
conocimiento, lo cual pone de relieve la
importancia de la libertad académica.