El documento analiza el monumento a Sarmiento realizado por Rodin en 1894. Explica que se creó como parte del proceso de construcción de la identidad nacional argentina a fines del siglo XIX, mediante el uso de símbolos en el espacio público. Si bien generó controversia por no parecerse a Sarmiento, con el tiempo el monumento pasó a simbolizar la figura de Sarmiento y las ideas que representaba, como demuestran los ataques que recibió a lo largo de la historia.
1. Trabajo de investigación
sobre el
monumento a
Sarmiento por Rodin.
Alumna: Iara Aversa
DNI: 36396197
Comision: 1
Entrega: virtual a historiaSCarte@gmail.com
4/10/2015
El trabajo es correcto. Cumple con los objetivos. Sin embargo no abordar el marco teórico
de la materia en el análisis específico de la argumentación. 7 (siete)
2. Panorama argentino entre fines del siglo XIX y el siglo XX.
El artículo 25 de la constitución argentina sancionada en mayo de 1853 decía: "El
Gobierno Federal fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni
gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que
traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias e introducir y enseñar las ciencias
y las artes". Era el proyecto poblar el país, esa fue la base del crecimiento económico de la
época pero poco a poco ante el gran flujo de inmigrantes que se dio, la sociedad
culturalmente se volvió heterogénea, una nación conformada por muchas naciones.
Los extranjeros que arribaban el suelo argentino, no mostraban interés en dejar su
nacionalidad de origen pues respondían a sus símbolos, idiomas, comidas, fechas patrias.
En 1869 Argentina contaba con 1.737.676 habitantes, en 1895 había 3.954.961 y para
1914 tenía 7.885.237 habitantes. El panorama sobre la cuestión “nación argentina” se vio
en una encrucijada. Las ingenuas expectativas sobre las repercusiones de las olas
migratorias se pusieron en juego con los intereses de los expatriados que iban
adquiriendo, con mayor o menor grado, una visible organización. Aparecieron los
reclamos concretos de adquirir derechos políticos sin perder su nacionalidad de origen,
mientras que los países europeos pretendían seguir teniendo lazos con sus emigrantes.
Esta situación, provoco una gran preocupación en la clase dirigente de la época. La elite
argentina puso en marcha diversas estrategias policías por un lado de índole jurídica y por
otro forjando la nacionalidad argentina. Respecto de la segunda, fue lo público el terreno
de inserción entorno al centenario de la patria.
La semilla del ser nacional.
Era necesario que los ciudadanos argentinos tengan un fuerte sentido histórico. Fue la
época en que se conformó, lo que Bertoni llama, “el panteón de figuras patrias”1 las
escuelas hicieron de eslabón fundante de la reproducción de ese relato, nombres de
calles, plazas, estatuaria, celebraciones públicas de la fechas patria, fueron instalándose
en las últimas dos décadas del siglo xix como medidas para resolver la debilidad de la
nación argentina frente la transformación constante del panorama cosmopolita.
En este marco, el programa de enseñanza patriótica del Consejo Nacional de Educación,
tiene puntos de encuentro con el “mito vivo”, propuesto en Mito y realidad,
relato que “proporciona modelos a la conducta humana y confiere por sí mismo
significación y valor a la existencia” 2, en ese caso a la existencia del ciudadano argentino.
Tomando la definición de mito “como una historia sagrada, que relata un acontecimiento
que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los comienzos”3,
3. vemos que el hombre moderno se apropia de la Historia como la ciencia que constituye
este relato que, en ambos casos, configura y da sentido la realidad de una época.
La función de las medias políticas que el estado argentino dispuso buscaba un consenso y
consolidación en la construcción del sentimiento patrio y solo se podía lograr conociendo
su origen, de ahí el rol fundante de la educación y encontraba en la simbología pública la
materialización de dicho proceso.
El Sarmiento de Rodin.
La estatua que fue encargada por Miguel Cané en 1894, al importante escultor francés
A.Rodin, se efectúa dentro del proceso sociopolítico que apunaba hacer del espacio
público el lugar donde habitara la historia de la patria. Entorno a ello “retratos, símbolos,
recreaciones de escenas, reproducción de objetos para un nuevo consumo nacionalista”4
fueron pensado como instructores de la memoria histórica colectiva en la tarea
nacionalizadora de los inmigrantes.
La estatua ubicada en el parque tres de febrero, “está conformado por la figura del
educador envuelta en un capota en actitud de avance. Se apoya sobre un basamento con
dos relieves alegóricos. Quizás estos dos relieves sean lo más logrado del monumento. En
la cara frontal el mito de apolo dispensador de luz en su triunfal con las tinieblas
(podríamos hacer referencia a la civilización contra la barbarie). Y en la cara posterior un
relieve que representa al escudo nacional”.5
Cuando fue inaugurada genero gran controversia, porque la cara de la estatua no se
parece a la figura del prócer. En aquella época existían muchas voces entorno a como
darle al país identidad y memoria histórica. Aquellos que apelaban a la falta de criterio
que tenían los artistas internacionales que realizaban las obras monumentales, alzaron su
voz. El eje de la discusión pasaba por el parecido con lo real, lo lejano del monumento con
la normativa académica tradicional del genero conmemorativo. L. Lugones en el capítulo
El monumento, del libro Historia de Sarmiento expone sobre esta estatua, “En cuanto al
monumento de Rodin, cuya hermosura expresiva es innegable en el conjunto, el público
tiene señalado con justicia su defecto doblemente capital esa no es la cabeza de
Sarmiento”. Tras la inauguración en el 25 de mayo de 1900 “la efervescencia duro 8 días y
el Intendente Bullrich puso centinelas armados para defender el monumento”6, el
periódico La Ilustración sud-americana dice sobre la obra”…pero, espíritus superficiales,
tan solo nos encantamos, en general con la exterioridad más o menos agradables,
mientras que voluntariamente cerramos los ojos ante las bellezas inminentes…”. Pasaran
décadas para que esta obra sea revalorizada. Vale aclarar que en esa época no estaba en
discusión del prócer en el panteón de los héroes patrios, sino cual era la mejor forma de
4. inmortalizarlo.
Con el correr del tiempo la imagen polémica se fue disipando y logro tener aceptación;
pero en 1955 fue blanco de bombas de alquitrán en la autodenominada Revolución
libertadora, en 1961 sufrió inscripciones injuriosas en los 150 años del nacimiento “del
padre del aula”, y en 1984 el monumento fue desplazado de su pedestal un día antes del
día del maestro. En 1975 se despliega una exposición la obra homenaje titulada “en torno
al monumento a Sarmiento por Rodin” con una estatua de Enio Iommi y dos paneles uno
con la imagen de la estatua de Rodin y las líneas espaciales que dieron origen a la de
Iommi y otro con fotos del proceso de la obra.
Estos episodios fueron posibles por el sentido simbólico convencional constituido en la
obra.
Conclusión
Cuando comencé el trabajo tenia por interrogante averiguar si la obra elegida cumplió su
función dentro de la red simbólica promovida por el estado nacional a fines de siglo XIX,
pese a la negativa recepción en el momento de su inauguración.
Considero que sí, los ataques que ha recibido en diferentes momentos históricos son
ejemplo de ello. En palabras de Freedberg ” una imagen merece ser atacada si de alguna
manera es concebida como una imagen animada, animada en el sentido del grado de vida
o de vivacidad que se considera inherente a una imagen”7. Agredir lo material es también
agredir las ideas que se están representando.
Por ende si en el correr del tiempo la estatua en cuestión fue agredida quiere decir que ha
logrado simbolizar la figura histórica como sus ideas.
1 Reseña bibliográfica de María Eugenia Muñoz sobre patriotas cosmopolistas y
nacionalistas, la construcción de la nacionalidad argentina a fines del siglo xix.
2 Mito y realidad, Mircea Eliade, cap. 1 pág. 8.
3 Mito y realidad, mircea eliade, cap. 1 pág. 12.
4 La grilla y el parque, espacio público y cultura urbana en Bs As, 1887-1936, UNQUI.
Gorelik Adrián, pág. 217.
5 Palermo, el parque 3 de febrero de Buenos Aires, S.Berjman y D. Schovelzon, pág. 233.
6 Palermo, el parque 3 de febrero de Buenos Aires, S.Berjman y D. Schovelzon, pág. 233.
7 II Jornadas de Estudios e Investigación. Inst. Payrò.2002, pag223.
5. Bibliografía
Gorelik, Adrián (1998) La grilla y el parque, espacio público y cultura urbana en Buenos
Aires, 1887-1936, Universidad Nacional de Quilmes.
El arte como materialización del mito y la acción ritual, Marcela Andruchow.
La elite del 80 y la construcción de la nacionalidad, Lilia Ana Bertoni.
Mito y realidad, Mircea Eliade.
Historia de Sarmiento, Leopoldo Lugones.
Palermo, el parque tres de febrero de Buenos Aires, S. Berjman y D. Schovelzon.
La Ilustración Sud-Americana, periódico ilustrado de las Repúblicas sud-americanas. Año
VIII Número 170.
Nacionalidad o cosmopolitismo, la cuestión de las escuelas de las colectividades
extranjeras a fines del siglo XIX, L.A.Bertoni.
Reseña bibliográfica de María Eugenia Muñoz sobre Patriotas cosmopolistas y
nacionalistas, la construcción de la nacionalidad argentina a fines del siglo xix. De Lilia
Bertoni.
El monumento a Sarmiento realizado por Rodin. Sergio Barbieri, Academia Nacional de
Ciencias Córdoba.