BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
La ira
1. República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular Para la Educación
Superior
Universidad Yacambú
Vicerrectorado de Estudios a Distancia
Facultad de Humanidades
Carrera: Psicología
Cátedra: Fisiología y Conducta
Autor:
Barrios, Mary.
CI: 18.620.737
Sección: ED03D0V
2. La ira es una emoción que nos acompaña a lo largo de
nuestra vida. No en vano, la ira siempre esta presente
en situaciones de conflicto, ya sean con otros o con
nosotros mismos y puede oscilar desde una leve
irritación hasta el más profundo de los odios.
3. Cuando se experimenta una emoción no se activa una sola área,
sino varias, pero generalmente hay una que tiene mayor
protagonismo. En el caso de la ira, esa zona crítica es la región
del estriado ventral
Se cree que la región del estriado ventral no sólo participa en el
reconocimiento de señales humanas de agresión, sino que
también desempeña un papel más general en la coordinación de
la conducta relevante para la adquisición y protección de valores
naturales, como la defensa de la pareja o el alimento
4. Para las neurociencias de este último tiempo, la región
del córtex frontal (una zona de control ejecutivo de la
mayoría de los procesos cerebrales más desarrollados a
nivel evolutivo, básicamente diseñado para ser el
refugio de la cognición, el pensamiento de alto nivel y
para los procesos de planeación a largo plazo) también
se encarga de regular la agresión y los impulsos
violentos cuando las señales neurocerebrales que van
desde el tálamo a la amígdala se desvían hacia él para
generar procesos relacionados con la racionalidad, la
lógica, la ética, la moral y la conciencia humana.
5. Otras función que compete al lóbulo frontal (y es de
mucha importancia) es inhibición de la conducta
ocasional a través de un proceso que la ciencia
denomina "control del impulso". Este proceso impide
que nuestras acciones sean llevadas a cabo, lo mismo
que nuestros pensamientos sin pensar en las
consecuencias. Esta es la razón por la cual los
adolescentes son demasiado impulsivos, debido a que
el lóbulo frontal madura neurológicamente,
aproximadamente, a los 25 años de edad.
6. La educación ejerce influencias en el desarrollo de la actividad afectiva
del sujeto, ella permite la formación de necesidades y motivos. Los
sentimientos estéticos, intelectuales y morales, así como el gusto son el
producto de una educación, no se dan de forma espontánea en los seres
humanos. El desarrollo de la volición, trascendental para el logro de los
aprendizajes, parte de un motivo, el que puede manifestarse en una
aspiración, convicción o un ideal en la persona en función de lo que se
desea alcanzar. No se produce de manera lineal, la voluntad en su
proceso de desarrollo puede experimentar retrocesos, detenciones, etc.
está sujeta a formación como el resto de la personalidad
7. Aunque la ira sea en principio una respuesta natural de los mamíferos para defenderse o
resguardarse de alguna amenaza, es también cierto que puede ser controlada a través del
aprendizaje no solo de alguna técnica, sino con un autocontrol que se puede ir
adquiriendo con el paso del tiempo, mientras que algunos lo aplican de manera más
espontánea y con mayor grado de facilidad. El aprendizaje influye de modo significativo
en el control de la ira, y aun cuando se es niño es posible comenzar tal emprendimiento
de concientización de las “rabietas” con lo cual en una vida futura el dominio puede llegar
a ser de gran avance, sin necesidad de usar la represión, sino la observación de sí mismo,
la concientización de los pensamientos que despiertan la ira y el momento preciso en el
que esta se desencadena, también poner atención a las consecuencias que la ira puede
incorporar en determinados momentos donde se hace un uso desbordado y desmedido
de ella
8. El objetivo del manejo de la ira es reducir los sentimientos y el
despertar fisiológico que provoca. A veces no podemos deshacernos de
las cosas o las personas que nos enfurecen, ni se pueden cambiar, pero
podemos aprender a controlar nuestras emociones. La palabra
tolerancia es de mucha importancia en esta área, puesto que aunque en
ocasiones el entorno o las personas que nos rodean desatan el volcán de
la ira, también es cierto que hay momentos en que la ira es injustificada
y un reflejo de otros problemas o malestares subyacentes del sujeto,
que producen explosiones al menor descuido afectando a veces a
personas que no tienen nada que ver con la molestia original. Es
menester también saber colocarse en el lugar de los otros, comprender
que un arrebato de furia la mayoría de las veces no soluciona el
problema y que lejos de ayudar empeora casi siempre la situación,
concientizar como había expresado anteriormente y tratar de hallar
soluciones creativas y positivas a los conflictos.
9. El tratamiento puede conllevar una mezcla de terapia cognitivo-
conductual y tratamiento farmacológico. La terapia puede ayudar al
paciente a reconocer los impulsos para facilitar la adquisición de un
mayor nivel de conciencia y control de los accesos de ira, así como a
tratar el estrés emocional que acompaña estos episodios. Existen
diversos tratamientos farmacológicos indicados para este tipo de
pacientes. Los antidepresivos tricíclicos y los inhibidores selectivos de
la recaptación de serotonina (ISRS) como la fluoxetina, la fluvoxamina
y la sertralina parecen aliviar algunos de los síntomas psicopatológicos.
Los estabilizadores de ánimo gabaérgicos y las drogas anticonvulsivas
como la gabapentina, el litio y la carbamazepina parecen ayudar a
controlar la aparición de los accesos de ira. Los ansiolíticos ayudan a
aliviar la tensión y pueden favorecer la reducción de los ataques de ira
mediante el incremento de la tolerancia a los estímulos que los
provocan, y están especialmente indicados en pacientes que también
sufren de un trastorno obsesivo-compulsivo, u otros trastornos de
ansiedad.