TEST DE RAVEN es un test conocido para la personalidad.pdf
La Ira
1. República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Popular para la Educación Superior
Universidad Yacambú
Cátedra: Fisología
Integrante
María José Rojas Chacón
HPS-161-00056V
La Ira
San Cristóbal, 21 de Octubre del 2017
2. DEFINICIÓN DE IRA
El concepto de ira hace referencia a aquellos sentimientos de
violencia, enojo, angustia e indignación generados en torno a
situaciones o personas específicas. La ira es para muchos
psicólogos y profesionales un sentimiento de descontrol
anímico que puede resultar muchas veces en diferentes tipos
de violencia, especialmente si no está bien canalizada.
Conocida como uno de los siete pecados capitales, la ira es sin
dudas un instinto que, dependiendo de los casos particulares,
puede acercar al ser humano al estado casi animal en el cual el
uso de la razón queda bloqueado por los sentimientos
irracionales.
En su acepción más positiva, la ira tiene como objetivo dar fuerza para protegerse y poder
sobrevivir. Muchas veces se exacerba cuando no es necesario, con consecuencias a nivel fisiológico
y del comportamiento, ya que el pulso se acelera, el corazón late rápido y la respiración se agita;
pero también conlleva a que todos alrededor se sientan incómodos, amedrentados, con miedo y
deseos de alejarse, porque seguramente nadie quiere relacionarse con una persona que estalla
descontrolada y dice o hace cosas que luego cuesta olvidar.
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3. 3
LOCALIZACIÓN DE LA IRA EN
EL CEREBRO
▹Según el científico argentino Facundo Manes y colaboradores,
durante mucho tiempo se creyó que todas las emociones se procesaban
en un conjunto de estructuras cerebrales interconectadas conocido
como sistema límbico. El naturalista inglés Charles Darwin fue quien
postuló que existen emociones "básicas" (como la tristeza, la alegría o
el temor) que se originan en regiones del cerebro homólogas en las
distintas especies y conservadas evolutivamente. Para Darwin, el
cerebro trabaja en red y cuando se experimenta una emoción no se
activa una sola área, sino varias, pero generalmente hay una que tiene
mayor protagonismo. En el caso de la ira, esa zona crítica es la región
del estriado ventral (se refiere a núcleos accumbens, porciones
profundas del tubérculo olfatorio parecidas al estriado y partes
ventrales del núcleo caudado y el putamen. Como es obvio por sus
conexiones, el estriado ventral se relaciona con el sistema límbico).
Para las neurociencias de este
último tiempo, la región del córtex
frontal (una zona de control
ejecutivo de la mayoría de los
procesos cerebrales más
desarrollados a nivel evolutivo,
básicamente diseñado para ser el
refugio de la cognición, el
pensamiento de alto nivel y para los
procesos de planeación a largo
plazo) también se encarga de
regular la agresión y los impulsos
violentos cuando las señales
neurocerebrales que van desde el
tálamo a la amígdala se desvían
hacia él para generar procesos
relacionados con la racionalidad, la
lógica, la ética, la moral y la
conciencia humana.
4. INFLUENCIAS DEL
APRENDIZAJE4
▹La emociones desagradables poderosas (ira, ansiedad, tensión o
tristeza) desvían la atención hacia sus propias ocupaciones interfiriendo
el intento de concentración en otra cosa.
Un estado emocional óptimo es un estado de olvido de sí mismo, lo
apuesto a la cavilación y preocupación. En lugar de quedar perdida en
una nerviosa preocupación, la persona que se encuentra en estado de
flujo está tan absorta en la tarea que tiene entre manos que pierde toda
conciencia de sí mismo y abandona la pequeñas preocupaciones –
salud, las cuentas – incluso la preocupación por hacer bien las cosas de
la vida cotidiana.
Es por eso que el superaprendiaje incluye la relajación y la
agradabilidad a los sentidos, de esta manera encontramos un éstado
emocional óptimo, creando un canal adecuado de flujo del
conocimiento y la experiencia.
5. El objetivo del manejo de la ira es reducir los sentimientos y el
despertar fisiológico que provoca.A veces no podemos deshacernos
de las cosas o las personas que nos enfurecen, ni se puede cambiar,
pero podemos aprender a controlar nuestras emociones. La palabra
tolerancia es de mucha importancia en esta área, puesto que aunque
en ocasiones el entorno o las personas que nos rodean desatan el
volcán de ira, tambien es cierto que hay momentos en que la ira es
injustificada y un reflejo de otros problemas o malestares subyacentes
del sujeto, que producen explosiones al menor descuido afectando a
veces a personas que no tienen nada que ver con la molestia original.
Es menester también saber colocarse en el lugar de los otros,
comprender que un arrebato de furia la mayoría de veces no
soluciona el problema y que lejos de ayudar empeora casi siempre la
situación, concientizar como había expresado anteriormente y tratar
de hallar soluciones creativas y positivas a los conflictos
MODIFICACIONES Y
TOLERANCIA5
6. TRANSTORNOS COMUNES6
▹La ira trastorna psicológicamente a la persona y produce
alteraciones fisiológicas que perjudica el sistema circulatorio,
eleva a límites peligrosos la tensión arterial, tensa la musculatura
corporal y acelera la respiración, lo que en suma, menoscaba la
salud por el estrés extremo que impulsa. Emergen trastornos del
sueño como el insomnio y perturbaciones en la alimentación y
digestión. Todo ello sin mencionar el perjuicio que les infringe a
los demás con sus acometidas verbales o físicas.
El ataque de ira, o ataque explosivo intermitente, se caracteriza
por episodios coléricos y violentos, en los que la persona no puede
controlar estos impulsos de ferocidad y de pérdida del control
mental y emocional, comprometiendo la seguridad de otros,
insultándolos o lesionando, o dañando todo a su alrededor sin
medir las consecuencias.
7. TRATAMIENTOS A ESTAS
REACCIONES
Tomar conciencia de las causas que nos llevan a un
estado de ira es un gran paso para avanzar hacia
una buena gestión de nuestros enfados. Aprender a
controlar la ira pasa por aprender a racionalizar
algunas emociones e impulsos irracionales y
relativizar las reacciones que nos produzcan
algunos eventos de la vida.
En caso contrario, la agresividad y la ira nos puede
conducir a un estado permanente de alerta que
puede generar malas experiencias personales. Por
tanto, uno de los factores claves en el manejo de la
ira es el autocontrol, pero también cabe destacar
las siguientes dinámicas en pos de desarrollar la
prevención de la ira:
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1. No acumular ira sino gestionarla
adecuadamente:
Cuando algo injusto sucede y no reaccionamos,
vamos acumulando ira y enfado. Tarde o temprano,
todo este enojo que vamos guardando estallará y
puede dar lugar a un episodio de violencia verbal
y/o física. Por tanto, es importante afrontar los
problemas con asertividad y control, para no dejar
que la bola del enfado vaya creciendo por
momentos.
2. Evitar la mentalidad de ganador/perdedor:
En muchas ocasiones, nos enfadamos como
reacción a la frustración de no haber logrado
algunos objetivos que nos planteábamos, o cuando
algo no ha salido tal como esperábamos. En estos
casos, la empatía es el rasgo distintivo entre
aquellos que saben gestionar la frustración,
controlar la ira y aceptar las contrariedades con
deportividad. Debemos evitar plantear las
relaciones interpersonales como un juego en que
se gana o se pierde.
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▹3. Reflexionar acerca de las causas y las consecuencias de nuestra
irascibilidad:
Pensar en ello y analizar si nuestra reacción emocional es realmente
justificada nos puede ayudar. Muchas veces no pensamos por qué estallamos
en un arrebato de ira, por ejemplo cuando conducimos un coche y
reaccionamos instantáneamente insultando o haciendo gestos a otros
conductores cuando hacen algo incorrecto. En ese momento sería vital
meditar sobre el porqué reaccionamos de este modo: ¿has pensado en las
posibles consecuencias de tener un episodio de ira mientras estás
conduciendo? Visto así tal vez vale la pena tomarse estas situaciones de otra
manera.
4. Descansar lo suficiente:
Cuando estamos agotados física o mentalmente, nuestras reacciones de ira y
los impulsos agresivos son más frecuentes y tenemos menos herramientas
para gestionarlos. Por este motivo es necesario descansar y dormir las horas
necesarias: tanto en el plano cuantitativo (dormir mínimo 8 horas) como en lo
cualitativo (descansar bien).
Además, existen varios momentos del día en que somos más vulnerables a
estallar de ira, y eso varía de una persona a otra. Somos capaces de controlar
la ira cuando estamos descansados, porque podemos analizar mejor las
situaciones.
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5. Relajación, meditación, autocontrol...
La relajación es la mejor manera de prevenir los ataques de ira. Existen distintas formas de relajarse: practicar
deporte, el yoga, la meditación, el Mindfulness, tomar un baño de agua caliente, o cualquier método que pase por
distraer la mente y llevarnos a un estado de positividad.
De hecho, en los momentos concretos en que detectamos que podemos tener una reacción de ira, es una buena
idea tratar de respirar profunda y lentamente durante por lo menos veinte segundos: esto hará que nuestro cuerpo
se desintoxique de la negatividad y la irascibilidad que sentimos
6. Evitar situaciones y personas irritantes
Debemos evitar encontrarnos en situaciones en que sabemos que pueden aumentar nuestra ira o llevarnos a un
estado negativo. También es probable que conozcas ciertas personas que te irriten especialmente (las temidas
personas tóxicas). En la medida de lo posible, hay que tratar de evitar los contextos en que sepamos que podemos
estallar, y en cuanto a las personas que nos irritan, algunas veces será imposible no tener ningún contacto (jefes,
algún familiar en concreto), por tanto, en la medida de lo posible, habría que tratar de conversar con esa persona
con el fin de que las interacciones no resulten tan irritantes.
7. Terapia con un psicólogo
La ayuda de un psicoterapeuta profesional y acreditado puede ayudar decisivamente a gestionar este tipo de
reacciones emocionales, sobre todo cuando ha llegado un punto en que los comportamientos agresivos derivados
de un mal control de la ira son frecuentes. La terapia psicológica para estos casos está destinada a modificar
actitudes que generan situaciones de enfado, y permiten lograr una reestructuración cognitiva para que el
paciente pueda gestionar y controlar su ira. También se emplean algunas técnicas de control emocional para
controlar la ira y manejar así la