2. El término "leucemia" significa literalmente
"sangre blanca". Los glóbulos blancos
(leucocitos) son producidos en la médula ósea
y el cuerpo los utiliza para combatir
infecciones y otras sustancias extrañas.
La leucemia lleva a un aumento incontrolable
en el número de glóbulos blancos inmaduros
(o blastocitos).
Los blastocitos se derraman fuera de la
médula hacia el torrente sanguíneo y el
sistema linfático. También pueden viajar al
cerebro y a la médula espinal (el sistema
nervioso central) y otras partes del cuerpo.
3. Existen cuatro tipos principales de
leucemia, denominados en función de la
velocidad de progresión y del tipo de glóbulo
blanco al que afectan.
Las leucemias agudas progresan rápidamente.
Las leucemias crónicas se desarrollan de forma
lenta.
Las leucemias linfáticas afectan a los linfocitos.
Las leucemias mieloides (mielocíticas) afectan a
los mielocitos. Los mielocitos se transforman en
granulocitos, otra manera de denominar a los
neutrófilos.
4. La causa de la leucemia es desconocida. Posiblemente uno o múltiples cambios en
la maquinaria genética de una célula provoca los cambios que llevan a una
multiplicación no controlada y a la ausencia de la muerte celular programada
normal de sus descendientes y ella misma. Estos cambios originarían la acumulación
de células leucémicas y el desplazamiento de las células normales. Se han asociado
varios factores a un aumento del riesgo de leucemia y se especula con un posible
papel causal de los mismos.
•Algunas anomalías de nacimiento como el síndrome de Down presentan mayor
incidencia de leucemia.
•Las radiaciones tanto de tipo médico como las asociadas a bombas atómicas o
centrales nucleares han provocado un aumento de la aparición de leucemias en las
personas expuestas.
•Algunos virus producen leucemias en animales y posiblemente también en el
hombre. Los virus pueden cambiar la dotación genética de una célula.
•Ciertas sustancias químicas como el benzol son agentes mutágenos y se ha visto
pueden causar leucemia.
5. Los síntomas son inespecíficos y similares a muchas enfermedades frecuentes. Pero al
contrario que en otros procesos, se hacen progresivamente más intensos y
persistentes.
•La debilidad y el cansancio crónico son frecuentes. Muchas veces asociados a palidez o
aspecto blanquecino de la piel por anemia.
•La fiebre alta por la enfermedad propiamente o por las frecuentes infecciones debido
a la falta de defensas, son habituales.
•Las infecciones son un riesgo importante que muchas veces es el que hace acudir al
enfermo a una consulta médica.
•La aparición de hematomas cutáneos con facilidad y el sangrado por lesiones mínimas
sin que se produzca la coagulación son otros motivos de consulta frecuentes.
•En los niños y más raramente en los adultos, pueden doler los huesos y articulaciones.
Los ganglios linfáticos, el bazo y el hígado aumentan de tamaño con frecuencia.
6. TRATAMIENTO
El tratamiento con radiaciones (radioterapia) habitualmente combinado con
quimioterapia ha mejorado notablemente con nuevos aparatos y avances tecnológicos.
Además del tratamiento especifico es fundamental el llamado tratamiento de soporte
que puede incluir transfusiones de sangre y de plaquetas, medicamentos para evitar
vómitos y para el dolor, suplementos nutricionales o nutrición artificial y antibióticos.
Este tratamiento de apoyo ha mejorado enormemente en las últimas décadas.
El trasplante de medula ósea ha permitido la curación de un pequeño grupo de
pacientes con leucemia.