2. Traducción e interpretación
1. Traducción
La traducción es la actividad que consiste en comprender el significado de un
texto en un idioma, llamado texto origen o «texto de salida», para producir un
texto con significado equivalente, en otro idioma, llamado texto traducido o «texto
meta». El resultado de esta actividad, el texto traducido, también se denomina
traducción. Cuando la traducción se realiza de manera oral se conoce como
interpretación. La disciplina que estudia sistemáticamente la teoría, la
descripción y la aplicación de la traducción y la interpretación se denomina
traductología.
2. Interpretación
La interpretación es el hecho de que un contenido material, ya dado e
independiente del intérprete, sea “comprendido” o “traducido” a una nueva forma
de expresión. Dicho concepto está muy relacionado con la hermenéutica.
Cognitivamente la operación de interpretación es el opuesto a la operación de
representación. Representar consiste en retratar una realidad material mediante
símbolos de diferente naturaleza, mientras que interpretar consiste en
reconstruir la realidad material a la que se refiere una representación de la
realidad.
2.1. Modalidades de interpretación
Existen tres modalidades de interpretación:
2.1.1. Simultánea
Traducción oral en tiempo real que requiere un equipo técnico
específico. Es el tipo de interpretación que exigen actividades tales
como congresos o conferencias.
2.1.2. Consecutiva
Mientras el locutor habla, el intérprete toma notas y, una vez finalizado
el discurso, transmite la traducción al público. Es habitual, por ejemplo,
en ruedas de prensa.
2.1.3. Enlace
El intérprete actúa como enlace entre su cliente y terceros, permitiendo
así la comunicación entre éstos. Se emplea habitualmente en visitas de
negocios e intercambios comerciales.
3. Diferencia
La traducción consiste en expresar en otra lengua lo que está escrito; mientras
que la interpretación es la traducción de mensajes emitidos de forma oral. La
diferencia, por tanto, reside en el modo de comunicación del mensaje.
3. Tabla de contenido
1. Traducción 1
2. Interpretación 1
2.1. Modalidades de interpretación 1
2.1.1. Simultánea 1
2.1.2. Consecutiva 1
2.1.3. Enlace 1
1
3. Diferencia 1
Las diferencias entre un traductor y un intérprete
Hoy vamos a explicaros brevemente las diferencias entre un traductor y un
intérprete. Así, de paso, os ayudamos con una de las preguntas de nuestra
encuesta que se os está trabando. No pretendemos aburriros, sólo queremos que
cuando necesites los servicios de uno de ellos sepas exactamente qué
buscas. Para ello, lo primero que hay que saber es que son profesiones que están
muy relacionadas, pero que son a su vez muy diferentes: ambos traducen sí, pero
de diferente manera. ¿La diferencia principal?: uno escribe y el otro habla.
Si lo que necesitas es alguien que te acompañe a una reunión y hable por ti en otro
idioma, que te traduzca todo aquello que te dicen, que te lea en alto todos los
documentos que te pasen en otra lengua o que vaya a un congreso para que los
asistentes que no hablen el mismo idioma que el orador puedan recibir el discurso
en su lengua a través de unos auriculares, lo que necesitas es un intérprete.
Si quieres irte a trabajar al extranjero y necesitas traducir algunos emails, tu cv o
una carta de presentación; si tienes una empresa y estás pensando en
internacionalizar y quieres que tus potenciales clientes en el extranjero puedan ver
tu web y tu catálogo en otro idioma; si quieres leer antes que nadie la última novela
de Dan Brown en español; entonces, quieres un traductor.
En definitiva, el intérprete traduce oralmente tanto textos escritos como discursos
hablados. En general, la imagen que solemos tener de ellos es dentro de una
cabina, frente a un micro y con unos auriculares puestos. A veces trabajan fuera de
ellas, haciendo acompañamientos a personas que viajan sin conocer el idioma del
lugar al que va, por ejemplo.
4. El traductor trabaja con textos escritos ya sean en papel o digitales: libros,
manuales de instrucciones, páginas web, videojuegos, certificados, etc. Podéis
imaginarlo frente a un ordenador, con notas, email, conexión a internet y un montón
de pestañas abiertas en su navegador.
Aunque ambos tienen que tener un amplio conocimiento de los idiomas y la cultura
con los que trabajan, su formación debería ser diferente. El traductor necesita
un buen nivel de comprensión y expresión escrita y mucho dominio de las
normas ortotipográficas mientras que el intérprete debe destacar en
comprensión y expresión oral. Por otro lado las técnicas y las herramientas que
utiliza uno y otro son muy diferentes. También los precios y la forma de hacer los
presupuestos son muy diferentes, pero de eso también hablaremos en otro
momento. Eso sí, queremos que sepas que algunos profesionales ofrecen ambos
servicios.