La talidomida causó una epidemia de defectos congénitos en la década de 1960, marcando un hito en la identificación de agentes teratogénicos. La radiación ionizante y el virus de la rubéola también se identificaron como agentes teratogénicos en las décadas de 1920 y 1950, respectivamente. A partir de estos hechos, se comenzó a desarrollar la investigación y regulación de la teratogenicidad de medicamentos y otros agentes durante el embarazo.