En este capítulo el apóstol Pablo expresa su satisfacción por el hecho de que los corintios finalmente hayan reflejado el resultado de la obra del Espíritu de Dios en sus vidas, tal y como hoy en día puede suceder con todo creyente que habiendo recibido la exhortación en Palabra y temor de Dios. A pesar de la tristeza que en su momento generó la primera carta, Pablo nos enseña un principio de vital importancia, pues la tristeza que viene de Dios genera resultados muy distintos a la tristeza que provocan las diversas circunstancias del mundo. Así es que en este capítulo Pablo inicia recordándonos las promesas de Dios, a los corintos en su momento como a nosotros en este tiempo, que para ser templo de Dios como lo prometió el Señor conforme a la profecía que vemos registrada en Levítico capítulo veintiséis, es necesario que nos apartemos de la actitud que caracteriza a quienes aún se encuentran en idolatría: • 2 Corintios 6.- 14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. 17 Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, 18 Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso… (Lev. 26:12) Así es que habiendo entendido que de acuerdo al contexto de toda la disertación de Pablo conforme a los capítulos anteriores que jamás se refirió como incrédulos a las personas que no conocen el evangelio sino a quienes dicen creer en Dios pero que en realidad creen más en las religiones creadas por los hombres que en lo que Dios estableció en su Palabra, como aquellos que medran el evangelio para sus propios propósitos: • 2 Corintios 2.- 17 Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo… Entonces ahora Pablo se refiere a la promesa de ser parte de la profecía anunciada por el Señor para ser templo del Dios viviente, exhortándonos a ser limpios de toda contaminación, no solo en la carne sino en el espíritu...

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Autor del comentario: Humberto Rendón Rojas
Transcripción: Humberto Rendón Rojas
Capítulo 7 La importancia de la exhortación
En este capítulo el apóstol Pablo expresa su satisfacción por el hecho de que
los corintios finalmente hayan reflejado el resultado de la obra del Espíritu de
Dios en sus vidas, tal y como hoy en día puede suceder con todo creyente que
habiendo recibido la exhortación en Palabra y temor de Dios. A pesar de la
tristeza que en su momento generó la primera carta, Pablo nos enseña un
principio de vital importancia, pues la tristeza que viene de Dios genera
resultados muy distintos a la tristeza que provocan las diversas circunstancias
del mundo.
Así es que en este capítulo Pablo inicia recordándonos las promesas de Dios,
a los corintos en su momento como a nosotros en este tiempo, que para ser
templo de Dios como lo prometió el Señor conforme a la profecía que vemos
registrada en Levítico capítulo veintiseis, es necesario que nos apartemos de
la actitud que caracteriza a quienes aún se encuentran en idolatría:
• 2 Corintios 6.- 14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos;
porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué
comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial?
¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo hay entre
el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios
viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y
ellos serán mi pueblo. 17 Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y
apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, 18 Y
seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el
Señor Todopoderoso… (Lev. 26:12)
Así es que habiendo entendido que de acuerdo al contexto de toda la
disertación de Pablo conforme a los capítulos anteriores que jamás se refirió
como incrédulos a las personas que no conocen el evangelio sino a quienes
dicen creer en Dios pero que en realidad creen más en las religiones creadas

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por los hombres que en lo que Dios estableció en su Palabra, como aquellos
que medran el evangelio para sus propios propósitos:
• 2 Corintios 2.- 17 Pues no somos como muchos, que medran falsificando
la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y
delante de Dios, hablamos en Cristo…
Entonces ahora Pablo se refiere a la promesa de ser parte de la profecía
anunciada por el Señor para ser templo del Dios viviente, exhortándonos a ser
limpios de toda contaminación, no solo en la carne sino en el espíritu;
2 Corintios 7.- 1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas,
limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando
la santidad en el temor de Dios…
Así es que esta limpieza a la que nos exhorta Pablo debe cumplir el objetivo
de ir perfeccionando nuestra santidad en el temor de Dios, esta purificación
que en el texto se utiliza el término “limpiémonos” debe ser en el temor de
Dios y recordemos que Pablo ya había hablado del temor de Dios (2 Cor. 5:11)
y entendimos que cuando Pablo habla del temor del Señor se refiere al temor
a transgredir su voluntad.
En ese sentido, para ser templo de Dios y que el Señor habite entre nosotros
debemos ser purificados en la carne y en el espíritu y esto solo es posible a
través del cumplimiento de sus mandamientos viviendo vidas que reflejen ese
temor de Dios, lo que se traduce en vivir vidas que procuran no transgredir
esos mandamientos que representan la voluntad de Dios para que de esta
manera podamos ir perfeccionándonos en la santidad. El apóstol Juan
hablando de la limpieza de la maldad en todo ser humano habló de la
necesidad de confesar nuestros pecados como el principio más básico en el
proceso de la purificación del hombre;
• 1 Juan 1.- 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad…
Como vemos, vivir nuestras vidas con la conciencia de lo que implica el
entendimiento de estos conceptos desde el punto de vista bíblico, va a hacer

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que nuestra forma de conducirnos frente a nuestros prójimos refleje la
santidad que está siendo perfeccionada cada día en el ejercicio de los
atributos que también nos han sido provistos por el Señor a través de su
Espíritu de Santidad;
2 Corintios 7.- 2 Admitidnos: a nadie hemos agraviado, a nadie hemos
corrompido, a nadie hemos engañado…
Una vez más Pablo les pide a los corintios que les admitan a Pablo y a quienes
estaban con Pablo enseñando en aquella comunidad y les recuerda que ellos
no habían hecho nada para agraviarles, ni para corromperlos y que en ningún
aspecto les habían engañado, esto en el contexto del que viene hablando
claro, es decir, en el contexto de la enseñanza que siempre les había
ministrado con temor de Dios.
Como vemos, Pablo continúa hablando de la diferencia que siempre hizo en
el cumplimiento del ministerio que le fue encomendado por Dios a diferencia
de quienes, buscando otros propósitos ajenos al evangelio, agraviaban a los
creyentes y les engañaban. Hoy en día estos aspectos se viven de forma muy
común en las congregaciones lamentablemente y a pesar de ello las personas
continúan recibiendo toda aquella enseñanza de esos ministerios de los que
se quejan, lo cual resulta sin sentido en ocasiones como sucedía entonces con
los corintios que, a pesar de ser engañados, aceptaban más a aquellos falsos
maestros que a Pablo y es por ello que les dice: “Admitidnos”;
Sin embargo, al mismo tiempo Pablo les escribe que esto que les dice no lo
hace para condenarlos, para reprocharles por resentimiento, pues ya les había
confirmado su gran amor por ellos;
2 corintios 7.- 3 No lo digo para condenaros; pues ya he dicho antes que
estáis en nuestro corazón, para morir y para vivir juntamente…
Por supuesto que Pablo no buscaba juzgar o acusar a los corintios, sino por el
contrario como él mismo lo refiere, ya les había anticipado que los amaba y
que siempre los llevaba en su corazón, sin embargo, recordemos que también
se refirió a ellos como a hijos y es en ese sentido que Pablo muestra su
preocupación por los corintios, confrontándolos a fin de que manifestaran los
frutos de su madurez para recibir una exhortación de alguien que los amaba.

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Una de las cosas más tristes que sucede en nuestros días y que es la razón por
la que la iglesia de Yeshúa no madura es porque las personas no están
dispuestas a recibir una confrontación como en este caso lo estaba haciendo
Pablo, lo cual, implicaban de mucha franqueza y al mismo tiempo de confianza
en la madurez de los creyentes;
2 Corintios 7.- 4 Mucha franqueza tengo con vosotros; mucho me glorío con
respecto de vosotros; lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en
todas nuestras tribulaciones…
Este es un principio que deberíamos aprender todos, Pablo refiere que les
habla con franqueza a los corintios, sin embargo, eso no implica que no se
gloríe de ellos y la razón por la que deberíamos aprender todos esto es porque
cuando tenemos entendido que los hermanos en la fe en verdad nos han dado
muestras de amor verdadero, significa que podemos recibir de ellos
reprensión, exhortación, confrontación, sin llegar a considerar que eso nos
agravie, de esa manera es mucho más fácil tener la confianza para confrontar
a alguien con sus errores o pecados incluso sin temor a que lo tomen a mal.
A pesar de las tribulaciones que sufría Pablo, él sentía consolación porque
sabía que su sacrificio estaba dando frutos en los corintios. La consolación de
todo predicador de la Palabra de Dios es saber que a pesar de las tribulaciones
que pudiera sufrir, ha valido la pena por el fruto en aquellos en los que han
recibido su servicio. Esta frase: “sobreabundo de gozo”, también puede ser
expresada como “estoy sobremanera gozoso o tengo un gozo que no se puede
explicar y la razón es por las tribulaciones de las que era objeto el apóstol
Pablo;
2 Corintios 7.- 5 Porque de cierto, cuando vinimos a Macedonia, ningún
reposo tuvo nuestro cuerpo, sino que en todo fuimos atribulados; de fuera,
conflictos; de dentro, temores…
Pablo constantemente tenía conflictos con quienes estaban compartiendo un
falso evangelio y con las consecuencias de esos mensajes en agravio de la fe
de los creyentes, esos eran sus conflictos de fuera y, por otro lado, en el
espíritu a Pablo le invadían los temores de que muchos que hubiesen recibido

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la buena Palabra, cayeran en confusión y se perdieran en la religión antes que
seguir en la verdadera fe, esos eran sus temores de adentro;
2 Corintios 7.- 6 Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la
venida de Tito; 7 y no sólo con su venida, sino también con la consolación
con que él había sido consolado en cuanto a vosotros, haciéndonos saber
vuestro gran afecto, vuestro llanto, vuestra solicitud por mí, de manera que
me regocijé aún más…
Podemos imaginarnos el gozo y la consolación de Pablo al recibir las noticias
de Tito en el sentido de que los corintios no habían olvidado a Pablo, sino que
incluso saber del gran afecto que guardaban para con él, así como el llanto de
los corintios por Pablo al saber de las aflicciones por las que atravesaba; por
supuesto que eso representaba un gran regocijo para Pablo;
2 Corintios 7.- 8 Porque aunque os contristé con la carta, no me pesa, aunque
entonces lo lamenté; porque veo que aquella carta, aunque por algún
tiempo, os contristó. 9 Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados,
sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido
contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra
parte…
Pablo se refiere a una carta anterior, aunque no se cree que se refiera a la
primera carta que consta en el canon de la biblia, se piensa que quizás se
refiera a otra carta; recordemos que había problemas en la congregación de
Corinto y Pablo en un intento de ponerlos de nuevo en el camino, hizo una
visita rápida y sin planear, la cual aparentemente empeoró las cosas y Pablo
se refiere a esa ocasión como la visita triste;
• 2 Corintios 2.- 1 Esto, pues, determiné para conmigo, no ir otra vez a
vosotros con tristeza…
Así es que después de esta visita, Pablo decidió ya no visitar a Corinto de nuevo
en persona por el momento, pero envió a Tito con una carta de exhortación
fuerte. Pablo estaba muy preocupado por cómo recibirían los corintios la
carta, así es que cuando Tito regresó con buenas noticias de los corintios,
Pablo fue aliviado en gran manera y es de eso de lo habla en estos pasajes;

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2 Corintios 7.- 10 Porque la tristeza que es según Dios produce
arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la
tristeza del mundo produce muerte…
Esta es la razón por la que Pablo en los versículos anteriores refiere que no le
pesó causar tristeza en los corintios porque el objetivo fue para que se
arrepintieran de aquellas cosas que estaban haciendo mal y esa es la gran
diferencia que genera una tristeza que es de Dios, porque aquello que causa
esa tristeza busca que la persona venga al arrepentimiento para salvación.
Juan el bautista, aunque muchos critican su mensaje porque dicen que fue
duro, en realidad, no es que haya sido un mensaje duro, sino que era un
mensaje que buscaba precisamente esto, contristar a las personas al
reconocer la condición en que se encontraban y venir al arrepentimiento a fin
de que fueran salvos y justo esas palabras fueron las que comenzó a hablar
Yeshúa en el inicio de su ministerio
• Mateo 4.- 17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir:
Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado…
Entonces la tristeza que viene de Dios en este caso provenía de la
confrontación que hizo Pablo a los corintios respecto a su pecado que, al
recibirla con madurez en ellos produjo el arrepentimiento que es para
salvación, sin embargo Pablo al hablar de otro tipo de tristeza, se estaba
refiriendo a aquella que provenía de personas o de acciones que no buscaban
el arrepentimiento, sino que busca entristecer a las personas pero solo para
hacerles sentir culpables y sin esperanza, por ello la describe como una
tristeza que es para muerte;
2 Corintios 7.- 11 Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados
según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación,
qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os
habéis mostrado limpios en el asunto…
Estos efectos son los que produce la tristeza que viene de Dios. El
arrepentimiento significa cambiar, y se requiere de solicitud para mantenerse
en ese cambio. Si uno se da por vencido fácilmente, entonces jamás puede
andar en arrepentimiento. El arrepentimiento llega a ser nuestra defensa ante

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la culpa de ser conscientes de nuestro pecado delante de Dios. La conciencia
de la condición de pecado produce indignación respecto a la vida que
llevábamos, una vida sin Dios e inconscientes de nuestra esclavitud al pecado.
Así es que cuando nuestro arrepentimiento ha sido motivado por esa tristeza
que tiene un propósito divino, lo que nos purifica es precisamente la respuesta
en hechos tangibles y no solo de palabra y esos hechos son caracterizados por
el ser solícitos, por la defensa de la fe, por la indignación del pecado, por el
temor de Dios, por el afecto que es manifiesto en quien está arrepentido, el
celo por Dios que es manifiesto por la restauración en obediencia y la
vindicación que menciona Pablo como la retribución que recibimos por el
arrepentimiento sincero. En todas esas características los corintios fueron
limpios.
Esto nos confirma una vez más que resulta de suma importancia la reacción
que tengamos cuando alguien nos confronte con nuestro pecado, pues lo
lamentable sería que no nos arrepintamos y en consecuencia que no seamos
purificados por causa de no estar arrepentidos de nuestro pecado.
Y a continuación Pablo va a aclararles a los corintios que aquella carta que
menciona en líneas anteriores y que describe como la carta por la cual les
contristó, no fue escrita por causa de aquella persona que en su momento
Pablo les pidió que expulsaran de la comunidad por causa del pecado de
fornicación que se describe en el capítulo 5 de la primera carta;
2 Corintios 7.- 12 Así que, aunque os escribí, no fue por causa del que cometió
el agravio, ni por causa del que lo padeció, sino para que se os hiciese
manifiesta nuestra solicitud que tenemos por vosotros delante de Dios…
El propósito de Pablo era que los corintios fueran consientes del gran amor
que Pablo tenía por ellos y ese amor de Pablo también se debía a la forma en
que los corintios trataron a Tito;
2 Corintios 7.- 13 Por esto hemos sido consolados en vuestra consolación;
pero mucho más nos gozamos por el gozo de Tito, que haya sido confortado
su espíritu por todos vosotros…

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El informe que Tito le presentó a Pablo fue la prueba clara de que los corintios
estaban teniendo un cambio en su forma de vivir la fe, el buen trato que
recibió Tito fue un consuelo para Pablo y esto es una enseñanza muy
importante para todos nosotros, el recibir a todo aquel que trae bendición a
través de la Palabra de Dios siempre es reconfortante para los que cumplen
esta importante tarea;
2 Corintios 7.- 14 Pues si de algo me he gloriado con él respecto de vosotros,
no he sido avergonzado, sino que así como en todo os hemos hablado con
verdad, también nuestro gloriarnos con Tito resultó verdad…
Para Pablo fue muy importante que los corintios no le avergonzaran con su
conducta y, por el contrario, Pablo estaba muy gozoso del testimonio que
manifestaron los corintios;
2 Corintios 7.- 15 Y su cariño para con vosotros es aun más abundante,
cuando se acuerda de la obediencia de todos vosotros, de cómo lo recibisteis
con temor y temblor. 16 Me gozo de que en todo tengo confianza en
vosotros.
Pablo se aseguró de que los corintios supieran que su testimonio de
obediencia, lo que equivale a la manifestación de una fe verdadera, había
hecho que Tito tuviera un cariño mucho más abundante por ellos.
Hubo una gran diferencia entre aquella carta severa y esta carta en donde
Pablo elogia a los corintios y la razón fue, el arrepentimiento genuino que fue
constatado por Tito.
Esta preocupación que manifestó Pablo por los corintios es una gran
enseñanza para todo aquel que ha recibido el llamado para ejercer el
ministerio de la reconciliación, pues un ministerio que cumple con un servicio
en favor de los creyentes, nunca debe desarrollarse menospreciando la
importancia que tienen las personas a pesar de sus fallas, pues el ministerio
de reconciliación a final de cuentas tiene el propósito de que el siervo
manifieste una gran preocupación por todo creyente, porque sin ese amor por
los hermanos en la fe, el ministerio carece de todo sentido…