En este capítulo el apóstol Pablo nos habla de la gracia, un concepto que debemos atender de acuerdo al sentido bíblico fuera de todo concepto creado por dogmas religiosos para que tengamos la oportunidad de aprender y entender el sentido correcto de la enseñanza del apóstol. En ese sentido es como Pablo se va a referir a la generosidad de los creyentes que han entendido el sentido correcto de los bienes materiales que pueden ser de bendición para otros creyentes a los que Pablo se refiere como “santos”. De manera que Pablo una vez más se refiere a las contribuciones a las que hizo referencia en el capítulo 16 de la primera carta a los corintios y como veremos en el análisis de este capítulo, después de haber contemplado todos los aspectos que involucran al tema del consuelo que Dios prometió a su pueblo a través de los profetas, promesa que fue cumplida a través de Yeshúa, una vez más pablo conecta la misericordia de Dios manifestada en ese consuelo con el testimonio manifiesto en hechos tangibles que refleja que en verdad estamos siendo transformados en nuestra mente y en nuestro corazón en uno de los temas más controvertidos, el aspecto económico, ya que Pablo al abordar el tema de la ayuda a los pobres al mismo tiempo está probando la condición espiritual en que se encontraban los corintios pues como ya lo entendimos en estudios anteriores, la ayuda a los pobres del pueblo de Dios se encuentra vinculada directamente con el corazón de Dios conforme a la doctrina de Yeshúa. De manera que en los capítulos 8 y 9 de esta segunda carta a los corintios Pablo habla de la actitud de contribuir económicamente y apoyar a los hermanos en la fe y lo interesante es que Pablo utiliza el concepto “gracia” enfocando correctamente el concepto para aplicarlo a la actitud de dar por amor en Jesucristo, así que resulta muy interesante poder entender que la influencia espiritual que tiene un apersona departe de Dios es determinante para que se pueda considerar que la ayuda que alguien puede proveer a los pobres del pueblo no proviene de atributos personales de los creyentes, sino que incluso esa ayuda que se otorga, por cuanto es por gracia, también viene de Dios, en cuyo caso, quien recibe ésa ayuda debe dar gracias a Dios primeramente y después a los hermanos que disponen su corazón y su espíritu para que Dios obre en sus corazones.

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Autor del comentario: Humberto Rendón Rojas
Transcripción: Humberto Rendón Rojas
Capítulo 8 (1ª. Parte) La gracia de dar
En este capítulo el apóstol Pablo nos habla de la gracia, un concepto que
debemos atender de acuerdo al sentido bíblico fuera de todo concepto creado
por dogmas religiosos para que tengamos la oportunidad de aprender y
entender el sentido correcto de la enseñanza del apóstol. En ese sentido es
como Pablo se va a referir a la generosidad de los creyentes que han
entendido el sentido correcto de los bienes materiales que pueden ser de
bendición para otros creyentes a los que Pablo se refiere como “santos”.
De manera que Pablo una vez más se refiere a las contribuciones a las que hizo
referencia en el capítulo 16 de la primera carta a los corintios y como veremos
en el análisis de este capítulo, después de haber contemplado todos los
aspectos que involucran al tema del consuelo que Dios prometió a su pueblo
a través de los profetas, promesa que fue cumplida a través de Yeshúa, una
vez más Pablo conecta la misericordia de Dios manifestada en ese consuelo
con el testimonio manifiesto en hechos tangibles que reflejan que en verdad
estamos siendo transformados en nuestra mente y en nuestro corazón en uno
de los temas más controvertidos, el aspecto económico, ya que Pablo al
abordar el tema de la ayuda a los pobres al mismo tiempo está probando la
condición espiritual en que se encontraban los corintios pues como ya lo
entendimos en estudios anteriores, la ayuda a los pobres del pueblo de Dios
se encuentra vinculada directamente con el corazón de Dios conforme a la
doctrina de Yeshúa.
De manera que en los capítulos 8 y 9 de esta segunda carta a los corintios
Pablo habla de la actitud de contribuir económicamente y apoyar a los
hermanos en la fe y lo interesante es que Pablo utiliza el concepto “gracia”
enfocando correctamente el concepto para aplicarlo a la actitud de dar por
amor en Jesucristo, así que resulta muy interesante poder entender que la
influencia espiritual que tiene un apersona departe de Dios es determinante
para que se pueda considerar que la ayuda que alguien puede proveer a los
pobres del pueblo no proviene de atributos personales de los creyentes, sino

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que incluso esa ayuda que se otorga, por cuanto es por gracia, también viene
de Dios, en cuyo caso, quien recibe ésa ayuda debe dar gracias a Dios
primeramente y después a los hermanos que disponen su corazón y su espíritu
para que Dios obre en sus corazones;
2 Corintios 8.- 1 Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios
que se ha dado a las iglesias de Macedonia…
Una vez más recordemos que la palabra “gracia” que utiliza Pablo en este
versículo, en el griego es la palabra “χάρις járis” y se traduce como “la
influencia divina sobre el corazón, y su reflejo en la vida de las personas”. En
ese sentido lo que Pablo está comunicando a los Corintios es el testimonio de
las iglesias de Macedonia al haber pedido incluso que fueran incluidas en el
privilegio de participar en las contribuciones para los hermanos pobres en
Jerusalén.
Uno de los pasajes que nos permite entender que la oportunidad de dar no es
un atributo natural de las personas y por lo cual podemos entender la razón
por la que para algunas personas es muy difícil desprenderse de algo para
darlo a alguien más, lo vemos en el hecho contundente de que la salvación, es
por el hecho maravilloso de haber sido influenciados por el Espíritu de Dios
para comenzar a hacer las cosas que en una condición sin gracia no podríamos;
• Efesios 2.- 8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no
de vosotros, pues es don de Dios…
Así es que, si la gracia es un don de Dios, es necesario recibirlo para poder
tener la gracia de dar como lo expresa Pablo en este primer versículo en
relación a las iglesias de Macedonia, creyentes a quienes pone de ejemplo de
lo que Dios hace a través de las vidas dispuestas a recibir la influencia espiritual
de su divinidad;
2 Corintios 8.- 1 Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios
que se ha dado a las iglesias de Macedonia; 2 que en grande prueba de
tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en
riquezas de su generosidad. 3 Pues doy testimonio de que con agrado han
dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, 4 pidiéndonos

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con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este
servicio para los santos.…
Esta es la razón que justifica que las personas hagan lo que no cualquiera
puede hacer en una situación de necesidad inclusive. Yeshúa nos dejó una
gran enseñanza en este sentido basado en aquella mujer que, siendo viuda y
pobre, depositó en el arca de las ofrendas dos blancas y eso era lo único que
tenía;
• Lucas 21.- 1 Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus
ofrendas en el arca de las ofrendas. 2 vio también a una viuda muy
pobre, que echaba allí dos blancas. 3 Y dijo: En verdad os digo, que esta
viuda pobre echó más que todos. 4 porque todos aquéllos echaron para
las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó
todo el sustento que tenía…
Esta mujer era consciente de que era necesario cumplir con el mandamiento
de Dios para que los levitas recibieran del pueblo el sustento para sus familias,
así es que la diferencia entre los ricos que depositaban en el arca de las
ofrendas y aquella viuda pobre fue, la gracia, la influencia del Espíritu de Dios
que hacía que esta mujer obrara por amor a Dios y a sus mandamientos.
De igual manera, aquellos creyentes de las iglesias de Macedonia, aunque
estaban en pobreza como lo expresa Pablo, la gracia de Dios en ellos les hacía
contribuir con sincero amor para los pobres de Jerusalén, algo que solicitaron
con muchos ruegos a fin de tener ese privilegio de participar en ese servicio
de contribución para los santos;
2 Corintios 8.- 5 Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron
primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios…
Los creyentes de las iglesias de Macedonia dieron más de lo que Pablo
esperaba, sin embargo debemos entender en qué sentido Pablo está
enfocando esta generosidad por parte de los creyentes de Macedonia ya que
al mismo tiempo esta confirmando que eran pobres, no poseían riquezas; así
es que cuando Pablo dijo que primero se dieron al Señor y luego a ellos, Pablo
está hablando de la razón por la que no fueron las riquezas lo que hizo que su

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contribución para los pobres de Jerusalén fuera extraordinaria, sino el haberse
entregado al Señor.
En el ejemplo que analizamos en líneas anteriores en donde la viuda pobre
depositó en el arca de las ofrendas dos blancas, estamos ante un hecho
idéntico, aquella viuda pobre se entregó al Señor, depositó su confianza
plenamente en el hecho de que Dios le proveería su sustento a pesar de haber
depositado lo único que tenía en ese momento y en ese mismo sentido los
macedonios movidos por la gracia de Dios se entregaron al Señor y como
consecuencia confiaron en Pablo y los que estaba con él.
Este principio maravilloso nos enseña que la esencia de dar por causa de la
gracia no esta propiamente en dar dinero, sino en darnos al Señor, porque de
esa manera la entrega de recursos materiales solo es consecuencia inmediata
de habernos entregado a Dios;
2 Corintios 8.- 6 de manera que exhortamos a Tito para que tal como
comenzó antes, asimismo acabe también entre vosotros esta obra de
gracia…
En esta carta Pablo les advierte a los corintios que es con Tito con quien tienen
que iniciar y concluir esta obra de contribución para los pobres de Jerusalén.
Así es que después de que Pablo les expone a los corintios el ejemplo a seguir
de los macedonios, Pablo espera que la respuesta de los corintios igualmente
sea de gracia de Dios y Pablo esperaba que confiaran en Tito para recolectar
esta importante contribución.
Por otro lado, las palabras de Pablo nos recuerdan que la verdadera gracia y
fe de todo creyente se expresa en hechos tangibles de gratitud, porque el
principio divino de la gracia consiste en eso precisamente;
• Mateo 10.- El reino de los cielos se ha acercado. 8 Sanad enfermos,
limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia
recibisteis, dad de gracia…
El principio enseñado por Yeshúa a sus apóstoles implica que todo cuanto
hayamos recibido por causa de la obra del Espíritu de Dios, por esa misma
gracia es que debemos dar de gracia, es decir, dar por causa de la influencia

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que el Espíritu de Dios está haciendo en nosotros. Así es que la persona que
diga que la gracia de Dios está en ella pero que no tenga hechos tangibles que
den testimonio de esa gracia de Dios, lo que asegura solo es producto de su
imaginación. Y en este aspecto resulta necesario aclarar que esos hechos
tangibles de gratitud de gracia de Dios deben ser en favor de cualquier
persona y no como se acostumbra a tomar estos pasajes para manipular a las
personas a que aporten todo el tiempo para mantener a los líderes religiosos
y a sus familias, de ninguna manera es así.
El contexto de estos pasajes definitivamente es la ayuda y aportaciones en
favor de los hermanos que pasan por pobreza, por necesidad, es decir, la
gracia de Dios manifiesta en los creyentes en favor de los creyentes y no en
un ministerio o en otro, ese no es el contexto, que quede bien claro;
2 Corintios 8.- 7 Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en
ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad
también en esta gracia…
Efectivamente, el dar como don que viene de Dios es un don complementario
del carácter de un verdadero creyente que abunda en obediencia, en
conocimiento de la Palabra, que es solícito en servir y en amor, por eso Pablo
les dice que de la misma manera que ellos abundan en esos dones, que
también abunden en esta gracia, refiriéndose a la gracia de dar, lo cual no
significa que por parte de Pablo los creyentes se sintieran presionados a
desprenderse de dinero para contribuir para subsanar las necesidades de los
pobres de Jerusalén.
Como vemos, Pablo habla de la acción de dar, específicamente dinero
utilizando la palabra “gracia” como complemento del verdadero sentido de
dar, precisamente lo que constituye a la acción como un don de Dios, en ese
sentido estamos hablando de corazones convertidos, lo que hace la diferencia
entre una persona generosa con sus prójimos y una persona no generosa o
codiciosa.
En este contexto, la actitud de dar jamás debe depender de alguna actitud con
la que se pretenda aparentar ante los demás, porque entonces estaríamos
ante una actitud que carece del don de Dios. Yeshúa nos enseñó que cuando

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demos, debemos hacerlo con toda la discreción posible para que la
manifestación del don de Dios sea perfecta;
• Santiago 17.- 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de
lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de
variación…
Las acciones de generosidad que todo creyente hace en favor de su prójimo,
al ser puras, con corazones sinceros son como incienso agradable a Dios,
porque esa actitud es la esencia del sistema sacrificial, la enseñanza didáctica
antigua establecida por Dios en sus mandamientos siempre tuvo el propósito
de formar corazones agradecidos al Padre, creyentes que se formaran en
carácter conforme a la imagen del Hijo.
El apóstol Juan hablando de este carácter que debemos reflejar, habló de la
generosidad de Yeshúa al haber dado su vida por nosotros y aplicó ése gran
ejemplo de amor de parte de Yeshúa para contrastarlo con quienes no tienen
la gracia de Dios por no tener la capacidad de ayudar a su hermano que se
encuentra en necesidad;
• 1 Juan 3.- 16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por
nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los
hermanos. 17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano
tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de
Dios en él? 18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de
hecho y en verdad…
Una vez más, nuestro amor a nuestro prójimo debe ser con hechos y verdades
y no solo de palabra. Sin embargo, Pablo era consciente y muy sensible a la
autoridad que le reconocían las iglesias que él había fundado, pero no usaba
de ese reconocimiento para mandar a hacer una u otra cosa, sino que prefería
que los creyentes fueran motivados a contribuir con los necesitados solo por
su fidedigno amor a Dios y a sus prójimos;
2 Corintios 8.- 8 No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por
medio de la diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro…

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Pablo abordó dos aspectos importantes, primero se refirió a la forma de medir
la sinceridad del amor de los creyentes y también se refirió a la comparación
que venía haciendo entre los corintios y los macedonios al decir que no los
estaba mandando, sino que los estaba poniendo a prueba por medio de la
diligencia de otros, refiriéndose a los macedonios claro. Yeshúa enseñando en
el tema de la generosidad, dijo que donde esta nuestro tesoro, ahí está
nuestro corazón;
• Mateo 6.- 19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín
corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en
el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no
minan ni hurtan. 21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará
también vuestro corazón…
Lamentablemente éste pasaje es utilizado por muchos para sacar de contexto
la enseñanza original de Yeshúa y aplicarlo a las finanzas personales de los
líderes religiosos haciéndoles creer a los creyentes que su “ministerio”, es
decir, que su servicio requiere de que los creyentes pongan su tesoro en esos
ministerios, cuando en realidad el contexto del mensaje de Yeshúa tiene que
ver con la manifestación del amor al prójimo; de manera que cuando los
predicadores utilizan este y otros pasajes para manipular a los creyentes
eliminan por completo el contexto correcto de las palabras del Hijo de Dios.
Por el contrario, Pablo con mucho cuidado dijo: No hablo como quien manda,
pues, además, Pablo jamás le pidió a los corintios o a cualquiera otra
comunidad que él fundó, recursos económicos para su ministerio, sino que
siempre fue para los pobres del pueblo y esto es algo que muchos seudo
predicadores deberían aprender del apóstol Pablo;
2 Corintios 8.- 9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que
por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su
pobreza fueseis enriquecidos…
En el contexto en el que Pablo está hablando de la gracia acerca de dar,
claramente nos dice que ya conocemos cómo es que Yeshúa dio, pues siendo
el Rey del universo se hizo pobre para enriquecernos, ¿Cómo nos enriqueció?
Con su sacrificio al darnos la vida, la vida eterna como el bien de mayor riqueza
al que cualquier creyente pudiera aspirar.

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¿Cuándo fue rico Yeshúa? Yeshúa fue rico antes de añadir la humanidad a su
deidad y esto es un punto muy claro que, aunque con mucha sutileza, pero de
forma clara Pablo habló de la deidad de Yeshúa que al hablar de su riqueza
antes de nacer en el mundo estuvo rodeado de la gloria, el poder y la majestad
en los cielos junto al Padre.
La gracia de Yeshúa como acto de dar representa un gran ejemplo para todos
los creyentes y en esa calidad de pobreza material en la que vivió cuando
estuvo entre nosotros es que fue posible que comprendiéramos la
generosidad de Dios, así como entender la importancia tan relativa que tienen
las cosas materiales y aprender a anhelar la vida eterna.
Las riquezas materiales a unos les alejan de Dios por que no han entendido el
propósito divino que estas pueden cumplir en nuestras propias vidas y en las
vidas de nuestros prójimos, pero a quienes ya entendieron y han
experimentado el gozo de dar cuando es por gracia de Dios, ellos se convierten
en los dadores alegres a quienes Dios ama…