Este documento discute la importancia de seguir el orden lógico de las ideas al escribir en lugar del orden sintáctico. Explica que el orden de las palabras debe someterse al orden de nuestro pensamiento para dar más énfasis a las ideas importantes y evitar confusiones. Proporciona ejemplos de cómo reorganizar frases cambiando el orden de las palabras para enfatizar mejor las ideas clave.
2. “ El orden de las palabras se gobierna más por el interés psicológico (orden lógico) que por la
estructura gramatical. Dicho de otro modo: al escribir, conviene seguir el orden de nuestro
pensamiento porque el escritor, según dice Martín Alonso, “fabrica las frases a tenor de sus
fenómenos mentales, cambiando, a veces, la distribución directa de los vocablos, para dar más
valor expresivo o ritmo a determinadas formas del lenguaje.”
3. El orden sintáctico (sujeto, verbo, complemento) sólo nos interesa para los casos de duda.
El orden de las palabras se gobierna más por el interés psicológico (orden lógico) que por la
estructura gramatical.
Dicho de otro modo: al escribir, conviene seguir el orden de nuestro pensamiento porque el
escritor, según dice Martín Alonso, "fabrica las frases a tenor de sus fenómenos mentales,
cambiando, a veces, la distribución directa de los vocablos, para dar más valor expresivo o ritmo
a determinadas formas del lenguaje".
4. Todo ello, en la práctica, se resume en unas cuantas reglas, cuyos principios
esenciales podrían ser los siguientes:
a) Conviene ligar las ideas entre dos o más frases.
b) Deben presentarse tales ideas según su importancia
c) Es necesario evitar las faltas de sentido que resultan de no respetar el orden
"lógico-psicológico " de nuestro pensamiento.
5. Lo anterior puede quedar resumido en el
siguiente principio lógico:
“Una idea puede
expresarse de
diferentes modos,
según la
importancia de
dicha idea.”
6. Este principio se completa con la siguiente
regla general de construcción lógica:
Para la debida claridad de
la frase, conviene que el
orden de las palabras se
someta al orden de las
ideas.
7. Mi primo Juan, ingeniero de Caminos, regaló todos sus libros a mi padre poco antes de morir.
De acuerdo con las reglas indicadas, si en una frase precedente a la del ejemplo se habló ya de
"la biblioteca de mi primo", se puede continuar así:
Todos estos libros los regaló mi primo, poco antes de morir, a mi padre.
Si se quiere destacar la idea de tiempo, escribiremos:
Poco antes de morir, mi primo, el ingeniero de Caminos, regaló todos sus libros a mi padre
8. Consideremos ahora otro ejemplo:
Debemos contraer el hábito de trabajar desde la juventud.
Esta frase está ordenada sintácticamente:
1., sujeto: nosotros (implícito en el verbo "debemos");
2., verbo: debemos;
3., complemento directo: contraer el hábito de trabajar;
4., complemento circunstancial de tiempo: desde la juventud
9. Sin embargo, si lo que nosotros queríamos resaltar al escribir --el interés psicológico o idea
dominante- radica en la idea de tiempo "desde la juventud", entonces el orden sintáctico de las
palabras se somete al orden "lógico-psicológico" y escribimos:
Debemos contraer, desde la juventud, el hábito de trabajar.
O mejor aún:
Desde la juventud, debemos contraer el hábito de trabajar.
10. Redactemos ahora -según los principios expuestos- cuatro frases distintas, llevando al principio
de cada una de ellas el concepto que se quiera destacar, y que será, en cada caso: el aprender, la
facilidad, la pronunciación y la coherencia de la oración.
a) "Los alumnos aprenden fácilmente la pronunciación francesa con los discos "Linguaphone".
11. Ejercicios…
Redáctense dos frases -siguiendo las normas expuestas destacando, en una, la "preocupación";
y, en otra, el "lugar" donde se produce dicha preocupación, con la siguiente frase:
"El automóvil pequeño, de tipo popular, es la gran preocupación de los fabricantes de coches de
todos los países europeos."
12. Ejercicios…
En las siguientes frases hay cierto desorden desde el punto de vista lógico. Escríbanse de nuevo,
sometiendo el orden de las frases al de las ideas:
1. El hombre sincero confiesa las faltas que ha cometido con franqueza.
2. El crítico de arte hacía una serie de apreciaciones acerca de los cuadros expuestos, con un
criterio completamente arbitrario.
3. Leal y valiente, el pastor no cuenta con mejor defensor que su perro.
4. Providencia de los pobres, todo el pueblo amaba a la señora de Martínez.
5. Los grandes hombres también tienen defectos censurables en su carácter.
6. El delantero centro hizo una serie de fintas sobre el césped con gran habilidad.