1. REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD YACAMBU
VICERECTORADO DE ESTUDIOS A DISTANCIA
FACULTAD DE HUMANIDADES
FISIOLOGÍA Y CONDUCTA
PARTICIPANTE: ANA MARÍA QUERALES
EXPEDIENTE: HPS-153-00277V
PROFESORA: XIOMARA RODRÍGUEZ
BARQUISIMETO, MARZO 2.017.
2. La ira es una de las emociones básicas humanas y se
caracteriza por un estado de ánimo en el que predominan la
agresividad y el enfado.
Es una reacción totalmente normal y por lo general, sana.
Como toda emoción tiene una función, que es activar tu
organismo para la superación de un obstáculo. Sin embargo,
cuando se mantiene durante mucho tiempo, suele generar
malestar no solo en el ámbito físico, sino también en el de
tus relaciones sociales.
La ira siempre esta presente en situaciones de conflicto, ya
sean con otros o con nosotros mismos y puede oscilar desde
una leve irritación hasta el más profundo de los odios.
3. La ira es un estado emocional que a varía en intensidad, yendo de la
irritación leve a la furia intensa.
Como otras emociones, está acompañada de cambios fisiológicos y
biológicos. Cuando una persona se enfada, su ritmo cardíaco y
presión arterial aumentan, los niveles de adrenalina y noradrenalina
al igual que los niveles de las hormonas adrenalina y noradrenalina.
La ira puede ser debida a acontecimientos externos o internos.
Podemos enfadarnos con una persona específica (como un
compañero de trabajo o supervisor) o un acontecimiento (un atasco
de tráfico, un vuelo cancelado), o bien la ira puede aparecer al
preocuparse y rumiar problemas personales. Lo recuerdos de
acontecimientos traumáticos o que nos hicieron enfadar pueden
también desencadenar este tipo de emociones.
En su acepción más positiva, la ira
tiene como objetivo darnos fuerza
para protegernos y poder sobrevivir.
4. ¿Cómo se expresa la ira?
La manera instintiva y natural de expresar ira es responder
agresivamente.
La ira es una respuesta natural y adaptativa ante las amenazas,
inspira emociones y comportamientos poderosos y a menudo
agresivos que nos permiten luchar y defendernos cuando somos
atacados.
Cierta cantidad de ira, por lo tanto, es necesaria para nuestra
supervivencia. Por otra parte, no podemos emprenderla a golpes
con cada persona u objeto que nos moleste. Leyes, normas sociales
y sentido común ponen límites al alcance de nuestra ira.
6. La segunda es una respuesta cognitiva, es decir, depende de nuestra
manera de interpretar las situaciones. Cuando estamos inmersos en
una situación, esta por si sola no tiene ningún valor emocional, es la
valoración personal que hacemos de ella la que le confiere un
significado
La gestión conductual en estas situaciones. La conducta en estas
circunstancias está orientada para defendernos de aquello que se
interpone un nuestro camino y para ello se genera una energía interna
que mueve a la "destrucción" del obstáculo.
7. Respuesta fisiológica de la ira
• En la ira, la respuesta fisiológica se caracteriza por un incremento de la frecuencia
cardiaca y la tensión arterial sistólica, además de un aumento de la resistencia
vascular periférica, de modo que la tensión arterial diastólica sube (al contrario
de lo que sucede con el miedo).
• En el sistema neuroendocrino, el efecto de la ira y de la agresión ofensiva (en
humanos y en primates no humanos) supone unos niveles altos de testosterona
(hormona vinculada a la conducta agresiva y dominante), así como niveles bajos
de cortisol.
• En el sistema nervioso central, destaca la actividad cerebral asimétrica de los
lóbulos frontales que se produce cuando experimentamos emociones. En este
contexto, encontramos, el modelo de valencia emocional, la región frontal
izquierda del cerebro se halla implicada en la experiencia de emociones positivas,
mientras que la región frontal derecha se relaciona más con las emociones
negativas. El segundo modelo de dirección motivacional, vincula la región frontal
izquierda con la experiencia de emociones que provocan el acercamiento, y la
región frontal derecha con las emociones que incitan a la retirada. En general, las
emociones positivas, como la felicidad, se asocian con una motivación de
acercamiento; las negativas, como el miedo o la tristeza, con la retirada. Sin
embargo, al experimentar ira, ambos modelos entran en contradicción.
8. Tipos de ira
La primera forma de ira,
llamada “ira instantánea”
relacionada directamente
con el impulso de auto-
conservación, y se
produce tanto en
humanos como en
animales cuando se
ven atrapados o
atormentados.
La segunda forma de
ira es llamada “ira
intencionada” y se
produce como reacción
a la sensación de estar
recibiendo un daño o
trato injusto y mal
intencionado por otros.
El tercer tipo de ira
es “ira sin control” , se
refiere al carácter de
las personas y no a los
instintos o
pensamientos como
ocurría en la
ira instantánea y la ira
intencionada. Ejemplos
de este tipo de ira,
podrían ser irritabilidad,
resentimiento y
actitudes de mala
educación.
9. Ira Pasiva e Ira Agresiva.
La Ira pasiva puede expresarse de las siguientes maneras:
• Comportamiento Reservado: guardar comentarios/críticas que
son expresados a las espaldas de la gente, dando la ley del hielo o
susurrando, evitando el contacto visual, despreciando a la gente,
chismeando, quejándose anónimamente, robando, y estafando.
• Ineficacia: como el establecimiento de sí mismo y a otros al
fracaso, la elección de personas poco confiables a depender, al ser
propensos a los accidentes, bajo rendimiento, impotencia sexual, la
frustración que expresan por cosas insignificantes, pero haciendo
caso omiso de las cuestiones serias.
• Manipulación Mental: como provocar la gente a la agresión y, a
continuación ser condescendiente con ellos, provocando la
agresión, pero quedándose al margen, chantaje emocional, falsa
tristeza, fingiendo la enfermedad, el sabotaje de las relaciones,
mediante la provocación sexual, utilizando a un tercero para
transmitir sentimientos negativos, la retención de dinero o
recursos.
• Autoculpabilidad: como disculpándose muy seguido, siendo
demasiado crítico, invitando a la crítica.
10. • Autosacrificio: segunda intención, silenciosamente haciendo
señas de largo sufrimiento pero negándose a que le ayuden, o
mendigando agradecimiento.
• Comportamiento Obsesivo: como la necesidad de ser limpio y
ordenado, haciendo un hábito de constante control de las cosas,
excesivas dietas o comer excesivamente, exigiendo que todos los
trabajos sean hechos a la perfección.
• Desapasionamiento: tales como sonrisas falsas, mirando
impasible, sentado en la silla, mientras que otros ordenan las
cosas, humedeciendo sus sentimientos con el abuso de
sustancias, comer en exceso, dormir demasiado, no responder a
la ira de otro, la frigidez, caer en las prácticas sexuales que
deprimen la espontaneidad y haciéndose objetos de
participación, dando enormes cantidades de tiempo a las
máquinas, objetos o actividades intelectuales, hablando de
frustraciones pero sin mostrar sentimientos.
• Evasibidad: como dar la espalda en una crisis, evitar los
conflictos, no responder a las discusiones, llegando a ser fóbico.
11. La Ira agresiva: es la ira que impide el consentimiento en las
acciones que desarrolla el ser humano. Se origina por
motivos que disparan un sentimiento de odio o rechazo hacia
algo o alguien y que parecen vulnerar los sentidos. Se crea
por:
• Vulnerabilidad de los sentidos.
• Incentivación de las condiciones del espacio.
• Creación de odio hacia algo o alguien.
12. Consecuencias de la ira
• Todos sabemos que la ira puede tener unas consecuencias
catastróficas para nosotros y para los demás. La gestión irracional de
esta emoción puede llevarnos a situaciones lamentables obteniendo
el efecto contrario a lo que buscábamos en un principio.
• Esta emoción tiene muchas consecuencias a nivel fisiológico y de
comportamiento: el pulso se acelera, el corazón late rápido, la
respiración se agita; pero también conlleva que las personas a su
alrededor se sienten incómodas, amedrantadas, con miedo y deseos
de alejarse. Nadie quiere relacionarse con una persona que estalla de
forma descontrolada y que dice y hace cosas que luego cuesta
olvidar, y que en muchos casos condicionan el trato de por vida.
• Todo el mundo tiene derecho a enfadarse y todas las emociones
tienen su función. El hecho de que experimentes enojo no es un
problema; la intensidad y la forma en la que lo manifiestes
sí que puede llegar a serlo.
13. Consejos para controlar la ira
• Practique un idioma sereno. Lo que se dice a sí mismo le
lleva a sentir de una forma determinada. Si no quiere
experimentar furia, no se hable con términos como
“horrible”, “no lo soporto”, “estoy hasta las narices”. Suavice
y utilice expresiones del tipo “es desagradable, pero es
pasajero”, “a veces esto es cansino”, “si tuviera que elegir, no
sería esta mi decisión”.
• Trabaje su información propioceptiva. Exprésese lento,
sonría a pesar de que no tenga ganas, exprese serenidad
con los gestos de su cara y de su cuerpo, hable bajo y
entone sin rabia. Adoptar la postura corporal y el volumen
y tonalidad de una persona tranquila hará que su cerebro
interprete que está en paz y mandará la orden de serenar el
sistema nervioso.
14. • Entrénese en habilidades sociales e inteligencia
emocional. Entender los puntos de vista de los demás le permitirá
ser más flexible y tolerante. Entienda que no todos somos iguales,
que llevamos ritmos distintos, que funcionamos de diferentes
formas. Escuche por qué las personas actúan de otra manera y trate
de entenderlos de forma sincera y de ponerse en el lugar de ellos.
• Mejor ser prudente. Las personas irascibles creen que tienen el
derecho a verbalizar todo lo que les pasa por la mente. A pesar de
que ser sincero es una virtud, la sinceridad sin tacto es mala
educación. No se crea con el derecho a decirle a todo el mundo lo
que tiene que hacer y a dar consejos que nadie le ha pedido.
15. • Vaya sacando piedras de la mochila y no deje que se le acumulen
los malos ratos. Resuelva problemas, tome decisiones, llame a quien
le ofendió o con quien se siente ofendido y ponga en su agenda
sonrisas en lugar de caras tristes. Pruebe a hacer este ejercicio:
anote en una hoja todos los frentes que tiene abiertos y que le
generan malestar.
• Practique actividades que le hagan sentir bien. La ecuación es
sencilla. Si en su balanza hay más placer que obligaciones, se sentirá
bien y a gusto. Se sentirá feliz, y las personas felices son menos
agresivas e irascibles.