La enfermedad arterial periférica (EAP) es un trastorno circulatorio que afecta las arterias fuera del corazón, principalmente en las extremidades. Caracterizada por la acumulación de placa aterosclerótica, reduce el flujo sanguíneo, provocando síntomas como dolor al caminar. El diagnóstico temprano y la gestión adecuada son clave para prevenir complicaciones cardiovasculares.
3. Introducción
La enfermedad arterial periférica (EAP) engloba todas aquellas entidades
nosológicas que son resultado de la estenosis u obstrucción del flujo
sanguíneo en las arterias, excluyendo los vasos coronarios e intracraneales.
En la mayoría de los casos, sobre todo en población anciana, es una
manifestación de aterosclerosis sistémica.
[1]
4. Epidemiología
• Se estima que la prevalencia de la EAP es del 10% al 25% en personas de ≥55 años y
aumenta a aproximadamente el 40% en poblaciones >80 años.
• La incidencia de la EAP es de 15-20 casos por 100.000 habitantes/año para claudicación
intermitente
• En general, a los 5 años de evolución, el 5% de los pacientes con EAP sintomática
desarrollarán una isquemia crítica.
[2]
5. Tabaquismo
Probablemente es el factor de riesgo más
importante; el riesgo de padecer EAP es
casi seis veces más entre los fumadores
Diabetes mellitus
Factores de
riesgo
Es un factor de riesgo no sólo cualitativo, sino
cuantitativo, ya que por cada aumento del 1% de
la hemoglobina glucosilada se produce un
incremento del 25% en el riesgo de EAP
Sexo masculino
La prevalencia de la EAP, tanto sintomática como
asintomática, es mayor en varones que en
mujeres, sobre todo en la población más joven
[1,3]
6. Edad avanzada
Se estima que la prevalencia de claudicación
intermitente en el grupo de 60-65 años es del
35%.
Dislipidemia
Factores de
riesgo
Se ha comprobado que el tratamiento de la
hiperlipemia reduce la progresión de la EAP y
el desarrollo de isquemia crítica
Hipertensión arterial
Se considera que el riesgo de EAP es el doble
en los pacientes hipertensos que en los
controles.
[1,3]
7. En la gran mayoría de las ocasiones, el proceso patológico subyacente es la enfermedad
arteriosclerótica, y afecta preferentemente a la vascularización de las extremidades
inferiores. La etiología de la enfermedad arteriosclerótica es desconocida, aunque la
hipótesis más aceptada actualmente es la teoría inflamatoria como respuesta al depósito
de lípidos en la pared arterial
El grado de afectación clínica dependerá de dos factores: la evolución cronológica del
proceso (agudo o crónico) y la localización y la extensión de la enfermedad (afectación de
uno o varios sectores).
Fisiopatología
[4]
8. Figura 1
Representación esquemática de la respuesta
a la isquemia en la enfermedad arterial
periférica. Inicialmente, el miembro
isquémico intenta compensar y resolver la
hipoxia cambiando la hemodinámica y
promoviendo adaptaciones microvasculares
promoviendo la angiogénesis y/o la
arteriogénesis. Las flechas azules muestran la
dirección del flujo sanguíneo en la arteria y
las flechas blancas muestran el aumento de
la gravedad de la enfermedad.
Int. J. Mol. Sci. 2015, 16(5), 11294-11322;
9. Fisiopatología
La respuesta a la isquemia progresiva gradual de
la extremidad implica la promoción de la
angiogénesis y la arteriogénesis en un intento de
aumentar el suministro de sangre a la extremidad
afectada. La remodelación vascular, la inflamación
y las vías apoptóticas también están implicadas en
la respuesta isquémica y pueden contribuir en
parte a la resolución del daño tisular.
Figura 2. Anales de Cirugía Vascular; 2008; 22(4)
10. Manifestaciones clínicas
Las lesiones ateromatosas suelen progresar de
forma silente y, en general, no se produce un
déficit de irrigación tisular hasta que la luz
arterial no está reducida más allá del 70%.
02
[4]
11. Podemos encontrar signos que indican la presencia
de la enfermedad, por ejemplo, la ausencia de un
pulso.
Fase
asintomática
[3]
12. El principal síntoma es el dolor, manifestado en forma de
claudicación intermitente o de reposo.
• La claudicación intermitente, que suele ser el primer síntoma, se
define como dolor muscular constrictivo en la extremidad, que
aparece con la deambulación, y que obliga al enfermo a
detenerse, cediendo con el reposo y reapareciendo al continuar la
marcha.
• El dolor de reposo corresponde a la fase de isquemia crítica. A
menudo es intolerable e incapacitante, suele aparecer por la
noche o cuando el paciente adopta una posición en decúbito, de
localización distal, generalmente en el pie, entorno a una úlcera o
un dedo gangrenoso y se exacerba con el frío.
Fase
sintomática
[3]
13. La localización del dolor dependerá del sector afectado
• Las lesiones más proximales (aortoilíacas) suelen
producir un dolor urente en cadera, nalgas o muslo,
asociado muchas veces con sensación de debilidad a
dicho nivel
• El dolor tipo calambre en la masa gemelar suele
corresponder a lesiones del sector femoropoplíteo
• Las lesiones distales producen dolor en el pie
Síntomas
acorde al área
de lesión[3]
14. Clasificación de
Lereiche -Fontaine
[4]
Se estableció en 1920 y divide a la isquemia
crónica de los miembros inferiores en cuatro
grados clínicos.
Tabla 1. Clasificación clínica de Fontaine. Rev Esp Cardiol. 2007;60(9):969-82
15. Clasificación de
Rutherford [4]
La clasificación de Rutherford es la más reciente (1986)
y más utilizada, con ligeras modificaciones respecto a la
Clasificación de Fontaine.
Tabla 2. Clasificación clínica de Rutherford. Internet.
16. Diagnóstico
Historia clínica
Evaluar presencia de historial de factores de
riesgo o síntomas de EAP.
Examen físico
• Índice tobillo-brazo*
• Debemos valorar la presencia de pulsos a
todos los niveles (femoral, poplíteo, tibial
posterior y pedio), así como la existencia
de soplos.
17. Índice tobillo-brazo
Se define como el cociente entre la presión
arterial sistólica en el tobillo y la presión arterial
sistólica en el brazo, medidas con
esfingomanómetro y sonda Doppler normal,
eligiendo las cifras más elevadas en cada una
de las extremidades.
Tabla 3. Interpretación clínica del ITB. Patología
vascular periférica
18. Diagnóstico
Cuestionarios
Se han utilizado algunos cuestionarios para
detectar de una forma estandarizada la presencia
de claudicación intermitente. En la actualidad, el
cuestionario de claudicación de San Diego
(SDCQ)12 y el cuestionario de claudicación de
Edimburgo (ECQ)13 muestran sensibilidad y todos
tienen una especificidad excelente.
20. Diagnóstico
Técnicas de imagen
Están indicadas si se contempla una reparación
quirúrgica o endovascular en el caso de
identificarse una lesión apropiada.
La situación clínica será el principal factor que se
debe valorar para indicar una posible
intervención.
21. Angiografía
Sigue siendo la exploración de preferencia, pero con lleva
algunos riesgos, como las reacciones intensas al contraste
yodado, la posibilidad deterioro de la función renal, entre
otros
Diagnóstico
Figura 4. Angiografía de la arteria ilíaca, imagen de 30 cm frente a 20
cm. Yokoi Y. Basics of Angiography for Peripheral Artery Disease
22. Eco-Doppler
Técnica menos costosa y más segura que, en manos
expertas, puede ofrecer con buena fiabilidad las
características anatómicas principales para realizar una
revascularización.
Diagnóstico Permite obtener de una forma segura imágenes
tridimensionales de todo el abdomen, la pelvis y las
extremidades inferiores en una única exploración
Puede también ofrecer excelentes imágenes
tridimensionales e informar sobre las características de la
placa, sin embargo, se precisan dosis significativas de
contraste yodado, puede afectarse por la presencia de
calcio y el paciente es expuesto a radiación
Angiorresonancia
Tomografía computarizada
24. Medidas
generales
Control de factores
de riesgo
El abandono del hábito
tabáquico, las cifras de
tensión arterial < a 140/90,
el control glucémico con
cifras de hemoglobina
glicosilada inferiores al 7%
y los niveles de colesterol-
LDL menores de 100 son
objetivos a intentar
conseguir en un paciente
con EAP.
Ejercicio físico
Mejora la capacidad física
de los pacientes y permite
retrasar la evolución de la
enfermedad
25. Prevención
secundaria de
eventos
cardiovasculares
Terapia antiplaquetaria y anticoagulación
Estatinas
La mayor evidencia del
efecto beneficioso de las
estatinas en la EAP se
obtiene con los fármacos
más potentes (simvastatina
y atorvastatina).
Inhibidores de la enzima
de conversión de la
angiotensina
Podrían ser beneficiosos
incluso en pacientes
normotensos.
Las guías estadounidenses y europeas recomiendan la
monoterapia antiplaquetaria, ya sea aspirina o clopidogrel, en
pacientes sintomáticos.
[5]
26. Claudicación
intermitente
● Hacer énfasis en control de factores de riesgo, dieta,
ejercicio físico y buenos hábitos de estilo de vida.
● Ningún fármaco ha demostrado ser lo bastante eficaz
para proporcionar una reducción importante de la
sintomatología.
● Pentoxifilina y cilostazol son actualmente los únicos 2
fármacos autorizados por la Food and Drug
Administration específicamente para la claudicación
intermitente.
27. Isquemia
aguda
● Medidas generales: reposo en cama con la
extremidad ligeramente en declive, sueroterapia y
analgesia.
● Tratamiento médico: anticoagulación con heparinas
de bajo peso molecular a dosis terapéuticas por vía
subcutánea
● Tratamiento quirúrgico: con fibrinolisis arterial
directa con catéter u otras técnicas (trombectomía,
embolectomía, angioplastia transluminal percutánea
y amputación).
● Tratamiento etiológico
28. Isquemia
crítica
● Médico: además de las medidas anteriormente
descritas, es fundamental el control del dolor.
● Quirúrgico
○ Procedimientos intravasculares o mínimamente invasivos
(fibrinolisis, angioplastia transluminal percutánea con
balón e implante de stent...)
○ Cirugía convencional: sigue siendo la técnica de elección
para el tratamiento de las oclusiones largas e irregulares.
30. Indicaciones
de cirugía
● La indicación de tratamiento quirúrgico (convencional o
endovascular) de la EAP dependerá sobre todo de la
valoración conjunta de dos aspectos fundamentales,
como la situación clínica del paciente y el territorio
vascular que precisa reconstrucción.
● La indicación más clara de revascularización la constituye
el paciente con estadios avanzados de isquemia (III y IV),
debido al elevado riesgo de pérdida de extremidad que
conllevan estas situaciones
31. Revascularización
aortoiliaca
(suprainguinal)
Cirugía de revascularización
La afectación difusa, extensa se trata de forma óptima
habitualmente mediante el implante de una prótesis aórtica
unifemoral o bifemoral.
Angioplastia/endoprótesis.
• La angioplastia proporciona sus mejores resultados en
lesiones cortas, preferentemente estenosis y no
calcificadas en la arteria iliaca común
• Es probable que la mejor actitud sea implantar una
endoprótesis de forma selectiva en los pacientes en los
que la angioplastia muestre un resultado inicial
subóptimo
32. Revascularización
infrainguinal
Cirugía de revascularización
Es la técnica de elección en los pacientes con enfermedad
extensa femoropoplítea y distal. De forma general puede
resumirse que esta intervención puede realizarse con cifras de
mortalidad postoperatoria inferiores al 5% y un éxito precoz
superior al 90%
Cirugía endovascular
En las lesiones cortas, inferiores a 10 cm, preferentemente
con estenosis, son las más adecuadas para el tratamiento
endovascular45-48, en especial la angioplastia.
33. 1. Melón Lozano O, Miñana JC, San Cristobal E. Patología vascular periférica . Tratado
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Referencias