1. REALIZACIÓN DE PRUEBAS
La finalidad fundamental de la selección de personal es distinguir los individuos
que poseen capacidades y aptitudes necesarias para desarrollar un
determinado trabajo de aquéllos que no las poseen.
La función de las pruebas es, precisamente, medir las diferencias entre los
individuos de la manera más objetiva y estandarizada posible.
De tomas formas, las pruebas no pueden nunca ser consideradas ni como un
instrumento perfecto de selección, ni como el único instrumento.
Las pruebas han de ser válidas, es
decir, han de corresponder,
realmente, a los factores
esenciales del perfil puesto (no
tiene sentido, por ejemplo, emplear
una prueba que nos mida la
capacidad de persuasión para
seleccionar un operario de una
cadena de montaje).
Las pruebas también han de ser sencillas, tanto para la persona que las pasa,
como para el que las corrige.
Es decir, una prueba que realmente sea válida puede ser desechada,
simplemente, porque no se disponga del tiempo necesario para poder
corregirla.
Los tests, sean psicotécnicos, factoriales, de inteligencia o de personalidad
tiene que ser corregidos por psicólogos expertos, ya que muchas veces la
importancia de resultado viene dada más por el análisis cualitativo más que por
la puntuación cuantitativa obtenida.
Más adelante, en el capítulo referente a cuestionarios y pruebas proyectivas,
profundizaremos en ese tema.