2. GENERALIDADES
La realidad de la mayor parte de las comunidades
educativas en nuestro país es que, aunque padres y
profesores reconocen la importancia de incrementar
su relación, los padres se implican mínimamente en
las actividades educativas de los centros, mientras
que los profesionales tampoco se esfuerzan
demasiado por potenciar el encuentro. La paradoja
tiene su base en datos que van mucho más allá de la
escasa participación de los padres y madres en las
elecciones a consejos escolares, tema que aparece
de manera recurrente en la literatura pedagógica y en
los informes del Consejo Escolar del Estado
6. En resumen, en los colegios de esta muestra no
existía un programa sistemático de cooperación
familia-escuela. Además, la mayor parte de las
actividades tenían un carácter formativo, mientras
que la dimensión relacional, de comunicación e
intercambio entre padres y profesores estaba
ausente. Las actividades formativas iban dirigidas
a los padres y a las madres, pero estas iniciativas
no servían para construir un contexto comunicativo
en el que los profesionales y los padres pudieran
aproximarse y comenzar a compartir estrategias
educativas y de gestión de la institución escolar.
7. Es conveniente recordar aquí que esta separación
entre el discurso teórico y la práctica se puede ver
también facilitada por la ambigüedad de la política
nacional e internacional de la educación: aunque la
idea de la participación de las familias es central en el
trasfondo teórico de las reformas, a la hora de tomar
medidas o articular estrategias concretas se da poco
poder a los padres y madres en términos de
representación en los órganos decisorios, o de las
competencias de las instancias en las que están
representados.