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Enfermería
Sistema Digestivo
Lic. Ivan Alvizo Ramirez
HELICOBACTER
PYLORI
Mentes
Medicas
2
Helicobacter Pylori
3
Las enfermedades bacterianas son generalmente consideradas como problemas
sanitarios, serios, sin embargo, pueden a menudo solucionarse mediante una simple
terapia antibiótica. Mucho más complicada es la curación, de enfermedades fúngicas y
virales. Muchos cánceres se pueden curar si el diagnóstico es temprano, pero la mayoría
tienen un remedio casi tan perjudicial como la misma enfermedad. Otras enfermedades
como las autoinmunes o las que afectan el corazón, simplemente son controladas,
tratando de aliviar los síntomas con medicamentos normalmente muy costosos. Cuando
una enfermedad por mucho tiempo pensada incurable, aunque controlable, se vio que
estaba causado por una bacteria. Mas aun, cuando desde siempre se habia pensado
que el microambiente del estómago era demasiado extremo como para albergar vida
microbiana Helicobacter Pylori es la principal responsable de la formación de úlceras en
la población mundial, su capacidad de colonización y adaptación a ambientes hostiles le
ha permitido sobrevivir y crecer en las condiciones adversas que ofrece el estómago,
Helicobacter Pylori (H. Pylori) es una bacteria Gram Negativa de la familia Spirillaceae
de alrededor de 3 micras de largo y con un diámetro aproximado de unas 0,5 micras que
infecta al epitelio gástrico humano. Tiene unos 2-6 flagelos, Es microaerófilia, es decir,
requiere de oxígeno, pero a más bajas concentraciones de las encontradas en la
atmósfera
Es una bacteria espiral (de esta característica morfológica deriva su nombre
Helicobacter) y puede atornillarse literalmente por si misma para colonizar el epitelio
estomacal. Esta bacteria vive exclusivamente en el estómago humano, siendo el único
organismo conocido que puede subsistir en un ambiente extremadamente ácido, A
finales del siglo XIX científicos alemanes ya describían, la presencia de bacterias
espirales en el estómago. (Figura:1)
Esta bacteria fue redescubierta en 1979 por el patólogo australiano Robin Warren, quien
en investigaciones posteriores (a partir de 1981), junto a Barry Marshall, aisló este
microorganismo de la mucosa de estómagos humanos y fue el primero que consiguió
cultivarla, Warren y Marshall afirmaron que
muchas de las úlceras estomacales y
gastritis eran causadas por la colonización
del estómago por esta bacteria, y no solo
por estrés o comidas picantes como se
sostenía hasta entonces. (Figura:2)
En 2005, Warren y Marshall fueron
galardonados con el Premio Nobel de
Medicina por sus trabajos acerca del HP
(H. Pylori)
Estos investigadores nos adentraron a una
nueva era de la microbiología gástrica,
INTRODUCCIÓN
Figura 1. Helicobacter Pylori
4
para la cual, el estómago debía dejar de entenderse como un órgano estéril sin flora
permanente. Habia bacterias que en número considerable producían gastritis activa.
Aunque se han visto microrganismos en la sepa de la mucosa en este siglo, el
aislamiento de H. pylori junto con el aumento de interés en las patogénesis
gastrointestinales ha supuesto un gran adelanto para la medicina
En 1979, Robin Warren, un patólogo empezó a notificar una bacteria curvada a menudo
presente en biopsias gástricas sometidas a exámenes histológicos.
Este organismo no estaba presente en el epitelio gástrico, pero si en la capa mucosa que
recubre al tejido. Warren describió que la mayoría de los microorganismos similares
encontrados y descritos en Europa en el siglo XIX habían sido ignorados por
imposibilidad de aislamiento. Datan los hechos de 1983, cuando J. Robin Warren escribió
una publicación inédita a The Lancet donde exponía múltiples casos clínicos en los que
aparecía una bacteria vacilar con forma espiral. Se le asociada con gastritis crónica.
Gastritis activa crónica. Inflamación. y en cualquier caso siempre acompañada con
infiltración de polimorfonucleares al antro humano.
Un profesor de medicina interna llamado Barry Marshall estuvo interesado en las
observaciones de Warren y juntos aislaron los microrganismos procedentes de esas
biopsias utilizando métodos empleados con Campylobacter. El cultivo inicial de 30
pacientes fue negativo por que las Campylobacter crecían a 48 h ya los tres días tiraban
placas, hasta que, por fortuna causal, una incubación se realizó durante cinco días y
entonces se observaron colonias
Para la supervivencia de la bacteria era necesario un gradiente de pH desde el ácido
lumen gástrico al pH neutro de los contornos mucoso. La bacteria crece en contacto
intimo con el epitelio, presumiblemente cerca del final neutro de este gradiente, protegida
por el entorno mucoso. Se aislaron por técnicas de Campylobacter, pero continuaban
existiendo importantes diferencias para reseñar que se trataba de una nueva bacteria,
ya que Campylobacter solo tiene de 1 a 2 flagelos polares sin envoltura, y comparada
con el género Spirillum era más corta que una espiroqueta
En 1948, Barry j. Marshall y J. Robin Warren escribieron juntos a The Lancet. Para relatar
que los bacilos curvados o espirales encontrados en 58 de 100 pacientes eran
gramnegativos, flagelados y microaerófilicos y se creía que se trataba de una nueva
especie del género Campylobacter
Era una bacteria espiral nunca cultivada antes, y su asociación con la gastritis activa
crónica no se habia descrito. Su morfología se parecía a Campylobacter, al igual que sus
requerimientos atmosféricos y su composición de DNA, pensaron que era temprano
acuñarla Campylobacter Pyloridis y la llamaron “Pyloric Campylobacter”. Finalmente,
este microorganismo es hoy conocido como Helicobacter Pylori.
Marshall y Warren encontraron que la infección de H pylori se asocia a ulceración
duodenal y esta observación pronto se confirmó y extendió. Desde este instante y cuando
5
se cumplieron los 30 años desde las primeras notificaciones de este microorganismo,
otros muchos investigadores han confirmado su presencia en la mucosa gástrica
En 1994, una conferencia consenso de los Institutos Nacionales de la Salud concluyo
que H Pylori es la mayor causa de enfermedades de úlcera péptica. Ese mismo año, la
Agencia internacional en Investigación del Cáncer a H. pylori como carcinógeno en
humanos.
Helicobacter pylori ha sido relacionada con muchas lesiones del sistema digestivo, tanto
benignas como malignas. En cualquier población, H. pylori es la máxima causante de
tanto la úlcera gástrica como duodenal.
Ha sido asociada, además, con el descubrimiento de linfomas gástricos Non-Hodgkin´s
y con otros desordenes linfoproliferativos, MALtoma (Linfoma de Tejido Linfoide
Asociado a las Mucosas), gastritis crónicas, úlcera péptica, adenoma y adenocarcinoma
del colon, posibles adenocarcinomas pancreáticos, enfermedades cardiovasculares,
cerebrovasculares, cutáneas. Sin embargo, el mecanismo detallado de H. Pylori
causante de la enfermedad continúa siendo incierto.
La Helicobacter pylori (H. Pylori) es la causa fundamental de le enfermedad ulcerosa
gastroduodenal y constituye un cofactor primordial en el desarrollo del adenocarcinoma
y linfoma gástricos. El tratamiento erradicador de H. Pylori ha supuesto una auténtica
revolución en la gastroenterología al permitir no solamente la cicatrización de la úlcera
péptica, sino su curación definitiva, HP es una de las causas más frecuentes de infección
bacteriana crónica. Se trasmite entre personas vía Oral-Oral y Fecal-Oral. Afecta a la
población mundial y a todas las edades. En países desarrollados la infección es
excepcional en el primer año de vida, baja en la infancia y aumenta posteriormente con
la edad.
En países en vías de desarrollo la prevalencia ya es alta al final del primer año de vida y
puede afectar a la mayor parte de la población al final de la adolescencia
La infección asociada a HP en la mucosa gástrica se explica por la combinación de
factores asociados a la bacteria, al huésped y factores ambientales
Al respecto de los primeros, HP presenta en su genoma varios
factores de virulencia, entre los que se encuentran: el gen
CagA, que induce la producción de citotoxinas proinflamatorias
y forma parte de la isla de patogenicidad (PAI)-A presente en
algunas cepas, asociándose a daños histológicos graves, el
gen VacA, que codifica una proteína vacuolizante, citotóxica y
se encuentra en todas las cepas, aunque solo de manera
activa en el 50-60% de estas; otros factores como
lipopolisacáridos y adhesinas. Frente a estos, la respuesta
inmune del huésped es igualmente determinante para el
Figura. 2 Marshall y J. Robin
Warren
6
desarrollo de enfermedad, ya que suele haber un predominio proinflamatorio que
ocasionan daños histológicos en lugar de la curación deseable. Así, en función de la
orientación e intensidad de estas respuestas, se puede explicar principalmente por qué
hay portadores sanos pese a tener cepas virulentas.
Es Gram negativa
Se adhiere a la mucosa
gástrica en 98% y en 2%
al epitelio
Capacidad de
adaptación a medios
Inhóspitos
Fluctúa entre 2 y 6,5
micrones de longitud
Microaerófilica
Forma de espiral con
2-6 flagelos
En promedio es de 0,5
micrones de diámetro
CagA
Flagelos
Siderófor
o
Lipopolisacáridos
Proteína quimiotáctica
Proteínas de Shock Térmico VacA
Ureasa
catalasa
Adhesinas
Mucinas
PATOGENICIDAD HELICOBACTER PYLORI
7
La infección con H. Pylori continúa siendo una de las infecciones bacterianas más
extendidas. Ha sido encontrada en estómagos humanos en todas las partes del mundo
y no parecen existir reservorios de H. Pylori fuera de estos, salvo en primates y gatos
como excepciones particulares. La mayoría de las infecciones es adquirida como un
factor de riesgo junto con el bajo nivel socio- económico. A nivel mundial existen cepas
de H. Pylori que difieren en su virulencia, así mismo los diferentes factores que
intervienen, como los vinculados al huésped y al ambiente, determinan diferencias en la
expresión de la enfermedad, La edad, etnia, genero, geografía y condición
socioeconómica, son todos factores que influyen en la incidencia y prevalencia de la
infección por H. Pylori.
La prevalencia es alta en países en vías de desarrollo y baja en los países desarrollados;
además, dentro de un mismo país puede haber una variación en la prevalencia entre las
poblaciones urbanas de mayor nivel económico y las poblaciones rurales.
Las principales razones de estas variaciones tienen que ver con las diferencias
socioeconómicas entre las poblaciones. La trasmisión de H. Pylori tiene lugar
fundamentalmente por las vías oral-oral o fecal- oral, son muchos factores que
intervienen en la prevalencia general de la infección, como la falta de una adecuada
higiene, agua potable segura, Higiene básica dietas pobres y superpoblación
• La nueva prevalencia mundial de la infección por Hp es mayor a 50%
• La prevalencia de Hp puede variar significativamente entre y dentro de los países
• En general, las tasas de seropositividad de HP aumentan progresivamente con la
edad, reflejando un fenómeno de cohorte
• En los países en desarrollo, la infección por HP es marcadamente más prevalente
en edades más jóvenes que en los países desarrollados. (Figura:3)
EPIDEMIOLOGIA- ASPECTOS A NIVEL MUNDIAL
8
Desde el punto de vista epidemiológico, la infección por Helicobacter pylori se presenta
de una forma cosmopolita, sin diferencias en relación con las épocas del año. Desde que
se aisló por primera vez este microorganismo en cultivo, recogiéndose gran cantidad de
información acerca de la prevalencia. La tasa más alta de portadores se encuentra en
los países en vías de desarrollo, donde el 70-90% de la población esta colonizada, la
mayoría antes de los 10 años, A diferencia de esta situación, en países industrializados,
como Estados Unidos, se ha observado que la prevalencia de colonización por H. pylori
en individuos sanos es inferior al 40% y está disminuyendo gracias a la mejoría en la
higiene y el tratamiento activo de los individuos colonizados. (Figura:4)
Figura 3. Infecciones por Helicobacter pylori a nivel mundial
Figura 4: Representación gráfica de la prevalencia mundial de infección por H. Pylori
9
Estudios han demostrado que del 70% al 100% de los pacientes con gastritis, úlceras
gástricas y úlceras duodenales están infectados por H. Pylori
El ser humano constituye el principal reservorio de H. pylori y se piensa que la
colonización persiste durante toda la vida salvo que el hospedador reciba un tratamiento
específico, Se ha hecho una observación interesante sobre la colonización: este
microrganismo se asocia a enfermedades como la gastritis, las úlceras gástricas, el
adenocarcinoma y los linfomas gástricos MALT. Se previste que el tratamiento de los
individuos colonizados o infectados llevase a la reducción de estas enfermedades. Sin
embargo, la colonización por H. pylori parece conferir protección frente a la enfermedad
producida por el reflujo gastroesofágico y los adenocarcinomas de la región distal del
esófago y de los cardias gástricos. Por lo tanto, no parece conveniente eliminar a H.
Pylori en los pacientes sin enfermedad sistémica
El 70% de los Mexicanos a tenido contacto con la H. Pylori siendo muy frecuente en
México debido a la facilidad de su transmisión. Con base en estudios de serología
(anticuerpos en sangre) se estima que alrededor de 7 de cada 10 mexicanos ha tenido
contacto con la bacteria. Por ello se debe prestar atención a personas que oscilan entre
los 35 y 50 años de edad, En niños fluctúa entre 20% y 40%. En adultos mayores de
70% (Figura 5-6) que presenten datos de alarma como nausea persistente, vomito,
(recurrente o con sangre), pérdida de peso, evacuaciones oscuras, y que no muestren
mejoría, incluso cuando han hecho cambios en la dieta (eliminación de grasas y picante).
Es posible identificar infección por H. Pylori en 90% de personas con cáncer gástrico,
entre 85% y 90% de sujetos con úlcera péptica y entre 51% y 80% de enfermos con
dispepsia funcional
Figura 5: Infección por H. Pylori a nivel mundial
Figura 6: Infección por H. Pylori en los países en desarrollo
10
Descubrimiento
Helicobacter pylori (H. pylori) es una bacteria espiral microaerofilica, gramnegativa, que
se observa con terminales redondeados en biopsias gástricas. Cuando es cultivada en
medio solido tiene forma de varilla y las formas espirales son infrecuentes o ausentes.
Después de cultivo prolongado en medio solido o líquido, las formas concoides son las
que predominan
Por microscopia electrónica las formas concoides aparecen como bacilos con forma de
“U”, con los extremos de los brazos unidos por una estructura membranosa. Las mismas
son metabólicamente activas, pero no se pueden cultivar in vitro
Las primeras observaciones de H. pylori se remontan a más de un siglo de antigüedad
cuando Giulio Bizzozero describió bacterias en el estómago de los perros sanos. Estos
hechos fueron el preludio del primer aislamiento de H. Pylori en 1982 por Marshall y
Warren. Estos investigadores nos adelantaron en una nueva era de la microbiología
gástrica, para la cual, el estómago debería dejar de entenderse como un órgano estéril
sin flora permanente. Habia bacterias que en número considerable producen gastritis
activa. Aunque se han visto microorganismos en la capa mucosa gástrica en este siglo,
el aislamiento de H. Pylori junto con el aumento de interés en las patogénesis
gastroduodenales han supuesto un gran adelanto para la medicina
El 1979, Robin Warren, un patólogo australiano de Perth, empezó a notificar una bacteria
curvada a menudo presente en biopsias gástricas sometidas a exámenes histológicos.
Este organismo no estaba presente en el epitelio gástrico, pero si en la capa mucosa que
recubre el tejido. Warren descubrió que la mayoría de los microorganismos similares
encontrados y descritos en Europa en el siglo XIX habían sido ignorados por
imposibilidad de aislamiento
En el año de 1983, Cuando J. Robin Warren escribió una publicación inédita a The Lancet
donde exponía múltiples casos clínicos en los que aparecía una bacteria bacilar en forma
espiral. Se le asociaba con gastritis crónica, gastritis activa crónica, inflamación, además
se acompañaba con infiltración de polimorfonucleares al antro humano.
Un profesor de medicina interna llamado Barry Marshall estuvo interesado en las
observaciones de Warren y juntos aislaron los microorganismos procedentes de esas
biopsias utilizando métodos empleados con Campylobacter. El cultivo inicial de 30
pacientes fue negativo por que los Campylobacter crecían a 48 h y a los tres días tiraban
placas, hasta que, por fortuna casual, una incubación se realizó durante cinco días y
entonces se observaron colonias, para la supervivencia de la bacteria era necesario un
gradiente de pH desde el ácido lumen gástrico al pH neutro de los contornos mucosos.
La bacteria crece en contacto intimo con el epitelio, presumiblemente cerca del final
neutro de este gradiente, protegida por el entorno mucoso. Se aislaron por técnicas de
ORIGEN Y EVOLUCION
11
Campylobacter, pero continuaban, existiendo importantes diferencias para decir que se
trataba de una nueva bacteria, ya que Campylobacter solo tiene de 1 a 2 flagelos polares
sin envoltura, y comparada con el género Spirillum era más corta que una espiroqueta
En 1948, Barry J. Marshall y J. Robin Warren escribieron juntos a The Lancet, para relatar
que los bacilos curvados o espirales encontrados en 58 de 100 pacientes eran
gramnegativos, flagelados y microaerófilicos y se creía que se trataba de una nueva
especie del género Campylobacter, ya que era una bacteria espiral nuca cultivada antes,
y su asociación con la gastritis activa crónica no se habia descrito. Su morfología se
parecía a Campylobacter, al igual que sus requerimientos atmosféricos y su composición
de DNA. Se pensó que era temprano llamarla como “Campylobacter Pyloridis” y la
llamaron “Pyloric Campylobacter”, finalmente este microorganismo, es hoy conocido
como “Helicobacter Pylori”. Marshall y Warren encontraron que la infección de H. Pylori
se asocia a ulceración duodenal y esta observación pronto se confirmó y extendió, y
desde este instante otros investigadores han confirmado su presencia en la mucosa
gástrica (Figura:7-10)
En 1994, una conferencia consenso de los institutos Nacionales de la Salud concluyo
que H. Pylori era la mayor causa de enfermedades de úlcera péptica. Ese mismo año, la
Agencia Internacional en Investigación de Cáncer declaró a H. Pylori como carcinógeno
en humanos
Helicobacter Pylori ha sido relacionada con muchas lesiones del sistema digestivo, tanto
benignas como malignas, En cualquier población, H Pylori es la máxima causante de
tanto la úlcera gástrica como duodenal
Ha sido asociada, además, con descubrimiento de linfomas gástricos non-Hoodking´s y
con otros desordenes linfoproliferativos, MAL Toma (linfoma Tejido Linfoide Asociado a
las Mucosas) gastritis crónicas, úlcera péptica, adenoma y adenocarcinoma del colon,
posibles adenocarcinomas pancreáticos, enfermedades cardiovasculares,
cerebrovasculares, cutáneas. Sin embargo, el mecanismo detallado de como H. Pylori
causa la enfermedad continúa siendo incierto.
Figura 7: Helicobacter Pylori Figura 8: Campylobacter
12
Historia Natural
No queda claro si la historia natural de H. pylori evoluciona de forma diferente en las
distintas partes del mundo. Además de factores genéticos del huésped y de la cepa de
H. pylori, intervienen factores ambientales. todos los individuos infectados tienen riesgo
de generar una gastritis activa crónica. Ciertas cepas parecen haber sobrevivido más
efectivamente en la evolución epidemiológica de la enfermedad, se observa como
ejemplo las cepas cagA positivas ya que pueden sobrevivir mejor que otras
La mayoría de los individuos infectados con H. Pylori nunca padecen ningún síntoma
relacionado con su infección. La desaparición espontanea de la infección es inhabitual.
La proporción de personas que desarrollan una enfermedad grave como UP es 15%-
20% y menos del 1% de ellas presentaran cáncer gástrico. Las personas infectadas
tienen de 2 a 6 veces más riesgo de desarrollar cáncer gástrico y linfoma tipo MALT,
Tabla. Patogenia y respuesta (según la conferencia de consenso Asia Pacifico-)
Figura:9 Marshall y Warren Figura:10 En 2005, Warren y
Marshall fueron galardonados con el
Premio Nobel de Medicina por sus
trabajos acerca del HP (H. Pylori)
13
Helicobacter pylori es una bacteria Gram Negativa de forma espiral o helicoidal,
microaerofilica, que presenta de dos a seis flagelos, lo que le da gran movilidad, es
considerada una bacteria exigente, ya que requiere de medios suplementados para su
crecimiento. H. Pylori posee una gran capacidad para sobrevivir en uno de los ambientes
más inhóspitos de nuestro organismo, el estómago, que presenta un medio ácido, con
un pH inferior a 4. La acidez del estómago es uno de los mecanismos de defensa de
nuestro organismo contra las bacterias que son ingeridas con los alimentos. Pocos son
los seres vivos que logran sobrevivir en un ambiente tan ácido, No obstante, H Pylori
presenta factores de patogenicidad que le permiten adaptarse al medio, produciendo
sustancias que neutralizan los ácidos y formando una especie de nube protectora a su
alrededor, lo que le permite diseminarse dentro del estómago, hasta encontrar un sitio
para adherirse. Además de esta protección la H. Pylori logra superar la barrera de moco
que el estómago posee para protegerse de la acidez adhiriéndose al moco, porque
debajo de este se encuentra el pH menos fuerte. Esta capa es esencial para la protección
del estómago pues impide que el ácido clorhídrico lastime la mucosa. Se han propuesto
varios factores de virulencia de la H. Pylori como los genes cagA, vacA y babA, entre
otros, aun qué estos se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedad ulcerosa
péptica, adenocarcinoma gástrico, linfoma tipo MALT. La Helicobacter pylori origina una
fuerte respuesta inmune, humoral y celular en la mucosa gástrica del hospedero, aunque
con esto no se consigue eliminar la infección, además produce daños en el epitelio
gástrico. Tras la colonización, H. Pylori libera sustancias toxicas que estimulan la
respuesta inmunológica local, en la que fundamentalmente participan neutrófilos. A pesar
de la incidencia de H. Pylori, a nivel mundial no todas las personas infectadas por este
patógeno desarrollan una enfermedad. Al parecer el resultado de una patología gástrica
es por la suma de varios factores, como la predisposición genética del hospedero a
desarrollar una úlcera o cáncer gástrico, el genotipo de la cepa que se encuentra
colonizando la mucosa gástrica y el medio ambiente. Varios estudios donde se han
mostrado una variabilidad de cepas de H. Pylori que son más agresivas y otras menos
agresivas, esto explica, la ocurrencia de síntomas en pocas personas, además no todas
las cepas de H. Pylori presentan los mismos factores de patogenicidad. Los síntomas
que se presentan cuando hay infección por H. Pylori son dolor, quemazón en la parte
superior del abdomen, sensación de hinchazón del estómago, saciedad rápida del
hambre después de comer, náuseas, vómitos, heces oscuras y anemia. (Figura:11)
ASPECTOS GENERALES
Figura:11 Daño a la mucosa. H. Pylori
14
La mayoría de las personas con infección por H pylori nunca presentan signos ni
síntomas. No está claro por qué ocurre esto, pero puede que algunas personas nazcan
con una resistencia mayor a los efectos nocivos de H. pylori
Cuando se manifiestan los signos y síntomas de la infección se presentan por
• Dolor o ardor en el abdomen
• Dolor abdominal, agudo con el estómago vacío
• Pérdida de apetito, saciedad rápida
• Eructos frecuentes
• Hinchazón
• Adelgazamiento Involuntario
• Mal aliento
• Flatulencias
• Nauseas
• Pérdida de peso, heces oscuras
• Anemia
SIGNOS Y SINTOMAS
Dolor abdominal
agudo con el
estómago vacío
Pérdida de apetito
Eructos
frecuentes
Hinchazón
Flatulencias
Adelgazamiento
Involuntario
Dolor o ardor en el
abdomen
Mal aliento
Heces oscuras
Fiebre
Pérdida de
peso
Anemia
Nauseas
Quemazón en la
parte superior
del abdomen
Saciedad
rápida
Anorexia
• Anorexia
• Fiebre
• quemazón en la parte
superior del abdomen
15
Patogenia en la infección por Helicobacter Pylori
Helicobacter Pylori ingresa por la boca, desciende al tubo digestivo y a través de sus
flagelos se transporta hasta la superficie de la capa de mucus que recubre las células
epiteliales de la mucosa gástrica del fundus y antro pilórico preferiblemente. H. Pylori
posee adhesinas que favorecen su adherencia a las células foveolares superficiales. La
colonización se facilita por la inhibición de la producción del ácido clorhídrico (HCL) y la
neutralización de este por el amonio producido por la acción de la ureasa bacteriana
H. Pylori provoca citotoxicidad a nivel de la mucosa gástrica debido a un sistema de
secreción tipo IV, codificado por genes ubicados en una región genómica de 37 kb
denominada “Isla de patogenicidad CagA Cag-PPAI”, que facilita la inyección de
proteínas con actividad citopática como CagA y VacA, respectivamente. H. Pylori posee
fosfolipasas que hidrolizan las membranas celulares, lo cual conlleva a la liberación de
lisolecitinas, las cuales constituyen un factor ulcero génico. También posee
lipopolisacáridos (LPS), peptidoglucanos, tetrapéptidos, entre otros PAMs (Patrones
Moleculares Asociados a Patógenos) que estimulan a una gran variedad de receptores
extra e intracelulares como el Nod, los cuales ejercen un importante efecto quimiotáctico
sobre los eosinófilos y neutrófilos, y facilitan su reclutamiento y proliferación. Estas
células al activarse provocan la liberación de citoquinas, lo cual desencadena una
respuesta inflamatoria amplificante, la cual lesiona aún más la mucosa mediante la
liberación de mediadores inflamatorios
Factores de virulencia que contribuyen a la colonización de la mucosa gástrica
En la tabla se enlistan los principales factores de virulencia que contribuyen al proceso
de colonización por H. Pylori. A continuación, se detallan algunos aspectos relevantes
de cada uno de ello
Tabla1. Factores de virulencia asociados con la colonización
16
Ureasa: Hidroliza la urea [CO(NH2)] en
amonio (NH4+) y gas carbónico (CO2.
Proporciona un pH neutro alrededor del
microorganismo que le permite evadir las
propiedades bacterianas del ácido
clorhídrico (HCL). Los iones amonio
inhiben los trasportadores gástricos de
bicarbonato, con lo cual se impide la
alcalinización de la mucosa gástrica. El
amonio producido aumenta el pH,
elevándolo hasta 6 o 7 en su entorno, De
este modo puede alcanzar la superficie de
las células de la mucosa, donde el pH es
prácticamente neutro. El NH4+ produce
una serie de daños que afectan a la
microcirculación y a las células epiteliales
superficiales y origina una necrotización
del tejido (Figura:12-13)
Sistemas antioxidantes: Durante el proceso de colonización H. Pylori promueve una
fuerte respuesta inflamatoria mediada por neutrófilos y macrófagos, que generan una
cantidad de metabolitos reactivos de oxígeno, H. Pylori cuenta con mecanismos para la
detoxificación de estos metabolitos, así como para la reparación de los daños sufridos
que favorecen su supervivencia en el tejido inflamado
Entre los sistemas enzimáticos de detoxificación: la enzima superóxido dismutasa
(Cataliza la transformación del superóxido en peróxido de hidrogeno), la catalasa o
peroxidasa (Cataliza la transformación del peróxido de hidrogeno H2O2, en agua y
oxigeno gaseoso). También facilita la evasión de la fagocitosis realizada por macrófagos
ubicados en el epitelio superficial, las peroxirredoxinas (catalizan la reducción de
peróxido de hidrogeno,peroxinitrito y otros hidriperoxidos orgánicos a sus
correspondientes alcoholes), la flavoproteína MdaB, un NADPH quinona reductasa, que
H. Pylori expresa cuando debe compensar la pérdida de los principales componentes
antioxidantes. La proteína NAP (Proteína Activadora de Neutrófilos), codificada por el
gen nap A, tiene función de bacterioferritina para captar los iones ferrosos libres
intracelulares que pueden dañar el DNA de H. Pylori y protege a este del estrés oxidativo.
Puede actuar como adhesinas cuando se secreta o se expresa en la superficie
bacteriana pues tiene afinidad por las ceramidas presentes en las membranas
plasmáticas celulares y por el grupo sanguíneo Lewis.
Flagelos: Facilitan la penetración y la adherencia en el epitelio superficial de la mucosa
gástrica. H. Pylori posee alrededor de 2 a 6 flagelos monopolares. Cada flagelo está
compuesto por dos flagelinas, FlaA y FlaB. (FlaB se localiza en la base del flagelo,
mientras que la más abundante, FlaA se encuentra en el exterior)
Figura:12 Mecanismo de daño a la mucosa H.
Pylori
17
Adhesinas: H. Pylori se une a las células del huésped de forma específica mediante un
elevado número de adhesinas. A continuación, se mencionan las adhesinas involucradas
en la fisiopatología de la infección por H, Pylori
HpaA: (Helicobacter Pylori adhesina A). Es una de las principales proteínas de la
membrana externa. Hpa A medida la unión a glicoconjugados con ácido salicílico (N-
acetil-neuraminilactosa) presentes en la superficie de las células epiteliales gástricas y
neutrófilos
BabA: (Adhesión de unión al antígeno del grupo sanguíneo) codificada por los genes
bab A1 y bab A2, aunque solo el gen babA2 es funcionalmente activo. Bab A se une al
antígeno del grupo sanguíneo B y al antígeno Lewis ubicado en la mucosa gástrica. Esta
unión promueve una respuesta inmune no especifica con producción de autoanticuerpos
dirigidos a las células productoras de HCL, lo cual contribuye a la gastritis crónica y a la
perdida de células parietales . Además, la adherencia mediada por Bab A participa en la
distribución de los factores de virulencia que dañan al tejido del hospedador, pudiendo
llevar al desarrollo de úlcera y cáncer gástrico
SabA: (Adhesión de unión al ácido siálico) se une a los receptores con el ácido siálico
de los neutrófilos y origina la activación de la respuesta oxidativa
OipA: (Proteína inflamatoria externa) todas las cepas poseen el gen que codifica para
esta adhesina, pero solo algunas la expresan. Su expresión está asociada a una mayor
producción de IL-8 y otras citoquinas proinflamatorias, aunque no se sabe cuál es su
contribución real en la inflamación gástrica, puesto que suele estar asociada a las cepas
cagA+.OipA también está asociada con el desarrollo de úlcera duodenal y gastritis
Factores de virulencia que contribuyen al daño de la mucosa gástrica
En la actualidad son los factores de virulencia que más se estudian a nivel mundial,
debido a su estrecha relación con los procesos de carcinogénesis y citotoxicidad. En la
tabla2 se enumeran los principales factores de virulencia asociados al daño de la mucosa
gástrica. Estos son los procesos moleculares más relevantes de cada uno de ellos.
Isla de patogenicidad CaA (Cag PAI): locus genómico de 40kb, que contiene 27 a 31
genes codificantes para proteínas que participan en el sistema de secreción tipo IV
(T4SS) considerado como una “jeringa molecular. Los genes de la CagPAI no se
expresan constitutivamente, sino que responden a señales ambientales. Están regulados
por mecanismos complejos que pueden activar o inhibir, dependiendo de condiciones
micro ambientales como el nivel de oxígeno, la osmolaridad, la fase de crecimiento
bacteriano, el pH, presencia o no de ácidos grasos volátiles de cadena corta, entre otras
condiciones. (Figura:13-14)
La CagPAI codifica un sistema de secreción de proteínas tipo IV que inyecta CagA y
peptidoglucanos en las células epiteliales del hospedador, la traslocación de CagA
18
depende de la presencia de un canal de urea protón dependiente Urel. Ante un descenso
de pH, CagA se mueve del centro a la porción periférica del citoplasma. La proteína
inyectada interactúa con diversas moléculas de la célula hospedadora. La proteína CagA
translocada aumenta la producción de IL-8. Asi mismo, los productos de la CagPAI están
asociados con un aumento de la producción de otras citoquinas como la IL-1B. TNF-A y
la molécula NF-kB
CagA (Citotoxina asociada al gen del antígeno A). Se considera el principal factor de
virulencia del H. Pylori. Cuando esta proteína ingresa a la célula es fosforilada por la
acción de tirosinas Kinasas intracelulares lo cual genera alteraciones en la traducción de
señales, que conducen a cambios proliferativos e inflamatorios asociados con el
desarrollo de úlcera y cáncer. No todas las cepas de H. Pylori presentan este factor de
virulencia. La diana molecular de CagA es una fosfatasa SHP-2 (proteína tirosina
fosfatasa)
En el gen CagA se han encontrado mutaciones y polimorfismos que están relacionados
con la carcinogénesis gástrica, La propia activación de SHP-2 por Cag puede contribuir
a la proliferación celular excesiva, además, los cambios que se producen en la expresión
genética en las células epiteliales tras la infección por H. Pylori suelen ser dependientes
de este sistema de secreción codificado por la CagPAI.
CagA puede variar de tamaño entre las distintas cepas de H. Pylori. Esta variación
proviene de la presencia de un numero de repetición de una secuencia aminoacídica del
extremo C-terminal y puede influir en la patogenicidad de las distintas cepas CagA+
debido a que la variación en el número de sitios de fosforilación implica una distinta
efectividad en su unión a SHP-2, y por tanto una distinta activación
La variabilidad en la región C-terminal de la proteína cagA consiste en el número de
repeticiones de la secuencia Glu-Pro-He-Tyr- Ala, llamado “Motivo EPIYA” algunas cepas
CagA+ carecen de él. La secuencia de este motivo ha revelado que la región que
flanquea esta secuencia de aminoácidos como EPIYA-A, EPIYA-B, EPIYA-C y EPIYA-D
EPIYA-A y B están presentes en casi todas las cepas cagA+. EPIYA-C es característico
de cepas de H. Pylori cagA+ presentes en Europa, Norteamérica y Australia, por lo cual
es llamado “cagA Occidental “ EPIYA-D es especifico de cepas circulantes en países de
Asia Oriental. Como Korea, Mongolia, Japón y China. Por lo tanto, se conoce como “cagA
de Asia Oriental. Los estudios sobre oncoproteina cagA han revelado que el motivo
EPIYA puede repetirse hasta tres veces, sin embargo, el número puede variar desde uno
hasta siete repeticiones. La cepa que contiene el segmento EPIYA-D tiene un mayor
potencial oncogénico que la cepa EPIYA-C. Sin embargo, se ha demostrado que cepas
que contienen el genotipo Occidental presentan gran poder de fosforilación y oncogénico
dependiendo del número de repeticiones del motivo EPIYA-C. Por lo anterior se ha
postulado que las distintas isoformas de la oncoproteina cagan pueden influir en las
diferentes tasas de cáncer gástrico observadas en países orientales y occidentales
19
VacA: (Citotoxina de Vacuolización A). La proteína VacA induce la formación de vacuolas
dentro de la célula, también impide la fagocitosis, altera la presentación antigénica y
promueve la apoptosis de la célula epitelial. Está asociada al desarrollo de úlcera y
adenocarcinoma gástrico. Distribuido de lo que sucede con el gen cagA, todas las cepas
de H. Pylori son VacA positivas, aunque solo casi el 50% de estas expresan la proteína
VacA posee una estructura hexamerica y se ensambla en la bicapa lipídica celular del
hospedador formando un canal selectivo de aniones. Produce un gradiente de PH que
atrae sustancias alcalinas al interior haciendo que se capte agua por osmosis, Lo cual
origina una vacuolización alrededor del núcleo y más tarde el estallido y muerte celular.
El gen vacA es altamente polimórfico, y presenta diversidad en algunas regiones de la
estructura molecular. Por ejemplo, a nivel de la secuencia señal 5 terminal se han
identificado los alelos, s1a, s1b, s1c y s2. En la región media los alelos m1 y m2. Y en la
región intermedia los alelos i1 e i2. Esta diversidad genética causa variación en la
actividad citotóxica de la proteína VacA.
Se ha demostrado que las cepas s1m1 y s1m2 son altamente toxigénicas, mientras que
las cepas con la combinación S2m2 producen muy poca citotoxicidad. Las cepas que
contiene la isoforma i1 están asociadas con alto riesgo de desarrollar adenocarcinoma
gástrico, la cepa VacA s1a predomina en el norte de Europa, la s1b en la península
ibérica y latinoamericana, mientras que la cepa s1c se encuentra en el suroeste de Asia.
En Colombia se han demostrado la presencia de la cepa que contiene los alelos s1 m1,
al igual que en Japón, siendo ambos países regiones con una alta tasa de cáncer
gástrico.
VacA puede promover la apoptosis de forma independiente a la vacuolización, pues
induce la liberación de citocromo c mitocondrial a través de la activación de proteínas
proapoptóticas Bax y Bak, al igual que la activación del receptor Fas(CD95)
La presencia de VacA puede inducir la expresión del factor de crecimiento vascular
endotelial (VEGF) y provocar el desarrollo de procesos tumorigenicos. El VEGF está
implicado en la neoangiogénesis y se encuentra sobre expresado en carcinomas
humanos que contienen cepas VacA.+. Además, VacA amplifica la respuesta
inflamatoria de la mucosa gástrica aumentando la expresión de ciclooxigenasa 2 en las
células T, neutrófilos y macrófagos, que a su vez pueden activar la producción del factor
de crecimiento vascular endotelial y provocar el desarrollo de procesos tumorigenicos
Aunque no están perfectamente definidos los mecanismos por los que la respuesta
inmune inducida por H. Pylori contribuye a la carcinogénesis gástrica, la sobreexpresión
de COX-2 y VEGF, sumando a la activación de NF-kB y citoquinas proinflamatorias,
originan alteraciones morfológicas que llevan al desarrollo de gastritis atrófica y
metaplasia gastrointestinal
VacA también está implicada en la alteración de las funciones medidas por integrinas al
interactuar con la fibronectina y la modulación de la respuesta inmunitaria de
20
granulocitos, monocitos, células B y T, ya que inhibe la presentación de antígenos y la
proliferación de células T. Por otro lado, interrumpe la maduración de los fagosomas en
los macrófagos, por lo que la bacteria sobrevive dentro de los mismos
Otro aspecto relevante de VacA es que inhibe la activación del factor de transcripción
NF-AT (Factor Nuclear Activador de la Transcripción), una molécula importante para la
expresión de genes implicados en la expresión de linfocitos T activados por antígenos
bacterianos. Asegurando así la evasión del H. Pylori por parte de la respuesta inmune
celular adaptativa
IceA: (Factor de virulencia inducido por
contacto con el epitelio) es codificado
por el gen Ice A, el cual posee dos
variantes, el iceA1 e iceA2. La variante
iceA1 está asociada con el desarrollo
de úlcera péptica, mientras que la
variante iceA2 todavía no tiene
asociación definida
DupA: (Gen promotor de la úlcera
duodenal) factor de virulencia que
promueve la formación de úlcera
duodenal, tiene un alto potencial
patogénico
OTROS FACTORES DE VIRULENCIA
LPS:(Lipopolisacáridos) el LPS de H. Pylori, como el de otras especies bacterianas,
presenta una estructura de tres dominios principales. La cepa polisacárida externa o
cadena especifica o, el núcleo oligosacárido y el lípido A. Son patrones moleculares
presentes en la membrana de la bacteria, muy común en bacterias Gram Negativas. Son
considerados potentes endotoxinas promotoras de respuesta inflamatoria. Son
reconocidos por los Toll Like Receptor (TLR) tipo 4 ubicados en la membrana de la célula
epitelial de la mucosa gástrica, importantes en la respuesta inmune innata. La estructura
química del LPS de H. Pylori, la cadena especifica o, puede mimetizar los antígenos del
grupo sanguíneo Lewis
Tip a: (Proteína inductora de TNF-α). La proteína Tip a tiene una potente actividad
carcinogénica a través de la inducción de TNF-a y la activación del NF-KB, lo cual
favorece a la inflamación y al cáncer.
Tabla2. Factores de virulencia asociados con el daño al a
mucosa
21
Figura:13 Factores de virulencia que contribuyen a la colonización de la mucosa gástrica
Figura: 14 Mecanismo de daño a la capa de moco gástrico
22
EXISTEN TRES RUTAS DE TRASMISIÓN DESCRITAS
Iatrogénica: Material en contacto con la mucosa gástrica de una persona que es luego
puesto en contacto con otra, La desinfección del material hospitalario reduce los índices
de transmisión. Es por eso que los endoscopistas que no usan guantes incrementan el
riesgo de estar infectados
Trasmisión fecal- oral: Es quizás la más importante, Aunque es aislada de heces de niños
infectados, los residuos fecales contaminan el agua que puede ser entonces la fuente de
infección, Pero los microorganismos no han sido aislados del agua
Trasmisión oral- oral: Fue identificada en mujeres africanas que premasticaban alimentos
para sus hijos , No hay asociación relacionada con la transmisión sexual. La trasmisión
por aspiración de vomito es otra posibilidad no documentada. Las infecciones por vía
ambiental o a través de reservorios animales no pueden ser destacados. De hecho, los
perros y gatos sirven de reservorio de H, hellmani, que se asocia a H. Pylori en la
infección y produce casos de gastritis en humanos
PATOGÉNESIS DE LA INFECCIÓN
Se dispone de evidencias de que la colonización de H. Pylori induce inflamación gástrica,
la ingestión voluntaria por dos humanos resulto en gastritis crónica. Así mismo se asocia
a células de la mucosa gástrica pero no al epitelio intestinal. Se relaciona comúnmente
con gastritis crónica superficial que se caracteriza por infiltración de células
mononucleares y neutrófilos en el epitelio
Suceden cambios degenerativos de la
superficie epitelial incluyendo depleción
de mucina vacuolización citoplasmática
y desorganización de las glándulas de
mucus. La respuesta inflamatoria a H.
Pylori en niños difiere de la de adultos.
La endoscopia revela. Una superficie
mucosa nodular o granular que
microscópicamente corresponde a
hiperplasia linfonodular especialmente
en el antro, estos agregados contienen
centros germinales activados. La
cantidad de neutrófilos puede ser mayor
que la de adultos (Figura:15)
FISIOPATOLOGÍA
Figura 15: Principales mecanismos para el desarrollo de AF
por H. Pylori Al hipoclorito, disminución en niveles de ácido
ascórbico y él predominio de la forma oxidada del ácido
ascórbico disminuye la reducción de hierro férrico a ferrosa
forma en la que es absorbido el hierro a nivel intestinal
23
DINÁMICA DE INFECCIÓN DE H. PYLORI EN EL ESTÓMAGO HUMANO
Las superficies mucosas de vertebrados deben considerarse como estructuras en
comunicación con el ambiente externo. Las bacterias que tienen contacto con ellas
(tracto gastrointestinal) tienen tres impedimentos que limitan su número: peristalsis,
competición microbiana y efectos inmune específicos, La H. Pylori es un patógeno
exógeno que diferencia de la mayoría, persiste por décadas en el tracto gastrointestinal.
H Pylori induce la inflamación gástrica crónica que termina en úlcera péptica o neoplasia
gástrica en gran número de personas
La colonización muestra un modelo de versatilidad bacteriana por persistir a Pesar de
los contratiempos físicos de la peristalsis. La adherencia bacteriana es una estrategia
para resistir la peristalsis de la capa mucosa donde la mayoría de las H. Pylori residen y
de allí migran a las células epiteliales
H Pylori supera la barrera acida estomacal donde casi ningún microbio puede sobrevivir,
y la respuesta inmune es esencialmente inefectiva, Un feedback autorregulador ha sido
propuesto como mecanismo de persistencia de H. Pylori así mismo es de vida libre, es
decir muy móvil en la capa mucosa por encima del epitelio gástrico, en pequeña
proporción (1-5%) atacan a las células epiteliales. El 98% reside en el mucus (reservorio
de las bacterias adherentes, trasmisión), mientras que 2% se encuentran adheridas a
células epiteliales (Mantienen la infección). Por tanto, hay dos poblaciones, adherentes
y no adherentes, con distintas características de supervivencia.
Para explicar el mecanismo mediante el cual H. Pylori deriva su forma de nutrición del
hospedador, ha sido propuesto un modelo en el cual estos organismos colonizantes
inducen una respuesta inflamatoria en el hospedador. La bacteria elabora efectos
proinflamatorios que son absorbidos por la mucosa provocando la respuesta del
hospedador que conlleva un daño tisular con liberación de nutrientes. Esto es un
feedback positivo y cíclico que parece favorable para H. Pylori. En un principio la
inflamación Es un hecho favorable para el hospedador, pero cuando los microbios no
son eliminados se convierte en un proceso deterior ante porque la infección no consigue
ser erradicada., las moléculas de la H. Pylori como el lipopolisacárido (LPS) tienen baja
actividad proinflamatoria. La respuesta celular contra H. Pylori queda suprimida, y H.
Pylori regula la inflamación para evitar ser eliminado de su nicho.
PROCESO DE DAÑO TISULAR
La H. Pylori coloniza y persiste en un nicho único que es el lumen gástrico. Los
determinantes patogénicos putativos del Pylori se dividen en dos grupos: factores de
virulencia que contribuyen a efectos patogénicos de la bacteria y factores de
mantenimiento que permiten a la bacteria colonizar y permanecer en el hospedador. Los
factores de virulencia se clasifican según sus efectos patogénicos en el hospedador:
inflamación gástrica, rotura de la barrera de la mucosa gástrica y alteración de la
fisiología gástrica. Muchos de los factores de H pylori funcionan como factores de
virulencia y mantenimiento in vitro
24
INDUCCIÓN DE LA INFLAMACIÓN GÁSTRICA
Gastritis superficial caracterizada por infiltración en la mucosa gástrica de leucocitos
polimorfonucleares o células monociticas. La inflamación es importante para la
supervivencia de H Pylori. (Figura 16)
La interleuquina 8 (IL8): es una quimio quina o pequeño péptido secretado por un
numero variable de células, es un potente mediador inflamatorio que recluta y activa
neutrófilos, H Pylori induce la secreción de IL8 de células de carcinoma gástrico in vitro,
Adherencia de neutrófilos: el gen nap A muestra homología con el gen de la familia de
proteínas de bacterio ferritina y codifica la proteína HP-NAP. Esta proteína es un
polímero de 10 subunidades que incrementa, la expresión de neutrófilos CD11B/CD18 y
la adherencia de estos a células endoteliales
Factor activador plaquetario (PAF): es un mediador fosfolípidico reconocido como
potente agente ulcero génico, Lyso-PAF es producido por células de la mucosa gástrica
en condiciones basales y a respuesta a gastrina en personas saludables. PAF estimula
la secreción de ácido gástrico a través de receptores específicos de células parietales.
H Pylori metaboliza el precursor no ulcero génico Lyso-PAF a PAF. Por ello, a través de
la síntesis del PAF, H Pylori induce daños a la mucosa directa o indirectamente por
incremento de la secreción de ácido
Lipopolisacárido (LPS): el LPS de H. Pylori rompe el mucus gástrico interfiriendo con
la interacción entre la mucina y su receptor. Sin embargo, el LPS de H. Pylori tiene menor
capacidad proinflamatoria
Ureasa: es un potente estimulante de activación para fagocitos mononucleares y la
producción de citoquinas inflamatorias. In vitro, su actividad es toxica para células del
epitelio gástrico, Funciona como colonizador (factores de mantenimiento) y factor de
virulencia
Ruptura de la barrera de mucosa
H. Pylori inhibe la respuesta secretora de las
células mucosas in vitro, indicando el efecto
potencial de deterioro en este mecanismo
principal de defensa de la mucosa gástrica.
(Figura:16)
1: Fosfolipasa H Pylori destruye la capa rica
en fosfolípidos con función protectora. Mas aun
los cambios pueden ser inducidos en capas
fosfolípidicas In vitro por fosfolipasas A2 y C
expresadas en H Pylori
Figura:16 Dan Longo. Harrison Principio de
Medicina interna, 18.ed. MC Graw Hill.
25
2: Mucinasa H Pylori posee un gen idéntico casi al de la mucinasa de Vibro chorelae.
Esta actividad mucinasa in vitro contribuirá a la ruptura de la barrera mucosa gástrica
3: Citotoxinas: Estas inducen vacuolas acidas en el citoplasma de las células
eucariotas. Casi simultáneamente, cuatro grupos dieron con el clonaje y secuencia de
Vac A (3.9 Kb) que codifica a una citotoxina vacuolante. El gen vac A codifica a una
proteína de 134KD, protoxina que contiene una secuencia Leader de 33 aminoácidos y
un fragmento carboxilo terminal de -50 KD que presenta homología con el carboxilo
terminal del precursor de la proteasa de IgA de Neisseria gonorrhoeae, y que parece
estar implicado en la traslocación de la proteasa a la membrana externa. Por analogía,
el carboxilo terminal de la protoxina de H. Pylori puede jugar un papel en la secreción de
la citotoxina. Mutantes en vac A no expresan la citotoxina y pierden la actividad
vacuolante,
4: Especies de oxígeno reactivas. La H Pylori induce la síntesis de “Especies reactivas
de oxígeno” (ROS) en la mucosa gástrica in vitro Hay asociación positiva entre ROS, la
carga infectiva de H. Pylori y el daño en mucosa gástrica, Muchas drogas anti-úlcera
funcionan como “secuestradores” de ROS ayudando a explicar cómo minimizan el daño
en la mucosa inducido por H. Pylori estimula la producción de ROS
5:Sintasa: inducible de óxido nítrico (iNOS). H Pylori induce iNOS y macrófagos in vitro.
La alta producción de óxido nítrico por la inducción de esta sintasa, en asociación con la
activación inmune, es responsable de daño tisular
6:Apoptosis: H pylori aparece para inducir la muerte celular programada de las células
del epitelio gástrico y para estimular daño oxidativo de DNA en mucosa gástrica humana
infectada. H Pylori parece inhibir la migración y proliferación de células del epitelio
gástrico, por lo que el daño en la mucosa gástrica puede ser inducido directa o
indirectamente. La infección reversible de H. Pylori induce la expresión del péptido
gastrina, estimulante de ácidos y suprime la expresión de la hormona somatostatina que
es inhibidora de ácidos.
Clínica
En la mayoría de los casos, los procesos ulcerosos tienen una clínica que le es particular,
con periodos de epigastralgia, ardor, dispepsia, entre otras circunstancias, la enfermedad
debuta con su complicación más frecuente, la hemorragia digestiva (Figura:17)
Úlcera duodenal
• Es más frecuente que la úlcera gástrica
• Es mucho más frecuente en el varón que en la mujer
• Se observa entre los 35 y los 55 años.
• Factor nervioso, personas inestables, depresivos, competitivos, ansiosos,
irritables
26
• Deben tenerse en cuenta los trastornos endocrinos, Síndrome de Zollinger- Ellison
Hiperparatiroidismo, Síndrome de adenomas endocrinos múltiples
Síntomas
dolor epigástrico precedido por ardor o acidez, tiene periodicidad y ritmo, con la
característica de que aparece el dolor por la madrugada y calma con la ingestión de
alimentos o soluciones alcalinas, reaparece al mediodía antes de la comida
denominándose hambre dolorosa (dolor a tres tiempos), vómitos y nauseas,
hematemesis o melena (en realidad la hemorragia digestiva es más una complicación)
Úlcera Gástrica
• Es menos frecuente que la úlcera duodenal
• Es más frecuente en el sexo masculino
• Aparece entre los 35 y los 64 años
Síntomas:
dolor epigástrico que tiene prioridad y horario, es el llamado dolor a cuatro tiempos,
aparece después de las comidas, suele ceder espontáneamente antes de una nueva
ingestión de alimentos, pirosis, vómitos
Hemorragia Digestiva Alta
Se puede presentar con hematemesis, hematoquecia, melena, hipotensión arterial,
sangre oculta en materia fecal
El paciente puede estar
• Inestable hemodinámicamente, con sangrado activo,
• Estable hemodinámicamente, con sangrado activo
• Estable hemodinámicamente , sin evidencia de sangrado activo
Cáncer gástrico
• El cáncer gástrico temprano prácticamente es asintomático,
• El cáncer gástrico avanzado, predominan la pérdida de peso y el dolor abdominal,
también existe la disfagia, saciedad temprana, vómitos persistentes y anemia por
los eventuales sangrados.
27
¿Cuáles son los mecanismos de daño a la mucosa?
Se consideran diferentes factores del microorganismo (ureasa, flagelos, adhesinas,
superóxido dismutasa, citotoxina y proteínas CagA o VacA) que pueden contribuir a la
inflamación gástrica. La adhesión constituye un primer paso en la producción de lesiones.
H. Pylori expresa es su superficie diversas adhesinas capaces de reconocer y unirse a
receptores específicos de las
células epiteliales de la
mucosa gástrica. A demás,
parece existir una relación
directa entre el grupo
sanguíneo y la expresión de
receptores específicos para
H. Pylori en la superficie de la
célula epitelial . Los individuos
de los grupos sanguíneos A y
B tienen menor número de
receptores que los del grupo
O y estos últimos tienen un
riesgo mayor de desarrollar
úlcera péptica (Figura:18)
Todas las cepas de H, Pylori producen grandes cantidades de ureasa. Esta enzima actúa
sobre la urea que proviene del plasma produciendo amoniaco qué favorece la
supervivencia de la bacteria, altera la biosíntesis del moco y causa su desprendimiento
facilitando la producción de úlceras y una colonización más estable. El amoniaco puede
ser toxico para las células del epitelio e incrementar la acción citotóxica de diversos
mediadores de la inflamación producidos por neutrófilos
H. Pylori generalmente no invade la mucosa gástrica si no que vive en la capa de moco.
Es probable que el amoniaco, las toxinas, los lipopolisacáridos y otras sustancias
liberadas activen a las células inflamatorias.
Aproximadamente 50% de los aislamientos clínicos producen la citotoxina VacA. La
citotoxina VacA es un factor de patogénesis que la bacteria secreta y que no provoca
daño al tejido gástrico que lleva al desarrollo de las enfermedades gástricas graves. Las
cepas difieren también en la expresión de una proteína antigénica de elevado peso
molecular denominada CagA. 60% de los aislamientos producen esta proteína. Entre
80% y 100% de los pacientes con úlcera duodenal producen anticuerpos contra CagA,
mientras que en las personas con gastritis se detecta en solo 63%. La infección con
cepas que producen la citotoxina VacA (cepas Tox+) o la presencia en el suero de los
pacientes infectados de anticuerpos frente a CagA se asocia con un mayor grado de
respuesta inflamatoria y degeneración epitelial que la infección con cepas que no
Figura:18 Mecanismos de daño a la mucosa ureasa, flagelos, adhesinas,
superóxido dismutasa, citotoxina y proteínas CagA o VacA
28
producen citotoxina VacA (cepasTox-). Las cepas CagA+ inducen la producción de IL-8
por las células del epitelio gástrico in vitro y esto puede contribuir a la infiltración de la
mucosa gástrica por leucocitos polimorfonucleares
Otros factores para el desarrollo de enfermedad son dependientes del huésped. Entre
estos se sabe que la intensidad o naturaleza de la respuesta inmune presenta
variaciones y que esta se encuentra controlada por los genes del complejo mayor de
histocompatibilidad (HLA). Diversos estudios han demostrado un incremento significativo
en la expresión del antígeno HLA-DR (clase II) pacientes con gastritis asociada a H.
Pylori. Así, determinados alelos específicos de los genes del HLA de clase II podrían
predecir la susceptibilidad a la infección por H. Pylori y su evolución clínica. Estudios
recientes realizados en la población japonesa sugieren que los alelos 0102 y 0301 del
gen HLA-DQA1 pueden ser importantes para determinar la susceptibilidad y la evolución
de la infección por H. Pylori. En la población mexicana se ha encontrado asociación entre
el alelo HLA-DQB1*0401 e infección por H. Pylori, así como un efecto protector del alelo
HLA-DQA*0503 para carcinoma y lesiones premalignas. Otro grupo en México encontró
asociación entre el alelo hla-dqb1*0501 y carcinoma gástrico de tipo difuso. En el
desarrollo de enfermedad gastroduodenal intervienen factores tanto del germen
(producción de adhesinas y citotoxinas) como del huésped (respuesta inmune) Las cepas
de H. Pylori que son Tox+ CagA+ parecen causar más daño. La actividad de H. Pylori se
ha relacionado con algunos genes que se expresan y dejan de expresarse después del
tratamiento de erradicación.
Figura: 17 infección por H. Pylori mecanismo de daño a la mucosa, y mecanismo de transmisión
29
Qué importancia tienen las cepas Cag-A y Vac-A
Diversos estudios han demostrado que los individuos infectados con cepas de H. Pylori
que expresan la citotoxina CagA (marcador de la isla de patogenicidad) tienen un riesgo
mayor para desarrollar úlcera péptica y cáncer gástrico. Asimismo, las cepas que
presentan el alelo s1 del gen Vac-A se asocian con mayor frecuencia a enfermedad
ulcerosa. Sin embargo, muchos individuos infectados por es tas cepas no desarrollan
ninguna enfermedad. La citotoxina vacuolizante VacA es una proteína molecular de 95kD
que se inserta en la membrana celular del epitelio y forma canales selectivos
dependientes de voltaje a través de los
cuales se libera el bicarbonato y aniones
orgánicos, lo que provee de nutrientes a la
bacteria. Esta citotoxina daña la membrana
mitocondrial causando la liberación de
citocromo C e induce apoptosis, sin
embargo, su papel en la patogenia de
enfermedad es aún motivo de debate.
Estudios realizados en México han
demostrado una asociación entre la
expresión de citotoxinas CagA y VacA y el
desarrollo de cáncer gástrico ( La expresión
de citotoxinas CagA y VacA se asocia a
mayor patogenicidad y riesgo de cáncer
gástrico). (Figura:19)
Cuál es la relación causal entre la infección por H. Pylori y el cáncer gástrico
La Organización Mundial de la Salud reconoció en 1994 al H. Pylori como un carcinógeno
tipo 1 con base en los resultados de estudios de casos y controles y a una asociación
epidemiológica sólida. Los ensayos en animales de experimentación han confirmado el
papel patogénico de H. Pylori en el
desarrollo de adenocarcinoma, que, por
otro lado, sigue en proceso evolutivo a
partir de una gastritis crónica no atrófica,
gastritis crónica atrófica, metaplasia
intestinal, displasia y carcinoma invasor.
En México, el adenocarcinoma gástrico es
la neoplasia más frecuente del aparato
digestivo con tasas de letalidad muy altas
en algunos Estados como Chiapas,
Yucatán, Michoacán, Guerrero, Puebla,
Sonora, Tamaulipas y Zacatecas. Estudios
en la población mexicana han mostrado
una asociación entre la frecuencia de
Figura:20 Cáncer Gástrico por H. Pylori
Figura:19 Úlcera Gástrica por H. Pylori
30
cáncer gástrico y H. Pylori CagA positivo. Existe evidencia epidemiológica que relaciona
la frecuencia de cáncer gástrico con la infección por H. Pylori . La OMS considera que el
H. Pylori es un carcinógeno tipo 1. El desarrollo del cáncer gástrico existe una secuencia
de lesiones que incluyan a las gastritis crónicas no atróficas, gastritis crónica atrófica,
metaplasia intestinal, displasia y carcinoma (Figura:20)
Qué importancia tiene la metaplasia intestinal
En el proceso de la carcinogénesis, la metaplasia intestinal es un paso fundamental que
precede al desarrollo de displasia y es resultado de la gastritis atrófica. Modelos en
animales de experimentación han demostrado que la metaplasia intestinal es una lesión
precancerosa y resultado de un proceso inflamatorio crónico. Por otro lado, el riesgo
relativo para presentar cáncer gástrico es
notablemente mayor en las personas que
presentan gastritis atrófica y metaplasia
intestinal. De mayor relevancia, desde el
punto de vista clínico, es el hecho de la
reversibilidad de la metaplasia intestinal en
sujetos en quienes es posible erradicar la
infección por H. Pylori. En estas
condiciones la identificación, tratamiento y
seguimientos de la metaplasia intestinal
representaría una oportunidad de
prevención, la metaplasia intestinal es una
lesión preneoplásica. (Figura:21)
Cuál es la relación entre la infección por H. Pylori la dispepsia funcional
El papel de H. Pylori en la dispepsia funcional es motivo de controversia. En algunos
estudios se ha demostrado una frecuencia mayor de infección en las personas con
dispepsia funcional pero aun en estos, la mejoría sintomática una vez erradicado el H.
Pylori es limitada, La estrategia de buscar y tratar, propuesta en algunos consensos
proviene de países con bajas tasas de infección y no puede extenderse a zonas
geográficas donde la mayoría de las personas tienen H. Pylori como ocurre en México.
Es muy posible que siendo ambas situaciones muy frecuentes su relación sea más
debida al azar que a un verdadero afectado de casualidad (No hay evidencia suficiente
para apoyar casualidad entre la infección por H. Pylori y la dispepsia funcional)
Figura: 21 Metaplasia Intestinal
31
¿Cuál es la relación entre úlcera péptica y Helicobacter Pylori?
A diferencia de lo que ha ocurrido con la dispepsia funcional, la relación causal entre la
infección gástrica por H. Pylori y el desarrollo de úlcera gástrica o duodenal ha sido
contundentemente demostrada. En el cuadro se muestra la frecuencia informada por tres
investigadores mexicanos. De mayor contundencia ha sido la observación,
repetidamente confirmada, de la recurrencia de la enfermedad ulcerosa cuando no se
logra la erradicación de la bacteria. Un metaanálisis de ensayos clínicos controlados
mostro una reducción significativa en la
recurrencia de úlcera péptica en sujetos que
recibieron tratamiento, de erradicación.
Otros ensayos han informado una
frecuencia mayor de hemorragia en los
enfermos con úlcera péptica que solo
recibieron tratamiento a base de inhibidores
de bomba de protones (IBP). Existe una
relación causal entre la infección por H.
Pylori y el desarrollo de úlcera péptica
(duodenal y gástrica) La erradicación de la
bacteria disminuye el riesgo de recurrencia
y de hemorragia (Figura:22)
Figura:22 Úlcera Péptica por H. Pylori
Tabla:3 Frecuencia de infección por H. Pylori en distintas entidades clínicas
32
Qué relación existen entre la infección por H. Pylori y el desarrollo de linfoma
gástrico tipo B de la zona marginal ( MALTOMA)
La evidencia se basa en dos observaciones clínicas. la mayoría de las personas que
presentan este tipo de linfoma están infectadas por H. Pylori) el tratamiento de
erradicación es capaz por si solo de
inducir la regresión de la neoplasia y
mantener en remisión a un número
importante de casos (70%-80%) En
algunos enfermos existen anormalidades
genéticas que limitan la respuesta al
tratamiento de erradicación y en estos
casos suele observarse la progresión a
tumores de alto grado de malignidad.
Existe una clara asociación entre la
infección por H. Pylori y el desarrollo de
linfoma gástrico tipo B de la zona
marginal. (Figura:23)
Qué relación existe entre la infección por H. Pylori y la enfermedad por reflujo
gastroesofágico (ERGE).
Se ha supuesto que la hipoclorhidria secundaria a la gastritis atrófica ejerce un efecto
protector para el desarrollo de esofagitis. La restitución funcional. Una vez resuelta la
infección y corregida la gastropatía, provocaría síntomas en las personas con reflujo
gastroesofágico. En este caso, la erradicación aumentaría el riesgo de ERGE. En apoyo
a esta relación estaría el echo informado por algunos grupos de que la frecuencia de
ERGE es mayor en poblaciones en que la infección por H. Pylori es baja. Sin embargo,
la erradicación del H. Pylori no causa ERGE y no parece exacerbar los síntomas en
sujetos con ERGE. En México se han
publicado dos estudios con resultados
diferentes. Noguiera y Cols, demostraron
que los enfermos infectados por H. Pylori
tuvieron menor frecuencia de esofagitis.
En cambio, Carmona y Cols, no
encontraron diferencias en la frecuencia
de infección por H. Pylori entre sujetos
con y sin ERGE. En ninguno de los
trabajos existió alguna correlación entre
el grado de esofagitis y la infección por H.
Pylori. No parece existir casualidad entre
Figura:24 Esófago de Barret secundario a ERGE
Figura: 23 Linfoma gástrico tipo B MALTOMA
33
la infección por H. Pylori y la ERGE. El tratamiento de erradicación no incrementa el
riesgo de ERGE. (Figura:24)
Existe alguna relación entre la infección por H. Pylori y otras enfermedades
Algunos estudios han sugerido una relación entre la infección por H. Pylori y la anemia
por diferencia de hierro y por la purpura trombocitopénica idiopática (PTL). Los posibles
mecanismos fisiopatogénicos son la perdida sanguínea secundaria, la gastropatía
erosiva crónica (Figura:25), un decremento de la absorción de hierro por hipo o
aclorhidria que pudiera causar la gastritis crónica del cuerpo y el consumo de hierro por
la misma bacteria. El tratamiento de erradicación revierte la anemia en enfermos
asintomáticos y mejora la absorción de hierro. En sayos clínicos controlados han
demostrado una mejoría en los niveles de plaquetas en las personas que tienen PTI y
que han recibido tratamiento de erradicación. En México, Estrada- Gómez y Col.
Estudiaron la posible asociación entre la infección por H. Pylori y la purpura
trombocitopénica crónica refractaria. Utilizaron antígenos fecales para diagnosticar la
infección. La frecuencia de H. Pylori en 23 sujetos con purpura trombocitopénica fue de
60% y solo en tres de 14 sujetos en los que coexistieron las dos entidades corrigieron
las cifras de plaquetas una vez que recibieron el tratamiento de erradicación. Se ha
demostrado una relación entre la infección por H. Pylori y la anemia por deficiencia de
hierro. En otros países se ha encontrado una relación entre la infección por H. Pylori y la
purpura trombocitopénica idiopática (PTI). Esto no se ha confirmado en el único estudio
publicado hasta ahora en México. (Figura:26)
Figura:26 purpura trombocitopénica idiopática Figura:25 Gastritis erosiva crónica
34
FACTORES IMPLICADOS EN LA PATOGENICIDAD DEL HELICOBACTER
PYLORI
La presencia de H. Pylori como infección sintomática o asintomática, está en relación
con el polimorfismo inmune del hospedero, a la presencia del medio ácido gástrico y la
habilidad de H Pylori para colonizar un micro nicho gástrico y mostrar la virulencia de
algunas cepas, lo que representa el factor principal de patogenicidad. La diferente
virulencia de las cepas se ha estudiado centrándose en aspectos, genéticos,
microbiológicos, inmunológicos, bioquímicos y clínicos principalmente. Esto indicara
que para que se manifieste patogenicidad y enfermedad como complicación de la
infección por H. Pylori deben interactuar factores bacterianos y factores del organismo
infectado (Figura:27)
Factores
bacterianos
Los factores bacterianos que influyen en la patogenicidad son los implicados
directamente en la virulencia bacteriana
Ureasa El primer factor está representado por la capacidad que ha mostrado el H.
Pylori para adaptarse a un micro nicho hostil mediante la acción de la enzima
ureasa, que desdobla a la urea en amonio y CO2 que neutraliza el ácido
gástrico a un pH de 6 a 7, situación que protege a la bacteria y le permite
atravesar la capa de moco gástrico. Pero la ureasa también tiene propiedades
citotóxicas y junto al amonio, lesionan la mucosa del epitelio gástrico,
permitiendo la adhesión de la bacteria, la obtención de nutrientes y permitir su
desarrollo. Esta enzima es capaz de estimular la respuesta humoral
específica, la quimiotaxis monocitica de neutrófilos y de activar las funciones
de los macrófagos
Flagelos La bacteria, por su morfología en espiral y al poseer flagelos, tiene gran
movilidad que le permite atravesar la capa de moco , contrarrestando el
peristaltismo gástrico y llegar a adherirse a la superficie epitelial. Los flagelos
están compuestos por proteínas llamadas flagelinas, con peso molecular
aproximado de 50, 000 a 60,000 Kda están codificados por los genes Fla A y
Fla B, que son los elementos reguladores de la función de los flagelos y su
importancia radica en que las cepas carentes de ellos no logran colonizar
Adhesinas Para la colonización por la bacteria debe presentarse primero una adhesión al
epitelio gástrico, lo cual se efectúa mediante hemaglutininas, varias adhesinas,
que son proteínas glicoconjugadas o por lípidos bacterianos involucrados en
el proceso de colonización. Las adhesinas que se mencionan por unos u otros
autores y con frecuencia son: BabA, SabA, OMP´S, Hopo, AlpA, AlpB, Hpa; la
adhesina que más ha sido estudiado y caracterizado es la BabA, que es una
proteína de membrana con características similares a las que se observan en
los antígenos sanguíneos Lewis. Las adhesinas bacterianas al acoplarse a los
receptores de las células del hospedero inducen cambios inmediatos mediante
señales de traducción, permitiendo la infiltración de células inflamatorias, pero
también estableciendo mecanismos para evadir la respuesta inmune y
establecer una infección persistente
Fosfolipasa
s
También existen enzimas como las fosfolipasas A2 y C de membrana externa,
que actúan como proteasas, tienen un papel fundamentalmente en la
patogenia del H. Pylori, al degradar el complejo lípido-gluco-proteico de la capa
de gel de moco que cubre a las células epiteliales gástricas, y que son los que
les dan continuidad y protección
Lipopolisac
áridos
Otro factor de virulencia en e lipopolisacárido LPS, que posee en su antígeno
“o” los carbohidratos de Lewis “x” y Lewis “y” o ambos, y cuyo papel
35
fundamental en la patogénesis, es evadir la respuesta inmune durante la
colonización del epitelio gástrico, favoreciendo la persistencia bacteriana en el
micro nicho equilibrando la acción de inducir la respuesta autoinmune del
hospedero contra antígenos Lewis que expresa el H. Pylori. También se ha
reportado que el lipopolisacárido (LPS/endotoxina) de la bacteria tiene una
actividad biológica baja comparada con el LPS de otras bacterias gran
negativas, y al poseer antígenos semejantes a los de los grupos sanguíneos
de Lewis, como parte de las cadenas de carbohidratos en la región
polisacáridos de su LPS, evadir la respuesta inmune, o por lo menos
estimulara a niveles peligrosos para su supervivencia. Actividad parecida la
tienen las llamadas proteínas de choque térmico o de choque por calor
descritas como groEL y groes de peso molecular de 58 y 13 KDa
respectivamente, y que también tienen la capacidad de aumentar la actividad
de la enzima ureasa
Otras
Encimas
El H. Pylori produce otras enzimas que favorecen la virulencia de la bacteria,
como mucinasas, lipasas, proteasas, catalasas, dismutasas, que protegen a
la bacteria de metabólicos tóxicos secundario a procesos oxidativos de
defensa de los macrófagos y neutrófilos, también produce fosfatasa alcalina y
acida y gamaglutamiltranspeptidasa
Citotoxinas A pesar de los millones de personas que se encuentran colonizadas por H.
Pylori y de que solo una población de un 10% desarrollen sintomatología, y de
tratar de explicar la paradoja del comportamiento de una bacteria con gran
capacidad de persistir en la mucosa gástrica y solo producir daños mínimos o
muy severos, se ha centrado en estudiar y conocer diferencias en la virulencia
de las cepas, y una de las diferencias más importante, es la presencia o no de
genes y de islas de patogenicidad
Helico Blot
2.1 Kit
Es un test serológico cualitativo usado para detectar anticuerpos de tipo IgG
para antígenos específicos del H. Pylori
Figura: 27 factores implicados en la patogenicidad del Helicobacter pylori
36
37
38
Diagnostico
Actualmente existen varios métodos para diagnosticar la presencia de H. Pylori. Sin
embargo, más importante que el diagnóstico es saber en quién se debe investigar su
presencia. En algunos lugares, hasta 90% de la población esta colonizada por esta
bacteria, y los exámenes serán positivos en casi todo el mundo. Por lo tanto, no tiene
sentido, solicitar la investigación de H. Pylori en personas que no presentan una
sintomatología especifica. Helicobacter Pylori se puede diagnosticar a través de dos tipos
de métodos:
a) Métodos no invasivos, que no requieren de endoscopia
b) Métodos invasivos, que requieren de realizar una endoscopia con toma de biopsia
gástrica
Un método de diagnóstico ideal es aquel que no es invasivo ni costoso, es seguro,
además de estar disponible en todos los centros de salud, y es capaz de diferenciar una
infección activa de una pasada. Ninguno de los métodos que se utilizan en la actualidad
cumple con estas características. Todos los métodos presentan ventajas y desventajas
al momento de elegir alguno se debe tener en cuenta el fin epidemiológico, de
diagnóstico o seguimiento, el centro de salud donde se realiza, así como las
características del paciente. Todos los métodos presentan ventajas y desventajas
Métodos Invasivos
Histología: Es un método que sirve para diagnosticar la infección por H. Pylori. El
examen histológico nos proporciona datos sobre inflamación, metaplasia intestinal,
atrofia glandular, displasia y neoplasia. Este análisis es fundamental para el diagnóstico
de la gastritis y su clasificación. El estudio histológico de la biopsia es un método sencillo
que permite conocer las lesiones presentes en la mucosa, además de detectar la
densidad de colonización en infecciones por H. Pylori. El análisis histológico es
importante tanto para el diagnóstico como para determinar el daño del tejido durante la
infección por H. Pylori. Estos estudios brindan información sobre la presencia de
polimorfonucleares, además de dar un diagnóstico sobre la gravedad de la gastritis,
metaplasia y/o atrofia en el tejido analizado
La técnica de tinción es fácil, rápida, de bajo costo y de gran utilidad. Las tinciones que
se han utilizado son hematoxilina- eosina, Warhin- Starry con nitrato de plata, Giemsa,
la de Gram, carbolfuchina. Existen otras técnicas complementarias para el estudio
histológico, como la inmunohistoquímica y la técnica de FISH (hibridación in situ
fluorescente), que se han empleado para la detección de H. Pylori con una sensibilidad
de 98 y 100% de especificidad. A pesar de los buenos resultados que se reportan con la
técnica de FISH, se necesita un microscopio de fluorescencia, oligonucleótidos
fluorescentes específicos y varios reactivos que hacen que esta técnica sea costosa
39
Es necesario realizar una endoscopia para la toma de biopsia para el estudio histológico,
lo que permitirá diagnosticar la infección mediante el cultivo de la misma, el cultivo es
imprescindible, con el fin de dar un tratamiento efectivo a cada paciente.
La biopsia debe protegerse de la deshidratación y mantenerse a temperatura baja. Se
recomienda guardarla a 4°C si se va a procesar dentro de las primeras horas o congelar
a -70°C en caso de que se demore más tiempo. Los medios de transporte más utilizados
son solución de glucosa al 20% y suero fisiológico. En algunos estudios se sugiere que
se transporte en solución salina estéril y que se siembre directamente la biopsia en agar
chocolate o el medio de transporte (Portagerm pylori)
Cultivo: El cultivo es considerado el estándar de oro para el diagnóstico de infecciones
por el H. Pylori. La principal ventaja que posee este método es que se puede estudiar la
sensibilidad antimicrobiana. Además, el cultivo es el único medio para obtener y
conservar cepas para conocer los factores de virulencia, la purificación de antígenos
específicos y realizar estudios posteriores de genómica y proteómica. La desventaja del
cultivo es que se trata de un método lento de diagnóstico que puede demorarse varios
días, así como su baja sensibilidad en condiciones óptimas, por los requerimientos
exigentes para el cultivo y lo costoso que es
Para realizar el aislamiento de H. Pylori, se han utilizado varios medios de cultivo, como
caldo cerebro- corazón (BIH), agar Columba, brucella, Wilkins- Chalgren y Muller- Hinton;
todos estos medios son suplementados con sangre de caballo carnero o humano en 5-
10% así como hemina, isovitalex, ciclodextrina y almidón, además de antibióticos. De
todos los medios de cultivo, el agar Columbia suplementado con 7% de sangre y
antibióticos como trimetropina, vancomicina y anfotericina B ha sido empleado con mayor
frecuencia para el aislamiento de H. Pylori. Esta bacteria requiere, además, de una
atmosfera microaereofilica, humedad y una temperatura entre 35°C-37 C°, con un tiempo
de incubación de cinco a 10 días. H Pylori se identifica por su morfología colonial como
colonias pequeñas grisáceas y brillantes de 1 mm de diámetro; son Gram Negativas,
espiriladas o esféricas, ureasa, catalasa y oxidasa positivas
Prueba de ureasa: es una técnica cualitativa que determina la actividad de la enzima
ureasa en una pequeña muestra de mucosa gástrica, dicha prueba es universalmente
empleada, para detectar la presencia de este microorganismo, Se realiza colocando una
pequeña muestra de biopsia en un tubo con urea que contiene un indicador de pH, Si la
muestra presenta actividad ureasa, se hidroliza la urea en anhidrico carbónico y
amoniaco se observa mediante el cambio de color en el medio ( amarillo a rosa) Entre
las primeras pruebas comerciales utilizadas que se desarrollaron basadas en esa técnica
se encuentra la CLO test y PyloriTek, con las que se han obtenido muy buenos resultados
en el diagnóstico. También existen otras pruebas comerciales como la GUT test y la MIU
test ( prueba de motilidad índole ureasa) para la GUT test se ha reportado una
especificidad de 100% y una sensibilidad de 95.3%, esta prueba puede obtenerse a los
40
60 minutos de incubarse la muestra. Por otra parte, con la prueba de MIU se reportó
mayor sensibilidad que con la CLO test cuando se evaluó una sola muestra gástrica, sin
embargo, recientemente se demostró que, al aumentar el número de muestras gástricas,
la CLO test incrementa notablemente su sensibilidad
La especificidad de la prueba de la ureasa es alta debido a que el número de bacterias
diferentes de H Pylori en la cavidad gástrica es escaso y los análisis se realizan a
temperatura ambiente, lo cual limita la posible proliferación de otras bacterias durante la
realización de la prueba. Por su sencillez, rapidez y bajo costo, se considera como una
técnica de elección para el diagnóstico inicial de la infección por H. Pylori en pacientes
que son sometidos a endoscopia, Sin embargo, la sensibilidad de la prueba puede verse
afectada en individuos que han recibido tratamiento con antibióticos y en aquellos
tratados con fármacos inhibidores de la bomba de protones
Reacción en cadena de la polimerasa (PCR): Esta técnica permite utilizar el DNA para
distintos estudios aparte del diagnóstico de la infección, en concentraciones mínimas, a
partir de biopsias gástricas. Actualmente se está utilizando la PCR en tiempo real, que
permite la detección de cepas resistentes a los antibióticos. Para la técnica se utilizan
diferentes iniciadores de secuencias (cebadores) para amplificar varios genes de
virulencia específicos de H. Pylori como CagA y VacA y secuencias altamente
conservadas del gen que codifica para el ácido ribonucleico de la subunidad 16S del
ribosoma (ARNr 16S). De todos los genes, el gen glmM que codifica para la
fosfoglucosamina mutasa ha sido el más empleado para el diagnóstico de H. Pylori, y se
reportan buenos valores de sensibilidad y especificidad con su uso. La mayoría de los
métodos basados en esta técnica tienen una sensibilidad de 100%; varios estudios
sugieren que la PCR es tan valida como el cultivo para confirmar la erradicación del
microorganismo y detectar las fallas de las terapias empleadas para erradicar esta
bacteria
La PCR es un método rápido y aplicable a diferentes tipos de muestras. Su principal
inconveniente lo constituye la presencia en la muestra de restos de tejido gástrico
líquidos u otros componentes que inhiben la reacción de la PCR y, por tanto, favorecen
la obtención de falsos negativos. Al igual que en el cultivo y la histología, la sensibilidad
de la PCR se ve afectada por la heterogénea colonización de la mucosa gástrica por H,
Pylori. Recientemente, se empleo un nuevo sistema para la identificación de H. Pylori,
que consiste en la combinación de la endoscopia de barrido y el método LAMP
(amplificación isotérmica mediada por bucle). En este sistema se emplean cebadores
para el gen glmM y se logra una sensibilidad y especificidad de 100%. Este procedimiento
tiene la ventaja de no necesitar una muestra de biopsia gástrica; además tiene menos
requerimientos que la PCR estándar, sin embargo, se necesitan más estudios para
corroborar su eficiencia en el diagnostico de H. Pylori.
41
Hibridación in situ: La infección puede ser diagnosticada mediante sondas de
hibridación fluorescentes (FISH hibridación in situ fluorescente) utilizadas en biopsia
gástrica (in situ) que se unen al 16s RNAr de H. Pylori. También se puede detectar la
resistencia a claritromicina si estas sondas se unen al 23S RNAr. Esta técnica se puede
realizar en aproximadamente tres horas
Métodos no invasivos
El método ideal para diagnosticar la infección será uno no invasivo, capaz de diferenciar
una infección activa de una infección pasada. Los métodos desarrollados hasta ahora
pueden tener utilidad en determinadas circunstancias, como la evaluación del
seguimiento del tratamiento o estudios epidemiológicos. Dentro de los métodos invasivos
están
Prueba del aliento (prueba de urea en el aliento UBT): Esta prueba se basa en la
actividad de la ureasa de H. Pylori con urea marcada. Es el resultado de la ingestión de
una suspensión de urea marcada con C12 o C14, donde se lleva a cabo la hidrolisis de
ureasa y se forma anhidrido carbónico que se absorbe en los tejidos, se difunde a la
sangre y es trasportada a los pulmones, posteriormente es exhalada a través del aliento.
La cantidad de CO2 marcado que se exhala está en relación directa con la intensidad de
la hidrolisis de la ureasa del microorganismo y, por tanto, con la presencia de H. Pylori.
La prueba del aliento indica una infección actual por la bacteria, ya que es una infección
pasada el resultado sería negativo. Esta prueba es útil como seguimiento del tratamiento
llevado de cuatro a seis semanas después de ser finalizado.
La prueba del aliento es un método cualitativo cuya sensibilidad y especificidad son muy
altas, a diferencia de la prueba de la ureasa rápida, tanto en pacientes que no han sido
tratados previamente como en aquellos que si han recibido un tratamiento erradicador.
Esta técnica es costosa y en su realización existen aspectos que pueden afectar el
resultado, como son las variaciones en cuanto al punto de corte utilizado para la
positividad, la ingestión previa de algunos alimentos y el intervalo para la toma de la
muestra. Además. La presencia de atrofia gástrica puede favorecer la obtención de falsos
negativos, por lo que en estos casos se ha demostrado, la utilidad de realizar, además,
pruebas serológicas para el diagnóstico de H. Pylori
Serología: Las pruebas serológicas para el diagnóstico de H. Pylori se basan en la
detección de anticuerpos séricos de clase IgG o IgA contra antígenos específicos del
microorganismo. La serología es útil en los estudios de poblaciones seleccionadas, sin
embargo, su principal, problema radica en que no puede diferenciar la infección activa
de la exposición previa al microorganismo. H. Pylori provoca una respuesta inmune, tanto
local como sistémica. El sistema inmune responde con un aumento transitorio de la IgM,
seguido de un aumento de anticuerpos de los tipos IgG e IgA que persisten durante la
infección puesto que los anticuerpos IgM se detectan solo transitoriamente, tiene poco
valor para el diagnóstico. La principal respuesta sistémica es de tipo IgG, por lo que la
detección de estos anticuerpos es la más utilizada para el diagnóstico. La detección de
42
anticuerpos específicos contra algunas proteínas del microorganismo, como CagA y
VacA, puede tener especial interés en estudios sobre virulencia. Ya que la detección de
anticuerpos depende del antígeno utilizado, considerando la heterogeneidad genética de
H. Pylori, algunos autores recomiendan el uso de mezclas de antígenos procedentes de
varias cepas para mejorar la sensibilidad de estas técnicas, así como su valoración en
cada medio. Se han utilizado varias clases de antígenos, que van desde antígenos
parciales o altamente purificados como la ureasa. La técnica más utilizada es EIA
cuantitativa, que permite, además del diagnóstico ´primario, la monitorización del
tratamiento. Los métodos basados en la técnica del Western Blot se utilizan para el
estudio de la respuesta frente a antígenos, como CagA Y VacA
Prueba de sangre completa: Es un inmunoensayo indirecto realizado en fase sólida.
Existen tiras comercializadas de fácil uso como (Pyorisert, AccuStart) Se detectan
anticuerpos IgG frente a H. Pylori presentes en la sangre. En la misma consulta se puede
obtener una gota de sangre del paciente. Se ha visto que al aumentar el tiempo de lectura
de 10 minutos a seis horas aumenta la sensibilidad de la prueba. Esta prueba no se
recomienda actualmente
Detección de anticuerpos en orina: Cuando ocurre la infección por H. Pylori, se
eliminan anticuerpos de clase IgG en orina. Basadas en este principio, se desarrollan en
Japón dos pruebas comerciales. Un ELISA estándar denominando Urinelisa (Otsuka
Diagnostic), y uno basado en inmunocromatografia, denominado Rapirum (Otsuka
Diagnostic) .Estas pruebas se han empleado en diversos estudios y han demostrado
tener buena sensibilidad, pero la especificidad ha sido muy variada y no siempre
aceptable. La mayoría de estos trabajos se han realizado en países orientales,
principalmente en Japón, por lo que a pesar de ser la orina una muestra no invasiva
promisoria es necesario realizar más investigaciones para validar su posibilidad en el
diagnostico
Detección de anticuerpos en saliva: Varios estudios han evaluado la saliva y la placa
dental como posibles muestras no invasivas para el diagnóstico de H. Pylori empleando
diversas técnicas Existen pruebas comerciales basadas en la detección de anticuerpos
anti H. Pylori en saliva, sin embargo, los valores de sensibilidad y especificidad han sido
inferiores al 90%. Por otra parte, el cultivo de la bacteria a partir de la cavidad oral pocas
veces ha sido positivo. Con la técnica de PCR se han reportado buenos resultados
cuando se han empleado muestras de saliva y placa dental. No obstante, dado el número
de especies bacterianas que habitan en la cavidad oral muchas de ellas no identificadas
aun, no se consideran confiables los resultados que se obtienen al emplear un solo juego
de cebadores en el diagnostico por PCR
Antígenos en heces:. La detección de antígenos de H. Pylori en heces fecales mediante
técnicas Inmuno enzimáticas se ha empleado para el diagnóstico inicial de la bacteria y
para confirmar la erradicación de la misma después del tratamiento. La primera
desarrollada comercialmente fue el Primer Platinum HpSATM (Diagnóstico de
meridianos), que contenía una mescla de anticuerpos policlonales para el reconocimiento
43
de los antígenos, aunque su sensibilidad es buena, la especificidad no era suficiente.
Estas se sustituyeron por otras que contienen anticuerpos monoclonales las cuales
muestran muy buena especificidad. Esta técnica tiene la ventaja de no ser invasiva, y por
lo tanto, es muy útil para el diagnóstico de la infección en individuos de cualquier edad,
sobre todo en niños. Se ha descrito como válida para establecer el diagnostico inicial,
verificar la eficacia del tratamiento en las cuatro o seis semanas posteriores a su
realización y comprobar la reaparición de una infección. Se trata de un ensayo cualitativo.
La técnica proporciona información muy valiosa por la fácil obtención y la conservación
de las muestras, se puede realizar en cualquier laboratorio de microbiología y no se
necesita la colaboración del paciente. Es muy útil para niños pequeños. Las pruebas
comerciales basadas en la detección de antígenos en heces fecales se ven afectados
por varios factores, entre los que destaca la excreción de los antígenos muy diluidos o
degradados cuando hay problemas de diarreas u obstrucciones intestinales,
respectivamente, esto compromete la sensibilidad de estas pruebas. Otro aspecto que
limita su uso extensivo son sus altos precios
Prueba de inmunocromatográfia: Detecta a la enzima catalasa en su estado nativo en
heces fecales. Fue desarrollada y empleada en el diagnóstico de la infección por H. Pylori
en niños asintomáticos y personas de edad avanzada. Aunque con esta prueba se
obtuvieron buenos resultados, es necesarios realizar otros estudios para corroborar su
eficacia en el diagnostico
Las técnicas serológicas son simples, reproducibles y económicos, pero demás, son las
únicas que permiten realizar estudios epidemiológicos y determinar la prevalencia y edad
de adquisición de la infección por H. Pylori, en diferentes poblaciones La limitación
principal de la serología es su incapacidad para distinguir entre la infección activa y una
infección previa con H. Pylori ya que los niveles de anticuerpos persisten alrededor de
seis meses en sangre y esto puede determinar la obtención de falsos positivos. Por otra
parte, dada la heterogeneidad de las cepas que circulan en las diferentes zonas
geográficas y las variaciones en las preparaciones antigénicas de los diferentes estudios
serológicos
Las pruebas deben emplearse tomando en cuenta el entorno clínico de cada caso, su
disponibilidad y el costo. Dx: Diagnóstico. D: Disponibilidad. S: Sensibilidad. E: Especificidad
VPP Y VPN: valor de predicción positiva y negativa
44
EXÁMENES NO INVASIVOS
Serología La resolución espontanea de la infección por H. Pylori parece ser un
evento muy infrecuente. Mediante ELISA se detectan IgG o IgA
dirigidas contra varios antígenos específicos de H. Pylori. La
sensibilidad y especificidad superan el 90% y la erradicación de H.
Pylori se asocia a una lenta pero progresiva caída en los títulos, de
modo que la mayoría de las pruebas serán negativas seis meses o
un año después de una erradicación efectiva. La reinfección se
asocia a una nueva elevación de los títulos
Pruebas en
aire espirado
(Breath Test)
Utilizando C13 no radioactivo o C14. que puede ser leído en un
contador de centelleo, se detecta la descomposición, por la ureasa
del H. Pylori, de la urea marcada ingerida por el paciente. La
sensibilidad y la especificidad son comparables a la serología, con la
ventaja de poder confirmar la erradicación cuatro semanas después
de terminada la terapia, sin necesidad de repetir la endoscopia
EXÁMENES INVASIVOS
Prueba de
ureasa en
biopsia astral
Constituye el método más rápido y práctico para detectar el H. Pylori
en pacientes sometidos a endoscopia. La ureasa producida por el H.
Pylori convierte la urea a amonio y CO2, lo que modifica el pH del
medio y provoca el cambio de color que define la reacción como
positiva. Su sensibilidad y especificidad son comparables a las de los
métodos anteriores. Un problema adicional lo constituye la
posibilidad de falsos positivos debido a pinzas de biopsia o
endoscopios contaminados
Histopatología Constituye el goldstandard para definir la presencia o ausencia de H.
Pylori, tiñendo la muestra con Giemsa. Debe tomarse la muestra en
mucosa antral, sana, evitando la región prepilórica y la parte más
baja de la curva menor. Es de utilidad en el diagnóstico inicial
Cultivo Actualmente no tiene un papel importante en el diagnóstico, debido
a su lentitud y a que en muchos laboratorios su sensibilidad es menor
que la de la histología, aunque es útil en pacientes en los que el
tratamiento no ha logrado erradicación, para evaluar la sensibilidad
a los antimicrobianos y orientar la terapia posterior
Reacción en
cadena de la
polimerasa
Por su sensibilidad y especificidad podría transformarse en el método
estándar futuro, aunque la ubicuidad de H. Pylori puede generar
problemas por falsos positivos. La posibilidad de estudiar diversos
tipos de muestras, incluyendo tejido fijado en parafina. Le abre
importantes perspectivas en estudios retrospectivos y prospectivos
CUADRO
Comparación de estudios para H. Pylori
45
Existen múltiples esquemas para tratar la infección por H. Pylori, sin embargo, aún no
se ha establecido un régimen óptimo. Su efectividad se ha visto reducida debido al
surgimiento de cepas resistentes, así como a un mal seguimiento del tratamiento por el
paciente. Anteriormente, se utilizaba una combinación de antibióticos, que incluía
metronidazol, claritromicina, fluoroquinolonas, tetraciclinas y amoxicilina. Entre algunos,
para erradicar infecciones por H. Pylori. Estos antibióticos, usados con frecuencia,
incluían un inhibidor de la bomba de protones (IBP) o sales de bismuto. Estas
combinaciones mostraron ser efectivas, con diferentes tasas de eficacia y tolerancia e la
erradicación. Sin embargo, las terapias usadas, han incrementado la rápida aparición de
cepas resistente de H. Pylori, así como una adherencia pobre al tratamiento
Estos factores han reducido la eficacia del tratamiento a niveles menores de 80% en
muchas áreas geográficas. Debido a esto se han desarrollado nuevas estrategias para
remplazar la terapia triple estándar. Estas se han utilizado en áreas con una alta
resistencia a claritromicina. La resistencia a amoxicilina y metronidazol ha permanecido
estable, sin embargo, la resistencia claritromicina ha ido en aumento, lo que constituye
en un factor de riesgo en el fracaso del tratamiento, por lo que no se recomienda como
abordaje de primera línea. El levofloxacino, que se emplea con frecuencia en el
tratamiento de segunda línea, es considerable, sin embargo; existen estudios realizados
en diferentes países donde ya han aparecido cepas resistentes a este antibiótico. La
resistencia a metronidazol es elevada y puede reducir la respuesta al tratamiento; sin
embargo, puede superarse utilizando dosis y duración adecuada
Esquema de tratamiento
La primera terapia usada para infecciones por H. Pylori fue en jóvenes adultos menores
de 45 años que presentaban dispepsia persistente, úlcera péptica, MALT en bajo grado
y gastritis atrófica. Las estrategias en las pruebas y el tratamiento están basadas en la
determinación y erradicación de H. Pylori cuando es detectado. Es recomendable partir
de una terapia de primera línea en dos grupos grandes como en poblaciones con una
baja y alta resistencia a claritromicina. Para estos grupos se acepta una resistencia a
claritromicina menor de 15 a 20%
Terapia triple o estándar (en áreas con baja resistencia a claritromicina).
Es la terapia más recomendada como primera línea e incluye un IBP y dos antibióticos
generalmente claritromicina y amoxicilina. El metronidazol puede remplazar a la
amoxicilina en casos de alergia a la penicilina. Las tasas de erradicación son de 70-85%,
sin embargo, en pacientes tratados recientemente o repetitivamente con claritromicina o
metronidazol, o cuando la resistencia ala claritromicina es alta (>15%, la terapia
cuádruple debe utilizarse como primera opción. La eficacia de este esquema ha
disminuido últimamente debido a la creciente resistencia bacteriana; por ello, no se
recomienda su empleo en poblaciones con tasas de resistencia a la claritromicina por
encima de 15- 20% y al metronidazol mayores de 40%
TRATAMIENTO
46
La duración de la terapia es controversial según varios estudios, estos sugieren que 14
días proporcionan una tasa de erradicación de 5% mayor que la terapia por siete días.
La explicación de porque la claritromicina reduce la tasa de éxito en la terapia son
relacionadas por la pobre adherencia al tratamiento por el paciente, la acidez gástrica, la
densidad bacteriana, mutaciones bacterianas, y la resistencia a la droga
Terapia cuádruple
Se recomienda como tratamiento de segunda línea en áreas que tienen una elevada
resistencia a claritromicina. Esta consiste en un IBP junto con salicilato-bismuto,
metronidazol y tetraciclina. Las tasas de erradicación oscilan entre 77-95%. El
inconveniente de esta terapia es su complejidad (requiere tomas cada seis y 12 horas) y
la frecuencia de efectos adversos asociados así, como una menor adherencia.
Recientemente se ha aprobado el uso de Pylera (Axcan Scandipharm), capsula que
contiene 140 mg de subcitrato de bismuto, 125 mg de metronidazol y 125 mg de
tetraciclina
En general, para los pacientes en los que fracasa el tratamiento inicial con la terapia triple
se recomienda la terapia cuádruple, utilizando una combinación diferente de antibióticos
durante 14 días, tomando en cuenta recomendaciones como
I. La claritromicina no debe utilizarse a menos que el antibiograma confirme que la
cepa infectante de H. Pylori es susceptible a la claritromicina
II. Los antibióticos tomados previamente deben evitarse en general, la tetraciclina
puede ser más eficaz en este contexto que el metronidazol
III. Se debe reforzar la adherencia al tratamiento
Como pautas de la tercera línea se han propuesto combinaciones con diferentes
antibióticos como le vefloxacino, rifabutina, moxifloxacino o furazolidona; estas
combinaciones son para individuos en quienes han fracasado al menos dos antibióticos
de primera línea
I. IBP+ amoxicilina (o trindazol) 1g/12 h + levofloxacino (250-500 mg/24) durante 10-
14 días. Con índices de erradicación de 63 a 94%, con una excelente adherencia
II. BP + amoxicilina 1 g/12h + rifabutina 150 mg/12 h durante 7-10 días (riesgo de
mielotoxicidad)
III. BP + furazolidona + levofloxacilo durante 7-10 días
El segundo intento con terapia cuádruple: IBP (debe darse al doble de la dosis estándar,
dos veces al día) subcitrato de bismuto (120 mg cuatroveces al día o 240 mg dos veces
al día), tetraciclina (de 250 mg tres veces al día a 500 mg cuatro veces al día) y
metronidazol (de 250 mg tres veces al día a 500 mg cuatro veces al día) durante 10-14
días
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  • 1. 1 Enfermería Sistema Digestivo Lic. Ivan Alvizo Ramirez HELICOBACTER PYLORI Mentes Medicas
  • 3. 3 Las enfermedades bacterianas son generalmente consideradas como problemas sanitarios, serios, sin embargo, pueden a menudo solucionarse mediante una simple terapia antibiótica. Mucho más complicada es la curación, de enfermedades fúngicas y virales. Muchos cánceres se pueden curar si el diagnóstico es temprano, pero la mayoría tienen un remedio casi tan perjudicial como la misma enfermedad. Otras enfermedades como las autoinmunes o las que afectan el corazón, simplemente son controladas, tratando de aliviar los síntomas con medicamentos normalmente muy costosos. Cuando una enfermedad por mucho tiempo pensada incurable, aunque controlable, se vio que estaba causado por una bacteria. Mas aun, cuando desde siempre se habia pensado que el microambiente del estómago era demasiado extremo como para albergar vida microbiana Helicobacter Pylori es la principal responsable de la formación de úlceras en la población mundial, su capacidad de colonización y adaptación a ambientes hostiles le ha permitido sobrevivir y crecer en las condiciones adversas que ofrece el estómago, Helicobacter Pylori (H. Pylori) es una bacteria Gram Negativa de la familia Spirillaceae de alrededor de 3 micras de largo y con un diámetro aproximado de unas 0,5 micras que infecta al epitelio gástrico humano. Tiene unos 2-6 flagelos, Es microaerófilia, es decir, requiere de oxígeno, pero a más bajas concentraciones de las encontradas en la atmósfera Es una bacteria espiral (de esta característica morfológica deriva su nombre Helicobacter) y puede atornillarse literalmente por si misma para colonizar el epitelio estomacal. Esta bacteria vive exclusivamente en el estómago humano, siendo el único organismo conocido que puede subsistir en un ambiente extremadamente ácido, A finales del siglo XIX científicos alemanes ya describían, la presencia de bacterias espirales en el estómago. (Figura:1) Esta bacteria fue redescubierta en 1979 por el patólogo australiano Robin Warren, quien en investigaciones posteriores (a partir de 1981), junto a Barry Marshall, aisló este microorganismo de la mucosa de estómagos humanos y fue el primero que consiguió cultivarla, Warren y Marshall afirmaron que muchas de las úlceras estomacales y gastritis eran causadas por la colonización del estómago por esta bacteria, y no solo por estrés o comidas picantes como se sostenía hasta entonces. (Figura:2) En 2005, Warren y Marshall fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina por sus trabajos acerca del HP (H. Pylori) Estos investigadores nos adentraron a una nueva era de la microbiología gástrica, INTRODUCCIÓN Figura 1. Helicobacter Pylori
  • 4. 4 para la cual, el estómago debía dejar de entenderse como un órgano estéril sin flora permanente. Habia bacterias que en número considerable producían gastritis activa. Aunque se han visto microrganismos en la sepa de la mucosa en este siglo, el aislamiento de H. pylori junto con el aumento de interés en las patogénesis gastrointestinales ha supuesto un gran adelanto para la medicina En 1979, Robin Warren, un patólogo empezó a notificar una bacteria curvada a menudo presente en biopsias gástricas sometidas a exámenes histológicos. Este organismo no estaba presente en el epitelio gástrico, pero si en la capa mucosa que recubre al tejido. Warren describió que la mayoría de los microorganismos similares encontrados y descritos en Europa en el siglo XIX habían sido ignorados por imposibilidad de aislamiento. Datan los hechos de 1983, cuando J. Robin Warren escribió una publicación inédita a The Lancet donde exponía múltiples casos clínicos en los que aparecía una bacteria vacilar con forma espiral. Se le asociada con gastritis crónica. Gastritis activa crónica. Inflamación. y en cualquier caso siempre acompañada con infiltración de polimorfonucleares al antro humano. Un profesor de medicina interna llamado Barry Marshall estuvo interesado en las observaciones de Warren y juntos aislaron los microrganismos procedentes de esas biopsias utilizando métodos empleados con Campylobacter. El cultivo inicial de 30 pacientes fue negativo por que las Campylobacter crecían a 48 h ya los tres días tiraban placas, hasta que, por fortuna causal, una incubación se realizó durante cinco días y entonces se observaron colonias Para la supervivencia de la bacteria era necesario un gradiente de pH desde el ácido lumen gástrico al pH neutro de los contornos mucoso. La bacteria crece en contacto intimo con el epitelio, presumiblemente cerca del final neutro de este gradiente, protegida por el entorno mucoso. Se aislaron por técnicas de Campylobacter, pero continuaban existiendo importantes diferencias para reseñar que se trataba de una nueva bacteria, ya que Campylobacter solo tiene de 1 a 2 flagelos polares sin envoltura, y comparada con el género Spirillum era más corta que una espiroqueta En 1948, Barry j. Marshall y J. Robin Warren escribieron juntos a The Lancet. Para relatar que los bacilos curvados o espirales encontrados en 58 de 100 pacientes eran gramnegativos, flagelados y microaerófilicos y se creía que se trataba de una nueva especie del género Campylobacter Era una bacteria espiral nunca cultivada antes, y su asociación con la gastritis activa crónica no se habia descrito. Su morfología se parecía a Campylobacter, al igual que sus requerimientos atmosféricos y su composición de DNA, pensaron que era temprano acuñarla Campylobacter Pyloridis y la llamaron “Pyloric Campylobacter”. Finalmente, este microorganismo es hoy conocido como Helicobacter Pylori. Marshall y Warren encontraron que la infección de H pylori se asocia a ulceración duodenal y esta observación pronto se confirmó y extendió. Desde este instante y cuando
  • 5. 5 se cumplieron los 30 años desde las primeras notificaciones de este microorganismo, otros muchos investigadores han confirmado su presencia en la mucosa gástrica En 1994, una conferencia consenso de los Institutos Nacionales de la Salud concluyo que H Pylori es la mayor causa de enfermedades de úlcera péptica. Ese mismo año, la Agencia internacional en Investigación del Cáncer a H. pylori como carcinógeno en humanos. Helicobacter pylori ha sido relacionada con muchas lesiones del sistema digestivo, tanto benignas como malignas. En cualquier población, H. pylori es la máxima causante de tanto la úlcera gástrica como duodenal. Ha sido asociada, además, con el descubrimiento de linfomas gástricos Non-Hodgkin´s y con otros desordenes linfoproliferativos, MALtoma (Linfoma de Tejido Linfoide Asociado a las Mucosas), gastritis crónicas, úlcera péptica, adenoma y adenocarcinoma del colon, posibles adenocarcinomas pancreáticos, enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, cutáneas. Sin embargo, el mecanismo detallado de H. Pylori causante de la enfermedad continúa siendo incierto. La Helicobacter pylori (H. Pylori) es la causa fundamental de le enfermedad ulcerosa gastroduodenal y constituye un cofactor primordial en el desarrollo del adenocarcinoma y linfoma gástricos. El tratamiento erradicador de H. Pylori ha supuesto una auténtica revolución en la gastroenterología al permitir no solamente la cicatrización de la úlcera péptica, sino su curación definitiva, HP es una de las causas más frecuentes de infección bacteriana crónica. Se trasmite entre personas vía Oral-Oral y Fecal-Oral. Afecta a la población mundial y a todas las edades. En países desarrollados la infección es excepcional en el primer año de vida, baja en la infancia y aumenta posteriormente con la edad. En países en vías de desarrollo la prevalencia ya es alta al final del primer año de vida y puede afectar a la mayor parte de la población al final de la adolescencia La infección asociada a HP en la mucosa gástrica se explica por la combinación de factores asociados a la bacteria, al huésped y factores ambientales Al respecto de los primeros, HP presenta en su genoma varios factores de virulencia, entre los que se encuentran: el gen CagA, que induce la producción de citotoxinas proinflamatorias y forma parte de la isla de patogenicidad (PAI)-A presente en algunas cepas, asociándose a daños histológicos graves, el gen VacA, que codifica una proteína vacuolizante, citotóxica y se encuentra en todas las cepas, aunque solo de manera activa en el 50-60% de estas; otros factores como lipopolisacáridos y adhesinas. Frente a estos, la respuesta inmune del huésped es igualmente determinante para el Figura. 2 Marshall y J. Robin Warren
  • 6. 6 desarrollo de enfermedad, ya que suele haber un predominio proinflamatorio que ocasionan daños histológicos en lugar de la curación deseable. Así, en función de la orientación e intensidad de estas respuestas, se puede explicar principalmente por qué hay portadores sanos pese a tener cepas virulentas. Es Gram negativa Se adhiere a la mucosa gástrica en 98% y en 2% al epitelio Capacidad de adaptación a medios Inhóspitos Fluctúa entre 2 y 6,5 micrones de longitud Microaerófilica Forma de espiral con 2-6 flagelos En promedio es de 0,5 micrones de diámetro CagA Flagelos Siderófor o Lipopolisacáridos Proteína quimiotáctica Proteínas de Shock Térmico VacA Ureasa catalasa Adhesinas Mucinas PATOGENICIDAD HELICOBACTER PYLORI
  • 7. 7 La infección con H. Pylori continúa siendo una de las infecciones bacterianas más extendidas. Ha sido encontrada en estómagos humanos en todas las partes del mundo y no parecen existir reservorios de H. Pylori fuera de estos, salvo en primates y gatos como excepciones particulares. La mayoría de las infecciones es adquirida como un factor de riesgo junto con el bajo nivel socio- económico. A nivel mundial existen cepas de H. Pylori que difieren en su virulencia, así mismo los diferentes factores que intervienen, como los vinculados al huésped y al ambiente, determinan diferencias en la expresión de la enfermedad, La edad, etnia, genero, geografía y condición socioeconómica, son todos factores que influyen en la incidencia y prevalencia de la infección por H. Pylori. La prevalencia es alta en países en vías de desarrollo y baja en los países desarrollados; además, dentro de un mismo país puede haber una variación en la prevalencia entre las poblaciones urbanas de mayor nivel económico y las poblaciones rurales. Las principales razones de estas variaciones tienen que ver con las diferencias socioeconómicas entre las poblaciones. La trasmisión de H. Pylori tiene lugar fundamentalmente por las vías oral-oral o fecal- oral, son muchos factores que intervienen en la prevalencia general de la infección, como la falta de una adecuada higiene, agua potable segura, Higiene básica dietas pobres y superpoblación • La nueva prevalencia mundial de la infección por Hp es mayor a 50% • La prevalencia de Hp puede variar significativamente entre y dentro de los países • En general, las tasas de seropositividad de HP aumentan progresivamente con la edad, reflejando un fenómeno de cohorte • En los países en desarrollo, la infección por HP es marcadamente más prevalente en edades más jóvenes que en los países desarrollados. (Figura:3) EPIDEMIOLOGIA- ASPECTOS A NIVEL MUNDIAL
  • 8. 8 Desde el punto de vista epidemiológico, la infección por Helicobacter pylori se presenta de una forma cosmopolita, sin diferencias en relación con las épocas del año. Desde que se aisló por primera vez este microorganismo en cultivo, recogiéndose gran cantidad de información acerca de la prevalencia. La tasa más alta de portadores se encuentra en los países en vías de desarrollo, donde el 70-90% de la población esta colonizada, la mayoría antes de los 10 años, A diferencia de esta situación, en países industrializados, como Estados Unidos, se ha observado que la prevalencia de colonización por H. pylori en individuos sanos es inferior al 40% y está disminuyendo gracias a la mejoría en la higiene y el tratamiento activo de los individuos colonizados. (Figura:4) Figura 3. Infecciones por Helicobacter pylori a nivel mundial Figura 4: Representación gráfica de la prevalencia mundial de infección por H. Pylori
  • 9. 9 Estudios han demostrado que del 70% al 100% de los pacientes con gastritis, úlceras gástricas y úlceras duodenales están infectados por H. Pylori El ser humano constituye el principal reservorio de H. pylori y se piensa que la colonización persiste durante toda la vida salvo que el hospedador reciba un tratamiento específico, Se ha hecho una observación interesante sobre la colonización: este microrganismo se asocia a enfermedades como la gastritis, las úlceras gástricas, el adenocarcinoma y los linfomas gástricos MALT. Se previste que el tratamiento de los individuos colonizados o infectados llevase a la reducción de estas enfermedades. Sin embargo, la colonización por H. pylori parece conferir protección frente a la enfermedad producida por el reflujo gastroesofágico y los adenocarcinomas de la región distal del esófago y de los cardias gástricos. Por lo tanto, no parece conveniente eliminar a H. Pylori en los pacientes sin enfermedad sistémica El 70% de los Mexicanos a tenido contacto con la H. Pylori siendo muy frecuente en México debido a la facilidad de su transmisión. Con base en estudios de serología (anticuerpos en sangre) se estima que alrededor de 7 de cada 10 mexicanos ha tenido contacto con la bacteria. Por ello se debe prestar atención a personas que oscilan entre los 35 y 50 años de edad, En niños fluctúa entre 20% y 40%. En adultos mayores de 70% (Figura 5-6) que presenten datos de alarma como nausea persistente, vomito, (recurrente o con sangre), pérdida de peso, evacuaciones oscuras, y que no muestren mejoría, incluso cuando han hecho cambios en la dieta (eliminación de grasas y picante). Es posible identificar infección por H. Pylori en 90% de personas con cáncer gástrico, entre 85% y 90% de sujetos con úlcera péptica y entre 51% y 80% de enfermos con dispepsia funcional Figura 5: Infección por H. Pylori a nivel mundial Figura 6: Infección por H. Pylori en los países en desarrollo
  • 10. 10 Descubrimiento Helicobacter pylori (H. pylori) es una bacteria espiral microaerofilica, gramnegativa, que se observa con terminales redondeados en biopsias gástricas. Cuando es cultivada en medio solido tiene forma de varilla y las formas espirales son infrecuentes o ausentes. Después de cultivo prolongado en medio solido o líquido, las formas concoides son las que predominan Por microscopia electrónica las formas concoides aparecen como bacilos con forma de “U”, con los extremos de los brazos unidos por una estructura membranosa. Las mismas son metabólicamente activas, pero no se pueden cultivar in vitro Las primeras observaciones de H. pylori se remontan a más de un siglo de antigüedad cuando Giulio Bizzozero describió bacterias en el estómago de los perros sanos. Estos hechos fueron el preludio del primer aislamiento de H. Pylori en 1982 por Marshall y Warren. Estos investigadores nos adelantaron en una nueva era de la microbiología gástrica, para la cual, el estómago debería dejar de entenderse como un órgano estéril sin flora permanente. Habia bacterias que en número considerable producen gastritis activa. Aunque se han visto microorganismos en la capa mucosa gástrica en este siglo, el aislamiento de H. Pylori junto con el aumento de interés en las patogénesis gastroduodenales han supuesto un gran adelanto para la medicina El 1979, Robin Warren, un patólogo australiano de Perth, empezó a notificar una bacteria curvada a menudo presente en biopsias gástricas sometidas a exámenes histológicos. Este organismo no estaba presente en el epitelio gástrico, pero si en la capa mucosa que recubre el tejido. Warren descubrió que la mayoría de los microorganismos similares encontrados y descritos en Europa en el siglo XIX habían sido ignorados por imposibilidad de aislamiento En el año de 1983, Cuando J. Robin Warren escribió una publicación inédita a The Lancet donde exponía múltiples casos clínicos en los que aparecía una bacteria bacilar en forma espiral. Se le asociaba con gastritis crónica, gastritis activa crónica, inflamación, además se acompañaba con infiltración de polimorfonucleares al antro humano. Un profesor de medicina interna llamado Barry Marshall estuvo interesado en las observaciones de Warren y juntos aislaron los microorganismos procedentes de esas biopsias utilizando métodos empleados con Campylobacter. El cultivo inicial de 30 pacientes fue negativo por que los Campylobacter crecían a 48 h y a los tres días tiraban placas, hasta que, por fortuna casual, una incubación se realizó durante cinco días y entonces se observaron colonias, para la supervivencia de la bacteria era necesario un gradiente de pH desde el ácido lumen gástrico al pH neutro de los contornos mucosos. La bacteria crece en contacto intimo con el epitelio, presumiblemente cerca del final neutro de este gradiente, protegida por el entorno mucoso. Se aislaron por técnicas de ORIGEN Y EVOLUCION
  • 11. 11 Campylobacter, pero continuaban, existiendo importantes diferencias para decir que se trataba de una nueva bacteria, ya que Campylobacter solo tiene de 1 a 2 flagelos polares sin envoltura, y comparada con el género Spirillum era más corta que una espiroqueta En 1948, Barry J. Marshall y J. Robin Warren escribieron juntos a The Lancet, para relatar que los bacilos curvados o espirales encontrados en 58 de 100 pacientes eran gramnegativos, flagelados y microaerófilicos y se creía que se trataba de una nueva especie del género Campylobacter, ya que era una bacteria espiral nuca cultivada antes, y su asociación con la gastritis activa crónica no se habia descrito. Su morfología se parecía a Campylobacter, al igual que sus requerimientos atmosféricos y su composición de DNA. Se pensó que era temprano llamarla como “Campylobacter Pyloridis” y la llamaron “Pyloric Campylobacter”, finalmente este microorganismo, es hoy conocido como “Helicobacter Pylori”. Marshall y Warren encontraron que la infección de H. Pylori se asocia a ulceración duodenal y esta observación pronto se confirmó y extendió, y desde este instante otros investigadores han confirmado su presencia en la mucosa gástrica (Figura:7-10) En 1994, una conferencia consenso de los institutos Nacionales de la Salud concluyo que H. Pylori era la mayor causa de enfermedades de úlcera péptica. Ese mismo año, la Agencia Internacional en Investigación de Cáncer declaró a H. Pylori como carcinógeno en humanos Helicobacter Pylori ha sido relacionada con muchas lesiones del sistema digestivo, tanto benignas como malignas, En cualquier población, H Pylori es la máxima causante de tanto la úlcera gástrica como duodenal Ha sido asociada, además, con descubrimiento de linfomas gástricos non-Hoodking´s y con otros desordenes linfoproliferativos, MAL Toma (linfoma Tejido Linfoide Asociado a las Mucosas) gastritis crónicas, úlcera péptica, adenoma y adenocarcinoma del colon, posibles adenocarcinomas pancreáticos, enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, cutáneas. Sin embargo, el mecanismo detallado de como H. Pylori causa la enfermedad continúa siendo incierto. Figura 7: Helicobacter Pylori Figura 8: Campylobacter
  • 12. 12 Historia Natural No queda claro si la historia natural de H. pylori evoluciona de forma diferente en las distintas partes del mundo. Además de factores genéticos del huésped y de la cepa de H. pylori, intervienen factores ambientales. todos los individuos infectados tienen riesgo de generar una gastritis activa crónica. Ciertas cepas parecen haber sobrevivido más efectivamente en la evolución epidemiológica de la enfermedad, se observa como ejemplo las cepas cagA positivas ya que pueden sobrevivir mejor que otras La mayoría de los individuos infectados con H. Pylori nunca padecen ningún síntoma relacionado con su infección. La desaparición espontanea de la infección es inhabitual. La proporción de personas que desarrollan una enfermedad grave como UP es 15%- 20% y menos del 1% de ellas presentaran cáncer gástrico. Las personas infectadas tienen de 2 a 6 veces más riesgo de desarrollar cáncer gástrico y linfoma tipo MALT, Tabla. Patogenia y respuesta (según la conferencia de consenso Asia Pacifico-) Figura:9 Marshall y Warren Figura:10 En 2005, Warren y Marshall fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina por sus trabajos acerca del HP (H. Pylori)
  • 13. 13 Helicobacter pylori es una bacteria Gram Negativa de forma espiral o helicoidal, microaerofilica, que presenta de dos a seis flagelos, lo que le da gran movilidad, es considerada una bacteria exigente, ya que requiere de medios suplementados para su crecimiento. H. Pylori posee una gran capacidad para sobrevivir en uno de los ambientes más inhóspitos de nuestro organismo, el estómago, que presenta un medio ácido, con un pH inferior a 4. La acidez del estómago es uno de los mecanismos de defensa de nuestro organismo contra las bacterias que son ingeridas con los alimentos. Pocos son los seres vivos que logran sobrevivir en un ambiente tan ácido, No obstante, H Pylori presenta factores de patogenicidad que le permiten adaptarse al medio, produciendo sustancias que neutralizan los ácidos y formando una especie de nube protectora a su alrededor, lo que le permite diseminarse dentro del estómago, hasta encontrar un sitio para adherirse. Además de esta protección la H. Pylori logra superar la barrera de moco que el estómago posee para protegerse de la acidez adhiriéndose al moco, porque debajo de este se encuentra el pH menos fuerte. Esta capa es esencial para la protección del estómago pues impide que el ácido clorhídrico lastime la mucosa. Se han propuesto varios factores de virulencia de la H. Pylori como los genes cagA, vacA y babA, entre otros, aun qué estos se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedad ulcerosa péptica, adenocarcinoma gástrico, linfoma tipo MALT. La Helicobacter pylori origina una fuerte respuesta inmune, humoral y celular en la mucosa gástrica del hospedero, aunque con esto no se consigue eliminar la infección, además produce daños en el epitelio gástrico. Tras la colonización, H. Pylori libera sustancias toxicas que estimulan la respuesta inmunológica local, en la que fundamentalmente participan neutrófilos. A pesar de la incidencia de H. Pylori, a nivel mundial no todas las personas infectadas por este patógeno desarrollan una enfermedad. Al parecer el resultado de una patología gástrica es por la suma de varios factores, como la predisposición genética del hospedero a desarrollar una úlcera o cáncer gástrico, el genotipo de la cepa que se encuentra colonizando la mucosa gástrica y el medio ambiente. Varios estudios donde se han mostrado una variabilidad de cepas de H. Pylori que son más agresivas y otras menos agresivas, esto explica, la ocurrencia de síntomas en pocas personas, además no todas las cepas de H. Pylori presentan los mismos factores de patogenicidad. Los síntomas que se presentan cuando hay infección por H. Pylori son dolor, quemazón en la parte superior del abdomen, sensación de hinchazón del estómago, saciedad rápida del hambre después de comer, náuseas, vómitos, heces oscuras y anemia. (Figura:11) ASPECTOS GENERALES Figura:11 Daño a la mucosa. H. Pylori
  • 14. 14 La mayoría de las personas con infección por H pylori nunca presentan signos ni síntomas. No está claro por qué ocurre esto, pero puede que algunas personas nazcan con una resistencia mayor a los efectos nocivos de H. pylori Cuando se manifiestan los signos y síntomas de la infección se presentan por • Dolor o ardor en el abdomen • Dolor abdominal, agudo con el estómago vacío • Pérdida de apetito, saciedad rápida • Eructos frecuentes • Hinchazón • Adelgazamiento Involuntario • Mal aliento • Flatulencias • Nauseas • Pérdida de peso, heces oscuras • Anemia SIGNOS Y SINTOMAS Dolor abdominal agudo con el estómago vacío Pérdida de apetito Eructos frecuentes Hinchazón Flatulencias Adelgazamiento Involuntario Dolor o ardor en el abdomen Mal aliento Heces oscuras Fiebre Pérdida de peso Anemia Nauseas Quemazón en la parte superior del abdomen Saciedad rápida Anorexia • Anorexia • Fiebre • quemazón en la parte superior del abdomen
  • 15. 15 Patogenia en la infección por Helicobacter Pylori Helicobacter Pylori ingresa por la boca, desciende al tubo digestivo y a través de sus flagelos se transporta hasta la superficie de la capa de mucus que recubre las células epiteliales de la mucosa gástrica del fundus y antro pilórico preferiblemente. H. Pylori posee adhesinas que favorecen su adherencia a las células foveolares superficiales. La colonización se facilita por la inhibición de la producción del ácido clorhídrico (HCL) y la neutralización de este por el amonio producido por la acción de la ureasa bacteriana H. Pylori provoca citotoxicidad a nivel de la mucosa gástrica debido a un sistema de secreción tipo IV, codificado por genes ubicados en una región genómica de 37 kb denominada “Isla de patogenicidad CagA Cag-PPAI”, que facilita la inyección de proteínas con actividad citopática como CagA y VacA, respectivamente. H. Pylori posee fosfolipasas que hidrolizan las membranas celulares, lo cual conlleva a la liberación de lisolecitinas, las cuales constituyen un factor ulcero génico. También posee lipopolisacáridos (LPS), peptidoglucanos, tetrapéptidos, entre otros PAMs (Patrones Moleculares Asociados a Patógenos) que estimulan a una gran variedad de receptores extra e intracelulares como el Nod, los cuales ejercen un importante efecto quimiotáctico sobre los eosinófilos y neutrófilos, y facilitan su reclutamiento y proliferación. Estas células al activarse provocan la liberación de citoquinas, lo cual desencadena una respuesta inflamatoria amplificante, la cual lesiona aún más la mucosa mediante la liberación de mediadores inflamatorios Factores de virulencia que contribuyen a la colonización de la mucosa gástrica En la tabla se enlistan los principales factores de virulencia que contribuyen al proceso de colonización por H. Pylori. A continuación, se detallan algunos aspectos relevantes de cada uno de ello Tabla1. Factores de virulencia asociados con la colonización
  • 16. 16 Ureasa: Hidroliza la urea [CO(NH2)] en amonio (NH4+) y gas carbónico (CO2. Proporciona un pH neutro alrededor del microorganismo que le permite evadir las propiedades bacterianas del ácido clorhídrico (HCL). Los iones amonio inhiben los trasportadores gástricos de bicarbonato, con lo cual se impide la alcalinización de la mucosa gástrica. El amonio producido aumenta el pH, elevándolo hasta 6 o 7 en su entorno, De este modo puede alcanzar la superficie de las células de la mucosa, donde el pH es prácticamente neutro. El NH4+ produce una serie de daños que afectan a la microcirculación y a las células epiteliales superficiales y origina una necrotización del tejido (Figura:12-13) Sistemas antioxidantes: Durante el proceso de colonización H. Pylori promueve una fuerte respuesta inflamatoria mediada por neutrófilos y macrófagos, que generan una cantidad de metabolitos reactivos de oxígeno, H. Pylori cuenta con mecanismos para la detoxificación de estos metabolitos, así como para la reparación de los daños sufridos que favorecen su supervivencia en el tejido inflamado Entre los sistemas enzimáticos de detoxificación: la enzima superóxido dismutasa (Cataliza la transformación del superóxido en peróxido de hidrogeno), la catalasa o peroxidasa (Cataliza la transformación del peróxido de hidrogeno H2O2, en agua y oxigeno gaseoso). También facilita la evasión de la fagocitosis realizada por macrófagos ubicados en el epitelio superficial, las peroxirredoxinas (catalizan la reducción de peróxido de hidrogeno,peroxinitrito y otros hidriperoxidos orgánicos a sus correspondientes alcoholes), la flavoproteína MdaB, un NADPH quinona reductasa, que H. Pylori expresa cuando debe compensar la pérdida de los principales componentes antioxidantes. La proteína NAP (Proteína Activadora de Neutrófilos), codificada por el gen nap A, tiene función de bacterioferritina para captar los iones ferrosos libres intracelulares que pueden dañar el DNA de H. Pylori y protege a este del estrés oxidativo. Puede actuar como adhesinas cuando se secreta o se expresa en la superficie bacteriana pues tiene afinidad por las ceramidas presentes en las membranas plasmáticas celulares y por el grupo sanguíneo Lewis. Flagelos: Facilitan la penetración y la adherencia en el epitelio superficial de la mucosa gástrica. H. Pylori posee alrededor de 2 a 6 flagelos monopolares. Cada flagelo está compuesto por dos flagelinas, FlaA y FlaB. (FlaB se localiza en la base del flagelo, mientras que la más abundante, FlaA se encuentra en el exterior) Figura:12 Mecanismo de daño a la mucosa H. Pylori
  • 17. 17 Adhesinas: H. Pylori se une a las células del huésped de forma específica mediante un elevado número de adhesinas. A continuación, se mencionan las adhesinas involucradas en la fisiopatología de la infección por H, Pylori HpaA: (Helicobacter Pylori adhesina A). Es una de las principales proteínas de la membrana externa. Hpa A medida la unión a glicoconjugados con ácido salicílico (N- acetil-neuraminilactosa) presentes en la superficie de las células epiteliales gástricas y neutrófilos BabA: (Adhesión de unión al antígeno del grupo sanguíneo) codificada por los genes bab A1 y bab A2, aunque solo el gen babA2 es funcionalmente activo. Bab A se une al antígeno del grupo sanguíneo B y al antígeno Lewis ubicado en la mucosa gástrica. Esta unión promueve una respuesta inmune no especifica con producción de autoanticuerpos dirigidos a las células productoras de HCL, lo cual contribuye a la gastritis crónica y a la perdida de células parietales . Además, la adherencia mediada por Bab A participa en la distribución de los factores de virulencia que dañan al tejido del hospedador, pudiendo llevar al desarrollo de úlcera y cáncer gástrico SabA: (Adhesión de unión al ácido siálico) se une a los receptores con el ácido siálico de los neutrófilos y origina la activación de la respuesta oxidativa OipA: (Proteína inflamatoria externa) todas las cepas poseen el gen que codifica para esta adhesina, pero solo algunas la expresan. Su expresión está asociada a una mayor producción de IL-8 y otras citoquinas proinflamatorias, aunque no se sabe cuál es su contribución real en la inflamación gástrica, puesto que suele estar asociada a las cepas cagA+.OipA también está asociada con el desarrollo de úlcera duodenal y gastritis Factores de virulencia que contribuyen al daño de la mucosa gástrica En la actualidad son los factores de virulencia que más se estudian a nivel mundial, debido a su estrecha relación con los procesos de carcinogénesis y citotoxicidad. En la tabla2 se enumeran los principales factores de virulencia asociados al daño de la mucosa gástrica. Estos son los procesos moleculares más relevantes de cada uno de ellos. Isla de patogenicidad CaA (Cag PAI): locus genómico de 40kb, que contiene 27 a 31 genes codificantes para proteínas que participan en el sistema de secreción tipo IV (T4SS) considerado como una “jeringa molecular. Los genes de la CagPAI no se expresan constitutivamente, sino que responden a señales ambientales. Están regulados por mecanismos complejos que pueden activar o inhibir, dependiendo de condiciones micro ambientales como el nivel de oxígeno, la osmolaridad, la fase de crecimiento bacteriano, el pH, presencia o no de ácidos grasos volátiles de cadena corta, entre otras condiciones. (Figura:13-14) La CagPAI codifica un sistema de secreción de proteínas tipo IV que inyecta CagA y peptidoglucanos en las células epiteliales del hospedador, la traslocación de CagA
  • 18. 18 depende de la presencia de un canal de urea protón dependiente Urel. Ante un descenso de pH, CagA se mueve del centro a la porción periférica del citoplasma. La proteína inyectada interactúa con diversas moléculas de la célula hospedadora. La proteína CagA translocada aumenta la producción de IL-8. Asi mismo, los productos de la CagPAI están asociados con un aumento de la producción de otras citoquinas como la IL-1B. TNF-A y la molécula NF-kB CagA (Citotoxina asociada al gen del antígeno A). Se considera el principal factor de virulencia del H. Pylori. Cuando esta proteína ingresa a la célula es fosforilada por la acción de tirosinas Kinasas intracelulares lo cual genera alteraciones en la traducción de señales, que conducen a cambios proliferativos e inflamatorios asociados con el desarrollo de úlcera y cáncer. No todas las cepas de H. Pylori presentan este factor de virulencia. La diana molecular de CagA es una fosfatasa SHP-2 (proteína tirosina fosfatasa) En el gen CagA se han encontrado mutaciones y polimorfismos que están relacionados con la carcinogénesis gástrica, La propia activación de SHP-2 por Cag puede contribuir a la proliferación celular excesiva, además, los cambios que se producen en la expresión genética en las células epiteliales tras la infección por H. Pylori suelen ser dependientes de este sistema de secreción codificado por la CagPAI. CagA puede variar de tamaño entre las distintas cepas de H. Pylori. Esta variación proviene de la presencia de un numero de repetición de una secuencia aminoacídica del extremo C-terminal y puede influir en la patogenicidad de las distintas cepas CagA+ debido a que la variación en el número de sitios de fosforilación implica una distinta efectividad en su unión a SHP-2, y por tanto una distinta activación La variabilidad en la región C-terminal de la proteína cagA consiste en el número de repeticiones de la secuencia Glu-Pro-He-Tyr- Ala, llamado “Motivo EPIYA” algunas cepas CagA+ carecen de él. La secuencia de este motivo ha revelado que la región que flanquea esta secuencia de aminoácidos como EPIYA-A, EPIYA-B, EPIYA-C y EPIYA-D EPIYA-A y B están presentes en casi todas las cepas cagA+. EPIYA-C es característico de cepas de H. Pylori cagA+ presentes en Europa, Norteamérica y Australia, por lo cual es llamado “cagA Occidental “ EPIYA-D es especifico de cepas circulantes en países de Asia Oriental. Como Korea, Mongolia, Japón y China. Por lo tanto, se conoce como “cagA de Asia Oriental. Los estudios sobre oncoproteina cagA han revelado que el motivo EPIYA puede repetirse hasta tres veces, sin embargo, el número puede variar desde uno hasta siete repeticiones. La cepa que contiene el segmento EPIYA-D tiene un mayor potencial oncogénico que la cepa EPIYA-C. Sin embargo, se ha demostrado que cepas que contienen el genotipo Occidental presentan gran poder de fosforilación y oncogénico dependiendo del número de repeticiones del motivo EPIYA-C. Por lo anterior se ha postulado que las distintas isoformas de la oncoproteina cagan pueden influir en las diferentes tasas de cáncer gástrico observadas en países orientales y occidentales
  • 19. 19 VacA: (Citotoxina de Vacuolización A). La proteína VacA induce la formación de vacuolas dentro de la célula, también impide la fagocitosis, altera la presentación antigénica y promueve la apoptosis de la célula epitelial. Está asociada al desarrollo de úlcera y adenocarcinoma gástrico. Distribuido de lo que sucede con el gen cagA, todas las cepas de H. Pylori son VacA positivas, aunque solo casi el 50% de estas expresan la proteína VacA posee una estructura hexamerica y se ensambla en la bicapa lipídica celular del hospedador formando un canal selectivo de aniones. Produce un gradiente de PH que atrae sustancias alcalinas al interior haciendo que se capte agua por osmosis, Lo cual origina una vacuolización alrededor del núcleo y más tarde el estallido y muerte celular. El gen vacA es altamente polimórfico, y presenta diversidad en algunas regiones de la estructura molecular. Por ejemplo, a nivel de la secuencia señal 5 terminal se han identificado los alelos, s1a, s1b, s1c y s2. En la región media los alelos m1 y m2. Y en la región intermedia los alelos i1 e i2. Esta diversidad genética causa variación en la actividad citotóxica de la proteína VacA. Se ha demostrado que las cepas s1m1 y s1m2 son altamente toxigénicas, mientras que las cepas con la combinación S2m2 producen muy poca citotoxicidad. Las cepas que contiene la isoforma i1 están asociadas con alto riesgo de desarrollar adenocarcinoma gástrico, la cepa VacA s1a predomina en el norte de Europa, la s1b en la península ibérica y latinoamericana, mientras que la cepa s1c se encuentra en el suroeste de Asia. En Colombia se han demostrado la presencia de la cepa que contiene los alelos s1 m1, al igual que en Japón, siendo ambos países regiones con una alta tasa de cáncer gástrico. VacA puede promover la apoptosis de forma independiente a la vacuolización, pues induce la liberación de citocromo c mitocondrial a través de la activación de proteínas proapoptóticas Bax y Bak, al igual que la activación del receptor Fas(CD95) La presencia de VacA puede inducir la expresión del factor de crecimiento vascular endotelial (VEGF) y provocar el desarrollo de procesos tumorigenicos. El VEGF está implicado en la neoangiogénesis y se encuentra sobre expresado en carcinomas humanos que contienen cepas VacA.+. Además, VacA amplifica la respuesta inflamatoria de la mucosa gástrica aumentando la expresión de ciclooxigenasa 2 en las células T, neutrófilos y macrófagos, que a su vez pueden activar la producción del factor de crecimiento vascular endotelial y provocar el desarrollo de procesos tumorigenicos Aunque no están perfectamente definidos los mecanismos por los que la respuesta inmune inducida por H. Pylori contribuye a la carcinogénesis gástrica, la sobreexpresión de COX-2 y VEGF, sumando a la activación de NF-kB y citoquinas proinflamatorias, originan alteraciones morfológicas que llevan al desarrollo de gastritis atrófica y metaplasia gastrointestinal VacA también está implicada en la alteración de las funciones medidas por integrinas al interactuar con la fibronectina y la modulación de la respuesta inmunitaria de
  • 20. 20 granulocitos, monocitos, células B y T, ya que inhibe la presentación de antígenos y la proliferación de células T. Por otro lado, interrumpe la maduración de los fagosomas en los macrófagos, por lo que la bacteria sobrevive dentro de los mismos Otro aspecto relevante de VacA es que inhibe la activación del factor de transcripción NF-AT (Factor Nuclear Activador de la Transcripción), una molécula importante para la expresión de genes implicados en la expresión de linfocitos T activados por antígenos bacterianos. Asegurando así la evasión del H. Pylori por parte de la respuesta inmune celular adaptativa IceA: (Factor de virulencia inducido por contacto con el epitelio) es codificado por el gen Ice A, el cual posee dos variantes, el iceA1 e iceA2. La variante iceA1 está asociada con el desarrollo de úlcera péptica, mientras que la variante iceA2 todavía no tiene asociación definida DupA: (Gen promotor de la úlcera duodenal) factor de virulencia que promueve la formación de úlcera duodenal, tiene un alto potencial patogénico OTROS FACTORES DE VIRULENCIA LPS:(Lipopolisacáridos) el LPS de H. Pylori, como el de otras especies bacterianas, presenta una estructura de tres dominios principales. La cepa polisacárida externa o cadena especifica o, el núcleo oligosacárido y el lípido A. Son patrones moleculares presentes en la membrana de la bacteria, muy común en bacterias Gram Negativas. Son considerados potentes endotoxinas promotoras de respuesta inflamatoria. Son reconocidos por los Toll Like Receptor (TLR) tipo 4 ubicados en la membrana de la célula epitelial de la mucosa gástrica, importantes en la respuesta inmune innata. La estructura química del LPS de H. Pylori, la cadena especifica o, puede mimetizar los antígenos del grupo sanguíneo Lewis Tip a: (Proteína inductora de TNF-α). La proteína Tip a tiene una potente actividad carcinogénica a través de la inducción de TNF-a y la activación del NF-KB, lo cual favorece a la inflamación y al cáncer. Tabla2. Factores de virulencia asociados con el daño al a mucosa
  • 21. 21 Figura:13 Factores de virulencia que contribuyen a la colonización de la mucosa gástrica Figura: 14 Mecanismo de daño a la capa de moco gástrico
  • 22. 22 EXISTEN TRES RUTAS DE TRASMISIÓN DESCRITAS Iatrogénica: Material en contacto con la mucosa gástrica de una persona que es luego puesto en contacto con otra, La desinfección del material hospitalario reduce los índices de transmisión. Es por eso que los endoscopistas que no usan guantes incrementan el riesgo de estar infectados Trasmisión fecal- oral: Es quizás la más importante, Aunque es aislada de heces de niños infectados, los residuos fecales contaminan el agua que puede ser entonces la fuente de infección, Pero los microorganismos no han sido aislados del agua Trasmisión oral- oral: Fue identificada en mujeres africanas que premasticaban alimentos para sus hijos , No hay asociación relacionada con la transmisión sexual. La trasmisión por aspiración de vomito es otra posibilidad no documentada. Las infecciones por vía ambiental o a través de reservorios animales no pueden ser destacados. De hecho, los perros y gatos sirven de reservorio de H, hellmani, que se asocia a H. Pylori en la infección y produce casos de gastritis en humanos PATOGÉNESIS DE LA INFECCIÓN Se dispone de evidencias de que la colonización de H. Pylori induce inflamación gástrica, la ingestión voluntaria por dos humanos resulto en gastritis crónica. Así mismo se asocia a células de la mucosa gástrica pero no al epitelio intestinal. Se relaciona comúnmente con gastritis crónica superficial que se caracteriza por infiltración de células mononucleares y neutrófilos en el epitelio Suceden cambios degenerativos de la superficie epitelial incluyendo depleción de mucina vacuolización citoplasmática y desorganización de las glándulas de mucus. La respuesta inflamatoria a H. Pylori en niños difiere de la de adultos. La endoscopia revela. Una superficie mucosa nodular o granular que microscópicamente corresponde a hiperplasia linfonodular especialmente en el antro, estos agregados contienen centros germinales activados. La cantidad de neutrófilos puede ser mayor que la de adultos (Figura:15) FISIOPATOLOGÍA Figura 15: Principales mecanismos para el desarrollo de AF por H. Pylori Al hipoclorito, disminución en niveles de ácido ascórbico y él predominio de la forma oxidada del ácido ascórbico disminuye la reducción de hierro férrico a ferrosa forma en la que es absorbido el hierro a nivel intestinal
  • 23. 23 DINÁMICA DE INFECCIÓN DE H. PYLORI EN EL ESTÓMAGO HUMANO Las superficies mucosas de vertebrados deben considerarse como estructuras en comunicación con el ambiente externo. Las bacterias que tienen contacto con ellas (tracto gastrointestinal) tienen tres impedimentos que limitan su número: peristalsis, competición microbiana y efectos inmune específicos, La H. Pylori es un patógeno exógeno que diferencia de la mayoría, persiste por décadas en el tracto gastrointestinal. H Pylori induce la inflamación gástrica crónica que termina en úlcera péptica o neoplasia gástrica en gran número de personas La colonización muestra un modelo de versatilidad bacteriana por persistir a Pesar de los contratiempos físicos de la peristalsis. La adherencia bacteriana es una estrategia para resistir la peristalsis de la capa mucosa donde la mayoría de las H. Pylori residen y de allí migran a las células epiteliales H Pylori supera la barrera acida estomacal donde casi ningún microbio puede sobrevivir, y la respuesta inmune es esencialmente inefectiva, Un feedback autorregulador ha sido propuesto como mecanismo de persistencia de H. Pylori así mismo es de vida libre, es decir muy móvil en la capa mucosa por encima del epitelio gástrico, en pequeña proporción (1-5%) atacan a las células epiteliales. El 98% reside en el mucus (reservorio de las bacterias adherentes, trasmisión), mientras que 2% se encuentran adheridas a células epiteliales (Mantienen la infección). Por tanto, hay dos poblaciones, adherentes y no adherentes, con distintas características de supervivencia. Para explicar el mecanismo mediante el cual H. Pylori deriva su forma de nutrición del hospedador, ha sido propuesto un modelo en el cual estos organismos colonizantes inducen una respuesta inflamatoria en el hospedador. La bacteria elabora efectos proinflamatorios que son absorbidos por la mucosa provocando la respuesta del hospedador que conlleva un daño tisular con liberación de nutrientes. Esto es un feedback positivo y cíclico que parece favorable para H. Pylori. En un principio la inflamación Es un hecho favorable para el hospedador, pero cuando los microbios no son eliminados se convierte en un proceso deterior ante porque la infección no consigue ser erradicada., las moléculas de la H. Pylori como el lipopolisacárido (LPS) tienen baja actividad proinflamatoria. La respuesta celular contra H. Pylori queda suprimida, y H. Pylori regula la inflamación para evitar ser eliminado de su nicho. PROCESO DE DAÑO TISULAR La H. Pylori coloniza y persiste en un nicho único que es el lumen gástrico. Los determinantes patogénicos putativos del Pylori se dividen en dos grupos: factores de virulencia que contribuyen a efectos patogénicos de la bacteria y factores de mantenimiento que permiten a la bacteria colonizar y permanecer en el hospedador. Los factores de virulencia se clasifican según sus efectos patogénicos en el hospedador: inflamación gástrica, rotura de la barrera de la mucosa gástrica y alteración de la fisiología gástrica. Muchos de los factores de H pylori funcionan como factores de virulencia y mantenimiento in vitro
  • 24. 24 INDUCCIÓN DE LA INFLAMACIÓN GÁSTRICA Gastritis superficial caracterizada por infiltración en la mucosa gástrica de leucocitos polimorfonucleares o células monociticas. La inflamación es importante para la supervivencia de H Pylori. (Figura 16) La interleuquina 8 (IL8): es una quimio quina o pequeño péptido secretado por un numero variable de células, es un potente mediador inflamatorio que recluta y activa neutrófilos, H Pylori induce la secreción de IL8 de células de carcinoma gástrico in vitro, Adherencia de neutrófilos: el gen nap A muestra homología con el gen de la familia de proteínas de bacterio ferritina y codifica la proteína HP-NAP. Esta proteína es un polímero de 10 subunidades que incrementa, la expresión de neutrófilos CD11B/CD18 y la adherencia de estos a células endoteliales Factor activador plaquetario (PAF): es un mediador fosfolípidico reconocido como potente agente ulcero génico, Lyso-PAF es producido por células de la mucosa gástrica en condiciones basales y a respuesta a gastrina en personas saludables. PAF estimula la secreción de ácido gástrico a través de receptores específicos de células parietales. H Pylori metaboliza el precursor no ulcero génico Lyso-PAF a PAF. Por ello, a través de la síntesis del PAF, H Pylori induce daños a la mucosa directa o indirectamente por incremento de la secreción de ácido Lipopolisacárido (LPS): el LPS de H. Pylori rompe el mucus gástrico interfiriendo con la interacción entre la mucina y su receptor. Sin embargo, el LPS de H. Pylori tiene menor capacidad proinflamatoria Ureasa: es un potente estimulante de activación para fagocitos mononucleares y la producción de citoquinas inflamatorias. In vitro, su actividad es toxica para células del epitelio gástrico, Funciona como colonizador (factores de mantenimiento) y factor de virulencia Ruptura de la barrera de mucosa H. Pylori inhibe la respuesta secretora de las células mucosas in vitro, indicando el efecto potencial de deterioro en este mecanismo principal de defensa de la mucosa gástrica. (Figura:16) 1: Fosfolipasa H Pylori destruye la capa rica en fosfolípidos con función protectora. Mas aun los cambios pueden ser inducidos en capas fosfolípidicas In vitro por fosfolipasas A2 y C expresadas en H Pylori Figura:16 Dan Longo. Harrison Principio de Medicina interna, 18.ed. MC Graw Hill.
  • 25. 25 2: Mucinasa H Pylori posee un gen idéntico casi al de la mucinasa de Vibro chorelae. Esta actividad mucinasa in vitro contribuirá a la ruptura de la barrera mucosa gástrica 3: Citotoxinas: Estas inducen vacuolas acidas en el citoplasma de las células eucariotas. Casi simultáneamente, cuatro grupos dieron con el clonaje y secuencia de Vac A (3.9 Kb) que codifica a una citotoxina vacuolante. El gen vac A codifica a una proteína de 134KD, protoxina que contiene una secuencia Leader de 33 aminoácidos y un fragmento carboxilo terminal de -50 KD que presenta homología con el carboxilo terminal del precursor de la proteasa de IgA de Neisseria gonorrhoeae, y que parece estar implicado en la traslocación de la proteasa a la membrana externa. Por analogía, el carboxilo terminal de la protoxina de H. Pylori puede jugar un papel en la secreción de la citotoxina. Mutantes en vac A no expresan la citotoxina y pierden la actividad vacuolante, 4: Especies de oxígeno reactivas. La H Pylori induce la síntesis de “Especies reactivas de oxígeno” (ROS) en la mucosa gástrica in vitro Hay asociación positiva entre ROS, la carga infectiva de H. Pylori y el daño en mucosa gástrica, Muchas drogas anti-úlcera funcionan como “secuestradores” de ROS ayudando a explicar cómo minimizan el daño en la mucosa inducido por H. Pylori estimula la producción de ROS 5:Sintasa: inducible de óxido nítrico (iNOS). H Pylori induce iNOS y macrófagos in vitro. La alta producción de óxido nítrico por la inducción de esta sintasa, en asociación con la activación inmune, es responsable de daño tisular 6:Apoptosis: H pylori aparece para inducir la muerte celular programada de las células del epitelio gástrico y para estimular daño oxidativo de DNA en mucosa gástrica humana infectada. H Pylori parece inhibir la migración y proliferación de células del epitelio gástrico, por lo que el daño en la mucosa gástrica puede ser inducido directa o indirectamente. La infección reversible de H. Pylori induce la expresión del péptido gastrina, estimulante de ácidos y suprime la expresión de la hormona somatostatina que es inhibidora de ácidos. Clínica En la mayoría de los casos, los procesos ulcerosos tienen una clínica que le es particular, con periodos de epigastralgia, ardor, dispepsia, entre otras circunstancias, la enfermedad debuta con su complicación más frecuente, la hemorragia digestiva (Figura:17) Úlcera duodenal • Es más frecuente que la úlcera gástrica • Es mucho más frecuente en el varón que en la mujer • Se observa entre los 35 y los 55 años. • Factor nervioso, personas inestables, depresivos, competitivos, ansiosos, irritables
  • 26. 26 • Deben tenerse en cuenta los trastornos endocrinos, Síndrome de Zollinger- Ellison Hiperparatiroidismo, Síndrome de adenomas endocrinos múltiples Síntomas dolor epigástrico precedido por ardor o acidez, tiene periodicidad y ritmo, con la característica de que aparece el dolor por la madrugada y calma con la ingestión de alimentos o soluciones alcalinas, reaparece al mediodía antes de la comida denominándose hambre dolorosa (dolor a tres tiempos), vómitos y nauseas, hematemesis o melena (en realidad la hemorragia digestiva es más una complicación) Úlcera Gástrica • Es menos frecuente que la úlcera duodenal • Es más frecuente en el sexo masculino • Aparece entre los 35 y los 64 años Síntomas: dolor epigástrico que tiene prioridad y horario, es el llamado dolor a cuatro tiempos, aparece después de las comidas, suele ceder espontáneamente antes de una nueva ingestión de alimentos, pirosis, vómitos Hemorragia Digestiva Alta Se puede presentar con hematemesis, hematoquecia, melena, hipotensión arterial, sangre oculta en materia fecal El paciente puede estar • Inestable hemodinámicamente, con sangrado activo, • Estable hemodinámicamente, con sangrado activo • Estable hemodinámicamente , sin evidencia de sangrado activo Cáncer gástrico • El cáncer gástrico temprano prácticamente es asintomático, • El cáncer gástrico avanzado, predominan la pérdida de peso y el dolor abdominal, también existe la disfagia, saciedad temprana, vómitos persistentes y anemia por los eventuales sangrados.
  • 27. 27 ¿Cuáles son los mecanismos de daño a la mucosa? Se consideran diferentes factores del microorganismo (ureasa, flagelos, adhesinas, superóxido dismutasa, citotoxina y proteínas CagA o VacA) que pueden contribuir a la inflamación gástrica. La adhesión constituye un primer paso en la producción de lesiones. H. Pylori expresa es su superficie diversas adhesinas capaces de reconocer y unirse a receptores específicos de las células epiteliales de la mucosa gástrica. A demás, parece existir una relación directa entre el grupo sanguíneo y la expresión de receptores específicos para H. Pylori en la superficie de la célula epitelial . Los individuos de los grupos sanguíneos A y B tienen menor número de receptores que los del grupo O y estos últimos tienen un riesgo mayor de desarrollar úlcera péptica (Figura:18) Todas las cepas de H, Pylori producen grandes cantidades de ureasa. Esta enzima actúa sobre la urea que proviene del plasma produciendo amoniaco qué favorece la supervivencia de la bacteria, altera la biosíntesis del moco y causa su desprendimiento facilitando la producción de úlceras y una colonización más estable. El amoniaco puede ser toxico para las células del epitelio e incrementar la acción citotóxica de diversos mediadores de la inflamación producidos por neutrófilos H. Pylori generalmente no invade la mucosa gástrica si no que vive en la capa de moco. Es probable que el amoniaco, las toxinas, los lipopolisacáridos y otras sustancias liberadas activen a las células inflamatorias. Aproximadamente 50% de los aislamientos clínicos producen la citotoxina VacA. La citotoxina VacA es un factor de patogénesis que la bacteria secreta y que no provoca daño al tejido gástrico que lleva al desarrollo de las enfermedades gástricas graves. Las cepas difieren también en la expresión de una proteína antigénica de elevado peso molecular denominada CagA. 60% de los aislamientos producen esta proteína. Entre 80% y 100% de los pacientes con úlcera duodenal producen anticuerpos contra CagA, mientras que en las personas con gastritis se detecta en solo 63%. La infección con cepas que producen la citotoxina VacA (cepas Tox+) o la presencia en el suero de los pacientes infectados de anticuerpos frente a CagA se asocia con un mayor grado de respuesta inflamatoria y degeneración epitelial que la infección con cepas que no Figura:18 Mecanismos de daño a la mucosa ureasa, flagelos, adhesinas, superóxido dismutasa, citotoxina y proteínas CagA o VacA
  • 28. 28 producen citotoxina VacA (cepasTox-). Las cepas CagA+ inducen la producción de IL-8 por las células del epitelio gástrico in vitro y esto puede contribuir a la infiltración de la mucosa gástrica por leucocitos polimorfonucleares Otros factores para el desarrollo de enfermedad son dependientes del huésped. Entre estos se sabe que la intensidad o naturaleza de la respuesta inmune presenta variaciones y que esta se encuentra controlada por los genes del complejo mayor de histocompatibilidad (HLA). Diversos estudios han demostrado un incremento significativo en la expresión del antígeno HLA-DR (clase II) pacientes con gastritis asociada a H. Pylori. Así, determinados alelos específicos de los genes del HLA de clase II podrían predecir la susceptibilidad a la infección por H. Pylori y su evolución clínica. Estudios recientes realizados en la población japonesa sugieren que los alelos 0102 y 0301 del gen HLA-DQA1 pueden ser importantes para determinar la susceptibilidad y la evolución de la infección por H. Pylori. En la población mexicana se ha encontrado asociación entre el alelo HLA-DQB1*0401 e infección por H. Pylori, así como un efecto protector del alelo HLA-DQA*0503 para carcinoma y lesiones premalignas. Otro grupo en México encontró asociación entre el alelo hla-dqb1*0501 y carcinoma gástrico de tipo difuso. En el desarrollo de enfermedad gastroduodenal intervienen factores tanto del germen (producción de adhesinas y citotoxinas) como del huésped (respuesta inmune) Las cepas de H. Pylori que son Tox+ CagA+ parecen causar más daño. La actividad de H. Pylori se ha relacionado con algunos genes que se expresan y dejan de expresarse después del tratamiento de erradicación. Figura: 17 infección por H. Pylori mecanismo de daño a la mucosa, y mecanismo de transmisión
  • 29. 29 Qué importancia tienen las cepas Cag-A y Vac-A Diversos estudios han demostrado que los individuos infectados con cepas de H. Pylori que expresan la citotoxina CagA (marcador de la isla de patogenicidad) tienen un riesgo mayor para desarrollar úlcera péptica y cáncer gástrico. Asimismo, las cepas que presentan el alelo s1 del gen Vac-A se asocian con mayor frecuencia a enfermedad ulcerosa. Sin embargo, muchos individuos infectados por es tas cepas no desarrollan ninguna enfermedad. La citotoxina vacuolizante VacA es una proteína molecular de 95kD que se inserta en la membrana celular del epitelio y forma canales selectivos dependientes de voltaje a través de los cuales se libera el bicarbonato y aniones orgánicos, lo que provee de nutrientes a la bacteria. Esta citotoxina daña la membrana mitocondrial causando la liberación de citocromo C e induce apoptosis, sin embargo, su papel en la patogenia de enfermedad es aún motivo de debate. Estudios realizados en México han demostrado una asociación entre la expresión de citotoxinas CagA y VacA y el desarrollo de cáncer gástrico ( La expresión de citotoxinas CagA y VacA se asocia a mayor patogenicidad y riesgo de cáncer gástrico). (Figura:19) Cuál es la relación causal entre la infección por H. Pylori y el cáncer gástrico La Organización Mundial de la Salud reconoció en 1994 al H. Pylori como un carcinógeno tipo 1 con base en los resultados de estudios de casos y controles y a una asociación epidemiológica sólida. Los ensayos en animales de experimentación han confirmado el papel patogénico de H. Pylori en el desarrollo de adenocarcinoma, que, por otro lado, sigue en proceso evolutivo a partir de una gastritis crónica no atrófica, gastritis crónica atrófica, metaplasia intestinal, displasia y carcinoma invasor. En México, el adenocarcinoma gástrico es la neoplasia más frecuente del aparato digestivo con tasas de letalidad muy altas en algunos Estados como Chiapas, Yucatán, Michoacán, Guerrero, Puebla, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas. Estudios en la población mexicana han mostrado una asociación entre la frecuencia de Figura:20 Cáncer Gástrico por H. Pylori Figura:19 Úlcera Gástrica por H. Pylori
  • 30. 30 cáncer gástrico y H. Pylori CagA positivo. Existe evidencia epidemiológica que relaciona la frecuencia de cáncer gástrico con la infección por H. Pylori . La OMS considera que el H. Pylori es un carcinógeno tipo 1. El desarrollo del cáncer gástrico existe una secuencia de lesiones que incluyan a las gastritis crónicas no atróficas, gastritis crónica atrófica, metaplasia intestinal, displasia y carcinoma (Figura:20) Qué importancia tiene la metaplasia intestinal En el proceso de la carcinogénesis, la metaplasia intestinal es un paso fundamental que precede al desarrollo de displasia y es resultado de la gastritis atrófica. Modelos en animales de experimentación han demostrado que la metaplasia intestinal es una lesión precancerosa y resultado de un proceso inflamatorio crónico. Por otro lado, el riesgo relativo para presentar cáncer gástrico es notablemente mayor en las personas que presentan gastritis atrófica y metaplasia intestinal. De mayor relevancia, desde el punto de vista clínico, es el hecho de la reversibilidad de la metaplasia intestinal en sujetos en quienes es posible erradicar la infección por H. Pylori. En estas condiciones la identificación, tratamiento y seguimientos de la metaplasia intestinal representaría una oportunidad de prevención, la metaplasia intestinal es una lesión preneoplásica. (Figura:21) Cuál es la relación entre la infección por H. Pylori la dispepsia funcional El papel de H. Pylori en la dispepsia funcional es motivo de controversia. En algunos estudios se ha demostrado una frecuencia mayor de infección en las personas con dispepsia funcional pero aun en estos, la mejoría sintomática una vez erradicado el H. Pylori es limitada, La estrategia de buscar y tratar, propuesta en algunos consensos proviene de países con bajas tasas de infección y no puede extenderse a zonas geográficas donde la mayoría de las personas tienen H. Pylori como ocurre en México. Es muy posible que siendo ambas situaciones muy frecuentes su relación sea más debida al azar que a un verdadero afectado de casualidad (No hay evidencia suficiente para apoyar casualidad entre la infección por H. Pylori y la dispepsia funcional) Figura: 21 Metaplasia Intestinal
  • 31. 31 ¿Cuál es la relación entre úlcera péptica y Helicobacter Pylori? A diferencia de lo que ha ocurrido con la dispepsia funcional, la relación causal entre la infección gástrica por H. Pylori y el desarrollo de úlcera gástrica o duodenal ha sido contundentemente demostrada. En el cuadro se muestra la frecuencia informada por tres investigadores mexicanos. De mayor contundencia ha sido la observación, repetidamente confirmada, de la recurrencia de la enfermedad ulcerosa cuando no se logra la erradicación de la bacteria. Un metaanálisis de ensayos clínicos controlados mostro una reducción significativa en la recurrencia de úlcera péptica en sujetos que recibieron tratamiento, de erradicación. Otros ensayos han informado una frecuencia mayor de hemorragia en los enfermos con úlcera péptica que solo recibieron tratamiento a base de inhibidores de bomba de protones (IBP). Existe una relación causal entre la infección por H. Pylori y el desarrollo de úlcera péptica (duodenal y gástrica) La erradicación de la bacteria disminuye el riesgo de recurrencia y de hemorragia (Figura:22) Figura:22 Úlcera Péptica por H. Pylori Tabla:3 Frecuencia de infección por H. Pylori en distintas entidades clínicas
  • 32. 32 Qué relación existen entre la infección por H. Pylori y el desarrollo de linfoma gástrico tipo B de la zona marginal ( MALTOMA) La evidencia se basa en dos observaciones clínicas. la mayoría de las personas que presentan este tipo de linfoma están infectadas por H. Pylori) el tratamiento de erradicación es capaz por si solo de inducir la regresión de la neoplasia y mantener en remisión a un número importante de casos (70%-80%) En algunos enfermos existen anormalidades genéticas que limitan la respuesta al tratamiento de erradicación y en estos casos suele observarse la progresión a tumores de alto grado de malignidad. Existe una clara asociación entre la infección por H. Pylori y el desarrollo de linfoma gástrico tipo B de la zona marginal. (Figura:23) Qué relación existe entre la infección por H. Pylori y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Se ha supuesto que la hipoclorhidria secundaria a la gastritis atrófica ejerce un efecto protector para el desarrollo de esofagitis. La restitución funcional. Una vez resuelta la infección y corregida la gastropatía, provocaría síntomas en las personas con reflujo gastroesofágico. En este caso, la erradicación aumentaría el riesgo de ERGE. En apoyo a esta relación estaría el echo informado por algunos grupos de que la frecuencia de ERGE es mayor en poblaciones en que la infección por H. Pylori es baja. Sin embargo, la erradicación del H. Pylori no causa ERGE y no parece exacerbar los síntomas en sujetos con ERGE. En México se han publicado dos estudios con resultados diferentes. Noguiera y Cols, demostraron que los enfermos infectados por H. Pylori tuvieron menor frecuencia de esofagitis. En cambio, Carmona y Cols, no encontraron diferencias en la frecuencia de infección por H. Pylori entre sujetos con y sin ERGE. En ninguno de los trabajos existió alguna correlación entre el grado de esofagitis y la infección por H. Pylori. No parece existir casualidad entre Figura:24 Esófago de Barret secundario a ERGE Figura: 23 Linfoma gástrico tipo B MALTOMA
  • 33. 33 la infección por H. Pylori y la ERGE. El tratamiento de erradicación no incrementa el riesgo de ERGE. (Figura:24) Existe alguna relación entre la infección por H. Pylori y otras enfermedades Algunos estudios han sugerido una relación entre la infección por H. Pylori y la anemia por diferencia de hierro y por la purpura trombocitopénica idiopática (PTL). Los posibles mecanismos fisiopatogénicos son la perdida sanguínea secundaria, la gastropatía erosiva crónica (Figura:25), un decremento de la absorción de hierro por hipo o aclorhidria que pudiera causar la gastritis crónica del cuerpo y el consumo de hierro por la misma bacteria. El tratamiento de erradicación revierte la anemia en enfermos asintomáticos y mejora la absorción de hierro. En sayos clínicos controlados han demostrado una mejoría en los niveles de plaquetas en las personas que tienen PTI y que han recibido tratamiento de erradicación. En México, Estrada- Gómez y Col. Estudiaron la posible asociación entre la infección por H. Pylori y la purpura trombocitopénica crónica refractaria. Utilizaron antígenos fecales para diagnosticar la infección. La frecuencia de H. Pylori en 23 sujetos con purpura trombocitopénica fue de 60% y solo en tres de 14 sujetos en los que coexistieron las dos entidades corrigieron las cifras de plaquetas una vez que recibieron el tratamiento de erradicación. Se ha demostrado una relación entre la infección por H. Pylori y la anemia por deficiencia de hierro. En otros países se ha encontrado una relación entre la infección por H. Pylori y la purpura trombocitopénica idiopática (PTI). Esto no se ha confirmado en el único estudio publicado hasta ahora en México. (Figura:26) Figura:26 purpura trombocitopénica idiopática Figura:25 Gastritis erosiva crónica
  • 34. 34 FACTORES IMPLICADOS EN LA PATOGENICIDAD DEL HELICOBACTER PYLORI La presencia de H. Pylori como infección sintomática o asintomática, está en relación con el polimorfismo inmune del hospedero, a la presencia del medio ácido gástrico y la habilidad de H Pylori para colonizar un micro nicho gástrico y mostrar la virulencia de algunas cepas, lo que representa el factor principal de patogenicidad. La diferente virulencia de las cepas se ha estudiado centrándose en aspectos, genéticos, microbiológicos, inmunológicos, bioquímicos y clínicos principalmente. Esto indicara que para que se manifieste patogenicidad y enfermedad como complicación de la infección por H. Pylori deben interactuar factores bacterianos y factores del organismo infectado (Figura:27) Factores bacterianos Los factores bacterianos que influyen en la patogenicidad son los implicados directamente en la virulencia bacteriana Ureasa El primer factor está representado por la capacidad que ha mostrado el H. Pylori para adaptarse a un micro nicho hostil mediante la acción de la enzima ureasa, que desdobla a la urea en amonio y CO2 que neutraliza el ácido gástrico a un pH de 6 a 7, situación que protege a la bacteria y le permite atravesar la capa de moco gástrico. Pero la ureasa también tiene propiedades citotóxicas y junto al amonio, lesionan la mucosa del epitelio gástrico, permitiendo la adhesión de la bacteria, la obtención de nutrientes y permitir su desarrollo. Esta enzima es capaz de estimular la respuesta humoral específica, la quimiotaxis monocitica de neutrófilos y de activar las funciones de los macrófagos Flagelos La bacteria, por su morfología en espiral y al poseer flagelos, tiene gran movilidad que le permite atravesar la capa de moco , contrarrestando el peristaltismo gástrico y llegar a adherirse a la superficie epitelial. Los flagelos están compuestos por proteínas llamadas flagelinas, con peso molecular aproximado de 50, 000 a 60,000 Kda están codificados por los genes Fla A y Fla B, que son los elementos reguladores de la función de los flagelos y su importancia radica en que las cepas carentes de ellos no logran colonizar Adhesinas Para la colonización por la bacteria debe presentarse primero una adhesión al epitelio gástrico, lo cual se efectúa mediante hemaglutininas, varias adhesinas, que son proteínas glicoconjugadas o por lípidos bacterianos involucrados en el proceso de colonización. Las adhesinas que se mencionan por unos u otros autores y con frecuencia son: BabA, SabA, OMP´S, Hopo, AlpA, AlpB, Hpa; la adhesina que más ha sido estudiado y caracterizado es la BabA, que es una proteína de membrana con características similares a las que se observan en los antígenos sanguíneos Lewis. Las adhesinas bacterianas al acoplarse a los receptores de las células del hospedero inducen cambios inmediatos mediante señales de traducción, permitiendo la infiltración de células inflamatorias, pero también estableciendo mecanismos para evadir la respuesta inmune y establecer una infección persistente Fosfolipasa s También existen enzimas como las fosfolipasas A2 y C de membrana externa, que actúan como proteasas, tienen un papel fundamentalmente en la patogenia del H. Pylori, al degradar el complejo lípido-gluco-proteico de la capa de gel de moco que cubre a las células epiteliales gástricas, y que son los que les dan continuidad y protección Lipopolisac áridos Otro factor de virulencia en e lipopolisacárido LPS, que posee en su antígeno “o” los carbohidratos de Lewis “x” y Lewis “y” o ambos, y cuyo papel
  • 35. 35 fundamental en la patogénesis, es evadir la respuesta inmune durante la colonización del epitelio gástrico, favoreciendo la persistencia bacteriana en el micro nicho equilibrando la acción de inducir la respuesta autoinmune del hospedero contra antígenos Lewis que expresa el H. Pylori. También se ha reportado que el lipopolisacárido (LPS/endotoxina) de la bacteria tiene una actividad biológica baja comparada con el LPS de otras bacterias gran negativas, y al poseer antígenos semejantes a los de los grupos sanguíneos de Lewis, como parte de las cadenas de carbohidratos en la región polisacáridos de su LPS, evadir la respuesta inmune, o por lo menos estimulara a niveles peligrosos para su supervivencia. Actividad parecida la tienen las llamadas proteínas de choque térmico o de choque por calor descritas como groEL y groes de peso molecular de 58 y 13 KDa respectivamente, y que también tienen la capacidad de aumentar la actividad de la enzima ureasa Otras Encimas El H. Pylori produce otras enzimas que favorecen la virulencia de la bacteria, como mucinasas, lipasas, proteasas, catalasas, dismutasas, que protegen a la bacteria de metabólicos tóxicos secundario a procesos oxidativos de defensa de los macrófagos y neutrófilos, también produce fosfatasa alcalina y acida y gamaglutamiltranspeptidasa Citotoxinas A pesar de los millones de personas que se encuentran colonizadas por H. Pylori y de que solo una población de un 10% desarrollen sintomatología, y de tratar de explicar la paradoja del comportamiento de una bacteria con gran capacidad de persistir en la mucosa gástrica y solo producir daños mínimos o muy severos, se ha centrado en estudiar y conocer diferencias en la virulencia de las cepas, y una de las diferencias más importante, es la presencia o no de genes y de islas de patogenicidad Helico Blot 2.1 Kit Es un test serológico cualitativo usado para detectar anticuerpos de tipo IgG para antígenos específicos del H. Pylori Figura: 27 factores implicados en la patogenicidad del Helicobacter pylori
  • 36. 36
  • 37. 37
  • 38. 38 Diagnostico Actualmente existen varios métodos para diagnosticar la presencia de H. Pylori. Sin embargo, más importante que el diagnóstico es saber en quién se debe investigar su presencia. En algunos lugares, hasta 90% de la población esta colonizada por esta bacteria, y los exámenes serán positivos en casi todo el mundo. Por lo tanto, no tiene sentido, solicitar la investigación de H. Pylori en personas que no presentan una sintomatología especifica. Helicobacter Pylori se puede diagnosticar a través de dos tipos de métodos: a) Métodos no invasivos, que no requieren de endoscopia b) Métodos invasivos, que requieren de realizar una endoscopia con toma de biopsia gástrica Un método de diagnóstico ideal es aquel que no es invasivo ni costoso, es seguro, además de estar disponible en todos los centros de salud, y es capaz de diferenciar una infección activa de una pasada. Ninguno de los métodos que se utilizan en la actualidad cumple con estas características. Todos los métodos presentan ventajas y desventajas al momento de elegir alguno se debe tener en cuenta el fin epidemiológico, de diagnóstico o seguimiento, el centro de salud donde se realiza, así como las características del paciente. Todos los métodos presentan ventajas y desventajas Métodos Invasivos Histología: Es un método que sirve para diagnosticar la infección por H. Pylori. El examen histológico nos proporciona datos sobre inflamación, metaplasia intestinal, atrofia glandular, displasia y neoplasia. Este análisis es fundamental para el diagnóstico de la gastritis y su clasificación. El estudio histológico de la biopsia es un método sencillo que permite conocer las lesiones presentes en la mucosa, además de detectar la densidad de colonización en infecciones por H. Pylori. El análisis histológico es importante tanto para el diagnóstico como para determinar el daño del tejido durante la infección por H. Pylori. Estos estudios brindan información sobre la presencia de polimorfonucleares, además de dar un diagnóstico sobre la gravedad de la gastritis, metaplasia y/o atrofia en el tejido analizado La técnica de tinción es fácil, rápida, de bajo costo y de gran utilidad. Las tinciones que se han utilizado son hematoxilina- eosina, Warhin- Starry con nitrato de plata, Giemsa, la de Gram, carbolfuchina. Existen otras técnicas complementarias para el estudio histológico, como la inmunohistoquímica y la técnica de FISH (hibridación in situ fluorescente), que se han empleado para la detección de H. Pylori con una sensibilidad de 98 y 100% de especificidad. A pesar de los buenos resultados que se reportan con la técnica de FISH, se necesita un microscopio de fluorescencia, oligonucleótidos fluorescentes específicos y varios reactivos que hacen que esta técnica sea costosa
  • 39. 39 Es necesario realizar una endoscopia para la toma de biopsia para el estudio histológico, lo que permitirá diagnosticar la infección mediante el cultivo de la misma, el cultivo es imprescindible, con el fin de dar un tratamiento efectivo a cada paciente. La biopsia debe protegerse de la deshidratación y mantenerse a temperatura baja. Se recomienda guardarla a 4°C si se va a procesar dentro de las primeras horas o congelar a -70°C en caso de que se demore más tiempo. Los medios de transporte más utilizados son solución de glucosa al 20% y suero fisiológico. En algunos estudios se sugiere que se transporte en solución salina estéril y que se siembre directamente la biopsia en agar chocolate o el medio de transporte (Portagerm pylori) Cultivo: El cultivo es considerado el estándar de oro para el diagnóstico de infecciones por el H. Pylori. La principal ventaja que posee este método es que se puede estudiar la sensibilidad antimicrobiana. Además, el cultivo es el único medio para obtener y conservar cepas para conocer los factores de virulencia, la purificación de antígenos específicos y realizar estudios posteriores de genómica y proteómica. La desventaja del cultivo es que se trata de un método lento de diagnóstico que puede demorarse varios días, así como su baja sensibilidad en condiciones óptimas, por los requerimientos exigentes para el cultivo y lo costoso que es Para realizar el aislamiento de H. Pylori, se han utilizado varios medios de cultivo, como caldo cerebro- corazón (BIH), agar Columba, brucella, Wilkins- Chalgren y Muller- Hinton; todos estos medios son suplementados con sangre de caballo carnero o humano en 5- 10% así como hemina, isovitalex, ciclodextrina y almidón, además de antibióticos. De todos los medios de cultivo, el agar Columbia suplementado con 7% de sangre y antibióticos como trimetropina, vancomicina y anfotericina B ha sido empleado con mayor frecuencia para el aislamiento de H. Pylori. Esta bacteria requiere, además, de una atmosfera microaereofilica, humedad y una temperatura entre 35°C-37 C°, con un tiempo de incubación de cinco a 10 días. H Pylori se identifica por su morfología colonial como colonias pequeñas grisáceas y brillantes de 1 mm de diámetro; son Gram Negativas, espiriladas o esféricas, ureasa, catalasa y oxidasa positivas Prueba de ureasa: es una técnica cualitativa que determina la actividad de la enzima ureasa en una pequeña muestra de mucosa gástrica, dicha prueba es universalmente empleada, para detectar la presencia de este microorganismo, Se realiza colocando una pequeña muestra de biopsia en un tubo con urea que contiene un indicador de pH, Si la muestra presenta actividad ureasa, se hidroliza la urea en anhidrico carbónico y amoniaco se observa mediante el cambio de color en el medio ( amarillo a rosa) Entre las primeras pruebas comerciales utilizadas que se desarrollaron basadas en esa técnica se encuentra la CLO test y PyloriTek, con las que se han obtenido muy buenos resultados en el diagnóstico. También existen otras pruebas comerciales como la GUT test y la MIU test ( prueba de motilidad índole ureasa) para la GUT test se ha reportado una especificidad de 100% y una sensibilidad de 95.3%, esta prueba puede obtenerse a los
  • 40. 40 60 minutos de incubarse la muestra. Por otra parte, con la prueba de MIU se reportó mayor sensibilidad que con la CLO test cuando se evaluó una sola muestra gástrica, sin embargo, recientemente se demostró que, al aumentar el número de muestras gástricas, la CLO test incrementa notablemente su sensibilidad La especificidad de la prueba de la ureasa es alta debido a que el número de bacterias diferentes de H Pylori en la cavidad gástrica es escaso y los análisis se realizan a temperatura ambiente, lo cual limita la posible proliferación de otras bacterias durante la realización de la prueba. Por su sencillez, rapidez y bajo costo, se considera como una técnica de elección para el diagnóstico inicial de la infección por H. Pylori en pacientes que son sometidos a endoscopia, Sin embargo, la sensibilidad de la prueba puede verse afectada en individuos que han recibido tratamiento con antibióticos y en aquellos tratados con fármacos inhibidores de la bomba de protones Reacción en cadena de la polimerasa (PCR): Esta técnica permite utilizar el DNA para distintos estudios aparte del diagnóstico de la infección, en concentraciones mínimas, a partir de biopsias gástricas. Actualmente se está utilizando la PCR en tiempo real, que permite la detección de cepas resistentes a los antibióticos. Para la técnica se utilizan diferentes iniciadores de secuencias (cebadores) para amplificar varios genes de virulencia específicos de H. Pylori como CagA y VacA y secuencias altamente conservadas del gen que codifica para el ácido ribonucleico de la subunidad 16S del ribosoma (ARNr 16S). De todos los genes, el gen glmM que codifica para la fosfoglucosamina mutasa ha sido el más empleado para el diagnóstico de H. Pylori, y se reportan buenos valores de sensibilidad y especificidad con su uso. La mayoría de los métodos basados en esta técnica tienen una sensibilidad de 100%; varios estudios sugieren que la PCR es tan valida como el cultivo para confirmar la erradicación del microorganismo y detectar las fallas de las terapias empleadas para erradicar esta bacteria La PCR es un método rápido y aplicable a diferentes tipos de muestras. Su principal inconveniente lo constituye la presencia en la muestra de restos de tejido gástrico líquidos u otros componentes que inhiben la reacción de la PCR y, por tanto, favorecen la obtención de falsos negativos. Al igual que en el cultivo y la histología, la sensibilidad de la PCR se ve afectada por la heterogénea colonización de la mucosa gástrica por H, Pylori. Recientemente, se empleo un nuevo sistema para la identificación de H. Pylori, que consiste en la combinación de la endoscopia de barrido y el método LAMP (amplificación isotérmica mediada por bucle). En este sistema se emplean cebadores para el gen glmM y se logra una sensibilidad y especificidad de 100%. Este procedimiento tiene la ventaja de no necesitar una muestra de biopsia gástrica; además tiene menos requerimientos que la PCR estándar, sin embargo, se necesitan más estudios para corroborar su eficiencia en el diagnostico de H. Pylori.
  • 41. 41 Hibridación in situ: La infección puede ser diagnosticada mediante sondas de hibridación fluorescentes (FISH hibridación in situ fluorescente) utilizadas en biopsia gástrica (in situ) que se unen al 16s RNAr de H. Pylori. También se puede detectar la resistencia a claritromicina si estas sondas se unen al 23S RNAr. Esta técnica se puede realizar en aproximadamente tres horas Métodos no invasivos El método ideal para diagnosticar la infección será uno no invasivo, capaz de diferenciar una infección activa de una infección pasada. Los métodos desarrollados hasta ahora pueden tener utilidad en determinadas circunstancias, como la evaluación del seguimiento del tratamiento o estudios epidemiológicos. Dentro de los métodos invasivos están Prueba del aliento (prueba de urea en el aliento UBT): Esta prueba se basa en la actividad de la ureasa de H. Pylori con urea marcada. Es el resultado de la ingestión de una suspensión de urea marcada con C12 o C14, donde se lleva a cabo la hidrolisis de ureasa y se forma anhidrido carbónico que se absorbe en los tejidos, se difunde a la sangre y es trasportada a los pulmones, posteriormente es exhalada a través del aliento. La cantidad de CO2 marcado que se exhala está en relación directa con la intensidad de la hidrolisis de la ureasa del microorganismo y, por tanto, con la presencia de H. Pylori. La prueba del aliento indica una infección actual por la bacteria, ya que es una infección pasada el resultado sería negativo. Esta prueba es útil como seguimiento del tratamiento llevado de cuatro a seis semanas después de ser finalizado. La prueba del aliento es un método cualitativo cuya sensibilidad y especificidad son muy altas, a diferencia de la prueba de la ureasa rápida, tanto en pacientes que no han sido tratados previamente como en aquellos que si han recibido un tratamiento erradicador. Esta técnica es costosa y en su realización existen aspectos que pueden afectar el resultado, como son las variaciones en cuanto al punto de corte utilizado para la positividad, la ingestión previa de algunos alimentos y el intervalo para la toma de la muestra. Además. La presencia de atrofia gástrica puede favorecer la obtención de falsos negativos, por lo que en estos casos se ha demostrado, la utilidad de realizar, además, pruebas serológicas para el diagnóstico de H. Pylori Serología: Las pruebas serológicas para el diagnóstico de H. Pylori se basan en la detección de anticuerpos séricos de clase IgG o IgA contra antígenos específicos del microorganismo. La serología es útil en los estudios de poblaciones seleccionadas, sin embargo, su principal, problema radica en que no puede diferenciar la infección activa de la exposición previa al microorganismo. H. Pylori provoca una respuesta inmune, tanto local como sistémica. El sistema inmune responde con un aumento transitorio de la IgM, seguido de un aumento de anticuerpos de los tipos IgG e IgA que persisten durante la infección puesto que los anticuerpos IgM se detectan solo transitoriamente, tiene poco valor para el diagnóstico. La principal respuesta sistémica es de tipo IgG, por lo que la detección de estos anticuerpos es la más utilizada para el diagnóstico. La detección de
  • 42. 42 anticuerpos específicos contra algunas proteínas del microorganismo, como CagA y VacA, puede tener especial interés en estudios sobre virulencia. Ya que la detección de anticuerpos depende del antígeno utilizado, considerando la heterogeneidad genética de H. Pylori, algunos autores recomiendan el uso de mezclas de antígenos procedentes de varias cepas para mejorar la sensibilidad de estas técnicas, así como su valoración en cada medio. Se han utilizado varias clases de antígenos, que van desde antígenos parciales o altamente purificados como la ureasa. La técnica más utilizada es EIA cuantitativa, que permite, además del diagnóstico ´primario, la monitorización del tratamiento. Los métodos basados en la técnica del Western Blot se utilizan para el estudio de la respuesta frente a antígenos, como CagA Y VacA Prueba de sangre completa: Es un inmunoensayo indirecto realizado en fase sólida. Existen tiras comercializadas de fácil uso como (Pyorisert, AccuStart) Se detectan anticuerpos IgG frente a H. Pylori presentes en la sangre. En la misma consulta se puede obtener una gota de sangre del paciente. Se ha visto que al aumentar el tiempo de lectura de 10 minutos a seis horas aumenta la sensibilidad de la prueba. Esta prueba no se recomienda actualmente Detección de anticuerpos en orina: Cuando ocurre la infección por H. Pylori, se eliminan anticuerpos de clase IgG en orina. Basadas en este principio, se desarrollan en Japón dos pruebas comerciales. Un ELISA estándar denominando Urinelisa (Otsuka Diagnostic), y uno basado en inmunocromatografia, denominado Rapirum (Otsuka Diagnostic) .Estas pruebas se han empleado en diversos estudios y han demostrado tener buena sensibilidad, pero la especificidad ha sido muy variada y no siempre aceptable. La mayoría de estos trabajos se han realizado en países orientales, principalmente en Japón, por lo que a pesar de ser la orina una muestra no invasiva promisoria es necesario realizar más investigaciones para validar su posibilidad en el diagnostico Detección de anticuerpos en saliva: Varios estudios han evaluado la saliva y la placa dental como posibles muestras no invasivas para el diagnóstico de H. Pylori empleando diversas técnicas Existen pruebas comerciales basadas en la detección de anticuerpos anti H. Pylori en saliva, sin embargo, los valores de sensibilidad y especificidad han sido inferiores al 90%. Por otra parte, el cultivo de la bacteria a partir de la cavidad oral pocas veces ha sido positivo. Con la técnica de PCR se han reportado buenos resultados cuando se han empleado muestras de saliva y placa dental. No obstante, dado el número de especies bacterianas que habitan en la cavidad oral muchas de ellas no identificadas aun, no se consideran confiables los resultados que se obtienen al emplear un solo juego de cebadores en el diagnostico por PCR Antígenos en heces:. La detección de antígenos de H. Pylori en heces fecales mediante técnicas Inmuno enzimáticas se ha empleado para el diagnóstico inicial de la bacteria y para confirmar la erradicación de la misma después del tratamiento. La primera desarrollada comercialmente fue el Primer Platinum HpSATM (Diagnóstico de meridianos), que contenía una mescla de anticuerpos policlonales para el reconocimiento
  • 43. 43 de los antígenos, aunque su sensibilidad es buena, la especificidad no era suficiente. Estas se sustituyeron por otras que contienen anticuerpos monoclonales las cuales muestran muy buena especificidad. Esta técnica tiene la ventaja de no ser invasiva, y por lo tanto, es muy útil para el diagnóstico de la infección en individuos de cualquier edad, sobre todo en niños. Se ha descrito como válida para establecer el diagnostico inicial, verificar la eficacia del tratamiento en las cuatro o seis semanas posteriores a su realización y comprobar la reaparición de una infección. Se trata de un ensayo cualitativo. La técnica proporciona información muy valiosa por la fácil obtención y la conservación de las muestras, se puede realizar en cualquier laboratorio de microbiología y no se necesita la colaboración del paciente. Es muy útil para niños pequeños. Las pruebas comerciales basadas en la detección de antígenos en heces fecales se ven afectados por varios factores, entre los que destaca la excreción de los antígenos muy diluidos o degradados cuando hay problemas de diarreas u obstrucciones intestinales, respectivamente, esto compromete la sensibilidad de estas pruebas. Otro aspecto que limita su uso extensivo son sus altos precios Prueba de inmunocromatográfia: Detecta a la enzima catalasa en su estado nativo en heces fecales. Fue desarrollada y empleada en el diagnóstico de la infección por H. Pylori en niños asintomáticos y personas de edad avanzada. Aunque con esta prueba se obtuvieron buenos resultados, es necesarios realizar otros estudios para corroborar su eficacia en el diagnostico Las técnicas serológicas son simples, reproducibles y económicos, pero demás, son las únicas que permiten realizar estudios epidemiológicos y determinar la prevalencia y edad de adquisición de la infección por H. Pylori, en diferentes poblaciones La limitación principal de la serología es su incapacidad para distinguir entre la infección activa y una infección previa con H. Pylori ya que los niveles de anticuerpos persisten alrededor de seis meses en sangre y esto puede determinar la obtención de falsos positivos. Por otra parte, dada la heterogeneidad de las cepas que circulan en las diferentes zonas geográficas y las variaciones en las preparaciones antigénicas de los diferentes estudios serológicos Las pruebas deben emplearse tomando en cuenta el entorno clínico de cada caso, su disponibilidad y el costo. Dx: Diagnóstico. D: Disponibilidad. S: Sensibilidad. E: Especificidad VPP Y VPN: valor de predicción positiva y negativa
  • 44. 44 EXÁMENES NO INVASIVOS Serología La resolución espontanea de la infección por H. Pylori parece ser un evento muy infrecuente. Mediante ELISA se detectan IgG o IgA dirigidas contra varios antígenos específicos de H. Pylori. La sensibilidad y especificidad superan el 90% y la erradicación de H. Pylori se asocia a una lenta pero progresiva caída en los títulos, de modo que la mayoría de las pruebas serán negativas seis meses o un año después de una erradicación efectiva. La reinfección se asocia a una nueva elevación de los títulos Pruebas en aire espirado (Breath Test) Utilizando C13 no radioactivo o C14. que puede ser leído en un contador de centelleo, se detecta la descomposición, por la ureasa del H. Pylori, de la urea marcada ingerida por el paciente. La sensibilidad y la especificidad son comparables a la serología, con la ventaja de poder confirmar la erradicación cuatro semanas después de terminada la terapia, sin necesidad de repetir la endoscopia EXÁMENES INVASIVOS Prueba de ureasa en biopsia astral Constituye el método más rápido y práctico para detectar el H. Pylori en pacientes sometidos a endoscopia. La ureasa producida por el H. Pylori convierte la urea a amonio y CO2, lo que modifica el pH del medio y provoca el cambio de color que define la reacción como positiva. Su sensibilidad y especificidad son comparables a las de los métodos anteriores. Un problema adicional lo constituye la posibilidad de falsos positivos debido a pinzas de biopsia o endoscopios contaminados Histopatología Constituye el goldstandard para definir la presencia o ausencia de H. Pylori, tiñendo la muestra con Giemsa. Debe tomarse la muestra en mucosa antral, sana, evitando la región prepilórica y la parte más baja de la curva menor. Es de utilidad en el diagnóstico inicial Cultivo Actualmente no tiene un papel importante en el diagnóstico, debido a su lentitud y a que en muchos laboratorios su sensibilidad es menor que la de la histología, aunque es útil en pacientes en los que el tratamiento no ha logrado erradicación, para evaluar la sensibilidad a los antimicrobianos y orientar la terapia posterior Reacción en cadena de la polimerasa Por su sensibilidad y especificidad podría transformarse en el método estándar futuro, aunque la ubicuidad de H. Pylori puede generar problemas por falsos positivos. La posibilidad de estudiar diversos tipos de muestras, incluyendo tejido fijado en parafina. Le abre importantes perspectivas en estudios retrospectivos y prospectivos CUADRO Comparación de estudios para H. Pylori
  • 45. 45 Existen múltiples esquemas para tratar la infección por H. Pylori, sin embargo, aún no se ha establecido un régimen óptimo. Su efectividad se ha visto reducida debido al surgimiento de cepas resistentes, así como a un mal seguimiento del tratamiento por el paciente. Anteriormente, se utilizaba una combinación de antibióticos, que incluía metronidazol, claritromicina, fluoroquinolonas, tetraciclinas y amoxicilina. Entre algunos, para erradicar infecciones por H. Pylori. Estos antibióticos, usados con frecuencia, incluían un inhibidor de la bomba de protones (IBP) o sales de bismuto. Estas combinaciones mostraron ser efectivas, con diferentes tasas de eficacia y tolerancia e la erradicación. Sin embargo, las terapias usadas, han incrementado la rápida aparición de cepas resistente de H. Pylori, así como una adherencia pobre al tratamiento Estos factores han reducido la eficacia del tratamiento a niveles menores de 80% en muchas áreas geográficas. Debido a esto se han desarrollado nuevas estrategias para remplazar la terapia triple estándar. Estas se han utilizado en áreas con una alta resistencia a claritromicina. La resistencia a amoxicilina y metronidazol ha permanecido estable, sin embargo, la resistencia claritromicina ha ido en aumento, lo que constituye en un factor de riesgo en el fracaso del tratamiento, por lo que no se recomienda como abordaje de primera línea. El levofloxacino, que se emplea con frecuencia en el tratamiento de segunda línea, es considerable, sin embargo; existen estudios realizados en diferentes países donde ya han aparecido cepas resistentes a este antibiótico. La resistencia a metronidazol es elevada y puede reducir la respuesta al tratamiento; sin embargo, puede superarse utilizando dosis y duración adecuada Esquema de tratamiento La primera terapia usada para infecciones por H. Pylori fue en jóvenes adultos menores de 45 años que presentaban dispepsia persistente, úlcera péptica, MALT en bajo grado y gastritis atrófica. Las estrategias en las pruebas y el tratamiento están basadas en la determinación y erradicación de H. Pylori cuando es detectado. Es recomendable partir de una terapia de primera línea en dos grupos grandes como en poblaciones con una baja y alta resistencia a claritromicina. Para estos grupos se acepta una resistencia a claritromicina menor de 15 a 20% Terapia triple o estándar (en áreas con baja resistencia a claritromicina). Es la terapia más recomendada como primera línea e incluye un IBP y dos antibióticos generalmente claritromicina y amoxicilina. El metronidazol puede remplazar a la amoxicilina en casos de alergia a la penicilina. Las tasas de erradicación son de 70-85%, sin embargo, en pacientes tratados recientemente o repetitivamente con claritromicina o metronidazol, o cuando la resistencia ala claritromicina es alta (>15%, la terapia cuádruple debe utilizarse como primera opción. La eficacia de este esquema ha disminuido últimamente debido a la creciente resistencia bacteriana; por ello, no se recomienda su empleo en poblaciones con tasas de resistencia a la claritromicina por encima de 15- 20% y al metronidazol mayores de 40% TRATAMIENTO
  • 46. 46 La duración de la terapia es controversial según varios estudios, estos sugieren que 14 días proporcionan una tasa de erradicación de 5% mayor que la terapia por siete días. La explicación de porque la claritromicina reduce la tasa de éxito en la terapia son relacionadas por la pobre adherencia al tratamiento por el paciente, la acidez gástrica, la densidad bacteriana, mutaciones bacterianas, y la resistencia a la droga Terapia cuádruple Se recomienda como tratamiento de segunda línea en áreas que tienen una elevada resistencia a claritromicina. Esta consiste en un IBP junto con salicilato-bismuto, metronidazol y tetraciclina. Las tasas de erradicación oscilan entre 77-95%. El inconveniente de esta terapia es su complejidad (requiere tomas cada seis y 12 horas) y la frecuencia de efectos adversos asociados así, como una menor adherencia. Recientemente se ha aprobado el uso de Pylera (Axcan Scandipharm), capsula que contiene 140 mg de subcitrato de bismuto, 125 mg de metronidazol y 125 mg de tetraciclina En general, para los pacientes en los que fracasa el tratamiento inicial con la terapia triple se recomienda la terapia cuádruple, utilizando una combinación diferente de antibióticos durante 14 días, tomando en cuenta recomendaciones como I. La claritromicina no debe utilizarse a menos que el antibiograma confirme que la cepa infectante de H. Pylori es susceptible a la claritromicina II. Los antibióticos tomados previamente deben evitarse en general, la tetraciclina puede ser más eficaz en este contexto que el metronidazol III. Se debe reforzar la adherencia al tratamiento Como pautas de la tercera línea se han propuesto combinaciones con diferentes antibióticos como le vefloxacino, rifabutina, moxifloxacino o furazolidona; estas combinaciones son para individuos en quienes han fracasado al menos dos antibióticos de primera línea I. IBP+ amoxicilina (o trindazol) 1g/12 h + levofloxacino (250-500 mg/24) durante 10- 14 días. Con índices de erradicación de 63 a 94%, con una excelente adherencia II. BP + amoxicilina 1 g/12h + rifabutina 150 mg/12 h durante 7-10 días (riesgo de mielotoxicidad) III. BP + furazolidona + levofloxacilo durante 7-10 días El segundo intento con terapia cuádruple: IBP (debe darse al doble de la dosis estándar, dos veces al día) subcitrato de bismuto (120 mg cuatroveces al día o 240 mg dos veces al día), tetraciclina (de 250 mg tres veces al día a 500 mg cuatro veces al día) y metronidazol (de 250 mg tres veces al día a 500 mg cuatro veces al día) durante 10-14 días