El documento describe una encuesta realizada para evaluar internamente las instalaciones y equipamientos de un centro educativo. La encuesta de 15 preguntas fue respondida por 20 personas y analizada. Los resultados mostraron que varias áreas como limpieza, iluminación, biblioteca y gimnasio podrían mejorarse. También se concluyó que se necesitan más respuestas y versiones modificadas de la encuesta para estudiantes, profesores y personal para obtener una evaluación más completa y continua del centro a lo largo del tiempo.
1. EVALUACIÓN INTERNA DEL CENTRO
Para acometer el proceso de evaluación interna de nuestro instituto hemos procedido, en
primer lugar, a elaborar una encuesta en línea a través del servicio de cuestionarios de
Google.
En el cuestionario nos hemos centrado en un aspecto particular, los espacios y
equipamientos del centro, y, en este último apartado, hemos incluidos unas preguntas
acerca de los medios informáticos disponibles y su grado de utilización.
La encuesta consta de quince cuestiones breves que se pueden contestar de acuerdo con
un rango numérico entre el 1 y el 4. El número 1 corresponde a la respuesta “totalmente
de acuerdo”, mientras que el número 4 es “totalmente en desacuerdo”.
Hemos alojado el cuestionario en nuestra aula virtual (este es el enlace:
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfhP65qfhqoMyJIsxPctsDImc9wQUYEAS
0Kxk2azRR0XLn2ug/viewform?usp=sf_link) y hemos procedido a realizar el análisis de
los resultados obtenidos cuando hemos llegado al número de veinte respuestas. A
continuación, se analizan los resultados pregunta por pregunta.
En la primera cuestión, “El estado general de conservación de los edificios del centro es
bueno”, una cierta dicotomía de los resultados, pues un 35 % de los encuestados están
totalmente de acuerdo frente a un 30 % de los encuestados. En los puestos intermedios (2
a 3) se hallan un 35 %, un porcentaje también importante.
En la segunda cuestión, acerca de la limpieza del instituto, podemos comprobar que los
resultados no son autocomplacientes, pues los números 4 y 5 recogen más de la mitad de
respuestas (55 %), frente un 25 % que considera que esta se encuentra en un estado
óptimo.
Respecto al espacio y la iluminación, podemos comentar que apenas un 5 % se inclina
por los peores resultados y que un 65 % se inclina por el número 2 y 3, lo que quiere decir
que sí hay algo que cambiar, si es posible, convendría reducir la ratio de alumnos.
2. En cuanto a la dotación de las aulas, un 75 % de las respuestas nos inducen a pensar que
habría que mejorarla, ya sea modernizándola o instalando nuevos medios. Tan solo un
25 % considera que están perfectamente dotadas.
El patio del instituto está amplio y cuenta con una equipación suficiente. El 40 % de las
respuestas pertenecen a la opción número 1 y solo hay tres (un exiguo 15 %) que está
totalmente en desacuerdo.
La biblioteca es otro espacio que convendría revisar, ya que un 65 % (respuestas 2 a 3)
manifiestan que no están totalmente de acuerdo con su estado actual. Los conocedores
del centro sabemos que se refieren no tanto al espacio como a su dotación.
La pregunta anterior se ve complementada con esta y, efectivamente, una pregunta
relativa específicamente a la dotación de libros y a su adaptación a todas las edades se
responde con un 80 % (respuestas 2 a 3) que consideran que habría que aumentar la
variedad de libros disponibles.
Otro espacio que convendría revisar sería el gimnasio, ya que, aunque solamente un 5,3 %
considere que no se adapta en absoluto a las necesidades de la asignatura de Educación
Física, sí hay un 68,4 % que considera que hay que introducir cambios. Estos pasarían,
con toda seguridad, por la modernización del material y de los instrumentos disponibles.
Las aulas específicas (Dibujo, Tecnología, Informática y Música) solo están
perfectamente equipadas para un 25 %, por lo que convendría analizar con calma cuáles
son las necesidades y las carencias de un espacios tan utilizados.
Algo parecido pasa con los laboratorios de Biología, Física y Química. Aunque no se usan
con la frecuencia de los espacios del punto anterior, hay un 66 % (respuestas 2 a 4) que
consideran que pueden mejorarse. Tan solo un 21,1 % considera que su estado es óptimo,
por lo que deben extremarse e incrementarse las medidas de limpieza e higiene.
3. La limpieza de los baños siempre es un asunto peliagudo en un espacio compartido por
tantas personas y de edades tan diferentes.
La cafetería solo tiene una respuesta que está en total desacuerdo, pero hay un 68,4 % de
personas que no están de acuerdo con la oferta de productos y su precio. Aquí tendríamos
un escaso margen de maniobra para el cambio, ya que consideramos que estas voces
disonantes se debe a la usual queja por la subida de precios de todos los consumidores.
En lo relativo a los medios audiovisuales a disposición de los alumnos, hay un 20 % de
respuestas que considera que no existe ningún problema, pero hay un porcentaje restante
de un 80 % que cree que sí hay posibilidades de aumento y de mejora.
La siguiente pregunta es sobre si los medios informáticos se usan habitualmente y, como
era previsible, tan solo hay un 15 % que está en total desacuerdo, por lo cual podemos
concluir que prácticamente todos los docentes los usamos en algún grado.
La última pregunta se refiere a si los medios informáticos que se utilizan son suficientes
y adecuados y, de nuevo, la gran mayoría (un 75 % entre las respuestas 2, 3 y 4) considera
que pueden y deben mejorarse.
¿Qué conclusiones podemos extraer de este cuestionario?
En primer lugar, consideramos que el número de respuestas debería incrementarse. Si
contásemos con una cifra mayor (pensemos que estamos en un instituto de algo más de
quinientos alumnos y con unos cuarenta trabajadores entre profesores, auxiliares de
control y personal de administración y servicios), podríamos establecer unas conclusiones
más claras, ya que buena parte de las respuestas están en el rango de 2 a 3, lo que muestra
cierta indiferencia.
Asimismo, deberíamos incorporar pequeños cambios en el cuestionario dirigido a
estudiantes y adultos, ya que la visión de lo que es y debe ser un instituto es muy diferente
y está sometida a un sesgo de edad bastante evidente.
4. Del mismo modo, tal vez convendría incluir cambios en el cuestionario destinado a
docentes y a personal de administración y servicios, puesto que la especialización de las
funciones conlleva una visión detallada en cuanto a ciertas necesidades específicas.
Finalmente, hay que considerar que el proceso de evaluación interna de un centro es un
proceso extendido en el tiempo y que no puede realizarse una sola vez, sino que debe
estar sometido a una continua revisión. Si este cuestionario se pasa, por ejemplo, una vez
por trimestre o una vez a principio de curso y otra a final de este, se puede comprobar
cómo muchas de estas deficiencias se han ido subsanando y cómo las carencias
disminuyen paso a paso.
Así pues, el proceso de evaluación interna es imprescindible para que el equipo directivo
pueda acometer acciones de mejora y para ser conscientes de en qué se falla y qué
aspectos deben mejorarse. En definitiva, es una visión dinámica y progresiva de la función
directiva que no solo dirige sino que evalúa, diagnostica y, si es preciso, corrige.
José Luis Garrosa Gude
ANEXOS
5. Enlace a la hoja de Excel:
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1bLqUHFIkNpUbIDV5QfwGUhLbosFA8xZiM
KzmJcen0sY/edit?usp=sharing
Enlace a gráficos:
https://docs.google.com/forms/d/1RjYaGB55TCsDtuBsLgBjttoSs31MPlbcSZZ-
HTUwLYk/edit?fbzx=-5917202297681178743#responses