Presentación de la Conferencia sobre "Inteligencia emocional para el liderazgo" dentro del Foro EMPRENDEDOR IBERO realizada el Viernes 21 de Agosto del 2015.
2. Acerca de Juan Carlos …
Ingeniero Químico de la UNAM.
Maestría en Ingeniería de Calidad de la U. Iberoamericana.
4 años como maestro de asignatura en la UNAM.
20 años en empresas multinacionales con presencia a nivel mundial.
12 años en Grupo Bimbo en el área de calidad nivel medio ejecutivo.
10 años como empresario del Network marketing (Multinivel) en AMWAY.
10 años desarrollando la inteligencia emocional propia.
3. Acerca de Juan Carlos …
Mi misión personal: desarrollar líderes que ayuden a todas
las personas a lograr sus más ambiciosas metas.
Libro “Inteligencia emocional para el liderazgo” escrito por Juan Carlos Zúñiga M.
Ventas del libro:
• palibrio.com
• amazon.com
• barnesandnoble.com
(55) 50.64.37.56
jzunimon@gmail.com
jzunimon@prodigy.net.mx
5. Inteligencia emocional
¿Qué es la … ?
Inteligencia Emocional
Es la capacidad que nos permiten percibir, comprender,
modificar y regular nuestros estados emocionales y la
de los demás.
Vergüenza, estupor, esperanza, tristeza, envidia, tranquilidad, entusiasmo,
solidaridad, enojo, serenidad, duelo, resignación, dolor, resentimiento,
desprecio, rencor, desidia, rechazo, desesperación, Interés, recelo, deseo,
rabia, prepotencia, desconsuelo, desconfianza, placer, desconcierto,
pesimismo, desánimo, pasión, desamparo, pánico, depresión, paciencia,
decepción, optimismo, curiosidad, omnipotencia, culpa, odio, congoja,
obstinación, confusión, nostalgia, confianza, miedo, compasión, mezquindad,
cólera, melancolía, celos, ira, cariño, gratitud, insatisfacción, asombro, rencor,
asco, indignación, apatía, impotencia, ansiedad, impaciencia, angustia,
hostilidad, amor, frustración, alivio, éxtasis, alegría, excitación, aburrimiento,
euforia
6. Inteligencia emocional
Emociones básicas
1. Enojo
2. Alegría
3. Miedo
4. Tristeza
5. Amor
6. Sorpresa
Conocer, manejar y regular nuestras emociones
para enfocarlas a un objetivo determinado.
7. La investigación realizada a nivel mundial por The Consortium for Research on Emotional Intelligence in
Organizations, arrojó un resultado sorprendente y vinculado a nuestro Cociente de Éxito: el mismo se
debe un 23% a nuestras capacidades intelectuales, y un 77% a nuestras aptitudes emocionales.
http://www.inteligencia-emocional.org/ 18 de Julio del 2012@15:11 hrs.
• Autoconciencia
• Autogestión
• Auto motivación
INTRAPERSONALES
• Conciencia social
• Gestión de las relaciones
INTERPERSONALES
GESTIÓN DE LA
INTELIGENCIA
EMOCIONAL
(Coeficiente
Emocional)
Inteligencia emocional
8. 1. Autoconocimiento.
El conocimiento de las propias emociones
Significa ser consciente de uno mismo, conocerse, conocer
la propia existencia y ante todo el propio sentimiento de la
vida. Es la capacidad de reconocer un sentimiento en el
mismo momento en que ocurre .
• Tener una actitud autocritica. Autoevaluación real.
• Conocer nuestros miedos, fortalezas y debilidades.
• Nombra o simbolizar nuestras emociones.
• Tener confianza en uno mismo.
• Reconocer como los sentimientos nos afectan.
¿Cómo se logra el autoconocimiento?
•Autoconciencia
•Autogestión
•Auto motivación
INTRAPERSONAL
ES
•Conciencia social
•Gestión de las
relaciones
INTERPERSONAL
ES
Inteligencia emocional
9. 2. Autocontrol.
Capacidad para manejar las emociones.
La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que
nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos
al momento. La capacidad de tranquilizarse a uno mismo,
de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la
irritabilidad y las consecuencias que acarrea su ausencia .
• Confiar en nuestras decisiones.
• Conocer nuestras responsabilidades.
• Liberar ansiedad. Respirando.
• Capacidad de concentración y de prestar atención.
• Pensar antes de hablar.
• Evitar juicios erróneos.
¿Cómo se logra el autocontrol?
•Autoconciencia
•Autogestión
•Auto motivación
INTRAPERSONAL
ES
•Conciencia social
•Gestión de las
relaciones
INTERPERSONAL
ES
Inteligencia emocional
10. 3. Automotivación.
Capacidad para motivarse a uno mismo.
Significa ser aplicado, tenaz, saber permanecer en la
tarea, no desanimarse cuando algo no salga bien, no
dejarse desalentar, ser capaz de ordenar las emociones al
servicio de un objetivo esencial.
• Tomar la iniciativa de hacer las cosas, innovar.
• Tener siempre una actitud optimista.
• Mente positiva.
• Compromiso.
¿Cómo se logra la automotivación?
•Autoconciencia
•Autogestión
•Auto motivación
INTRAPERSONAL
ES
•Conciencia social
•Gestión de las
relaciones
INTERPERSONAL
ES
Inteligencia emocional
11. 4. Empatía.
El reconocimiento de las emociones ajenas.
Es la habilidad que le permite a los individuos concebir las
carencias, emociones o dificultades de los demás,
colocándose en su lugar para corresponder
adecuadamente a sus reacciones emocionales, es decir, es
la habilidad de conocer y entender lo que siente otra
persona
• Escuchar a los demás.
• Ver las necesidades de otro.
• Ponernos en la situación de otras personas.
¿Cómo se logra la empatía?
•Autoconciencia
•Autogestión
•Auto motivación
INTRAPERSONAL
ES
•Conciencia social
•Gestión de las
relaciones
INTERPERSONAL
ES
Inteligencia emocional
12. 5. Sociabilidad.
El manejo de las relaciones.
Es la capacidad de conocer los sentimientos de otro y
actuar de una manera, que se pueda dar nueva forma a
esos sentimientos, ser capaz de manejar las emociones
del otro es la esencia de mantener relaciones.
• Tener en cuenta las normas de la buena conducta.
• Amabilidad. Siempre saludar a las personas.
• Memorizar el nombre de todos los miembros del grupo.
• Minimizar la sensación de aislamiento.
• Estar dispuesto a colaborar y a trabajar en equipo.
• Amistad y compromiso con los compañeros.
¿Cómo se logra la sociabilidad?
•Autoconciencia
•Autogestión
•Auto motivación
INTRAPERSONAL
ES
•Conciencia social
•Gestión de las
relaciones
INTERPERSONAL
ES
Inteligencia emocional
13. Inteligencia emocional
“El 10% de las cosas que te suceden están bajo tu control, el resto está en
base a tu actitud ante el hecho no controlado.”
- Consuelo Hernández -
Inteligencia
Intelectual
Inteligencia
emocional
Lógica y el raciocinio
Sentimientos y emociones
BALANCE EMOCIONAL
(Coeficiente
Emocional)
16. Liderazgo
1. Posición
La gente sigue a un líder sólo porque se le ha nombrado jefe o
líder de equipo
2. Permiso
Los colaboradores comienzan a tener confianza a un líder.
3. Producción
La gente comienza a seguir por lo que el líder ha hecho por el
equipo u organización.
4. Desarrollar personas
Los mejores líderes ayudan a desplegar el potencial de los otros
para ser líderes.
5. Personalidad
Desarrollo de personas y produce un impacto increíble por
largo PLAZO.
5 niveles de liderazgo
18. Liderazgo
HABILIDADES PARA DESARROLLAR AL LÍDER QUE ESTÁ EN
NOSOTROS
1. VISIÓN CLARA DE LOS QUE QUIERES
2. INICIATIVA (Buscar nuevos proyectos y trabajar en donde otros no lo han hecho)
3. COMUNICACIÓN CLARA Y CONCRETA (Compartir y asegurar el entendimiento)
4. ADAPTARSE A LOS CAMBIOS (ser flexible)
5. TRABAJAR EN EQUIPO (todos tenemos un rol donde mejoramos habilidades)
6. APRENDER CONTINUAMENTE (el conocimiento es parte del crecimiento)
7. DESARROLLAR GENTE Y SER COACH (líderes creando otros líderes)
8. CREAR VALOR ECONÓMICO (enfocarse al resultado de la organización)
9. PROMOVERSE A SI MISMO (difundir los logros de la organización)
20. Inteligencia emocional
para el liderazgo
El manejo de las emociones de forma
efectiva para conseguir liderar con
eficacia.
Convencer y motivar a las personas a través
de estimular las emociones, los seres
humanos que actuamos básicamente por
emociones.
Mover las emociones de la otra persona
para influenciarla de forma positiva hacia
un objetivo común.
LIDERAZGO EMOCIONAL
21. MIEDO
•Perturbación angustiosa
del ánimo por un riesgo o
daño real o imaginario.
•Recelo o aprensión que
alguien tiene de que le
suceda algo contrario a lo
que desea.
FRUSTRACIÓN
•Privar a alguien de lo que
esperaba.
•Dejar sin efecto, malograr
un intento.
•Dejar sin efecto un
propósito contra la
intención de quien procura
realizar.
ENOJO
•Movimiento del ánimo que
suscita ira contra alguien.
•Molestia, pesar, trabajo. U.
m. en pl.
•Agravio (‖ ofensa).
DEPRESIÓN
•Disminuir el volumen de un
cuerpo por medio de la
presión.
•Hundir alguna parte de un
cuerpo.
•Humillar, rebajar, negar las
buenas cualidades de alguien o
de algo. U. t. c. prnl.
•Producir decaimiento del
ánimo
CICLO EMOCIONAL DEL LÍDER
Definiciones de la RAE
EVITA Y MANEJA
Inteligencia emocional
para el liderazgo
22. INTERÉS
•Es estar con ganas de aprender más
y descubrir nuevas cosas
fascinantes. Interés viene de ser
curioso o participando en algo.
PASIÓN
•Privar a alguien de lo que esperaba.
•Perturbación o afecto desordenado
del ánimo.
•Inclinación o preferencia muy vivas de
alguien a otra persona.
•Apetito o afición vehemente a algo.
GRATITUD
•Sentimiento que nos obliga a
estimar el beneficio o favor que se
nos ha hecho o ha querido hacer, y a
corresponder a él de alguna manera.
AMOR
•Tendencia a la unión sexual.
•Blandura, suavidad. Cuidar a la persona
•Persona amada. U. t. en pl. con el mismo
significado que en sing. Para llevarle un
don a sus amores
•Esmero con que se trabaja una obra
deleitándose en ella
Definiciones de la RAE
IDENTIFICA Y CRECE
El liderazgo emocional se basa en provocar todas las
emociones correctas para influenciar a la persona y liderarla.
Para ello hay que calibrar, si bien todas las personas reaccionan
parecido a ciertos estímulos, conocer mediante el lenguaje
corporal y análisis a la otra persona te permitirá liderarla con
mucha más rapidez y efectividad.
Inteligencia emocional
para el liderazgo
CICLO EMOCIONAL DEL LÍDER
23. ENOJO.
Definiciones de la RAE
EVITA Y MANEJA
Inteligencia emocional
para el liderazgo
¿POR QUÉ ESTÁS
ENOJADO (A)?
25. • Lograr “TODO” lo que nos proponemos.PERSEVERANCIA
• Pasar todo tipo de obstáculos en el camino de lograr
lo que nos proponemos.PERSISTENCIA
• Realizar todo lo que pensamos que debemos hacer,
con consistencia y con una frecuencia determinada.DISCIPLINA
• Levantarnos todas las veces que nos derrotan en el
camino hacia nuestros logros propuestos.RESILIENCIA
Inteligencia emocional
para el liderazgo
ACTITUDES DEL LÍDER
26. LOS RESULTADOS DEL LIDERAZGO EMOCIONAL
El liderazgo emocional se basa en provocar todas las emociones correctas para influenciar a la persona y liderarla. Para ello
hay que calibrar, si bien todas las personas reaccionan parecido a ciertos estímulos, conocer mediante el lenguaje corporal y
análisis a la otra persona te permitirá liderarla con mucha más rapidez y efectividad.
PERSEVERANCIA
PERSISTENCIA
DISCIPLINA
RESILENCIA
Un buen líder en uso de su inteligencia emocional
es:
1. Empático.
2. Utiliza sus emociones positivas para
establecer relaciones interpersonales sólidas.
3. Trabaja en la construcción de la confianza
entre los miembros de su equipo.
4. Facilita la creación y mantenimiento de un
ambiente de trabajo donde se comparten
ideas, se aprende de otros, y existe una
tendencia natural a la toma de decisiones
grupales.
RESULTADOS
ACTITUDES DEL LÍDER
Inteligencia emocional
para el liderazgo
27. ZONA DE CONFORT
ACTUAL
MIEDOS
HÁBITOS Y
COSTUMBRES
CONOCIMIENTOS
EXPERIENCIAS
VALORES PROPIOS
VALORES DE LA
SOCIEDAD
VISIÓN PERSONAL
VISIÓN DE OTROS
ZONA DE APRENDIZAJE
NUEVA ZONA DE CONFORT
QUE DEBO HACER PARA SER UN LÍDER
CON INTELIGENCIA EMOCIONAL
ACTITUDES
HABILIDADES
Inteligencia emocional
para el liderazgo
28. QUE DEBO HACER PARA SER UN LÍDER CON
INTELIGENCIA EMOCIONAL
ZONA DE CONFORT
ACTUAL
MIEDOS
HÁBITOS Y
COSTUMBRES
CONOCIMIENTOS
EXPERIENCIAS
VALORES PROPIOS
VALORES DE LA
SOCIEDAD
VISIÓN PERSONAL
VISIÓN DE OTROS
ZONA DE APRENDIZAJE
NUEVA ZONA DE CONFORT
ACTITUDES
HABILIDADES
HABILIDAD: 1) Capacidad y destreza para hacer algo; 2) Cosas que
una persona ejecuta con gracia y destreza
ACTITUD: Postura del ser humano, especialmente cuando es determinada por los
movimientos del ánimo, o expresa algo con eficacia. Disposición de ánimo
manifestada de algún modo
PERSEVERANCIA
PERSISTENCIA
DISCIPLINA
RESILENCIA
HABILIDADES PARA DESARROLLAR AL LÍDER QUE ESTÁ EN
NOSOTROS
1. VISIÓN CLARA DE LOS QUE QUIERES
2. INICIATIVA (Buscar nuevos proyectos y trabajar en
donde otros no lo han hecho)
3. COMUNICACIÓN CLARA Y CONCRETA (Compartir y
asegurar el entendimiento)
4. ADAPTARSE A LOS CAMBIOS (ser flexible)
5. TRABAJAR EN EQUIPO (todos tenemos un rol donde
mejoramos habilidades)
6. APRENDER CONTINUAMENTE (el conocimiento es
parte del crecimiento)
7. DESARROLLAR GENTE Y SER COACH (líderes creando
otros líderes)
8. CREAR VALOR ECONÓMICO (enfocarse al resultado
de la organización)
9. PROMOVERSE A SI MISMO (difundir los logros de la
organización)
1. Conocer las propias emociones. La conciencia de uno mismo.
2. Manejar las emociones. Se basa en la capacidad anterior.
3. Automotivación.
4. Empatía. La capacidad para reconocer las emociones de los demás, saber qué quieren y qué
necesitan,
5. Manejar las relaciones. Esto significa saber actuar de acuerdo con las emociones de los demás y de
producir sentimientos en los demás.
1. El conocimiento de las propias emociones. El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional. Como veremos en el capítulo 4, la capacidad de seguir momento a momento nuestros sentimientos resulta crucial para la introvisión psicológica y para la comprensión de uno mismo. Por otro lado, la incapacidad de percibir nuestros verdaderos sentimientos nos deja completamente a su merced. Las personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de decidir con quién casarse o qué profesión elegir.
2. La capacidad de controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento. En el capítulo 5 examinaremos la capacidad de tranquilizarse a uno mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exageradas y de las consecuencias que acarrea su ausencia. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con las tensiones desagradables mientras que, por el contrario, quienes destacan en el ejercicio de esta capacidad se recuperan mucho más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.
3. La capacidad de motivarse uno mismo. Como veremos en el capítulo 6, el control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atencion, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional —la capacidad de demorar la gratificación y sofocar la impulsividad— constituye un imponderable que subyace a todo logro. Y si somos capaces de sumergimos en el estado de «flujo» estaremos más capacitados para lograr resultados sobresalientes en cualquier área de la vida. Las personas que tienen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en todas las empresas que acometen.
4 .El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, constituye la «habilidad popular» fundamental. En el capítulo 7 examinaremos las raíces de la empatía, el coste social de la falta de armonía emocional y las razones por las cuales la empatía puede prender la llama del altruismo. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como las profesiones sanitarias, la docencia, las ventas y la dirección de empresas.
5. El control de las relaciones. El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas. En el capitulo 8 revisaremos la competencia o la incompetencia social y las habilidades concretas involucradas en esta facultad. Éstas son las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas que sobresalen en este tipo de habilidades suelen ser auténticas «estrellas» que tienen éxito en todas las actividades vinculadas a la relación interpersonal.
1. Conocer las propias emociones. La conciencia de uno mismo.
2. Manejar las emociones. Se basa en la capacidad anterior.
3. Automotivación.
4. Empatía. La capacidad para reconocer las emociones de los demás, saber qué quieren y qué
necesitan,
5. Manejar las relaciones. Esto significa saber actuar de acuerdo con las emociones de los demás y de
producir sentimientos en los demás.
1. El conocimiento de las propias emociones. El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional. Como veremos en el capítulo 4, la capacidad de seguir momento a momento nuestros sentimientos resulta crucial para la introvisión psicológica y para la comprensión de uno mismo. Por otro lado, la incapacidad de percibir nuestros verdaderos sentimientos nos deja completamente a su merced. Las personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de decidir con quién casarse o qué profesión elegir.
2. La capacidad de controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento. En el capítulo 5 examinaremos la capacidad de tranquilizarse a uno mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exageradas y de las consecuencias que acarrea su ausencia. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con las tensiones desagradables mientras que, por el contrario, quienes destacan en el ejercicio de esta capacidad se recuperan mucho más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.
3. La capacidad de motivarse uno mismo. Como veremos en el capítulo 6, el control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atencion, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional —la capacidad de demorar la gratificación y sofocar la impulsividad— constituye un imponderable que subyace a todo logro. Y si somos capaces de sumergimos en el estado de «flujo» estaremos más capacitados para lograr resultados sobresalientes en cualquier área de la vida. Las personas que tienen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en todas las empresas que acometen.
4 .El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, constituye la «habilidad popular» fundamental. En el capítulo 7 examinaremos las raíces de la empatía, el coste social de la falta de armonía emocional y las razones por las cuales la empatía puede prender la llama del altruismo. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como las profesiones sanitarias, la docencia, las ventas y la dirección de empresas.
5. El control de las relaciones. El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas. En el capitulo 8 revisaremos la competencia o la incompetencia social y las habilidades concretas involucradas en esta facultad. Éstas son las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas que sobresalen en este tipo de habilidades suelen ser auténticas «estrellas» que tienen éxito en todas las actividades vinculadas a la relación interpersonal.
1. Conocer las propias emociones. La conciencia de uno mismo.
2. Manejar las emociones. Se basa en la capacidad anterior.
3. Automotivación.
4. Empatía. La capacidad para reconocer las emociones de los demás, saber qué quieren y qué
necesitan,
5. Manejar las relaciones. Esto significa saber actuar de acuerdo con las emociones de los demás y de
producir sentimientos en los demás.
1. El conocimiento de las propias emociones. El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional. Como veremos en el capítulo 4, la capacidad de seguir momento a momento nuestros sentimientos resulta crucial para la introvisión psicológica y para la comprensión de uno mismo. Por otro lado, la incapacidad de percibir nuestros verdaderos sentimientos nos deja completamente a su merced. Las personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de decidir con quién casarse o qué profesión elegir.
2. La capacidad de controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento. En el capítulo 5 examinaremos la capacidad de tranquilizarse a uno mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exageradas y de las consecuencias que acarrea su ausencia. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con las tensiones desagradables mientras que, por el contrario, quienes destacan en el ejercicio de esta capacidad se recuperan mucho más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.
3. La capacidad de motivarse uno mismo. Como veremos en el capítulo 6, el control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atencion, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional —la capacidad de demorar la gratificación y sofocar la impulsividad— constituye un imponderable que subyace a todo logro. Y si somos capaces de sumergimos en el estado de «flujo» estaremos más capacitados para lograr resultados sobresalientes en cualquier área de la vida. Las personas que tienen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en todas las empresas que acometen.
4 .El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, constituye la «habilidad popular» fundamental. En el capítulo 7 examinaremos las raíces de la empatía, el coste social de la falta de armonía emocional y las razones por las cuales la empatía puede prender la llama del altruismo. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como las profesiones sanitarias, la docencia, las ventas y la dirección de empresas.
5. El control de las relaciones. El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas. En el capitulo 8 revisaremos la competencia o la incompetencia social y las habilidades concretas involucradas en esta facultad. Éstas son las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas que sobresalen en este tipo de habilidades suelen ser auténticas «estrellas» que tienen éxito en todas las actividades vinculadas a la relación interpersonal.
1. Conocer las propias emociones. La conciencia de uno mismo.
2. Manejar las emociones. Se basa en la capacidad anterior.
3. Automotivación.
4. Empatía. La capacidad para reconocer las emociones de los demás, saber qué quieren y qué
necesitan,
5. Manejar las relaciones. Esto significa saber actuar de acuerdo con las emociones de los demás y de
producir sentimientos en los demás.
1. El conocimiento de las propias emociones. El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional. Como veremos en el capítulo 4, la capacidad de seguir momento a momento nuestros sentimientos resulta crucial para la introvisión psicológica y para la comprensión de uno mismo. Por otro lado, la incapacidad de percibir nuestros verdaderos sentimientos nos deja completamente a su merced. Las personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de decidir con quién casarse o qué profesión elegir.
2. La capacidad de controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento. En el capítulo 5 examinaremos la capacidad de tranquilizarse a uno mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exageradas y de las consecuencias que acarrea su ausencia. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con las tensiones desagradables mientras que, por el contrario, quienes destacan en el ejercicio de esta capacidad se recuperan mucho más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.
3. La capacidad de motivarse uno mismo. Como veremos en el capítulo 6, el control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atencion, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional —la capacidad de demorar la gratificación y sofocar la impulsividad— constituye un imponderable que subyace a todo logro. Y si somos capaces de sumergimos en el estado de «flujo» estaremos más capacitados para lograr resultados sobresalientes en cualquier área de la vida. Las personas que tienen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en todas las empresas que acometen.
4 .El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, constituye la «habilidad popular» fundamental. En el capítulo 7 examinaremos las raíces de la empatía, el coste social de la falta de armonía emocional y las razones por las cuales la empatía puede prender la llama del altruismo. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como las profesiones sanitarias, la docencia, las ventas y la dirección de empresas.
5. El control de las relaciones. El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas. En el capitulo 8 revisaremos la competencia o la incompetencia social y las habilidades concretas involucradas en esta facultad. Éstas son las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas que sobresalen en este tipo de habilidades suelen ser auténticas «estrellas» que tienen éxito en todas las actividades vinculadas a la relación interpersonal.
1. Conocer las propias emociones. La conciencia de uno mismo.
2. Manejar las emociones. Se basa en la capacidad anterior.
3. Automotivación.
4. Empatía. La capacidad para reconocer las emociones de los demás, saber qué quieren y qué
necesitan,
5. Manejar las relaciones. Esto significa saber actuar de acuerdo con las emociones de los demás y de
producir sentimientos en los demás.
1. El conocimiento de las propias emociones. El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional. Como veremos en el capítulo 4, la capacidad de seguir momento a momento nuestros sentimientos resulta crucial para la introvisión psicológica y para la comprensión de uno mismo. Por otro lado, la incapacidad de percibir nuestros verdaderos sentimientos nos deja completamente a su merced. Las personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de decidir con quién casarse o qué profesión elegir.
2. La capacidad de controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento. En el capítulo 5 examinaremos la capacidad de tranquilizarse a uno mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exageradas y de las consecuencias que acarrea su ausencia. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con las tensiones desagradables mientras que, por el contrario, quienes destacan en el ejercicio de esta capacidad se recuperan mucho más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.
3. La capacidad de motivarse uno mismo. Como veremos en el capítulo 6, el control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atencion, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional —la capacidad de demorar la gratificación y sofocar la impulsividad— constituye un imponderable que subyace a todo logro. Y si somos capaces de sumergimos en el estado de «flujo» estaremos más capacitados para lograr resultados sobresalientes en cualquier área de la vida. Las personas que tienen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en todas las empresas que acometen.
4 .El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, constituye la «habilidad popular» fundamental. En el capítulo 7 examinaremos las raíces de la empatía, el coste social de la falta de armonía emocional y las razones por las cuales la empatía puede prender la llama del altruismo. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como las profesiones sanitarias, la docencia, las ventas y la dirección de empresas.
5. El control de las relaciones. El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas. En el capitulo 8 revisaremos la competencia o la incompetencia social y las habilidades concretas involucradas en esta facultad. Éstas son las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas que sobresalen en este tipo de habilidades suelen ser auténticas «estrellas» que tienen éxito en todas las actividades vinculadas a la relación interpersonal.
1. Conocer las propias emociones. La conciencia de uno mismo.
2. Manejar las emociones. Se basa en la capacidad anterior.
3. Automotivación.
4. Empatía. La capacidad para reconocer las emociones de los demás, saber qué quieren y qué
necesitan,
5. Manejar las relaciones. Esto significa saber actuar de acuerdo con las emociones de los demás y de
producir sentimientos en los demás.
1. El conocimiento de las propias emociones. El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional. Como veremos en el capítulo 4, la capacidad de seguir momento a momento nuestros sentimientos resulta crucial para la introvisión psicológica y para la comprensión de uno mismo. Por otro lado, la incapacidad de percibir nuestros verdaderos sentimientos nos deja completamente a su merced. Las personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de decidir con quién casarse o qué profesión elegir.
2. La capacidad de controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento. En el capítulo 5 examinaremos la capacidad de tranquilizarse a uno mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exageradas y de las consecuencias que acarrea su ausencia. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con las tensiones desagradables mientras que, por el contrario, quienes destacan en el ejercicio de esta capacidad se recuperan mucho más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.
3. La capacidad de motivarse uno mismo. Como veremos en el capítulo 6, el control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atencion, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional —la capacidad de demorar la gratificación y sofocar la impulsividad— constituye un imponderable que subyace a todo logro. Y si somos capaces de sumergimos en el estado de «flujo» estaremos más capacitados para lograr resultados sobresalientes en cualquier área de la vida. Las personas que tienen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en todas las empresas que acometen.
4 .El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, constituye la «habilidad popular» fundamental. En el capítulo 7 examinaremos las raíces de la empatía, el coste social de la falta de armonía emocional y las razones por las cuales la empatía puede prender la llama del altruismo. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como las profesiones sanitarias, la docencia, las ventas y la dirección de empresas.
5. El control de las relaciones. El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas. En el capitulo 8 revisaremos la competencia o la incompetencia social y las habilidades concretas involucradas en esta facultad. Éstas son las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas que sobresalen en este tipo de habilidades suelen ser auténticas «estrellas» que tienen éxito en todas las actividades vinculadas a la relación interpersonal.
1. Conocer las propias emociones. La conciencia de uno mismo.
2. Manejar las emociones. Se basa en la capacidad anterior.
3. Automotivación.
4. Empatía. La capacidad para reconocer las emociones de los demás, saber qué quieren y qué
necesitan,
5. Manejar las relaciones. Esto significa saber actuar de acuerdo con las emociones de los demás y de
producir sentimientos en los demás.
1. El conocimiento de las propias emociones. El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional. Como veremos en el capítulo 4, la capacidad de seguir momento a momento nuestros sentimientos resulta crucial para la introvisión psicológica y para la comprensión de uno mismo. Por otro lado, la incapacidad de percibir nuestros verdaderos sentimientos nos deja completamente a su merced. Las personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de decidir con quién casarse o qué profesión elegir.
2. La capacidad de controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento. En el capítulo 5 examinaremos la capacidad de tranquilizarse a uno mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exageradas y de las consecuencias que acarrea su ausencia. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con las tensiones desagradables mientras que, por el contrario, quienes destacan en el ejercicio de esta capacidad se recuperan mucho más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.
3. La capacidad de motivarse uno mismo. Como veremos en el capítulo 6, el control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atencion, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional —la capacidad de demorar la gratificación y sofocar la impulsividad— constituye un imponderable que subyace a todo logro. Y si somos capaces de sumergimos en el estado de «flujo» estaremos más capacitados para lograr resultados sobresalientes en cualquier área de la vida. Las personas que tienen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en todas las empresas que acometen.
4 .El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, constituye la «habilidad popular» fundamental. En el capítulo 7 examinaremos las raíces de la empatía, el coste social de la falta de armonía emocional y las razones por las cuales la empatía puede prender la llama del altruismo. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como las profesiones sanitarias, la docencia, las ventas y la dirección de empresas.
5. El control de las relaciones. El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas. En el capitulo 8 revisaremos la competencia o la incompetencia social y las habilidades concretas involucradas en esta facultad. Éstas son las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas que sobresalen en este tipo de habilidades suelen ser auténticas «estrellas» que tienen éxito en todas las actividades vinculadas a la relación interpersonal.
1. Conocer las propias emociones. La conciencia de uno mismo.
2. Manejar las emociones. Se basa en la capacidad anterior.
3. Automotivación.
4. Empatía. La capacidad para reconocer las emociones de los demás, saber qué quieren y qué
necesitan,
5. Manejar las relaciones. Esto significa saber actuar de acuerdo con las emociones de los demás y de
producir sentimientos en los demás.
1. El conocimiento de las propias emociones. El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional. Como veremos en el capítulo 4, la capacidad de seguir momento a momento nuestros sentimientos resulta crucial para la introvisión psicológica y para la comprensión de uno mismo. Por otro lado, la incapacidad de percibir nuestros verdaderos sentimientos nos deja completamente a su merced. Las personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de decidir con quién casarse o qué profesión elegir.
2. La capacidad de controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento. En el capítulo 5 examinaremos la capacidad de tranquilizarse a uno mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exageradas y de las consecuencias que acarrea su ausencia. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con las tensiones desagradables mientras que, por el contrario, quienes destacan en el ejercicio de esta capacidad se recuperan mucho más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.
3. La capacidad de motivarse uno mismo. Como veremos en el capítulo 6, el control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atencion, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional —la capacidad de demorar la gratificación y sofocar la impulsividad— constituye un imponderable que subyace a todo logro. Y si somos capaces de sumergimos en el estado de «flujo» estaremos más capacitados para lograr resultados sobresalientes en cualquier área de la vida. Las personas que tienen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en todas las empresas que acometen.
4 .El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, constituye la «habilidad popular» fundamental. En el capítulo 7 examinaremos las raíces de la empatía, el coste social de la falta de armonía emocional y las razones por las cuales la empatía puede prender la llama del altruismo. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como las profesiones sanitarias, la docencia, las ventas y la dirección de empresas.
5. El control de las relaciones. El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas. En el capitulo 8 revisaremos la competencia o la incompetencia social y las habilidades concretas involucradas en esta facultad. Éstas son las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas que sobresalen en este tipo de habilidades suelen ser auténticas «estrellas» que tienen éxito en todas las actividades vinculadas a la relación interpersonal.
1. Conocer las propias emociones. La conciencia de uno mismo.
2. Manejar las emociones. Se basa en la capacidad anterior.
3. Automotivación.
4. Empatía. La capacidad para reconocer las emociones de los demás, saber qué quieren y qué
necesitan,
5. Manejar las relaciones. Esto significa saber actuar de acuerdo con las emociones de los demás y de
producir sentimientos en los demás.
1. El conocimiento de las propias emociones. El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional. Como veremos en el capítulo 4, la capacidad de seguir momento a momento nuestros sentimientos resulta crucial para la introvisión psicológica y para la comprensión de uno mismo. Por otro lado, la incapacidad de percibir nuestros verdaderos sentimientos nos deja completamente a su merced. Las personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de cuáles son sus sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de decidir con quién casarse o qué profesión elegir.
2. La capacidad de controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento. En el capítulo 5 examinaremos la capacidad de tranquilizarse a uno mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exageradas y de las consecuencias que acarrea su ausencia. Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con las tensiones desagradables mientras que, por el contrario, quienes destacan en el ejercicio de esta capacidad se recuperan mucho más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.
3. La capacidad de motivarse uno mismo. Como veremos en el capítulo 6, el control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atencion, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional —la capacidad de demorar la gratificación y sofocar la impulsividad— constituye un imponderable que subyace a todo logro. Y si somos capaces de sumergimos en el estado de «flujo» estaremos más capacitados para lograr resultados sobresalientes en cualquier área de la vida. Las personas que tienen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en todas las empresas que acometen.
4 .El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, constituye la «habilidad popular» fundamental. En el capítulo 7 examinaremos las raíces de la empatía, el coste social de la falta de armonía emocional y las razones por las cuales la empatía puede prender la llama del altruismo. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como las profesiones sanitarias, la docencia, las ventas y la dirección de empresas.
5. El control de las relaciones. El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas. En el capitulo 8 revisaremos la competencia o la incompetencia social y las habilidades concretas involucradas en esta facultad. Éstas son las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas que sobresalen en este tipo de habilidades suelen ser auténticas «estrellas» que tienen éxito en todas las actividades vinculadas a la relación interpersonal.