El documento describe cuatro tipos de saberes que se utilizan en la docencia: 1) saberes disciplinarios, que son conocimientos de diversos campos definidos por la institución; 2) saberes profesionales, que surgen de la experiencia laboral y el contexto; 3) saberes curriculares, que se transmiten a través de la formación de profesores y cubren objetivos, contenidos y métodos; y 4) saberes experienciales, que se desarrollan a través de la práctica y la articulación entre ciencia y enseñanza.