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Haydée Nodelis
El test de Bender
Haydée Nodelis es Doctora en
Psicología Clínica. Está a cargo del Área de
Psicología en los Consultorios externos de Hospital
Municipal Braulio A. Moyano. Desarrolla
actividades docentes: Titular de Psicología 1
para la Carrera de especialistas en Psiquiatría de
Adultos, 2da. Cát. Fac. de Medicina, U.B.A.
Titular de cursos sobre psicodiagnóstico.
Gobierno de la Ciudad y A.A.P. en los
hospitales B. Moyano y T. Borda.Titular de la
materia de posgradoTest de Bender, Facultad
de Psicología, U.B.A. (1996).
Ha publicado en esta editorial los libros
«El test de Bender. Psicosis, demencias y otros
cuadros. Una guía práctica» (1995) yTest de
Inteligencia deWechsler. Diagnósticos
diferenciales (1997). Escribió ensayos en revistas
especializadas.Este texto es una síntesis de
la experiencia de la autora en la práctica
de un test. Se trata de la prueba de Bender,
un instrumento notablemente útil para la
evaluación clínica y el perfeccionamiento de
los diagnósticos difer�nciales.
Toda profundización de sus usos y alcanc;;es
resulta siempre alentadora y promisoria.
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El test de Bender
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Diseño de tapa: Hermanos García
Diagramación de interior: Mari Suárez
© 2000 by Editorial Atuel
Dean Funes 743 A
1231 - Buenos Aires - Argentina
Telefax 5411 4931-6542
editoriaJatuel@hotmail.com
En coedición con:
Catálogos Editora
Av. Independencia 1860
1225 - Buenos Aires - Argentina
Telefax 5411 4381-5708/5878/4462
www.catalogosedit.com.ar
E-mail: catalogos@ciudad.com.ar
ISBN 987-9006-6-X
Se prohíbe la reproducción total o parcial de este libro,
a través de medios ópticos, electrónicos, químicos,
fotográficos o de fotocopias, sin la previa autorización
por escrito de los editores.
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
Impreso en Argentina / Printed in Argentina
PROLOGO
i
Numerosos son los problemas que se presentan en la
diaria asistencia, tanto para los médicos, como para los
psicólogos y otros trabajadores de la Salud Mental, ya
que, a pesar del constante avance en la comprensión de
las causas biológicas y sociales de las enfermedades men­
tales, éstas siguei;-i siendo siempre un desafío a la sagaci­
dad del clínico. Mayor importancia reviste este asunto en
lo que se refiere al diagnóstico preciso de cada caso parti­
cular y especialmente sus consecuencias médico-legales.
El perfeccionamiento de la herramienta clínica es y se­
guirá siendo en este sentido, la columna vertebral sobre
la que se apoya el abordaje a ese fenómeno tan caracterís­
ticamente humano, que es el paciente psiquiátrico. Con el
paso del tiempo, el test de Bender se ha afirmado como
una de esas herramientas clínicas que contribuyen a la
mayor objetividad y precisión de los diagnósticos, y toda
profundización de sus usos y alcances, resulta siempre
alentadora y promisoria.
Conozco a H. Nodelis desde hace muchos años y me
consta su eficacia y su larga experiencia con la prueba de
Bender, y que además de su uso práctico, ha desarrollado
la metodología y la ha enriquecido con una enorme ca­
suística, producto de los años de tarea hospitalaria. Su cu­
riosidad y perseverancia en el campo psicodiagnóstico no
siempre justamente valorado por sus propios colegas,
amplía los méritos de su esfuerzo.
Por las razones aquí expuestas, creo que este libro ha
de ser un aporte muy valioso y un buen ejemplo de lo
que se logra cuando la gente de experiencia se esfuerza
7
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por unir la tarea diaria con la curiosidad intelectual y
científica. Le deseo lo mejor. Valga este reconocimiento
para la Dra. Haydée Nodelis y para todos los psicólogos
que trabajan en la atención de pacientes mentales en los
Establecimientos Neuropsiquiátricos.
Dr. Néstor F. Marchant
Dtor. del Hospital Braulio A. Moyana
8
PALABRAS DE LA AUTORA
Esta obra es producto de una pasión. Intenta sintetizar
e integrar los conceptos fundamentales de L. Render y de
otroscontinuadores de suobra-en particular deM. Mutt­
con mi propia experiencia clínica a lo largo de quince años
de dedicadas observaciones.
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Quiero expresar mi gratitud en forma muy especial al (
Dr. Ricardo Pardal, por sus inestimables aportes y suge- (
rendas de contenido y de estilo. (
Asimismo, agradezco al Dr. Juan Carlos Goldar, con (
quien trabajé durante cinco fmctíferos años; al Dr. Nico- (
lás Peyceré, por haberme escuchado sabiamente; a mis (
compañeros del Servicio de Consultorios Externos del (
Hospital Municipal BraulioA. Moyano, por su estímulo y (
aliento permanentes. (-
Finalmente, deseo reconocer lailimitadaconfianza, gen- (
tileza y respeto de mi amigo de siempre, Horacio García, (
sin quien este libro no hubiera podido ser realidad. (
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Mayo de 2000
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l. Desarrollo histórico de la prueba de Bender
"La necesidad 110 es tanto de más tests,
como de una mejor y más completa utilización
de los ya existentes..."
E. M. Koppitz
Para comenzar, recordamos aquí que las nueve figuras
que comprenden el conjunto de estímulos del test gestál­
tico de L. Bender, tal como hoy se conocen han sido selec­
cionadas de entre las figuras que fueron utilizadas por
Wertheimer en sus estudios de las funciones psíquicas
(1923). L. Bender se interesó en el uso de estos dibujos co­
mo forma de explorar condiciones de maduración per­
cepto-motoras y condiciones patológicas. A tal efecto, uti­
lizó nueve dibujos, llamando al primero "A" por conside­
rarlo introductorio (al menos en el comienzo) y a los otros
numerados del "1 al 8". La autora decía que solamente
los dibujos A, 3, 7 y 8 se asemejaban a los usados por
Wertheimer pues los otros fueron modificados por ella
(Bender, 1963) ya sea para acentuar ó para simplificar al­
gún rasgo gestáltico básico. En 1946, Bender publicó su
manual para el uso clínico del test y permitió que se edi­
taran las formas que son las que hoy se utilizan.
Hutt, en 1945, habría comenzado a desarrollar un uso
proyectivo del test al cual Bender en principio se opuso.
Con el tiempo fue aún más marcada la discrepancia de la
autora sobre este uso ya que no lo consideraba objetivo.
Hutt quiso hacer hi!)-capié especialmente en la relación
entre los factores percepto-motores y la personalidad,
mientras que la intención original de Bender era explorar
el desarrollo de la inteligencia infantil y aplicar la prueba
también al estudio de los desórdenes cerebro-lesionales
(afasias; demencia paralítica; síndromes post-traumáti-
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cos; etc.) y de diversos síndromes clínicos: esquizofre­
nias; psicosis maníaco-depresivas; psico-neurosis; oligo­
frenias; etc.
Desde entonces y hasta la actualidad han sido nume­
rosos los estudios publicados, tanto sobre el uso proyec­
tivo como no-proyectivo del test y se han desarrollado
ambos aprovechamientos de la prueba. Algunos autores,
como Billingslea (1948); Kitay (1950); Pascal (1950);
Suttel (1951); trataron de efectuar mediciones objetivas
de la prueba. Ciertas mediciones globales, como por
ejemplo la desarrollada por Pascal y Suttel que puede
discriminar entre neuróticos y psicóticos ó las medicio­
nes de Hain (1964) y Mosher (1965) que discriminaron
"orgánicos" de "no orgánicos", tienen relativa utilidad
clínica. Paralelamente desde 1950 han aparecido investi­
gaciones sobre el uso proyectivo del test. Siguiendo la lí­
nea de M. Hutt, Suczek y Klopfer, investigaron el valor
simbólico de las figura� que fueron presentadas a un
grupo de estudiantes para el método de asociación libre.
Hammer (1955) descubrió valores psicosexuales relati­
vos a cada figura y trabajó estos hallazgos aislando índi­
ces de sensibilidad fálica, sentimientos de castración y
reacciones y defensas, etc.
La postura que he intentado desarrollar a lo largo de
mi fluída experiencia clínica ha sido la de lograr una inte­
gración del uso proyectivo y no proyectivo, tratando de
privilegiar la presencia ó ausencia de signos como indica­
dores (uso no proyectivo) y exaltando el valor de los mis­
mos. Para presérvar esta postura es indispensable efec­
tuar una adecuada categorización de los signos cuya vali­
dez y confiabilidad permita un acertado diagnóstico clíni­
co y una evaluación de condiciones pronósticas que debe­
rán correlacionarse (si el análisis es correcto) con otros de­
terminantes y evidencias de la bateria administrada (fe­
nómeno de convergencia de los signos).
14
Las correlaciones posibles, entre conductas, defensas,
estructura de personalidad y diagnóstico clínico-psiquiá­
trico, salvando en algunos casos y asimilando en otros,
diferencias etimológicas, permitirá un marco integrador
indispensable para una adecuada hipótesis de trabajo.
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Capítulo 11
CONSIDERACIONES GENERALES E
INSTRUCCIONES PARA LA APLICACION
DELA PRUEBA
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II.1. La entrevista inicial. Modalidad. Objetivos.
Límites de la entrevista. Influencia de la entrevi�ta
en los resultados.
Resulta conveniente efectuar una entrevista inicial, in-
troductoria a la administración específica de la !prueba,
cuya modalidad dependerá de la experiencia clínica de
cada entrevistador y de los criterios con los cuales se ma­
neje. En lo personal, sostengo la conveniencia de que la
misma sea breve y tenga en consideración los siguientes
objetivos:
l. Recabar datos personales vitales y clínicos sobre el en­
trevistado.
2. Permitir.que el entrevistado logre un mínimo de con­
fianza.
3. Disminuir el grado de ansiedad situacional.
Es corriente que los psicólogos poco experimentados
sobrevaloren este aspecto del proceso psicotécnico, en de­
trimento del proceso propiamente dicho, e intenten cons­
truir hipótesis apriori sin considerar los hallazgos surgi­
dos a través de los indicadores del test. En este sentido,
sugiero no prolongar la entrevista verbal más allá de lo
necesario, en especial en sujetos neuróticos ó en patolo­
gías donde los efectos movilizantes suelen contaminar los
resultados al agregar un montante de angustia y/ó ansie­
dad no controlada. Establecer una relación adecuada an­
tes del test elevará las aspiraciones ó motivaciones del su­
jeto, garantizando los resultados. En cuanto a los efectos
transferenciales que pudieran surgir ó presentarse, voy a
considerarlos en otro apartado (ver: "El fenómeno trans­
ferencial en la toma del test") ya que merecen una consi­
deración especial.
19
Los datos recogidos mediante la entrevista, deberán
complementarse con los obtenidos en la experiencia psi­
cotécnica y lograr lo que se denomina "fuerza de conver­
gencia de signos".
Los entrevistadores que, por falta de entrenamiento ó
confianza en las pruebas prolonguen la entrevista verbal,
minimizan el valor de los resultados y no utilizan dicha
prueba como significante gráfico que brinda valiosos ele­
mentos de diagnóstico y pronóstico. En este sentido, tan­
to la entrevista inicial como las entrevistas de administra­
ción de pruebas deben considerarse -en sentido estric­
to- entrevistas diagnósticas, en las cuales el examinador
deberá abstenérse de utilizar recursos que son propios de
entrevistas terapéuticas como: la escucha y la atención
flotantes; los señalamiento.s; las interpretaciones y las
construcciones. Y para delimitar aún más claramente el
encuadre es conveniente explicitar al sujeto que se trata
de entrevistas diagnósticas y a los fines de aplicación de
los tests, dependiendo el número de las mismas de otro
aspecto que es la planificación: general de la batería. Cabe
agregar que, a los efectos experimentales, también puede
efectuarse la entrevista a posteriori, sea libre, pautada o
semi-pautada.
20
Il.2 Descripción de las figuras. Características
de los materiales.
Voy a describir a continuación, brevemente, lé.5 carac­
terísticas de cada una de las figuras (estímulos) que com­
ponen la prueba de Hender:
(A)
>
Figura A: A esta configuración se la reconoce como for­
mada por dos figuras contingentes, que son un círculo
que mantiene una relación tangencial con un cuadrado
romboidal. Cada una de ellas representa una "gute ges­
talt". Basadas en las leyes de cerramiento y buena forma.
(1)
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Figura 1: Sucesión de puntos en sentido horizontal.
Construída sobre.el empleo del punto; sucesión; horizon­
talidad; semejanza y proximidad.
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Figura 2: Tres seriesde paralelas de redondeles con obli­
cuidad en sentido verticéll. Patrones implícitos: semejan­
za; proximidad; empleo del redondel; horizontalidad;
oblicuidad.
(3)
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• • •
• •
•
Figura 3: Figura angular construída con puntos. Consti'."
tuída por tres ángulos de lados paralelos y un solo punto
inicial ó final. Los vértices de los ángulos están construí­
dos sobre una línea horizontal ideal, el número de los
puntos de los lados va disminuyendo de a uno, &i k
construcción es de derecha a izquierda y aumentando s;
es de izquierda a derecha. Leyes que la rigen: igualdad;
proximidad; puntos numéricamente en aumento progre­
sivo; angulación; simetría; paralelismo entre lados.
22
(4)
Figura 4: Se percibe como dos unidades determinadas
por el principio de la organización geométrica ó interna;
Una figura poligonal abierta en la parte superior cons­
truída por treslados iguales, tocada en el vértice derecho
por una curva compleja. Obedece a las leyes de buena
forma y destino común.
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Figura 5: Visualizada como un círculo incompleto ó pun­
tos en forma de arco abierto en la parte inferior, con un
trazo recto inclinado �onstituído por una sucesión de pun­
tos que parten de la·zona superior derecha del arco y se
dirigen oblicuamente. hacia arriba e inclinados hacia la de­
recha. Rigen losmismosprincipios que parala figura A.
23
Figura 6: Formada por dos líneas sinusoidales que se
cortan. La primera horizontal. La segunda oblicua que
corta a la primera. Leyes de igualdad; destino común;
oblicuidad; ondulación.
(7)
Figura 7: Dos configuraciones compuestas por las mis­
mas unidades. Polígonos hexagonales que se entrecru­
zan oblicuamente en la parte superior. Patrones visuales
de: proximidad; cerramiento; entrecruzamiento con obli­
cuidad.
24
(8)
Figura 8: Prevalece el principio de la continuidad de las
formas. Polígono hexagonal, cuya base y lado opuesto
son paralelos y más extensos que los lados laterales. Los
lados paralelos hacen tangencia con dos vértices- de un
rombo interno. Leyes de: cerramiento; buena forma; an-
gularidad; simetría; tangencia.
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11. 3 Selección de los materiales. Técnicas de
administración. Indicaciones. Procedimientos:
uso psicométrico y proyectivo.
La prueba consta de nueve tarjetas (ver punto 2). El
entrevistador colocará cada una de ellas de modo que la
bélse de las mismas quede en forma horizontal al borde
superior de la hoja de prueba. La entregará al entrevista­
do de a una por vez, y dejará apilado el resto. Asimismo,
constatará que la superficie donde el sujeto trabaje sea es­
table y no presente rugosidades que puedan malograr la
ejecución. Los materiales que se ofrecen son: 1) lápiz; 2)
hojas blancas sin líneas (dos) que deben colocarse en po­
sición vertical. No se facilitará goma de borrar ó regla.
Es. fundamental, explicita� a continuación la consigna
en forma breve y clara; por ejemplo de la siguiente forma:
"yo le voya mostrar nueve tarjetas de a una por vez y us­
ted tratará de copiar el dibujo en un papel lo mejor que
pueda". Estimo conveniente explicitar el número total de
tarjetas a los efectos de que el sujeto organice su espacio
de prueba.
Suele ocurrir que los sujetos manifiesten su incapacidad
para el dibujo ó expresen no tener condiciones para ello. En
estos casos se los invita a realizarlos de la mejor manera po­
sible verbalizando que no es un test dehabilidad artística.
Con respecto a las técnicas de administración conoci­
das es importante considerar que éstas tendrán relación
con los objetivos que el psicotécnico se plantee para la
prueba y que estarán basadas en las necesidades del exa­
minado ó de quien haya solicitado el test. En este sentido,
podemos determinar dos tipos de procedimientos: un uso
proyectivo y un uso psicométrico.
Con relación a la primera forma mencionada hay que
precisar que para una adecuada instrumentación proyec-
26
tiva se deberán utilizar los elementos, consigna y fase de
administración lo menos estructurado y específico que
sea posible. Siguiendo aquí, la técnica desarrollada por
Hutt, el proceso de administración se divide en tres mo­
mentos: fase de copia; fase de elaboración y fase de aso­
ciación en el caso de uso proyectivo. No se indica ál suje­
to cuántos dibujos deberá copiar. Simplemente se colocan
las tarjetas apiladas con los dibujos hacia abajo para que
el examinado pueda ver que hay varias. Se le brinda la
consigna general y no se le dan sugerencias a respuestas
excepto la.de repetir la consigna ó agregando alguna fra­
se como: "hágalo como usted prefiera". Hutt, recomienda
dar una sola hoja de prueba y sugiere que se utilice lápiz
y goma de borrar a los efectos de lograr una constatación
de las diferencias de presión como indicadores de: ansie­
dad; frustración en la tarea; etc. La fase de elaboración
permitirá determinar hipótesis sobre· la personalidad del
examinado. En esta fase se apartan los dibujos realizados
por el sujeto y se le vuelven a mostrar las figuras del test
de a una por vez indicándole en este momento que puede
modificar el dibujo a su voluntad. Se le extiende para ello
un block de papel para que lo use a su criterio. Se tendrá
en cuenta si copia nuevamente según el modelo y se lo
considera válido para extraer nuevas evidencias. Se po­
drán observar tendencias creativas ó bien la falta de la
misma, rasgos compulsivos si copia fielmente; elementos
de regresión que pudieren aflorar u otros contenidos que
escapan al control del sujeto (fantasías inconscientes). Los
pacientes cerebro-lesionales mostrarán en cambio sus di­
ficultades proyectadas en algún aspecto del dibujo cons­
tatando la utilidad ;del método (segun Hutt). En un tercer
momento, se solicita al sujeto que asocie ante las tarjetas
originales y las elaboraciones efectuadas por él. Y se le
pregunta qué le sugiere cada una. Se anotan las asociacio­
nes del dibujo original y de las elaboraciones consignán-
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dose con una (O) para las primeras respuestas y con una
(E) para las segundas respectivamente. Todos estos datos
constituyen el material obtenido para efectuar la interpre­
tación proyectiva. Así como la fase de copia utiliza los re­
cursos objetivos, ésta se basa en los conceptos utilizados
para toda hipótesis proyectiva.
A fin de establecer la segunda forma, es decir, la utili­
zación del test como instrumento psicométrico, es necesa­
rio que las condiciones resulten lo más estructuradas y
específicas que sea posible. Bender, por ejemplo, sugería
la posición vertical de las hojas (ésto es así en tanto ésta es
la posición corriente en que se colocan las hojas para es­
cribir ó dibujar). Otros autores no hacen hincapié en este
aspecto. Byrol (1950) utilizó para sus investigaciones una
sola hoja. Hutt dice que presentar el block de papel pue­
de enfrentar al sujeto con una elección posible: usar una
hoja; dos ó más revelando este factor aspectos importan­
tes de cómo maneja el entrevistado su espacio vital, es de­
cir como lo estructura. Pero dar una hoja y mantener el
block colocado enfrente tiene laventaja de que este aspec­
to puede ser evaluado en el espacio que se le brinda. Mi
experiencia me ha demostrado, la necesidad-de dar pau­
tas estructuradas que permitan establecer un uso "stan­
dard" y lo más objetivo posible. Sostengo así, la conve­
niencia de mantener la consigna tradicional; dar dos ho­
jas para la prueba y no facilitar goma de borrar pues el
uso de la misma modifica el registro espontáneo que -a
mi entender- es de alto valor diagnóstico.
28
11.4. Observaciones durante la toma. Lo que debe ser
tenido en cuenta. Eventualidades dentro de la toma del
test. Salvedades. Características consideradas normales.
Equivocaciones. Variaciones en la ejecución dentro de
la normalidad.
Teniendo en cuenta lo desarrollado en el punto ante­
rior, comenzaré por manifestar que -según mi experien­
cia- un mejor aprovechamiento de la prueba se logra utili­
zando en forma integrada los factores psicométricos y
proyectivos, administrando los materiales, asimismo, en
una sola fase de copia. En aquellos casos que considero
conveniente efectuar una re-toma (sea de una figura ó de
varias) lo hago en hoja aparte y luego de finalizada la se­
cuencia completa del test. Un ejemplo que suele motivar
una re-toma es la necesidad por parte del entrevistador
de corroborar si el sujeto puede ó no rectificar determina­
do signo considerado patológico desde el punto de vista
de esta prueba. Es necesario hacer la re-toma a posteriori
a los efectos de no "empastar" el protocolo, pues en los
casos en que no se cuente con las anotaciones del exami­
nador durante la administración pueden surgir errores de
interpretación (una figura repetida puede ser un buen
ejemplo para la confusión, ya que puede considerarse co­
mo una forma de perseveración si no se constata que se
trató de una indicación de re-toma). Asimismo, permitirá
verificar si hay alguna imposibilidad debida a causas or­
gánicas ó por el contrario si estamos en presencia de fac­
tores ocasionales y transitorios como pueden ser la falta
de "training" por parte del entrevistado en el uso de los
materiales (es el caso: de pacientes que tienen un largo
tiempo de hospitalización con los cuales es recomendable
realizar un fogueo previo mediante el dibujo libre; etc.).
En otros casos, se trata de las dificultades del sujeto para
enfrentar una tarea nueva (que hacen a características de
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personalidad); ó bien a las expectativas del examinado en
cuanto a los resultados ( en el caso de psicotécnicos para
fines laborales); al clima en el cual se trabaja; ó a conoci­
mientos previos con respecto a la prueba, etc. Hay asimis­
mo, otros factores que pueden incidir en los resultados,
como son: edad del examinado; coeficiente intelectual;
grado de instrucción; etc., factores que deben ser tenidos
en cuenta en el momento de efectuar la evaluación de los
signos.
He seleccionado a continuación, algunos de los ele­
mentos a considerar de una gi:an cantidad de conductas
que suelen evidenciar _los sujetos durante la fase de copia.
Descarto la ansiedad y la desconfianza, pues considero
que son variables fácilmente controlables. En cambio, es
importante considerar el grado de fatiga que pueden ma­
nifestar, por ejemplo los pacientes con patologías orgáni­
cas. La fatiga suele incrementar las perturbaciones viso­
motoras. Personalmente, sostengo que si etsujeto desea
continuar con la prueba a pesar de las dificultades debe
administrarse en forma completa. Es el sujeto -en estos
casos- el quedefinirá la suspensión ó no. Mi experiencia
me ha indica1o que, en general, cuando la variable está
adecuadamente identificada (es decir, que no se confunde
con tendencias oposicionistas ó inhibición) los sujetos se
esfuerzan en continuar y acompañan sus ejecuciones con
expresiones de impotencia ó dificultad (Piotrowski,
Rorschach). Es diferente la postura que adopto frente a
un sujeto que manifiesta una actitud agresiva con conno­
taciones de oposicionismo y/ó negativismo. En estos ca­
sos, la conducta del entrevistador debe_ser firme y decidi­
da intentando lograr un registro, aún con las dificultades
obvias generadas por tal situación. Estas actitudes suelen
expresarse como descalificación hacia los materiales ó
bien hacia el entrevistador. Recuerdo el caso de una pa­
ciente psicótica con una prolongada hospitalización, que
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me dijo: "usted es una psicóloga deficiente y estos dibu­
jos son unos mamarrachos". A continuación, destruyó su
hoja de prueba y se retiró. Se trata, claro está de un caso
extremo, y no es lo habitual.
Cuando estamos en presencia de sujetos inhibidos, por
el contrario, es importante evaluar el grado de inhibición
que presentan y para ello es fundamental el registro de
cada detalle (por ejemplo, forma de tomar el lápiz en el
caso de sujetos perplejos que suelen mantenerlo �móvil
y en posición vertical a la hoja de prueba y cuyos movi­
mientos están tan restringidos que pueden quedarse en
esa posición por espacio de largos minutos; el tiempo de
ejecución suele entonces ser muy prolongado hasta la im­
posibilidad parcial ó total de lograr la ejecución).
Asimismo debe consignarse cualquier alteración de la
hoja como de las tarjetas. Esta modificación debe acompa­
ñarse además con la indicación-por parte·del examinador
de volver a colocar a la posición correcta. Si persistiera el
signo deberá anotarse interpretando el significado de la
repetición.
Cuando el examinado debe volver a realizar cualquie­
ra de las figuras aduciendo "no me salió bien" ó "puedo
repetirla" se procede como he descripto en este mismo
apartado para los casos de re-toma, aclarándole que fina­
lizada la secuencia de la prueba podrá volver a ejecutar la
figura en cuestión.
La insistencia en el uso de goma de borrar 6 regla tam­
bién debe consignarse como parte de las observaciones
pues nos mostrarán interesantes aspectos de personali­
dad (es el caso de sujetos ansiosos; con tendencias.fóbicas
u obsesivas; con gran montante de inseguridad. La nece­
sidad de borrar la he observado también en depresivos
que intentan remediar lo que consideran que no les ha sa­
lido bien y podría ser un buen ejemplo del mecanismo de
reparación desde otra perspectiva interpret&tiva).
31
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He tratado de considerar las conductas más usuales
del examinado y para finalizar este punto agregaré que
también se deben anotar las verbalizaciones espontáneas
y analizar luego su posible significación (por ejemplo, un
sujeto mientras ejecuta correctamente las figuras realiza
elaboraciones verbales sobre cada una de ellas; otro utili­
za ese espacio para hablar de sus inseguridades proyecta­
das en la prueba, etc.). También deben registrarse otros
elementos propios de la ejecución, por ejemplo: si es dies­
tro ó zurdo; si cuenta los puntos, ó los recuenta y cuántas
veces lo hace; si procede en forma impulsiva; en qué par­
tes de cada figura mostró dificultades; el movimiento de
las líneas que traza; qué dirección toman; si hubo algún
tipo de bloqueo especial en alguna figura; si bosqueja las
líneas artísticamente; el tiempo empleado; si mostró satis-
: facción ó insatisfacción; si hubo rotaciones de figuras, de
tarjetas ó de la hoja de prueba.
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11.5. El fenómeno transfere:n.cial en la toma deltest.
Etimológicamente, transferencia viene de "transferir",
que significa "poner" ó "colocarl/algo en otro u otros; en
este caso, afectos y emociones ligados básicamente a las
relaciónes tempranas ó primarias. La transferencia se pro­
duce en todos los vínculos humanos, y en especial en
aquellos que son complementarios (ej: maestro-alumno;
terapeuta-paciente). En sentido estricto, consideraré bre­
vemente algunos efectos transferenciales que pudieren
producirse durante el proceso psicotécnico. Así la prácti­
ca clínica permite comprobar que los mismos no determi­
nan ó inciden en los resultados. Para ello, es fundamental
establecer desde el comienzo una distancia adecuada (di­
sociación operativa), con explicitación de los límites de
las entrevistas, que deberán encuadrarse a los fines de
una buena toma. Asimismo, he confirmado que -,-en ge­
neral- los sujetos no oponen resistencias a la administra­
ción de las pruebas, excepto en aquellos casos en los cua­
les se evidencian características paranoides que suelen
manifestarse como: reticencia; oposicionismo; críticas a
los materiales ó al examinador. Cuando se recabe infor­
mación sobre la sintomatología; historia vital; etc. es fun­
damental no efectuar señalamientos ni introducir al suje-
. to en una entrevista verbal tratando de recoger elementos
mediante este método por. deficiencias de índole técnicas
que sí generan efectos transferenciales difíciles luego de
disolver.
Una psicóloga residente de primer año me interrogó
una vez sobre los motivos por los cuales -en general­
nunca trabajo psicoterapeútlcamente con los pacientes a
los cuales administro-un psicodiagnóstico y le respondí
que desde el comienzo aclaro el alcance de las entrevistas.
En otra oportunidad, me manifestó su desconcierto por
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una paciente que le fue derivada.para tratamiento psico­
terapéutico a continuación de haberle administrado un
psicotécnico. Se encontraba I?teoC1:1pada por el hecho de
que la paciente hablara continuamente de los tests consi­
derando que se trataba de un� "experiencia traumática".
__Examinando el relato de su caso, se·pudo observar que la
terapeuta, sin saberlo, estaba identificada contra-transfe­
... rel}cialmente con la paciente en este lugar, depositando la
· resistencia al análisis de la historia de la sujeto a través
del elemento discursivo verbal, en las pruebas efectuadas
con ella antes de iniciar dicho análisis, en vez de locali­
zarla en el relato verbal. Es decir: "el problema son los
tests" y no "ahora empieza lo difícil que es hablar de mi
historia". Probab.leme�te, la terapeuta inexperta, no estu­
viera realm�nte conyencida del valor ó del alcance de las
pruebas y no pudo desarticular -· por identificación- la
resistencia de_ la paciente, porque en el fondo sentía igual
que ella, 6 se s�ntía culpable por haberla tomado en trata­
miento luego de administrarle el test.
Precisamente, otro punto a considerar, es el de lá des­
calificación de los materiales por parte del paciente (lo
· cual no invalida la continuación de la toma). Es impor­
tante en estos casos, consignar como observaciones du­
rante la toma, estos elementos, pues formarán parte de la
convergencia de signos. No siempre los· sujetos rechazan
los materiales, en ocasiones, los alaban como una forma
de seducción y de .control "omnipotente" para aplacar
ansiedades y temores. Como se ha visto arriba, por otro
lado la descalificación de la prueba por el propio técnico
(sobre todo por la gente joven que la aprende como parte
de su formación y· no por su propio convencimiento ó
por curiosidad) puede llevar a situaciones contratransfe­
renciales como la descripta arriba. Es necesario tomar la
metodología con objetividad ó al menos, reconocer los
propios prejuicios. (Sobre todo en nuestro medio, donde
34
muchas veces se minimiza el valor de las pruebaJ psico-
técnicas).
Es casi infinita la variedad de avatares que pueden pre­
sentarse en un vínculo tan singular como es el que se esta­
blece en el encuentro psicotécnico. Además de los,efectos
ya mencionados consideraré algunos otros que suelen re­
petirse y que son importantes de considerar en el momen­
to de la evaluación son comunes, por ej.: el temor a some­
terse a la prueba (por fantasías ligadas al miedo a la locura
que pueda descubrirse ó manifestarse). Colocar al profe­
sional en el lugar de supuesto-saber (según la fórmula la­
caniana) y amo absoluto (shamán ó mago) pretendiendo
que le sea develada una profunda verdad. (Mostrando a
posteriori, decepción; enoj.o ó idealización hacia la figura
del examinador). El desgano que se observa a ve·ces, pue­
de atribuirse a diferentes causas: "lo mandan" a.hacerse
los tests; necesita el estudio para determinado fin; es una
cuestión sine-qua-non para aprobar un ingreso. Este des­
gano, puede también estar asociado a la expresión; "ésto
no me sirve para nada"; "yo necesito otra cosa"; "no sé
porque vengo"; "no entiendo porque me mandan a hacer
ésto". El intento de manejar al examinador de diferentes
modos, exponiendo su necesidad de que el resultado sea
positivo (en el caso de pericias por tenencia de hijos; in­
demnizaciones por daños y perjuicios). Descalificar al
profesional llamando la atención sobre algún aspecto ó
detalle de su físico ó personalidad (una paciente me seña­
ló en una ocasión que estaba despeinada ese día; otra me
criticó el uso de una falda muy corta; recuerdo casos en
que me han alabado por mi belleza; obsequiado golosinas;
etc). Las críticas pr�vias sobre los materiales debido a te­
ner conocimiento sobre los mismos (sea por haber efectua­
do la prueba anteriormente 6 por ejercer alguna profesión
afín) como fue el caso de una directora de escuela que uti­
lizaba y conocía el uso del test y expresó: "¡Yo, haciendo el
35
Bender; no puedo creerlo!". Otros efectos pueden estar
confundidos ó mezclados con algún detonante particular
de la historia del sujeto. Una paciente concurrió a la entre­
vista angustiada; llorando y expresó su preocupación por
haber sido golpeada por su esposo. Dijo no saber cómo re­
tornar a su casa. Fue preciso contenerla afectivamente y
permitir que manifestara sus sentimientos y emociones
hasta que ella misma pidió efectuar la prueba a pesar de
mi sugerencia en el sentido de diferir la administración
para otra cita. Si ésto no fuera posible y las circunstancias
exigieran concretar la toma deberá procederse con fran­
queza estableciendo los límites adecuados.
En una oportunidad un sujeto enviado por un juez con
motivo de estar tramitando un juicio de divorcio contra
su esposa me increpó e insultó diciendo que él no iba a
someterse a ningún examen porque no estaba loco. Le
respondí que podía retirarse sin efectuar la prueba, de lo
cual daría debida cuenta al juzgado en el informe pericial.
Se calmó y pidió disculpas mostrando características pa­
ranoides de personalidad (marcada desconfianza) y te­
mores a ser diagnosticado como demente.
Hay múltiples formas de manipular al examinador,
por ejemplo, mostrando la necesidad de ser escuchado, lo
cual debe considerarse atentamente. Recuerdo que un pa­
ciente llegó fuera de horario; no se anunció como lo hacen
habitualmente los pacientes en un servicio hospitalario y
se enojó cuando hice pasar a otro primero. Luego, tomó
asiento y al intentar abordarlo a través del test, me pre­
guntó "¿no vamos a conversar? ¡Ah, yo creía que venía
para eso!". Se sintió molesto aunque luego realizó la tarea
pero manteniendo activo cierto recelo por la "demanda
insatisfecha".
Diferente es el caso de un sujeto que llega espontánea­
mente relatando algún episodio de su vida ó explayándo­
se sobre su historia en la entrevista previa como señal de
36
entrega y deseo de ser ayudado. En estos casos, suelo to­
marme el tiempo necesario para escucharlos (sin quebrar
los límites del encuadre en cuanto a la abstinencia de ver­
balizar señalamientos e interpretaciones).
Cuanto más altas son las motivaciones del examinado
ó cuanto mayor seá el"rapport" que establezcamos con él
mejor serán los resultados, asegurando un buen desarro­
llo, que permita una base sólida para la posterior inter­
pretación. Por último, si tenemos en cuenta la nobleza del
material en lo que hace a sus características no amenaza­
doras (como pueden serlo otros tests proyectivos (por ej:
T.R.O.; Rorschach), y el hecho de ser un estímulo no ver­
bal facilita aún más el éxito.
La falta de motivaciones en el examinador, así como la
inexperiencia de los mismos (señalada en párrafos ante­
riores) pueden viciar ó contaminar el proceso y generar,
sí, molestos efectos transferenciales. Creo haber dado un
panorama si bien no completo por lo menos abarcativo
de gran variedad de situaciones de transferencia.
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;II,6 El signo y su valor.
No es mi intención efectuar aquí un desarrollo ex­
haustivo del concepto de signo (que por otra parte ya ha
sido hecho por autores como Ducrot, Todorov y otros)
sino realizar un breve análisis y a los efectos de estable­
cer los límites del signo gráfico que específicamente nos
ocupa.
Existen diferentes clases de signos y estructuras que se
le parecen y deben delimitarse aquí. Debe distinguirse el
signo de algunas entidades semejantes. Algunas escuelas
han pretendido reducir el signo a una señal. La señal pro­
voca determinada 1eacción que no implica ninguna rela­
ción de significación. Otra distinción problemática es la
establecida entre signo y síntoma ó signo natural. El sín­
toma es un signo que es parte constituyente del referente;
por ejemplo; la fiebre es un síntoma de enfermedad (sig­
no-referente).
San Agustín propone en una de las primeras teorías
sobre el signo: "un signo es algo que, además de la espe­
cie abarcada por los sentidos, hace que otra cosa acuda
por sí sola al pensamiento".
Desde esta perspectiva ¿el signo será acaso algo que
está en lugar de otra cosa y la reemplaza? Ducrot y Todo­
rov definen el signo como una entidad que: 1) puede ha­
cerse sensible y 2) para un grupo determinado de usua­
rios señala la ausencia en sí misma. La parte del signo
que puede hacerse sensible se llama, para Saussure, " sig­
nificante" (sgte.), la parte ausente se llama "significado"
(sgdo.) y la relación q1.1e mantienen entre ambas, "signifi­
cación". Quien dice signo debe aceptar la diferencia entre
sgí·e. y sgdo. (presencia y ausencia).
38
Señal.
El signo es a la vez una señal y viceversa: originaria­
mente doble. Debemos considerar dos aspectos comple­
mentarios del sgdo. El primero es vertical y en los ejes del
planteo de Saussure nos es revelado como la relación nece­
saria que el sgdo. tiene con el sgte. Es lo que le falta al sgte.
. y queda aludido por él. El segundo, que podríamos repre­
sentar como horizontal con el mismo sistema, consiste en
la relación de ese sgdo. con todos los demás significados
en el interior de un sistema de signos (El sistema de signos
que analiza Saussure es el del lenguaje). Es necesario dis­
tinguir asimismo la significación de la función referencial
(denotación). La denotación no se produce entre sgte. y sg­
do. sino entre el signo y un referente, es decir el objeto real:
"no es la secuencia sonora ó gráfica m�zana, sino la pala­
bra (el signo mismo) "manzana" unida a las manzanas rea­
les". Debe distinguirse también la significación de la repre­
sentación, que es la aparición de una imagen mental en el
usuario de los signos. Tanto la denotación como la repre­
sentación son casos particulares de un uso más general del
signo que se ha dado en llamar: simbolización. Por ejem­
plo; la palabra "llama" significa "llama" pero simboliza pa­
sión ó deseo (exceso de significado sobre el significante).
Signo verbal y no verbal.
Desde ya que el signo no es forzosamente lingüístico.
Las señales camineras son también signos.
El lenguaje verbal participa de algunas características,
como son: se trata de un sistema complejo (conjunto de
signos). Presupone la existencia de la significación y com­
porta ciertas propiedades específicas:
a) Puede empleárselo para hablar de las palabras mismas
que lo constituyen y con más razón aún, de otros siste-
39
�u�v UC .:>11:,llOS,
b) Puede producir frases qw: rechazan tanto la denota­
ción como la representaci<',n, por ejemplo: mentiras.
c) Las palabras pueden utiliz�rse en un sentido del cual
la comunidad lingüística no tiene conocimiento pre­
vio, haciéndolo conocer gracias al contexto (por ejem­
plo el empleo de metáforas originales).
Cuando sólo se hallan presentes las dos primeras con­
diciones puede hablarse de sistema de signos. Cuando
sólo la primera está presente, se hablará de código (así, la
música es un código) la mayoría de los sistemas significa­
tivos que nos rodean son mixtos: son a la vez códigos, sis­
temas de signos, sistemas simbólicos; pero ninguno posee
las propiedades del lenguaje. Por el hecho de pertenecer a
un sistema, el signo adquiere dimensiones que no pueden
observarse cuando se lo considera aisladamente. Por un
lado, el signo entra en relaciones paradigmáticas con
otros signos, puede comprobarse que dos signos son
idénticos ó diferentes, que el uno incluye ó excluye al
otro, que el uso implica ó presupone el otro, etc. Pierce
define a esta propiedad de los signos verbales como inter­
pretante ó de ''conocimiento colateral". Estas relaciones
paradigmáticas que permiten la interpretación forman
parte de lo que Saussure llama valor, y Hjelmslev, forma
del contenido; Ducrot lo llama interpretación.
También he observado una diferencia entre el signo
mismo y el uso individual que se hace de él. Peirce opone
el signo-tipo y el signo-ocurrencia. El número total de las
palabras de un texto nos da el número de los signos-tipo.
Por fin, al entrar en una frase el signo-ocurrencia sufre
modificaciones internas: puede combinarse con ciertos
signos y no con otros. Podemos llamar significancia a este
aspecto del signo que le permite entrar en el discurso y
combinarse con otros signos.
40
Benveniste ha observado que el lenguaje verbal es f't
único que posee los dos aspectos simultáneament�. Los
elementos constitutivos de los demás códigos, por ejem­
plo, están dotados (de un simulacro) de significación: asi
los tonos musicales se combinan sin ciertas reglas preci­
sas, pero no forman paradigmas. Al contrario, los ele­
mentos constitutivos de los sistemas de signos diferentes
del lenguaje verbal entran en una relación de interpre-
tancia, pero no de significancia.
Semiología Clínica.
Apartándonos ya definitivamente de la lengua .como
sistema de signos, la semiología clínica (del griego,
'semeion': signo) utiliza como su fundamento la lectura
de signos-(hechos objetivables).
El signo gráfico (que es el que utiliza el test de Bender)
es resultado de una acción que ocurre en el momento de
la ejecución en el seno de la estructura del sistema nervio­
so. Incluye simultáneamente los aspectos sensoriales, pro­
pioceptivos, gnósticos y práxicos del acto de ejecución
gráfica. La prueba gráfica, no obstante deja registrados,
solamente los efectos motores de esta dinámica (rasgos)
pero no debe olvidarse que ésto es una resultante de pro­
cesos mixtos, combinados (senso-motores). El signo gráfi­
co es una evidencia más de tales efectos porque todas las
manifestaciones del individuo (el lenguaje, las praxias, el
pensamiento, etc). participan de este carácter significante
ó sea que pueden ser interpretados.
El signo y su valor en el Bender.
El test de Bender trabaja con signos gráficos que son
evidencias indirectas que sirven para operar con síndro­
mes y en muchos casos no alcanzan a constituirse en co-
41
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sas tan concretas como una lesión ó una enfermedad aun­
que es bien conocida la utilidad de esta prueba en la prác­
tica clínica especialmente por su idoneidad para detectar
con bastante precisión la existencia de "factores cerebro­
lesionales".
Los signos a que se refiere el actual trabajo son de diver­
sa procedencia: en primer lugar los signos descriptos por
L. Bender. En segundo término signos descriptos por otros
autores, continuadores que desarrollaron el uso del test,
como por ejemplo: Hutt; Koppitz; etc. En tercer lugar, sig­
nos que según mi experiencia he incluido y considerado.
Es mi opinión, que la "validez" y "copfiabilidad" de
un diagn.óstico clínico, debiera basarse en por lo menos
dos condiciones. Una de ellas se refiere a la claridad-y p·o­
d(?r de convicción de un signo. La otra, a la presencia de
signos que se refuerzan mutuamente. Según mis observa­
ciones, el grado de confianza en un signo aislado, eviden­
te, sobre cuya base puede iluminarse el diagnóstico y/ó
pronóstico, aumenta con la experiencia clínica del psico­
técnico (casi diría es condición sine-qua-non). Los signos
que se refuerzan entre sí pueden apoyar su valor en dife­
rentes instrumentos ó pruebas como son : la convergencia
entre tests; la observación de la conducta; de la historia
clínica (antecedentes personales; familiares) y del examen
ó exámenes complementarios.
Otra cuestión a considerar es la fluctuación de signos
de. una toma a otra. para ello es importante que se evalúe:
a) signos que se mantienen b) signos que no se mantienen
en el re-test.
Con respecto al punto a) estos signos brindan mayor
certeza al diagnóstico. La fluctuación de los mismos, en
canbio, puede corresponder a motivos diferentes, a saber:
1 .
1) ilto monto de ansiedad situacional transitoria (especí­
fica de la situación de prueba que puede movilizar
42
tendencias ó contenidos arcaicos que suelen ceder a
una mejor integración en la re-toma).
2) Correcta comprensión de la consigna. Falta de "trai­
ning"; tiempo de hospitalización prolongado. Este
último, puede producir grados de bloqueo para lo cual
es conveniente verificar primero si están presentes es­
tos aspectos ó variables y permitir al entrevistado un
fogueo previo (indicarle por ejemplo que escriba su
nombre, etc.).
3) La abundante ingesta de psicofármacos: hipnóticos;
. neurolépticos; antidepresivos; pueden producir mer­
mas en los resultados (por ejemplo en pacientes agu-
dos). Se sugiere re-test.
4) Evolución del caso y seguimiento por parte del psico-
técnico, ya que no resulta posible equiparar una psico­
sis aguda a una neurosis con elementos reactivos ó a
un cuadro terminal esquizofrénico.
Despejando correctamente las variables expuestas, es.:.
taremos en condiciones de establecer signos esenciales ó
primarios de otros secundarios ó sobreagregados ó so­
breconformados por los elementos considerados.
Esta categorización de los signos permite utilizarlos
como indicadores de patología.
43
Capítulo 111
CONSIDERACIONES SEMIOLOGICAS
YCLINICAS
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III.1 Indicadores específicos del test. Su interpretación.
A) Ordenamiento de la secuencia:
Se refiere al grado de regularidad en las sucesivas co­
locaciones de los dibujos en la ó en las hojas de prueba. El
orden esperable en nuestro medio es de arriba hacia abajo
y de izquierda a derecha. Pueden ocurrir diferentes orde­
namientos, a saber:
a) Normal y/ó plástico:
Con ligeras variaciones en la secuencia, sigue una
sucesión regular y ordenada. (Ver casos 1 y 4).
b) Rígido ó estereotipado:
El ordenamiento en este caso suele ser compulsivo. Es­
te signo indica una falta de plasticidad en las conductas.
(Ver caso 5).
c) Confuso y/ó caótico:
Las figuras están colocadas arbitrariamente sin orden
ni plan aparente. Esto suele ser indicativo de algún tipo de
trastorno del pensamiento y/ó posible signo de confusión.
(Ver casos 11 y 21).
B) Ubicaciónde la primerafigura:
Este factor es valioso como indicadOl' del lugar que
ocupa el sujeto frente al medio. En otros términos, podría
ser considerado como una proyección del Yo en relación
al mundo:
a) Colocación normal y/ó "standard":
47
La figura entera queda ubicada dentro del tercio supe­
rior de la hoja y ]a distancia con respecto a los bordes ó
cantos no debe ser inferior a 2,5 cm. (Ver casos 1 y4).
b) Colocación en el margen izquierdo superior:
Comprende cualquier posición ubicada dentro de una
pulgada del borde de la hoja. Indica: timidez; temor; ais­
lamiento.
c) Colocación en el centro de ]a hoja:
Siendo éste el caso (generalmente esta posición suele
estar acompañada por un significativo aumento en el ta­
maño de la figura) puede correlacionarse con modos de
conducta egocéntrica y/ó narcisística. (Ver caso 56).
d) Otras co]ocaciones:
Posiciones atípicas:
La figur.a se ubica en el margen superior derecho ó infe­
rior izquierdo ó derecho. Tanto Bender como Hutt conside­
ran que la presencia de este signo indicaría un marcado de­
sajuste de la personalidad, aunque hay que destacar que es­
te factor no ha sido adecuadamente tipificado (seguramen­
te por la escasa cantidad de veces que puede observarse es­
te signo en la práctica). Según mi experiencia personal, es­
tas posiciones atípicas se producen en forma aislada, a ve­
ces se asocian con una secuencia también atípica (como por
ejemplo; ir colocando las figuras de abajo hacia arriba ó al­
terar la secuencia en forma de zig-zag). En los casos que tu­
ve oportunidad de observar siempre se correspondía con la
presencia de un "factor traumático" (exógeno ó endógeno u
orgánico). Por ejemplo: el caso 77 muestra reproducciones
de una joven de 19 años que sufrió un accidente por atrope­
llamiento que le produjo secuelas estéticas y daño psicoló­
gico, éste comprobado mediante convergencia de signos a
través de otros tests como Rorschach y Phillipson. Esta
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convergencia evidenció un trauma psicológico que operó
cambios en las características previas de personalidad.
Otros casos estudiados por mí fueron los de sujetos aban­
donados por sus parejas ó que sufrieron un marcado im­
pacto emocional. Se presentó también en un sujeto zurdo
que había sido dado de baja en su condición de transportis­
ta y al cual se le exigieron pruebas psicotécnicas. Curiosa­
mente en su historia personal había antecedentes de una si�
tuación traumática, pues había perdido a su esposa y tres
hijos en un accidente automovilístico. Otros casos fueron
por causas pre-natales y peri-natales. (Ver casos 78; 80 y 81).
C) Tiempos de ejecución:
Se refiere a la duración global de la prueba. Puede ser:
a) Normal:
La secuencia completa se efectúa dentro de un lapso ge-
neralmente no mayor a los veinte minutos. (Ver caso 3).
b) Enlentecida:
El tiempo de ejecución, en estos casos, se encuentra
dilatado ó marcadamente prolongado. Puede extenderse
de veinte a treinta minutos ó más. Indica: restricción de
movimientos y según mi observación personal: "adheren­
cia" al estímulo evidenciando componentes epileptoides
ó "glichroides" de personalidad. Esta reducción ó debili­
tamiento del impu]so motor suele presentarse en cuadros
de inhibición y/ó depresión de diversa índole etiológica.
(Ver caso 36).
c) Acelerada:
El tiempo de ejecución es rápido ó acentuadamente rá-
pido. Indica: falta de planeamiento y autocrítica y lo he
considerado como una fuga del estímulo. Este factor pare-
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ciera relacionarse desde la conducta con: tendencias hacia
la pérdida de control; irritabilidad y clínicamente puede
apreciarse en: distimias; epilepsias; trastornos de la perso­
nalidad y en euforias y/ó manías. (Ver casos 59 y 60).
CH) Uso del espado:
Una adecuada estimación del espacio es indicadora de
maduración percepto-motora; inteligencia y buen: ajuste
emocional de la personalidad. Permite determinar, asi­
mismo, la capacidad de adaptación y orientación del suje­
to con respecto al mundo. Hay diferentes modos de utili­
zar el espacio, a saber:
a) Expansión:
-Indica conducta hostil ó extravertida, rebelde. (Ver ca­
so 60)..
b) Compresión:
Indica pasividad, introversión, tendencias esquizoides,
hostilidad encubierta. (Ver caso 80).
c) Fluctuación entreexpansiónycompresión:
Probable modo de conducta ambivalente (por ejemplo;
acercamiento y rechazo ó evitación).
D) Uso del margen:
Este fenómeno se refiere a la colocación de cualquier fi-.
gura ó porción de ella a menos de 1,75 cm. de los bordes
de la hoja de prueba. Indica: intensa ansiedad encubierta y
necesidad de buscar apoyo en factores externos. También
se ha. observado la presencia de este signo en pacientes le­
sionales; interpretándose como un intento compensatorio
para mantener el control y reducir sentimientos de impo-
so
tencia. (Se trata en estos casos de unuso anormal que ---en
general- involucra a todas 6 casi todas las fj.guras).
E) Movimiento de la linea:
La <:Urección esperada en nuestro medio para figuras
cerradas (círculo, hexágono) es lo que se ha denominado
"eh sentido contrario a las agujas delreloj". De arriba ha­
cia abajo y de adentro hacia afuera. Quedan exceptuados
de esta clasificación los sujetos zurdos. Las desviaciones
del movimiento pueden describirse de la siguiente forma:
a) Dirección centrífuga:
De izquierda a derecha. Tendencias de la personalidad
normales. Condiciones de.seguridad y autonomía. (Ver
caso 3).
b) Dirección centrípeta:
De derecha a izquierda. Evidencia egocentrismo; re-
gresión; oposicionismo. (Ver caso 80).
c) Combinada y/ó fluctuante.:
Se refiere a cualquier cambio en la típica dirección. Es-
tas alteraciones suelen ser repentinas 6 inesperad�s e in­
dican algún tipo de bloqueo ligado al sentido simbólico
de la figura y puede representar un intento de exteriori­
zar tendencias conflictivas de la personalidad y/ó un in­
tento de elaboración de las mismas. (Ver Caso 81).
d) Cambio de arribahacia·abajo:
Introversión. Inmadurez. Depresión; Ej.: porción recta
de la Fig, 5.
e) Cambiode abajohacia arriba: ·
Extroversión. Madurez. Ej.: curva sinusQidal de la Fig. 4.
51
f) Cambio en el /Jsentido de las agujas del reloj"
Tendencias oposicionales. Pasivas y egocéntricas.
g) Cambio en el "sentido contrario de las agujas del reloj":
. Adaptación normal de la personalidad.
F) Ca.ra.cterísticas de la línea:
Hay diferentes tipos de líneas ó trazos a saber:
a) Trazo repasado:
Se refiere a un segundo intento de reproducción de una
figura ó parte de una figura. La actitud meticulosa, auto­
crítica, en ocasiones unida a una falta de plan anticipado
pueden producir repaso ó tendencias al mismo. Este fenó­
meno, también es indicador de alto monto de ansiedad.
b) Trazo bosquejado:
Se refiere al retoque de una línea ó de una unión. El
bosquejo tiende a reproducciones que son inferiores en
cuanto al logro y que a veces distorsionan la gestalt. Este
factor podría estar relacionado con sentimientos de ina­
decuación con intentos compensatorios. (Se debe distin­
guir aquí el bosquejado artístico que se enlaza a repro­
ducciones bien logradas).
c) Trazo saltativo ó en "spikes":
Como su nombre lo indica, es un trazo irregular. Indi­
cador de patología comicial.
G) Tono de la línea:
Se considera en este factor la presión ejercida para la
ejecución del trazo, considerando las siguientes variantes:
52
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a) Líneaspesadas acompañadas de incoordinación motora:
Constituyen signos de ansiedad y/ó agresividad
orientadas hacia el exterior (Yo-Mundo).
b) Líneas débiles ó finas:
Ansiedad internalizada, inhibida ó desorganización
(Yo-Sí mismo); (Yo-Cuerpo).
c) Incoordinación �otora:
Se refiere a irregularidades, desigualdades y temblores
(finos) en la característica de la línea. Sugiere incoordina­
ción motora de fundamento neurológico, indica también
alto monto de ansiedad.
d) Línea miscelánea:
Pequeños trazos que tienen como producto final una
gestalt malograda.
e) Línea ondulada:
Inestabilidad en la coordinación motora y.en la perso­
nalidad (por factores orgánicos y/ó emocionales).
f) Líneas "guía" y/ó separación entre figuras:
In_dicador de rasgos compulsivos, fobias, inseguridad,
dependencia.
H) Rotación de la tarjeta y/ó de la hoja:
Se refiere a cambios en la posición de la tarjeta y/ó de
la hoja de prueba. La rotación puede ser de: 45º
ó menos
(leve); de 90º
(moderada) ó de 180º
(severa). Indica: obsti­
nación, características oposicionistas ó negativismo; algo
de egocentrismo; tendencias al manejo del estímulo que
se corresponden con conductas caprichosas y/ó manipu­
lación. (Ver caso 48).
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Observación: Las rotaciones de este tipo.pueden ate­
nuarse y ocurrir con menor frecuencia si se colocan tanto
la tarjeta como la hoja alineadas de modo que sus ejes
comparados sean coincidentes.
I) Rotación de lafigura y/óde una parte de lafigura:
.Se considera rotación de la figura ó de una parte de la
misma siempre que la tarj�ta y la hoja estén colocadas en
posición original. Los grados de rotación en el "sentido del
reloj" se asocian con elementos depresivos. La rotación de
figuras en sentido II
contrario al del reloj" con rasgos oposi­
cionistas. Las rotaciones pueden ser de grado: leve (45°
);
moderado (90º
); ó grave ó seve�o (180°
). Debe considerarse
no.sólo el grado de rotación sino también la frecuencia del
fenómeno en tÍn protocolo. Excluimos aquí factores como
son la edad; el coeficiente intelectual; etc. por razones ob­
vias pues en niños pequeños este fenómeno es considerado
normal (por razones orgánicas de maduración) y también
en sujetos cuyo nivel de inteligencia está por debajo del
promedio� La presencia de este factor, indica: una profun­
da perturbaci6n de la personalidad y se observa en pacien­
tes �on patologías orgánicas; disfunciones cerebrales y cua­
dros de psicosis (en estos casos la rotación no sería un fac­
tor de índole orgánica sino que forma p�rte de la ."des-re­
presión" de ideas delirantes proyectadas en las figuras y
que pueden constituír verdaderas elaboraciones motoras y
verbales. (Ver casos 52 y 81).
J) Choqueocohesión:
Se refiere a la superposición entre dos 6 más figuras.
Puede ocurrir una vez 6 más. La frecuencia con que este
fenómeno se reitere en un protocolo determinará su gra­
vitación. Indica: inadecuado funcionamiento yoico; pobre
6 nulo control de impulsos; desborde emocional; descon-
54
trol motor. Suele evidenciarse en: patologías comiciales;
psicosis; demencias y como expresión de conductas de
"acting-out". (Ver casos 18 y 29).
K) Tendencia al choque:
Se refiere a una tendencia a superponer figuras, sin
que esto implique un choque. Puede ocurrir una vez ó
más. Al igual que en los protocolos que evidencian signos
de choque, la cantidad de veces en que se presente permi­
tirá evaluar si es de grado: leve; moderado ó severo. Indi­
ca: dificultad para establecer adecuada distancia en las
relaciones interpersonales; agresividad; falta de límites
claros. Lo he observado como indicador de rasgos y/ó
componentes epileptiformes. (Ver casos 29 y 35).
L) Signos de elaboradón:
Consiste en la asignación de sentidos concretos a los es­
tímulos de la prueba (que son figuras abstractas). Se trata
de agregados gráficos (motores) ó explicaciones (elabora­
ción verbal interpretativa) de los sujetos al serles presenta­
das las figuras-estímulo. Esto es, sin destruir la gestalt, el
sujeto les da un sentido objetal, en lugar de limitarse a la
copia servil de las figuras. Bender observó este signo en su­
jetos maníacos y concluyó que éstos, si bien agregan ele..:
mentes a la configuración original, no destruyen ni distor­
sionan la gestalt como en el caso de los esquizofrénicos.
Otra autora (Gay de Wojtuñ) llama a las elaboraciones ver­
bales "concretizaciones" (por ejempló: decir que la figura 3
es un racimo de uvas) y denomina a las elaboraciones grá­
ficas "garabateo ó elaboraciones propiamente dichas". En
concordancia con las ideas de Bender, manifiesta que las
elaboraciones son indicadoras de alteración profunda y
aparecen en dos síndromes: "esquizofrénicos y maníacos".
Como se desprende de lo expresado anteriormente, los au-
55
tores parecieran establecer una diferencia esencialmente
entre las elaboraciones efectuadas por pacientes esquizo­
frénicos y las efectuadas por. pacientes maníacos. Es mi
opinión que esta discrepancia puede ser efecto de un im­
preciso y/ó inadecuado dignóstico diferencial entre las
psicosis de curso procesual del grupo centraló verdaderas
esquizofrenias, de las psicosis no defectuales de curso fási­
co (Psicosis de Fases Atípicas según Bochnik ó Cicloides
según Kleist y Leonhard) que si bien pueden coincidir en
cuanto a sus formas de comienzo, su evolución y pronósti­
co es bien diferente. En este sentido, la Nosología ha avan­
zado lo suficiente como para distinguir un verdadero "bro­
te" esquizofrénico (proceso que deja defecto en la persona­
lidad) de un episodio delirante agudo con "restitutio ad ín­
tegrum" (Reacciones Vivenciales Anormales; Bouffées De-
, lirantes; Episodios Psicóticos -Reactivos ó no- en Personali­
. dades Fronterizas y por supuesto las formas endógenas Ci­
. cloides ó Marginales). Debo decir, que según mi experien­
. cia, los esquizofrénicos-si bien pueden producir signos de
· fragmentación de las gestalten- no suelen, en general,
. presentar elaboraciones ó garabateos. Sí suelen presentarse
· ·.en pacientes con delirios en los cuales esta tendencia a las
elaboraciones no parece ser muy distinto -de hecho es
idéntico- a la tendencia clásica que se observa en este tipo
de enfermos a interpretar y distorsionar la realidad que se
les presenta e incluir todo estímulo dentro del círculo de
sus ideas patológicas (ya sean persecutorias ó megalóma­
nas). Particularmente, me ha parecido dicho fenómeno
atribuíble a lo que Goldar (Comunicación personal - Hosp..
Moyana - 1990) llama "impulso de interpretación" como
tendencia esencial en los pacientes con delirios. Según este
autor la "percepción delirante" sería.una percepción que li­
bera ó des-reprime interpretaciones preformadas. Lo esen­
cial es pues, según este punto de vista, la facilitación de las
emisiones (verbales y motoras). (Ver casos 49; 53; 54).
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LL) Signos de primitivización y/ó retrogresión:
Se refiere a la sustitución de cualquier elemento estí­
mulo por una forma anterior en el desarrollo evolutivo.
Por ejemplo: sustituir el punto por el redondel; ó espirales
en lugar de puntos ó círculos. Es importante diferenciar la
retrogresión de la inmadurez del desarrollo en los rendi­
mientos percepto-motores. Este signo indica alguna forma
de regresión a un antiguo modo de conducta por una ina­
decuación presente. Según Hutt, las retrogresiones ocu­
rren bajo condiciones severas y crónicas de defensa contra
traumas y son indicadoras de algún grado de fallo en el
funcionamiento e integración del Yo. Los he observado en
protocolos de esquizofrenias terminales; demencias; etc.
(Ver casos 17; 18; 43). Importante: la presencia de estos sig­
nos en -los déficits visuales se deslindan mediante re-test.
(Ver trastornos visuales. Casos 92 y 93).
M) Signos de perseveración:
Pueden ocurrir dos tipos de fenómenos perseverativos
(en rigor, tres):
a) Perseveración motora:
Consiste en la dificultad ó imposibilidad de detener ó
rectificar el impulso motor. A esta tendencia se la define co­
mo repetición persistente ó ejecución reiterada de una acti­
vidad. Las tendencias motoras perseverativas pueden apre­
ciarse en la monótona repetición de figuras ó bien en la eje­
cución de una ó más unidades de las que exige el estímulo.
Este signo ha sido reconocido clínicamente en: esquizofre­
nia (e.r: especial en cuadros residuales); psicosis con epilep­
sia; ó psicosis asociada con equivalentes psicomotores de la
epilepsia; retardos mentales de todos los tipos; epilepsia;
cuadros co..1fusionales agudos; alcoholismo; demencia; se-
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cuelas por traumatismo endógeno u orgánico. (Ver casos
35;37;17;43).
b) Perseveración perceptual:
?e refiere a la persistencia de elementos de una figura
en 'la siguiente ó siguientes. Por ejemplo, continuar con
puntos la figura 2 ó con círculos la figura 3. Se presenta
en: esquizofrenia; alcoholismo; demencia; retardos men­
tales; secuelas por traumatismo endógeno u orgánico; en
sujetos con trastornos visuales. (Ver casos 18;17;43).
c) Perseveradón retardada:
Se refiere a la repetición de una figura ó de una parte
de la misma en otra pero sin guardar relación de conti­
güidad entre ambas. Corno su nombre lo indica, este fe­
nómeno se produce en forma retardada ó en forma.tardía
dentro de la secuencia de la prueba. Por ejemplo: volver
a ejecutar la figura A frente a otro estímulo del test. Lo he
observado en epilepsia; oligofrenia y cuadros orgánicos
en general. (Ver casos 13 y 34).
N) Signo de "Closing-In":
Se refiere a la acusada tendencia a aproximar ó superpo­
ner la copia a la figura estímulo. Este signo fue descripto por
Mayer-Gross al explorar diferentes grados del trastorno
apráxico-constructivo. Su hallazgo se correspondería -según
su autor- con cuadros demenciales. Mis investigaciones,
confirman las observaciones efectuadas por Mayer-Gross en
las demencias y muestran asimismo la presencia de este sig­
no en esquizofrénicos defectuales. Se pueden determinar bá­
sicamente dos grados de este fenómeno: 1) El paciente dibu­
ja la copia resiguiendo el modelo y determina lo que se lla­
ma un "closing-in completo". 2) Puede suceder que, al no
pefll1itir al sujeto dibujar sobre el modelo y volviendo a ex-
58
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plicitar la consigna original se produzca un "closing-in
incompleto" repitiéndose en estos casos el impulso a la co­
pia. La casuística reunida comprende: enfermedad de Alz­
heimer (demencia pre-senil ó senil) y esquizofrenias termi-
nales. (Ver Casos 7;45).
O) Signo de absorción:
Consiste en la superposición de los bordes de dos figu­
ras (ó partes de una misma figura) que solo·deben tocar­
se. De modo, que, si bien las partes están en contacto, la
punta de una de ellas falta debido a la intersección con la
otra ( Ver ejemplos en las figuras A y 4). Este signo (según
mi experiencia) pareciera relacionarse específicamente
con patologías del lóbulo temporal (lesiones difusas; epi­
lepsia) aunque fue descripto por otros autores como indi­
cador de organicidad en general (Gay de Wojtuñ). La pre­
sencia de este factor ha demostrado ser extremadamente
sensible para determinar dichas alteraciones cerebrales.
He observado que el llamado fenómeno de "Normaliza­
ción Forzada" EEgráfico, presentaría una equivalencia ó
paralelismo con el Hender .en el re-test (en especial, según
mis observaciones, cuando desde el punto de vista clínico
hay sintomatología psicótica aguda. En este último caso,
he observado la desaparición del signo de absorción en
coincidencia con la normalización de EEG. durante los
episodios psicóticos). También pude determinar la fluc­
tuación del signo en pacientes medicados con Carbama­
zepina. (Ver Casos 6; 28; 29; 40; 74).
P) Signos de simplificación:
Se refiere a la reproducción del estímulo como una fi­
gura más simple. Por ejemplo: ejecutar la figura 7 como
elipses ó rectángulos. El fenómeno de sirnplificacién re-
59
presenta un intento compensatorio para reducir el gasto
de energía que se requiere a los efectos de completar una
tarea. En estos casos, debe considerarse como indicador
de organicidad. (Ver casos 84;85;87). Asimismo, suelen
presentar simplificaciones los sujetos que manifiestan ten­
dencias oposicionistas y/ó una necesidad de fingir enfer­
medad (por ejemplo: trastorno ficticio ó simulación que se
observa en sujetos que intentan lograr beneficios secunda­
rios en licencias laborales) Pueden producir entonces, sim­
plificación de las figuras que no es de índole orgánica. El
diagnóstic.o diferencial se establece por la presencia ó no
de otros indicadores patológicos. En el caso de pacientes
orgánicos, se podrán detectar: perseveraciones; verbaliza­
ciones de impotencia; etc. Un caso significativo de trastor­
no ficticio fue el de una paciente que en la figura 2 redujo
el número de elementos considerablemente. Al preguntar­
le si veía igual su ejecución a la del modelo contestó nega-
··. tivamente, lo cual evidenció que no se trataba de un tras­
torno perceptivo. Tampoco era un signo de fatiga pues re­
firió que no se sentía cansada. (Ver caso 61).
· Q) Alteraciones del tamafío:
Comprende dos tipos de alteraciones: en el sentido de
un aumento ó macropsia y otro en el de una disminución
ó micropsia:
a) Signos de hipercinesia (macropsia):
Se refiere a un aumento global ó parcial de una 6 varias
figuras del test.
b) Signos de hipocinesia (micropsia):
Se refiere a la disminución global y/ó parcial del tamaño
de una ó varias de las figuras de la prueba.
Bender describió las alteraciones en el tamaño de las
figuras del test, ya sea en el sentido de un aumento -al
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cual denominó macropsia- ó bien en en el de una dismi­
nución -·micropsia-. Según la autora, el aumento ó dis­
minución podría estar referido a una figura aislada ó a
una tendencia ó pauta general de los estímulos del test.
Halló con frecuencia el aumento ó macropsia en pacientes /
maníacos y la disminución ó micropsia en depresiones.
En lo personal, me ha resultado más específica la denomi­
nación de hipercinesia e hipocinesia respectivamente, a
los efectos de describir estas variaciones en el tamaño de
las figuras, siempre con relación a alteraciones cuantitati­
vas de la motilidad del paciente (hipercinesia en general,
impulsividad; descontrol del impulso motor) y sus
opuestos: inhibición; inercia; debilitamiento del impulso
motor (hipocinesia). Algunas de las variaciones en el ta­
maño del ó de los estímulos pueden acompañarse de
otros indicadores patológicos (fragmentación; persevera­
ción perceptual y/ó motora; retrogresión y/ó primitiviza­
ción) que he podido corroborar en esquizofrenias cróni­
cas; síndromes cerebelosos; epilepsia ó sus equivalentes
psicomotores. En pacientes que presentaban sintomatolo­
gía esquizosímil que remitió en breve lapso sin deterioro
aparente, el Bender confimó que no se trataba de un caso
de esquizofrenia procesual del grupo central ó nuclear
por la ausencia total de los signos correpondientes a esta
enfermedad. Se observó en todos los casos la presencia si­
multánea del par hipercinesia-hipocinesia en una,única
toma sobre la base de los signos macropsia-micropsia.
Eventualmente aparecieron signos de la serie epileptoide
(Ver Nodelis, H.E; "Las Psicosis Marginales"; Acta Psiq. y
Psicol.; Vol. XXXVII nº
1). (Ver Casos 24 y 27). Asimismo,
he observado, que un examinado puede modificar el ta­
maño de las reproducciones sin alterar su configuración
característica y sin producir otra distorsión seria u otros
indicadores patológicos en el conjunto de la prueba. Fun­
damento la diferencia entre los hallazgos considerados
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por mí como primarios y éstos en él factor emocional 6 tí­
mico ó en otros términos y según la expresión de Goldar
(Comunic. Pers. -Hosp. Moyano) podríamos decir que
cuando se trata de un trastorno tímico, estos signos se
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personalidad". Siguiena.o esan1pb�i1-s,c1.n.�'.ñ���""-�­
mo la hipocinesia suelen remitir en el re-test. Desde una
perspectiva clínica pueden presentarse en: Trastornos de
la Personalidad; Adicciones diversas; asociados frecuen­
temente con elementos reactivos y/ó sintomatología de
angustia. En el caso de hipercinesias (específicamente) he
hallado patología epileptoide aunque no he podido con­
firmar esta observación en todos los casos dada la impo­
sibilidad de administrar un EEG sistemáticamente. (Ver
Casos 58;59 y 60). En mi opinión no se contradice la inter­
pretadón tradicional de estos signos con mis observacio­
nes sino que se complementan ya que en general la exci­
tación va acompañada de hipercinesia y las depresiones
de disminución de la actividad, excepción hecha, ya se sa­
be, de las depresiones agitadas y los cuadros de excita-
ción psíquica con inhibición motora.
R) Signos defragmentación y/ó disociación:
Se refiere a la destrucción parcial ó total de la gestalt ó
configuración del estímulo. Puede ocurrir que la repro­
ducción esté incompleta (por ejemplo: dibujar partes de
una figura eliminando la tangencia). El fenómeno, puede
caracterizarse como leve si ocurre una sola vez. Modera­
do, ·si ocurriera dos veces. Grave, cuando se produce en
má$. de dos ocasiones. Indica: severa perturbación en el
funcionamiento percepto-motor. ·Relacionándose habi­
tualmente este fenómeno con trastornos en los rendi­
mientos que hacen a la abstracción y a la síntesis. Su pre­
sencia en un protocolo es significativo de profundo dete-
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en sujetos con déficits visuales remitiendo en una segun­
da toma con anteojos. (Ver casos 95; 97).
S) Cambios en la angulación:
Ang:ulos acentuados y/ó achatados:
Puede producirse un aumento ó disminución en la an­
gulación de las figuras A, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8. Las modifica­
ciones pueden variar en un cambio de 15º
ó mas. Según
Hutt, los cambios significativos en el grado de angulación
reflejan dificultad para enfrentarse con estímulos afecti­
vos, así como problemas en el control de la afectividad y
los impulsos. Un aumento en la angulación (implica un
cambio hacia la rectangularidad) puede asociarse con hi­
poafectividad y una disminución en la angulación (cam­
bio hacia la formación de un ángulo agudo) se relaciona
con hiperafectividad. La inadecuación ó imposibilidad en
reproducir los ángulos se asocia con trastornos orgánicos
cerebrales. Es importante, establecer un diagnóstico dife­
rencial con respecto a los retardos mentales que suelen
presentar este fenómeno tratándose en estos casos de una
dificultad de índole madurativa ó intelectual. Se han efec­
tuado numerosos estudios para medir este factor. Citaré a
Story (1960) quien determinó que los sujetos alcohólicos
tendían·a cambiar la angulación de las columnas de círcu­
los en la figura 2 hacia la posición vertical y aún por una
inversión de la oblicuidad. La otra medida era la rotación
del hexágono vertical de la figura 7. Por otra parte, Mosher
y Smith (1965) discriminaron orgánicos de no orgánicos.
Mi experiencia personal, confirma estos estudios y otros
que indican que los cambios en la angulación y en la incli­
nación discriminan pacientes orgánicos y psiquiátrica­
mente perturbados de sujetos clínicamente no-significati­
vos. De igual forma, en sujetos con trastornos sexuales se-
63
veros se ha podido determinar la presencia de alteraciones
en la angulación sea en el sentido de un aumento ó bien
de una disminución. Por ejemplo: en el caso de sujetos con
impotencias sexuales pude comprobar una acentuada dis­
minución de los ángulos en especial en las figuras 7 y 8.
En pacientes homosexuales (de ambos sexos) un aumento
en las mismas figuras. (Ver casos 65; 72; 73 y 78). ·
T) Cambios en la Curvatura:
Curvas acentuadas y/ó achatadas:
Se refiere a cualquier cambio en la naturaleza de las
curvas en las figuras 4, 5 y 6. Puede presentarse un au­
mento ó bien una disminución en la amplitud de la cur­
va. En este sentido, puede reemplazarse la curva por lí­
neas rectas u oblicuas. Pueden achatarse ó hacerse irregu­
larmente. Los hallazgos clínicos de Hutt, indican que es
· un factor sensible de perturbación emocional. El aumento
esta asociado con una hiperactividad emocional y/ó afec­
tiva y la disminución con desvitalización; bloqueo. La la­
bilidad y la depresión tienden a evidenciarse a través de
una fluctuación en la curvatura y en general a una ten­
dencia a· achatar ó bien a disminuir las curvas. Diversos
estudios como son los de: Allport (1937); Guertin (1952);
Byrd (1954); Clawson (1959) corroboran esta hipótesis
sustentada también desde mi observación personal. (Ver
casos 57; 59; 75 y 76).
U) Tachaduras y/ó enmiendas:
Los sujetos que manifiesten un monto de ansiedad no
adecuadamente controlada, inseguros, dubitativos, ten­
derán a tachar sus reproducciones. También suelen hacer­
lo los sujetos con componentes obsesivos que no logran
ejecuciones acordes con sus búsquedas ideales. Se obser-
64
va en general en sujetos neuróticos. Ocasionalmente pue­
de presentarse en pacientes con productividad psicótica
(que presentan alteraciones sensoperceptivas y/ó tenden­
cias paranoides) y pueden no sentirse satisfechos con la
realización. En estos casos hay que indagar sobre la ejecu­
ción concreta para comprender las motivaciones. Las ta­
chaduras ó enmiendas se producen a veces acompañadas
de verbalizaciones de insatisfacción. En este sentido, es
conveniente dejar una constancia de las mismas (como
observaciones durantela toma) y no facilitar goma de bo­
rrar pues suele suceder en los casos en que los sujetos
quieren hacer uso de ella que intenten remediar lo que
consideran que no está bien.
V) Verbalizaciones durante la toma:
Es un dato valioso de diagnóstico y convergencia con
otros signos la constancia de lo expresado por el sujeto
durante la administración de la prueba. Suele ocurrir que
los sujetos depresivos manifiesten quejas e insatisfacción
frente a sus reproducciones. Así como los sujetos paranoi­
des proyectarán la dificultad en los estímulos aduciendo
que son difíciles ó están mal hechos. Los pacientes orgá­
nicos eA'Presan en general su dificultad y a veces su per­
plejidad por lo complejo que les resulta efectuar la tarea.
Se pondrán a la luz sentimientos de inadecuación ó impo­
tencia. Otros, intentarán seducir al psicotécnico halagan­
do la estética ó la simpleza del modelo.
W) Dificultades en el cierre:
Se refiere a la dificultad para juntar partes de una figu­
ra ó en otros términos establecer una adecuada tangencia.
También se puede observar este fenómeno en la incom­
pletud de los círculos en la figura 2. En la abertura en los
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lados del rombo en la figura A; en el cuadrado abierto de
la figura 4 ó bien en las brechas óaberturas en el contorno
contínuo de las figuras 7 y 8. Algunos sujetos perciben es­
ta dificultad ó intentan remediarla mediante remarcacio­
nes; correcciones; borraduras. Otros no la r�'b�ran.. "G��-
o.e e'.punto de vista percepto-motor podemos inferir que
representa un claro indicador de desajuste emocional y
más específicamente pareciera vincularse con trastornos
en·las relaciones interpersonales como: problemas para
establecer adecuados contactos; temores; etc. Desde el
punto de vista motor lo he observado en sujetos que tien­
den a la precipitación en las ejecuciones.
X)Dificultades en el cruzamiento:
Se refiere a la dificultad para lograr un adecuado cru­
zamiento en las figuras 6 y 7. Los sujetos que tienen difi­
cultades en el cruzamiento las manifiestan mediante re­
pasos ó borraduras en el punto de intersección. Indica: al­
gún grado de bloqueo psicológico y a nivel conducta! se
relaciona con indecisión; inhibiciones; fobias; dudas com­
pulsivas. También puede representar en la conducta difi­
cultad en las relaciones interpersonales (según otros auto­
resy}
Y) Alteraciones de la Gestalt:
1) Garabateo:
En este factor he considerado como garabateo en senti­
do estricto a toda reproducción en 1a cual la forma esté ·
marcadamente alterada cambiando la configuración ori­
ginál al punto de no reconocerla. Es diferente -en mi
opinión- al factor Elaboración, en donde pueden agre­
gars� elementos pero que no distorsionan ni cambian la
gest�lt del estímulo. Su presencia se observa en especial
66
en: sujetos retardados mentales, también en esquizofre­
nias terminales y en enfermedades cerebro-lesionales co­
mo la Corea de Huntington ó en otros cuadros demencia­
les avanzados. Es indicador de patología severa y trastor­
nos motores graves que generan desestructuración e im­
posibilidad de lograr operaciones de síntesis; tangencia;
inclusión; etc. (Ver casos 41; 64).
2) Conglomerado:
Me refiero a toda reproducción que no respete las pau­
tas espaciales mínimas de separación entre figuras produ­
ciendo uniones entre estímulos sin solución de continui­
dad. Por ejemplo: Ejecutar la figura 1 y a continuación,
debajo, sin que medie separación alguna dibujar la figura
2 y a posteriori conformar la figura 3 como un bloque. Lo
he observado en deficientes mentales y en cuadros de de­
sestructuración motora. (Ver Caso 14).
Z) Punto relleno:
Como su nombre lo indica sugiere tensión interna. Im­
plica que una considerable cantidad de energía se estaría
invirtiendo en una tarea relativamente simple y suele
constituír un esfuerzo compensatorio para mantener el
controi. Su presencia permite inferir; tendencia al descon­
trol motriz; impulsividad. (Ver caso 35).
Signos de deterioro:
Cuanto más profundo sea el compromiso cerebral or­
gánico, más determinantes patológicos podrán observar­
se. En este sentido, es esperable la aparición de algunos
de los signos detallados a continuación: fragmentación;
simplificación; desestructuración de las gestalten; perse­
veración motora; perceptual; y/ó retardada; closing-in;
absorción; hipocinesia; rotación; etc. Estos indicadores
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suelen mostrar un correlato con otras aportaciones clíni­
cas, por ejemplo, las observadas en el WAIS (Wechsler
Adult Intelligence Scale) que confirma en general, en es­
tos casos, una disminución del funcionamiento intelec­
tual global (ó déficit en los rendimientos verbales y/ó
motores) obtenida mediante el C.D. (Cociente de Deterio­
ro), que, si bien originalmente era considerado como una
medida de la declinación mental normal debida a la
edad, a posteriori se extendió para incluir deterioros atri­
buíbles a psicosis y lesiones cerebrales. El índice diseñado
en principio para el Wechsler fue modificado para el
WAIS. Algunos autores han intentado ampliar la fórmula
ó desestimarla en algún u otro aspecto pero según las
propias palabras de Wechsler "los estudios publicados no
presentan demasiada justificación a las objeciones..."
(Wechsler, pág 213; Cit. de Zimmerman, I.L.; pág 25). (Mis
estudios comparativos entre los resultados obtenidos se­
gún W-B y según el WAIS en una reducida muestra de
pacientes esquizofrénicos -sin clasificar- y retardados
mentales -sin especificar- determinaron un ligero aumen­
to en el C.l. global para la segunda prueba con respecto a
la primera, sin lograr otros hallazgos significativos). La
posibilidad de correlacionar las respuestas obtenidas en
las pruebas como el B.G. y WAIS, con otros estudios com­
plementarios (EEG; T.A.C.; Resonancia m¡:1gnética; etc.)
permite no sólo ampliar el campo de posibilidades sino
también reforzar los aciertos y consolidar aún más el mé­
rito de estos instrumentos. Esto es lo que me viene ocu­
rriendo personalmente desde mi práctica cotidiana.
68
111.2 Glosario de terminología para la aplicación
en informes de Bender.
A continuación se enumeran algunas definiciones y
descripciones muy breves de diagnósticos y algunos térmi­
nos de la nosología y la clínica que esnecesario tener claros
para elaborar un adecuado informe de la prueba. Muchas
veces, una buena toma del test fracasa al momento de vol­
car los resultados, por desacuerdos ó imprecisiones en la
terminología. Incluyo aquí los que en mi experiencia resul­
tan ó bien esenciales ó bien problemáticos.
La base nosológica está extraída (con modificaciones)
de la ICD (lntemational Classification of Diseases) elabo­
rada por la OMS.
Esquizofrenia: Psicosis endógena de curso progresivo y
crónico, con deterioro ó defecto que se da en personas jó-
venes.
Denzencia: Proceso de deteriorización global de la edad se­
nil ó presenil por enfermedad involutiva orgánica del ce-
rebro.
Psicosis Cicloide: Psicósis endógena que cursa en fases (co­
mo la psicosis maníaco-depresiva) con restitutio ad-inte­
grum (ó sea sin defecto). Esencialmente, se denomina Psi­
cosis Cicloide a aquella que, si bien cursa como un .tras­
torno bipolar, en forma de fases sin deterioro, presenta
síntomas atípicos para un p.m.d. (delirios, alucinaciones
etc.) y puede ser tomada como forma de comienzo de es-·
quizofrenia, comprobándose con la evolución, que los
episodios ceden y no dejan defecto como aquellas.
Epilepsia: Conjunto de cuadros clínicos de carácter paro­
xístico (en crisis ó accesos) que se deben a la descarga
anormal bioeléctrica en zonas más ó menos amplias del
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dos tipos: esencial y sintomática. La Qrimera de causa
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xica; tumoral; post-traumática). Al margen de los cuadros
cl�sicos de gran mal y pequeño mal, podemos destacar
los equivalentes psicomotores ó epilepsia temporal; la
psicosis epiléptica; la distimia epiléptica; la histero-epi­
lepsia y la personalidad epiléptica ó enequética. Esta últi­
ma abarca los estados inter-críticos (entre las crisis).
Oligofrenia o Frenastenia: Cuadros que presentan una inte­
ligencia sub-normal ó insuficiente. Las causas pueden ser
genéticas, congénitas ó adquiridas en los primeros años
del desarrollo. Cuando la carencia es de índole afectiva
algunos autores hablan de oligotimias. Binet y Simon
crearon la escala métrica de la inteligencia a partir de la
cual es posible cuantificarla. Actualmente el test de·
Wechsler (WAIS) considera la siguiente tabulación:
Normal-Lento: C.I. 80-89
Fronterizo: C.I. 70-79
D. Mental: C.I. 69 ó menos
Lo cual se traduce en términos clínicos en tres formas·:
Débil mental Leve; Moderado y Profundo.
Alcoholismo: Conjunto de perturbaciones somáticas y psí­
quicas producto de la intoxicación por la ingesta de alco­
hol., El alcoholismo crónico provoca modificaciones en la
personalidad y deterioro detectable mediante el Bender y
WAJS.
Trastorno de la personalidad: Este tipo de trastorno abarca ·
modos de comportamiento duraderos y arraigados en el
suje,�o que se manifiestan frente a un amplio espectro de
situJciones individuales y sociales. Algunas de estas alte­
racidnes aparecen en estadios precoces del desarrollo co­
mo
tsultado de factores constitucionales ó de experien-
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cias vividas. No son secundarios a otros trastornos ó le­
siones cerebrales aunque pueden preceder a otros trastor­
nos ó coexistir con ellos. Ej. trastorno paranoide de la per­
sonalidad; trastorno esquizoide; narcisístico; inmaduro;
etc.
Trastorno ficticio de la personalidad (Simulación de enferme­
dad): Producción intencionada ó fingimiento de síntomas
ó invalideces somáticas ó psicológicas que tienen como fi­
nalidad (en la mayoría de los casos) la obtención de algún
beneficio secundario (licencias laborales; mayor atención
familiar).
Trastorno de la personalidad tras experiencia catastrófica (Per­
sonalidad post-traumática): Incluye anomalías de la perso­
nalidad y del comportamiento en la edad adulta que co­
mo consecuencia de situaciones catastróficas ó exposicio­
nes prolongadas a estrés excesivos se presentan en suje­
tos que no habían padecido trastornos de la personalidad
previos. El cambio en el modo cómo el sujeto percibe, se
relaciona ó piensa sobre el entorno ó sobre sí mismo, debe
ser definido y duradero y acompañarse de un comporta­
miento rígido y desadaptativo que no estaba presente an­
tes de la experiencia patógena. Esos cambios suelen pre­
sentarse después de experiencias traumáticas. No debe
recurrirse a este diagnóstico si el cambio es secundario a
una enfermedad ó lesión cerebral. (Se aprecian: senti­
mientos de vacío; desconfianza; aislamiento social;senti­
miento de estar al límite; sensación de extrañeza de sí
mismo; etc.).
Neurosis: Cuadro que se caracteriza por la conservación
de la autonomía psíquica y control del juicio aunque por
momentospueden verse afectados ó debilitados -Beta­
y por una multiplicidad de manifestaciones psíquicas,
neurológicas y neurovegetativas. La angustia es la carac­
terística principal de las neurosis. Se la puede sentir y ex-
71
presar directamente ó controlarla inconscientemente y
automáticamente por mecanismos psicológicos de defen­
sa como son la conversión; el desplazamiento y otros.
Tradicionalmente se clasifican en: Neurosis fóbica; de an­
gustia; de histeria; obsesiva.
Trastornos mentales en los síndromes cerebrales orgánicos
(S.C.0.): Tienen en común una· etiología demostrable: en­
fermedad ó lesión cerebral u otra afección causante de
disfunción cerebral. La disfunción puede ser primaria, co­
mo en el caso de enfermedad; lesiones ó daños que afec­
tan al cerebro de un modo originario; ó secundaria ó sin­
tomática (por consumo de alcohol, infección por H.I.V.).
Estos trastornos se manifiestan por los siguientes sínto­
mas: a) perturbaciones de la orientación; b) de la memo­
ria; c) de todas las funciones intelectuales tales como la
comprensión; d) perturbación del juicio; e) labilidad y su­
perficialidad de los afectos. Sus. rasgos esenciales pueden
agruparse en dos: Por un lado, estan los síndromes en los
cuales son constantes y destacados los trastornos de los
rendimientos superiores como la memoria, el aprendizaje
ó las alteraciones del sensorio, tales como las alteraciones
de la ce. y de la atención. Por otro lado, están los síndro­
mes en los cuales las manifestaciones más destacadas se
presentan en las áreas de la percepción (alucinaciones) de
los contenidos de pensamiento (ideas delirantes) ó del
humor y de las emociones (depresión; euforia; ansiedad)
ó en la de los rasgos generales de la personalidad y mo­
dos de comportamiento.
72
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III.3 Correlación de los signos del test con la
psicopatología.
Los signos de Render en las Neurosis:
- Secuencia ordenada.
- Cada figura encerrada entre líneas ó enmarcada (fo-
bias)..
- Línea guía (por inseguridad). En ocasiones la línea
guía puede reemplazarse mediante el uso de puntos
que suelen colocarse en las intersecciones construyen­
do a posteriori la figura. Tiene -a mi modo de ver­
una interpretación similar a la determinada para la lí­
nea guía. Puede interpretarse, también como elemento
obsesivo (anancástico) de personalidad. Importante:
suele verse en protocolos de dibujantes ó arquitectos
que están acostumbrados a trabajar con estructuras.
- Dificultad de cruzamiento. (Repaso del trazo ó borra­
dura en el punto de intersección).
- Dificultad en el cierre de las figuras (temores al contac-
to, siempre que no se consigne como fragmentación).
- Repaso total de la figura por ansiedad.
- Fallos por ansiedad. ·
- Tachadura ó enmienda.
- Los signos que pueden evidenciarse en estos cuadros
son de índole emocional y en ningún caso deberán
mostrar determinantes patológicos. Si los hubiere, ha­
brá que establecer su idiosincracia a los efectos de
diagnóstico.
Los signos de Render en las PsicosisProcesuales (Esquizofrenias):
- Secuencia desordenada. Confusa y/ó caótica.
- Fragmentación.
- Primitivización y/ó retrogresión.
- Choque ó cohesión.
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-Tendencia al choque.
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- Absorción.
-. Figuras mal orientadas sobre el fondo (desorientación
;témporo-espacial).
- Rotación perceptiva.
-Elaboración (en pacientes con delirios).
-Conglomerado (fusión de elementos).
-'Closing-in (en cuadros terminales).
Lossignos de Bender en las Psicosis Margi.nales:
- No se observan signos patológicos excepto una acen-
_tuada fluctuación del par hiper-hipocinesia.
-:Eventualmente presentan signos de la serie epileptoide.
Los, signos de Bender en las Epilepsias (Patologías temporales;
Distimia; Disrritmia; Personalidad Epiléptica; Psicosis Epilép­
tica; Trastornos Psicomotores como Equivalentes Epilépticos).
Con correlación EEGráftca (E.E.G. anormal):
- Signo de absorción.
- Perseveración motora.
- Punto relleno.
-Ejecución lenta (por adherencia al estímulo; viscosidad).
- Estos signos pueden presentarse asociados a: ángulos
malogrados; "spikes"; rotación perceptiva; choque;
tendencia al choque; ejecución rápida (por precipita­
ción; fuga del estímulo).
- He observado la desaparición del signo de absorción
en coincidencia con la normalización del EEG. durante
los episodios psicóticos. También pude determinar la
fluctuación del signo en pacientes medicados con Car­
bamazepina.
Los signos de Bender en las Enfermedades Cerebro-Lesionales:
Síndrome cerebe]oso:
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- Trastornos en la orientación témporo-espacial.
- Temblores que se expresan en líneas malogradas (on-
dulaciones; "spikes").
- Otros signos característicos de cuadros orgánicos.
Corea de Huntington:
- Garabateo.
- Desestructuración de las gestalten.
- Desestructuración de la motricidad.
Demencias:
- Closing-in.
- Absorción.
- Inclusión.
· - Perseveración perceptual y motora.
- Simplificación.
- Primitivización y/ó retrogresión.
- Fragmentación.
- Incoordinación motora.
-Verbalizaciones de impotencia. Expresiones de perpleji-
dad.
En los grados avanzados:
- Desestructuración de las formas.
-Conglomerado.
- Pérdida total de la horizontalidad (por trastornos tém-
poro-espaciales).
Los signos de Bender en los Síndromes Delirantes:
- Signos de elaboración (verbal y/ó motora).
Los signos de Bender en los Trastornos de la personalidad:
- Expansividad (con respecto a la utilización. del espa­
cio).
- Giro de la tarjeta (y/ó tendencia a manipulación).
- Giro del papel.
75
-Tendencia al choque.
-Hipercinesias.
-· Cambios en la angulación.
- Curvas acentuadas.
- Ejecución rápida. Sin planificación.
- Descuido en las ejecuciones.
- Otros signos asociados con patología comicial.
Los signos de Render en los Trastornos Ficticios
(Sinmlación de enfermedad):
- No presentan signos de alteraciones orgánicas cerebra­
les. Intentan encubrir sus motivaciones ejecutando co­
mo si se tratara de sujetos: fatigados; con dificultades
motoras; etc. Suelen producir simplificación.
Los signos de Render en las Oligofrenias:
Leves:
-Primitivización.
-Angulos redondeados.
-Orden confuso.
-Dificultades con la adecuada presión del lápiz.
-Figuras mal orientadas sobre el fondo.
-Perseveración motora y perceptual.
-Dificultades con la oblicuidad.
Moderadas:
-Signos similares a los observados en débiles mentales
(leves) pero más acentuados ó agravados cualitativa­
mente y cuantitativamente.
- Dificultades especialmente en: las paralelas, ángulos,
cruzamientos.
- Trastornos de rotación.
- Tendencia al concretismo.
-Rigidez.
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Profundas:
- Garabatos.
- Desestructuración de las gestalten.
- Perseveración motora (severa).
Los signos de Render en el Alcoholismo:
- Incoordinación motora (por temblores).
- Trastornos en la orientación espacial (figuras mal
orientadas).
-·Perseveración motora y/ó perceptual.
- Dificultad para ejecutar figuras anguladas.
-Trazo repasado ó "spikes".
-Dificultad para lograr oblicuas.
- Prim.itivización.
- Simplificación.
Los signos de Render en Personalidades Post-traumáticas:
-Secuencia alterada (zig-zag).
-Posición atípica de la primera figura (en el margen su-
perior derecho; ó en el margen inferior izquierdo ó de-
recho).
- Suelen presentar inhibición (hipocinesia).
- En sujetos post-traumáticos por factores de carácter
endógeno se observan signos correspondientes a pato­
logía comicial u orgánica. Quedando exceptuados los
sujetos post-traumáticos por causas exógenas.
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III.3.
a) Los signos de Bender en las Neurosis
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  • 1. ) ) ) J ) ) ) ) ) ) ) _, ) ) ) ) ) ) ) j ) ) _) _) _) _) J 3 j _) _) _) _j J Haydée Nodelis El test de Bender Haydée Nodelis es Doctora en Psicología Clínica. Está a cargo del Área de Psicología en los Consultorios externos de Hospital Municipal Braulio A. Moyano. Desarrolla actividades docentes: Titular de Psicología 1 para la Carrera de especialistas en Psiquiatría de Adultos, 2da. Cát. Fac. de Medicina, U.B.A. Titular de cursos sobre psicodiagnóstico. Gobierno de la Ciudad y A.A.P. en los hospitales B. Moyano y T. Borda.Titular de la materia de posgradoTest de Bender, Facultad de Psicología, U.B.A. (1996). Ha publicado en esta editorial los libros «El test de Bender. Psicosis, demencias y otros cuadros. Una guía práctica» (1995) yTest de Inteligencia deWechsler. Diagnósticos diferenciales (1997). Escribió ensayos en revistas especializadas.Este texto es una síntesis de la experiencia de la autora en la práctica de un test. Se trata de la prueba de Bender, un instrumento notablemente útil para la evaluación clínica y el perfeccionamiento de los diagnósticos difer�nciales. Toda profundización de sus usos y alcanc;;es resulta siempre alentadora y promisoria. �>· e CATáLOGOS ATUEL ·°A :¡ . a l....: (1) u e (1) O] (1) u U) - w ' "'-._ U) - (1) u z ,(1) u I ¡. 1 Haydée Nodelis El test de Bender Psicosis, demencias y otros cuadros. Una guía práctica �>· � CATáLOGOS ATUEL
  • 2. . · LIBROS t ( ·e1 ·IG·rrQlnet r •• CORRIENTES 1513 • 4374-4942: ( El test de Bender Psicosis, demencias y otros cuadros -Una guía práctica- ·� � /' t' t � � r r r t r t t t (. t ;- e' <" e' e• t t t <" t
  • 3. ) ) ) ) ) ) . • ) ) ) ) ) ) ) ) --- ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) 1 j ,_j , ! I¡ r HAYDÉE NODELIS El test de Bender Psicosis, demencias y otros cuadros -Una guía práctica- l' . . . -�>· F.,lituriul ATUEL CATáLOGOS
  • 4.
  • 5. 1 . ,} ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) _) J ) 1 j ) ) j ) ) .1 c_j ) ) ) Diseño de tapa: Hermanos García Diagramación de interior: Mari Suárez © 2000 by Editorial Atuel Dean Funes 743 A 1231 - Buenos Aires - Argentina Telefax 5411 4931-6542 editoriaJatuel@hotmail.com En coedición con: Catálogos Editora Av. Independencia 1860 1225 - Buenos Aires - Argentina Telefax 5411 4381-5708/5878/4462 www.catalogosedit.com.ar E-mail: catalogos@ciudad.com.ar ISBN 987-9006-6-X Se prohíbe la reproducción total o parcial de este libro, a través de medios ópticos, electrónicos, químicos, fotográficos o de fotocopias, sin la previa autorización por escrito de los editores. Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina / Printed in Argentina PROLOGO i Numerosos son los problemas que se presentan en la diaria asistencia, tanto para los médicos, como para los psicólogos y otros trabajadores de la Salud Mental, ya que, a pesar del constante avance en la comprensión de las causas biológicas y sociales de las enfermedades men­ tales, éstas siguei;-i siendo siempre un desafío a la sagaci­ dad del clínico. Mayor importancia reviste este asunto en lo que se refiere al diagnóstico preciso de cada caso parti­ cular y especialmente sus consecuencias médico-legales. El perfeccionamiento de la herramienta clínica es y se­ guirá siendo en este sentido, la columna vertebral sobre la que se apoya el abordaje a ese fenómeno tan caracterís­ ticamente humano, que es el paciente psiquiátrico. Con el paso del tiempo, el test de Bender se ha afirmado como una de esas herramientas clínicas que contribuyen a la mayor objetividad y precisión de los diagnósticos, y toda profundización de sus usos y alcances, resulta siempre alentadora y promisoria. Conozco a H. Nodelis desde hace muchos años y me consta su eficacia y su larga experiencia con la prueba de Bender, y que además de su uso práctico, ha desarrollado la metodología y la ha enriquecido con una enorme ca­ suística, producto de los años de tarea hospitalaria. Su cu­ riosidad y perseverancia en el campo psicodiagnóstico no siempre justamente valorado por sus propios colegas, amplía los méritos de su esfuerzo. Por las razones aquí expuestas, creo que este libro ha de ser un aporte muy valioso y un buen ejemplo de lo que se logra cuando la gente de experiencia se esfuerza 7
  • 6. :J por unir la tarea diaria con la curiosidad intelectual y científica. Le deseo lo mejor. Valga este reconocimiento para la Dra. Haydée Nodelis y para todos los psicólogos que trabajan en la atención de pacientes mentales en los Establecimientos Neuropsiquiátricos. Dr. Néstor F. Marchant Dtor. del Hospital Braulio A. Moyana 8 PALABRAS DE LA AUTORA Esta obra es producto de una pasión. Intenta sintetizar e integrar los conceptos fundamentales de L. Render y de otroscontinuadores de suobra-en particular deM. Mutt­ con mi propia experiencia clínica a lo largo de quince años de dedicadas observaciones. e' r' c 1 (1 r-1 (1 ( l ¿1 ( -:-1 e ( ( Quiero expresar mi gratitud en forma muy especial al ( Dr. Ricardo Pardal, por sus inestimables aportes y suge- ( rendas de contenido y de estilo. ( Asimismo, agradezco al Dr. Juan Carlos Goldar, con ( quien trabajé durante cinco fmctíferos años; al Dr. Nico- ( lás Peyceré, por haberme escuchado sabiamente; a mis ( compañeros del Servicio de Consultorios Externos del ( Hospital Municipal BraulioA. Moyano, por su estímulo y ( aliento permanentes. (- Finalmente, deseo reconocer lailimitadaconfianza, gen- ( tileza y respeto de mi amigo de siempre, Horacio García, ( sin quien este libro no hubiera podido ser realidad. ( 9 ( Mayo de 2000 ( ( ( ( r •l ( ( (
  • 8. l. Desarrollo histórico de la prueba de Bender "La necesidad 110 es tanto de más tests, como de una mejor y más completa utilización de los ya existentes..." E. M. Koppitz Para comenzar, recordamos aquí que las nueve figuras que comprenden el conjunto de estímulos del test gestál­ tico de L. Bender, tal como hoy se conocen han sido selec­ cionadas de entre las figuras que fueron utilizadas por Wertheimer en sus estudios de las funciones psíquicas (1923). L. Bender se interesó en el uso de estos dibujos co­ mo forma de explorar condiciones de maduración per­ cepto-motoras y condiciones patológicas. A tal efecto, uti­ lizó nueve dibujos, llamando al primero "A" por conside­ rarlo introductorio (al menos en el comienzo) y a los otros numerados del "1 al 8". La autora decía que solamente los dibujos A, 3, 7 y 8 se asemejaban a los usados por Wertheimer pues los otros fueron modificados por ella (Bender, 1963) ya sea para acentuar ó para simplificar al­ gún rasgo gestáltico básico. En 1946, Bender publicó su manual para el uso clínico del test y permitió que se edi­ taran las formas que son las que hoy se utilizan. Hutt, en 1945, habría comenzado a desarrollar un uso proyectivo del test al cual Bender en principio se opuso. Con el tiempo fue aún más marcada la discrepancia de la autora sobre este uso ya que no lo consideraba objetivo. Hutt quiso hacer hi!)-capié especialmente en la relación entre los factores percepto-motores y la personalidad, mientras que la intención original de Bender era explorar el desarrollo de la inteligencia infantil y aplicar la prueba también al estudio de los desórdenes cerebro-lesionales (afasias; demencia paralítica; síndromes post-traumáti- 13 ( (. e• e• ( :1 e' ,I ( r' '(' (1 ( J (1 (1 ( í ( ( ( ( r· r ( ( ( r- ( ( ( ( e ( ( (
  • 9. ,/ ) -- _.,) _J _) ) ) _) _) __) J _) _) _) _) ) __) _) _) _J __) ) j ) ] � ) / ) ¡ ' ___,, ,' e) l ) 1 _ _, ;;. cos; etc.) y de diversos síndromes clínicos: esquizofre­ nias; psicosis maníaco-depresivas; psico-neurosis; oligo­ frenias; etc. Desde entonces y hasta la actualidad han sido nume­ rosos los estudios publicados, tanto sobre el uso proyec­ tivo como no-proyectivo del test y se han desarrollado ambos aprovechamientos de la prueba. Algunos autores, como Billingslea (1948); Kitay (1950); Pascal (1950); Suttel (1951); trataron de efectuar mediciones objetivas de la prueba. Ciertas mediciones globales, como por ejemplo la desarrollada por Pascal y Suttel que puede discriminar entre neuróticos y psicóticos ó las medicio­ nes de Hain (1964) y Mosher (1965) que discriminaron "orgánicos" de "no orgánicos", tienen relativa utilidad clínica. Paralelamente desde 1950 han aparecido investi­ gaciones sobre el uso proyectivo del test. Siguiendo la lí­ nea de M. Hutt, Suczek y Klopfer, investigaron el valor simbólico de las figura� que fueron presentadas a un grupo de estudiantes para el método de asociación libre. Hammer (1955) descubrió valores psicosexuales relati­ vos a cada figura y trabajó estos hallazgos aislando índi­ ces de sensibilidad fálica, sentimientos de castración y reacciones y defensas, etc. La postura que he intentado desarrollar a lo largo de mi fluída experiencia clínica ha sido la de lograr una inte­ gración del uso proyectivo y no proyectivo, tratando de privilegiar la presencia ó ausencia de signos como indica­ dores (uso no proyectivo) y exaltando el valor de los mis­ mos. Para presérvar esta postura es indispensable efec­ tuar una adecuada categorización de los signos cuya vali­ dez y confiabilidad permita un acertado diagnóstico clíni­ co y una evaluación de condiciones pronósticas que debe­ rán correlacionarse (si el análisis es correcto) con otros de­ terminantes y evidencias de la bateria administrada (fe­ nómeno de convergencia de los signos). 14 Las correlaciones posibles, entre conductas, defensas, estructura de personalidad y diagnóstico clínico-psiquiá­ trico, salvando en algunos casos y asimilando en otros, diferencias etimológicas, permitirá un marco integrador indispensable para una adecuada hipótesis de trabajo. 15
  • 10. l i1:.,·,: "1,1:. il. Capítulo 11 CONSIDERACIONES GENERALES E INSTRUCCIONES PARA LA APLICACION DELA PRUEBA (. (. ( J <' r• (. � r' (. r1 <' r' r' r1 <' (. (' ( (1 r' r' r' / ( r' (1 ¡1 ( ( c 1 e l / ¿i
  • 11. } r .. . I ) _) ) ) ) ) _) ) .) ) ) ) ) _) J .) ) ) ) ,.) ) ; ) j j ) / ,) • 1 ,) ) r) II.1. La entrevista inicial. Modalidad. Objetivos. Límites de la entrevista. Influencia de la entrevi�ta en los resultados. Resulta conveniente efectuar una entrevista inicial, in- troductoria a la administración específica de la !prueba, cuya modalidad dependerá de la experiencia clínica de cada entrevistador y de los criterios con los cuales se ma­ neje. En lo personal, sostengo la conveniencia de que la misma sea breve y tenga en consideración los siguientes objetivos: l. Recabar datos personales vitales y clínicos sobre el en­ trevistado. 2. Permitir.que el entrevistado logre un mínimo de con­ fianza. 3. Disminuir el grado de ansiedad situacional. Es corriente que los psicólogos poco experimentados sobrevaloren este aspecto del proceso psicotécnico, en de­ trimento del proceso propiamente dicho, e intenten cons­ truir hipótesis apriori sin considerar los hallazgos surgi­ dos a través de los indicadores del test. En este sentido, sugiero no prolongar la entrevista verbal más allá de lo necesario, en especial en sujetos neuróticos ó en patolo­ gías donde los efectos movilizantes suelen contaminar los resultados al agregar un montante de angustia y/ó ansie­ dad no controlada. Establecer una relación adecuada an­ tes del test elevará las aspiraciones ó motivaciones del su­ jeto, garantizando los resultados. En cuanto a los efectos transferenciales que pudieran surgir ó presentarse, voy a considerarlos en otro apartado (ver: "El fenómeno trans­ ferencial en la toma del test") ya que merecen una consi­ deración especial. 19
  • 12. Los datos recogidos mediante la entrevista, deberán complementarse con los obtenidos en la experiencia psi­ cotécnica y lograr lo que se denomina "fuerza de conver­ gencia de signos". Los entrevistadores que, por falta de entrenamiento ó confianza en las pruebas prolonguen la entrevista verbal, minimizan el valor de los resultados y no utilizan dicha prueba como significante gráfico que brinda valiosos ele­ mentos de diagnóstico y pronóstico. En este sentido, tan­ to la entrevista inicial como las entrevistas de administra­ ción de pruebas deben considerarse -en sentido estric­ to- entrevistas diagnósticas, en las cuales el examinador deberá abstenérse de utilizar recursos que son propios de entrevistas terapéuticas como: la escucha y la atención flotantes; los señalamiento.s; las interpretaciones y las construcciones. Y para delimitar aún más claramente el encuadre es conveniente explicitar al sujeto que se trata de entrevistas diagnósticas y a los fines de aplicación de los tests, dependiendo el número de las mismas de otro aspecto que es la planificación: general de la batería. Cabe agregar que, a los efectos experimentales, también puede efectuarse la entrevista a posteriori, sea libre, pautada o semi-pautada. 20 Il.2 Descripción de las figuras. Características de los materiales. Voy a describir a continuación, brevemente, lé.5 carac­ terísticas de cada una de las figuras (estímulos) que com­ ponen la prueba de Hender: (A) > Figura A: A esta configuración se la reconoce como for­ mada por dos figuras contingentes, que son un círculo que mantiene una relación tangencial con un cuadrado romboidal. Cada una de ellas representa una "gute ges­ talt". Basadas en las leyes de cerramiento y buena forma. (1) • • • • • • • • • • • • Figura 1: Sucesión de puntos en sentido horizontal. Construída sobre.el empleo del punto; sucesión; horizon­ talidad; semejanza y proximidad. 21 ( ( ( ( ( (' ( ( (- ( ( ( ( ( ( ( ( ( (' r r· ( ,.--- ( (' ( r· r· f ' !, ( ( ( ( (
  • 13. _) ) _j _:) __) _) _) _) ) _) ] j _j ) ) _) __) _) _) _) J �) ) ) J ) ) -==i / ·,, ./ _;; ,) J ) ') (2) o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o Figura 2: Tres seriesde paralelas de redondeles con obli­ cuidad en sentido verticéll. Patrones implícitos: semejan­ za; proximidad; empleo del redondel; horizontalidad; oblicuidad. (3) • • • • • • • • • • • • • • • • Figura 3: Figura angular construída con puntos. Consti'." tuída por tres ángulos de lados paralelos y un solo punto inicial ó final. Los vértices de los ángulos están construí­ dos sobre una línea horizontal ideal, el número de los puntos de los lados va disminuyendo de a uno, &i k construcción es de derecha a izquierda y aumentando s; es de izquierda a derecha. Leyes que la rigen: igualdad; proximidad; puntos numéricamente en aumento progre­ sivo; angulación; simetría; paralelismo entre lados. 22 (4) Figura 4: Se percibe como dos unidades determinadas por el principio de la organización geométrica ó interna; Una figura poligonal abierta en la parte superior cons­ truída por treslados iguales, tocada en el vértice derecho por una curva compleja. Obedece a las leyes de buena forma y destino común. • (5) •• • .ti ·• • • • .. . .. • • • Figura 5: Visualizada como un círculo incompleto ó pun­ tos en forma de arco abierto en la parte inferior, con un trazo recto inclinado �onstituído por una sucesión de pun­ tos que parten de la·zona superior derecha del arco y se dirigen oblicuamente. hacia arriba e inclinados hacia la de­ recha. Rigen losmismosprincipios que parala figura A. 23
  • 14. Figura 6: Formada por dos líneas sinusoidales que se cortan. La primera horizontal. La segunda oblicua que corta a la primera. Leyes de igualdad; destino común; oblicuidad; ondulación. (7) Figura 7: Dos configuraciones compuestas por las mis­ mas unidades. Polígonos hexagonales que se entrecru­ zan oblicuamente en la parte superior. Patrones visuales de: proximidad; cerramiento; entrecruzamiento con obli­ cuidad. 24 (8) Figura 8: Prevalece el principio de la continuidad de las formas. Polígono hexagonal, cuya base y lado opuesto son paralelos y más extensos que los lados laterales. Los lados paralelos hacen tangencia con dos vértices- de un rombo interno. Leyes de: cerramiento; buena forma; an- gularidad; simetría; tangencia. 25 ,-• ,1 (. (. (. � ? ( 1 (¡ (i (1 r1 ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( /'' ,, ( ( ( (
  • 15. j ) j :J _) ) _) j ,) _) � .J ) �) _) _) _) j _) _) -�) _) _) _) j J __) ji J _ __,,, - _,) 11. 3 Selección de los materiales. Técnicas de administración. Indicaciones. Procedimientos: uso psicométrico y proyectivo. La prueba consta de nueve tarjetas (ver punto 2). El entrevistador colocará cada una de ellas de modo que la bélse de las mismas quede en forma horizontal al borde superior de la hoja de prueba. La entregará al entrevista­ do de a una por vez, y dejará apilado el resto. Asimismo, constatará que la superficie donde el sujeto trabaje sea es­ table y no presente rugosidades que puedan malograr la ejecución. Los materiales que se ofrecen son: 1) lápiz; 2) hojas blancas sin líneas (dos) que deben colocarse en po­ sición vertical. No se facilitará goma de borrar ó regla. Es. fundamental, explicita� a continuación la consigna en forma breve y clara; por ejemplo de la siguiente forma: "yo le voya mostrar nueve tarjetas de a una por vez y us­ ted tratará de copiar el dibujo en un papel lo mejor que pueda". Estimo conveniente explicitar el número total de tarjetas a los efectos de que el sujeto organice su espacio de prueba. Suele ocurrir que los sujetos manifiesten su incapacidad para el dibujo ó expresen no tener condiciones para ello. En estos casos se los invita a realizarlos de la mejor manera po­ sible verbalizando que no es un test dehabilidad artística. Con respecto a las técnicas de administración conoci­ das es importante considerar que éstas tendrán relación con los objetivos que el psicotécnico se plantee para la prueba y que estarán basadas en las necesidades del exa­ minado ó de quien haya solicitado el test. En este sentido, podemos determinar dos tipos de procedimientos: un uso proyectivo y un uso psicométrico. Con relación a la primera forma mencionada hay que precisar que para una adecuada instrumentación proyec- 26 tiva se deberán utilizar los elementos, consigna y fase de administración lo menos estructurado y específico que sea posible. Siguiendo aquí, la técnica desarrollada por Hutt, el proceso de administración se divide en tres mo­ mentos: fase de copia; fase de elaboración y fase de aso­ ciación en el caso de uso proyectivo. No se indica ál suje­ to cuántos dibujos deberá copiar. Simplemente se colocan las tarjetas apiladas con los dibujos hacia abajo para que el examinado pueda ver que hay varias. Se le brinda la consigna general y no se le dan sugerencias a respuestas excepto la.de repetir la consigna ó agregando alguna fra­ se como: "hágalo como usted prefiera". Hutt, recomienda dar una sola hoja de prueba y sugiere que se utilice lápiz y goma de borrar a los efectos de lograr una constatación de las diferencias de presión como indicadores de: ansie­ dad; frustración en la tarea; etc. La fase de elaboración permitirá determinar hipótesis sobre· la personalidad del examinado. En esta fase se apartan los dibujos realizados por el sujeto y se le vuelven a mostrar las figuras del test de a una por vez indicándole en este momento que puede modificar el dibujo a su voluntad. Se le extiende para ello un block de papel para que lo use a su criterio. Se tendrá en cuenta si copia nuevamente según el modelo y se lo considera válido para extraer nuevas evidencias. Se po­ drán observar tendencias creativas ó bien la falta de la misma, rasgos compulsivos si copia fielmente; elementos de regresión que pudieren aflorar u otros contenidos que escapan al control del sujeto (fantasías inconscientes). Los pacientes cerebro-lesionales mostrarán en cambio sus di­ ficultades proyectadas en algún aspecto del dibujo cons­ tatando la utilidad ;del método (segun Hutt). En un tercer momento, se solicita al sujeto que asocie ante las tarjetas originales y las elaboraciones efectuadas por él. Y se le pregunta qué le sugiere cada una. Se anotan las asociacio­ nes del dibujo original y de las elaboraciones consignán- 27
  • 16. / li }¡i¡.'!; ': 1: 'L dose con una (O) para las primeras respuestas y con una (E) para las segundas respectivamente. Todos estos datos constituyen el material obtenido para efectuar la interpre­ tación proyectiva. Así como la fase de copia utiliza los re­ cursos objetivos, ésta se basa en los conceptos utilizados para toda hipótesis proyectiva. A fin de establecer la segunda forma, es decir, la utili­ zación del test como instrumento psicométrico, es necesa­ rio que las condiciones resulten lo más estructuradas y específicas que sea posible. Bender, por ejemplo, sugería la posición vertical de las hojas (ésto es así en tanto ésta es la posición corriente en que se colocan las hojas para es­ cribir ó dibujar). Otros autores no hacen hincapié en este aspecto. Byrol (1950) utilizó para sus investigaciones una sola hoja. Hutt dice que presentar el block de papel pue­ de enfrentar al sujeto con una elección posible: usar una hoja; dos ó más revelando este factor aspectos importan­ tes de cómo maneja el entrevistado su espacio vital, es de­ cir como lo estructura. Pero dar una hoja y mantener el block colocado enfrente tiene laventaja de que este aspec­ to puede ser evaluado en el espacio que se le brinda. Mi experiencia me ha demostrado, la necesidad-de dar pau­ tas estructuradas que permitan establecer un uso "stan­ dard" y lo más objetivo posible. Sostengo así, la conve­ niencia de mantener la consigna tradicional; dar dos ho­ jas para la prueba y no facilitar goma de borrar pues el uso de la misma modifica el registro espontáneo que -a mi entender- es de alto valor diagnóstico. 28 11.4. Observaciones durante la toma. Lo que debe ser tenido en cuenta. Eventualidades dentro de la toma del test. Salvedades. Características consideradas normales. Equivocaciones. Variaciones en la ejecución dentro de la normalidad. Teniendo en cuenta lo desarrollado en el punto ante­ rior, comenzaré por manifestar que -según mi experien­ cia- un mejor aprovechamiento de la prueba se logra utili­ zando en forma integrada los factores psicométricos y proyectivos, administrando los materiales, asimismo, en una sola fase de copia. En aquellos casos que considero conveniente efectuar una re-toma (sea de una figura ó de varias) lo hago en hoja aparte y luego de finalizada la se­ cuencia completa del test. Un ejemplo que suele motivar una re-toma es la necesidad por parte del entrevistador de corroborar si el sujeto puede ó no rectificar determina­ do signo considerado patológico desde el punto de vista de esta prueba. Es necesario hacer la re-toma a posteriori a los efectos de no "empastar" el protocolo, pues en los casos en que no se cuente con las anotaciones del exami­ nador durante la administración pueden surgir errores de interpretación (una figura repetida puede ser un buen ejemplo para la confusión, ya que puede considerarse co­ mo una forma de perseveración si no se constata que se trató de una indicación de re-toma). Asimismo, permitirá verificar si hay alguna imposibilidad debida a causas or­ gánicas ó por el contrario si estamos en presencia de fac­ tores ocasionales y transitorios como pueden ser la falta de "training" por parte del entrevistado en el uso de los materiales (es el caso: de pacientes que tienen un largo tiempo de hospitalización con los cuales es recomendable realizar un fogueo previo mediante el dibujo libre; etc.). En otros casos, se trata de las dificultades del sujeto para enfrentar una tarea nueva (que hacen a características de 29 )- � � '� � 't � ,• ' ( ll
  • 17. ,J. )A _) -� � � ) � _) � � � . .) � J _) J � �·... _) -�; ') .. , ,_) •, ) .) ·) :.) /J ') :·)) �ji f} . -_--) ''!,_.' . ·)¡,,-- --/. 'd.. ') t personalidad); ó bien a las expectativas del examinado en cuanto a los resultados ( en el caso de psicotécnicos para fines laborales); al clima en el cual se trabaja; ó a conoci­ mientos previos con respecto a la prueba, etc. Hay asimis­ mo, otros factores que pueden incidir en los resultados, como son: edad del examinado; coeficiente intelectual; grado de instrucción; etc., factores que deben ser tenidos en cuenta en el momento de efectuar la evaluación de los signos. He seleccionado a continuación, algunos de los ele­ mentos a considerar de una gi:an cantidad de conductas que suelen evidenciar _los sujetos durante la fase de copia. Descarto la ansiedad y la desconfianza, pues considero que son variables fácilmente controlables. En cambio, es importante considerar el grado de fatiga que pueden ma­ nifestar, por ejemplo los pacientes con patologías orgáni­ cas. La fatiga suele incrementar las perturbaciones viso­ motoras. Personalmente, sostengo que si etsujeto desea continuar con la prueba a pesar de las dificultades debe administrarse en forma completa. Es el sujeto -en estos casos- el quedefinirá la suspensión ó no. Mi experiencia me ha indica1o que, en general, cuando la variable está adecuadamente identificada (es decir, que no se confunde con tendencias oposicionistas ó inhibición) los sujetos se esfuerzan en continuar y acompañan sus ejecuciones con expresiones de impotencia ó dificultad (Piotrowski, Rorschach). Es diferente la postura que adopto frente a un sujeto que manifiesta una actitud agresiva con conno­ taciones de oposicionismo y/ó negativismo. En estos ca­ sos, la conducta del entrevistador debe_ser firme y decidi­ da intentando lograr un registro, aún con las dificultades obvias generadas por tal situación. Estas actitudes suelen expresarse como descalificación hacia los materiales ó bien hacia el entrevistador. Recuerdo el caso de una pa­ ciente psicótica con una prolongada hospitalización, que 30 ¡. ¡: 1 ¡: F ¡ ¡¡, r, '¡. !· f." me dijo: "usted es una psicóloga deficiente y estos dibu­ jos son unos mamarrachos". A continuación, destruyó su hoja de prueba y se retiró. Se trata, claro está de un caso extremo, y no es lo habitual. Cuando estamos en presencia de sujetos inhibidos, por el contrario, es importante evaluar el grado de inhibición que presentan y para ello es fundamental el registro de cada detalle (por ejemplo, forma de tomar el lápiz en el caso de sujetos perplejos que suelen mantenerlo �móvil y en posición vertical a la hoja de prueba y cuyos movi­ mientos están tan restringidos que pueden quedarse en esa posición por espacio de largos minutos; el tiempo de ejecución suele entonces ser muy prolongado hasta la im­ posibilidad parcial ó total de lograr la ejecución). Asimismo debe consignarse cualquier alteración de la hoja como de las tarjetas. Esta modificación debe acompa­ ñarse además con la indicación-por parte·del examinador de volver a colocar a la posición correcta. Si persistiera el signo deberá anotarse interpretando el significado de la repetición. Cuando el examinado debe volver a realizar cualquie­ ra de las figuras aduciendo "no me salió bien" ó "puedo repetirla" se procede como he descripto en este mismo apartado para los casos de re-toma, aclarándole que fina­ lizada la secuencia de la prueba podrá volver a ejecutar la figura en cuestión. La insistencia en el uso de goma de borrar 6 regla tam­ bién debe consignarse como parte de las observaciones pues nos mostrarán interesantes aspectos de personali­ dad (es el caso de sujetos ansiosos; con tendencias.fóbicas u obsesivas; con gran montante de inseguridad. La nece­ sidad de borrar la he observado también en depresivos que intentan remediar lo que consideran que no les ha sa­ lido bien y podría ser un buen ejemplo del mecanismo de reparación desde otra perspectiva interpret&tiva). 31
  • 18. ¡t:f: He tratado de considerar las conductas más usuales del examinado y para finalizar este punto agregaré que también se deben anotar las verbalizaciones espontáneas y analizar luego su posible significación (por ejemplo, un sujeto mientras ejecuta correctamente las figuras realiza elaboraciones verbales sobre cada una de ellas; otro utili­ za ese espacio para hablar de sus inseguridades proyecta­ das en la prueba, etc.). También deben registrarse otros elementos propios de la ejecución, por ejemplo: si es dies­ tro ó zurdo; si cuenta los puntos, ó los recuenta y cuántas veces lo hace; si procede en forma impulsiva; en qué par­ tes de cada figura mostró dificultades; el movimiento de las líneas que traza; qué dirección toman; si hubo algún tipo de bloqueo especial en alguna figura; si bosqueja las líneas artísticamente; el tiempo empleado; si mostró satis- : facción ó insatisfacción; si hubo rotaciones de figuras, de tarjetas ó de la hoja de prueba. 32 ¡ ¡ i l ¡. l i 1 �' 1 � 1 i 1 ¡· ¡¡ ! ¡1: i: l. �: tr1 ff l' ¡1 1 'f. 11.5. El fenómeno transfere:n.cial en la toma deltest. Etimológicamente, transferencia viene de "transferir", que significa "poner" ó "colocarl/algo en otro u otros; en este caso, afectos y emociones ligados básicamente a las relaciónes tempranas ó primarias. La transferencia se pro­ duce en todos los vínculos humanos, y en especial en aquellos que son complementarios (ej: maestro-alumno; terapeuta-paciente). En sentido estricto, consideraré bre­ vemente algunos efectos transferenciales que pudieren producirse durante el proceso psicotécnico. Así la prácti­ ca clínica permite comprobar que los mismos no determi­ nan ó inciden en los resultados. Para ello, es fundamental establecer desde el comienzo una distancia adecuada (di­ sociación operativa), con explicitación de los límites de las entrevistas, que deberán encuadrarse a los fines de una buena toma. Asimismo, he confirmado que -,-en ge­ neral- los sujetos no oponen resistencias a la administra­ ción de las pruebas, excepto en aquellos casos en los cua­ les se evidencian características paranoides que suelen manifestarse como: reticencia; oposicionismo; críticas a los materiales ó al examinador. Cuando se recabe infor­ mación sobre la sintomatología; historia vital; etc. es fun­ damental no efectuar señalamientos ni introducir al suje- . to en una entrevista verbal tratando de recoger elementos mediante este método por. deficiencias de índole técnicas que sí generan efectos transferenciales difíciles luego de disolver. Una psicóloga residente de primer año me interrogó una vez sobre los motivos por los cuales -en general­ nunca trabajo psicoterapeútlcamente con los pacientes a los cuales administro-un psicodiagnóstico y le respondí que desde el comienzo aclaro el alcance de las entrevistas. En otra oportunidad, me manifestó su desconcierto por 33 /"' � � ,. � ,.
  • 19. ) ...) ) •, ./ _) · j j ¡} ) 1 .. ./' } ) .) ) j ) _) �·) ") � ) ') una paciente que le fue derivada.para tratamiento psico­ terapéutico a continuación de haberle administrado un psicotécnico. Se encontraba I?teoC1:1pada por el hecho de que la paciente hablara continuamente de los tests consi­ derando que se trataba de un� "experiencia traumática". __Examinando el relato de su caso, se·pudo observar que la terapeuta, sin saberlo, estaba identificada contra-transfe­ ... rel}cialmente con la paciente en este lugar, depositando la · resistencia al análisis de la historia de la sujeto a través del elemento discursivo verbal, en las pruebas efectuadas con ella antes de iniciar dicho análisis, en vez de locali­ zarla en el relato verbal. Es decir: "el problema son los tests" y no "ahora empieza lo difícil que es hablar de mi historia". Probab.leme�te, la terapeuta inexperta, no estu­ viera realm�nte conyencida del valor ó del alcance de las pruebas y no pudo desarticular -· por identificación- la resistencia de_ la paciente, porque en el fondo sentía igual que ella, 6 se s�ntía culpable por haberla tomado en trata­ miento luego de administrarle el test. Precisamente, otro punto a considerar, es el de lá des­ calificación de los materiales por parte del paciente (lo · cual no invalida la continuación de la toma). Es impor­ tante en estos casos, consignar como observaciones du­ rante la toma, estos elementos, pues formarán parte de la convergencia de signos. No siempre los· sujetos rechazan los materiales, en ocasiones, los alaban como una forma de seducción y de .control "omnipotente" para aplacar ansiedades y temores. Como se ha visto arriba, por otro lado la descalificación de la prueba por el propio técnico (sobre todo por la gente joven que la aprende como parte de su formación y· no por su propio convencimiento ó por curiosidad) puede llevar a situaciones contratransfe­ renciales como la descripta arriba. Es necesario tomar la metodología con objetividad ó al menos, reconocer los propios prejuicios. (Sobre todo en nuestro medio, donde 34 muchas veces se minimiza el valor de las pruebaJ psico- técnicas). Es casi infinita la variedad de avatares que pueden pre­ sentarse en un vínculo tan singular como es el que se esta­ blece en el encuentro psicotécnico. Además de los,efectos ya mencionados consideraré algunos otros que suelen re­ petirse y que son importantes de considerar en el momen­ to de la evaluación son comunes, por ej.: el temor a some­ terse a la prueba (por fantasías ligadas al miedo a la locura que pueda descubrirse ó manifestarse). Colocar al profe­ sional en el lugar de supuesto-saber (según la fórmula la­ caniana) y amo absoluto (shamán ó mago) pretendiendo que le sea develada una profunda verdad. (Mostrando a posteriori, decepción; enoj.o ó idealización hacia la figura del examinador). El desgano que se observa a ve·ces, pue­ de atribuirse a diferentes causas: "lo mandan" a.hacerse los tests; necesita el estudio para determinado fin; es una cuestión sine-qua-non para aprobar un ingreso. Este des­ gano, puede también estar asociado a la expresión; "ésto no me sirve para nada"; "yo necesito otra cosa"; "no sé porque vengo"; "no entiendo porque me mandan a hacer ésto". El intento de manejar al examinador de diferentes modos, exponiendo su necesidad de que el resultado sea positivo (en el caso de pericias por tenencia de hijos; in­ demnizaciones por daños y perjuicios). Descalificar al profesional llamando la atención sobre algún aspecto ó detalle de su físico ó personalidad (una paciente me seña­ ló en una ocasión que estaba despeinada ese día; otra me criticó el uso de una falda muy corta; recuerdo casos en que me han alabado por mi belleza; obsequiado golosinas; etc). Las críticas pr�vias sobre los materiales debido a te­ ner conocimiento sobre los mismos (sea por haber efectua­ do la prueba anteriormente 6 por ejercer alguna profesión afín) como fue el caso de una directora de escuela que uti­ lizaba y conocía el uso del test y expresó: "¡Yo, haciendo el 35
  • 20. Bender; no puedo creerlo!". Otros efectos pueden estar confundidos ó mezclados con algún detonante particular de la historia del sujeto. Una paciente concurrió a la entre­ vista angustiada; llorando y expresó su preocupación por haber sido golpeada por su esposo. Dijo no saber cómo re­ tornar a su casa. Fue preciso contenerla afectivamente y permitir que manifestara sus sentimientos y emociones hasta que ella misma pidió efectuar la prueba a pesar de mi sugerencia en el sentido de diferir la administración para otra cita. Si ésto no fuera posible y las circunstancias exigieran concretar la toma deberá procederse con fran­ queza estableciendo los límites adecuados. En una oportunidad un sujeto enviado por un juez con motivo de estar tramitando un juicio de divorcio contra su esposa me increpó e insultó diciendo que él no iba a someterse a ningún examen porque no estaba loco. Le respondí que podía retirarse sin efectuar la prueba, de lo cual daría debida cuenta al juzgado en el informe pericial. Se calmó y pidió disculpas mostrando características pa­ ranoides de personalidad (marcada desconfianza) y te­ mores a ser diagnosticado como demente. Hay múltiples formas de manipular al examinador, por ejemplo, mostrando la necesidad de ser escuchado, lo cual debe considerarse atentamente. Recuerdo que un pa­ ciente llegó fuera de horario; no se anunció como lo hacen habitualmente los pacientes en un servicio hospitalario y se enojó cuando hice pasar a otro primero. Luego, tomó asiento y al intentar abordarlo a través del test, me pre­ guntó "¿no vamos a conversar? ¡Ah, yo creía que venía para eso!". Se sintió molesto aunque luego realizó la tarea pero manteniendo activo cierto recelo por la "demanda insatisfecha". Diferente es el caso de un sujeto que llega espontánea­ mente relatando algún episodio de su vida ó explayándo­ se sobre su historia en la entrevista previa como señal de 36 entrega y deseo de ser ayudado. En estos casos, suelo to­ marme el tiempo necesario para escucharlos (sin quebrar los límites del encuadre en cuanto a la abstinencia de ver­ balizar señalamientos e interpretaciones). Cuanto más altas son las motivaciones del examinado ó cuanto mayor seá el"rapport" que establezcamos con él mejor serán los resultados, asegurando un buen desarro­ llo, que permita una base sólida para la posterior inter­ pretación. Por último, si tenemos en cuenta la nobleza del material en lo que hace a sus características no amenaza­ doras (como pueden serlo otros tests proyectivos (por ej: T.R.O.; Rorschach), y el hecho de ser un estímulo no ver­ bal facilita aún más el éxito. La falta de motivaciones en el examinador, así como la inexperiencia de los mismos (señalada en párrafos ante­ riores) pueden viciar ó contaminar el proceso y generar, sí, molestos efectos transferenciales. Creo haber dado un panorama si bien no completo por lo menos abarcativo de gran variedad de situaciones de transferencia. 37 r• (. (J ( -' (. 2 ? (¡ (J (¡ ( J (1 ( J r' (- e ( ( f ( ( ( ( r {" 1 (­ ( ( c­ r ( ( (
  • 21. ) ) ) ) ) ) / ) J J ) ) ,./ ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) � � J ) ) ) .j ) ) ;II,6 El signo y su valor. No es mi intención efectuar aquí un desarrollo ex­ haustivo del concepto de signo (que por otra parte ya ha sido hecho por autores como Ducrot, Todorov y otros) sino realizar un breve análisis y a los efectos de estable­ cer los límites del signo gráfico que específicamente nos ocupa. Existen diferentes clases de signos y estructuras que se le parecen y deben delimitarse aquí. Debe distinguirse el signo de algunas entidades semejantes. Algunas escuelas han pretendido reducir el signo a una señal. La señal pro­ voca determinada 1eacción que no implica ninguna rela­ ción de significación. Otra distinción problemática es la establecida entre signo y síntoma ó signo natural. El sín­ toma es un signo que es parte constituyente del referente; por ejemplo; la fiebre es un síntoma de enfermedad (sig­ no-referente). San Agustín propone en una de las primeras teorías sobre el signo: "un signo es algo que, además de la espe­ cie abarcada por los sentidos, hace que otra cosa acuda por sí sola al pensamiento". Desde esta perspectiva ¿el signo será acaso algo que está en lugar de otra cosa y la reemplaza? Ducrot y Todo­ rov definen el signo como una entidad que: 1) puede ha­ cerse sensible y 2) para un grupo determinado de usua­ rios señala la ausencia en sí misma. La parte del signo que puede hacerse sensible se llama, para Saussure, " sig­ nificante" (sgte.), la parte ausente se llama "significado" (sgdo.) y la relación q1.1e mantienen entre ambas, "signifi­ cación". Quien dice signo debe aceptar la diferencia entre sgí·e. y sgdo. (presencia y ausencia). 38 Señal. El signo es a la vez una señal y viceversa: originaria­ mente doble. Debemos considerar dos aspectos comple­ mentarios del sgdo. El primero es vertical y en los ejes del planteo de Saussure nos es revelado como la relación nece­ saria que el sgdo. tiene con el sgte. Es lo que le falta al sgte. . y queda aludido por él. El segundo, que podríamos repre­ sentar como horizontal con el mismo sistema, consiste en la relación de ese sgdo. con todos los demás significados en el interior de un sistema de signos (El sistema de signos que analiza Saussure es el del lenguaje). Es necesario dis­ tinguir asimismo la significación de la función referencial (denotación). La denotación no se produce entre sgte. y sg­ do. sino entre el signo y un referente, es decir el objeto real: "no es la secuencia sonora ó gráfica m�zana, sino la pala­ bra (el signo mismo) "manzana" unida a las manzanas rea­ les". Debe distinguirse también la significación de la repre­ sentación, que es la aparición de una imagen mental en el usuario de los signos. Tanto la denotación como la repre­ sentación son casos particulares de un uso más general del signo que se ha dado en llamar: simbolización. Por ejem­ plo; la palabra "llama" significa "llama" pero simboliza pa­ sión ó deseo (exceso de significado sobre el significante). Signo verbal y no verbal. Desde ya que el signo no es forzosamente lingüístico. Las señales camineras son también signos. El lenguaje verbal participa de algunas características, como son: se trata de un sistema complejo (conjunto de signos). Presupone la existencia de la significación y com­ porta ciertas propiedades específicas: a) Puede empleárselo para hablar de las palabras mismas que lo constituyen y con más razón aún, de otros siste- 39
  • 22. �u�v UC .:>11:,llOS, b) Puede producir frases qw: rechazan tanto la denota­ ción como la representaci<',n, por ejemplo: mentiras. c) Las palabras pueden utiliz�rse en un sentido del cual la comunidad lingüística no tiene conocimiento pre­ vio, haciéndolo conocer gracias al contexto (por ejem­ plo el empleo de metáforas originales). Cuando sólo se hallan presentes las dos primeras con­ diciones puede hablarse de sistema de signos. Cuando sólo la primera está presente, se hablará de código (así, la música es un código) la mayoría de los sistemas significa­ tivos que nos rodean son mixtos: son a la vez códigos, sis­ temas de signos, sistemas simbólicos; pero ninguno posee las propiedades del lenguaje. Por el hecho de pertenecer a un sistema, el signo adquiere dimensiones que no pueden observarse cuando se lo considera aisladamente. Por un lado, el signo entra en relaciones paradigmáticas con otros signos, puede comprobarse que dos signos son idénticos ó diferentes, que el uno incluye ó excluye al otro, que el uso implica ó presupone el otro, etc. Pierce define a esta propiedad de los signos verbales como inter­ pretante ó de ''conocimiento colateral". Estas relaciones paradigmáticas que permiten la interpretación forman parte de lo que Saussure llama valor, y Hjelmslev, forma del contenido; Ducrot lo llama interpretación. También he observado una diferencia entre el signo mismo y el uso individual que se hace de él. Peirce opone el signo-tipo y el signo-ocurrencia. El número total de las palabras de un texto nos da el número de los signos-tipo. Por fin, al entrar en una frase el signo-ocurrencia sufre modificaciones internas: puede combinarse con ciertos signos y no con otros. Podemos llamar significancia a este aspecto del signo que le permite entrar en el discurso y combinarse con otros signos. 40 Benveniste ha observado que el lenguaje verbal es f't único que posee los dos aspectos simultáneament�. Los elementos constitutivos de los demás códigos, por ejem­ plo, están dotados (de un simulacro) de significación: asi los tonos musicales se combinan sin ciertas reglas preci­ sas, pero no forman paradigmas. Al contrario, los ele­ mentos constitutivos de los sistemas de signos diferentes del lenguaje verbal entran en una relación de interpre- tancia, pero no de significancia. Semiología Clínica. Apartándonos ya definitivamente de la lengua .como sistema de signos, la semiología clínica (del griego, 'semeion': signo) utiliza como su fundamento la lectura de signos-(hechos objetivables). El signo gráfico (que es el que utiliza el test de Bender) es resultado de una acción que ocurre en el momento de la ejecución en el seno de la estructura del sistema nervio­ so. Incluye simultáneamente los aspectos sensoriales, pro­ pioceptivos, gnósticos y práxicos del acto de ejecución gráfica. La prueba gráfica, no obstante deja registrados, solamente los efectos motores de esta dinámica (rasgos) pero no debe olvidarse que ésto es una resultante de pro­ cesos mixtos, combinados (senso-motores). El signo gráfi­ co es una evidencia más de tales efectos porque todas las manifestaciones del individuo (el lenguaje, las praxias, el pensamiento, etc). participan de este carácter significante ó sea que pueden ser interpretados. El signo y su valor en el Bender. El test de Bender trabaja con signos gráficos que son evidencias indirectas que sirven para operar con síndro­ mes y en muchos casos no alcanzan a constituirse en co- 41 ( ( ( ( ( ( (� ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( e ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( r
  • 23. ) ) ) ) 1 ,! ) / ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) / ) ) ) j ) / ) J � ) J ) J ) ) sas tan concretas como una lesión ó una enfermedad aun­ que es bien conocida la utilidad de esta prueba en la prác­ tica clínica especialmente por su idoneidad para detectar con bastante precisión la existencia de "factores cerebro­ lesionales". Los signos a que se refiere el actual trabajo son de diver­ sa procedencia: en primer lugar los signos descriptos por L. Bender. En segundo término signos descriptos por otros autores, continuadores que desarrollaron el uso del test, como por ejemplo: Hutt; Koppitz; etc. En tercer lugar, sig­ nos que según mi experiencia he incluido y considerado. Es mi opinión, que la "validez" y "copfiabilidad" de un diagn.óstico clínico, debiera basarse en por lo menos dos condiciones. Una de ellas se refiere a la claridad-y p·o­ d(?r de convicción de un signo. La otra, a la presencia de signos que se refuerzan mutuamente. Según mis observa­ ciones, el grado de confianza en un signo aislado, eviden­ te, sobre cuya base puede iluminarse el diagnóstico y/ó pronóstico, aumenta con la experiencia clínica del psico­ técnico (casi diría es condición sine-qua-non). Los signos que se refuerzan entre sí pueden apoyar su valor en dife­ rentes instrumentos ó pruebas como son : la convergencia entre tests; la observación de la conducta; de la historia clínica (antecedentes personales; familiares) y del examen ó exámenes complementarios. Otra cuestión a considerar es la fluctuación de signos de. una toma a otra. para ello es importante que se evalúe: a) signos que se mantienen b) signos que no se mantienen en el re-test. Con respecto al punto a) estos signos brindan mayor certeza al diagnóstico. La fluctuación de los mismos, en canbio, puede corresponder a motivos diferentes, a saber: 1 . 1) ilto monto de ansiedad situacional transitoria (especí­ fica de la situación de prueba que puede movilizar 42 tendencias ó contenidos arcaicos que suelen ceder a una mejor integración en la re-toma). 2) Correcta comprensión de la consigna. Falta de "trai­ ning"; tiempo de hospitalización prolongado. Este último, puede producir grados de bloqueo para lo cual es conveniente verificar primero si están presentes es­ tos aspectos ó variables y permitir al entrevistado un fogueo previo (indicarle por ejemplo que escriba su nombre, etc.). 3) La abundante ingesta de psicofármacos: hipnóticos; . neurolépticos; antidepresivos; pueden producir mer­ mas en los resultados (por ejemplo en pacientes agu- dos). Se sugiere re-test. 4) Evolución del caso y seguimiento por parte del psico- técnico, ya que no resulta posible equiparar una psico­ sis aguda a una neurosis con elementos reactivos ó a un cuadro terminal esquizofrénico. Despejando correctamente las variables expuestas, es.:. taremos en condiciones de establecer signos esenciales ó primarios de otros secundarios ó sobreagregados ó so­ breconformados por los elementos considerados. Esta categorización de los signos permite utilizarlos como indicadores de patología. 43
  • 25. ) ) ) ) J ) _) ) ) ) ) ) ) ) ) ,) ) ] ) ) ) ) J ) ) ) � j ' ) ) ) ) ' ) III.1 Indicadores específicos del test. Su interpretación. A) Ordenamiento de la secuencia: Se refiere al grado de regularidad en las sucesivas co­ locaciones de los dibujos en la ó en las hojas de prueba. El orden esperable en nuestro medio es de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha. Pueden ocurrir diferentes orde­ namientos, a saber: a) Normal y/ó plástico: Con ligeras variaciones en la secuencia, sigue una sucesión regular y ordenada. (Ver casos 1 y 4). b) Rígido ó estereotipado: El ordenamiento en este caso suele ser compulsivo. Es­ te signo indica una falta de plasticidad en las conductas. (Ver caso 5). c) Confuso y/ó caótico: Las figuras están colocadas arbitrariamente sin orden ni plan aparente. Esto suele ser indicativo de algún tipo de trastorno del pensamiento y/ó posible signo de confusión. (Ver casos 11 y 21). B) Ubicaciónde la primerafigura: Este factor es valioso como indicadOl' del lugar que ocupa el sujeto frente al medio. En otros términos, podría ser considerado como una proyección del Yo en relación al mundo: a) Colocación normal y/ó "standard": 47
  • 26. La figura entera queda ubicada dentro del tercio supe­ rior de la hoja y ]a distancia con respecto a los bordes ó cantos no debe ser inferior a 2,5 cm. (Ver casos 1 y4). b) Colocación en el margen izquierdo superior: Comprende cualquier posición ubicada dentro de una pulgada del borde de la hoja. Indica: timidez; temor; ais­ lamiento. c) Colocación en el centro de ]a hoja: Siendo éste el caso (generalmente esta posición suele estar acompañada por un significativo aumento en el ta­ maño de la figura) puede correlacionarse con modos de conducta egocéntrica y/ó narcisística. (Ver caso 56). d) Otras co]ocaciones: Posiciones atípicas: La figur.a se ubica en el margen superior derecho ó infe­ rior izquierdo ó derecho. Tanto Bender como Hutt conside­ ran que la presencia de este signo indicaría un marcado de­ sajuste de la personalidad, aunque hay que destacar que es­ te factor no ha sido adecuadamente tipificado (seguramen­ te por la escasa cantidad de veces que puede observarse es­ te signo en la práctica). Según mi experiencia personal, es­ tas posiciones atípicas se producen en forma aislada, a ve­ ces se asocian con una secuencia también atípica (como por ejemplo; ir colocando las figuras de abajo hacia arriba ó al­ terar la secuencia en forma de zig-zag). En los casos que tu­ ve oportunidad de observar siempre se correspondía con la presencia de un "factor traumático" (exógeno ó endógeno u orgánico). Por ejemplo: el caso 77 muestra reproducciones de una joven de 19 años que sufrió un accidente por atrope­ llamiento que le produjo secuelas estéticas y daño psicoló­ gico, éste comprobado mediante convergencia de signos a través de otros tests como Rorschach y Phillipson. Esta 48 ¡. ¡; 1, [: 1, !' ' convergencia evidenció un trauma psicológico que operó cambios en las características previas de personalidad. Otros casos estudiados por mí fueron los de sujetos aban­ donados por sus parejas ó que sufrieron un marcado im­ pacto emocional. Se presentó también en un sujeto zurdo que había sido dado de baja en su condición de transportis­ ta y al cual se le exigieron pruebas psicotécnicas. Curiosa­ mente en su historia personal había antecedentes de una si� tuación traumática, pues había perdido a su esposa y tres hijos en un accidente automovilístico. Otros casos fueron por causas pre-natales y peri-natales. (Ver casos 78; 80 y 81). C) Tiempos de ejecución: Se refiere a la duración global de la prueba. Puede ser: a) Normal: La secuencia completa se efectúa dentro de un lapso ge- neralmente no mayor a los veinte minutos. (Ver caso 3). b) Enlentecida: El tiempo de ejecución, en estos casos, se encuentra dilatado ó marcadamente prolongado. Puede extenderse de veinte a treinta minutos ó más. Indica: restricción de movimientos y según mi observación personal: "adheren­ cia" al estímulo evidenciando componentes epileptoides ó "glichroides" de personalidad. Esta reducción ó debili­ tamiento del impu]so motor suele presentarse en cuadros de inhibición y/ó depresión de diversa índole etiológica. (Ver caso 36). c) Acelerada: El tiempo de ejecución es rápido ó acentuadamente rá- pido. Indica: falta de planeamiento y autocrítica y lo he considerado como una fuga del estímulo. Este factor pare- 49 ( ( ( ( ( e � ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( e ( ( ( í
  • 27. ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ') ) ·.) ) ) ) ) ) ) ) ) _) ) ' ) ) ·� ·� ) ) ) ) !, ) 1 ,• ¡, ) H ·-· ciera relacionarse desde la conducta con: tendencias hacia la pérdida de control; irritabilidad y clínicamente puede apreciarse en: distimias; epilepsias; trastornos de la perso­ nalidad y en euforias y/ó manías. (Ver casos 59 y 60). CH) Uso del espado: Una adecuada estimación del espacio es indicadora de maduración percepto-motora; inteligencia y buen: ajuste emocional de la personalidad. Permite determinar, asi­ mismo, la capacidad de adaptación y orientación del suje­ to con respecto al mundo. Hay diferentes modos de utili­ zar el espacio, a saber: a) Expansión: -Indica conducta hostil ó extravertida, rebelde. (Ver ca­ so 60).. b) Compresión: Indica pasividad, introversión, tendencias esquizoides, hostilidad encubierta. (Ver caso 80). c) Fluctuación entreexpansiónycompresión: Probable modo de conducta ambivalente (por ejemplo; acercamiento y rechazo ó evitación). D) Uso del margen: Este fenómeno se refiere a la colocación de cualquier fi-. gura ó porción de ella a menos de 1,75 cm. de los bordes de la hoja de prueba. Indica: intensa ansiedad encubierta y necesidad de buscar apoyo en factores externos. También se ha. observado la presencia de este signo en pacientes le­ sionales; interpretándose como un intento compensatorio para mantener el control y reducir sentimientos de impo- so tencia. (Se trata en estos casos de unuso anormal que ---en general- involucra a todas 6 casi todas las fj.guras). E) Movimiento de la linea: La <:Urección esperada en nuestro medio para figuras cerradas (círculo, hexágono) es lo que se ha denominado "eh sentido contrario a las agujas delreloj". De arriba ha­ cia abajo y de adentro hacia afuera. Quedan exceptuados de esta clasificación los sujetos zurdos. Las desviaciones del movimiento pueden describirse de la siguiente forma: a) Dirección centrífuga: De izquierda a derecha. Tendencias de la personalidad normales. Condiciones de.seguridad y autonomía. (Ver caso 3). b) Dirección centrípeta: De derecha a izquierda. Evidencia egocentrismo; re- gresión; oposicionismo. (Ver caso 80). c) Combinada y/ó fluctuante.: Se refiere a cualquier cambio en la típica dirección. Es- tas alteraciones suelen ser repentinas 6 inesperad�s e in­ dican algún tipo de bloqueo ligado al sentido simbólico de la figura y puede representar un intento de exteriori­ zar tendencias conflictivas de la personalidad y/ó un in­ tento de elaboración de las mismas. (Ver Caso 81). d) Cambio de arribahacia·abajo: Introversión. Inmadurez. Depresión; Ej.: porción recta de la Fig, 5. e) Cambiode abajohacia arriba: · Extroversión. Madurez. Ej.: curva sinusQidal de la Fig. 4. 51
  • 28. f) Cambio en el /Jsentido de las agujas del reloj" Tendencias oposicionales. Pasivas y egocéntricas. g) Cambio en el "sentido contrario de las agujas del reloj": . Adaptación normal de la personalidad. F) Ca.ra.cterísticas de la línea: Hay diferentes tipos de líneas ó trazos a saber: a) Trazo repasado: Se refiere a un segundo intento de reproducción de una figura ó parte de una figura. La actitud meticulosa, auto­ crítica, en ocasiones unida a una falta de plan anticipado pueden producir repaso ó tendencias al mismo. Este fenó­ meno, también es indicador de alto monto de ansiedad. b) Trazo bosquejado: Se refiere al retoque de una línea ó de una unión. El bosquejo tiende a reproducciones que son inferiores en cuanto al logro y que a veces distorsionan la gestalt. Este factor podría estar relacionado con sentimientos de ina­ decuación con intentos compensatorios. (Se debe distin­ guir aquí el bosquejado artístico que se enlaza a repro­ ducciones bien logradas). c) Trazo saltativo ó en "spikes": Como su nombre lo indica, es un trazo irregular. Indi­ cador de patología comicial. G) Tono de la línea: Se considera en este factor la presión ejercida para la ejecución del trazo, considerando las siguientes variantes: 52 f1, � � l f. r íl [ t r f t 1 a) Líneaspesadas acompañadas de incoordinación motora: Constituyen signos de ansiedad y/ó agresividad orientadas hacia el exterior (Yo-Mundo). b) Líneas débiles ó finas: Ansiedad internalizada, inhibida ó desorganización (Yo-Sí mismo); (Yo-Cuerpo). c) Incoordinación �otora: Se refiere a irregularidades, desigualdades y temblores (finos) en la característica de la línea. Sugiere incoordina­ ción motora de fundamento neurológico, indica también alto monto de ansiedad. d) Línea miscelánea: Pequeños trazos que tienen como producto final una gestalt malograda. e) Línea ondulada: Inestabilidad en la coordinación motora y.en la perso­ nalidad (por factores orgánicos y/ó emocionales). f) Líneas "guía" y/ó separación entre figuras: In_dicador de rasgos compulsivos, fobias, inseguridad, dependencia. H) Rotación de la tarjeta y/ó de la hoja: Se refiere a cambios en la posición de la tarjeta y/ó de la hoja de prueba. La rotación puede ser de: 45º ó menos (leve); de 90º (moderada) ó de 180º (severa). Indica: obsti­ nación, características oposicionistas ó negativismo; algo de egocentrismo; tendencias al manejo del estímulo que se corresponden con conductas caprichosas y/ó manipu­ lación. (Ver caso 48). 53 ( ( ( ( ( ( E: ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( (
  • 29. Í' () ,) '. ) ,) ) ) ,/ ) ) ) ) � ; ) ) ) ) ) ) ' ) /) ) ) (� ;� ii1 ) ii1 ) ¡i ¡¡,) '�) :') · ) ' Observación: Las rotaciones de este tipo.pueden ate­ nuarse y ocurrir con menor frecuencia si se colocan tanto la tarjeta como la hoja alineadas de modo que sus ejes comparados sean coincidentes. I) Rotación de lafigura y/óde una parte de lafigura: .Se considera rotación de la figura ó de una parte de la misma siempre que la tarj�ta y la hoja estén colocadas en posición original. Los grados de rotación en el "sentido del reloj" se asocian con elementos depresivos. La rotación de figuras en sentido II contrario al del reloj" con rasgos oposi­ cionistas. Las rotaciones pueden ser de grado: leve (45° ); moderado (90º ); ó grave ó seve�o (180° ). Debe considerarse no.sólo el grado de rotación sino también la frecuencia del fenómeno en tÍn protocolo. Excluimos aquí factores como son la edad; el coeficiente intelectual; etc. por razones ob­ vias pues en niños pequeños este fenómeno es considerado normal (por razones orgánicas de maduración) y también en sujetos cuyo nivel de inteligencia está por debajo del promedio� La presencia de este factor, indica: una profun­ da perturbaci6n de la personalidad y se observa en pacien­ tes �on patologías orgánicas; disfunciones cerebrales y cua­ dros de psicosis (en estos casos la rotación no sería un fac­ tor de índole orgánica sino que forma p�rte de la ."des-re­ presión" de ideas delirantes proyectadas en las figuras y que pueden constituír verdaderas elaboraciones motoras y verbales. (Ver casos 52 y 81). J) Choqueocohesión: Se refiere a la superposición entre dos 6 más figuras. Puede ocurrir una vez 6 más. La frecuencia con que este fenómeno se reitere en un protocolo determinará su gra­ vitación. Indica: inadecuado funcionamiento yoico; pobre 6 nulo control de impulsos; desborde emocional; descon- 54 trol motor. Suele evidenciarse en: patologías comiciales; psicosis; demencias y como expresión de conductas de "acting-out". (Ver casos 18 y 29). K) Tendencia al choque: Se refiere a una tendencia a superponer figuras, sin que esto implique un choque. Puede ocurrir una vez ó más. Al igual que en los protocolos que evidencian signos de choque, la cantidad de veces en que se presente permi­ tirá evaluar si es de grado: leve; moderado ó severo. Indi­ ca: dificultad para establecer adecuada distancia en las relaciones interpersonales; agresividad; falta de límites claros. Lo he observado como indicador de rasgos y/ó componentes epileptiformes. (Ver casos 29 y 35). L) Signos de elaboradón: Consiste en la asignación de sentidos concretos a los es­ tímulos de la prueba (que son figuras abstractas). Se trata de agregados gráficos (motores) ó explicaciones (elabora­ ción verbal interpretativa) de los sujetos al serles presenta­ das las figuras-estímulo. Esto es, sin destruir la gestalt, el sujeto les da un sentido objetal, en lugar de limitarse a la copia servil de las figuras. Bender observó este signo en su­ jetos maníacos y concluyó que éstos, si bien agregan ele..: mentes a la configuración original, no destruyen ni distor­ sionan la gestalt como en el caso de los esquizofrénicos. Otra autora (Gay de Wojtuñ) llama a las elaboraciones ver­ bales "concretizaciones" (por ejempló: decir que la figura 3 es un racimo de uvas) y denomina a las elaboraciones grá­ ficas "garabateo ó elaboraciones propiamente dichas". En concordancia con las ideas de Bender, manifiesta que las elaboraciones son indicadoras de alteración profunda y aparecen en dos síndromes: "esquizofrénicos y maníacos". Como se desprende de lo expresado anteriormente, los au- 55
  • 30. tores parecieran establecer una diferencia esencialmente entre las elaboraciones efectuadas por pacientes esquizo­ frénicos y las efectuadas por. pacientes maníacos. Es mi opinión que esta discrepancia puede ser efecto de un im­ preciso y/ó inadecuado dignóstico diferencial entre las psicosis de curso procesual del grupo centraló verdaderas esquizofrenias, de las psicosis no defectuales de curso fási­ co (Psicosis de Fases Atípicas según Bochnik ó Cicloides según Kleist y Leonhard) que si bien pueden coincidir en cuanto a sus formas de comienzo, su evolución y pronósti­ co es bien diferente. En este sentido, la Nosología ha avan­ zado lo suficiente como para distinguir un verdadero "bro­ te" esquizofrénico (proceso que deja defecto en la persona­ lidad) de un episodio delirante agudo con "restitutio ad ín­ tegrum" (Reacciones Vivenciales Anormales; Bouffées De- , lirantes; Episodios Psicóticos -Reactivos ó no- en Personali­ . dades Fronterizas y por supuesto las formas endógenas Ci­ . cloides ó Marginales). Debo decir, que según mi experien­ . cia, los esquizofrénicos-si bien pueden producir signos de · fragmentación de las gestalten- no suelen, en general, . presentar elaboraciones ó garabateos. Sí suelen presentarse · ·.en pacientes con delirios en los cuales esta tendencia a las elaboraciones no parece ser muy distinto -de hecho es idéntico- a la tendencia clásica que se observa en este tipo de enfermos a interpretar y distorsionar la realidad que se les presenta e incluir todo estímulo dentro del círculo de sus ideas patológicas (ya sean persecutorias ó megalóma­ nas). Particularmente, me ha parecido dicho fenómeno atribuíble a lo que Goldar (Comunicación personal - Hosp.. Moyana - 1990) llama "impulso de interpretación" como tendencia esencial en los pacientes con delirios. Según este autor la "percepción delirante" sería.una percepción que li­ bera ó des-reprime interpretaciones preformadas. Lo esen­ cial es pues, según este punto de vista, la facilitación de las emisiones (verbales y motoras). (Ver casos 49; 53; 54). 56 ¡ !: ll r ¡r¡. ji J¡ ¡. !· LL) Signos de primitivización y/ó retrogresión: Se refiere a la sustitución de cualquier elemento estí­ mulo por una forma anterior en el desarrollo evolutivo. Por ejemplo: sustituir el punto por el redondel; ó espirales en lugar de puntos ó círculos. Es importante diferenciar la retrogresión de la inmadurez del desarrollo en los rendi­ mientos percepto-motores. Este signo indica alguna forma de regresión a un antiguo modo de conducta por una ina­ decuación presente. Según Hutt, las retrogresiones ocu­ rren bajo condiciones severas y crónicas de defensa contra traumas y son indicadoras de algún grado de fallo en el funcionamiento e integración del Yo. Los he observado en protocolos de esquizofrenias terminales; demencias; etc. (Ver casos 17; 18; 43). Importante: la presencia de estos sig­ nos en -los déficits visuales se deslindan mediante re-test. (Ver trastornos visuales. Casos 92 y 93). M) Signos de perseveración: Pueden ocurrir dos tipos de fenómenos perseverativos (en rigor, tres): a) Perseveración motora: Consiste en la dificultad ó imposibilidad de detener ó rectificar el impulso motor. A esta tendencia se la define co­ mo repetición persistente ó ejecución reiterada de una acti­ vidad. Las tendencias motoras perseverativas pueden apre­ ciarse en la monótona repetición de figuras ó bien en la eje­ cución de una ó más unidades de las que exige el estímulo. Este signo ha sido reconocido clínicamente en: esquizofre­ nia (e.r: especial en cuadros residuales); psicosis con epilep­ sia; ó psicosis asociada con equivalentes psicomotores de la epilepsia; retardos mentales de todos los tipos; epilepsia; cuadros co..1fusionales agudos; alcoholismo; demencia; se- 57 c­ e ( ( .... ( ( E, r ( ( ( ( ( ( ( r (· ( ( ( ( ( ( ,· l ( ( ( ( ( ( r· ( ( (
  • 31. ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) / ) ) ) ) ) ) ) i ) � ,¡, ') f ) :�¡,,'� ' � cuelas por traumatismo endógeno u orgánico. (Ver casos 35;37;17;43). b) Perseveración perceptual: ?e refiere a la persistencia de elementos de una figura en 'la siguiente ó siguientes. Por ejemplo, continuar con puntos la figura 2 ó con círculos la figura 3. Se presenta en: esquizofrenia; alcoholismo; demencia; retardos men­ tales; secuelas por traumatismo endógeno u orgánico; en sujetos con trastornos visuales. (Ver casos 18;17;43). c) Perseveradón retardada: Se refiere a la repetición de una figura ó de una parte de la misma en otra pero sin guardar relación de conti­ güidad entre ambas. Corno su nombre lo indica, este fe­ nómeno se produce en forma retardada ó en forma.tardía dentro de la secuencia de la prueba. Por ejemplo: volver a ejecutar la figura A frente a otro estímulo del test. Lo he observado en epilepsia; oligofrenia y cuadros orgánicos en general. (Ver casos 13 y 34). N) Signo de "Closing-In": Se refiere a la acusada tendencia a aproximar ó superpo­ ner la copia a la figura estímulo. Este signo fue descripto por Mayer-Gross al explorar diferentes grados del trastorno apráxico-constructivo. Su hallazgo se correspondería -según su autor- con cuadros demenciales. Mis investigaciones, confirman las observaciones efectuadas por Mayer-Gross en las demencias y muestran asimismo la presencia de este sig­ no en esquizofrénicos defectuales. Se pueden determinar bá­ sicamente dos grados de este fenómeno: 1) El paciente dibu­ ja la copia resiguiendo el modelo y determina lo que se lla­ ma un "closing-in completo". 2) Puede suceder que, al no pefll1itir al sujeto dibujar sobre el modelo y volviendo a ex- 58 �. i plicitar la consigna original se produzca un "closing-in incompleto" repitiéndose en estos casos el impulso a la co­ pia. La casuística reunida comprende: enfermedad de Alz­ heimer (demencia pre-senil ó senil) y esquizofrenias termi- nales. (Ver Casos 7;45). O) Signo de absorción: Consiste en la superposición de los bordes de dos figu­ ras (ó partes de una misma figura) que solo·deben tocar­ se. De modo, que, si bien las partes están en contacto, la punta de una de ellas falta debido a la intersección con la otra ( Ver ejemplos en las figuras A y 4). Este signo (según mi experiencia) pareciera relacionarse específicamente con patologías del lóbulo temporal (lesiones difusas; epi­ lepsia) aunque fue descripto por otros autores como indi­ cador de organicidad en general (Gay de Wojtuñ). La pre­ sencia de este factor ha demostrado ser extremadamente sensible para determinar dichas alteraciones cerebrales. He observado que el llamado fenómeno de "Normaliza­ ción Forzada" EEgráfico, presentaría una equivalencia ó paralelismo con el Hender .en el re-test (en especial, según mis observaciones, cuando desde el punto de vista clínico hay sintomatología psicótica aguda. En este último caso, he observado la desaparición del signo de absorción en coincidencia con la normalización de EEG. durante los episodios psicóticos). También pude determinar la fluc­ tuación del signo en pacientes medicados con Carbama­ zepina. (Ver Casos 6; 28; 29; 40; 74). P) Signos de simplificación: Se refiere a la reproducción del estímulo como una fi­ gura más simple. Por ejemplo: ejecutar la figura 7 como elipses ó rectángulos. El fenómeno de sirnplificacién re- 59
  • 32. presenta un intento compensatorio para reducir el gasto de energía que se requiere a los efectos de completar una tarea. En estos casos, debe considerarse como indicador de organicidad. (Ver casos 84;85;87). Asimismo, suelen presentar simplificaciones los sujetos que manifiestan ten­ dencias oposicionistas y/ó una necesidad de fingir enfer­ medad (por ejemplo: trastorno ficticio ó simulación que se observa en sujetos que intentan lograr beneficios secunda­ rios en licencias laborales) Pueden producir entonces, sim­ plificación de las figuras que no es de índole orgánica. El diagnóstic.o diferencial se establece por la presencia ó no de otros indicadores patológicos. En el caso de pacientes orgánicos, se podrán detectar: perseveraciones; verbaliza­ ciones de impotencia; etc. Un caso significativo de trastor­ no ficticio fue el de una paciente que en la figura 2 redujo el número de elementos considerablemente. Al preguntar­ le si veía igual su ejecución a la del modelo contestó nega- ··. tivamente, lo cual evidenció que no se trataba de un tras­ torno perceptivo. Tampoco era un signo de fatiga pues re­ firió que no se sentía cansada. (Ver caso 61). · Q) Alteraciones del tamafío: Comprende dos tipos de alteraciones: en el sentido de un aumento ó macropsia y otro en el de una disminución ó micropsia: a) Signos de hipercinesia (macropsia): Se refiere a un aumento global ó parcial de una 6 varias figuras del test. b) Signos de hipocinesia (micropsia): Se refiere a la disminución global y/ó parcial del tamaño de una ó varias de las figuras de la prueba. Bender describió las alteraciones en el tamaño de las figuras del test, ya sea en el sentido de un aumento -al 60 rr ¡/ r ¡r I,;¡ ¡,. f 1: e' i: li ¡l. i i ( . . ;·. ' .'' ( cual denominó macropsia- ó bien en en el de una dismi­ nución -·micropsia-. Según la autora, el aumento ó dis­ minución podría estar referido a una figura aislada ó a una tendencia ó pauta general de los estímulos del test. Halló con frecuencia el aumento ó macropsia en pacientes / maníacos y la disminución ó micropsia en depresiones. En lo personal, me ha resultado más específica la denomi­ nación de hipercinesia e hipocinesia respectivamente, a los efectos de describir estas variaciones en el tamaño de las figuras, siempre con relación a alteraciones cuantitati­ vas de la motilidad del paciente (hipercinesia en general, impulsividad; descontrol del impulso motor) y sus opuestos: inhibición; inercia; debilitamiento del impulso motor (hipocinesia). Algunas de las variaciones en el ta­ maño del ó de los estímulos pueden acompañarse de otros indicadores patológicos (fragmentación; persevera­ ción perceptual y/ó motora; retrogresión y/ó primitiviza­ ción) que he podido corroborar en esquizofrenias cróni­ cas; síndromes cerebelosos; epilepsia ó sus equivalentes psicomotores. En pacientes que presentaban sintomatolo­ gía esquizosímil que remitió en breve lapso sin deterioro aparente, el Bender confimó que no se trataba de un caso de esquizofrenia procesual del grupo central ó nuclear por la ausencia total de los signos correpondientes a esta enfermedad. Se observó en todos los casos la presencia si­ multánea del par hipercinesia-hipocinesia en una,única toma sobre la base de los signos macropsia-micropsia. Eventualmente aparecieron signos de la serie epileptoide (Ver Nodelis, H.E; "Las Psicosis Marginales"; Acta Psiq. y Psicol.; Vol. XXXVII nº 1). (Ver Casos 24 y 27). Asimismo, he observado, que un examinado puede modificar el ta­ maño de las reproducciones sin alterar su configuración característica y sin producir otra distorsión seria u otros indicadores patológicos en el conjunto de la prueba. Fun­ damento la diferencia entre los hallazgos considerados 61 ( ( ( ( E e ( e ( ( ( ( ( ( ( (,.-- ( ( ( ( ( ( (' ( ( ( ( ( ( ( (
  • 33. ) r-··------· ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) _) ) ) ) ) ) ) '__) ) ) �) � ) ) ( ) ) ) ') por mí como primarios y éstos en él factor emocional 6 tí­ mico ó en otros términos y según la expresión de Goldar (Comunic. Pers. -Hosp. Moyano) podríamos decir que cuando se trata de un trastorno tímico, estos signos se -����,.c..�� c..��.é."."-..e.t'3'e.nd.6n detcentro moviente de la personalidad". Siguiena.o esan1pb�i1-s,c1.n.�'.ñ���""-�­ mo la hipocinesia suelen remitir en el re-test. Desde una perspectiva clínica pueden presentarse en: Trastornos de la Personalidad; Adicciones diversas; asociados frecuen­ temente con elementos reactivos y/ó sintomatología de angustia. En el caso de hipercinesias (específicamente) he hallado patología epileptoide aunque no he podido con­ firmar esta observación en todos los casos dada la impo­ sibilidad de administrar un EEG sistemáticamente. (Ver Casos 58;59 y 60). En mi opinión no se contradice la inter­ pretadón tradicional de estos signos con mis observacio­ nes sino que se complementan ya que en general la exci­ tación va acompañada de hipercinesia y las depresiones de disminución de la actividad, excepción hecha, ya se sa­ be, de las depresiones agitadas y los cuadros de excita- ción psíquica con inhibición motora. R) Signos defragmentación y/ó disociación: Se refiere a la destrucción parcial ó total de la gestalt ó configuración del estímulo. Puede ocurrir que la repro­ ducción esté incompleta (por ejemplo: dibujar partes de una figura eliminando la tangencia). El fenómeno, puede caracterizarse como leve si ocurre una sola vez. Modera­ do, ·si ocurriera dos veces. Grave, cuando se produce en má$. de dos ocasiones. Indica: severa perturbación en el funcionamiento percepto-motor. ·Relacionándose habi­ tualmente este fenómeno con trastornos en los rendi­ mientos que hacen a la abstracción y a la síntesis. Su pre­ sencia en un protocolo es significativo de profundo dete- 62 lfJ. r,, l'ltt·1J 11¡' ! � ¡ í ·'·11 "I 1;, l rioro. (Ver casos 17 y 21). Importante: suelen presentarse en sujetos con déficits visuales remitiendo en una segun­ da toma con anteojos. (Ver casos 95; 97). S) Cambios en la angulación: Ang:ulos acentuados y/ó achatados: Puede producirse un aumento ó disminución en la an­ gulación de las figuras A, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8. Las modifica­ ciones pueden variar en un cambio de 15º ó mas. Según Hutt, los cambios significativos en el grado de angulación reflejan dificultad para enfrentarse con estímulos afecti­ vos, así como problemas en el control de la afectividad y los impulsos. Un aumento en la angulación (implica un cambio hacia la rectangularidad) puede asociarse con hi­ poafectividad y una disminución en la angulación (cam­ bio hacia la formación de un ángulo agudo) se relaciona con hiperafectividad. La inadecuación ó imposibilidad en reproducir los ángulos se asocia con trastornos orgánicos cerebrales. Es importante, establecer un diagnóstico dife­ rencial con respecto a los retardos mentales que suelen presentar este fenómeno tratándose en estos casos de una dificultad de índole madurativa ó intelectual. Se han efec­ tuado numerosos estudios para medir este factor. Citaré a Story (1960) quien determinó que los sujetos alcohólicos tendían·a cambiar la angulación de las columnas de círcu­ los en la figura 2 hacia la posición vertical y aún por una inversión de la oblicuidad. La otra medida era la rotación del hexágono vertical de la figura 7. Por otra parte, Mosher y Smith (1965) discriminaron orgánicos de no orgánicos. Mi experiencia personal, confirma estos estudios y otros que indican que los cambios en la angulación y en la incli­ nación discriminan pacientes orgánicos y psiquiátrica­ mente perturbados de sujetos clínicamente no-significati­ vos. De igual forma, en sujetos con trastornos sexuales se- 63
  • 34. veros se ha podido determinar la presencia de alteraciones en la angulación sea en el sentido de un aumento ó bien de una disminución. Por ejemplo: en el caso de sujetos con impotencias sexuales pude comprobar una acentuada dis­ minución de los ángulos en especial en las figuras 7 y 8. En pacientes homosexuales (de ambos sexos) un aumento en las mismas figuras. (Ver casos 65; 72; 73 y 78). · T) Cambios en la Curvatura: Curvas acentuadas y/ó achatadas: Se refiere a cualquier cambio en la naturaleza de las curvas en las figuras 4, 5 y 6. Puede presentarse un au­ mento ó bien una disminución en la amplitud de la cur­ va. En este sentido, puede reemplazarse la curva por lí­ neas rectas u oblicuas. Pueden achatarse ó hacerse irregu­ larmente. Los hallazgos clínicos de Hutt, indican que es · un factor sensible de perturbación emocional. El aumento esta asociado con una hiperactividad emocional y/ó afec­ tiva y la disminución con desvitalización; bloqueo. La la­ bilidad y la depresión tienden a evidenciarse a través de una fluctuación en la curvatura y en general a una ten­ dencia a· achatar ó bien a disminuir las curvas. Diversos estudios como son los de: Allport (1937); Guertin (1952); Byrd (1954); Clawson (1959) corroboran esta hipótesis sustentada también desde mi observación personal. (Ver casos 57; 59; 75 y 76). U) Tachaduras y/ó enmiendas: Los sujetos que manifiesten un monto de ansiedad no adecuadamente controlada, inseguros, dubitativos, ten­ derán a tachar sus reproducciones. También suelen hacer­ lo los sujetos con componentes obsesivos que no logran ejecuciones acordes con sus búsquedas ideales. Se obser- 64 va en general en sujetos neuróticos. Ocasionalmente pue­ de presentarse en pacientes con productividad psicótica (que presentan alteraciones sensoperceptivas y/ó tenden­ cias paranoides) y pueden no sentirse satisfechos con la realización. En estos casos hay que indagar sobre la ejecu­ ción concreta para comprender las motivaciones. Las ta­ chaduras ó enmiendas se producen a veces acompañadas de verbalizaciones de insatisfacción. En este sentido, es conveniente dejar una constancia de las mismas (como observaciones durantela toma) y no facilitar goma de bo­ rrar pues suele suceder en los casos en que los sujetos quieren hacer uso de ella que intenten remediar lo que consideran que no está bien. V) Verbalizaciones durante la toma: Es un dato valioso de diagnóstico y convergencia con otros signos la constancia de lo expresado por el sujeto durante la administración de la prueba. Suele ocurrir que los sujetos depresivos manifiesten quejas e insatisfacción frente a sus reproducciones. Así como los sujetos paranoi­ des proyectarán la dificultad en los estímulos aduciendo que son difíciles ó están mal hechos. Los pacientes orgá­ nicos eA'Presan en general su dificultad y a veces su per­ plejidad por lo complejo que les resulta efectuar la tarea. Se pondrán a la luz sentimientos de inadecuación ó impo­ tencia. Otros, intentarán seducir al psicotécnico halagan­ do la estética ó la simpleza del modelo. W) Dificultades en el cierre: Se refiere a la dificultad para juntar partes de una figu­ ra ó en otros términos establecer una adecuada tangencia. También se puede observar este fenómeno en la incom­ pletud de los círculos en la figura 2. En la abertura en los 65 ( ( ( ( ( ( � e ( ( ( ( ( (- ( ( r· ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( (
  • 35. ) ) ) ) ) ./ ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) j · ) ) ) ) ( ) _,, ,_) ) ) 3 9 ) ) ') ) ) · ) lados del rombo en la figura A; en el cuadrado abierto de la figura 4 ó bien en las brechas óaberturas en el contorno contínuo de las figuras 7 y 8. Algunos sujetos perciben es­ ta dificultad ó intentan remediarla mediante remarcacio­ nes; correcciones; borraduras. Otros no la r�'b�ran.. "G��- o.e e'.punto de vista percepto-motor podemos inferir que representa un claro indicador de desajuste emocional y más específicamente pareciera vincularse con trastornos en·las relaciones interpersonales como: problemas para establecer adecuados contactos; temores; etc. Desde el punto de vista motor lo he observado en sujetos que tien­ den a la precipitación en las ejecuciones. X)Dificultades en el cruzamiento: Se refiere a la dificultad para lograr un adecuado cru­ zamiento en las figuras 6 y 7. Los sujetos que tienen difi­ cultades en el cruzamiento las manifiestan mediante re­ pasos ó borraduras en el punto de intersección. Indica: al­ gún grado de bloqueo psicológico y a nivel conducta! se relaciona con indecisión; inhibiciones; fobias; dudas com­ pulsivas. También puede representar en la conducta difi­ cultad en las relaciones interpersonales (según otros auto­ resy} Y) Alteraciones de la Gestalt: 1) Garabateo: En este factor he considerado como garabateo en senti­ do estricto a toda reproducción en 1a cual la forma esté · marcadamente alterada cambiando la configuración ori­ ginál al punto de no reconocerla. Es diferente -en mi opinión- al factor Elaboración, en donde pueden agre­ gars� elementos pero que no distorsionan ni cambian la gest�lt del estímulo. Su presencia se observa en especial 66 en: sujetos retardados mentales, también en esquizofre­ nias terminales y en enfermedades cerebro-lesionales co­ mo la Corea de Huntington ó en otros cuadros demencia­ les avanzados. Es indicador de patología severa y trastor­ nos motores graves que generan desestructuración e im­ posibilidad de lograr operaciones de síntesis; tangencia; inclusión; etc. (Ver casos 41; 64). 2) Conglomerado: Me refiero a toda reproducción que no respete las pau­ tas espaciales mínimas de separación entre figuras produ­ ciendo uniones entre estímulos sin solución de continui­ dad. Por ejemplo: Ejecutar la figura 1 y a continuación, debajo, sin que medie separación alguna dibujar la figura 2 y a posteriori conformar la figura 3 como un bloque. Lo he observado en deficientes mentales y en cuadros de de­ sestructuración motora. (Ver Caso 14). Z) Punto relleno: Como su nombre lo indica sugiere tensión interna. Im­ plica que una considerable cantidad de energía se estaría invirtiendo en una tarea relativamente simple y suele constituír un esfuerzo compensatorio para mantener el controi. Su presencia permite inferir; tendencia al descon­ trol motriz; impulsividad. (Ver caso 35). Signos de deterioro: Cuanto más profundo sea el compromiso cerebral or­ gánico, más determinantes patológicos podrán observar­ se. En este sentido, es esperable la aparición de algunos de los signos detallados a continuación: fragmentación; simplificación; desestructuración de las gestalten; perse­ veración motora; perceptual; y/ó retardada; closing-in; absorción; hipocinesia; rotación; etc. Estos indicadores 67
  • 36. i:1 �i: ¡::1r¡ 1 ''.! �'¡ ':Ili . l!t suelen mostrar un correlato con otras aportaciones clíni­ cas, por ejemplo, las observadas en el WAIS (Wechsler Adult Intelligence Scale) que confirma en general, en es­ tos casos, una disminución del funcionamiento intelec­ tual global (ó déficit en los rendimientos verbales y/ó motores) obtenida mediante el C.D. (Cociente de Deterio­ ro), que, si bien originalmente era considerado como una medida de la declinación mental normal debida a la edad, a posteriori se extendió para incluir deterioros atri­ buíbles a psicosis y lesiones cerebrales. El índice diseñado en principio para el Wechsler fue modificado para el WAIS. Algunos autores han intentado ampliar la fórmula ó desestimarla en algún u otro aspecto pero según las propias palabras de Wechsler "los estudios publicados no presentan demasiada justificación a las objeciones..." (Wechsler, pág 213; Cit. de Zimmerman, I.L.; pág 25). (Mis estudios comparativos entre los resultados obtenidos se­ gún W-B y según el WAIS en una reducida muestra de pacientes esquizofrénicos -sin clasificar- y retardados mentales -sin especificar- determinaron un ligero aumen­ to en el C.l. global para la segunda prueba con respecto a la primera, sin lograr otros hallazgos significativos). La posibilidad de correlacionar las respuestas obtenidas en las pruebas como el B.G. y WAIS, con otros estudios com­ plementarios (EEG; T.A.C.; Resonancia m¡:1gnética; etc.) permite no sólo ampliar el campo de posibilidades sino también reforzar los aciertos y consolidar aún más el mé­ rito de estos instrumentos. Esto es lo que me viene ocu­ rriendo personalmente desde mi práctica cotidiana. 68 111.2 Glosario de terminología para la aplicación en informes de Bender. A continuación se enumeran algunas definiciones y descripciones muy breves de diagnósticos y algunos térmi­ nos de la nosología y la clínica que esnecesario tener claros para elaborar un adecuado informe de la prueba. Muchas veces, una buena toma del test fracasa al momento de vol­ car los resultados, por desacuerdos ó imprecisiones en la terminología. Incluyo aquí los que en mi experiencia resul­ tan ó bien esenciales ó bien problemáticos. La base nosológica está extraída (con modificaciones) de la ICD (lntemational Classification of Diseases) elabo­ rada por la OMS. Esquizofrenia: Psicosis endógena de curso progresivo y crónico, con deterioro ó defecto que se da en personas jó- venes. Denzencia: Proceso de deteriorización global de la edad se­ nil ó presenil por enfermedad involutiva orgánica del ce- rebro. Psicosis Cicloide: Psicósis endógena que cursa en fases (co­ mo la psicosis maníaco-depresiva) con restitutio ad-inte­ grum (ó sea sin defecto). Esencialmente, se denomina Psi­ cosis Cicloide a aquella que, si bien cursa como un .tras­ torno bipolar, en forma de fases sin deterioro, presenta síntomas atípicos para un p.m.d. (delirios, alucinaciones etc.) y puede ser tomada como forma de comienzo de es-· quizofrenia, comprobándose con la evolución, que los episodios ceden y no dejan defecto como aquellas. Epilepsia: Conjunto de cuadros clínicos de carácter paro­ xístico (en crisis ó accesos) que se deben a la descarga anormal bioeléctrica en zonas más ó menos amplias del 69 ( ( ( ( ( ( � e ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( (- ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( (
  • 37. ) ) ) ) ) ) ) ) ) . . ) ;) J ) ) ,) ) ) ) / ') ) 1) ') i) ) ) ;) � ) ) ''..) ') ) ' ) cer:ebro. Puede presentarse a cualquier edad. Comprende dos tipos: esencial y sintomática. La Qrimera de causa �s::i.�s::.<-:>�<-:>'"'"�o.."-.o.'<=><s!.'b���o.,t>"tl;)��'i:.'I;) G.� oros procesos ltó- xica; tumoral; post-traumática). Al margen de los cuadros cl�sicos de gran mal y pequeño mal, podemos destacar los equivalentes psicomotores ó epilepsia temporal; la psicosis epiléptica; la distimia epiléptica; la histero-epi­ lepsia y la personalidad epiléptica ó enequética. Esta últi­ ma abarca los estados inter-críticos (entre las crisis). Oligofrenia o Frenastenia: Cuadros que presentan una inte­ ligencia sub-normal ó insuficiente. Las causas pueden ser genéticas, congénitas ó adquiridas en los primeros años del desarrollo. Cuando la carencia es de índole afectiva algunos autores hablan de oligotimias. Binet y Simon crearon la escala métrica de la inteligencia a partir de la cual es posible cuantificarla. Actualmente el test de· Wechsler (WAIS) considera la siguiente tabulación: Normal-Lento: C.I. 80-89 Fronterizo: C.I. 70-79 D. Mental: C.I. 69 ó menos Lo cual se traduce en términos clínicos en tres formas·: Débil mental Leve; Moderado y Profundo. Alcoholismo: Conjunto de perturbaciones somáticas y psí­ quicas producto de la intoxicación por la ingesta de alco­ hol., El alcoholismo crónico provoca modificaciones en la personalidad y deterioro detectable mediante el Bender y WAJS. Trastorno de la personalidad: Este tipo de trastorno abarca · modos de comportamiento duraderos y arraigados en el suje,�o que se manifiestan frente a un amplio espectro de situJciones individuales y sociales. Algunas de estas alte­ racidnes aparecen en estadios precoces del desarrollo co­ mo tsultado de factores constitucionales ó de experien- . 70 �j , ' 1lI·...·. t J: ¡¡ �' !: 1·. r f ¡ ! 1 1 't 1 ¡ '1 cias vividas. No son secundarios a otros trastornos ó le­ siones cerebrales aunque pueden preceder a otros trastor­ nos ó coexistir con ellos. Ej. trastorno paranoide de la per­ sonalidad; trastorno esquizoide; narcisístico; inmaduro; etc. Trastorno ficticio de la personalidad (Simulación de enferme­ dad): Producción intencionada ó fingimiento de síntomas ó invalideces somáticas ó psicológicas que tienen como fi­ nalidad (en la mayoría de los casos) la obtención de algún beneficio secundario (licencias laborales; mayor atención familiar). Trastorno de la personalidad tras experiencia catastrófica (Per­ sonalidad post-traumática): Incluye anomalías de la perso­ nalidad y del comportamiento en la edad adulta que co­ mo consecuencia de situaciones catastróficas ó exposicio­ nes prolongadas a estrés excesivos se presentan en suje­ tos que no habían padecido trastornos de la personalidad previos. El cambio en el modo cómo el sujeto percibe, se relaciona ó piensa sobre el entorno ó sobre sí mismo, debe ser definido y duradero y acompañarse de un comporta­ miento rígido y desadaptativo que no estaba presente an­ tes de la experiencia patógena. Esos cambios suelen pre­ sentarse después de experiencias traumáticas. No debe recurrirse a este diagnóstico si el cambio es secundario a una enfermedad ó lesión cerebral. (Se aprecian: senti­ mientos de vacío; desconfianza; aislamiento social;senti­ miento de estar al límite; sensación de extrañeza de sí mismo; etc.). Neurosis: Cuadro que se caracteriza por la conservación de la autonomía psíquica y control del juicio aunque por momentospueden verse afectados ó debilitados -Beta­ y por una multiplicidad de manifestaciones psíquicas, neurológicas y neurovegetativas. La angustia es la carac­ terística principal de las neurosis. Se la puede sentir y ex- 71
  • 38. presar directamente ó controlarla inconscientemente y automáticamente por mecanismos psicológicos de defen­ sa como son la conversión; el desplazamiento y otros. Tradicionalmente se clasifican en: Neurosis fóbica; de an­ gustia; de histeria; obsesiva. Trastornos mentales en los síndromes cerebrales orgánicos (S.C.0.): Tienen en común una· etiología demostrable: en­ fermedad ó lesión cerebral u otra afección causante de disfunción cerebral. La disfunción puede ser primaria, co­ mo en el caso de enfermedad; lesiones ó daños que afec­ tan al cerebro de un modo originario; ó secundaria ó sin­ tomática (por consumo de alcohol, infección por H.I.V.). Estos trastornos se manifiestan por los siguientes sínto­ mas: a) perturbaciones de la orientación; b) de la memo­ ria; c) de todas las funciones intelectuales tales como la comprensión; d) perturbación del juicio; e) labilidad y su­ perficialidad de los afectos. Sus. rasgos esenciales pueden agruparse en dos: Por un lado, estan los síndromes en los cuales son constantes y destacados los trastornos de los rendimientos superiores como la memoria, el aprendizaje ó las alteraciones del sensorio, tales como las alteraciones de la ce. y de la atención. Por otro lado, están los síndro­ mes en los cuales las manifestaciones más destacadas se presentan en las áreas de la percepción (alucinaciones) de los contenidos de pensamiento (ideas delirantes) ó del humor y de las emociones (depresión; euforia; ansiedad) ó en la de los rasgos generales de la personalidad y mo­ dos de comportamiento. 72 1: f( '( '1 't 1 ,: [; ¡ III.3 Correlación de los signos del test con la psicopatología. Los signos de Render en las Neurosis: - Secuencia ordenada. - Cada figura encerrada entre líneas ó enmarcada (fo- bias).. - Línea guía (por inseguridad). En ocasiones la línea guía puede reemplazarse mediante el uso de puntos que suelen colocarse en las intersecciones construyen­ do a posteriori la figura. Tiene -a mi modo de ver­ una interpretación similar a la determinada para la lí­ nea guía. Puede interpretarse, también como elemento obsesivo (anancástico) de personalidad. Importante: suele verse en protocolos de dibujantes ó arquitectos que están acostumbrados a trabajar con estructuras. - Dificultad de cruzamiento. (Repaso del trazo ó borra­ dura en el punto de intersección). - Dificultad en el cierre de las figuras (temores al contac- to, siempre que no se consigne como fragmentación). - Repaso total de la figura por ansiedad. - Fallos por ansiedad. · - Tachadura ó enmienda. - Los signos que pueden evidenciarse en estos cuadros son de índole emocional y en ningún caso deberán mostrar determinantes patológicos. Si los hubiere, ha­ brá que establecer su idiosincracia a los efectos de diagnóstico. Los signos de Render en las PsicosisProcesuales (Esquizofrenias): - Secuencia desordenada. Confusa y/ó caótica. - Fragmentación. - Primitivización y/ó retrogresión. - Choque ó cohesión. 73 ( ( ( ( ( ( (.:; (_ ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( (
  • 39. ) ) ) ) ) ) J j. ) ) ) ) j ) ) ,) ) ) ) ) ) ) ·.) ) 3 ===::) · J ) ') , ) ./ ) () -Tendencia al choque. - ":'�1:s�v�1:ac.6nTI'..C)C)'!.u'j p�1'.c.�pu.a. - Absorción. -. Figuras mal orientadas sobre el fondo (desorientación ;témporo-espacial). - Rotación perceptiva. -Elaboración (en pacientes con delirios). -Conglomerado (fusión de elementos). -'Closing-in (en cuadros terminales). Lossignos de Bender en las Psicosis Margi.nales: - No se observan signos patológicos excepto una acen- _tuada fluctuación del par hiper-hipocinesia. -:Eventualmente presentan signos de la serie epileptoide. Los, signos de Bender en las Epilepsias (Patologías temporales; Distimia; Disrritmia; Personalidad Epiléptica; Psicosis Epilép­ tica; Trastornos Psicomotores como Equivalentes Epilépticos). Con correlación EEGráftca (E.E.G. anormal): - Signo de absorción. - Perseveración motora. - Punto relleno. -Ejecución lenta (por adherencia al estímulo; viscosidad). - Estos signos pueden presentarse asociados a: ángulos malogrados; "spikes"; rotación perceptiva; choque; tendencia al choque; ejecución rápida (por precipita­ ción; fuga del estímulo). - He observado la desaparición del signo de absorción en coincidencia con la normalización del EEG. durante los episodios psicóticos. También pude determinar la fluctuación del signo en pacientes medicados con Car­ bamazepina. Los signos de Bender en las Enfermedades Cerebro-Lesionales: Síndrome cerebe]oso: 74 !' 1 i r il'·, i ( :f, f¡: ·¡/. ·•·. :!/! ¡:i!!: .i !,, - Trastornos en la orientación témporo-espacial. - Temblores que se expresan en líneas malogradas (on- dulaciones; "spikes"). - Otros signos característicos de cuadros orgánicos. Corea de Huntington: - Garabateo. - Desestructuración de las gestalten. - Desestructuración de la motricidad. Demencias: - Closing-in. - Absorción. - Inclusión. · - Perseveración perceptual y motora. - Simplificación. - Primitivización y/ó retrogresión. - Fragmentación. - Incoordinación motora. -Verbalizaciones de impotencia. Expresiones de perpleji- dad. En los grados avanzados: - Desestructuración de las formas. -Conglomerado. - Pérdida total de la horizontalidad (por trastornos tém- poro-espaciales). Los signos de Bender en los Síndromes Delirantes: - Signos de elaboración (verbal y/ó motora). Los signos de Bender en los Trastornos de la personalidad: - Expansividad (con respecto a la utilización. del espa­ cio). - Giro de la tarjeta (y/ó tendencia a manipulación). - Giro del papel. 75
  • 40. -Tendencia al choque. -Hipercinesias. -· Cambios en la angulación. - Curvas acentuadas. - Ejecución rápida. Sin planificación. - Descuido en las ejecuciones. - Otros signos asociados con patología comicial. Los signos de Render en los Trastornos Ficticios (Sinmlación de enfermedad): - No presentan signos de alteraciones orgánicas cerebra­ les. Intentan encubrir sus motivaciones ejecutando co­ mo si se tratara de sujetos: fatigados; con dificultades motoras; etc. Suelen producir simplificación. Los signos de Render en las Oligofrenias: Leves: -Primitivización. -Angulos redondeados. -Orden confuso. -Dificultades con la adecuada presión del lápiz. -Figuras mal orientadas sobre el fondo. -Perseveración motora y perceptual. -Dificultades con la oblicuidad. Moderadas: -Signos similares a los observados en débiles mentales (leves) pero más acentuados ó agravados cualitativa­ mente y cuantitativamente. - Dificultades especialmente en: las paralelas, ángulos, cruzamientos. - Trastornos de rotación. - Tendencia al concretismo. -Rigidez. 76 ¡:.�. F 1 ,, " 1' ¡f:r1 ''i'. Profundas: - Garabatos. - Desestructuración de las gestalten. - Perseveración motora (severa). Los signos de Render en el Alcoholismo: - Incoordinación motora (por temblores). - Trastornos en la orientación espacial (figuras mal orientadas). -·Perseveración motora y/ó perceptual. - Dificultad para ejecutar figuras anguladas. -Trazo repasado ó "spikes". -Dificultad para lograr oblicuas. - Prim.itivización. - Simplificación. Los signos de Render en Personalidades Post-traumáticas: -Secuencia alterada (zig-zag). -Posición atípica de la primera figura (en el margen su- perior derecho; ó en el margen inferior izquierdo ó de- recho). - Suelen presentar inhibición (hipocinesia). - En sujetos post-traumáticos por factores de carácter endógeno se observan signos correspondientes a pato­ logía comicial u orgánica. Quedando exceptuados los sujetos post-traumáticos por causas exógenas. 77 e ( ( ( ( ( e·� :,::. ( ( ( ( ( ( ( ( ( e­ ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( (
  • 41. ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) 3 � ) ) 1 ·. ./ ) ) ( ) � ¡, I··. 1�0 1 11 � l:·r·. r fL i1 f ! J � 1 � 1 � 1,t.' III.3. a) Los signos de Bender en las Neurosis tFiebre? ;Dolon D�.ovalgina ® ; iRi'" :1 1 • ¡/'( 1 :.i ¡, 1111 •I, 1 e1l i 'iir,i 11 1 0]]r�