Los primeros 8 años de vida son muy importantes para el desarrollo cognitivo, emocional y social de un niño. Durante esta etapa, se forman conexiones neuronales y habilidades a través de la interacción con un entorno rico, afectuoso y protector. El juego es fundamental para el aprendizaje en la etapa preescolar, ya que permite a los niños explorar el mundo de una manera divertida, interactiva y socialmente interactiva.