La rinitis alérgica es un trastorno inflamatorio de la mucosa nasal caracterizado por congestión, rinorrea y prurito causado por la sensibilidad a alérgenos como pólenes y ácaros. Los síntomas incluyen estornudos, irritación ocular y dificultad para respirar. Se trata mediante la eliminación de alérgenos, antihistamínicos, corticoides intranasales y eventualmente inmunoterapia. A menudo se asocia a otras afecciones como asma, sinusitis y otitis.
1. RINITIS ALÉRGICA
La rinitis alérgica (RA) es un trastorno inflamatorio de la mucosa nasal caracterizado por
congestión nasal, rinorrea, y prurito acompañado a menudo de estornudos e irritación
conjuntival. Es una enfermedad crónica importante en los niños en función de su
prevalencia elevada, trastornos asociados y efectos perjudiciales en la calidad de vida y el
rendimiento escolar.
ETIOLOGÍA:
Los dos requisitos necesarios para la expresión de la RA son la sensibilidad a un alérgeno y
su presencia en el ambiente. La RA se clasifica en la actualidad en estacional o perenne,
términos que pueden ser reemplazados pronto por intermitente y persistente. Los Aero
alérgenos son la principal razón de la RA sea cual sea su clasificación. La RA estacional
(intermitente) (RAE) sigue un curso bien definido de exacerbación cíclica, mientras que la
RA perenne (persistente) (RAP) produce síntomas todo el año. Alrededor del 20% de los
casos son estrictamente estacionales, el 40% perennes y el 40% restante mixtos (perennes
con exacerbaciones estacionales). En los climas templados, los pólenes aerotransportados
responsables de la RAE aparecen en fases distintas: los árboles florecen en primavera, las
gramíneas al principio del verano y las malezas a finales del verano. Las esporas de los
hongos en los climas templados persisten en el exterior sólo en verano, y en los climas
cálidos lo hacen todo el año. Los síntomas de los procesos alérgicos estacionales cesan al
aparecer las heladas. Para identificar la causa de la RAE es necesario conocer la aparición
de los síntomas estacionales, los patrones regionales de floración y esporulación de los
hongos, así como la IgE específica del paciente. Por el contrario, la RAP suele asociarse a
los alérgenos de interior: los epitelios de los animales, los ácaros del polvo doméstico y los
hongos. La alergia al perro y al gato es muy importante en Estados Unidos. Los alérgenos
procedentes de la saliva y de las secreciones sebáceas de estos animales pueden
permanecer en el aire durante períodos prolongados.
EPIDEMIOLOGÍA:
En los últimos 4 decenios se ha producido un incremento acentuado en la prevalencia de
RA en zonas urbanas y un aumento menor en las zonas rurales. En las sociedades
prósperas, el 20-40% de los niños padece RA. La prevalencia es máxima al final de la
infancia. Los síntomas pueden aparecer durante la lactancia y el diagnóstico suele
establecerse a los 6 años de edad. Los factores de riesgo son el antecedente familiar de
atopia y la IgE >100 IU/ml antes de los 6 años. El riesgo aumenta en niños en los que se
han introducido alimentos o fórmulas en fases tempranas de la lactancia; los que tienen
madres muy fumadoras, en especial antes de que el niño tenga 1 año; y los que están muy
expuestos a alérgenos de interior. Los niños con alergia a los alimentos a los 4 años de
edad tienen un mayor riesgo de padecer RA. Resulta paradójico que la exposición a los
2. perros, los gatos y la endotoxina en fases tempranas de la infancia reduzca el riesgo de
sensibilización alérgica.
PATOGENIA:
La exposición de un anfitrión atópico a un alérgeno provoca la producción de IgE
específica. Las reacciones ante las nuevas exposiciones se han clasificado como respuesta
de fase inmediata y respuesta de fase tardía. El entrecruzamiento de las moléculas de IgE
situadas en la superficie de los mastocitos por el alérgeno inicia las respuestas de fase
inmediata, que se caracterizan por la desgranulación de los mastocitos y la liberación de
mediadores inflamatorios preformados y recién generados, incluidos la histamina, la
prostaglandina 2 y los leucotrienos cisteinílicos . Las respuestas de fase tardía aparecen 4-
8 horas después de la exposición al alérgeno y se asocian a la infiltración celular por
basófilos, eosinófilos, neutrófilos, mastocitos y células mononucleares. Los eosinófilos
revelan mediadores proinflamatorios como los leucotrienos cisteinílicos, las proteínas
catiónicas, la peroxidasa del eosinófilo y la proteína principal básica, y también sirven de
fuente de interleucina (IL) 3, IL-5, IL-13 y factor estimulante de colonias de granulocitos,
macrófagos (GM-CSF). La introducción intranasal repetida de alérgenos causa la
imprimación, que es una respuesta corta a una provocación reducida. En el curso de
cualquier estación de la alergia se produce un incremento de varias veces en los
mastocitos epiteliales y submucosos. Los mastocitos, que una vez se pensó que sólo
intervenían en la respuesta de fase inmediata, parecen desempeñar una función
importante en el mantenimiento de las enfermedades alérgicas crónicas.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS:
Los síntomas de la RA se ignoran a menudo o se atribuyen a una infección respiratoria.
Mientras que los niños mayores son capaces de sonarse la nariz, los más pequeños
tienden a sorber y tragarse las secreciones nasales. El prurito nasal provoca muecas,
torsiones y la introducción del dedo en la nariz, lo que puede provocar epistaxis. Los niños
con RA realizan a menudo el saludo alérgico, un frotamiento hacia arriba de la nariz con la
palma abierta o el dedo índice extendido. Esta maniobra alivia el prurito y desbloquea
brevemente la vía respiratoria. También origina el pliegue nasal, un pliegue cutáneo
horizontal por encima del puente de la nariz. Los síntomas típicos son la congestión nasal
intermitente, el prurito, los estornudos, la rinorrea transparente y la irritación conjuntival.
Los síntomas se incrementan con niveles más largos y altos de exposición al alérgeno
responsable. Los pacientes experimentan cefaleas, sibilancias y tos, y pueden perder el
sentido del olfato y del gusto. La congestión nasal es a menudo más intensa por la noche y
produce respiración oral y ronquido, lo que interfiere con el sueño y produce irritabilidad.
DATOS DE LABORATORIO.
Las pruebas epicutáneas son el mejor método de detectar IgE específica frente a
alérgenos. Son sensibles, baratas y rápidas y los riesgos y molestias son mínimos. La
3. respuesta a los alérgenos respiratorios estacionales es improbable antes de dos estaciones
de exposición, y los niños
DIAGNÓSTICO Y DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico de la RA se basa en síntomas recidivantes de estornudos, rinorrea, prurito
nasal y congestión que aparecen más a menudo sin la presencia de una infección
respiratoria superior o alteraciones estructurales. El diagnóstico se apoya en la presencia
de IgE alta en las pruebas de laboratorio y en la obtención de pruebas alérgicas positivas.
La evaluación de la RA exige una anamnesis exhaustiva que incluya detalles del ambiente y
la dieta del paciente; el antecedente familiar de trastornos alérgicos como la RA, el
eczema y el asma; la exploración física; y la evaluación de laboratorio. Las observaciones
de la anamnesis y el laboratorio proporcionan pistas para identificar los factores
provocadores. Los signos de la exploración física son: las anomalías del desarrollo facial; la
mala oclusión dental; la boca abierta del alérgico (que es una respiración continua con la
boca abierta); los labios fisurados; las ojeras del alérgico (que son círculos oscuros debajo
de los ojos); y el pliegue nasal transverso. Es frecuente observar edema, prurito, lagrimeo
e hiperemia conjuntivales. Una exploración nasal realizada con una fuente de luz y un
espéculo puede revelar secreciones nasales transparentes; mucosa edematosa, congestiva
y azulada con escaso o ningún eritema, y cornetes tumefactos que pueden bloquear la vía
respiratoria nasal. Puede ser necesario utilizar un descongestionante tópico para realizar
una exploración adecuada. Las secreciones espesas y purulentas indican la presencia de
infección. Los niños con RA tienen a menudo sinusitis, conjuntivitis, otitis media y eczema.
La RA es un factor de riesgo de asma y precede a menudo a la marcha atópica. La RAE se
diferencia de la RAP por la época en la que ocurre y los resultados de las pruebas
cutáneas. Las rinitis no alérgicas desencadenan síntomas esporádicos que pueden
recordar a la RAP (tabla 142-1). Sus causas muchas veces se desconocen. La rinitis
inflamatoria no alérgica con eosinofilia se parece a la RA en la forma de presentación y en
la respuesta al tratamiento, pero los pacientes no muestran títulos elevados de IgE. La
rinitis vasomotora se caracteriza por una excesiva respuesta de la mucosa nasal a los
estímulos físicos. Otros trastornos no alérgicos que pueden parecer una RA son la rinitis
infecciosa, las anomalías anatómicas (pólipos nasales y desviación del tabique), la rinitis
medicamentosa (producida por el sobreuso de los vasoconstrictores tópicos), la rinitis
hormonal asociada a embarazo o a hipotiroidismo, las neoplasias, las vasculitis y los
trastornos granulomatosos FECHA: 2016-10-17
TRATAMIENTO
Objetivo del tratamiento
El objetivo del tratamiento es la prevención segura y eficaz o el alivio de los síntomas. Se
aconseja evitar y eliminar los alérgenos causales. La única medida eficaz para evitar los
alérgenos animales en el hogar es la retirada de la mascota. Aislar el colchón, la almohada
4. y las cubiertas con fundas a prueba de alérgeno reduce la exposición al alérgeno de los
ácaros. La ropa de cama debe lavarse todas las semanas con agua caliente (>55 ºC). La
evitación del polen y los hongos de exterior puede conseguirse permaneciendo en un
ambiente controlado. El aire acondicionado permite mantener cerradas las ventanas y
puertas y reducir así la exposición al polen.
Antihistamínicos
Los antihistamínicos orales administrados a demanda constituyen una farmacoterapia
adecuada de los síntomas leves e intermitentes de estornudos y rinorrea. Los
antihistamínicos de primera generación y loratadina, todos disponibles sin receta, se
asocian a efectos adversos sobre la función cognitiva y el aprendizaje como resultado de
sus propiedades sedantes. Los antihistamínicos de segunda generación se prefieren
porque producen menos sedación. Se han autorizado cuatro preparados de segunda
generación en los niños: cetirizina y desloratadina para >6 meses de edad, loratadina para
>2 años de edad y fexofenadina para >6 años de edad. Azelastina es un antihistamínico
activo por vía tópica que está disponible en pulverizador nasal para niños >5 años.
Seudoefedrina, disponible sin receta, generalmente combinado con un antihistamínico, es
un vasoconstrictor oral que puede usarse para la congestión nasal. Puede asociarse a
irritabilidad e insomnio. El pulverizador nasal anticolinérgico de bromuro de ipratropio
puede usarse para la rinorrea serosa. Los descongestionantes intranasales deben usarse
durante 1 ciclo al mes.
SINTOMAS RECIDIVANTES
Los pacientes con síntomas más persistentes y graves requieren corticoides intranasales,
que son el tratamiento más eficaz para la RA .Estos fármacos reducen todos los síntomas
de la RA causados por la inflamación eosinofílica, pero no de la rinitis asociada a
neutrófilos o sin inflamación. Los antiguos fármacos beclometasona, triamcinolona y
flunisolida son absorbidos por el aparato digestivo y por el respiratorio. Mometasona,
fluticasona y budesonida ofrecen mayor actividad tópica con menor exposición sistémica y
un mejor perfil de seguridad. Mometasona está aprobada en niños >2 años, fluticasona en
niños >4 años y budesonida en >6 años. A los pacientes más afectados les puede resultar
útil un tratamiento combinado con antihistamínicos, corticoides intranasales y otros
medicamentos La inmunoterapia con alérgeno debe considerarse en niños con
manifestaciones alérgicas mediadas por IgE que no se controlen adecuadamente con
tratamiento sintomático, en especial en presencia de otros trastornos. La inmunoterapia
con alérgeno interfiere con la producción de IgE y los síntomas alérgicos y es eficaz en el
tratamiento de la RA. La anti-IgE monoclonal humanizada recombinante reduce las
respuestas alérgicas en la nariz. Las estrategias terapéuticas que incorporan la anti-IgE y la
inmunoterapia con alérgeno se muestran prometedoras para el futuro.
5. DOSIS
COMPLICACIONES
La RA se asocia con frecuencia a otros trastornos. La sinusitis crónica es una complicación
común de la RA, con un proceso inflamatorio que se caracteriza por una eosinofilia
acentuada, engrosamiento de la mucosa y poliposis nasal. Los alérgenos, posiblemente
micóticos, pueden ser las sustancias incitadoras. Los cultivos bacterianos son con
frecuencia negativos, aunque la RA puede complicarse con una sinusitis bacteriana. La
sinusitis de la tríada del asma (asma, sinusitis con poliposis nasal y sensibilidad a la
aspirina) a menudo responde mal al tratamiento. Los pacientes que se someten a
intervenciones repetidas de cirugía endoscópica sinusal cada vez obtienen menos
beneficio de los sucesivos procedimientos. La rinitis coexiste a menudo con el asma. Hasta
el 78% de los pacientes con asma tiene RA y el 38% de los pacientes con RA tiene asma.
Los pacientes con rinitis y sin asma manifiestan a menudo hiperreactividad bronquial. El
agravamiento de la RA coincide con la exacerbación del asma; según esto, el tratamiento
de la inflamación nasal reduce el broncoespasmo, las visitas a urgencias motivadas por el
asma y las hospitalizaciones. El goteo posnasal asociado a la RA produce con frecuencia
tos recidivante o persistente. Son frecuentes la obstrucción de la trompa de Eustaquio y el
derrame en el oído medio. La inflamación alérgica crónica produce hipertrofia de las
adenoides y las amígdalas que puede asociarse a obstrucción de la trompa de Eustaquio,
derrame seroso, otitis media y apnea del sueño obstructiva. La RA en los niños se asocia
fuertemente al ronquido, las alteraciones del sueño y la astenia diurna
6. PRONÓSTICO
Las tasas de remisión de RA en niños se sitúan entre el 10 y el 23%. El tratamiento con
antihistamínicos de segunda generación y corticoides intranasales mejora
significativamente los parámetros relacionados con la calidad de vida en pacientes de
todas las edades mientras se continúe usando la medicación.