El síndrome de intestino irritable es el trastorno funcional digestivo más común. Se caracteriza por dolor o molestia abdominal asociada a cambios en la defecación sin anomalías estructurales o metabólicas que lo expliquen. Su diagnóstico se basa en los criterios de Roma y su tratamiento incluye modificaciones dietéticas y del estilo de vida, así como medicamentos para controlar los síntomas de forma individualizada.