Este documento resume una fábula de Esopo sobre la discordia y ofrece consejos para manejar los enfados de forma saludable. Recomienda que cuando alguien se enoja, es mejor alejarse de la situación por 15-20 minutos para que baje la adrenalina antes de dialogar, ya que de lo contrario el enojo solo aumentará. También sugiere estrategias como el cambio mental o la empatía para calmarse en lugar de intercambiar descalificaciones. Concluye que lo correcto es entrenarse para reducir la duración del enfado en lugar de

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Efrén Martín, gerente de y profesor de la Universidad de Deusto
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Avanzaba Hércules a lo largo de un duración del enfado, hasta que sea cuestión
estrecho camino. Vio por tierra un objeto de minutos solucionarlo y reírse de ello.
parecido a una manzana e intentó aplastarlo. Evitemos disgustarnos porque existe un
El objeto duplicó su volumen. límite fisiológico imposible de superar una vez
Al ver esto, Hércules lo pisó con más enfadados: el organismo necesita tiempo
violencia todavía, golpeándole además con su para disolver la agresividad, eliminando la
maza. Pero el objeto siguió creciendo, adrenalina del torrente sanguíneo. Cuando la
cerrando con su gran volumen el camino. El sangre “hierve” ha de dejarse enfriar al
héroe lanzó entonces su maza y quedó menos 15-20 minutos, dando un paseo físico
plantado, presa del mayor asombro. En esto o mental, o contando hasta 1.000, ajenos al
se le apareció Atenea y le dijo: asunto. Si ya estamos enfadados, insistir en
-Escucha, hermano; este objeto es el espíritu el tema con la buena intención de arreglarlo
de la disputa y de la discordia; si se le deja alargará el cabreo, igual que acariciar una
tranquilo, permanece como estaba al herida abierta ampliará el dolor.
principio; pero si se le combate, ¡mira cómo se Hoy en día se defienden con excesiva
hincha! (Esopo). alegría las ventajas del diálogo inmediato
para resolver conflictos, sin caer en la cuenta
de que la comunicación verdadera (escuchar
antes de opinar) desaparece cuando es más
necesaria y en su lugar aparece la ira. El
auténtico diálogo es imposible entre alguien
que está enfadado con alguien que también
Foto: Baharri
lo está. Da lo mismo hablar que no hablar;
todo intento de influir –por activa o por pasiva-
incrementa un malestar que reduce las ganas
de conversar sensatamente.
Primero hay que calmarse, reconduciendo
Un asistente a un curso de habilidades la emoción antes de que nos domine,
personales retó a los otros 14 asistentes de la mediante estrategias de activación-relajación,
siguiente forma: “que levante la mano cualquiera cambio de enfoque mental, solución de
de los presentes, que no haya estado nunca 4 ó problemas, fijación de metas, diálogo interno
5 días sin hablarse con su mujer”. Ninguno positivo o empatía social. Reducir el propio
levantó la mano. enfado y el de los demás es una combinación
Inicialmente, es probable que un disgusto dure de mutuo respeto y perdón, para comprender
un día completo y al día siguiente veamos las y ser comprendidos, en lugar de intercambiar
cosas con más calma. Pero algunos se entrenan descalificaciones e intentos de persuasión. A
en alargar el asunto y pueden, con la práctica, base de amenazarnos, con gestos o
pasarse días y días sin hablarse –o gritándose- palabras, cerramos todos los caminos con el
en casa o en la oficina. Lo correcto sería desprecio e indiferencia que siguen a la furia.
entrenarse en reducir paulatinamente la El que se enfada… pierde.
Publicado en: Observatorio de Recursos Humanos y Relaciones Laborales, Nº 20, enero 2008