La cadena de frío es un proceso para almacenar y transportar vacunas a temperaturas óptimas entre 2°C y 8°C, excepto para la vacuna contra la poliomielitis que se almacena entre -15°C y -25°C, para garantizar su eficacia. Este proceso implica almacenar las vacunas en refrigeradores calificados, transportarlas usando cajas refrigeradas con monitoreo continuo de la temperatura, y llevar equipo de refrigeración adicional durante las brigadas de vacunación.