La autoestima es un constructo hipotético que representa el valor que los individuos se atribuyen a sí mismos o que creen que los demás les atribuyen. Puede entenderse como una función de la personalidad que juega un papel fundamental en la conducta y desarrollo personal y profesional de una persona, ya que una alta autoestima promueve la seguridad en uno mismo. El síndrome de burnout se relaciona con una baja autoestima, lo que empeora el bienestar tanto profesional como personal.