1. FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN: ÁREADE GESTIÓN EDUCATIVA
GESTIÓN DIRECTIVA
DRA. ESTHER CALDIÑO MÉRIDA
MAESTRANTE: ALBA GUADALUPE GUZMÁN ESTÉVEZ
CALIDAD EDUCATIVA O EDUCACIÓN DE CALIDAD
Con razón al título que le da nombre al presente escrito, podemos darnos cuenta
que lo que en realidad debemos buscar es una perspectiva diferente a lo que
hemos venido tomando como base hasta hoy y en el caso específico de la
calidad inmersas en la educación considero que, en nuestro país y en muchos
otros, dicha noción no ha sido la adecuada.
Es entonces que debemos dejar de estar a la defensiva con los procesos y poner
de nuestra parte para darle el sentido adecuado a este complejo (como lo
describe Morín1) que llamamos educación, dejar los juicios de primero orden y
atender lo elemental para que por inercia, llegue lo que se busca, la calidad
educativa.
Para ello necesitamos que haya recursos suficientes para todos los estudiantes
de acuerdo a sus capacidades y características individuales, esta equidad va
más allá de la perspectiva de género, sino a la de raza humana, en donde las
oportunidades, cualquiera a las que hagamos referencia, estén al alcance de
toda la población.
Esta educación debe responder a las exigencias sociales y culturales del entorno
en donde se desarrolla el individuo, la relevancia de los saberes dará cuenta de
los escollos y permitirá que se atiendan de forma crítica, oportuna y adecuada,
ya que los individuos estarán conscientes de su labor y papel a desempeñar
como seres pensantes y reflexivos.
La pertinencia de considerar la otredad y la alteridad como elemento de
convergencia ayudará a considerar el universo simbólico de los otros con los
que convivimos, con la salvedad siempre de la individualidad. El respeto a esta
heterogeneidad enriquecerá las perspectivas y evitará la alienación.
1 Morín, Edgar (1999). Los siete saberes de la educación. UNESCO
2. En esa medida se debe tomar en cuenta la eficacia con que los alumnos terminan
sus procesos educativos, los ciclos marcados por la educación formal y no los
abandonan, el que logren los aprendizajes esperados y apliquen en su devenir
cotidiano todo aquello que han aprehendido.
Y bueno, por mucho que nos moleste, todo proceso requiere que se le inyecte
capital, no sólo humano, sino económico par a lograr la eficiencia que tanto
estamos buscando, pero que sea utilizado con responsabilidad y destinado a los
requerimientos adecuados para la población estudiantil.
Pero, como se había mencionado antes, falta este cambio de perspectiva, la
tarea primordial es darle calidad a la educación, con elementos propios de la
misma, ya que ésta tiene un fin en sí misma, no es un medio para adaptar e
insertar, sino un medio para propiciar entes creativos, individuales, reflexivos,
propositivos y comprometidos con su entorno.
En la medida en que atendamos a la educación de calidad, podremos acceder a
la calidad educativa, entonces ésta no será un requisito inalcanzable, sino una
medida que permita proponer mejoras a uno de los procesos más importantes
por los que se lleva una vida entera, la educación.