El adenocarcinoma gástrico representa el 95% de los tumores malignos del estómago. La incidencia varía en el mundo y es alta en Japón, Chile e Islandia. El diagnóstico se realiza mediante endoscopia y biopsia de áreas sospechosas. El tratamiento es la extirpación quirúrgica del tumor cuando es posible, lo que ofrece la única esperanza de curación.